lunes 18 de septiembre de 2017
Así lo advirtió el Defensor Público oficial y lo admitió el ministro de Justicia, Germán Garavano
Por REDACCIÓN de REVISTA VEINTITRÉS
El Defensor Público oficial ante el Juzgado Federal de Primera Instancia de Esquel, Jorge Fernando Machado, subrayó, tras la declaración de cuatro gendarmes ante el juez federal Guido Otranto, que "hay circunstancias que no se compadecen con los dichos de (Emmanuel) Echazú".
Machado aludió de ese modo al efectivo que declaró que fue herido en el operativo realizado en la comunidad mapuche Resistencia Cushamen el 1° de agosto último, cuando fue visto por última vez el joven Santiago Maldonado.
"Para mi gusto, la declaración de Echazú es menos relevante que la del resto. Hay circunstancias que no se compadecen con los dichos de Echazú", dijo Machado a la prensa en la puerta de los tribunales de Esquel, una vez que las testimoniales de los efectivos ante el juez habían finalizado.
"Más que lo que declaró Echazú, es más importante lo que está diciendo el resto (de los gendarmes)", insistió el defensor público, quien destacó que "las testimoniales han sido fructíferas".
Echazú aparece en fotos del día del operativo en la ruta 40, con sangre en su rostro. El abogado de Gendarmería, Gustavo Dalzone, dijo que el efectivo ratificó ante Otranto que "ha sufrido una operación porque tuvo doble fractura", de mandibula, ya que "fue herido por una piedra que impactó mitad en el casco, mitad en su pómulo".
"La lastimadura de Echazú es dudoso que sea por una pedrada. Así lo reflejan algunos testigos, no es algo certero", dijo el defensor público Machado. "Uno de los testigos manifiesta que cuando lo ve a Echazú antes de que lo atendiera el enfermero, Echazú venía del lado de la orilla del río y tenía una suerte de raspón", planteó.
El Gobierno
También el ministro de Justicia, Germán Garavano, advirtió que "hay gendarmes que no dijeron la verdad" al inicio de la investigación por la desaparición de Santiago Maldonado y pidió terminar con las "operaciones o mentiras que se le dicen a los jueces" para poder esclarecer este caso.
Garavano consideró que "lo que hoy está saliendo a la luz" es que "probablemente" hay gendarmes que "no dijeron la verdad en un primer momento" sobre su actuación durante el desalojo de la protesta mapuche en Esquel el 1ero. de agosto pasado, donde Maldonado fue visto por última vez, y afirmó que este nuevo elemento "ha dado un giro y un envión a la investigación".
En declaraciones a radio La Red, el ministro pidió al juez Guido Otranto y a la fiscal Silvia Avila, entre otros magistrados, que "redoblen los esfuerzos con todo el apoyo del Estado para tratar de saber qué fue lo que pasó y agotar todo lo que queda pendiente para investigar" la suerte corrida por el joven artesano.
Declaraciones paralelas
El cabo Darío Rafael Zoilán, uno de los gendarmes que esta mañana declaró ante el juez federal de Esquel, Guido Otranto, habría efectuado "uno o dos disparos", el 1° de agosto en terrenos de la Pu Lof Leleque en Cushamen, de acuerdo con "la declaración interna que el Ministerio de Seguridad le entregó ayer, a última hora, al juez Federal de Esquel, Guido Otranto", según reproduce el diario La Nación.
Según el matutino, "el Ministerio de Seguridad le entregó ayer a última hora al magistrado Guido Otranto la declaración interna del cabo Darío Rafael Zoilán, uno de los cuatro escopeteros del escuadrón El Bolsón, que reconoció haber efectuado "uno o dos disparos" con postas de goma a seis metros de distancia, a través de una barrera tupida de sauces, a un manifestante que cruzaba el río Chubut".
La información da cuenta que de acuerdo con el testimonio que el gendarme efectuara el 7 de setiembre ante Daniel Barberis, titular de la División de Violencia Institucional, Zoilán afirmó que "los disparos fueron 'hacia arriba' con su escopeta larga High Estándar y que el encapuchado, a quien divisó como 'una sombra' por su vestimenta negra o azul, logró cruzar el río. Luego - dijo Zoilán - huyó con otro manifestante en dos caballos que, con sendos jinetes a cara descubierta, los esperaban del otro lado de la ribera", según reproduce el matutino.
En el testimonio al que accedió el matutino y que hoy reproduce, Zoilán relató que "ante la lluvia de piedras que cae sobre los gendarmes, el comandante a cargo del operativo, Juan Pablo Escola, da la orden de fuego libre para los escopeteros".
"Cuando llego a la orilla del río" - describió - "veo que habían dos que ya estaban cruzando.
Uno, que era el que insultaba, estaba en el medio del río. El otro estaba detrás de la barrera de sauces, a unos seis metros de distancia, como tanteando por donde cruzar. Sólo se veía un bulto negro, como una sombra, que se iba moviendo porque los sauzales tapaban la visión", relató.
"El agua le llegaba al manifestante hasta la cintura, y su compañero, ya avanzado en la mitad del río, lo apuraba: Dale, vení".
Zoilán contó que "se ubicó en un sector de la ribera que se abría en forma de S y que en esa primera línea también había otros 4 o 5 gendarmes, en distintos sectores del curso de agua, a los que no identificó".
Luego, Barberis - según señala La Nación - le habría repreguntado sobre esta situación: "Piense bien, le pido por favor Zoilán que piense bien porque hay un mapuche que vuelve. Uno de los manifestantes que se está yendo, llega a la mitad del río y vuelve. ¿Cuál es ese? ¿Es el que estaba de negro?", insistió Barberis.
"No recuerdo que alguno volviera. Lo que yo veía es que estaba tanteando cómo cruzar", respondió el cabo.
"Zoilán reconoció que efectuó uno o dos disparos en alto cerca de la sombra, a unos seis metros de distancia, pero aseguró que el manifestante logró cruzar, detrás de su compañero. Allí lo esperaban otros dos mapuches a cara descubierta y los cuatro se perdieron a caballo por un cerro. Ninguno llevaba binoculares", precisó, cuando se lo interrogó sobre ese detalle.
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