jueves, 31 de mayo de 2018

'crisis': gobernar es gatillar

crisis

jueves 31 de mayo de 2018





gobernar es gatillar



El 11 de mayo empezó el juicio contra seis integrantes de la Prefectura Naval Argentina que detuvieron y torturaron a dos pibes de la villa 21-24. "Corran por sus vidas y no miren atrás", les dijeron. 2018 fue el año en el que Macri y la ministra Bullrich usaron al policía Chocobar para tirar nafta al fuego de las políticas punitivas ideadas por Scioli y Massa. Pero puede ser también una oportunidad para que la organización social le ponga un límite al poder policial.


por:    XIMENA TORDINI
FOTOGRAFÍA:  NAHUEL ALFONSO


"Yo no le quité la vida a nadie", dice Luis Chocobar en una entrevista con Clarín. Lo niega dos veces, aunque todos lo hayamos visto avanzar a paso marcial hacia un hombre de espaldas, con su mano derecha apuntando, al cuerpo caer, a él ni siquiera agacharse para mirarlo de cerca. Dice nadie en lugar de Juan Pablo Kukoc y enuncia así algo sobre el estado de la cuestión: es más que probable que si el presidente no hubiera invitado a Chocobar a la Casa Rosada para decirle que había hecho "lo debido", la muerte de Kukoc solo hubiera implicado la variación del dígito final de una estadística. La palabra presidencial iluminó el hecho y al mismo tiempo trastocó la serie de los nombres: el caso no lleva el apellido del fallecido  -  como Bulacio, como Lepratti, como Nahuel  -  sino el del funcionario estatal que lo mató.
Un día después de las declaraciones de Chocobar, en Tucumán un policía mató con un tiro en la nuca a Facundo Ferreira, de 12 años. Los usuarios de las redes sociales no dudaron en distribuir la foto del cadáver, la sangre otra vez derramándose en el asfalto. Durante un micromomento se vivió la sensación de que "ahora sí", esa muerte cambiaría todo. El uso desaforado de la imagen contenía una hipótesis de justicia. Después dudaron, pero ya las pulsiones le habían arrebatado la intimidad al cuerpo. "Doctrina Chocobar" se apresuró a tipear el antioficialismo para que flamee la indignación, haciendo de la parte el todo, como si matar así no fuera algo que cientos de policías hacen cada año. Lo que es excepcional, la celebración presidencial de esos crímenes, la frutilla del postre que la ministra de Seguridad viene cocinando desde que asumió, salieron de la escena. Cuatro días después, la primera respuesta del Poder Ejecutivo provincial, a cargo del justicialista Juan Manzur, fue en boca de su ministro de Seguridad: "¿qué hacía esa criatura afuera de la casa?".
Esa misma semana, el Ministerio de Seguridad de la nación difundió, a través del diario de Bartolomé Mitre, cifras sobre la cantidad de "delincuentes abatidos" por efectivos de las fuerzas federales y de "agentes caídos", con la intención de mostrar que la celebración de la conducta de Chocobar no significa que vivamos en los tiempos de "la secta del gatillo alegre" que "tira primero y averigua después", como la describió Rodolfo Walsh en 1967. Según el Ministerio, entre 2014 y 2017 la letalidad de las fuerzas federales  -  Policía, Gendarmería, Prefectura, Policía de Seguridad Aeroportuaria  -  descendió.  En 2014, fueron muertos 96 "sospechosos"; en 2017, 38. Los datos oficiales no están disponibles para el acceso público -una antigua y afincada costumbre estatal.
Que la nota, o los funcionarios que distribuyeron el dato, utilicen los términos "delincuentes" y "sospechosos" como sinónimos es un indicio de la mirada que se tiene del asunto y, al mismo tiempo, devela lo que yace en cada una de esas muertes: la soberanía del poder policial, su desprendimiento de cualquier tipo de morigeración, un acto que "funda la expansión del poder de policía sobre el resto de la instituciones democráticas", según la precisa definición de las investigadoras María Victoria Pita y María Inés Pacecca en su libro Territorios de control policial. La gestión de ilegalismos en la ciudad de Buenos Aires. Luego, tal vez se determine si el muerto era un culpable, un sospechoso, un inocente pero se tratará de una sanción post facto, que en la mayor parte de los casos ni siquiera ocurrirá.
Esa tendencia al descenso de la letalidad policial coincide con los datos que el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) registra sobre el área metropolitana de Buenos Aires: considerando a las fuerzas federales, a la policía bonaerense y a la de la ciudad, la cantidad de asesinados por agentes estatales descendió. En 2002 fueron 277. En 2012, 121. En 2014, 194. En 2017, 107. Fuentes del Ministerio de Seguridad, mencionadas en La Nación, afirman que esto se debe a una mejor capacitación de los agentes, orientada a reducir las intervenciones cuando no están de servicio. La medida es pertinente ya que la mayor parte de las muertes son resultado de la acción de policías que no estaban de servicio en el momento del hecho. También la mayoría de los fallecimientos de policías ocurren fuera de su horario de trabajo, o estando de franco. ¿Por qué? Según los datos del CELS, en la mayor parte de los hechos el policía usó su arma reglamentaria para defender su propiedad. En un hecho típico, el funcionario va en su auto o moto sin uniforme pero armado, el ladrón le exige que entregue el vehículo, el policía desenfunda y la violencia escala.
La solución estructural a este problema es eliminar el "estado policial", la condición que faculta a los agentes a portar su arma reglamentaria a toda hora y a estar en una suerte de servicio latente veinticuatro por siete. De este modo, ser policía sería un trabajo y no un modo de existencia en el espacio público. Pero, en tanto no parece que esta condición vaya a cambiar, podría ser una buena señal que el Poder Ejecutivo considere que con las políticas públicas adecuadas  –  por ejemplo, la capacitación  -  los policías matan menos. Sin embargo, lo que se desalienta en las aulas de los institutos de formación se condecora a micrófono abierto en un tsunami verborrágico que felicitó a Chocobar, anunció el advenimiento de "nuevos paradigmas" y prometió "la inversión de la carga de la prueba". ¿Qué tiene más efecto? ¿Qué consecuencias tienen estos discursos además del de matar? ¿Se mantendrá la tendencia al descenso de la letalidad?


el tiroteo de la mariposa

El 23 de mayo de 2014, el gobierno provincial del hombre que por tres puntos no fue presidente hizo un balance en su agenda favorita: la "emergencia en seguridad" decretada ese año, la quinta de su gestión. La gacetilla decía: "Scioli expuso las medidas adoptadas en materia de Seguridad y Justicia desde que se efectivizó la Emergencia Pública, como los 18.000 procedimientos preventivos y proactivos; 13.000 delitos esclarecidos; 164 enfrentamientos; 35 delincuentes abatidos". En los meses siguientes hubo títulos como: "Desde la emergencia de seguridad es abatido un delincuente cada 36 horas" (LN, 24/06/2014), "La Bonaerense abatió a 85 delincuentes desde que rige la emergencia en Seguridad" (LPO, 8/08/2014). A los seis meses, según el gobierno provincial se había llegado a la cifra de 111 delincuentes menos.
El año 2014 finalizó con la mayor cantidad de personas asesinadas por la policía en el área metropolitana de Buenos Aires desde 2003. Los muertos no eran un problema sino una señal de triunfo en laguerra contra el delito. Como parte de su afán securitista, Scioli creó las policías locales, a la que pertenece Chocobar, y fue responsable de que el Estado entregara armas de fuego a jóvenes tras solo seis meses de formación. La fábrica de policías inundó los barrios de estridentes uniformes celestes y fue parte de los valores de la marca Scioli: "faltaban 45 mil policías nuevos" decía y prometía nacionalizar el logro.
Como en la fábula de la mariposa que bate las alas allí y genera un desastre allá, la historia de Kukoc podría haber sido otra. El proyecto de ley que creaba las policías locales establecía que los funcionarios iban a estar obligados a dejar su arma reglamentaria en las comisarías al culminar el horario de servicio. Ese proyecto fue aprobado por los diputados provinciales pero en el Senado el Frente Renovador lo trabó. "Queremos una policía en serio, pero que sea una policía que no esté condenada a ser simplemente un cuerpo de boy scouts", dijo Sergio Massa. El gobernador lo resolvió con practicidad creó a las fuerzas locales con una resolución ministerial en la que el estado policial brillaba por su presencia y que le dio a Chocobar el derecho de andar armado a toda hora.
En Rosario, la única provincia gobernada por el Partido Socialista, las cosas no han sido muy diferentes. "Las políticas de seguridad y las prácticas policiales, en particular, producen sobrecriminalización y desprotección de los sectores populares, especialmente en relación a los jóvenes, mayormente varones", concluye el informe Sobrecriminalizados y desprotegidos, de la Cátedra de Criminología y Control Social de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario, publicado en 2017. Una caracterización también válida para la ciudad de Buenos Aires y el conurbano, territorios donde el roce de los pibes y las fuerzas de seguridad va del verdugueo al hostigamiento, a la extorsión, a heridas leves, a heridas graves, a la muerte. Y al mismo tiempo, convertirse en policía es uno de los caminos más certeros para conseguir un trabajo estable.
Allí, en la ciudad del boom inmobiliario y el bang narco, los excesos policiales se conectan con los de otros tiempos. En octubre de 2014, Franco Casco, de 20 años, fue asesinado a golpes por policías de la provincia. A su cuerpo lo arrojaron al río Paraná; estuvo desaparecido 23 días. Asuntos Internos ocultó las evidencias para que los agentes no fueran investigados. En octubre de 2015, otro grupo de policías persiguió a Alejandro Ponce, de 23 años, quien escapando se tiró al río. Los agentes, en lugar de ayudarlo a salir, le tiraron piedras. El cuerpo fue encontrado tres días después, en el Paraná.
El Ministerio de Seguridad de la nación fue creado por Cristina Fernández de Kirchner en diciembre de 2010, luego de los hechos del Parque Indoamericano y semanas después del asesinato de Mariano Ferreyra en un hecho que involucró a la Policía Federal. En el Indoamericano, Rossemary Chura Puña (28 años) y Bernardo Salgueiro (22) fueron asesinados por balas de plomo policiales durante un operativo conjunto de federales y metropolitanos. Eran los días en los que el entonces jefe de gobierno y ahora presidente responsabilizaba a la "inmigración descontrolada" por la inseguridad urbana. Siete años después, ningún funcionarioestatal fue sancionado judicialmente por esos dos asesinatos. Los policías de la Metropolitana que dispararon las balas siguen en funciones y son defendidos por abogados del Ministerio de Seguridad de la ciudad de Buenos Aires.
Eso es lo habitual. En los últimos años, a excepción del Programa sobre Uso Racional de la Fuerza y Armas de Fuego que durante la gestión de Nilda Garré analizaba uno por uno los hechos en los que las fuerzas federales disparaban, lo generalizado es la indolencia en el mejor de los casos y, en el peor, el reconocimiento y la celebración.
Aquella vocación por disciplinar el delito callejero a los tiros que tuvo Scioli fue una de las tantas expresiones de lo que suele llamarse "mano dura", "demagogia punitiva" o "populismo penal". Palabras más palabras menos se trata de succionar la disconformidad de quienes viven en las ciudades y están expuestos a ciertos tipos de delito y devolverla transformada en el néctar de los discursos de endurecimiento del castigo. Más policías, más cámaras de vigilancia, más detenciones por averiguación de antecedentes, más cárceles, más detenidos sin condena. No hay empiria que demuestre que esta parafernalia disminuye las cantidades totales de delitos pero pocos resisten a la tentación de proclamar que con más severidad habrá mayor protección. Así lo entendió también Cambiemos, que en materia de Seguridad está muy lejos de los principios liberales de los que suele jactarse.
Se mire a donde se mire, son pocas las muertes ocasionadas por las fuerzas de seguridad que logran superar el estadio de la estadística y develarse como una historia de abuso. La mayoría de los fallecidos, al no saltar a la esfera pública, engrosan las cifras pero permanecen anónimos, sus rostros no se transforman en esténciles, sus madres no suben a los escenarios en los actos. Cuando además, como suele ocurrir, la primera versión policial de los hechos es la que se impone, la idea de que la víctima no era inocente alimenta una cierta tolerancia social a estos crímenes. Los delincuentes de calle o los que lo parecen  -  el arrebatador, el ladrón, el motochorro  -  son los matables de la vida urbana. Como en la historia de San Jorge y el dragón, son el cuerpo sacrificial que se entrega a diario, a cambio de la Seguridad. A este mundo de jóvenes que mueren como si el derecho no existiera, la marca Cambiemos agregó a los militantes de la causa mapuche en la Patagonia. La muerte de Rafael Nahuel, de 22 años, también baleado por la espalda mientras intentaba huir de un "albatros" no acarreó ninguna crisis política de proporciones significativas.

Foto: Santiago Porter
Foto: Santiago Porter

justicia policial

En su libro Postneoliberalismo y política penal en América del Sur, el criminólogo Máximo Sozzo sostiene que la politización de la cuestión penal, es decir la decisión de aumentar el peso de la problemática del delito en el debate público, debe pensarse en relación con el estado de la lucha política en cada momento. Sozzo analiza el impulso de reformas de endurecimiento durante las presidencias kirchneristas y sostiene que en sus momentos de mayor fortaleza los Kirchner no hicieron crecer la agenda de seguridad, y tendieron a marginalizarla. Pero ocurrió lo contrario en sus momentos de mayor debilidad, como cuando Néstor emergió del 22% y se encontró con Juan Carlos Blumberg; o luego de la derrota de las elecciones de 2009, cuando el mito urbano de la puerta giratoria amenazó con generar otra ola de reformas.
Concluye Sozzo: "La politización de la cuestión penal es una consecuencia de la despolitización de otras cuestiones". Y es imposible no preguntarse por la relación entre la centralidad otorgada a Chocobar por el macrismo, sus derrotas de diciembre y la inflación de enero. De Chocobar se habló durante semanas. Y aunque podría pensarse que entre ciertos sectores, como una porción del radicalismo históricamente defensora de las garantías individuales, la jugada puede haberle afectado los niveles de adhesión, no hay que olvidar que los voceros gubernamentales se jactan de que el caso Maldonado no les hizo perder votos.
La figura retórica que usaron el presidente, la ministra de Seguridad, el jefe de gabinete y ¡el secretario de Derechos Humanos! para avalar los crímenes de Kukoc y Rafael Nahuel es homóloga a la justificación que hace el gobierno de las represiones a las protestas en la ciudad de Buenos Aires, donde se vivieron situaciones de violencia policial feroz y un nivel de criminalización, de apertura de procesos penales contra las y los manifestantes, que no tiene precedentes.
Ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que convocó una audiencia sobre el derecho a la protesta en la Argentina por iniciativa propia, los funcionarios que representaron al Estado argumentaron que esa violencia  -  como la de un policía que decide pisar con una moto a un muchacho tirado en el piso  -  fue consecuencia de una violencia anterior ejecutada por los manifestantes. Y no solo eran culpables: merecían un castigo instantáneo, sin transitar las reglas del sistema de justicia. Como si la Policía fuera, en un nuevo tipo de República, el órgano que imparte penas, sin proceso, sin derecho de defensa, sin apelación.
La mala noticia para este relato es que las acusaciones contra gran cantidad de quienes fueron apresados, maltratados e incomunicados son insostenibles. Así ocurrió, por ejemplo, en el caso de las mujeres detenidas y vejadas por las fuerzas de seguridad el 8 de marzo de 2017. Un año después, el juez anunció que no había ninguna evidencia que las conectara con los disturbios que habían ocurrido cerca de la catedral y que se habían invocado como motivo de la cacería policial.
A pesar de los hechos, en una construcción que no duda en negar lo que está a la vista de todos, el gobierno utiliza cualquier violencia social para justificar una respuesta estatal violenta inmediata, inapelable e irreversible. Puede ser un intento de robo, portar cuerpo de mapuche, puede ser pintar la catedral, tirar una piedra, acertarle a un policía con la piedra, parecer un motochorro o serlo. Para todos, el gobierno tiene el mismo mensaje de justificación del uso de la capacidad estatal de lastimar. Hay que reconocerle a esta maniobra una cierta audacia: no hay que ser un erudito en historia argentina reciente para saber que así como la mayoría de estas muertes no rebalsan el nivel de tolerancia social, algunas pueden hacerlo estallar.
Luego del asesinato de Kukoc pero antes del de Ferreira, un grupo de intelectuales integrado entre otros por Beatriz Sarlo, Maristella Svampa y Roberto Gargarella distribuyó un comunicado: "En términos de violencia política estatal, el gobierno de Cambiemos ha cruzado un umbral." El umbral, dicen, se determina por el siguiente pasaje histórico: "En el gobierno anterior había un discurso de derechos humanos, que coexistía con una política de criminalización y represión, mientras que bajo la gestión de Cambiemos no hay invocación alguna a los derechos humanos como guía de las políticas públicas. Por el contrario, contra la doctrina de los derechos humanos, individuales y colectivos, el gobierno de Cambiemos plantea una política de criminalización que se aplica de manera cada vez más sistemática y generalizada".
Una presencia fuerte del discurso de los derechos humanos era capaz, dicen, de tolerar una contradicción, sin anularla: la que se produce entre la necesidad de un gobierno de sostener un cierto nivel de funcionamiento democrático y la de un cierto nivel de control social. Si Cambiemos ya no reconoce como operativos esos principios ni tampoco los de la tradición liberal en la que se autoinscribe, parece urgente tejer una transversalidad política que contradiga el nuevo status quo de violencia estatal, cada vez más autonomizado de las mediaciones democráticas.







POR LA INCLUSIÓN


POR LA INCLUSIÓN




Luego de que la gobernadora de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, emitiera su obsceno concepto a través del cual, entre otras atrocidades, demostró su calidad humana (recordemos que expresó:  "¿Es justo llenar la provincia de universidades públicas cuando todos sabemos que nadie que nace en la pobreza llega a la universidad?"  A esta expresión de brutalidad política y social, los chicos del Frente Juvenil Hagamos lo Imposible escribieron esta nota que no tiene desperdicio.
Acá va la nota:


Sra. Gobernadora Vidal:

Somos hijos e hijas de quienes todas las mañanas hacen el mundo. 

Lo amasan, lo escriben, lo atornillan, le limpian los pisos y los baños. 

Somos hijos e hijas de quienes no tuvieron opción: derechito al trabajo, sin oportunidad de elegir.

Somos l@s que terminamos la escuela y quisimos elegir... estudiar o trabajar. Y la gran mayoría no pudimos seguir un solo camino.

Trabajamos para estudiar. Estudiamos para formarnos y construir el mundo que queremos.

Estudiamos y lo queremos hacer de manera digna, gratuita, crítica. Porque queremos pensar y no repetir. 

Estudiamos y llenamos las aulas, nos sentamos en los pisos, compartimos mates y bizcochos.

Llenamos las universidades públicas de la provincia, esas que ustedes desfinancian, esas en las que tantísim@s docentes laburan ad honorem, y como pareciese no bastarle, ahora usted sincera que están de más.

Le contamos que no es nada fácil, es duro en las épocas de parciales sostener los ojos abiertos y la cabeza atenta por las noches después de jornadas de 8 o más horas de laburo. 

Porque de paso, aprovechamos esta vía de comunicación para pedirle que informe a su amigo Triaca que los días de estudio es un derecho que casi nunca se respeta.

Y si señora, muchas y muchos somos la primera generación de universitari@s de nuestra familia, es un orgullo y no nos regalan nada. 

Luchamos y conquistamos día a día nuestros derechos. 

Y si, elegimos caer en la universidad pública, esa que para Ud. y su presidente está de más.

Sin más, nos despedimos con la convicción que nos veremos en la lucha.

¡LA EDUCACIÓN DEL PUEBLO SE DEFIENDE!

¡A LA DERECHA NI CABIDA!

SIMILITUDES




SIMILITUDES




CFK




REVOLUCIÓN   HISPÁNICA


'NUESTRAS VOCES': Indignarse con los derechos, emocionarse con la beneficencia


jueves 31 de mayo de 2018





Indignarse con los derechos, emocionarse con la beneficencia






Nuestro stablishment ha sido históricamente proclive a las "decisiones duras pero necesarias" y a las "cirugías mayores sin anestesia", aunque siempre sobre miembros ajenos. El gurú de la City, Miguel Angel Broda, pidió "un ajuste fiscal en serio" pero para atenuar los efectos de ese ajuste siempre inexorable, propuso que fuera acompañado "con comedores abiertos los 7 días, las 24 horas".
Por     


Varios meses antes de las elecciones presidenciales del 2015, Miguel Angel Broda, una de las tantas obstinaciones de nuestro establishment, participó en una mesa redonda en el hotel Alvear junto a otros economistas serios como José Luis Espert y Carlos Melconian.
Durante la charla, cada participante cumplió con las expectativas de su público. Espert opinó que las paritarias eran "fascistas", que el kirchnerismo incentivó "la holgazanería" y que el próximo gobierno debería echar a "todos los de La Cámpora", Melconian sostuvo que las 3,5 millones de jubilaciones sin aportes que otorgó el gobierno eran una locura que le costaba al país más de 5 puntos de PBI (unos 25.000 millones de USD, el doble de lo que el Banco Central evaporó en estos meses para sostener la fuga) y Broda, con mayor impaciencia, explicó que ajustar era inexorable y que la única duda que quedaba era "si hacemos el ajuste planeado o a los golpes".
Más allá de las críticas que los tres economistas citados le suelen hacer a Cambiemos (incluyendo el ex funcionario Melconian), el gobierno ha respetado a grandes rasgos la hoja de ruta definida en aquel almuerzo. Las paritarias dejaron de ser fascistas y se transformaron en un virtuoso sistema que reduce el poder adquisitivo de los salarios, las moratorias jubilatorias que nos llevaban a la quiebra se congelaron, las jubilaciones se redujeron, el cepo desapareció propiciando una fuga histórica y el ajuste tan negado durante la campaña es una realidad tangible aunque no tenga el vigor que esos bomberos pirómanos desearían que tuviera. Incluso miles de empleados públicos fueron echados con el argumento de ser "grasa militante", según las recordadas palabras del ex ministro de Hacienda, Alfonso Prat Gay, y los deseos de Espert.
El Estado Nacional no fue el único que rechazó durante años las estrategias de la familia Macri para el pago de la deuda de Correo Argentino. El Banco Nación también se negó a aceptar propuestas de pago de una deuda que calificó técnicamente de irrecuperable. Uno de los documentos que prueba este rechazo del Banco … Sigue leyendo#CorreoGate: los rechazos del Banco Nación que Macri ignoró



En una reciente entrevista, Broda criticó al presidente Mauricio Macri porque "diagnostica un problema que requiere cirugía y nunca llama al cirujano" y pidió "un ajuste fiscal en serio, creíble". Para atenuar los efectos de ese ajuste siempre inexorable, el gurú de la City propuso que fuera acompañado "con comedores abiertos los 7 días, las 24 horas".
Nuestro establishment ha sido históricamente proclive a las "decisiones duras pero necesarias" y a las "cirugías mayores sin anestesia", aunque siempre sobre miembros ajenos. El esfuerzo que exigen sus gurúes y el presente calamitoso que ofrecen como paso necesario hacia un futuro tan lejano como venturoso nunca los incluye. Al contrario, el presente de nuestro establishment debe ser venturoso para incentivar "su confianza", la clave de nuestro desarrollo según proclama una letanía habitual.
Apenas dos años y medio después de aplicar con mesura el plan de acción que los comensales del hotel Alvear hubieran preferido ver aplicado a los golpes, Broda pide un control de daños con comedores abiertos todo el día, como estaciones de servicio. Volver a ser un país normal exige, al parecer, que la gente ya no tenga para comer en su propia casa.
El pedido de Broda es el corolario natural del camino que pidió transitar pero también refleja una honesta declaración de principios: nuestro establishment suele indignarse con los derechos y emocionarse con la beneficencia.









'DIARIO REGISTRADO': Cristina Kirchner: "Ustedes le mintieron a la gente en todo"

jueves 31 de mayo de 2018





SOCIEDAD 


CONTRA EL TARIFAZO



Cristina Kirchner: "Ustedes le mintieron a la gente en todo"





La senadora fue una de las últimas oradoras en el debate y votación para frenar las tarifas de servicios. Dio un durísimo discurso e hizo un repaso de su gestión en materia energética.

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Por     REDACCIÓN    de     DIARIO REGISTRADO




La senadora y expresidenta Cristina Fernández de Kirchner fue una de las últimas oradoras de la maratónica sesión por la Declaración de Emergencia Tarifaria. En su discurso hizo un repaso de su gestión en materia energética e increpó varias veces a la vicepresidenta Gabriela Michetti y al oficialismo.

La integrante de Unidad Ciudadana explicó que "la economía tiene cinco precios: dólar, tarifas, tasa de interés, salarios y el precio de los bienes y de los servicios. Si uno observa el estado de los cinco, es catastrófico".

Además agregó: "la situación de la sociedad argentina se ve agravada no solo por la llegada del tarifazo, sino porque los otros precios han variado para peor también. Hubo un tarifazo exponencial, los salarios se han depreciado, el dólar se ha detonado, la tasa de interés vuela y el precio de las cosas que la gente consume también se ha disparado".

Al oficialismo le cuestionó que "no pudo controlar una corrida cambiaria, pese a que llegó a tener 62.000 millones de dólares en el Banco Central, y más allá de que esas reservas eran producto del endeudamiento. Hubo una devaluación de un 25%. En 15 días perdimos 10 mil millones de dólares: dos YPF y la reestructuración con el Club de París". Y se refirió a la "pesada herencia": "como recurso retórico o mediático está bien. Pero a esta altura somos el país que más deuda ha contraído en los últimos dos años y medio. Más de 100 mil millones de dólares. ¿Alguien cree que si el país hubiera estado fundido y en crisis los mercados nos hubieran prestado ese monto?".

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https://www.diarioregistrado.com/sociedad-/cristina-kirchner---ustedes-le-mintieron-a-la-gente-en-todo-_a5b0fd53203e8eb343c9fc361

'Diario CONTEXTO': Continúa el conflicto en Télamy recrudece la preocupación por el avance del macrismo en los medios

jueves 31 de mayo de 2018



         ACTUALIDAD         


         POLÍTICA                






Continúa el conflicto en Télam y recrudece la preocupación por el avance del macrismo en los medios





Tras el despido de dos trabajadores de la agencia estatal, se profundiza el clima de tensión que ha generado la gestión de Cambiemos en la práctica periodística. Desde laola de cierres y cesantías en diarios y canales de TV a la persecución de medios críticos, el sector gremial advierte sobre el avance de la derecha contra el derecho a la información.

Por
                   Roberto Álvarez Mur





El conflicto desatado en la agencia de noticias estatal Télam tras el despido de dos trabajadores por orden del Gobierno, volvió a poner en foco la situación que atraviesan los medios de comunicación y la posibilidad de acceso a la información ante las presiones políticas del macrismo. Tanto el entramado establecido entre el oficialismo con las principales empresas mediáticas de Argentina como la mismísima persecución a sectores críticos del periodismo han puesto en jaque tanto la práctica profesional como la posibilidad misma de acceder a información fehaciente.
En el caso de Télam, los despidos de Angel Jozami y Fernanda Arce (ambos profesionales da amplia trayectoria) fueron justificados por la empresa estatal por difundir información “errónea” en un cable que abordaba el vencimiento de Lebacs, hecho que pondría en riesgo la “credibilidad del medio”. Según informaron a Contexto, el cable había sido aprobado por las autoridades que realizan estos controles.
El plan de lucha y asamblea permanente encabezado por los trabajadores de la agencia se profundizó ayer y desde el gremio coinciden en que estos despidos constituyen una muestra de escarmiento por parte del oficialismo. “Es inexplicable que se hayan realizado estos despidos. Puede ser una provocación, puede ser un intento de parte de las autoridades de la agencia para disciplinar a sus trabajadores”, dijo a Contexto el secretario General del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SIPREBA) Fernando Dondero. El gremialista ratificó que la asamblea a decidió profundizar el reclamo y exigir, entre otros puntos, que se retroceda con esta medida “arbitraria e informal”, que se desbloquee la clave de acceso al portal (ya que lo consideran un lockout patronal) y presentar el repudio a directivos que “intentaron romper la medida de fuerza”.
“Este Gobierno está claramente direccionado a un achicamiento de voces, fruto de los cierres de medios y el amedrentamiento a medios opositores. Eso tuvo como pata fundamental la represión a la prensa en casos de marchas y manifestaciones. El 18 de diciembre del año pasado sucedió quedó muy claro”, expresó Dondero, quien agregó que durante el 2017 hubieron 45 trabajadores de prensa baleados y 13 detenidos durante coberturas, sólo en CABA.
La sede de SIPREBA fue el espacio elegido ayer por la agencia de noticias ANRed para brindar información sobre los cuatro trabajadores de prensa que se encuentran procesados por cubrir la marcha por el primer mes de desaparición de Santiago Maldonado. La causa fue iniciada por el fiscal Germán Moldes  quien sostenía que “habrían simulado su condición de trabajadores de prensa” pese a que se encontraron cámaras y hasta chalecos que los identificaban como tales.
Por su parte, la radio FM La Patriada enfrenta una situación similar con algunos de sus cronistas, también detenidos por el mero hecho de ejercer su profesión durante las manifestaciones de diciembre contra la ley de reforma previsional. “Está claro que los objetivos del Gobierno combinan un hostigamiento muy grande a los medios no alineados con sus lógicas, con persecuciones directas a las manifestaciones y expresiones multitudinarias de descontento”, dijo a Contexto Francisco Scarzella, uno de los trabajadores de La Patriada detenidos, quienes luego fueron acusados de hechos como amenazas y atentado contra la autoridad, entre otras supuestas infracciones.
“La preocupación es absoluta porque hay un intento de disciplinamiento brutal. A eso se suma que se puede descartar con más fuerza toda información que  el Gobierno no aprueba, o cuando hay un nexo entre medios de comunicación y militancia”, expresó Scarzella, quien mencionó como ejemplar el ataque dirigido esta semana a miembros de La Garganta Poderosa.
Cabe señalar que estos mismos dilemas motivaron que se realizara hace dos semanas el Foro por el Derecho a la Comunicación y la Libertad de Expresión, organizado por el bloque legislativo de Unidad Ciudadana en la provincia, en conjunto con un centenar de representantes del campo del periodismo alternativo y contrahegemónico, donde se discutieron diferentes aspectos sobre cómo hacer frente a la situación que atraviesan los medios.








Inseguridad Nacional



jueves 31 de mayo de 2018



OPINIÓN




Inseguridad Nacional
Por             Luis  Bruschtein



A mediados de este mes, un juez federal y la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad pidieron la detención de 26 militares retirados para interrogarlos por torturas aplicadas a soldados argentinos durante la guerra de Malvinas. La pésima conducción estratégica de esa guerra y los tormentos aplicados a los soldados de la propia fuerza constituyen el mejor argumento contra la intervención de las fuerzas armadas en la seguridad interior. No estaban preparadas para una guerra convencional sino para la represión interna.

Otro ejemplo: Desde 2006, cuando el ejército mexicano comenzó a intervenir en la guerra contra el narco, hasta la fecha, se produjeron alrededor de 300 mil muertos. Más o menos 70 por día. Más o menos uno cada 20 minutos. Las cifras oficiales informan 25 mil desaparecidos. Pero fuentes serias extraoficiales calculan que podrían llegar a 200 mil. Desde que intervino el ejército, en vez de descender, esas cifras aumentaron. Según la Cruz Roja, el promedio general en enfrentamientos entre grupos armados,  indica que cada cuatro heridos, hay un muerto. En México, cuando interviene el ejército, la estadística revienta, se produce un herido cada ocho muertos. Y si se trata de tropas de élite, la cifra puede llegar a más de 20 muertos por cada herido. Son ejecuciones extrajudiciales. El ejército se ha convertido en otra fuerza ilegal.

Son dos ejemplos. Sin mencionar la sucesión de golpes militares, las proscripciones políticas, la persecución a opositores, el cercenamiento de libertades, los 30 mil desaparecidos, los muertos y los presos sin causa, que hubo en Argentina con fuerzas armadas volcadas a la Doctrina de la Seguridad Nacional e interviniendo en la seguridad interior. Esa fue la historia argentina del siglo pasado donde la democracia brilló por escasa y limitada.

La salida de la dictadura fue la recuperación de una intención democrática por parte de una sociedad sometida por referentes de poder que habían naturalizado esa pérdida de libertad en función de la tutela permanente de las Fuerzas Armadas. Fue una sociedad que salía de ese largo periodo de autoritarismo con la decisión de dejarlo atrás. Los juicios por las violaciones a los derechos humanos y en general las acciones de reparación a las víctimas y de reivindicación de la memoria como política de Estado formaron parte de esa decisión para desmilitarizar a la sociedad y profesionalizar la Defensa Nacional.

Hubo además tres leyes, la de Defensa Nacional, de Seguridad Interior y de Inteligencia Nacional, más un decreto reglamentario de la ley de Defensa, que consolidaron ese curso para impedir cualquier posibilidad de desnaturalizar la función de las Fuerzas Armadas y volcarlas nuevamente a la represión interna de la forma en que fuera. No hay matices en este punto. Una concesión implica abrir el camino a ese pasado que dejó un saldo tan doloroso, instalar a las fuerzas armadas en el podio del golpe inminente, de carta en la manga, de democracia de cotillón.

La nueva doctrina para esta reestructuración militar es impulsada en la región por el Comando Sur de los Estados Unidos. Plantea que ya no se puede hablar de hipótesis de conflicto, sino de modelos modernos de amenaza y por lo tanto se hace necesario modificar a las fuerzas armadas para enfrentarlos. Para Washington las "nuevas amenazas globales"  –  a las que se refirió Mauricio Macri en su discurso  – son el terrorismo, el narcotráfico y el delito trasnacional. Según esta visión resulta que como los militares estarían al cuete, habría que volver a usarlos en la represión interna. El ajuste planteado por el FMI interviene también en este fenómeno porque el conflicto social será cada vez más agudo.  

El PRO y la derecha radical coinciden con esta teoría diseñada por Washington para las fuerzas armadas de los países de la región, pero no para las suyas. En Estados Unidos, por el contrario, la intervención de las fuerzas armadas en cuestiones internas sería considerada un ultraje a su concepción de lo democrático. El esfuerzo por instalar el supuesto surgimiento de una guerrilla mapuche financiada desde Londres y entrenada por Venezuela, Irán y rebeldes kurdos, busca preparar a la sociedad para este retorno a viejas prácticas.

El ejemplo de lo que sucedió en Malvinas demuestra que la seguridad no es igual a defensa. Hay 95 militares denunciados en 105 casos de torturas a soldados y suman 120 denunciantes. El fiscal considera que tiene pruebas suficientes por 22 de esos casos de estaqueos desnudos, enterramientos en la tierra helada y todo tipo de maltratos. En contraste, el desconocimiento del terreno del conflicto, el mal equipamiento de las tropas, su poco entrenamiento frente a enemigos profesionales y los gruesos errores estratégicos. Era un ejército que sabía reprimir, pero no estaba preparado para la defensa.

Un detalle sintomático. El jefe del Ejército, el general Claudio Pascualini mencionó el ARA San Juan en su discurso. Pero a pesar de que es el responsable de las Fuerzas Armadas y por lo tanto de la tripulación del submarino que desapareció en el fondo del mar cuando cumplía una misión de resguardo de las fronteras marítimas, Macri lo pasó por alto. Es un registro de las prioridades presidenciales.