viernes 07 de junio de 2019
POLÍTICA
A la Generación Z le inquieta la pobreza y la mueve
la solidaridad.
La mirada política
de los centennials
Son el 22 por ciento del padrón en condiciones de votar este año. Un estudio de la consultora IPSOS relevó sus percepciones, intereses e inquietudes.
“Todo es político”, pero tienen poco apego a partidos y estructuras tradicionales. Imagen: Joaquín Salguero
Por Soledad Vallejos
Creen en la política pero no en los partidos políticos tradicionales, les resulta natural la diversidad y quieren compartir valores globales, como el cuidado del medio ambiente, aunque a la vez sientan preocupaciones profundamente argentinas y de coyuntura: para chicas y chicos de entre 18 y 24 años, la crisis económica es escuchar que sus padres y madres sienten inseguridad económica y comprobar que la heladera ya no está tan llena o no tiene lo mismo que antes. Les inquieta la pobreza, y la mitad de ellos cree que quien gane las próximas elecciones presidenciales debe tener como “atributo más importante” el de preocuparse “por la situación de los pobres”. A chicas y chicos centennials, señalaron las analistas de la consultora IPSOS que realizaron el relevamiento “Generacion Z. Hacia una política de la sensibilidad”, los mueve la convicción de que “todo es político”, y prestan especial atención a cuestiones de micropolítica cotidiana, lejos de los grandes esquemas y postulados de la política tradicional y partidaria. No mencionan al Estado como organizador de las vidas ciudadanas, pero tampoco son antisistema. ¿Por qué importa qué crean y cuáles sean sus percepciones políticas? Porque estas y estos jóvenes nacidos entre 1994 y 2010, que en Argentina son más de seis millones de personas, constituyen el 22 por ciento del padrón en condiciones de votar en las próximas elecciones.
El estudio se realizó antes de que empezaran los anuncios de candidaturas y pre candidaturas con vistas a las PASO, de modo que esas informaciones no llegaron ni a influir ni a ser medidas durante el relevamiento, que tuvo dos etapas. En la primera, cualitativa, se realizaron seis reuniones de grupos de chicas y chicos (en dos grupos: uno de entre 16 y 18 años; otro de entre 19 y 22) del área metropolitana de Buenos Aires y de nivel socioeconómico “C –clase media–amplio”; en todas las reuniones había participantes que se definían como ideológicamente afines o cercanos al macrismo, otros al kirchnerismo y otros que no se identificaban con ninguno de esos dos espectros. En la segunda etapa, cuantitativa, se recogieron respuestas de todo el país a un cuestionario online autoadministrado en dos tandas, una en febrero y otra en marzo; en todos los casos, las respuestas fueron controladas en cuanto a género y edad. Los resultados del estudio, que fueron presentados en un encuentro de prensa organizado por la consultora, también están siendo dados a conocer a equipos de los partidos políticos, con vistas a las elecciones de este año. En más de un caso, las perspectivas que emergen del relevamiento sorprenden, por estos días, a los referentes que concurren a esas reuniones.
La de los centennials es una generación que “tiene una relación muy cercana y cotidiana con la política, asimila naturalmente las relaciones de poder en sus vínculos y busca romper con mandatos que le resultan injustos”, detalló la Directora Cualitativa de IPSOS Argentina, Paula Freitor. Los datos obtenidos en entrevistas y encuestas, añadió, indican que esa generación “no cree en la representación tradicional de la clase política y no vislumbra transformaciones posibles de la mano de antiguos referentes”. De hecho, el 46 por ciento aseguró que “nunca va a sentir simpatía por un partido político”.
Para chicas y chicos centennials en condiciones de votar este año, en política lo micro define lo macro, pero no terminan de ver cuál es el paso entre uno y otro. Escapan a los binarismos y creen en las identidades flexibles y que fluctúan; quizá también por eso es que no se sienten cómodos con la polarización política extrema y prefieren la transversalidad, aún cuando no tengan muy claro de qué se trata o cómo se puede construir. Tienen lo que las analistas consideran una “visión ampliada de lo político”, según la cual “todo es político” y siempre tiene consecuencias sobre el otro. Eso se traduce, por ejemplo, en que sus percepciones muestran cambios notables con respecto a las de otros grupos etarios: la convicción de que una de las principales tareas de un próximo presidente es “la preocupación por la situación de los pobres” llega al 49 por ciento en el caso de los centennials, mientras que en el total de la población alcanza al 37 por ciento.
“Son políticas sus formas de vincularse en el plano amoroso, su conducta sexual, su manera de respetar la diversidad, su forma de cuidar el planeta, la manera en que se comportan con sus amigos o sus familias, la manera en que actúan en el trabajo”, concluyó el estudio, que advirtió que también esa preocupación va de “la política de lo cercano” al “nivel global, a través de las redes, en un mundo cada vez más conectado”. Ese mismo concepto de omnipresencia de la política lo aplican a cierta idea de “lo micropolítico”, que “implica entender que el cambio puede producirse desde lo espontáneo, desde cualquier rincón de la realidad y propagarse a velocidad por contagio”, casi como si de virales se tratara. “La macropolítica, aquello que se gesta desde las instituciones, los partidos políticos o los sindicatos, es cosa del pasado”, indicó el estudio. Para las y los centennials, según el estudio, aunque las instituciones tradicionales puedan no merecer su confianza, la política está lejos de ser mala palabra. De hecho, la conciben como una cuestión solidaria, a diferencia de los millennials, que “trataban de buscar la salida a partir de su desarrollo personal”. De hecho, en una de las reuniones de la etapa cualitativa del estudio, uno de los participantes explicó: “dependemos mucho de la política, cualquier decisión que tomemos está politizada”.
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