'Peronista, docente, psicólogo, cuervo: La persona es la síntesis de sus vínculos...'
martes, 31 de octubre de 2017
Diputada Nacional María Teresa García: CARTA ABIERTA AL PRESIDENTE DE LA NACIÓN MAURICIO MACRI BLANCO VILLEGAS
'TIEMPO ARGENTINO': El poder económico amigo del presidente, encendido en elogios
martes 31 de octubre de 2017
El poder económico amigo del presidente, encendido en elogios
Empresarios, banqueros, ruralistas, constructores: para los representantes de esos y otros sectores de la economía, la postura y las palabras de Mauricio Macri merecieron entusiastas panegíricos.
Por Redacción de TIEMPO ARGENTINO
Frases del tenor de "punto de inflexión en la política argentina", o aprobaciones como que Mauricio Macri fue "extraordinario, claro y concreto" en su discurso de esta mañana en el CC Kirchner, fue lo que mereció el presidente según la opinión de algunos hombres de sectores de la economía, afines al gobierno. Por ejemplo, Carlos Iannizotto (Coninagro), Claudio Cesario (Asociación de Bancos); Miguel Acevedo (UIA); Luis Miguel Etchevehere (Sociedad Rural) y Gustavo Weiss (Construcción), se desvivieron en elogios.
Es el caso del presidente de la Asociación de Bancos de la Argentina (ABA), Claudio Cesario, quien calificó al discurso como un "punto de inflexión en la política argentina", al tiempo que "constituye un mensaje esperanzador hacia la sociedad". El banquero avanzó: "(Macri) Empezó recordando a Alfonsín y los 34 años de democracia ininterrumpida en nuestro país y propuso reformas y transformaciones culturales y estructurales dirigidas a atacar la pobreza y fijar bases sólidas para crecer y desarrollarnos de forma sostenible".
Por su parte, el titular de la Unión Industrial Argentina (UIA), Miguel Acevedo, dijo que lo impresionó "el rol de liderazgo de Macri para ponerse al frente de temas tan importantes". Agregó que "si bien no se dieron detalles de los proyectos de reforma, con el correr de estos días vamos a ver de qué se trata y cómo colaborar con cada uno". Tras escuchar el discurso del mandatario con los lineamientos de las reformas previstas en los dos años restantes de la actual gestión, el empresario sostuvo que "dentro de los 3 ejes planteados por el Presidente, la UIA está en condiciones de colaborar y hacer sus aportes", y puso como ejemplo que hay un "muy buen diálogo con el gobierno con el tema de riesgos del trabajo y juicios laborales (…) Esto hace a la competitividad y a temas con los que tiene relación directa la institucionalidad".
El presidente de la Cámara de la Construcción, Gustavo Weiss, no se quedó atrás. Exultante, calificó el discurso de "extraordinario, claro y concreto" en sus tres ejes, los cuales resaltaron "lo macroeconómico, lo referido al empleo y lo institucional". Weiss dijo que en relación al logro del incremento del empleo formal en el sector privado "cualquier medida es bienvenida". Agregó que, en la construcción, las grandes empresas "tienen al personal formalizado en su totalidad" y advirtió que la informalidad se da en trabajos pequeños como la refacción de casas o tareas de pintura. "Es más fácil lograr la formalidad laboral en rubros como fábricas, comercios", reflexionó. Luego, en referencia a la política antiinflacionaria, que "si logramos que descienda dos o tres puntos anualmente, llegaremos a un nivel de estabilidad que permitirá el crecimiento del mercado de capitales con fondos que se volcarán a los bancos para que se otorguen más préstamos (…) Tenemos que empezar a transitar para que el nuestro se convierta en un país normal".
Por su parte, el presidente de la Sociedad Rural, Luis Miguel Etchevehere, dijo en el mismo acto que "todos vamos a tener que aportar algo para construir un futuro diferente". Para el dirigente rural, que escuchó al presdiente desde el Centro Cultural Kirchner, el discurso fue "fundacional, ya que no dejó ninguno de los temas importantes por tratar. Coincidimos en la forma que propuso para trabajar las cadenas de valor para generar la competitividad indispensable que necesitamos a la hora de generar empleo, particularmente con una visión de arraigo para nuestro sector". El dirigente agregó: "Este tipo de planteos, donde cada uno va y aporta algo, es la verdadera forma de generar empleo y competitividad. Es lo que vemos en las mesas de carnes y en la foresto industria, donde todos vamos, proponemos, cedemos y ayudamos a que los sectores mejoren". En este sentido, dijo que esos trabajos mostraron resultados concretos, como el aumento del 30% la exportación de carnes, "todo un ejemplo de la valoración que tiene el Gobierno al momento de dialogar".
Finalmente, el titular de Coninagro, Carlos Iannizotto, "la propuesta del presidente Macri fue muy interesante desde el punto de vista que se hace cargo de los problemas que tiene el Estado, que son el empleo, el tema fiscal y la pobreza. Coincidimos en el enfoque, queremos ver qué pasa cuando se presenten las propuestas concretas".
'DIARIO REGISTRADO': La misma piedra
Mi abuela tenía siempre un refrán en la punta de la lengua, listo para salir disparado a la primera ocasión propicia.
Las ocasiones propicias para que mi abuela descerrajara un proverbio oportuno se daban varias veces al día, o bien porque la vida traía pocas novedades o porque ella atesoraba refranes como quien acumula clavos, tornillos y arandelas oxidadas en un frasquito: de a cientos, por las dudas y al divino botón.
El bibliorato de la sabiduría
A diferencia de mi abuela, además de los clavos, tornillos y arandelas, mi padre coleccionaba sentencias, pero no anónimas, fruto de la escéptica sapiencia y la amarga experiencia popular, sino salidas de la agudeza de algún clásico. Y no las acopiaba en un frasquito sino en hojas canson, tamaño carta, agujereadas con la perforadora de escritorio y prolijamente encarpetadas en un enorme bibliorato.
Cada hoja contenía, transcritas en tinta china, con plumín o pluma cucharita, entre seis y diez sentencias, dependiendo de su extensión, siendo recomendable su brevedad: para resultar efectiva, la verdad debe ser tan escueta, contundente y precisa como esputo de trompetista.
Pero así como la formidable memoria de mi abuela y su indudable capacidad de asociación le permitían tener a mano, siempre pronto, el adagio adecuado para cualquier ocasión, algo parecía ocurrirle a mi padre: olvidaba las sentencias apenas pasadas a letra gótica, como si de solo constar en la hoja canson adquirieran vida propia y, por sí mismas, alcanzaran la potencia suficiente como para enderezar los torcidos asuntos humanos.
Al igual que Mahoma con el Corán, mi padre jamás se rebajó a releer su bibliorato de la sabiduría, de ahí que en su estilo de homeópata unicista recurriera a una máxima universal, adecuada para las ocasiones más diversas y contradictorias.
A decir verdad, las sentencias eran dos pero, de mirárselas con alguna atención, podrá advertirse que se trata de dos aspectos de una única fatalidad: "Nada nuevo hay bajo el sol", y su sofisticada variante: "El hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra".
Más allá de las fantásticas imágenes que metáforas de esta clase pueden provocar en una mente infantil, se trataba, indudablemente, de una Gran Verdad, de la clase que sólo los padres son capaces de formular. Aunque nunca pude sacarme de la cabeza la sospecha de que, a sus ojos, nada de lo que yo pudiera descubrir revestía la menor novedad y, muy probablemente, yo acababa de tropezar por décima o vigésima vez con la misma estúpida piedra.
A tantos años de distancia todavía no acabo de discernir si el adagio era acertado o no se trataba más que de uno de esos tantos macanazos que nuestros mayores solían propinarnos con la desaprensiva prodigalidad de quien arroja una torta de crema al rostro de su vecino, porque no me digan que no es jodido ser echado a trastabillar por el mundo con la certeza de que por más que se haga y deshaga, jamás se conseguirá descubrir cosa alguna capaz de alterar o, al menos, engañar al destino.
No es casual, entonces, que uno se niegue tozuda, ciegamente, a darle crédito a semejantes sentencias pero, andado el camino, no puede más que convenir que, sino en su carácter ontológico y en mayúsculas, al menos en su encarnación colectiva de pueblo, comunidad, grupo, hinchada de fútbol o asociación filatélica, el hombre no hace otra cosa que tropezar siempre con la misma piedra.
En la esperanzada ilusión de que se trata de piedras diferentes, demora un tiempo en comprobar, con la consiguiente amargura, que su fantástico avance consistió en regresar al punto de partida, aunque con el dedo gordo del pie más machucado que antes.
Sin antídotos
Más modesto o acaso más sabio que Mahoma, Moisés, Aristóteles, Marx, Einstein, Adolf Hitler o cualquiera de los demás Evangelistas, mi padre ha de haber vacilado antes de legar al mundo su bibliorato de la sabiduría, seguramente temeroso de los males que podría provocar de ser manipulado por gentes inexpertas o desaprensivas: nadie ha conocido el destino de las hojas canson que compendiaban, tal vez mejor que ningún tratado, todo el saber humano acumulado tras miles de años de no descubrir nunca nada nuevo y de tropezar una y otra vez con la misma piedra.
Una lástima: así como había descubierto un antídoto para cada uno de los refranes con los que a lo largo de su vida lo aburrió mi abuela (a un "Al que madruga Dios lo ayuda" se correspondía un infalible "No por mucho madrugar se amanece más temprano"), tal vez había descubierto una contraindicación para que los humanos del siglo XXI pudiéramos alentar la esperanza de que las piedras con las que nos machucamos el dedo gordo del pie fueran, al menos a veces, diferentes.
El bibliorato extraviado podría acaso habernos servido de consolación cuando los actos cotidianos parecen hasta tal punto remakes de acontecimientos remotos que, en cualquier momento, uno espera ver una multitud aplaudiendo en Plaza de Mayo el asesinato de Santiago Maldonado. No sería extraño: en la tarde de un domingo 10 de junio de 60 años atrás, otra multitud saludó los primeros fusilamientos desde 1931, exigiendo a viva voz que el gobierno libertador y democrático acabara, de vez por todas, con la leche de la clemencia.
Dando cumplimiento al mandato de sus fieles, el gobierno libertador y democrático procedió a asesinar a más de treinta ciudadanos de manera tal que, unos días después, el 14 de junio de 1956, un exultante Alberto M. Candioti, embajador argentino en Londres, pudiera escribir al vicepresidente Issac Francisco Rojas, principal artífice de la ordalía: "Gracias a la ejemplar violencia con que fue aplastado el movimiento y a la ejemplarizante aplicación de la ley marcial (que detendrá futuras criminales intentonas) el crédito ha renacido, y en estos mismos instantes están tratando en el Banco de Inglaterra, en Londres, dos representantes de nuestro Banco Central con los representantes de varios bancos centrales europeos para establecer las normas de un intercambio comercial en sistema multilateral de pagos".
Argentina volvía a entrar al mundo, una vez más, para lo cual todos los diputados y senadores peronistas habían sido alojados en las más diversas cárceles del país junto a ex ministros, empresarios, más de 3500 activistas políticos y gremiales y hasta el presidente de la corte suprema.
Es sabido lo que ocurrió en años posteriores y, puesto que, según establecen los principios de la inercia, una cosa lleva a la otra, es igualmente posible saber qué ocurrirá en el futuro. Pero desde que suena perfectamente natural que quien corte rutas en favor de los terratenientes sea beneficiado con una banca de senador y quien las corte en defensa de los que poco y nada tienen merezca ser asesinado, es evidente que – mal que le pese al padre del aula Sarmiento inmortal – la sangre no enseña nada y sino los hombres en general, al menos los hombres de esta tierra parecen estar condenados a seguir machucándose el dedo gordo siempre contra la misma piedra.
Uno, que desde aquel entonces ha escuchado hablar, a medias, como se habla delante de los niños o como los niños creen que se habla delante de ellos, ha podido leer y escuchar ya de adulto acerca de esas mismas historias, en ocasiones, de boca de testigos, víctimas y verdugos. Es así que los vítores y aplausos con que el público saludó a la gendarmería – la misma que poco antes había asesinado a un joven por el delito de cortar una ruta en solidaridad con los nadie – en momentos en que procedía a detener a un diputado nacional cuyo crimen comprobado es el de haber sido ministro de un gobierno al que se tiene por "depuesto", de algún modo me recordaron el relato que escuché del suboficial Andrés López en el living de su departamento de Parque Centenario.
El suboficial mayor Andrés López fue uno de los siete refugiados políticos que en junio de 1956, en momentos en que Argentina volvía al mundo, el general Domingo Quaranta arrancó de la embajada de la República de Haití con la intención de fusilarlos.
Transcribí las palabras del suboficial López, con las omisiones y agregados del caso, en una historia con pretensiones de novela compuesta, casi a partes iguales, de ficción, documental y testimonio. He aquí, de Sin árbol, sombra ni abrigo, el relato de don Andrés López
Una negra de mierda
– ¡Tanco! ¡Nada menos! – exclamó el general Quaranta.
El general Domingo Quaranta tenía un cerebro de peso standard y volumen aparentemente normal, que no funcionaba con normalidad. Convocó a un grupo de sus hombres e irrumpió en la legación diplomática de Haití en momentos en que, en el Palacio San Martín, el embajador comunicaba que también el señor Raúl Demetrio Tanco, de profesión militar, se encontraba bajo la protección de la República de Haití.
El grupo de agentes de la SIDE se dirigió directamente a la construcción anexa a la residencia del doctor Brierre y sacó violentamente a los refugiados de las habitaciones que ocupaban. Las barajas quedaron desparramadas por el piso.
– Pero la puta que lo parió – bufó García.
A los empujones, el contrariado García, los coroneles Salinas, González y Digier, el capitán Bruno, el suboficial López y el general Raúl Tanco fueron llevados hasta la calle y alineados en la vereda, de espaldas al muro de ladrillos de la embajada, y obligados a colocar las manos en sus nucas. Tres de los veinte hombres con que Quaranta había realizado el inusual procedimiento se apostaban en medio de la vereda, con sus metralletas en la cintura, listos a descargar sus ráfagas sobre los detenidos.
– Tanco. – murmuraba un sonriente general Quaranta – Ahora vas a ir a hacerle revoluciones a san Pedro.
Su deficiente cerebro estaba enviado señales eléctricas al general Domingo Quaranta.
Las señales decían: "No sea menos que nadie y fusílelos acá mismo".
Acá mismo era la embajada de Haití.
Los agentes de la SIDE apuntaron sus metralletas, pero Therese Brierre, esposa del embajador, irrumpió a los gritos, tratando de librar a Domingo Quaranta de las perniciosas señales eléctricas de su descompuesto cerebro.
– Antes tendrán que matarme a mí – exclamó la mujer interponiéndose entre los refugiados y las bocas de las metralletas.
El general Domingo Quaranta la apartó de un empujón.
– ¡Callate, negra hija de puta! – dijo.
Si la Revolución Libertadora había sido hecha para que el hijo del barrendero fuera barrendero y los suboficiales siguieran siendo suboficiales y no pretendieran dar órdenes a los oficiales, era de sentido común que también los negros debían seguir siendo negros, y no embajadores. Y de las negras, ni hablar.
El tumulto llamó la atención de transeúntes y vecinos.
– Vamos a la esquina – ordenó Quaranta.
Con las manos entrelazadas detrás de la nuca, los detenidos caminaron en fila india hacia la esquina de Monasterio y San Martín, rodeados de los agentes y ante las miradas de vecinos y curiosos. De haber conocido el barrio, Quaranta hubiera llevado a los hombres hacia la mucho menos transitada esquina de Arenales, donde podría haberlos ametrallado con comodidad, pero nadie puede saberlo todo, y menos que nadie, el jefe de la Secretaría de Informaciones del Estado.
Apenas llegados a la calle San Martín, Quaranta ordenó a los detenidos colocarse contra la ochava. Un par de ráfagas, y listo el pollo, se dijo, cuando un colectivo se detuvo en medio de la calle. El chofer no podía apartar su vista de las ametralladoras de los agentes dela SIDE, de la hilera de hombres con las manos sobre sus cabezas y del grupo de vecinos que aguardaba a prudente distancia, sobre la calle Monasterio.
El chofer no podía ver el chisporroteo que sus deterioradas terminales nerviosas provocaban en el cerebro del general Quaranta, pero sí podía ver al general, forcejeando en la vereda con una mujer negra.
El general Quaranta no llevaba uniforme, por lo que el chofer no podía saber que se trataba de un general ni, mucho menos conocer su nombre, pero Therese Brierre era ostensiblemente negra. Una mujer negra, alta y elegante, forcejeando en la vereda con un hombre de aspecto desquiciado ante un público compuesto de vecinos, transeúntes muy atildados y hombres armados, tenía que llamar la atención de cualquiera.
Curiosamente, pensó el chofer, los siete hombres alineados sobre la ochava parecían indiferentes al tumulto y permanecían con las manos sobre sus cabezas.
Demoró pocos segundos en asociar esa imagen con los fusilamientos que se habían sucedido en los días anteriores.
– Los van a fusilar – gritó, sorprendido y a la vez excitado. No todos los días era posible ver un fusilamiento.
Desde que el 1 de febrero de 1931, cuando los anarquistas Severino Di Giovani y Paulino Scarfó caían muertos en el mismo patio de la Penitenciaría Nacional en que acababa de ser abatido el general Juan José Valle, no había tenido lugar en el país ninguna clase de fusilamiento. Pero en esos días de junio, no se hablaba de otra cosa.
– La puta que lo parió. – seguía bufando García – Tenía 32 de mano.
A su lado, López sonrió:
– Te salvaste. Yo ligué un siete y un seis de espadas.
– Siempre el mismo mentiroso.
– ¡Cállense! – gritó Quaranta, apartando una vez más de su lado a Therese Brierre. Al hacerlo, giró a medias y su mirada se cruzó con la del boquiabierto chofer del colectivo. Sobresaltado por el brillo enloquecido de los ojos de Quaranta, el chofer colocó primera. Quaranta lo encañonó con su pistola reglamentaria.
– ¡Alto! – gritó. Y rápidamente agregó, dirigiéndose a uno de sus agentes – "Incaute ya mismo ese colectivo. Nos llevamos a los insurrectos a otro lado."
Sin contemplaciones, algunos agentes bajaron a los pasajeros mientras los detenidos, encañonados por las ametralladoras, subían por la puerta delantera.
El grupo de vecinos se acercaba más y más. Su presencia intimidaba a Quaranta, quien, en prueba de que no había perdido del todo la cordura, creía contraproducente fusilar a los insurrectos en plena calle y ante tantos testigos.
– Vamos – ordenó Quaranta.
Debido al nerviosismo, el chofer desembragó con brusquedad, el colectivo dio un salto hacia adelante y Quaranta estuvo a punto de caer al piso. Se aferró con su mano izquierda al parante detrás del asiento del chofer, al que no dejaba de encañonar con su pistola reglamentaria.
Los hombres y en especial las mujeres del vecindario habían rodeado el colectivo, al que golpeaban con furia.
El rostro de Bruno se ensombreció. Estaba sentado junto a una ventanilla, a la que había abierto apenas, para dejar entrar un poco de aire.
– ¿Qué gritan? – preguntó Salinas, a su lado.
– Quieren que nos maten – susurró Bruno.
Ajeno a la popularidad que hubiera tenido en el vecindario el ametrallamiento de los detenidos, prueba de que las gentes distinguidas sí habían perdido completamente la cordura, Quaranta urgía al chofer a alejarse del lugar.
– Vamos, siga para allá.
Varios asientos más atrás, López murmuró.
– Nos llevan para el río. Estos hijos de puta nos van a fusilar en la costa.
García cerró los ojos y suspiró.
– Está cortada en Libertador – dijo el chofer que, como López, parecía leer la mente del general Quaranta.
Todo parecía planeado por el mismo diablo peronista para que Quaranta no pudiera cumplir su cometido.
– Vuelva atrás. – ordenó al chofer – Vamos a la capital.
Al llegar a Madero, el colectivo dobló a la izquierda, volvió a doblar en Arenales y subió hacia Maipú.
Al llegar a Monasterio pudieron observar que en la vereda de la embajada, Therese Brierre continuaba gritando, rodeada por los vecinos.
– Les salauds! Ils les ont pris pour les tuer! Sans parler du viol de la souveraineté d'Haïti! – exclamó antes de entrar corriendo en la residencia, desde donde se comunicaría con el Ministerio de Relaciones Exteriores de su país y denunciará la violación a la soberanía de Haití a las agencias periodísticas internacionales.
– Negra de mierda – gritaban los elegantes y educados vecinos y vecinas de Vicente López.
https://www.diarioregistrado.com/opinion/la-misma-piedra_a59f85bb6469c062c487820bd
'NUESTRAS VOCES': El huevo PRO de la serpiente
El huevo PRO de la serpiente
El periodista Jorge Elbaum señala que la "escena marquetinera del macrismo no solo obnubiló votantes, esperanzados con una derecha dialoguista y republicana, sino que sedujo – al igual que en tiempos de la primera Alianza . - a distintos observadores" que hoy realizan "malabarismos teóricos para explicar las mutaciones de aquello que estaba en su origen". Además, puntualiza que todos los movimientos del oficialismo exponen "la identidad intrínseca y estructural de un modelo oligárquico".
"Qué hermosa apariencia tiene la falsedad"
William Shakespeare
Desde la asunción del gobierno de Mauricio Macri, distintos periodistas e investigadores describieron al modelo del PRO y de "Cambiemos" como la expresión de una derecha moderna, republicana y democrática. La expusieron, incluso, ajena a los modelos tradicionales corporativos y discriminatorios, característicos de las diferentes formas que asumieron a lo largo de la historia. Gran parte de sus análisis se concentraron en la discursividad, la cultura política, la observación de sus usos tecnocráticos, su presentación pública y sus manifestaciones comunicacionales. Todos esos análisis dejaron de lado llamativamente dos aspectos centrales de cualquier caracterización política situada: su vínculo con la esfera de la producción y el trabajo y su impronta en relación a la utilización de la violencia "legítima" del Estado.
La escena marquetinera del macrismo no solo obnubiló votantes, esperanzados con una derecha dialoguista y republicana, sino que sedujo –al igual que en tiempos de la primera Alianza- a distintos observadores que confundieron la delicadeza infantil de los globos y su musicalización evangélica de optimismos abstractos, con un territorio fértil para la construcción de equitativos consensos ciudadanos. Esos mismos referentes "biempensantes" postularon una "pacificación" de las álgidas discusiones políticas que se diversificaron como producto de la reimplantación, durante doce años, del Proyecto Nacional. Los medios hegemónicos, y sus intelectuales orgánicos, caratularon de "grieta" a lo que supuso un nuevo patrón de distribución de la renta, donde se beneficiaba a los trabajadores y desocupados, cuestionando la matriz instalada desde 1976 hasta los inicios del siglo XXI.
La "concordia" anunciada tuvo, desde sus orígenes, la subyacente intencionalidad de disolver la capacidad de transformación que se anidaba en la continuidad -y profundización- del debate público ciudadano, con el sector más empobrecido de la sociedad, empoderado como sujeto social legitimado. La publicidad de una "derecha moderna" duró poco y sus difusores hacen en la actualidad malabarismos teóricos para explicar las mutaciones de aquello que estaba en su origen. Paralelamente, el gobierno de cambiemos empezó a mostrar a su "rey desnudo", apelando a una discursividad más autoritaria y persecutoria, combinándola con las consabidas frases hechas, eslóganes e invitaciones a esperanzas abstractas y meritocráticas.
La escenificación "popular" del macrismo se instituye en la actualidad a partir de fotos carentes de espontaneidad, montadas en calles desiertas o rutas despejadas de potenciales opositores. Todos sus movimientos exponen la identidad intrínseca y estructural de un modelo oligárquico que requiere de tres condiciones para perpetuarse: (a) acoplarse a las corrientes internacionales que disciplinan a los trabajadores, para garantizar su renta, (b) reimplantar el sitial de privilegios para sus grupos hegemónicos, para legitimar su dominación, y (c) apelar a la represión como mecanismo de visibilización de autoridad.
¿Cómo discutir el macrismo? (Una polémica con Natanson)
Una columna de José Natanson publicada en Página/12 sobre los motivos del voto a Cambiemos desató una polémica en redes sociales a la que se suma Horacio González y aporta su visión del tipo de derecha y de proyecto neoliberal que encarna Macri desde Cambiemos. Los discursos de poder y la ideología de la clase … Sigue leyendo¿Cómo discutir el macrismo? (Una polémica con Natanson)
Históricamente se denomina "reaccionarios" a los sectores que responden con violencia ante la potencial o real irrupción de cambios sociales. En nombre de su "orden social", los sectores portadores de privilegios son –y han sido- capaces de despedazar a quienes se atreven a desafiar un estatus quo en el que asienten su espacio de prerrogativas. En la actualidad, el modelo neoliberal rentista se ha lanzado brutalmente a la recuperación del terreno perdido en Latinoamérica desde inicios del siglo. Esta restauración incluye, como en todos los procesos similares sucedidos en el último siglo, la utilización del miedo a los "extraños" y la apelación al enfrentamiento de la "corrupción" como dos caras de la misma moneda, dispuestas para la reimplantación de una tasa de ganancia acorde a sus expectativas,
Tanto Europa como América se encuentran atravesados por el mismo intento de "restauración" que tiende a etiquetar a migrantes, minorías y desocupados como los peligros instituidos que deben ser disciplinados, reprimidos, segregados o encarcelados. El terrorismo internacional y el narcotráfico son los subterfugios para instalar peligros e hipótesis de conflicto. Mientras Trump sugiere expulsar a los niños y adolescentes latinoamericanos que permanecen sin sus familias en Estados Unidos e intenta construir un muro a lo largo de la frontera con México, Macri, su ministra de seguridad, Patricia Bullrich, y sus medios de comunicación afines, buscan relacionar la desaparición de Santiago Maldonado con movimientos subversivos ligados con guerrilleros kurdos y con las (disueltas) Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.
Los datos cotidianos de los últimos años contribuyen a conformar un clima de época que exige la implantación de una agenda pública que justifique intervenciones, inversiones en material de seguridad, armamentos, discursos belicistas y políticas represivas. Luego de la masacre en Las Vegas, Trump acusa al "mal supremo" de ser la causa de los casi sesenta asesinados, sin hacer referencia a los empresarios fabricantes de armas o a políticas de control de las mismas. Las "amenazas" se multiplican y el lenguaje de la multilateralidad diplomática es sustituido por permanentes advertencias de intervenciones militares – en Venezuela, en Corea del Norte, en Irán - contribuyendo a una escalada de belicismo discursivo (con ecos nucleares) desconocido en los últimos cincuenta años, desde la denominada crisis de los misiles hasta nuestros días.
El aislacionismo británico expresado en el "Brexit", la irrupción del partido neonazi "Alternativa por Alemania" que cuestiona las políticas de Merkel por considerarlas permisivas, la presencia de discursos fascistas en Francia, enunciados por el partido de Marine Le Pen que humillan diariamente a los musulmanes, los discursos islamofóbicos de Geert Wilders y su Partido por la Libertad holandés y la guerra civil en Siria completan un escenario de inestabilidad cuyo trasfondo es la crisis económica producida por la financiarización de la economía mundial, y sus consecuentes conflictos migratorios, derivados de la ausencia de proyectos internacionales de desarrollo sustentable.
Esta inestabilidad es acompañada por otro aspecto del mismo proceso, consistente es un nuevo ciclo de endeudamiento, especialmente por parte de varios Estados latinoamericanos, entre ellos el nuestro, que presagian un futuro de mayor sumisión a los centros financieros internacionales, quienes reiterarán sus exigencias de desregulación, flexibilidad laboral y achicamiento del gasto público. Esta situación brinda un clima propicio para formatear "chivos expiatorios" y fantasmas capaces de instalar la existencia de "grupos de alta peligrosidad social" o simplemente instaurar modelos de jerarquía social en los que algunos grupos serán cosificados, estigmatizados y humillados. Esta es una de las obvias externalidades de un proyecto de derecha, absolutamente ajeno a cualquier forma de "pacificación".
Para llegar al resultado electoral de ayer Cambiemos recorrió un camino que incluyó créditos personales, retraso hasta hoy del aumento de combustibles, extensión del Fútbol para Todos gratuito a los abonados de Cable y dejar la nueva tanda de tarifazos para lo que queda del año. Publicado en Página/12 En todo el país, la Anses … Sigue leyendoEl populismo "bueno"
Un apresurado racconto de declaraciones y acontecimientos promovidas por la derecha macrista, en relación a diferentes grupos vulnerables o colectivos históricamente discriminados, muestra a las claras el comportamiento retrógrado y reaccionario que el marketing naturalizador ha intentado maquillar detrás de sonrisas, globos y evangelizaciones fariseas. La derecha republicana y dialoguista asume su verdadero rostro:
– El 8 de julio de 2009, el entonces Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, afirma que los repetidos cuestionamientos a su Jefe de Policía, Jorge "Fino" Palacios "se habían convertido en un Auschwitz", haciendo una analogía entre la crítica a quien fue procesado por escuchas telefónicas y los campos de exterminio.
– En 23 de marzo 2010, Macri fue consultado sobre si "los extranjeros pueden atenderse en los hospitales públicos de la ciudad". El entonces Jefe de Gobierno respondió: "El extranjero no está bien que se atienda sin pagar".
– En diciembre de 2010, a raíz de la ocupación del Parque Indoamericano tanto Macri como su jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta, atribuyeron la intrusión en Villa Soldati como producto de una "inmigración descontrolada", catalogando a despreciativamente a los ciudadanos latinoamericanos ocupantes de las tierras.
– El 12 de septiembre de 2013, luego de escuchar una presentación sobre el Holocausto, Macri afirma que "hay que terminar con el tema de la memoria…hay que mirar para el futuro…dejar el pasado atrás."
– El principal asesor de comunicación de Macri, Jaime Durán Barba, asevera ante la Revista Noticias, el 8 de noviembre de 2013 que "Hitler era un tipo espectacular".
– El 22 de abril de 2014, Mauricio Macri afirmar que "A todas las mujeres les gustan que les digan un piropo. Aquellas que dicen que no, que se ofenden, no les creo nada. No puede haber nada más lindo (que un piropo), por más que esté acompañado de una grosería, que te digan 'qué lindo culo que tenés'".
A diferencia del totalitarismo, el totalismo macrista no es un orden estricto y macizo, es el vaciamiento de república, democracia, pluralismo y ley con ideas "flotantes" y huecas. A partir de las memorias políticas de un militante de los 70, Horacio González hilvana los hilos de la ideología Cambiemos. Días pasados, revolviendo el cajón de recuerdos, … Sigue leyendoEl totalismo macrista
– El 21 de marzo de 2015 el actual presidente de la Argentina afirmó, suelto de cuerpo, que la homosexualidad "es una enfermedad" y un homosexual "no es una persona ciento por ciento sana".
– Marcos Peña recibe en Casa Rosada –el 14 de julio de 2015– a representantes del agrupamiento Bandera Vecinal, partido neonazi liderada por Alejandro Biondini
– El Secretario de Derechos Humanos Claudio Avruj afirma el 25 de agosto de 2016 –en relación a la Shoá, el exterminio de judíos durante la segunda guerra mundial- que "nunca se determinó fehacientemente si (las víctimas) son 6 millones o 5 millones…".
– El 7 de septiembre de 2016, la ministra de seguridad de Argentina, Patricia Bullrich –en un alarde indisimulado de islamofobia–, anuncia la captura de El Sayed, un supuesto terrorista libanés, buscado por Interpol, con pasaporte falso de Paraguay, sin notificar que se trataba en realidad una persona de nacionalidad paraguaya, de origen libio, con pedido de captura por delitos comunes en Brasil.
– El Fiscal Federal Gerardo Pollicita, consustanciado con el gobierno del PRO, declara el 10 de diciembre de 2016 que el atentado a la AMIA se llevó a cabo contra ciudadanos israelíes, confundiendo a las víctimas argentinas (algunas de las cuales eran de origen cultural o confesional judío) con ciudadanos de otro país.
– El 14 de diciembre de 2016 el Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial (CERD) difunde sus observaciones sobre la situación de la Argentina y destaca que los indígenas, afrodescendientes y migrantes enfrentan un agravamiento de la discriminación. Cuestiona, también, el alto número de desalojos y "los incidentes con alto nivel de violencia contra las comunidades indígenas".
– En enero de 2017, el gobierno de Bolivia pide explicaciones a Argentina por expresiones xenófobas y discriminatorias proferidas por la ministra argentina Patricia Bullrich, contra todos los inmigrantes de la región que llegan a su país, a quienes criminaliza asociándolos con el narcotráfico. El cónsul de Bolivia en Argentina, Jorge Ramiro Tapia Sainz, dijo el jueves sentirse indignado por las declaraciones de Bullrich, y ha pedido a su Gobierno que tome una posición firme frente a las "desafortunadas" declaraciones de la funcionaria argentina.
– El 30 de enero de 2017 Macri modifica la Ley de Migraciones mediante un decreto que endurece los controles migratorios en la Argentina. En el DNU se asocia a los migrantes con el delito, apuntando a revolver las problemáticas del "crimen internacional organizado" en la misma agenda que los derechos humanos de la migración.
– El ministro de Educación, Esteban Bullrich define a los nazis el 26 de marzo de 2017 como una "dirigencia que no supo unir", en un acto realizado en la Casa de Ana Frank en Ámsterdam.
– En marzo de 2017 el organismo internacional dedicado a las migraciones advierte al gobierno argentino sobre las estadísticas equivocadas utilizadas por el macrismo para fundamentar su Decreto de Necesidad y Urgencia. El documento pone en evidencia la sustancial diferencia entre el 21 % de la población carcelaria que dice el Gobierno que representan los extranjeros y el 6 % establecido por estadísticas carcelarias verdaderas.
– El 26 de julio de 2017, el concejal del PRO de San Miguel de Tucumán, Agustín Romano Norri, fue denunciado por empleadas del consejo deliberante por desarrollar practicas misóginas. Además, fue acusado de referirse a Eva Duarte de Perón con la frase más aborrecible utilizada contra la líder popular: "Viva el cáncer".
Los sucesos no son sólo expresiones de deslices discriminatorios sino, básicamente, evidencias de una impronta neo fascista que el sentido común y la naturalización mediática intentan esconder debajo de la alfombra. Macri es la expresión local de Trump y las ultraderechas europeas: sólo el odio embrutecedor del privilegio puede evaporar el sinnúmero de detalles que configuran el mapa del desprecio, la segregación y la defensa de las jerarquizaciones sociales. ¿En qué arcón de la historia intelectual se ocultarán los diferentes análisis que clasificaban al macrismo como una "derecha moderada"?
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Derroteros
¿Qué decir? No debe avergonzar esta pregunta que reviste una nota íntima e incierta, al contrario del más decidido ¿qué hacer? Este último pasa a la historia como una filosofía de la praxis. El "qué decir" parece en cambio el titubeo de las almas muertas de Gogol. Lo ocurrido en estos días obliga a pensar la dimensión que tiene la ruptura de las clases populares con su representación clásica. Esto ocurre en todo el mundo debido a que el concepto de interés de clase ha quedado sustituido por la idea de pulsión, o de clases de pulsiones. Es decir, el consumo de mitologías. La atracción por pasiones fantasmáticas colectivas y – para no parecer psicologista – de fórmulas construidas para la credulidad inmediata surgida de amenazas indeterminadas. Esa indeterminación, repleta de bandos y proscripciones, momentáneamente ha triunfado. El "se robaron todo" adquiere la dimensión de un grito de guerra – según la expresión del ministro de Cultura, que por el momento ocupó la función del Ministerio de Gritos – y una vez más nos vemos abrumados por una cuestión fundamental que toda sociedad atraviesa en los momento de mayor peligro. Se trata de la confusión entre el mito y la realidad; mejor dicho, entre una forma ruin del mito y una forma dialéctica de la realidad.
Creadores específicos de este tipo de mitos que vulneran la libertad de conciencia son los que practican ciertos personajes de la actualidad, ellos también, a su manera, ficcionales. Uno de ellos, gracias a eso, tuvo la mitad de los votos de la Ciudad de Buenos Aires. Porcentual, tal personaje, que no es necesario nombrar, dijo primero que Maldonado estaba en Chile, "en una probabilidad de 20 por ciento", luego deslizó de modo risueño una frase sobre el congelamiento a que habitualmente se liga a un personaje creador de una masiva literatura infantil, para luego explicar que todo lo hizo para "no asustar a la sociedad". Para no agregarle una alarma más, para cuidarla en el sentido de no decir lo que realmente ocurría. ¿Y en qué consistía esa verdad? En que se estaba "fabricando un desaparecido". Miseria, miseria de esta filosofía.
Primero: hay que decir que hay una gran novedad en curso, que nadie practicó hasta el momento, ni siquiera el peronismo en sus momentos dorados de los años 40. Considerar que alguien debe "proteger a la sociedad", "darle a conocer" ciertas cuestiones en el momento adecuado y en otros no. El resultado es una intolerable infantilización del vínculo del político con la "sociedad", que como se sabe, es bien complejo y nunca sometido a ese protectorado de la niñez. El totalitarismo real comienza con esa frase. Y segundo, la fórmula mesiánica falaz se corresponde a la forma adormeciente del mito. El mito es una forma de vida silenciosa, que está detrás de todas las cosas y que no se proclama. Quien lo hace, tarde o temprano, será devorado por las esfinges que acompañan gobiernos.
Como todos sus pozos ocultos en turbias aguas ellos los taponan enseguida, con sus grúas comunicacionales, hay que decir entonces que no se vulnera así, tan impunemente el cuerpo de Milagro Sala, que no se inventan peritajes así como así, tal como en el caso Nisman, que no se balbucean palabras de un libreto calculado como suele hacer la sagaz dama que gobierna la mayor provincia del país. "Apareció un cuerpo, ojalá no sea Maldonado, lo quiero con vida, pensé." ¿No es esta frase de la gobernadora provincial otro ejemplo de un dictado infantil? ¿No era otra forma de aliviar el papel de la Gendarmería, asociándose a un deseo que se poseía genuinamente por parte de la familia, apoderándose de ese anhelo? Apoderarse de un deseo es el gesto del ladrón de sentimientos. Organiza pues sus sentimientos según convenga frente a lo que imagina que es una sociedad puerilizada, cándida en su bagatela. Deseo que este ser específico esté con vida. ¿Pero qué decir si fuera la muerte de otro cuerpo? ¿Si se le hubiera restado al cuerpo realmente aparecido el nombre de Maldonado? Sabemos que no fue así. ¿Pero no habría sentimiento para esa otra carne abandonada a las penumbras de un río supuestamente embrollado de ramajes? ¿O el sentimiento sería también algo fabricado? El sentimiento, cuándo es cortinado y no sacudón imprevisible de una conciencia, revela un triste ungüento político.
Gobiernos que para transmutarse en gendarmerías deben aceptar que una gendarmería realice incluso sus propios movimientos prefabricados para condicionar a un gobierno. Es condicionable quien creó esa misma condición. Y con esos muertos y prisioneros en su conciencia, marchan hacia una elección triunfante. ¿Por qué no seguir, piensa alguno, esta guía tremendamente sofocante? Si al parecer los esperan como en un besamanos, sea al "peronismo republicano", sea al "corrupto indultado" en el paredón de sus deshonrosas confesiones. El victorioso vive en el unicato de sus secretos y en el pluralismo hacia los menguados de honra.
La fabricación de utilerías escénicas obsesiona al macrismo tanto como el blanqueo de capitales familiares. Y sobre el tablado de la industria de elaboración de situaciones ficticias deterioraron durante todos sus mandatos al kirchnerismo. ¿Qué hubo de eso? Porque aun cuando se aludían a irregularidades varias – vulgo: corrupción – también flotaba al viento la pastelería de los criadores de mitologías, expresión que remeda del criador de gorilas de Roberto Arlt. El hombre es el relato del hombre y el relato es el hombre que relata. El uso comunicacional de palabras como grieta o relato, colocándolas como sinónimos de impostura o encubrimiento, fundó toda una corriente jurídica apócrifa, que por fin hoy juzga sin jurisprudencia, castiga con las evidencias de su propia barbarie disfrazada de civilización.
Los arduos dictámenes no son el trabajo de la sibarítica argumentación abogadil, sea todo lo ritualizada que se quiera, sino el resultado de espectáculos diagramados de antemano. Los condenados ya lo están a priori, y su única posibilidad es escapar a tientas del casco y las esposas de acero tomadas por el ávido camarógrafo oficial. La palabra corrupción hizo su magna cosecha, porque a diferencia de otras palabras menos bíblicas, ésta no está sujeta a la pausa necesaria entre significado y significante. Corrupción es una unidad maciza e impenetrable de significado y significante. Su sonoridad interna, su pictograma que sale de lenguas encendidas, su pronunciación afiebrada y martillante, todo en ella ya consagra el juicio preparado de antemano. La corrupción es un manchón siniestro y vacío, que basta invocárselo para reunir toda la significación kirchnerista, para colmo, notificada con el símbolo K, letra convertida en exógena al alma del buen burgués, el buen paisano, la prístina encarnación del pueblo incontaminado. Ni qué decir de ultra K. Guárdese aquel que incurre en este oscuro dominio del diccionario de las inquisiciones de turno; será sometido al debido proceso kafkiano.
En el Parlamento, aun los diputados que cuestionan con argumentos decisivos la corrupción macrista – que está a la vista como lo están los conspiradores de los cuentos de Chesterton – se exigen siempre un preámbulo de vestiduras rasgadas dedicados a la corrupción "K". Entendámonos: no es que no haya habido corrupción en el sentido lato, en el cotidiano ajetreo de unas decisiones que no debieron ser así – y hay culpabilidad en ello – pero otra cosa es la corrupción legendaria, escrita en las páginas mesiánicas de un paraninfo plañidero, con el lloriqueo nacional en alza, con un conjunto de conciencias angelicales oficiantes del exorcizo. Escandalizadas por profesión, presentan la "estructura moral refundadora de la nación" comenzando fácil. Desde un guanaco de veinte pesos hasta los ultimátums de todo tipo, quedan autorizados por un triunfo electoral. El triunfo se reconoce. Las metodologías empleadas deben ser discutidas.
La señora Carrió será estudiada en el futuro como la gran forjadora de mitos de purificación, de leyendas de redención, de las que ella misma se ríe con calculadas carcajadas reflejadas en su rostro en constante mutación especular. Un modelo de insensibilidad que simula sensibilidad, un rictus de desprendimiento que oculta las más sibilinas maniobras. Llegamos así a un punto culminante. De todo lo que se le acusa al kirchnerismo – el encubrimiento generalizado de la verdad – es de lo mismo que hay que observar multiplicado en el gobierno actual. El país tiene una misma palabra en su verso y su reverso. Pero ocurre que hay una incapacidad asombrosa para quedar paralizado ante este sistema de espectacularidades, esta maquinaria coactiva, esta antropología judicial de calcinamiento de personas. "Espectáculo" es vocablo esencial en la lengua de Durán Barba. La víscera más sensible del hombre es un bolsillo donde suenan no tanto las monedas sino las imágenes. Toda víscera, hoy, padece de un estado onírico. Pues los pueblos son concretos en la historia y oníricos en el momento en que por raras razones, la historia parece que establece un suspenso, se detiene a sí misma.
Es por eso que en el caso de la prisión de De Vido hay una manifiesta ilegalidad que altera la misma Constitución, pero quienes eran los más apropiados para decirlo no pudieron hacerlo, o no se animaron a lo que parecería una desmesura, porque estamos todos en estado de proscripción y vigilancia por el restallido de una única palabra: corrupción. Y los que creen que no les toca ese dictamen de los jueces dantescos del más allá republicano, inmaculados, los que suponen que tienen el billete de entrada a la nueva época, dentro y fuera del peronismo, dentro y fuera de las izquierdas, se arropan en sus butacas sustentadas por su voceada profesión de fe contra los corruptos. Es bueno que reflexionen también si vale la pena expulsar de sí mismos los últimos mendrugos de legalidad parlamentaria (y judicial, de eticidad histórica efectiva) en nombre de ser los primeros en sumarse a la corriente. Ese grito de guerra que el gobierno define en su propia satisfacción de victoriosos del Waterloo que tan lunáticamente han diseñado.
Está bien. Sumarse para emprender ahora la larga cabalgata de la denuncia de la Neo-Corrupción del actual gobierno, proporcionarles su misma medicina. Es claro que son imprescindibles los esfuerzos en ese sentido, pero es necesario advertir que la corrupción – en este caso – no tiene ese nombre, zafa, escapa de sí misma. Es una nadería indultada sistemáticamente por ellos mismos y sus dobles. Es la matriz de lo indultable por naturaleza. Ciertos "papers" inexcusables, blanqueos negruzcos. Nada ha ocurrido, y quienes los recuerdan, deben pagar el precio de recitar previamente el viejo catecismo de una genealogía de corruptos ya consagrados, que sacan del mismo botiquín los de los mitos ya instaurados. Por más que no puedan negarse específicos hechos que los sustentan, pero que nunca logran desprender – para su tratamiento argumentativo – de las envolturas inquisitoriales y legendarias ya escritas en la pizarra de cotizaciones de la corrupción al cierre bursátil del día. Han escapado del Nombre Fatídico porque su éxito fue habérselo prendido en el la solapa y en el corazón a los otros. A eso llamamos la parte oscura de un mito. Es fácil pasarlo por alto y tranquilizarse con la prisión del ex ministro de Planificación, pero tienen que saber que lo que hoy se planifica para el país es posible gracias a convertir en escombros malolientes el tramo político anterior, sabemos cuál, sobre el que el juicio histórico no coincidirá con el de los quemadores de incienso de Comodoro Py.
En las sombras del sigilo que se oculta tras sonrisas de beatitud u ofertas de blanqueo de las conciencias anteriores que estarían a la bonna de Dio, se trama una aventura de desmonte de los cimientos mismos de un país. A algunos se les ofrece rápida absolución, pero deben saber que no es posible refutar este aciago período en el que entramos, si imaginan la facilidad aleatoria que los lleve a renegar sin examen crítico y sereno del período anterior. No sería éste uno de los buenos derroteros para resurgir de esta adversidad colectiva de un país, que no ha percibido en profundidad el infausto evento que se ha producido en su seno. Al punto que llama felicidad a su propia desdicha.