
jueves 26 de abril de 2018
PSICOLOGÍA
Declaración de Psicoanalistas Autoconvocados.
"Sujetos políticos comprometidos con la salud"
Psicoanalistas Autoconvocados somos una agrupación de ciudadanos que compartimos la práctica del psicoanálisis y una crítica al modelo social y cultural vigente, en sus aspectos tanto ideológicos como políticos.
¿Por qué, siendo psicoanalistas, nos autoconvocamos y publicamos ideas políticas, manteniéndonos abstinentes en la clínica aun no siendo neutrales?
El psicoanálisis es (aun involucrado con lo más hondo del individuo) una práctica social. Somos trabajadores de la salud que laboramos con los conflictos humanos singulares. No necesitan ser grupales, institucionales, colectivos, para ser sociales. La constitución singular de la mente es siempre social. Arraiga en relatos, malentendidos, secretos que evocan antepasados, tradiciones, saberes y prejuicios que se asocian en la Babel pulsional del lenguaje y de la acción de modo inconsciente. El desamparo que una sociedad genera daña a los individuos, la mente queda expuesta a su indefensión de base. Así, lo que pasa en el país y el mundo nos involucra como ciudadanos y como agentes de salud. Una sociedad que exalta el egoísta "sálvese quien pueda", que arroja a millones a la pobreza y naturaliza el enriquecimiento obsceno de quienes mandan, que justifica moralmente colosales cuentas offshore y que sume a las mayorías en la perpetua inseguridad del despido, una sociedad donde el Estado dispara primero y pregunta después, que busca borrar la memoria, es una sociedad que enferma. La esperanza es una fuente de salud, buscan arrancárnosla tras risas falaces con promesas que nunca llegarán; no puede ser expropiada por deudas con organismos internacionales a 100 años, protegidas a tiro de gendarmería, chocobares o jueces adictos, embellecidos a base de marketing. Por ello, psicoanalistas que vemos en este proyecto de gobierno la meta de destruir nuestro país como lugar de identidad subjetiva y como espacio donde la esperanza mora, nos autoconvocamos contra el plan saqueador que Macri encabeza con aliados y socios.
No somos neutrales, ni queremos que nuestros pacientes compartan nuestro modo de pensar que, por cierto, no es homogéneo, mas no ignoramos que parte de su malestar se nutre en el desamparo que la sociedad exacerba.
Los analistas trabajamos con la verdad y sus paradojas, buscamos develar la falacia y la automentira en nuestros pacientes y en nosotros mismos, y sabemos que una sociedad que se construye a base de noticias falsas o distorsionadas que ocultan lo oscuro tras la luz cegadora de una transparencia hipócrita, marcha a contramano de la lógica central de nuestro quehacer. No juzgamos al mentiroso que cualquier humano puede ser, sino que tratamos de entender los sentidos subjetivos que lo animan sin justificarlo por ello. Lo que no podemos es, en nombre de su carácter singular, negar que hablamos de mentiras. En todo caso, su verdad singular será que sea un mentiroso.
Mentira que reina aquí y en un mundo donde los lazos sociales se instituyen entre redes mediáticas de noticias y producción subjetiva que rayan la hipocresía perpetua. Lo virtual que construyen ha devenido la llamada posverdad. Así, la mentira se adueña de la mente, la certeza en las propias percepciones tambalea, la confusión se apodera del psiquismo y la esperanza pierde puntos de anclaje sólidos.
Por todo ello, psicoanalistas nos autoconvocamos como sujetos políticos comprometidos con la salud. No sólo por la destrucción diaria de planes sanitarios y educativos, siempre indisociables de los DD.HH., sino por las condiciones estructurales mortíferas que el neoliberalismo crea.
Nos autoconvocamos porque nos sabemos sujetos políticos pulsados por las tradiciones de nuestros antepasados y por las esperanzas que queremos legar a quienes nos sucedan. Pensar críticamente nuestra experiencia cotidiana es nuestra ética de una verdad siempre compleja.
Ética también opuesta al ideario medular del proyecto del actual gobierno.
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