viernes, 24 de agosto de 2018

NUESTRAS VOCES': Los miserables

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Los miserables







Lo que el Senado trató anoche fue lisa y llanamente la búsqueda de la proscripción política de la principal dirigente de la oposición que lidera las encuestas electorales en el país. La ideación de la posverdad es propagada las 24 horas por la prensa hegemónica, que defiende a “los delatores premiados” y presuntos “arrepentidos”. Sucedió en Brasil y quieren que suceda en nuestro país. 
Foto: Juan Carlos Cardenas/Senado
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La Argentina vive inmersa en un clima odioso y maligno parecido al tono de una serie nórdica, pero aquí el detective principal no es un misántropo alienado, sino un inquisidor judicial en calidad de prefecto del status quo.
Lo que el Senado trató anoche no fue la corrección de la división de poderes. Fue lisa y llanamente la búsqueda de la proscripción política de la principal dirigente de la oposición que lidera las encuestas electorales en el país. El aval al pedido de allanamiento del juez Claudio Bonadío en los domicilios de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner es el nudo de un show mediático de final incierto.
¿Cuál es el límite del allanamiento propuesto contra una ex presidenta de la república votada como senadora por millones de argentinos y argentinas? ¿Van a televisar el ingreso de martillos neumáticos  y máquinas excavadoras para hallar supuestas paredes huecas y delirios similares de acopio de dinero, cuando medio gabinete de la Alianza Cambiemos posee ahorros en guaridas fiscales sin tributar impuestos? ¿Van a llenar horas de los programas de chimentos con los zapatos que usa Cristina, mostrando cómo es su baño, sus joyas o el suéter que usa cuando está en su casa de Capital? ¿Van a televisar con móviles en directo los ojos de la vecina de Cristina mientras rompen el piso de la casa a martillazos? ¿Acaso no hay más dinero en las guaridas fiscales o en el extraordinario blanqueo de la familia presidencial? ¿Cómo puede entenderse que Federico Sturzenegger esté en libertad luego de que “perdiera” la friolera de 20 mil millones de dólares en dos meses de corrida, con el agravante de que el JP Morgan obtuvo una fortuna de 8 mil millones de pesos en cuatro días?
Poco después de las 21, la vicepresidenta de la Nación, senadora Gabriela Michetti dio una demostración absoluta de falta de criterio y de manejo de su bloque. Tal es así que el senador Federico Pinedo tuvo que obligarla a dirigir el tren al precipicio. Su par Miguel Pichetto intervino para evitar “la flagelación”.  Era el set de “El Nombre de la Rosa”, pero con el veneno a la vista.
La Cámara rechazó el agregado que proponía el bloque de Cristina Fernández de Kirchner para evitar el circo mediático y garantizar el derecho a la intimidad y el secreto de sumario a cargo de Bonadio. A esa hora las bancas comenzaron a despoblarse en banda y el senador Pedro Guastavino hablaba de “la extinción de dominio”. Todo luego de la manifestación octogenaria del martes 21 de agosto con grandes representantes de la democracia como la defensora de genocidas, Cecilia Pando y el actor Alfredo Casero. Poco después de las 20, “la multitud” no llegaba a completar ni 50 metros de la Avenida Entre Ríos, pese a ello el caso llegó a la tapa de los diarios de la hegemonía financiera como una verdad.
En la misma semana que la gobernadora María Eugenia Vidal ordenó reprimir con balazos de goma y gases lacrimógenos a los trabajadores del Astillero Río Santiago, y el dólar trepó a 31 pesos, con la consiguiente suba del precio de los alimentos, servicios de gas, luz y agua, alquileres y expensas. Ni hablar de la impagable deuda externa tomada por el macrismo, que supera los 100 mil millones de dólares en 2 años y 8 meses. La agenda pública se parece a un cabaret donde la farsa es protagonista.
Toda inmoralidad necesita reglamentarse en una concepción de la moral. Lo que hizo el Senado es una parodia de la división de poderes: no sólo justificó la persecución penal contra Cristina Fernández de Kirchner basada en fotocopias de un cuaderno que nadie encontró, y que llegaron a un periodista y a un juez de manos de un chofer que escribe como Guy de Maupassant y habla como un carrero, y una ex mujer despechada que además forma parte de la misma saga por entregas. Toda una fantochada de folletín estrafalario.
El repugnante espectáculo persecutorio y falaz logró realizarse con la complicidad de la prensa canalla y cierto despacho de Comodoro Py 2002, sede de los tribunales federales, desde donde la administración del Estado diseñó la construcción de Cristina como enemiga pública.
La ideación de la posverdad, que no es otra cosa que la mentira sistemática, es propagada las 24 horas por la prensa hegemónica, que defiende a “los delatores premiados” y presuntos “arrepentidos”. Sucedió en Brasil y quieren que suceda en nuestro país. Buscan encarcelar a los mayores líderes populares con causas sin pruebas válidas y una argumentación basada en la ruindad. Una clave del sistema penal estadounidense que la Alianza Cambiemos logró hacer Ley en la Argentina gracias a la ayuda del bloque del Frente Renovador y el peronismo adicto a los intereses de la embajada de Estados Unidos.
49 minutos después del acto, el senador Pinedo hablaba de honestidad con su habitual tono de boca y panza llena. Qué curiosa es la historia: Lisandro de la Torre se enfrentó a duelo en 1935 con un familiar del actual legislador que llevaba su mismo nombre. Fue por el debate del negocio de la exportación de carne y los intereses británicos en el puerto de Buenos Aires.
Hoy en día esos mismos actores controlan el país. La regresión oligárquica incluye un estatuto de “lo normal”: es lo que pidió a voz alzada un grupo de adherentes movilizados por el odio.
Para tener éxito necesitan proscribir a una mujer. Y esa mujer se defendió con valentía sin conceder nada. El discurso de Cristina tuvo una intensidad expectante. Aún se desconoce si sus palabras son el presagio de una tormenta en curso.
Por el gesto adusto y nervioso de la vicepresidenta, la segunda Alianza jugó su última ficha con el desapego de la impunidad.







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