domingo, 19 de noviembre de 2017

'DIARIO POPULAR': El héroe de Obligado, sordo y neoyorquino

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domingo 19 de noviembre de 2017




El héroe de Obligado, sordo y neoyorquino

Coronel de Marina Juan Bautista Thorne













                                                      Por        Sergio Tomaro


La letra chica de la historia

La batalla de la Vuelta de Obligado, el acontecimiento histórico que el 20 de noviembre de 1845 galvanizó el concepto de soberanía nacional en la entonces Confederación Argentina, fue la cuna de héroes valientes y comprometidos con una causa que para esos años era una verdadera quimera: enfrentar a dos superpotencias militares empecinadas en mancillar el honor argentino.

Uno de esos héroes fue el coronel de Marina Juan Bautista Thorne, quien peleó a brazo partido en esa contienda en la que se ganó el mote de "el sordo de Obligado" a raíz del deterioro en su audición sufrido por las detonaciones de los cañones que operaba desde la batería a su cargo.

Aquella batalla de la cual mañana se cumplirán 162 años, fue la resultante de la osadía de una poderosa escuadra anglofrancesa dispuesta a vulnerar la decisión de Juan Manuel de Rosas de declarar a los ríos internos de la confederación vías no navegables para los países extranjeros.

La relación de Rosas, Francia y el Reino Unido no era la mejor a partir de la medidas proteccionistas de la industria nacional adoptadas por el Restaurador de las Leyes, lo que afectaba los intereses comerciales de aquellas dos naciones que decidieron superar el entuerto por la fuerza, lo que derivó en la batalla de la Vuelta de Obligado.

En esa contienda, tanta fue la pasión que le puso Thorne a su responsabilidad al frente de la batería a su cargo, que no atendió a la orden impartida por el general Lucio Mansilla de cesar con el fuego cuando finalmente los once barcos de la escuadra enemiga lograron sortear las cadenas que las tropas nacionales habían cruzado de orilla a orilla del Paraná, en el tramo donde el río se angosta en extremo.

Thorne, que desoyó las dos órdenes impartidas por Mansilla de retirarse al ver la derrota consumada, sí escuchó lo que le decían a su modo las armas que operaba sobre los buques enemigos. La respuesta que le hizo llegar al general fue que sus cañones le imponían hacer fuego "hasta vencer o morir".

La desobediencia le costó que fuera encarcelado en el convento de San Lorenzo al cual llegó herido por las esquirlas de los disparos de los buques de guerra agresores que para la época estaban dotadas de la más avanzada tecnología militar. De hecho eran blindados y contaban con armas rápidas que causaron 250 muertos y 400 heridos en las tropas de Mansilla.

Fue el mismo Mansilla quien pocos días después revocó la medida y premió el valor de Thorne con un ascenso como nuevo comandante de las costas del Paraná que inauguró cuando las diversas heridas sufridas en combate ni siquiera habían cicatrizado.

El combustible patriótico que animaba a Thorne ya había sido puesto a prueba en la guerra contra el imperio de Brasil de 1827, de la que fue parte a poco de arribar a estas tierras un año antes, cuando apenas tenía 19. Es que quien iba a ser héroe de Obligado había nacido en Nueva York el 8 de marzo de 1807.

Recaló en Buenos Aires tras haber vivenciado aventuras y acción por los mares del mundo y su bautismo de fuego fue como piloto del buque de guerra Congreso y ahí nomás se destacó en la defensa de Carmen de Patagones frente al asedio de naves brasileñas. En esa contingencia, fue el primero en izar la bandera argentina en la nave imperial Itaparica a poco de ser capturada.

También peleó guerras internas, participó de la campaña al desierto de Rosas y fue jefe naval de la isla Martín García, donde en 1838 junto a un puñado de gauchos resistió hasta donde pudo el ataque a mansalva de una escuadra naval francesa.

El guerrero neoyorquino pero forjado en argentinidad murió el 8 de agosto de 1885, satisfecho de llevar, como decía, "la severa impresión del plomo" de las balas con que brasileños, ingleses, franceses y rivales autóctonos marcaron su cuerpo para reivindicar en valor cada día de su vida.






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