Nosotros queremos una sociedad nueva
Revolución es cambio. Transformación. En la vida política de un país, Revolución, no puede ser otra cosa que trastocar las estructuras económicas, políticas y culturales a favor de las mayorías populares. La Revolución no es tal, sino es para el pueblo, pero sobre todo con el pueblo. Se necesita discusión en serio de la Patria que queremos construir. Diversas organizaciones pedimos un plenario abierto de la militancia pero para que discutan las bases, no los dirigentes. Esto es impostergable, debemos construir definitivamente algo sólido, y los cimientos se construyen de abajo hacia arriba.
"Cualquier política de liberación debe ser, por sobre todo,
antiimperialista.
La oligarquía nativa es un subproducto que solamente
será eliminado cuando se liquide la influencia del imperialismo.
La lucha, entonces, es de liberación nacional".
John William Cooke.
Por JAVIER PARBST
Hacer la Revolución..
Nosotros queremos hacer la revolución… no de ametralladoras que es lo primero que viene a las cabezas en otro triunfo de la derecha por estigmatizar todo lo que sea lucha. Queremos una Revolución de distribución de la riqueza y humanización de nuestras sociedades que es por lo que lucharon los pueblos de todo el mundo en todos los tiempos siempre.
Revolución es cambio. Transformación. En la vida política de un país, Revolución, no puede ser otra cosa que trastocar las estructuras económicas, políticas y culturales a favor de las mayorías populares.
La Revolución no es tal, sino es para el pueblo, pero sobre todo con el pueblo.
Somos argentinos y latinoamericanos. Fuimos derrotados demasiadas veces, sin embargo nuestros pueblos siempre siguen presentando batalla. Bolivia 500 años después vuelve a ser gobernada por un patriota de los pueblos originarios. Los pueblos no se rinden. El patriotismo que viene de la tierra, de la gente, de lo cotidiano, lucha desde siempre contra la mezquindad de los privilegiados que no tienen mas patria que el dinero. A pesar de tanta entrega, tanta destrucción de la Argentina, tantas "Crisis" cíclicas a través de décadas de poder económico dirigiendo nuestra economía a favor de cualquiera, menos del pueblo argentino. A pesar de todo eso somos millones los que amamos esta Patria, nos gusta la argentina, nuestra gente, nuestra tierra. A pesar de que día a día nos transmiten robos, asesinatos, pesadumbre y tristeza.
Amamos la Argentina.
Solo la conciencia colectiva, generada con más prédica de nuestra historia de luchas contra los privilegiados, generada con más predica de la entrega y sumisión a los imperios del norte de nuestra oligarquía, construida en la solidaridad y el sacrificio diario, nos acercará definitivamente a un triunfo del pueblo y para el pueblo. Es esa nuestra responsabilidad histórica.
Pasado un mes de la tercer derrota electoral consecutiva del Peronismo, las críticas, las autocríticas y las recriminaciones políticas están a la orden del día. Parece que hoy las críticas a Cristina se multiplican. Las celebramos. No nos asustan. Por más duras que sean, por más que alimenten en algo el ego de la derecha apátrida. Son necesarias. Estamos convencidos que alrededor de Cristina - no hablamos solo de su "núcleo duro" por así decirlo, sino, de cuadros intermedios burocratizados de conformismo - hay muchos, no todos ni la mayoría, pero muchos, que se acostumbraron a decir lo que suena lindo, lo que no cuestiona ordenes establecidos y así nos fue.
Nacional y popular
Al Gral Perón en 1954 se lo escuchó decir "estoy rodeado de alcahuetes y aduladores" es uno de los problemas de los líderes. ¿Debemos realizar "purgas" en nuestro movimiento buscando aduladores? No. Ni cerca de eso. Pero debemos empoderar, de una vez por todas, a compañeros que expresen una nueva política de verdad. Los hay por todas partes, en todos los distritos.
El liderazgo de Cristina, incuestionable, entra en debate cuando hablamos de su conducción. Conducción que no supo ser del "todo" en el campo nacional y popular cuando dirigía la patria toda pero que hoy la muestra como "tendedora de puentes" con autocrítica, acercando posiciones con la clase obrera y sus dirigentes luchadores ¡que los hay!, recomponiendo poco a poco ese gran frente nacional necesario para enfrentar y sobre todo derrotar a la oligarquía.
Siempre lo que conduce por sobre los hombres es la política. Nos faltó política desde la estatización de YPF, sin política clara no hay rumbo. Y esa responsabilidad no es solo de Cristina, es de los cuadros intermedios que no estuvieron a la altura de las circunstancias para remarcar como militantes que contra la oligarquía, contra las élites siempre hay que ir por más, o te truncan. Es responsabilidad de las bases que no fuimos más transgresores, más organizadores, más impulsores de un movimiento que crezca, organice, pero ante todo incluya cada vez más pueblo a la participación colectiva.
Cuadro político a nivel global, Cristina sufre a nuestro humilde entender con sus segundas, terceras, cuartas líneas una "pseudo burocracia" conformista que solo piensa en conservar sus ya diezmados espacios de poder y trabajan en disgregar más que en unir.
Son los retardatarios de todas las épocas. Temerosos de ir por todo.
Se necesita discusión en serio de la Patria que queremos construir. En los distritos, hace años, diversas organizaciones pedimos un plenario abierto de la militanciapero para que discutan las bases, no los dirigentes, y es sistemáticamente pospuesto. Esto es impostergable, debemos construir definitivamente algo sólido, y los cimientos acá y en la China se construyen de abajo hacia arriba.
Los mariscales de la derrota en los distritos siguen conduciendo cada etapa electoral desde el 2013 y ante cada derrota su conclusión es "gran elección". Esto se repite en muchos distritos del conurbano. Necesitamos espíritus revolucionarios y corazones patriotas para construir un movimiento nacional y popular que sea, ante todo, Patriota. Y que se base, indefectiblemente, en la discusión colectiva de qué Patria queremos construir. Necesitamos escuchar a los compañeros de lasbarriadas, de las universidades, de los sindicatos, de las fábricas pero sobre todo lo que necesitamos es darles protagonismo en la política.
Hoy 2017 si hablamos de "Hombre Nuevo", "Socialismo" o "Revolución" no solo nos ataca la derecha apátrida de siempre, servil al imperialismo. También compañeros, gente del pueblo con conciencia nacional nos dicen… "el Pueblo no está para discursos revolucionarios", nosotros preguntamos ¿cuándo compatriotas es el momento? Hay que trastocar las relaciones de poder en la Argentina para construir algo distinto y es imperioso. En el mientras tanto la derecha habla de "Cambio" –revolución significa cambio- y de revolución de la alegría con postulados de "sueños y unidad de los argentinos" que sabemos falsos pero que ilusionan y buscan esperanza más que nuestros argumentos, reales al fin, de la debacle económica hacia donde nos lleva la derecha, pero que no atraen a seguirlos como bandera. Más que invitar a nuestro pueblo a que nos siga "en contra de lo malo que viene", debemos invitarlos a una Patria superadora que enaltezca la condición humana..
#VolvemosProfundizando
Un proyecto nacional y popular puede y debe estar impulsado por un fuerte sustento ideológico que levante banderas de nacionalidad y soberanía. La lucha por un país más libre es insustentable sin la comprensión de que las batallas por venir son contra la oligarquía pero sobre todo contra el imperio del norte. Debemos encender la nacionalidad en contra de quienes se creen los dueños del mundo.
Nosotros como Peronistas, como Revolucionarios, como Latinoamericanos. ¡Nosotros queremos una sociedad Nueva! Con valores humanos y solidarios acompañados de Patriotismo como decía el Gral. Perón en 1947: "Nosotros queremos una sociedad nueva. Antes la sociedad capitalista se había estructurado sobre los hombres que poseían todos los bienes materiales. Nosotros queremos una nueva sociedad, basada en los que poseen todos los valores morales. No nos interesan los hombres y las mujeres por lo que tienen en dinero o bienes. Nos interesan por lo que tienen de altura moral en sus valores espirituales".
Eso es una nueva sociedad, más justa y sobre todo más humana.
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