domingo, 19 de noviembre de 2017

LA FÓRMULA DE LA INFELICIDAD: Asalto a la caja de los jubilados

domingo 19 de noviembre de 2017





ECONOMÍA



La reforma previsional, el sistema de seguridad social como variable de ajuste y el desfinanciamiento de la Anses.



Asalto a la caja de los jubilados




Las jubilaciones subirán cada tres meses por el IPC-Indec y sólo en el segundo trimestre de cada año incrementadas con un insignificante 5 por ciento de la variación porcentual real del PIB. La reforma también instala la suba de la edad de la jubilación, para hombres y mujeres, en los 70 años.



Por         Alfredo Zaiat


El proyecto de ley de reforma previsional que ingresó al Congreso por la Cámara de Senadores el viernes a la noche dispone que las jubilaciones y otras prestaciones de la seguridad social suban cada tres meses por el índice de precios al consumidor y sólo en el segundo trimestre de cada año serán incrementadas con apenas el 5 por ciento de la variación porcentual real del PIB. Es un alza insignificante para presentarla en forma exagerada que las jubilaciones subirán por "encima de la evolución de la inflación", como se menciona en el pacto firmado por la Nación y los gobernadores menos el de San Luis. Es una fórmula que perjudica claramente a los jubilados y a los titulares de asignaciones familiares y AUH en relación a la indexación vigente. La iniciativa oficial además ignora explícitamente que está corriendo el período de ajuste de la actual fórmula, a cobrar en marzo próximo. La intención es aplicar la nueva con rezago de seis meses, que arrojaría un alza de apenas un poquito más del 5,0 por ciento (IPC Indec de julio, agosto y septiembre) cuando el ajuste debería ser de no menos del 12 por ciento (evolución del salario y la recaudación de julio a diciembre). La reforma también instala la suba de la edad de jubilación, para hombres y mujeres, en los 70 años (ver nota aparte). Estos cambios del sistema previsional colocan a los jubilados y los beneficiarios del sistema de seguridad social, un total de 17 millones de personas, como la principal variable de ajuste de la deliberada política de desfinanciamiento de la Anses desplegada por el gobierno desde diciembre de 2015 y que se acelerará con la reforma tributaria y la reducción de las contribuciones patronales. 

Economistas M


El cambio de clima político está naturalizando medidas que deterioran la calidad de vida de los jubilados, desde la reducción de la cobertura del PAMI hasta el recorte de los ingresos mensuales. Hasta hace poco postular la reducción de jubilaciones hubiera provocado un rechazo mayoritario. Ahora lo están vociferando economistas no estigmatizados con la letra M. No se inhiben en decir que la clave del pacto con los gobernadores y la reforma impositiva es reducir el haber previsional. Carlos Melconian afirmó, en un seminario organizado por la Unión Comercial e Industrial de Mendoza, que "de todas las medidas propuestas, la reforma previsional es la más importante; si no sale eso, lo demás no sirve y yo creo que va a salir". Miguel Angel Broda también señaló, en la reunión anual de la Asociación Argentina de Economía Política, en Bariloche, que "lo más importante es que salga la ley de cambio de la fórmula de movilidad. En vez de 10,5 por ciento sobre PIB de jubilaciones, tendríamos 2,5 puntos menos y el déficit primario de 4,0 bajaría a 1,5 por ciento".

Guadaña



Desfinanciar


En un artículo que publiqué el 26 de noviembre de 2015 ("El puntapie inicial") advertí acerca del fallo de la Corte Suprema de Justicia que iniciaba el sendero para desfinanciar a la Anses, camino que el gobierno de Macri continúa con entusiasmo. Esa sentencia prohibió al Estado Nacional continuar con la deducción del 15 por ciento de la masa coparticipable entre las provincias con destino a la Anses. De ese modo, la caja de la seguridad social perdió unos 13 mil millones de pesos anuales por la no retención del 15 por ciento de los impuestos coparticipables a partir del fallo que benefició a Córdoba, Santa Fe y San Luis. Para el resto de las provincias, el gobierno dispuso la restitución del 3 por ciento de la coparticipación por año, primera cuota anual de un total de 15 por ciento, que suma otros 12.400 millones de pesos.  

Cuentas


Economistas y analistas preocupados por el creciente déficit de las cuentas públicas no mencionan que el desequilibrio heredado y manejable fue ampliado por la eliminación de retenciones, disminución de impuestos a sectores concentrados y por el inmenso aumento de la carga de intereses de la deuda. Sólo la disminución de subsidios a servicios públicos con una sucesión de tarifazos que no se detiene (gas, luz, agua y transporte), que castiga el ingreso disponible de la mayoría de la población, compensa un poco el sendero explosivo del déficit fiscal. Esas medidas significaron una inmensa transferencia regresiva del ingreso. Para abordar el desequilibrio provocado por esas medidas el gobierno avanza en profundizar la regresividad, asaltando el ingreso de los jubilados y titulares de derechos económicos y sociales, como la AUH. 
El déficit fiscal de la Nación aumentará con la reforma tributaria y el acuerdo con las provincias, estimó la consultora Economía & Regiones, precisando que sólo Buenos Aires "es la gran y única ganadora de ese combo". Con un evidente sesgo político-electoral con vista a las elecciones presidenciales del 2019, la gobernadora María Eugenia Vidal recibirá recursos adicionales por 40.959 millones de pesos en 2018, monto que subirá a 65.000 millones en el próximo. El resto de los gobernadores que rubricaron el acuerdo seguirán con cuentas asfixiadas. Además el gobierno les hizo firmar el "Consenso Fiscal" con un capítulo de reforma previsional de carácter regresivo, que el proyecto de ley ratifica subiendo a 70 años la posibilidad de jubilarse, con un engañoso 82 por ciento móvil sobre el salario mínimo  -  porcentaje que ya se alcanzó  -  y diseñando una fórmula de movilidad atada a la inflación con una irrisoria alza adicional en un solo trimestre del año.  

Ajuste


Los economistas del Instituto de Trabajo y Economía hicieron una oportuna observación respecto a la obsesión de los gobiernos neoliberales con el ajuste fiscal. Señalan que los conservadores piensan la política fiscal como el resultado del comportamiento de políticos que quieren perpetuarse en el poder y, para ello, hacen cualquier cosa para lograrlo. Esto se traduce en aumentar el gasto público y, por lo tanto, el déficit fiscal y también en incrementar el tamaño del Estado. Ante esa situación, los gobiernos conservadores proponen establecer reglas fiscales que disciplinen a esos políticos. Esto es lo que postula el gobierno de Cambiemos con el argumento de que así se envían señales al mercado para atraer inversiones y para garantizar que el mundo de las finanzas continúe prestando. Los investigadores del ITE indican que, bajo esa premisa, la administración Macri propuso un esquema de metas fiscales que apuntan a una reducción paulatina del déficit primario hasta llegar al 2,2 por ciento del PIB en 2019. "Un aspecto a destacar de este programa de metas es que, al no incorporar en su proyección el resultado financiero, barre bajo la alfombra la carga de los intereses de la deuda pública", apuntan.











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