jueves 2 de diciembre de 2017
Palomas de hotel
El Gobierno Nacional logró aprobar en el Congreso el recorte a los jubilados, a los niños, a las personas con alguna discapacidad y a los veteranos de Malvinas. Un sector de Cambiemos quiso aprovechar para sacarles los primeros asientos reservados a las embarazadas pero les pareció too much.
Por EMANUEL RODRÍGUEZ *
La alianza Cambiemos fue acompañada por varios diputados peronistas a los que les dicen palomas de hotel. Porque se cagan en todas las banderas.
En compensación, el Gobierno les dijo a los jubilados, a los pensionados por discapacidad, a los ex combatientes de Malvinas y a los beneficiarios de las asignaciones universales por hijo y embarazo que hay que pensar en positivo: “si bien es cierto que ustedes ya no se podrán ir de vacaciones, una parte ustedes estará muy pronto en paraísos como Panamá y las Islas Caimán”.
Con los gobernadores –más presionados que Randazzo antes de las elecciones–, el oficialismo se aseguró el quórum a pesar de una nueva manifestación masiva en la plaza de los Dos Congresos, que probablemente pase a llamarse Plaza de los Mil Gendarmes.
Aunque esta esta vez fue la policía de la ciudad la encargada de la doble tarea de generar disturbios y controlarlos, la Federal y Gendarmería se sumaron más tarde al operativo porque la policía ciudadana se vio superada. ¿Qué pasó? Parece que algunos policías, de tanto infiltrarse, tuvieron epifanías de conciencia de clase.
Por cierto: condenamos esta mecánica típica del Gobierno de andar infiltrando gente entre las filas populares para provocar desastres. ¡Saquen a Martín Llaryora del peronismo, ya mismo!
La represión fue brutal: la policía llegó a tirar gases lacrimógenos en una estación de subterráneo. Se ve que un cana leyó que el subsuelo de la patria se estaba sublevando y se lo tomó literal.
En un video se ve cómo la policía le tira gas pimienta y le pega a una jubilada que había ido a la plaza con la actitud golpista y desestabilizadora de querer llegar a fin de mes.
La represión terminó con cientos de detenidos, lo cual hizo que Argentina subiera varios puntos en el ranking de países con más presos políticos. ¡En tu cara, Corea del Norte!
También hubo más de 60 heridos. Algunos diputados peronistas que votaron a favor también se reportaron como heridos pero en la guardia del hospital les dijeron que cagarse en las patas no era un trastorno médico.
Tanto la sesión como la represión fueron maratónicas. Muchísimas horas. De hecho, mientras todo ocurría, Mauricio Macri pudo jugar dos partidos de paddle y dormir tres siestitas.
Por la noche, se multiplicaron los ruidazos y cacerolazos de protesta por todo el país. Algunos republicanos se enojaron por el uso de una metodología que creen propia de ellos. Desde los sectores progresistas respondieron que si quieren quedar a mano y salir ellos a escrachar genocidas, no hay ningún problema.
El oficialismo avanzó con la excusa de un bono compensador que sólo restituye unos 4 mil de los 100 mil millones anuales que quitarán a jubilados y pensionados, como cuando quieren compensar el cierre de medios opositores diciendo que Brancatelli aún tiene trabajo.
El diputado Eduardo Amadeo defendió el proyecto del Gobierno leyendo su discurso. “Leyendo” es un decir. Incluso así, cometió actos fallidos como todos los integrantes de Cambiemos. De hecho ya alcanza para decir Cambiemos es un acto fallido de la política nacional.
“El Estado cumplirá sus obligaciones con los jubilados y los demás pobres”, afirmó Amadeo. Los jubilados respondieron que no le creen a los diputados de Cambiemos ni a los demás soretes saqueadores.
Otro momento histórico fue cuando Luana Volnovich le dijo a los legisladores oficialistas que son “débiles con los fuertes y fuertes con los débiles”. Dicen que Alfredo Olmedo quiso detenerla diciendo: “oye oye oye, más despacio, cerebrito”.
Martín Lousteau ayudó a que hubiera quórum pero después votó en contra. En términos del Congreso, dijo que no con la mano, pero dijo que sí con la cola. Como cuando decís que no querés hacer caca pero ya estás en el inodoro. Sólo que en este caso ahí abajo no hay un inodoro sino un jubilado.
Más allá de todo lo que ocurrió en el Congreso, afuera pasó algo aún más importante: la respuesta popular fue contundente, a pesar de que la policía reprimió más que adolescente católico a sus deseos sexuales, dejando en claro que Argentina sigue siendo el país del del 17 de Octubre, del Cordobazo, del 19 y 20 de diciembre. Parece que para borrar esa historia Cambiemos va a tener que cambiar de goma. ¡Nico Massot es goma, sí, pero no goma de las que puedan borrar eso!
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