jueves 10 de mayo de 2018
Por El Cohete a la Luna
Media sanción a la Ley de emergencia tarifaria
Leído como el primer acuerdo que articula a la oposición, al filo de la medianoche del miércoles 9 de mayo Diputados dio media sanción a la ley de emergencia tarifaria, que retrotrae aumentos al 1º de noviembre de 2017 y congela precios por un año. El pampeano Sergio Ziliotto (PJ) leyó el dictamen modificado por tres comisiones con aportes de todos los bloques excepto del oficialismo. El proyecto trabajado durante el último mes, discutido durante todo el día en el recinto bajo la daga de los acuerdos con el FMI y con movilizaciones en la puerta del Congreso, entiende las tarifas como "justas, razonables y susceptibles de ser aplicadas bajo criterio de justicia y equidad distributivas". Los artículos con cláusulas que atan las subas en 2019 a salarios, contemplam las demandas de los movilizados durante los últimos años: alcanza a titulares de beneficios sociales, jubilados, clubes de barrio, centros asistenciales, pequeños comerciantes, cooperativas y empresas recuperadas, además de cines y teatros de barrios o pueblos, con excepciones que se enumeraron en la votación en particular. La ley fue votada con 231 diputados en la sala, y obtuvo 133 votos a favor, 94 en contra y 3 abstenciones. Con la media sanción, la ley inspirada en un proyecto de Cristina Kirchner y suavizada con otro del Frente Renovador y distintos agrupamientos justicialistas deberá dar batalla en el Senado bajo la sombra del Ejecutivo que adelantó que va a vetarla.
"Este no es un proyecto de ley de demagogos ni de irresponsables", dijo Ziliotto. "Es un proyecto que nos está demandando la sociedad argentina. Estamos dando respuesta a un problema de la gente. Si el Estado no les da una solución, nos corresponde a nosotros darla". Cuando le tocó el turno, Máximo Kirchner levantó fotos de un comedor de San Vicente con dos boletas de luz que pasaron de 3.329 pesos a 8.865 en un año, más del cien por ciento de aumento, dijo. La última foto que levantó, "me llegó mañana", dijo, muestra al comedor con la clausura al acceso de luz. Dijo que no se puede ser la cara del ajuste de Marcelo Mindlin y Juan José Aranguren. "Esto no es demagogia, señor presidente, demagogia es ir a un debate presidencial y decir que no va a haber tarifazos y después hacerlo. Eso es demagogia electoral". Sin una mueca de humor, en una sesión tensada por el impacto del FMI que "representa lo peor en la memoria de todos los argentinos, detalles de números de enormes transferencias de dinero al sistema de empresarios amigos y la carga de Cambiemos que reprochó el proyecto por irresponsable, demagogo y populista, MK dijo que le vio cara de espanto al presidente el día martes, que no entendía por qué no había salido a hablar en su lugar un fusible como un ministro o jefe de gabinete dado que ellos tienen buena comunicación. Dijo que Macri puede saber inglés pero no sabe de política internacional y que "todos hablan de hacerse cargo, que es lo que no hace el Presidente, que es de teflón: dice que la culpa es de la anterior Presidenta o de la suba del petróleo, pero él no tiene nada que ver y aparece como un señor muy bien intencionado". Explicó que volvieron a mentirle a la gente con las tarifas y que eso en un momento se paga. "Y ustedes tienen suerte —dijo— porque acá existe una oposición responsable y no una oposición que dejó sin presupuesto, que avaló más de cien días de cortes de ruta o avaló a la fuerzas de seguridad y a la gendarmería para dejar sin seguridad a los argentinos".
Axel Kicilof pidió discutir "la enorme incertidumbre que ha traído la política económica de este gobierno". Y ante la crisis que golpea por la corrida del dólar, pidió cambiar el rumbo económico. "Acá no hay que profundizar este programa económico, hay que cambiar el rumbo económico", dijo. "Mintieron de nuevo, no vinieron las inversiones y ahí está el gobierno volviendo al Fondo". Cambiemos "está fundiendo a la industria local" y "desregulando el mercado financiero". "No se soluciona corriendo a Washington, eso sigue profundizando la crisis, estamos viendo el fracaso de ese programa y siguen votando medidas que van en la misma dirección". "Dijeron que era una campaña del miedo, y ahí están el Presidente y el Ministro anunciando vaya a saberse qué… algo que es potestad de este Congreso resolver sobre el endeudamiento y ver la letra chica y grande de lo que tienen que entregar. Tienen que empezar a cumplir, es una obligación discutirlo en el Congreso".
Durante el día hablaron más de 40 diputados. La jornada empezó con la aprobación de dos leyes buscadas por el PRO: la reformas a las leyes de mercado de capitales y de Defensa de la Competencia. "Parece mentira", dijo Kicilof, que en este contexto se vote un proyecto que "le da más desregulación y menos controles a lo sectores que produjeron la situación que hoy estamos viviendo". Elisa Carrió aprobó esas leyes y se levantó de la banca. Durante la tarde, se aplaudió el ingreso de intendentes. Diputados y diputadas pusieron carteles arriba de las bancas: Fuera el FMI, decían. O Tarifas Justas. Hubo sensación de quiebre entre los radicales. Algunas diputadas que vienen trabajando en los acuerdos por la sanción de la Ley del Aborto no querían votar el proyecto. Leopoldo Moreau que pidió irónicamente a Cambiemos que denuncie a las autoridades del Central porque apelaron al dólar futuro para intentar frenar la corrida del dólar, estaba convencido que los radicales aparecían en la sesión más fundamentalistas que los integrantes del PRO, atravesados por esa carga antiK que los termina poniendo a la derecha de todos. En tanto, la sala era sacudida por los cohetes de la calle. Macri igual a Vidal, decía uno de los carteles: basta de ajuste, represión y persecución.
Sobre la avenida Callao se habían concentrado temprano banderas de la izquierda, la CTA y a media tarde entraban columnas de Camioneros y La Cámpora. Entre quienes golpeaban una campana, estaba la bandera del Colectivo de Jubilados Nuestros Derechos de Quilmes, donde Eduardo Pizzinini mencionaba una extraordinaria expansión de su organización, ahora sumada a un Frente de Personas Mayores, que creció al compás de la malaria de los últimos dos años. Pasó Hugo Yasky por la marcha. Mencionó un paro ante la amenaza del veto. Y cuando habló adentro buscó la forma de poner arriba de la banca a Pablo Moyano y a la CGT.
"Las tarifas son absolutamente inviables", dijo. "Y hace poco recordamos con Pablo Moyano y Omar Plaini aquel 17 de abril de 1979, la primera huelga de Ubaldini contra la dictadura militar cuyo saldo fue la exclusión de miles, casi todos trabajadores, cierre de fábricas, persecución a los luchadores populares, esa dictadura que fue contra la clase trabajadora y los sectores populares". A los grupos empresarios, dijo, les pedimos que escuchen las demandas de nuestro pueblo. Argentina tuvo dos grandes experiencias populares en el siglo XX marcado por movilizaciones populares en 1918 y 1945 y desde entonces nuestra clase dominante pudo someter al pueblo argentino cada vez que se interrumpía la democracia. "El Presidente, tiene que tomar esta ley como aporte si es inteligente", reclamó.
Fueron importantes las voces de Graciela Camaño, Felipe Solá y Alejandro Grandinetti del Frente Renovador, amén de las explicaciones del por qué antes votaron a favor, en qué fallaron los acuerdos, y por qué ahora votaban así; analizaron con detalle el flujo de ganancias en compañías de energía: Grandinetti nombró a Central Punto SA de Nicolás Caputo cuando dijo que la plata se la llevan los amigos: las ganancias de Central Punto pasaron de 160 millones de pesos a 1.087 millones de pesos, un 347 por ciento de mejoría en un año. Solá dijo que no se puede hablar de irresponsabilidad de la oposición. "No se puede, en este momento, cuando después de mantener una política financiera absolutamente vulnerable y riesgosa, con un juego permanente entre las tasa de interés, el Banco Central y el valor del dólar; un juego peligroso que consideraron más importante que mirar el PBI o la generación de empleo y actividad interna; que no tuvo en cuenta el desequilibro de la balanza de pagos, y termina de alguna manera lamentable, con una pérdida de soberanía en relación a la generación de una política económica de parte de este gobierno, yendo al FMI. Si esto no es irresponsabilidad —dijo—, digan qué es lo que pasó". En segundo lugar, siguió y marcó la interna en Cambiemos: "Hemos sido acusados de demagogos cuando la mayoría del pueblo no soporta este nivel de tarifas, cuando los que sacaron la plata fueron ustedes y lamento que pensando igual que yo muchos de ustedes tengan que defender el saqueo a la gente".
José Luis Gioja, que se turnó en la presidencia, dijo que no queremos más la misma película. "No inflen más los globos porque se pueden reventar. 6.400 pesos cobraba un jubilado en 2015 con un dólar a 9.5 que equivalía a 674 dólares; hoy el que cobra de mínima 7.400 pesos con un dólar a 23.13, según me dicen del cierre de hoy, le representa 328 dólares. ¡Esta es la realidad! ¡Le han metido la mano en los bolsillos a los jubilados, siguen pegando a las familias argentinas que estás angustiadas. No queremos el final de 2001, ni la historia de Martínez de Hoz, sino construir un futuro".
El PRO también se anotó para hablar. Y hablaron muchos. A la caída de la noche, ya estaban cerrados los números, pero la Cámara entendió que se agarraron de los micrófonos para dilatar el debate. Tal vez así evitar la votación en el prime time. O la noticia en los diarios del jueves. Pese a las posiciones, las fotos también mostraron momentos de encuentros. Nicolás Massot de charla larga y mate con el massista Marco Lavagna.
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