El índice de precios al consumidor de septiembre es "inesperado", dicen analistas oficialistas. La tasa de interés "no sirve" para disminuir la inflación, explican ahora economistas macristas. La tasa seguirá siendo elevada para lograr la "desinflación", insiste el titular del Banco Central, Federico Sturzenegger, sin registrar el fracaso de su gestión en esa materia. La inflación "esta bajando", afirma en Macrilandia el Presidente de la Nación. La inflación no sólo no está bajando respecto al último año del gobierno de CFK, sino que está aumentando en comparación con el 2016, primer año de la administración de la Segunda Alianza. Y lo hace con el tipo de cambio estable que evita un alza mayor, con un horizonte inmediato de una mayor presión inflacionaria para después de las elecciones.
El domingo primero de octubre señalé en estas páginas que el resultado de la política monetaria de Sturzenegger, avalada por Mauricio Macri, para abordar la cuestión de la inflación era un fiasco y que el IPC no estaba bajando, además de ser una estrategia muy onerosa en casi dos años de endeudamiento descomunal con las Lebac. Las cifras de septiembre lo ratifican:
- En 2015 (IPC-CABA), 1,7 por ciento.
- En 2016 (IPC-GBA Indec), 1,1 por ciento.
- En 2017 (IPC-GBA Indec), 2,0 por ciento.
Vale recordar que en septiembre del año pasado, la inflación descendió exclusivamente por la anulación del tarifazo en el gas por la presión social que generó el mamarracho tarifario diseñado por el ministro de Energía, Juan José Aranguren. El libreto oficial con la inflación es el siguiente: mientras fracasan en bajarla, decir que está bajando con un coro mediático que lo repite y afirmar que están poniendo todo el esfuerzo para bajarla aún más. Así cumplen con la estrategia de alimentar expectativas de que la economía en el futuro mostrará índices de precios más bajos y que están comprometidos en alcanzar ese objetivo. Es simplemente una política de engaño colectivo para, mientras adormecen a las mayoría con promesas de mejoras, seguir avanzando en una redistribución regresiva de ingresos.
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