El votante-consumidor y los actos de fe
Las encuestas que le están llegando en estos días al Gobierno y al peronismo en sus diferentes variantes son coincidentes: el electorado está direccionando sus preferencias hacia los candidatos de Cambiemos. En la provincia de Buenos Aires muestran una ventaja de entre 3 y 8 puntos que, de concretarse, daría vuelta la ventaja escasa que obtuvo Cristina Fernández de 0,21% en las PASO. No es el único distrito. También en Chaco Cambiemos viene recuperando terreno después de haber salido segundo en las primarias y en la Ciudad de Buenos Aires el jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, le subió la vara a su equipo de campaña porque quiere llegar al 55%.
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Para favorecer eso, el Gobierno optó por derivar los temas de fondo o mejor dicho, los detalles de los temas de fondo - como la reforma laboral - para "después de las elecciones" y destacar solamente los datos positivos sectoriales de la economía. De hecho, todas las consultoras de consumo están indicando que repunta la venta en los segmentos de productos premium, en los sectores socioeconómicos más sólidos, pero los indicadores de consumo masivo siguen mostrando una curva descendente. Por eso, la línea política es apalancar en los pocos "brotes verdes" el discurso electoral de esperanza y seguir pidiendo "confianza" a empresarios y ciudadanos.
Los actores políticos/técnicos del Gobierno también le dan a sus discursos una pátina de fe. El ministro de Finanzas, Luis Caputo, alentó a los empresarios a sentirse "protagonistas y no actores secundarios. No pierdan la oportunidad del cambio, que está al alcance de la mano". El sábado, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, sintetizó el mensaje global que llevaron los funcionarios y candidatos a los timbreos: "Nuestro llamado es una convocatoria a todos y sepan que de nuestra parte vamos a tener un compromiso muy grande de seguir trabajando para resolver los problemas de la gente y generar oportunidades en todas las provincias de nuestro país".
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Cambiemos proyecta un discurso sin sombras, una Argentina que sólo puede mejorar, una variante PRO a la frase de Eduardo Duhalde de que Argentina está "condenada al éxito" y reduce a los disconformes y perjudicados del nuevo modelo a sectores que no entienden o se resisten a los cambios porque sí. Algo así como que la incapacidad para ser feliz es un síntoma de atraso al modo de lo que plantea Huxley en Un mundo feliz. Y dejar la inclusión y la noción de ciudadanía para otro tiempo. Como escribe Zygmunt Bauman en Ceguera Moral: "Con ciudadanos entrenados para buscar la solución a sus problemas en los mercados de consumo, los políticos pueden interpelar a sus votantes en primer lugar como consumidores y, en un segundo y lejano lugar, como ciudadanos".
http://www.veintitres.com.ar/article/details/203143/el-votante-consumidor-y-los-actos-de-fe
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