sábado, 4 de noviembre de 2017

'NUESTRAS VOCES': Bajo el pretexto de cuidar


sábado 04 de noviembre de 2017


Bajo el pretexto de cuidar






Desde el Ministerio de Seguridad, a cargo de Patricia Bullrich, publicaron en el Boletín Oficial un protocolo que indica cómo deben actuar las fuerzas bajo su órbita en caso de arrestar a integrantes de la comunidad LGBTIQ. Un manual para la discriminación, la ausencia de perspectiva de género y la criminalización del colectivo. ¿Por qué genera rechazo esta medida anunciada pocos días antes de la XXVI Marcha del Orgullo?

Foto: Joaquín Salguero
                                                                                                    Por         ANDREA CONDE



El protocolo publicado en el Boletín Oficial para la prevención, registro y detención de personas del colectivo LGBTIQ prendió todas las alarmas y encendió discusiones. El texto dice que la prevención, el registro o la detención de una persona del colectivo LGBT se realizará "resguardando la integridad física, respetando los derechos personalísimos, la identidad de género y la dignidad de la persona". ¿Por qué entonces resulta tan preocupante para quienes defienden los derechos de las disidencias sexuales? ¿Está mal que exista un protocolo específico?

Toda medida debe ser analizada en su contexto para poder alcanzar una comprensión cabal de su alcance y significado. Lo que podría haber sido recibido con beneplácito por las organizaciones que luchan por la igualdad de género, cayó como un balde de agua fría y generó debates y rechazo por parte de la comunidad LGTBIQ.

Hay varios motivos por los que nos preocupa este protocolo. Si bien creemos que la existencia de protocolos puede ser beneficiosa en el sentido de orientar la actuación de las fuerzas de seguridad, hay que tener en cuenta que el Ministerio de Seguridad ya contaba desde el año 2011 con uno, que fue elaborado antes de la sanción de la Ley de Identidad de Género y que funcionó como un antecedente importante en la sanción de esa ley, que además para su realización contempló la opinión de las organizaciones LGBTIQ.

Entonces, surge la inevitable pregunta: ¿cuál es el motivo por el que la ministra Patricia Bullrich presenta un nuevo protocolo días antes de que se realicen marchas y movilizaciones del orgullo en muchas ciudades de nuestro país? ¿Acaso desconocía la vigencia de un protocolo anterior o lo que se propone es enviar algún mensaje a la comunidad y a la sociedad en general antes de que se realice la XXVI Marcha del Orgullo?

Por otro lado, no se pueden olvidar los antecedentes que tienen las fuerzas de seguridad de Macri con el colectivo de las disidencias sexuales y de géneros: la noche del 7 de marzo, día de la visibilidad lésbica, y previo a la marcha del 8 de marzo por el día internacional de las mujeres, seis lesbianas fueron detenidas por la Policía por estar realizando actividades de promoción de la manifestación. Las seis denunciaron que fueron maltratadas por personal policial. Al día siguiente, al finalizar la marcha, la policía llevó a cabo una violenta razzia en la que reprimió brutalmente a mujeres, en su mayoría lesbianas, que estaban en las zonas aledañas de la Plaza de Mayo. La marcha tuvo un saldo de más de treinta personas detenidas. Tampoco puede olvidarse la indignación popular que causó la detención de dos lesbianas en la estación Constitución del subte por besarse en el andén.

Estos episodios no deben ser leídos sin tener en cuenta que este gobierno redujo programas y políticas públicas que habían sido un gran avance en esta materia durante gestiones anteriores. Resulta evidente que publicar una foto de Rodríguez Larreta con el cartel de @NiUnaMenos no es sinónimo de compromiso con la garantía de derechos humanos fundamentales como los que aquí se ponen en juego.

Creemos entonces que presentar este protocolo sin tener en cuenta la vigencia de uno anterior que buscaba reducir la discriminación y el estigma social y hacerlo en contexto de la realización de múltiples marchas del orgullo a lo largo y ancho del país no es casualidad. Esta medida, más que proteger los derechos del colectivo LGBTIQ, parece estar dirigida a vulnerarlos, dejando de manifiesto el profundo desconocimiento y prejuicio que día a día detenta el gobierno nacional en materia de género.







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