Malas noticias, estimados:
La CGT y el Gobierno abrocharon hoy la reforma laboral.
Todo acordado.
Va al Congreso la semana que viene.
Schmid, Daer y Acuña aceptaron que las indemnizaciones se pague con el salario básico, pelado, sin tener en cuenta nada más. Sólo esa cláusula le bajará el monto de la indemnización un 40% promedio a los trabajadores.
Es un desastre. Abarataron los despidos.
La conducción gremial aceptó el 90% de la reforma laboral sin patalear.
Era eso o les iniciaban causas penales por manejo de fondos. Daer, Acuña y Schmid no tienen los papeles en orden: falta plata en las cajas de los sindicatos y en las obras sociales.
Es la situación que pasan 95 de cada 100 jefes sindicales. No pueden explicar su patrimonio personal y el de sus familias.
Asimismo, le darán de baja la personería gremial a más de 400 sindicatos. Los trabajadores serán absorbidos por otros gremios.
Digamos todo: Daer, Acuña y Schmid hicieron negocios. Fortalecen sus gremios, no rinden cuentas y llaman a elecciones próximamente en la CGT.
Se vienen momentos muy complicados para los trabajadores. Mucho más de lo que vimos en 2016.
El Gobierno está en la cresta de la ola. Y Macri va a usar todo su poder de fuego para terminar con su plan sistemático: obreros más baratos, mayor rentabilidad empresaria.
Esto se lo prometió Macri hoy a Andrew Liveris (Dow Chemical), Larry Fink (BlackRock), Sue Wagner (Apple), Steve Bolze (Blackstone)...
La firma de la CGT era lo que faltaba. Ya tenían apoyo de UIA y AEA, de los gobernadores (incluidos PJ) y de Pichetto.
Es un hecho.
Por Marina Ulloa
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