sábado 25 de marzo de 2017
'Grieta' y dictadura
Por ROBERTO MARRA
En el afán por expandir la grieta social, los poderosos recurren a métodos perversos, con la intención de eliminar físicamente a sus odiados contrincantes sociales. Pretendieron siempre lograr, con eso, la desaparición de las rebeliones contra sus usurpaciones de riquezas. Después de algunos años de construcción de una nueva esperanza de desarrollo con inclusión, la famosa grieta se ha vuelto a expandir. Artimañas mediáticas y prebendas politiqueras han logrado mucho más que las armas.
La grieta es un término puesta de moda a través de algún periodista que hoy se ha olvidado de serlo, y que expresa una división de la sociedad argentina que, en realidad, no resulta de la aparición del anterior gobierno, sino herencia de los orígenes de nuestra Nación. No es otra cosa que la demostración más clara que la lucha de clases existe y se reaviva cada vez que los dueños del poder se sienten afectados por intentos de reparación de las injusticias sociales que ellos provocan.
Claro que, a veces, en el afán por expandir esa grieta social, los poderosos recurren a métodos perversos, con la intención de eliminar físicamente a sus odiados contrincantes sociales. Pretendieron siempre lograr, con eso, la desaparición de las rebeliones contra sus usurpaciones de riquezas. Con pretensiones de empresarios exitosos, evaden fortunas construidas sobre miles de cadáveres de trabajadores que solo buscan su dignidad.
Para eso sirvió la campaña a un desierto habitado, para eso asesinaron a miles de trabajadores en los talleres Vasena, con ese fin sumieron al país en una Década Infame, por ese motivo bombardearon a centenares de ciudadanos inermes en la Plaza de Mayo. Y para terminar con toda posibilidad de perder sus privilegios es que asolaron la Patria con la dictadura más sanguinaria de nuestra historia.
Parecía la culminación de sus esfuerzos por hacer desaparecer (literalmente) el otro lado de la grieta. No le bastaba dominarnos. Había que impedir que despertáramos a la razón de la justicia social. Era necesario (para ellos) convertirnos en simples ovejas de un rebaño guiado a golpes hacia nuestra propia ruina personal y colectiva.
Ahora, después de algunos años de construcción de una nueva esperanza de desarrollo con inclusión, la famosa grieta se ha vuelto a expandir. Artimañas mediáticas y prebendas politiqueras han logrado mucho más que las armas. Nuevamente enceguecidos, los poderosos aprietan el acelerador de sus maldades económicas, lanzando a la Nación hacia un futuro ruinoso y una sociedad disgregada.
Enceguecidos de poder, ya ni recuerdan que tras aquel humo de su metralla dictatorial, el pueblo supo recomponer sus fuerzas y realimentar sus sueños de progreso y democracia. No fueron ni serán capaces de distinguir que la sutil presencia de los desaparecidos y la sangre injustamente derramada, son el alimento moral de millones de nuevos rebeldes, que buscan en la memoria, la verdad, y en ella, la justicia.
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