lunes 26 de junio de 2017
Los movimientos sociales quieren entrar a la CGT
Resistencias. A través de la CTEP reclaman ser reconocidos como un sindicato más. Desde la central obrera, a lo sumo, les ofrecerían crear una secretaría que los represente.
Por PABLO GALAND
La caída del salario real y el aumento del empleo informal registrados en el casi año y medio de gobierno de Cambiemos consolidaron una alianza entre dos sectores que durante mucho tiempo se observaron con recelo: las organizaciones sindicales y los movimientos sociales. El punto más alto de esta "unidad en la acción" quedó en evidencia en noviembre del año pasado, con la movilización conjunta al Congreso por el reclamo de la sanción de la Ley de Emergencia Social. Desde la asunción del actual triunvirato a la conducción de la CGT, la problemática de los trabajadores precarizados comenzó a ganar espacio en la agenda de la central obrera. Pero los movimientos sociales entienden que ese reconocimiento debe traducirse en una mayor institucionalización. Concretamente, reclaman pasar a formar parte de la CGT. Una instancia que entre los popes sindicales genera, por el momento, más resistencia que aceptación.
CTEP. Juan Grabois, dirigente del sector que quiere ser parte de la CGT.
La Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), liderada por el dirigente social Juan Grabois, encabeza desde los movimientos sociales su incorporación a la CGT. "El reclamo lo inscribimos dentro del proceso que venimos desde la creación de la CTEP y que tiene que ver con el reconocimiento de derechos como trabajadores que somos", señala Grabois ante Veintitrés. "El último día de su mandato, Cristina Fernández firmó un decreto que reconoce a la CTEP como una organización sindical y la ley de Emergencia Social reconoce su condición de asalariados. Por lo tanto, la inclusión en la CGT lo consideramos como un paso más dentro de ese proceso", completa el dirigente. La CTEP apunta a ser reconocida como un sindicato más dentro de la central obrera. Y aceptan en una primera instancia ser considerados como una organización "con vos pero sin voto".
Pero en la CGT el reclamo de los movimientos sociales no genera una respuesta uniforme. Dentro del triunvirato, Juan Carlos Schmid es quien se muestra más receptivo ya que es quien mantiene un vínculo más fluido con los representantes de los trabajadores informales. Fuera del trío de la conducción, el propio Hugo Moyano trabó una relación directa con Emilio Pérsico del Movimiento Evita. El canillita Omar Plaini es otro de los que suele acercar al Consejo Directivo de la CGT los reclamos de los movimientos sociales. Pero ni aun los más cercanos ven factible que en lo inmediato pueda prosperar el reclamo. La propuesta que ofrecen a cambio es la creación de una secretaría de la economía popular, que estaría a cargo de un representante de los movimientos sociales. Pero para Grabois ese tipo de ofrecimiento corre el eje del reclamo. "Como trabajadores que somos buscamos tener un lugar de representación en la CGT; ocupar una secretaría nos ubica en un lugar marginal de decisión", señala.
En la CGT argumentan el ofrecimiento. "Como organización sindical, nuestro objetivo es combatir el trabajo informal. Por lo tanto, crear una secretaría es reconocer el problema y darle un rango institucional para abordarlo", señala un miembro del Consejo Directivo.
A su vez, la resistencia obedece a tensiones que se dan entre las actividades que desempeñan en muchas ocasiones las cooperativas de trabajo creadas a partir de los movimientos sociales y los propios sindicatos. "Si una cooperativa de trabajadores informales se dedica a la construcción de planes de vivienda, a veces entra en colisión con la UOCRA que pierde la posibilidad de captar afiliados", grafica la fuente. "Por eso hay dirigentes que no van a hacer mucho para que los movimientos sociales se terminen incorporando", completa.
Pero los trabajadores informales no están representados sólo por la CTEP. De hecho, la aprobación de la Ley de Emergencia Social fue impulsada también por otras dos organizaciones: Barrios de Pie y la Corriente Clasista y Combativa. En diálogo con Veintitrés, Daniel Menéndez señala que el reclamo lo lleva adelante sólo la organización que lidera Grabois, pero acompaña la iniciativa. "Todo lo que sirva para ampliar la base de sustentación de los trabajadores informales será bienvenido", afirma.
Lo cierto es que la CTEP es la única organización que tiene reconocimiento legal como asociación sindical. Por lo tanto, en caso de que se le abran las puertas de la CGT a los movimientos sociales, las demás organizaciones deberían incorporarse a la CTEP para estar representados. Una acción política que hoy aparece improbable de llevarse adelante. Pero en tal caso ésa será una disputa que se dará luego de un primer paso que todavía está en etapa de maduración.
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