sábado 26 de agosto de 2017
Brotes verdes e inversiones extranjeras: Macri cumple
La estrategia del Gobierno Nacional para desviar la atención de la marcha de la CGT fue un ejemplo de planificación estratégica: mandaron a Leuco a decir que un paro general complicaría más a Cristina que a Macri, mandaron a Triaca a decir que la marcha tenía tufillo político y disfrazaron al rabino Bergman de planta. ¡Camuflaron a un ministro, lo disfrazaron de brote verde!
La CGT confirmó que tiene vocación de DJ porfiado: hubo que hincharle mucho para que meta marcha. Todo indica que la CGT convocó a una marcha para convocar a un Comité que posiblemente convoque a un paro general.
Podría parecer típico de la burocracia sindical, pero para calificar lo que pasó como burocracia sindical hay que pedir autorización por fax a un Comité que posiblemente convoque a una reunión para analizar el pedido.
Como cada vez que marcha la CGT, el sector "entro a Facebook a pedir la unidad del peronismo y me vuelvo a mi trabajo porque a mí nadie me regaló nada", aprovechó para exigir la unidad del peronismo y acusar al resto del arco opositor de ser funcionales a la derecha y de no entender nada de peronismo.
El único orador de la marcha buscó despegar el multitudinario acto de cualquier opción electoral que ofrezca el peronismo: el acto no fue un acto cristinista, aunque el cristinismo marchó, no fue un acto randazzista, aunque el randazismo marchó, no fue un acto pejotista, aunque el pejotismo marchó, y claramente no fue un acto delasotista, aunque el delasotismo tranzó con Macri.
Algunos especialistas opinan que será imposible que haya un paro general antes de las elecciones. Desde la CGT habrían dicho "mirá, antes de la elecciones, no sé, pero antes de que se sepa el resultado de las elecciones, seguro".
La estrategia del Gobierno Nacional para desviar la atención de la marcha fue un ejemplo de planificación estratégica: mandaron a Leuco a decir que un paro general complicaría más a Cristina que a Macri, mandaron a Triaca a decir que la marcha tenía tufillo político y disfrazaron al rabino Bergman de planta. ¡Camuflaron a un ministro, lo disfrazaron de brote verde!
Hay que reconocer el coraje de un ministro de medio ambiente que sabe que disfrazándose de bosque corre serio peligro de incendiarse a sí mismo para que Macri lo desmonte y le siembre soja.
Una pelea entre camioneros adelantó el acto central de la marcha y le regaló al Grupo Clarín las mejores fotos para desacreditar los reclamos. Se tiraron con cruces que representan a los caídos en Malvinas. Parecían camioneros, sí, pero dormidos y a contramano. Peor no se puede chocar.
La marcha incluyó un pedido por la aparición con vida de Santiago Maldonado, por lo que Patricia Bullrich analizó levantarse e irse. Luego recordó que ella no estaba en la marcha, así que pagó una vuelta para todos los presentes. Luego recordó que estaba en su casa y que le estaba hablando a un helecho. Luego recordó que el helecho era el rabino Bergman y lo regó con whisky. Luego recordó que tenía que despertarse temprano para no buscar a Santiago Maldonado y se fue a dormir mientras le gritaba a Bergman "disculpame por dejarte plantado, jajaja".
Mientras tanto, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos volvió a dictar una cautelar contra el Gobierno Nacional, en este caso por la desaparición de Santiago Maldonado. Desde el Gobierno ven como positivo el accionar de la CIDH, porque vinieron por Milagro Sala y ahora por Maldonado… están viniendo muy seguido y, de lo que está viniendo, esto es lo más parecido a una inversión extranjera.
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