lunes, 15 de octubre de 2018

'NUESTRAS VOCES': 44 millones de presos políticos

lunes 15 de octubre de 2018




44 millones de presos políticos







La interna de Cambiemos entre Carrió y Angelici está para alquilar balcones, aprovechando la nueva ley de alquileres que anunció el Gobierno: según esta nueva normativa, la comisión por alquilar a Luis Majul, por ejemplo, ya no la tendría que pagar Carrió ni Angelici, sino el propio Majul.
Por       EMANUEL RODRÍGUEZ    *



Tanto Carrió como Angelici buscan controlar la Justicia, por lo que, gane quien gane, siempre todo va a ser injusto. Cambiemos transformó el Poder Judicial en un auténtico casino: gane quien gane, todos perdemos.

Elisa Carrió quiere controlar al Poder Judicial porque de tanto presentar denuncias, tanto presentar denuncias, bueno, ahora quiere presentarlas, recibirlas, darles curso y sentenciarlas. Se copó con el full service.

Su oponente es el presidente de Boca y operador judicial Daniel Angelici, amigo personal, testaferro y versión guante sucio de Macri. Angelici es Macri sin pasar vergüenza en el Cardenal Newman, una versión de Macri que podría incluso ser reprimida por la policía de Macri por portación de rostro.

Lo desesperante de que Carrió y Angelici peleen por controlar el Poder Judicial es que eso significa que uno de los dos, o ya controla el poder Judicial, o lo va a controlar. Es como cuando Lanata pelea el rating con Majul.

El Gobierno, vía Angelici o vía Carrió, o sea, vía mafia con apoyo mediático o vía delirio místico con apoyo mediático, busca controlar el Poder Judicial porque ya perdió más legitimidad que Gisselle Rímolo como médica, que Alfredo Casero como comediante y Sergio Massa como abogado.

Al mismo tiempo, hay otra interna en la Corte Justicia, entre Lorenzetti y Rosenkrantz, que es como la pelea entre Carrió y Angelici pero con estudios universitarios completos.

Hubo un par de acusaciones cruzadas entre Rosenkrantz y Lorenzetti, que dejó a varios espectadores desconcertados, porque es como ver una pelea entre dos suplementos de un mismo diario Clarín.

Todo esto ocurre mientras Milagro Sala cumple 1000 días como presa política, mientras dirigentes opositores son perseguidos brutalmente, mientras una expresidenta de la Nación es hostigada con varios circos mediático judiciales al mismo tiempo: y mientras una denuncia por lavado de dinero contra el partido Gobernante es sacada de la órbita federal para que quede en manos de la justicia electoral: la Justicia en Argentina está atravesando su etapa Pity Álvarez.

Peritos más falsos que aportante de Cambiemos, servicios de inteligencia operando en todos lados, jueces que condenan sin pruebas… La justicia está tan falopa que en cualquier momento a las internas las gana Ritondo.

Mientras tanto, el presidente inaugura un Metrobús existencial en Morón: va de la nada a la nada misma, como una especie de viaje interior sartreano.

Morón ya tiene un aeropuerto para una sola línea aérea y un Metrobús para 3 lineas de colectivos. Morón es el Anillaco de Cambiemos.

A las tres horas de la inauguración por parte del presidente, hubo un grave accidente en el Metrobus de Morón. Y al rato, otro. Es que los motociclistas que intentan cruzar la avenida Gaona, ven ese Metrobus gigantesco como deuda externa macrista, inútil como Macri en una reunión de estadistas, vacío como debate político en Intratables, y se distrae, empieza a pensar "¿qué carajo es esto?" y  ¡pum! Un colectivo.

La pelea por el Poder Judicial es también un correlato de la gran discusión en Cambiemos entre quienes quieren que Cristina vaya presa y quienes opinan que es mejor enfrentarla en elecciones. Por increíble que parezca, a estas horas la libertad de una persona no está en manos de un tribunal que la juzgue sino de un partido que dirime con ella sus internas. Esto tiene de República lo que Iguacel tiene de sensibilidad social.

Por el momento pareciera que Carrió va ganando porque se sacó de encima a Lorenzetti, pero la maniobra para que Rosenkrantz lo reemplace no fue de ella sino de un hombre de Clarín, Fabián Rodríguez Simón. Clarín maneja gran parte de la justicia argentina. Por eso hay condenados que aplican al 2×1 no por buena conducta sino por tener la tarjeta 365.

Fabián Rodríguez Simón fue fotografiado junto Martín Irurzun y a los pocos días Irurzun le sacó la causa de los aportantes truchos al juez federal Sebastián Casanello, y, a pesar de que se trata de delitos penales, derivó esa causa, que podría haber terminado en una imputación a María Eugenia Vidal, a la justicia electoral bonaerense, que depende de María Eugenia Vidal. Básicamente es como si Alejandro Fantino tuviera que juzgar a María Eugenia Vidal, en su programa y después de chivear el Metrobus de Morón.

Manipulan la justicia, la toquetean como si fueran Nicolás Dujovne y la justicia fuera un jugador de las inferiores de Independiente. Los medios transmiten decisiones judiciales como si fueran actos de justicia, pero están más y mejor guionadas que las novelas que esos mismos medios pasan. En cualquier momento la causa de los cuadernos transmite en vivo su indagatoria final desde el Gran Rex, con el fan de Wanda Nara devenido en fan de Bonadío.

El circo de los presos políticos demuestra que la justicia en Argentina tiene menos legitimidad que Cambiemos como gobierno. Si lo pensás es un círculo: un gobierno sin legitimidad política busca legitimidad manipulando una justicia que para tener algo de legitimidad manipula la política. Un auténtico círculo vicioso en el que Milagro Sala, Julio de Vido, Amado Boudou, Fernando Esteche y varios más se llevan la peor parte de algo que ya es evidente: el único modo en que todo esto se sostenga es que Cambiemos finalmente cumpla su sueño de un país con 44 millones de presos políticos.

 Emanuel Rodríguez presenta su show en vivo  "Peroncho".
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