SOCIEDAD
La afroargentinidad
que no se pinta
Esta práctica y su término surgieron en 1830, con auge en el siglo XIX. Es una técnica muy utilizada en el teatro que no solo consiste en caracterizar a través del maquillaje corporal la negritud fenotípica de los africanos y a su diáspora, sino además, en la exageración de los rasgos, gestos y vestimenta de esta comunidad. En la actualidad, aún persiste en festividades y personajes “humorísticos”, de países como España, Bélgica, Holanda, Colombia, Perú, entre otros. Argentina no es la excepción y el ejemplo más evidente es la celebración del 25 de mayo.
Solo a partir de la deuda histórica del Estado argentino para con sus comunidades étnicas y puntualmente con su 'negritud', se puede entender que una representación con gran carga racista como lo es el 'Blackface', se encuentre naturalizada e institucionalizada y que tenga lugares de relevancia académica y cultural. Es por esto que la comunidad negra en Argentina reclama una participación en tan magno evento, apegada a su realidad e insta a que no se perpetúen los estereotipos que asocian a la 'afroargentinidad' con la condición de servidumbre, a través de los ya conocidos personajes de vendedoras de pastelitos pintados con corcho quemado.
Han transcurrido 209 años y en la actualidad ni la historia oficial, ni la academia han podido contar que la negritud argentina tiene sus figuras emblemáticas como: María Remedios del Valle, Capitana del Ejército de Manuel Belgrano y Madre de la patria. El Sargento Cabral, Lorenzo Barcala, los valientes soldados que lucharon en los campos de batalla en las guerras independentistas. ¿Cuánto tiempos más se va a evitar contar que los afroargentinos supieron aprovechar sus talentos literarios para denunciar su situación social a través del periodismo, el arte y la poesía?
Como cada 25 de Mayo, Argentina se vestirá de fiesta y recordará con gran orgullo la conformación del primer gobierno criollo en el Cabildo de Buenos Aires. Se celebrará con bombos y platillos en cada rincón del país, sin el más mínimo reparo en que en 1810, esta nación tenía otros intervinientes en su idiosincrasia y construcción cultural que no precisamente se dedicaban a la servidumbre con todo y las dificultades de la época. En pleno siglo XXI, es necesario que no se pase por alto que en la historia oficial jamás se incluyó a los que no responden al perfil hegemónico de la “blanquitud europea”, y comprender que la teatralización de una realidad dolorosa e invisibilizada como lo es la matriz afro en Argentina a través del 'blackface', no se puede seguir transmitiendo en la gran fiesta porque es una mirada sesgada y estereotipada.
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