ramble tamble
Dylan, la militancia tuvo razón, no fuimos una oposición "moderada" ...
El tío Alberto en
“Bravo por el tío
por el tío Alberto
si ves en el Fondo
vos ves el Fondo
gracias a él”
Carlos Indio Solari
El tío Alberto en
“Bravo por el tío
por el tío Alberto
si ves en el Fondo
vos ves el Fondo
gracias a él”
Carlos Indio Solari
La caída vertical de la popularidad de Mauricio Macri y su intención de voto, hoy lo ubica en condición de segunda minoría a más de 10 puntos debajo de Alberto Fernández y a punto de perder en primera vuelta.
La mayoría de los estudios conocidos muestran el derrape presidencial y así surge también de la encuesta de opinión metropolitana (CABA Y GBA) que realizara la consultora 'Proyección'.
Se trata de 717 casos efectivos relevados en el período del 18 al 20 de mayo, mediante telefonía móvil, utilizando paneles y ajustando los criterios a la metodología de bola de nieve. El error muestral +/- 4,5% y el nivel de confianza 95%.
Se viven días de mucha inquietud en el establishment y para colmo de sus males, no funcionan tampoco los ensayos de “tercera vía”, impulsada primero por Sergio Massa, al que se sumó Roberto Lavagna y ahora el “Peronismo Federal” con Juan Schiaretti como gran referente.
Ante esta malaria de alternativas amigables, el nuevo intento es “edulcorar” la potencia transformadora de la fórmula Fernández-Fernández, o pacando su identidad kirchnerista fórmula que, según los analistas del establishment corporativo, habría dado “un giro hacia la moderación”, algo así como enchufar la “tercera vía” dentro de “la primera vía”.
¡Hay una nueva Cristina!, advierten los voceros del régimen, suponiendo que lo que le reclamaban a los candidatos “market friendly” (cambiar algo para que nada cambie), lo terminará gestionando el binomio K, una vez llegados a la Rosada.
Nada más equivocada que esta visión. En modo alguno debe entenderse a la fórmula Fernández-Fernández co mo “el triunfo de la moderación”.
Nicolás Vilela
Nicolás Vilela, en su nota “La Decisión de Cristina”, señala con precisión:
“¿Cuál fue la gran discusión en estos años dentro del peronismo? El liderazgo de Cristina. La militancia decía que tenía que conducir para garantizar una oposición frontal y competitiva; el sector “dialoguista” decía que no, porque había que “darle tiempo” a Macri (es notable el eco tenebroso de estas palabras hoy) y porque la época de Cristina había terminado, motivo por el cual había que abrirse a nuevos liderazgos. "
Hay que decir que, “sinceramente”, la militancia tuvo razón. Cristina conduce.
De manera soberana, inesperada, tomó la decisión de poner a Alberto a la cabeza de la fórmula. Nadie lo previó. Ningún sector del peronismo ni del establishment fue a pedírselo: ni siquiera se lo imaginaban.
Así que el celebrado “triunfo de la moderación” es un nuevo error de lectura de los analistas políticos. Si ahora Cristina tuvo margen para elegir a Alberto, es porque no fuimos una oposición moderada y porque nuestra línea política conservó los votos y la representación de una parte importante de la sociedad.
Esta es la secuencia que hay que subrayar: "Alberto es candidato por decisión de Cristina y Cristina tiene poder de decisión porque la militancia ganó el debate interno sobre el liderazgo.”
Efectivamente, la militancia ganó el debate interno y todos aquellos que dudaban sobre el liderazgo político y electoral de Cristina, esa legión de “moderados” no pueden menos que, ellos mismos, realizarse una autocrítica por errar tan groseramente conceptual y políticamente sobre el estado de polarización persistente de la sociedad y el verdadero volumen de Cristina Kirchner para el campo popular-democrático.
Finalmente diremos que una mayoría de la sociedad ha tomado nota de que gobernar no es "conciliar intereses", sino "representar intereses". Así lo entienden los dos liderazgos emergentes de este nuevo estado dominante y polarizado de la opinión pública, Macri y Cristina.
Por eso ambos no son "neutrales", tal como la misma Cristina Kirchner lo marcó en la presentación de su libro. Cada uno representa intereses antagónicos.
En esta perspectiva de análisis, la "moderación" no neutral es apenas un registro, el tono - o melodía - de un discurso, un tema bien distinto al que quieren instalar los dirigentes corporativos y el coro de ángeles que los replica en los medios.
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