martes 07 de marzo de 2017
Desde el golpe de 1976 se comenzó con la privatización de SEGBA, un negocio que Martínez de Hoz, llevó a la Junta Militar.
LOS MAESTROS, MACRI Y LA PELOTA
Los cinco gremios nacionales son los encargados de la paritaria nacional docente, pero por el desguace producido en la década del 90, – donde Domingo Felipe Cavallo logró que el presidente Menem desvirtuara al Estado Nación convenciéndolo que por economía había que trasladar la educación a las provincias, y éstas a su vez a los municipios – el Ministerio de Educación Nacional no tiene hoy empleados directos. En este pretexto se esconde el gobierno de Macri para no llamar a la paritaria nacional docente.
Por Miguel Angel De Renzis
En la Argentina de los tarifazos, 130.000 hogares se quedaron sin energía.
Desde el golpe de 1976 se comenzó con la privatización de SEGBA, un negocio que Martínez de Hoz, llevó a la Junta Militar.
Usan la excusa de las altas temperaturas para justificar que Edenor y Edesur se repartan anualmente jugosos dividendos sin invertir en los cables que todavía son de la vieja Chade o de la Ítalo.
Eso se puede hacer con un Estado "bobo".
Es decir, sin control a la empresa privada.
Pasó lo mismo con Aguas Argentinas, cuando se privatizó Obras Sanitarias los franceses se llevaron la ganancia y no invirtieron en un solo caño.
Tuvimos que inventar AYSA, que por suerte, funciona.
En el caso de los docentes el tema es muy complejo.
Desde el regreso de la Democracia se vienen ensayando distintos planes pero el resultado real es el abandono edilicio, la baja calidad educativa, y la pérdida de respeto al docente por parte de los padres y del docente a los alumnos porque su actividad fue vaciada de futuro con sueldos magros y sin incentivos para la superación profesional.
El docente, desde el punto de vista del trabajador, es difícil de encuadrarse en la actividad sindical.
Como muestra, vale un botón: en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires hay diecisiete gremios docentes, en la provincia de Buenos Aires hay seis, y en el orden nacional, cinco.
Los cinco gremios nacionales son los encargados de la paritaria nacional docente, pero por el desguace producido en la década del 90, – donde Domingo Felipe Cavallo logró que el presidente Menem desvirtuara al Estado Nación convenciéndolo que por economía había que trasladar la educación a las provincias, y éstas a su vez a los municipios – el Ministerio de Educación Nacional no tiene hoy empleados directos.
En este pretexto se esconde el gobierno de Macri para no llamar a la paritaria nacional docente.
El 21 de diciembre de 2005 el Congreso Nacional sancionó la Ley 26075 que fue promulgada el 9 de enero de 2006. Consta de 21 artículos y en el 10 dice textualmente:
"El Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología, juntamente con el Consejo Federal de Cultura y Educación y las entidades gremiales docentes con representación nacional, acordarán un convenio marco que incluirá pautas generales referidas a:
- a) condiciones laborales,
- b) calendario educativo,
- c) salario mínimo docente, y
- b) carrera docente."
Esta ley está vigente.
Y si no quieren llamar a paritarias la tienen que modificar o derogar.
A partir de allí, los cinco gremios nacionales convocaron, amparados en el artículo 14bis de la constitución Nacional, a un cese de actividades de todos los docentes del país, lo que está contemplado en la Ley de Asociaciones Profesionales y el acatamiento de los miembros de organizaciones docentes de primero, segundo o tercer grado quedan cubiertos por la personería de estos cinco.
El Ministro de Trabajo de la provincia de Buenos Aires dictó conciliación obligatoria.
Es un abstracto, porque ninguno de los seis gremios docentes provinciales decretó la huelga.
Por lo tanto, el que debería hacerlo sería el Ministro de Trabajo de la Nación, pero no lo pueden hacer porque ellos mismos violan la ley de la paritaria.
La conciliación obligatoria consiste en que las partes en conflicto deben comparecer ante el Ministerio de Trabajo, donde esta autoridad administrativa determina que el estado de las cosas se retrotraiga al existente con anterioridad al acto o al hecho que hubiera determinado el conflicto.
Durante el periodo de conciliación obligatoria los trabajadores no podrán realizar acción directa, y tampoco lo podrán hacer los empresarios o en este caso, el Estado.
Pero insistimos, el conflicto es nacional y la conciliación la debe dictar el Ministerio de de Trabajo de la Nación.
En el caso de Futbolistas Argentinos Agremiados, actuó el Ministerio de Trabajo Nacional, pero tampoco fue acatada la conciliación obligatoria por la morosidad salarial que en algunos casos llega a cinco meses en los salarios de los jugadores.
Ayer presionaron a través de los medios con una severa sanción económica para Agremiados, pero hay una situación llamativa de la doble personalidad dirigencial.
El presidente de Independiente es Hugo Moyano, está demás aclarar su historia sindical.
El de Lanús, Russo, concejal del Frente Renovador y quiere ser Intendente de su distrito.
Es decir, es político.
El mismo Chiqui Tapia, presidente de Barracas Central, que aspira a ser presidente de la AFA, está vinculado al sindicalismo.
Por nombrar a tres de los tantos dirigentes gremiales que son dirigentes de clubes de fútbol.
Ellos presionaron más que nadie para que se levante la huelga.
El periodismo deportivo, por su lado, defendiendo distintos intereses patronales, salió a hacer su papel.
Destrozaron a Marchi, el secretario de Agremiados, y en las tiras deportivas los colegas hablaban sin entender la Ley de Asociaciones Profesionales.
No es el único caso.
Los periodistas políticos también hacen lo mismo.
Se quejan de los años que hace que los dirigentes sindicales están al frente de las organizaciones.
Y creen que, como si fueran candidatos nacionales, a los gremialistas los puede elegir la población.
El dirigente sindical es consecuencia del estatuto de su organización y solamente tienen derecho a juzgarlo los afiliados.
Lo dice la ley.
Esto no quita que cada quien pueda opinar libremente y que existan operaciones políticas.
El papelón de la dirigencia del futbol, el creerse habilitados para hacer cualquier cosa, ponen en riesgo no solo el trabajo de mucha gente, sino la propia vida de la AFA.
El presidente Macri tomó dos decisiones.
Inició su campaña electoral para posicionar a Cambiemos en la elección de medio tiempo en el mismo inicio de sesiones del periodo parlamentario.
Y ya eligió a sus enemigos: el kirchnerismo tribunalicio y la dirigencia sindical.
Cuenta para ello con la prensa adicta y la cantidad de irregularidades cometidas en el gobierno anterior y pretende presentar ante la sociedad que la opción es que sigan los que están o que vuelvan los malos.
Con esto neutraliza otras expresiones políticas, y anula aquellos que no están de acuerdo con el kirchnerismo ni con el macrismo.
Si los errores de Cristina hicieron presidente a Macri, los errores de Macri pueden devolver de legisladora a Cristina.
Los dirigentes sindicales son otra etapa.
El ex ministro Tomada ya hizo su parte anarquizando aún más al Movimiento Obrero, y reconociendo a más de 500 nuevas expresiones sindicales, rompiendo con el modelo peronista de un sindicato fuerte por actividad.
Durante el gobierno anterior hubo tres CGT y dos CTA, nunca visto en la historia sindical.
Macri viene por la flexibilización que empezó en los '90.
Para eso hay que desprestigiar a los dirigentes.
En el fútbol, el presidente esconde la privatización, sueña con las sociedades anónimas que ya fracasaron en Europa.
En el gremialismo quiere desprestigiar a sus dirigentes.
Y en la enseñanza, favorecer a los privados.
Pero le tenemos una noticia: SADOP, el sindicato de los docentes privados, se adhiere al paro.
En el país de Cambiemos no hay luz, no hay fútbol, no hay clases.
Cambió poco.
En el 2012 la ex presidenta dijo al iniciarse las sesiones parlamentaria de ese año: "Con trabajadores que gozan de estabilidad frente al resto, con jornadas laborales de 4 horas y tres meses de vacaciones, como es posible que solo tengamos que hablar de salarios y no hablemos de los pibes que no tienen clases".
Dos años después, en el Parlamento, en el 2014, dijo textualmente: "La oferta del gobierno consta de un aumento del 22% que llevaría el salario inicial de $3416 a $4167 en noviembre y los $2000 por presentismo que los docentes consideran extorsivo."
De Alfonsín a Macri nadie resolvió el tema de los docentes, y lo que es peor, de la educación.
Quizás porque el ejemplo del docente sea Sarmiento con todo lo antinacional que significó su postura en lugar de tantos otros que se parecen más a Almafuerte.
Hace un año y cinco meses Macri prometió otra Argentina.
El 7 habrá una gran movilización para demostrarle que no cumplió.
La seguimos el lunes a las 6, por AM 650 Radio Belgrano.
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