sábado, 17 de junio de 2017

¿Eres un padre que exaspera a sus hijos?

Fratela

viernes 16 de junio de 2017


¿Eres un padre que exaspera a sus hijos?


mama e hija

Por           Gabriela Fernández   



Considero que de las preguntas más importantes que deben hacerse los padres de familia son: ¿Cómo enseñarle a mi hijo a enojarse, a no guardar rencor, a perdonar y tolerar las diferencias?

Tristemente cada vez es más común ver niños que se irritan con gran facilidad, que tienen baja tolerancia a la frustración y que además tienen malos modos a la hora de dirigirse a sus padres.
A la larga estos niños se convierten en personas con poco dominio de sus emociones, resentidos y desanimados. Pero ¿por qué, entre más información hay acerca de la crianza, los límites son más difusos entre padres e hijos?. En mi opinión, el ejemplo es un ingrediente crucial en la educación de los hijos. Modelar las conductas deseables y ser consistente, son las formas más eficaces y amorosas de instruirlos. El problema es cuando un padre cae en ciertas conductas cotidianas, propias de un estilo de relacionarse que los convierte en padres exasperantes.

A continuación se mencionan algunas actitudes que pueden exasperar a los hijos:

1) El padre orgulloso: Un padre orgulloso jamás admitirá que esta equivocado. Si su hijo se atreve a decirle con amor que esta equivocado, el hijo recibe un regaño severo o es castigado por no respetarlo. Estos padres humillan a los hijos en privado o a la vista de otras personas. Y generalmente NO ESCUCHAN, NI VALIDAN OTRA OPINIÓN, que sea distinta a la de ellos.

2) El padre desesperanzado: Es aquel que siente lástima de sí mismo. Todo es gris y pierde la motivación fácilmente. Los argumentos catastróficos imperan en su mente y tiene serias dificultades para impulsar los talentos, proyectos y planes de los hijos. Quienes tienen un padre desesperanzado, generalmente deben preguntarle "¿Qué sucede?, ¿Qué de malo pasó ahora?". El padre desesperanzado no expresa gratitud por nada ni entusiasmo por nada; por lo tanto no puede alentar a su hijo a nada. Y si un problema o dificultad se presenta, no es capaz de plantear soluciónes o alternativas.

3) El padre controlador o airado: Son padres que se exceden en el autoritarismo. Usan palabras altisonantes y un tono de voz áspero para corregir a los hijos. Generalmente hablan desde el enojo, se toman todo personal y guardan rencor. Por lo tanto se resienten y no corrigen.

4) El padre que diariamente cambia las reglas: Los hijos de padres así, viven bajo un reglamento y consecuencias que cambian constantemente. Hay tantas reglas que no son capaces de acordarse de todas, y es común que las ignoren y pongan nuevas de manera sorpresiva. Asimismo ponen reglas difíciles de cumplir con consecuencias casi imposibles de mantener por su duración y forma. Entonces les gana la pereza, el cansancio y el egoísmo. Por lo tanto los hijos se exasperan al ver que nunca complacerán a los padres y que sorpresivamente y de manera frecuente serán castigados o regañados sin justificación alguna, pues nunca saben a que atenerse.

5) El padre que exagera: Son padres que piensan y hablan usando las palabras "siempre, nunca, todos, millones de veces". En lugar de manejar cada asunto individualmente, incluyen todo en una misma conversación. El resultado viene a ser con frecuencia, algo que no es verdad. El Niño es provocado a ira y se pierde el enfoque sobre lo que ha hecho mal. Ejemplo: "siempre rompes todo", "nunca haces caso", "te he dicho millones de veces", etc.

6) El padre perfeccionista: Los hijos de padre así, nunca son lo suficientemente buenos. Estos padres no animan a sus hijos pues están al pendiente de pequeños detalles o errores. Y promueven estándares de comportamiento que ni siquiera ellos cumplen en su totalidad.

7) El padre que teme lo que el hijo y los demás piensen de él: Esto los llega a paralizar al grado de impedirles que tomen decisiones apropiadas. Suelen pensar "si hago tal cosa, no me va a amar" o "si cumplo la consecuencia de su falta, no me va a perdonar", " ¿qué pensaran otros de mi y de mi forma de educar?". El temor, la falta de confianza y acertividad expresados por este padre son motivos de gran provocación para un niño.

8) El padre sumiso o fácil de manipular: Este padre lleva a su hijo a persistir en un esfuerzo por obtener lo que quiere, porque la mayoría de las veces lo logra. Padres así con frecuencia están confundidos y avergonzados por la reacción de sus hijos. Por eso optan por la salida más fácil y se rinden por mantener la "paz". Y el hijo aprende que si persevera en intensidad y duración alcanzara lo que quiere. Con frecuencia estos niños están de malas y presentan un comportamiento "mimado".

9) El padre que hace comparaciones: Es aquel que hace preguntas tales como ¿por qué no eres más como tu hermano? ¿Qué pasaría si pudieras imitar a tu hermano en esto?, etc… Ningún hijo necesita que un padre indique que no es tan bueno como sus hermanos. Todo padre que esta comparando a sus hijos, provoca enojo envidia entre los hermanos.

10) El padre que quiere cumplir en el hijo sus planes frustrados: Es aquel que desea que su hijo haga lo que él no pudo hacer o ser. Lo que le interesa al hijo es de importancia secundaria, con relación a lo que los padres más anhelan.

11) El padre omnisciente y presumido: Es aquel que asegura los pensamientos e intenciones de los hijos, y actúa con base a esas suposiciones. No se molestan en recibir información por parte de sus hijos, ni se interesan por escucharlos. Dan por hecho sus suposiciones y juzgan, sancionan y corrigen con base a estas.

12) El padre poco expresivo de su amor: Son aquellos que dan por hecho que sus hijos deben saber que son amados y nunca se los dicen. No expresan afecto ni en palabras ni en contacto físico.

13) El padre demasiado ocupado: Es aquel que tiene poco tiempo para los hijos por estar tan ocupado. Cada vez que el hijo demanda su atención, hay algo que se antepone a ese momento.

Este listado puede ayudar a identificar qué actitudes evitar, tomando en cuenta que podemos presentar de todas un poco, sin limitarse a pensar que encajamos en sólo un estilo. Espero les sea útil para que la relación con los hijos sea un espacio en el que ellos puedan desarrollar habilidades sociales con mayor dominio de la emotividad, capacidad de escucha, tolerancia, gratitud, empatía y humildad.



*    Gabriela Fernández es Psicóloga y Terapeuta, especialista en       niños y  adolescentes
     Contacto:  gabrielagaby9@hotmail.com








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