lunes 29 de mayo de 2017
"La Juventud Radical se aburguesó"
Carmela Moreau. Es la hija menor de Leopoldo, milita en el Movimiento Nacional Alfonsinista Forja y defiende la universidad pública.
Por Jorge Repiso
Carmela Moreau atiende varios frentes. Desde muy pequeña respiró la política y esa dinámica se le fue incorporando por ósmosis. Es la actual secretaria de Interior del gremio de la Asociación del Personal Legislativo y milita en el Movimiento Nacional Alfonsinista Forja nacional. Hace un tiempo, Moreau declaró que la Juventud Radical había dejado de ser revolucionaria. De eso trata la charla, y de otras cuestiones no menos importantes como su apoyo a la lucha de los docentes universitarios.
Carmela atiende el celular desde alguna ruta argentina, rumbo a algún destino donde continuar militando. "Pude haber pronunciado la frase, no lo recuerdo, pero es así. Un ejemplo claro es lo que está ocurriendo en Jujuy en relación con la detención de Milagro Sala y donde no hubo siquiera un pronunciamiento por ese tema y otros relacionados con los derechos humanos. Callarse es de cómplices, y eso ocurre porque muchos de ellos no se mueven de sus cargos, se aburguesaron y dejaron la lucha de lado. Admitieron la alianza Cambiemos que ganó las elecciones y gobierna aplicando ajuste y represión en detrimento de las instituciones"
–Desde su espacio, ustedes también hicieron alianza.
–Justifico las alianzas que reivindican el republicanismo, y el actual gobierno quedó muy lejos de esa intención. Como primera medida de las tantas, cometió el acto anti republicano de nombrar jueces de la Corte Suprema por decreto, toda una injerencia del poder político por sobre el judicial.
–¿Qué hubiera hecho Raúl Alfonsín?
–Alfonsín no se hubiera aliado al macrismo. Yo me desarrollé con el alfonsinismo y aprendí que desde 1983 nos vinieron con que éramos antiperonistas. Desde siempre, él pregonó que debían reunirse las dos culturas políticas más importantes. Creía que era en lo que debía desembocar la Argentina, y nosotros vamos en esa dirección y nos une con el Frente Para la Victoria el anhelo de un país inclusivo y progresista. Nos constituimos en partido, tenemos presencia en varias provincias y logramos congregar a muchos radicales que le escaparon a la derechización de la Unión Cívica Radical.
–Alfonsín no se hubiera aliado al macrismo. Yo me desarrollé con el alfonsinismo y aprendí que desde 1983 nos vinieron con que éramos antiperonistas. Desde siempre, él pregonó que debían reunirse las dos culturas políticas más importantes. Creía que era en lo que debía desembocar la Argentina, y nosotros vamos en esa dirección y nos une con el Frente Para la Victoria el anhelo de un país inclusivo y progresista. Nos constituimos en partido, tenemos presencia en varias provincias y logramos congregar a muchos radicales que le escaparon a la derechización de la Unión Cívica Radical.
–¿Tiene alguna esperanza en la juventud de su partido?
–Soy pesimista. El panorama es complicado porque dudo de que esos jóvenes vayan a romper una tradición tan distinta como la neoliberal. Espero que algún día el sello del partido tome fuerza para volver a ganar, aunque no creo que eso ocurra mientras haya en ellos una visión conservadora.
–¿Sus críticas también le caben a la histórica agrupación que milita en la universidad?
–La tradición del partido manda que siempre se defendió la educación pública en todos sus estamentos y el ámbito está siendo hoy deteriorado. Le van sacando programas y presupuesto, y aunque parezca una burla, a los docentes les ofrecen un 18% de aumento de sueldo en tres cuotas, siendo la última cuota el año que viene, por lo que desde nuestro espacio pedimos inversión en infraestructura, material educativo y mejores salarios. Somos coherentes con lo que quería y aplicaba Alfonsín, que tomó medidas desde los viejos tiempos de Franja Morada, una agrupación que hoy se encuentra reducida a un grupo de adictos a este gobierno.
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