lunes, 1 de mayo de 2017

El futuro del trabajo


lunes 1º de mayo de 2017



El futuro del trabajo



Desde los tiempos de la Revolución Industrial, el hombre experimentó profundos cambios en el mundo laboral. Según la visión de especialistas, se avecinan nuevos empleos mientras que otros desaparecerán


Por         Jorge Repiso



Desde los tiempos de la Revolución Industrial, el hombre experimentó profundos cambios en el mundo laboral. Según la visión de especialistas, se avecinan nuevos empleos mientras que otros desaparecerán. 

































La historia se repite. La inminencia de una nueva era como la que estamos viviendo trae consigo curiosidad e incertidumbre. ¿Qué va a ocurrir en el mundo laboral ahora que las máquinas y los sistemas digitales van ganando terreno por los avances tecnológicos? El futuro es siempre incierto. Robots que ya reemplazan al humano en plantas de ensamblaje, automotores que van a conducirse solos o tareas para las que no se va a necesitar el ojo de un operario o dependiente.

Los medios comenzaron a hacer futurología sobre cuáles serán los trabajos con fecha de vencimiento y, también, acerca de nuevas oportunidades que se abren. Para la opinión pública, los pronósticos no son más que augurios de un feo porvenir.

Ocurrió tras la explosión ocasionada por el boom industrial, a mediados del siglo dieciocho. Se creyó entonces que las máquinas impulsadas a vapor vendrían a quitarle todo medio de subsistencia a campesinos y artesanos. En lo que no se reparó fue que aquellas máquinas precisarían de operadores. La llegada del automóvil y su producción en masa abrió de par en par las fábricas del norte de los Estados Unidos con la implantación del "Fordismo", es decir, la producción en cadena que requería de más y más mano de obra para abastecer al mundo.

En el transcurso del siglo XX y, de manera más pronunciada, a principios del siguiente, quedó de lado la idea de una vida entera dedicada a la empresa y la expectativa de una jubilación sin ajetreos. Japón es un claro ejemplo: el que antes estudiaba una especialidad para incorporarse a una factoría y lucir el emblema de una marca en el bolsillo de su guardapolvo sabía que su vida laboral comenzaría y terminaría en ese mismo sitio. Hoy ya no es así.

Especialistas del ámbito laboral a lo ancho del planeta están siendo consultados sobre los tiempos por venir y, según ellos, decenas de empleos específicos van a incorporarse a nuestras vidas en los próximos años. Muchos coinciden en tipificar trabajos de acuerdo a habilidades requeridas. Términos como maximizadores, expansionistas, transformadores y contextualistas se emplean para agrupar más de un centenar de ocupaciones abarcadas en el futuro del transporte. Así, analizadores del flujo de tránsito e ingenieros de circulación tendrán el porvenir asegurado como los arquitectos de sistemas y mánagers de arrendamiento de lugares de recolección se ocuparán de administrar la posible escasez del agua.

El mundo del deporte va a ser alcanzado por la súper especialización: especialistas en simulación, diseñadores e ingenieros de modificaciones genéticas y analizadores de la cualificación de los atletas quizás nos suenen familiares dentro de no tanto tiempo. Para acortar la larga lista, habría que  ir acostumbrándose a otras terminologías: optimizadores del tráfico de drones, antropólogos de sistemas, inventores de sensores, tridimensionalistas, auditores de automatización y de estilo de vida, diseñadores de personalidad de computadoras, expertos en bitcoin y criptomonedas, constructores y diseñadores en 3D, secuenciadores de genes y proveedores de servicios a octogenarios. Puede sonar a ciencia ficción, pero como en algunos filmes apocalípticos, el desmantelamiento será una especialidad. Cárceles, hospitales, reparticiones de gobierno y universidades van a ser objeto de derribo en manos de profesionales para dar paso a locaciones más reducidas. 


La mala noticia es que parte de lo que hoy vemos y con lo que convivimos será historia. Pronostican que oficios y profesiones no tendrán sentido de ser o donde la mano del hombre va a tornarse prescindente. Los nuevos modos de enviar mensajes o encomiendas dejarán de lado al tradicional cartero y también a los taxistas a causa de los coches que se desplazarán de manera autónoma o por la expansión del negocio del alquiler de unidades.

Hoy, las vacaciones se pueden programar desde Internet. Desde los vuelos hasta la contratación de uno o más hoteles se abonan mediante un celular, por lo que los agentes turísticos van a tener que adaptarse para no desaparecer. Sólo para agregar algunos ejemplos, rubros como la agricultura, la programación y la telefonía, lejos de achicarse o desaparecer por completo, exigirán puestos de especialización avanzada. Los agentes bancarios cederán vacantes en favor de encargados de ciberseguridad y operadores remotos por el predominio de la automatización, palabra usada para indicar la causa de los cambios que hoy por hoy y más allá de los analistas, no sabemos hacia qué mundo nos conduce.







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