viernes, 24 de febrero de 2017

Otro tetazo


viernes 24 de febrero de 2017



Otro tetazo





Seguramente en esta campaña de pechos libres de sostenes, habrá quienes piensen y sientan, que se justifica tal esfuerzo en conquista de alguna reivindicación, que los medios transmiten en cadena como un hecho que se presenta como excluyente de la Patria misma. Pero la experimentación del pudor es diferente en los distintos lugares de nuestro amado suelo, tan homogéneo en la comunicación masiva, pero tan olvidadizo en otros casos. La teta fuera de las grandes ciudades, es el único medio para que el llanto del bebé se calme; no hay bolsos con pañales descartables, ni muñecos musicales. Amamantan a sus pequeños en terminales de micros que las acercan a otros pueblos.  ¿Por ellas, por todas ellas, luchaban las del "tetazo"?
            Martina Chapanay, caudilla y montonera de San Juan  

Por tareas sociales y educativas, me encuentro en el Noreste argentino. No en las ciudades capitales de provincia, sino en los pequeños pueblos de serranías, arroyos cantarines, casitas de adobe pintadas a la cal, cabritos y niños con ojos negros, brillantes y pelo chuzo.
Hace mucho que no puedo leer "NUESTRAS VOCES" por razones de conectividad. Sin embargo en algunas zonas tengo la posibilidad de entrar en Facebook y acceder a la opinión de innumerables compañeras que han dedicado tiempo y esfuerzo a argumentar a favor del "tetazo". Sus motivos han sido ricos en experiencias, tocando aspectos que llegaron a ser tangentes con reivindicaciones sexuales, políticas (llegando hasta el voto femenino), sociales y estéticas. Todo dentro de un marco de altísima autoestima y valoración de sus cuerpos.
Debo decir que en ninguna población del interior me he topado con manifestación alguna en apoyo del tetazoAquí son otras las urgencias y a ninguna mujer se le ocurriría caminar con sus pechos al aire, mientras se dirige a comprar el hueso con carne para hacer un puchero. De su flaco bolsillo sacará lo mínimo para hacerse de un poco de harina, grasa y yerba, para luego retornar a pie a su humilde casa, a encender el fuego con ramitas secas, y poner el agua a calentar para ofrecerles a marido e hijos¬ - muchos por cierto  - la única comida fuerte del día.

No se amilana por el frío bajo cero o el calor de 40° C. No conoce de sensaciones térmicas, ni de bicisendas, ni de metrobuses. Son muchas, centenares, miles, que guardan siempre una sonrisa para su compañero y para su hijos. No se privan de reunirse "cuando tizna la oración" con alguna vecina cercana, de media hora de a pie, para charlar y contarse cosas. Volverá a su casa a prender la lámpara o el "sol de noche". Son foquitos de luz distribuidos en el ancho, desapercibido y oscuro territorio de la Patria.
Claro, no son mujeres de grandes ciudades como Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Rosario, Mar del Plata. La experimentación del pudor es diferente en los distintos lugares de nuestro amado suelo, tan homogéneo en la comunicación masiva, pero tan olvidadizo en otros casos. Hay por aquí muchas madres solteras…… apoyadas por las abuelas, que le ofrecen el primer y único cobijo por muchos años. Ellas van solas a bautizar a su niño, sin padre a la vista. Sin boatos sin fiestas, sin música,sin casamiento. Se hacen cargo y continúan su rutina. Algunas todavía en la escuela. ¿Por ellas, por todas ellas, luchaban las del "tetazo"?
Amamantan a sus pequeños en terminales de micros que las acercan a otros pueblos. La teta es el único medio para que el llanto del bebé se calme; no hay bolsos con pañales descartables, ni mamaderas de Miami, ni muñecos musicales. Muchas llevan a sus bebés en el aguayo, tejido artesanal que usan para cargas a sus niños. No se les aplastan las tetas con las mochilas ajustables, "porque el pediatra aconseja el cara a cara con el bebé", tan en uso en los centros urbanos. Los mecen en la cuna heredada, construida con mucho amor por algún abuelo ducho en trabajar madera de algarrobo y en el tejer tientos de cuero.
Juana Azurduy comandante de las guerrillas saltojujeñas

No faltará quien piense que estas mujeres "ocultas" carecen de ciertos "entenderes". Recuerdo sin embargo que fue Cristina Fernández quien emplazó el monumento a una Juana Azurduy que luce "una espada en la mano, un bebé en su espalda y un proyecto en la cabeza." Las mujeres del "tetazo" ¿son las mujeres del Colón desplazado de la Casa Rosada o las de Juana Azurduy, la de los cinco hijos? ¿esa, la del bebé en la espalda, una espada en la mano y un proyecto de Patria Grande en la cabeza? Muchas sí, claro, quizás otras no tanto.
Seguramente en esta campaña de pechos libres de sostenes, habrá quienes piensen y sientan, con total honestidad, que se justifica tal esfuerzo en conquista de esta reivindicación, que los medios transmiten en cadena como un hecho que se presenta como excluyente de la Patria misma, cuando –precisamente- la Patria es hoy la que está en peligro de muerte. No para todos, es obvio.
Y si alguien cree que quien esto escribe es un "pacato o mojigato", invito con todo fervor al lector a bucear en la biografía de mi muy admirada Martina Chapanay.





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