lunes 27 de febrero de 2017
Informe especial
El cerebro y nuestro idioma
Tres mil millones de habitantes hablan idiomas con una misma raíz. Cómo influyeron los cambios sociales y las migraciones.
Por Luis Ignacio Brusco *
Puede considerarse una directa conjunción entre la función cerebral y el desarrollo del lenguaje. Por supuesto enmarcada en la evolución de los procesos cognitivos y los lingüísticos, aunque, actualmente no podremos comprender al lenguaje, sin considerar la relación del humano con su medio ambiente. Así, etapas culturales evolutivas, que han marcado cambios sociales en nuestra especie - como el desarrollo de la agricultura o el uso del caballo y la rueda - son instancias muy imbricadas con el desarrollo de los idiomas.
El castellano desprende también de una rama idiomática de la que derivan muchos lenguajes, que se denomina raíz protoindoeuropea. Con un origen en común, con posible base en el continente asiático. La mitad de la población mundial tiene una situación originaria en esta lengua madre. Aproximadamente tres mil millones de habitantes hablan un idioma nacido en esta raíz.
Por ejemplo, como plantea el periodista científico Michel Balter la palabra "rosa" puede ser dicha como rose en inglés o en alemán, o ruze en Croata. Así desde el alemán, las lenguas latinas, el escocés, el celta hasta otros extinguidos (hitita) derivan del primitivo protoindoeuropeo, pudiendo corresponder su comienzo a la edad de cobre. Estos derivados corresponden aproximadamente a 400 idiomas y a la mitad de la humanidad. Es decir, desde ciertos lenguajes que van desde el oeste de China, la India hasta los idiomas europeos, han tenido su origen en el protoindoeuropeo. El que, indudablemente, ha migrado y mutado.
Si bien el desarrollo de las zonas cerebrales cognitivas del lenguaje (parte del lóbulo temporal y del prefrontal), así como los órganos fonatorios se han generado con el homo sapiens hace aproximadamente 100.000 años, el idioma que ha perdurado y trascendido en el occidente actual, se piensa, tiene sus orígenes hace aproximadamente 6000 años. Momento en el que habría aparecido un idioma en común, que se proyectó a la mitad de la población mundial, pero que representa sólo el 7 por ciento de la totalidad de los lenguajes existentes.
Además de los estudios lingüísticos sobre los lenguajes actualmente se estudian procesos culturales comparativos, como la doma del caballo o los procesos sedentarios,. Se ha desarrollado además estudios genéticos comparados de nuestros ancestros (ancestría) para observar los procesos migratorios de las poblaciones y parangonarlos con el lenguaje. El idioma tendría, entonces, una evolución similar a los patrones raciales ancestrales. Así se ha pensado en estudiar las características étnicas y aplicarle fórmulas estadísticas que simulen las posibilidades evolutivas temporales de los idiomas. Algo bastante distante de los estudios que hacían los lingüistas originales, que sólo podían estudiar la evolución del lenguaje en sí mismo.
Se han abierto así, dos posturas teóricas sobre sobre el nacimiento del lenguaje protoindoeuropeo. Una que plantea su nacimiento en grupos nómades de las estepas asiáticas (por encima del mar negro cerca de Ucrania) hace 6000 años .Y otra que postula que el indoeuropeo podría tener un origen mucho más antiguo. En las primeras poblaciones agricultoras sedentarias de Anatolia (hoy parte de Turquía), hace 11.000 años del período neolítico (edad de piedra)
Los actuales estudios de genética evolutiva en los que participa (un defensor del comienzo nómade y descubridor de manejo precoz del caballo y la rueda en poblaciones cercanas a Ucrania llamadas Yamnaya) acercan a la idea de un ancestro común con las poblaciones nómadas asiáticas relacionándolas con el resto de las poblaciones que desarrollaron su lenguaje desde el indoamericano. Esto es realmente revolucionario, un estudio comparativo de genes y lenguaje, que marca al hecho migratorio no sólo como un proceso poblacional y cultural, sino como lingüístico.
El uso del dominio de caballo es importante como fenómeno de desplazamiento. Se cree sucedido 2000 años antes de lo pensado, a través de restos paleontológicos de hace 6000 años. Por lo tanto, hace pensar, que estas poblaciones pudieron trasladarse junto al idioma, tanto a sectores más orientales de Asia como a Europa. Por lo tanto la raíz idiomática que hoy también fue transferida tanto a Europa (luego también a América) como a gran parte de Asia ha estado acompañada de la evolución poblacional.
Solo con rescatar las palabras similares de diferentes idiomas permite vislumbrar la raíz linguística común de nuestros ancestros y su manera de comunicarse.
* Neurólogo. Prof. Titular UBA. Fund. Humanas. INEAR.
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