lunes 05 de diciembre de 2016
¿Llegó la hora del shock?
Indicadores en rojo y la economía que no arranca. El Gobierno necesita dar un golpe para que no le oscurezca el año electoral
Por Revista Veintitrés
La discusión que atravesó el año político y económico fue la decisión entre "gradualismo" o "shock". A pocos días de terminar el año calendario, el Gobierno de Mauricio Macri necesita tomar aire para darle el último empujón parlamentario a su gestión y comenzar con un poco más de oxígeno el 2017 en el que aspira a apoyarse en la recuperación de la economía para garantizar un buen desempeño electoral en la legislativas de octubre.
Para el macrismo se tratra de un hecho nodal. Trajinó todo el primer año de mandato sin mayoría propia en el Congreso y con alianzas variopintas con sectores del peronismo y con el massismo que fueron poco sólidas. Tuvo que remar acuerdos por cada uno de los puntos que quiso sacar adelante y vio caer normas que necesitaba para cerrar acuerdos preexistentes, como la reforma electoral. No fue el único problema. También tuvo que resignar y rediscutir aspectos legislativos, como la reforma del Impuesto a las Ganancias, con final aún abierto.
Pareció lógico entonces que Cambiemos sostuviera a Emilio Monzó como presidente de la Cámara de Diputados. El dirigente más acuerdista (más peronista) del macrismo - junto con el ministro del Interior, Rogelio Frigerio - sobrevivió por las necesidades de su partido y las virtudes que le reconocen los opositores, mas que las que le pueden concender desde su propio espacio.
La prensa de Monzó destacó el respaldo que tuvo de la oposición para
mantenerse como Presidente de la Cámara.
Mientras tanto, la lluvia de inversiones que Macri prometió se demora: de los tres pilares de su gestión
- pobreza cero, lucha contra el narcotráfico y unión de los argentinos - aparece en un discreto segundo plano. Y la pulseada por conseguir que los empresarios confíen en el Gobierno se convirtió en la batalla principal. Los propios funcionarios del propio Gobierno tal vez se equivocan en colocar el horizonte de las elecciones de 2017 como el hecho refundacional de la autonomía para el proyecto económico consolidado. Con esa línea, demoran las ya demoradas decisiones de inversión que están en suspenso por otros factores, entre ellos el elevado déficit fiscal. El fracaso del Gobierno de los CEOs, como define Marcelo Zlotogwiazda.
Inversión versus política
Desde la consultora FIEL, Daniel Artana señal que el gobierno ofrece señales que alientan a las familias y a las empresas a postergar sus decisiones de consumo e inversión. Y pone como ejemplo que la meta de inflación del 25% que colocó a principio de año, excedió notablemente, unos 15 puntos porcentuales. O que se pregonaba una recuperación en el segundo semestre que ya termina. "Si el gobierno acepta, como acaba de hacerlo, que la herencia fue mucho más dura de lo esperado ¿qué correcciones se han adoptado para hacerle frente? Si se comparte que es necesario equilibrar el resultado fiscal primario y que la presión tributaria es altísima ¿porqué se aumentan gastos del Estado nacional en forma permanente (jubilados y transferencias automáticas a provincias)?".
"La experiencia del populismo en la Argentina y otros países es clara respecto a los problemas serios que hereda quién lo suceda. Enfrentar esa agenda requería que consumidores e inversores se convencieran de que se iba a caminar hacia un cambio de régimen. Ello exigía lograr algunos avances en la reducción del gasto público y en las reformas estructurales de la legislación anti productividad que son las áreas donde la resistencia de los grupos de presión es más alta. No alcanza con las buenas intenciones sino que se requiere mostrar que se puede avanzar en desarmar el Frankestein que se construyó durante más de una década de populismo", concluye.
En tanto, el director de la Unidad de Competitividad de la consultora Abeceb, Alberto Schuster, sostuvo ante Veintitrés que la expectativa es la llegada de inversiones "pesadas" pero que para eso "faltan marcos regulatorios". Cuenta además que en el país subsiste "alta inflación, se está poniendo muy caro, hay un régimen impositivo desestructurado y hay incertidumbre política respecto de qué va a pasar en las elecciones del año próximo".
"Las inversiones se estudian más. Hay un contexto argentino y un Brasil planchado; un millón de personas más que las que el Estado necesita pero que lo resuelve en forma vegetativa; una pobreza del 30 por ciento, una industria con baja competitividad y con un mercado abierto... tenés un combo que posterga el crecimiento", explicó.
Abeceb calcula que los dos próximos años habrá subas continuadas del PBI del orden del 3 por ciento y que se va a notar el año próximo los recursos que empezará a volcar el campo que dinamizará además la venta de autos e inmuebles, yque se sumarán a los fondos líquidos que ingresen por el blanqueo.
"Los montos que se volcarán por la reparación histórica a los jubilados, los incrementos en la asignación universal y las inversiones en infraestructura que tomaron más tiempo del esperado por la revisión de contratos y el rearmado de estructuras ministeriales indican que el año que viene van a encontrar, en medio de las elecciones, una economía creciendo. Por lo tanto no se requiere un shock, sino paciencia", concluye Schuster.
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