lunes 21 de noviembre de 2016
El plan Navidad de Macri
El plan del Gobierno para evitar que la conflictividad social le arruine el primer año de gestión. Paliativos y negociaciones con los dirigentes sindicales. El factor Massa en el Congreso.
Por Pablo Galand
Diciembre se acerca y el Gobierno quiere evitar que el primer fin de año de su mandato venga acompañado de desbordes sociales. El contexto económico – con una inflación que no afloja y una recesión que persiste – no ayuda. Por eso, las diferentes áreas del gabinete de Mauricio Macri están abocadas a gestiones políticas que eviten que la flaqueza de los bolsillos derive en mayor conflictividad social.
Desde el 2001, las cercanías de las fiestas obligan a poner en alerta a la dirigencia política. Las escenas de saqueos a supermercados y comercios se repitieron en más de una ocasión. Para neutralizar ese escenario, desde hace más de un mes el Gobierno armó un comité de emergencia que comprende a los ministerios de Interior, Desarrollo Social, Seguridad y Educación. "Estamos trabajando en los posibles puntos de conflicto como pueden ser el segundo cordón del conurbano bonaerense, Mar del Plata y Bariloche", señalan en el entorno del ministro Rogelio Frigerio. En la Rosada confían en que, para evitar cualquier desborde, alcance con los vínculos que se establecieron con los movimientos sociales desde el ministerio que comanda Carolina Stanley. El temor está puesto en aquellos municipios con los que el Gobierno no logró un diálogo fluido como La Matanza, Avellaneda o Moreno. De todos modos, entienden que una situación de violencia mancha también a los intendentes de esos distritos. "A ellos tampoco les conviene que haya saqueos; si suceden, perdemos todos", asegura la fuente.
En el marco de la negociación con los movimientos sociales, por estos días el Gobierno discute el alcance del bono de fin de año que otorgará a los beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo. La intención de las organizaciones es que los 1.000 pesos sean otorgados a cada beneficiario, en tanto que por ahora el Gobierno ofrece esa cifra a cada familia, más allá de los hijos que integren cada una.
El otro punto que preocupa al Gobierno es el proyecto de emergencia social que motorizó un sector de la oposición en el Congreso y que fue acompañado por una gran movilización el 18 de noviembre. La iniciativa propone un refuerzo del 15% para los que perciben la AUH, fija un salario mínimo obligatorio para 3,5 millones de personas y apunta a crear un millón de puestos laborales a través de planes sociales. El Gobierno sostiene que el proyecto es inconsistente porque no especifica cómo obtener los recursos para ponerlo en marcha. Macri podria vetarlo en caso de que se convierta en ley es el costo político que se quiere evitar. "(Sergio) Massa no se definió al respecto", indican en la Rosada. Una vez más, el líder del Frente Renovador es la carta de negociación a la que apelará el Gobierno en su estrategia parlamentaria.
La movilización del 18 contó con la adhesión de la CGT. Las negociaciones por el bono de 2.000 pesos acordado en el primer encuentro de la Mesa del Diálogo Social es otro tema vinculado con la conflictividad social que preocupa al Gobierno. La reunión celebrada en la sede de UPCN entre el triunvirato de la CGT y una parte del gabinete nacional volvió a tensar la relación, a partir de la advertencia de los dirigentes gremiales de que en el próximo encuentro tripartito reclamarán la aplicación de una herramienta que garantice la suspensión de despidos por un plazo de 90 días.
El Gobierno insiste en que la caída del empleo mermó, y que el impulso que prevé darle a la obra pública dinamizará la creación de nuevos puestos de trabajo. "Con la UOCRA monitoreamos permanentemente las obras que estamos llevando adelante en todo el país para recuperar los puestos que se perdieron durante el tiempo que nos llevó poner todo en orden", señalan desde el Ministerio del Interior, la cartera encargada de manejar la obra pública. En la Rosada confían en que la reactivación del campo generará también un nuevo impulso en la construcción. A su vez, entienden que, más allá de la pirotecnia verbal, la dirigencia sindical no llevará adelante medidas de fuerza que desgaten la gestión. "No hay intención en la mayoría de la CGT de endurecer la posición", confían.
Con estas herramientas, el Gobierno apuesta llegar a su primer año de gestión con una Navidad en paz.
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