jueves, 24 de noviembre de 2016

Un acuerdo forzado para evitar una derrota

Página/12

jueves 24 de noviembre de 2016



EL GOBIERNO ARREGLÓ CON LA OPOSICIÓN EL TRATAMIENTO DE LA REFORMA DE GANANCIAS Y LA EMERGENCIA SOCIAL EN EXTRAORDINARIAS

Un acuerdo forzado para evitar una derrota

Con negociaciones en el Congreso y en Desarrollo Social, el Gobierno evitó la derrota que le esperaba en la sesión prevista para hoy. Las organizaciones sociales aceptaron la propuesta de Emergencia Social. Con respecto a Ganancias, la oposición busca un proyecto unificador.

Por          Miguel Jorquera

Con una negociación en dos planos – en el Congreso y en los ministerios – el Goobierno selló un acuerdo con la oposición para evitar hoy una derrota del oficialismo en el recinto de la Cámara de Diputados, que mostraría a Cambiemos bloqueando el tratamiento de la Emergencia Social para los sectores sociales más vulnerables y la reforma del Impuesto a las Ganancias reclamado desde las centrales obreras, impulsadas en el Congreso por el abroquelamiento del grueso del arco opositor. Los ministros del Interior, Rogelio Frigerio, y de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay fueron hasta la Cámara baja para acordar en una reunión con la oposición el levantamiento de la sesión especial de hoy (convocada por los bloques opositores) con el compromiso de incluir ambos temas en las sesiones extraordinarias del Parlamento que se extenderán hasta el 30 de diciembre y cuyo decreto presidencial se conoció por la noche (ver recuadro). Ganancias y la Emergencia Social llegarán al recinto de Diputados el 6 de diciembre para que el Senado pueda convertirlos en ley antes de fin de año.



Acuerdo

Los legisladores de Cambiemos comenzaron una negociación con Sergio Massa para evitar hoy lo que el jefe del interbloque oficialista de diputados, el radical Mario Negri, definió como "chiquero parlamentario".  Negri y el titular de la Cámara baja, el macrista Emilio Monzó, buscaron convencer al líder renovador la intención del Gobierno de incluir Ganancias en las sesiones extraordinarias y que con ese objetivo Prat- Gay había enviado el – cuestionado – proyecto oficial. Pero Massa vio atada su intención negociadora al acuerdo opositor donde los dos temas (Ganancias y Emergencia) iban juntos en las negociaciones con el Gobierno.

En paralelo, en el ministerio de Bienestar Social, la ministra Carolina Stanley remontaba una nueva reunión con las organizaciones sociales que impulsaron la Emergencia  -Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), Barrios de Pie (BdP) y la Corriente Clasista y Combativa (CCC) - tras dos encuentros anteriores que habían fracasado. A la reunión de ayer se sumaron el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, el jefe del bloque PRO, Nicolás Massot y el presidente de la comisión de Presupuesto en la Cámara baja, Luciano Laspina. Allí arribaron a un principio de acuerdo con mejoras reclamadas para las organizaciones sociales y la redacción de un borrador sobre una nueva ley de Emergencia. 

Por la tarde, las organizaciones sociales convalidaban en asambleas realizadas en distintos municipios del conurbano bonaerense lo que sus negociadores acordaron con la ministra: la suba de las remuneraciones de los cooperativistas beneficiarios de los planes sociales de 3200 a 4000 mil pesos mensuales, un medio aguinaldo o bono en diciembre de 2030 mil pesos, el adelantamiento del pago de los planes de febrero en enero de 2017. Así como un millón de canastas navideñas, un aumento del 40 por ciento de lo que el ministerio destina a comedores comunitarios y un 63 por ciento para los merenderos.     

En lo que se mantuvo la negativa del Gobierno respecto al proyecto de Emergencia Social con media sanción del Senado fue en el compromiso de crear un millón de empleo a lo largo de un año. Stanley aceptó el grueso de la propuesta y propuso algunas modificaciones. El borrador establece que se declarará la emergencia social por tres años, cada uno de los cuales se destinará un aumento de 8 mil millones de pesos anuales que servirían sumar gradualmente otros planes.

Se creará el Consejo (integrado por el Ejecutivo y las organizaciones sociales) para negociar un Salario Social Complementario, y un registro nacional de Trabajadores de la Economía Popular. Aunque el borrador deja afuera el reclamo del 15 por ciento de aumento para las asignaciones universales por hijo y por embarazo.

Prat-Gay y Frigerio llegaron al Congreso cerca de las siete de la tarde para sellar la tregua con la oposición. Los ministros se reunieron con las espadas legislativas del oficialismo en la presidencia de la Cámara, con Monzó, Negri y Massot. Los presidentes de los bloques opositores – Héctor Recalde (FpV-PJ), Graciela Camaño (Frente Renovador), Oscar Romero y Diego Bossio por el Bloque Justicialista, Leonardo Grosso y Lucila Deponti por el Peronismo para la Victoria - Movimiento Evita, y Victoria Donda (Libres del Sur) - esperaron a los funcionarios en el Salón Blanco de la planta baja del Palacio legislativo.

Una hora después - con el decreto presidencial de la convocatoria a sesiones extraordinarias y el temario en la mano - bajaron a reunirse con la oposición. Frigerio fue el encargado de resumir la postura del Gobierno: evitar el enfrentamiento que prometía la sesión de hoy en Diputados, confirmó el principio de acuerdo entre el Ejecutivo y las organizaciones sociales por la Emergencia. Además, pidió "prudencia" a la oposición sobre la reforma de Ganancias y que se respeten los acuerdos previos con las provincias.

 

Cronograma

Después de las fotos de rigor, los jefes de los bloques opositores dieron a conocer el cronograma de lo acordado. El martes próximo habrá una reunión informativa sobre Ganancias, donde se acordarán todos los proyectos que incluirá el debate, aun los que no habían sido incorporados hasta ahora, incluso el que giró el Gobierno al Parlamento.

El jueves habrá reunión del plenario de comisiones para darle dictámenes de mayoría y los de minoría, que llegarán al recinto el 6 de diciembre. La misma sesión en la que se tratará la Emergencia Social, que también tendría dictamen el jueves de la semana próxima. Para ambas iniciativas lleguen al Senado para tratarse el 16 de diciembre y ambas convertirse en ley con el respaldo del grueso del arco opositor.
A diferencia de la Emergencia Social, cuyo texto será el del acordado entre el Ejecutivo y los movimientos sociales, Ganancias promete una fuerte disputa que encontrará al grueso de las bancadas opositoras enfrentadas a la propuesta oficialista.

Desde el massismo, el kirchnerismo y peronismo disidente hay intenciones de buscar acuerdos y tratar de unificar una propuesta común. Los une el espanto a la "propuesta mezquina" del oficialismo. Todos los cálculos indican que el proyecto oficial terminará por sumar al menos dos millones de trabajadores más que pagarán el impuesto a partir del año próximo si prospera. 

Los enunciados que Massa presentó a la noche como propios, en realidad sumaban varias de las coincidencias que los bloques opositores alcanzaron para avanzar en la convocatoria prevista originalmente para hoy. Aunque cada uno de las bancadas opositoras tienen sus propias iniciativas. De todas maneras, la mayoría de los opositores afirman que desechar la propuesta oficial terminará por beneficiar al Gobierno impulsando el consumo, tras el fracaso del macrismo ante las inversiones extranjeras, la recesión económica y la compleja situación social que generaron sus propias políticas económicas.

Desde el Gobierno resisten que las propuestas de financiamiento opositor, que proponen que el costo fiscal se cubra con gravar parte de la renta financiera y a la minería (a la que el Gobierno le quitó las retenciones a las exportaciones), aunque acepta a regañadientes un gravamen al juego.

La movida oficialista de ayer buscó evitar que el Gobierno cargue con el costo político de negarse a tratar proyectos que benefician a los sectores sociales más vulnerables y las capas de trabajadores mejores remunerados. Lo cierto es que en unos días tendrá que asumir la derrota que la oposición en el Congreso le infligirá a los lineamientos principales de su política económica, que hasta ahora favoreció a los sectores más concentrados de la economía.

























EL DIRIGENTE DE LA CTEP, GILDO ONORATO, SOBRE EL ACUERDO

"Hay un gran deterioro"





El dirigente considera que el acuerdo alcanzado con el Gobierno para la sanción de la Emergencia Social se debió a la legitimidad social que se obtuvo con las protestas.


"El Gobierno reconoció que no va a haber crecimiento económico en los próximos años y debió afrontar los reclamos de la economía popular", es el balance del dirigente de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) y del Movimiento Evita, Gildo Onorato, tras el acuerdo logrado con el Gobierno para la sanción de la ley de Emergencia Social. En diálogo con PáginaI12, Onorato adjudicó el cambio de postura oficial frente al reclamo de los movimientos sociales a "la legitimidad social" que obtuvo a partir de las movilizaciones callejeras, el apoyo de la CGT y de un sector de la Iglesia. En el acta que firmaron los ministros de Trabajo Jorge Triaca, de Desarrollo Social, Carolina Stanley, y de Hacienda, Alfonso Prat-Gay, el Gobierno se compromete a votar una nueva ley, durante las sesiones extraordinarias de diciembre, que destina 25 mil millones de pesos por tres años para la unificación de programas "Argentina Trabaja" y "Ellas Hacen", y la creación del salario social complementario.    

–El Gobierno pasó de catalogar la iniciativa como "ridícula" a acordar. ¿Qué cree que le hizo torcer el brazo?
–La política económica generó un deterioro social muy grande que venimos denunciando desde principios de año. La movilización del viernes desnudó la bronca y el deterioro que se sienten en los barrios populares. El Gobierno reconoció que no va a haber crecimiento económico en los próximos años y debió afrontar los reclamos de la economía popular. En paralelo, mientras éramos acusados de desestabilizadores, generamos una propuesta legislativa y construimos legitimidad social: apoyaron la CGT, las dos CTA, la Federación Agraria, la CGE y todos los bloques opositores del Senado. 

–También de la Iglesia.
–La pastoral social también influyó y nos apoyó. Sin ser voceros del Papa, respetamos su prédica, la replicamos en los territorios y las reivindicamos en la lucha cotidiana.

–El reclamo aglutinó a varios sectores políticos. Apoyaron el massismo, el kirchnerismo y el sector de Stolbizer. ¿Eso pesó?
–La legitimidad viene de lo social. Somos 18 organizaciones, está la CCC, Barrios de Pie...

– En el acto del viernes advirtieron sobre la posibilidad de pasar las fiestas en el puente Pueyrredón. ¿Cree que el Gobierno reaccionó para evitar un diciembre conflictivo?
–Eso no lo sé, pero el Gobierno tiene claro que la economía está muy mal y que los sectores populares están pasando serias dificultades, y que esa realidad fue canalizada con mucha madurez y responsabilidad por los movimientos populares. 

–¿De dónde van a provenir los fondos para financiar la ley?
–El acuerdo establece unos 25 mil millones durante tres años que se incorporan al Presupuesto. Se acordó además que si el financiamiento supera antes de los tres años esa cifra, se reasignan partidas.  

–No hubo acuerdo sobre la creación del millón de empleos.
–El Gobierno prefirió que no figure explícitamente un número concreto porque no quiere comprometerse a lo que no sabe que va a poder cumplir. De todas formas vamos a llegar a un número considerable. Tampoco hubo acuerdo en el monto del aumento de la AUH: el Gobierno plantea mil pesos por núcleo familiar y 250 por cada chico, nosotros insistimos con mil por beneficiario. 

–¿Cómo impactará el acuerdo en los barrios?
–Logramos el salario social complementario, la creación de instituciones de la economía popular y, por fuera de la ley, la paritaria social, el aguinaldo para estas fiestas y el aumento de un 40 por ciento las cuotas para los comedores comunitarios. 

–A partir del acto del viernes, la CGT consiguióuna nueva acta de compromiso para frenar los despidos. ¿Funcionó la unidad?
–Resolvimos los problemas urgentes de la emergencia del trabajo y de la economía popular. El año que viene daremos la discusión de fondo sobre medidas económicas y el modelo de país para alcanzar el piso de dignidad que todavía no tenemos. 


Informe: Matías Ferrari.

























EL JUEZ LIJO ELEVARÁ LA CAUSA POR LAS COIMAS DE LA EMPRESA ALEMANA SIEMENS POR LOS DNI

Van todos a juicio oral menos Socma

La empresa confesó que había pagado sobornos en numerosos países, entre ellos la Argentina, donde firmó un contrato muy ventajoso para la fabricación de los DNI. El Grupo Socma, de la familia Macri, estaba asociado, pero la Cámara revocó el procesamiento de sus directivos.

Por        Raúl Kollmann




El juez federal Ariel Lijo elevará a juicio este viernes o a principios de la semana próxima la causa conocida como el escándalo Siemens, centrada en el fraudulento contrato de fabricación de los DNI argentinos.

La empresa alemana, una de las que se presenta hoy en día como inversora en energía, confesó en Estados Unidos que pagó coimas en numerosos países, entre ellos la Argentina. Es más, los diarios teutones revelaron que hubo pagos a un tal CM, a CC, a HF y CS, que los mal pensados sugieren que son las iniciales que se correspondían a Carlos Menem, Carlos Corach, Hugo Franco – entonces Director de Migraciones – y Carlos Sergi, ex ejecutivo de Siemens. 

La cifra del contrato era fabulosa: cada argentino debía pagar 30 dólares por DNI y el texto obligaba a la renovación de todos los documentos. La cuenta era sencilla: 40 millones de argentinos pagarían 30 dólares, con lo que la compañía germana se llevaba 1.200 millones de dólares. En 2009, el gobierno de Cristina Kirchner, a través del ministerio del Interior, que conducía Florencio Randazzo, hizo la renovación del DNI con una inversión que no superó los 40 millones de dólares y con tecnología y mano de obra argentina. 

Antes de eso, el contrato fue anulado, por leonino e ilegal, por el gobierno de Fernando De la Rúa. En el negociado intervino el grupo Socma de la familia Macri, asociado a Siemens, pero la Cámara Federal revocó el procesamiento de sus ejecutivos, entre ellos Orlando Salvestrini, íntimo de Mauricio Macri. La Cámara dispuso que igual se lo siga investigando. 

Lijo mandará a juicio principalmente a los directivos de Siemens involucrados. La base es la confesión que hizo la empresa en Estados Unidos, luego de una dura interna dentro de la compañía. En el país del norte, Siemens arregló las cosas pagando una multa y confesando que utilizó prácticas corruptas en casi 100 países. Se supone que las coimas alteraron las reglas de la competencia y perjudicaron a las empresas norteamericanas, por lo que la SEC, la Comisión de Valores de Estados Unidos, le impuso las multas. De esa manera y con una confesión, Siemens siguió operando en territorio norteamericano, uno de sus principales mercados y el país donde residen ahora sus accionistas más relevantes. 

El reconocimiento del pago de coimas tuvo su rebote aquí, en especial, en una causa iniciada por los entonces diputados Juan Pablo Cafiero y Darío Alessandro, que cuestionaron desde el principio el contrato firmado por el gobierno de Menem y la compañía alemana. Tras la confesión ante la SEC, el juez Lijo viajó a Alemania a tomarle declaración a los ejecutivos de Siemens, tanto los de la central como los que estuvieron en la Argentina. La diligencia produjo una curiosa evasiva: en Alemania dijeron que ellos mandaron el dinero porque era una exigencia de los funcionarios y ejecutivos de Siemens en la Argentina afirmaron que no pagaron nada. Se supone que todos serán ahora enjuiciados. 

En cuanto a la ruta del dinero, Lijo acaba de reclamarle a la Cancillería que exija a Hong Kong que informe sobre depósitos hechos por Siemens a funcionarios argentinos. Es que el dinero, supuestamente, fue de Alemania a empresas de Panamá, de allí pasó a Abu Dhabi con el argumento que eran fondos para construir una represa en China y de Abu Dhabi a Hong Kong. Según el expediente, las coimas pagadas inicialmente superaron los 10 millones de dólares.

Los ejecutivos de Socma, o sea del grupo Macri, lograron que la Cámara Federal revoque el procesamiento que Lijo dictó en 2010 contra ellos. Socma apareció asociado a Siemens por dos vías. La primera, suministrando software mediante una empresa llamada Itron. Pero una vez ganada la licitación, Itron fue comprada por Siemens en una cifra desmesurada: pagó 36 millones de dólares por el 60 por ciento, un monto dispar comparado con seis millones que había pagado por el 40 por ciento. Se supone que allí hubo un pago por haber facilitado las cosas en la licitación. En segundo lugar, Socma estaba asociado a Siemens porque el reparto de los DNI lo iba a hacer el Correo Argentino, en manos de los Macri. También eso se derivó hacia otra empresa. Semejantes movimientos oscuros motivaron que Lijo procesara a Salvestrini, hombre del riñón de Macri en sus empresas y luego en Boca, así como a otros dos ejecutivos del grupo. La Sala II de la Cámara Federal, en 2014, revocó el procesamiento y se supone que se debería continuar investigándolos. Lo concreto es que escaparon a la inminente elevación al juicio oral. 

Más allá de los elementos del expediente, lo que acusa a todos los que urdieron y participaron de aquella licitación es que, al final, el DNI se fabricó con tecnología argentina y mano de obra argentina, cuando lo que se iba a llevar Siemens eran 1.200 millones de dólares. El gobierno de Mauricio Macri aumentó el precio del documento en un 72 por ciento en abril, llevando el costo para el ciudadano a 60 pesos. Aún así, queda al descubierto la maniobra: de acuerdo al contrato con Siemens, cada argentino iba a pagar, a valores actuales, 472,50 pesos, ocho veces más.





























Abuela Moses




Por       Mario Goloboff    *



Tardíamente, llegada a los 70 años, descubrió (aceptó) su verdadera vocación y comenzó a hacerse conocer. De ahí también el sobrenombre que, otros, le impusieron: se llamaba en realidad Anna Mary Robertson Moses y había nacido en 1860 en una granja del estado de Nueva York. Setenta años después, una artritis le hizo dejar el bordado, su gran afición hasta entonces, y reemplazarlo, multiplicadamente, por la pintura.

Era una de los diez hijos de un pequeño agricultor. A los 12 años fue contratada y empleada en otra hacienda; a los veinte, se casó con Tomás Salmón Moisés o Moses, que como Anna Mary era un trabajador rural. Alquilaron sucesivas granjas hasta comprar aquélla en la que se establecieron. Tuvieron igualmente diez hijos, pero cinco de ellos fallecieron cuando eran bebés. Vivió la Guerra Civil y ambas grandes guerras. Y otros acontecimientos mundiales, norteamericanos y latinoamericanos, que no faltaron. Falleció poco antes del asesinato del presidente John Fitzgerald Kennedy, un 13 de diciembre de 1961, a los 101 años de edad, pintando, según cuentan, cerca de veinticinco imágenes el último año de existencia.

Abuela Moses retrató, sobre todo, escenas de la vida rural norteamericana y de los agrupamientos o pequeñas urbanizaciones en tal ámbito. Poco tiempo después de empezar a producir esas obras de una rara ingenuidad y popularidad, algún coleccionista descubrió su pintura en un supermercado de Hoosick Falls, cercano a Nueva York. En 1939, el distribuidor de arte Otto Kallir exhibió parte de sus originales en la Galerie Saint-Etienne de la misma ciudad. Ello atrajo la atención de los coleccionistas de buena parte del mundo, y sus cuadros pasaron a ser buscados y adquiridos a cierto precio. Sus trabajos empezaron a ser expuestos por toda la Europa occidental y también en Japón, país que la recibió especialmente bien. 

Se trataba de un momento muy particular de la cultura, el arte y la plástica norteamericanos. Estaban, antes de la Segunda Guerra Mundial, tratando de encontrar raíces autóctonas y auténticas, y de crear fuentes propias, producto de sus nacionales, de su sociedad, centros autónomos que pudieran alzarse continentalmente y, además, competir en un plano de igualdad con Europa, cuna de las artes educadas, con París, núcleo e irradiadora cultural inalcanzable para ellos. Sin proponérselo, como casi todas las circunstancias excepcionales que sobrevinieron a lo largo de su larga vida, Abuela Moses interesó a los publicitarios, a los comercializadores y a los vendedores. Decenas de miles de tarjetas y cartas postales de Hallmark (una de las más grandes distribuidoras de este tipo de productos gráficos, desde 1910 hasta hoy) recorrieron el mundo difundiendo la pintura de "Grandma Moses", lo que la convirtió en famosa al cabo de poco tiempo.

Cautivó al público de masas con sus pueblitos en actividad o en fiesta, donde todo ocupa un lugar natural, hasta los animales que, como las personas, siempre bien arregladas, se preparan para el duro invierno que ven llegar; con sus colores intensos, contrastados y brillantes, dando una visión bucólica, tranquila, de una vida sin sobresaltos, sin tensiones, sin violencia. Ella inscribe en su pintura el orden, la laboriosidad, el valor del trabajo, así entendidos por el capitalismo; de allí el optimismo y las virtudes de una Norteamérica rural, honesta, limpia, donde nació y vivió. Muchas de sus obras fueron utilizadas para tarjetas de Navidad, para anuncios de belleza y productos de cosmética. Se popularizó en el buen sentido y también en el peor. Fue, voluntariamente o no, una artista del sistema. Producto típico de la sociedad de consumo y de la ideología del "self made man", probable o simuladamente autodidacta, probable o simuladamente "naúve", aquélla le correspondió con creces y la consagró oficialmente una de sus estrellas.

En 1946, su pintura "The Old Checkered Inn in Summer" se presentó patrocinando una campaña nacional de publicidad para mujeres jóvenes del lápiz labial "Primitive", de Du Barry cosmetics. Una obra de 1942, "The Old Checkered House, 1862", obtuvo un éxito inesperado. La pintura es una escena de verano en Ginebra (ciudad ubicada en los condados de Ontario y Seneca, del estado de Nueva York, no tan común como sus paisajes de invierno. Originalmente comprados en la década de 1940 por menos de U$S 10, a la pieza se le asignó un valor de seguro de U$S 60.000 por el tasador Alan Fausel. En 1949, el presidente Harry Truman le concedió el trofeo "Women's National Press Club" por el logro excepcional en el arte, y en 1951 actuó en SeeIt Now, un programa de televisión auspiciado por Edward R. Murrow, figura legendaria de la radio y la televisión naciente. En 1952 publicó, con gran éxito, la autobiografía titulada Grandma Moses: My Life's History (Abuela Moses: La historia de mi vida). Para su centenario, en 1960, el gobernador de Nueva York, Nelson Rockefeller, proclamó el "Grandma Moses Day" en su honor. El personaje de Daisy "Granny" Moses, protagonizado por Irene Ryan en la popular serie de televisión rural The Beverly Hillbillies, es una suerte de homenaje a ella. Y en 1969 hubo una estampilla conmemorativa de "Grandma Moses" que reproduce su obra pictórica "4 de Julio", conmemorando el día de la independencia de los Estados Unidos. .

Tal vez no haya que apresurarse a acusarla de nada. Acaso no sea más que una de las tantas víctimas de lo que, en su mismo tiempo, Walter Benjamin llamó, muy objetivamente, "la reproductibilidad técnica", y de la que afirmó, en un trabajo de 1931 ("Pequeña historia de la fotografía"), entre otras tantas cosas que avizoró empezaban a desarrollarse (y de las que la actividad de la inocente Abuela hace que parezcan hechas, dichas, a su medida): "...en realidad, aproximar las cosas así, sobre todo a las masas, es en los hombres de hoy una disposición tan apasionada como su tendencia a dominar la unicidad de todo dato al recibir la reproducción de ese dato. 

Día a día, se impone la necesidad de poseer la mayor proximidad posible del objeto, en la imagen y sobre todo en la reproducción. Y es incontestable que, tal como lo entregan el diario ilustrado y el semanario de actualidades, la reproducción se distingue de la imagen. En esta unicidad y duración están del mismo modo estrechamente imbricadas, como lo están en aquéllas, la fugacidad y la posible repetición. Despojar al objeto de su velo, destruirle su aura, es lo que caracteriza una percepción devenida bastante apta para sentir todo lo que es idéntico en el mundo, como para ser capaz de tomar también, por la reproducción, lo que es único". Clarividentes párrafos, repetidos casi idénticamente en el célebre trabajo "La obra de arte en la era de su reproductibilidad técnica", de 1936, a los que agregó esta tesis, de poética tan benjaminiana: "La orientación de la realidad a las masas y de éstas a la realidad es un proceso de alcance ilimitado, tanto para el pensamiento como para la contemplación".


*    Escritor, docente universitario.


















OPINIÓN

"Kirchnerismo responsable"


Por        Claudio Scaletta



En estos días se viralizó en las redes sociales un fragmento de Mauricio Macri intentando explicar por qué no se recupera el consumo. En su dificultosa respuesta el líder del PRO apeló a una versión infantil y perimida del monetarismo criollo que delata incomprensión de los procesos económicos. La pregunta que provocó la escena fue realizada por un periodista del grupo Clarín y refleja el malestar de buena parte del poder económico por la recesión y el estancamiento sin fin. El ajuste purificador no estaría cumpliendo los objetivos esperados y la sociedad no sólo no ve la luz al final del túnel, sino tampoco el fondo del pozo.
Según comenzó a escribirse a regañadientes en la prensa del régimen el "desconcierto" y "un aire de escepticismo" invadieron las almas de los economistas del gobierno y los más cercanos. La economía no reacciona y, frente al escenario adverso, aparecen dos posiciones bien marcadas, los guerreros y los nuevos escépticos.

Los primeros y más conocidos son quienes cuando los planes neoliberales fracasan acusan por la falla a la mala aplicación o a la falta de decisión de ir al hueso. Son quienes hoy sostienen que el gobierno eligió un camino "gradualista", una afirmación por lo menos extraña cuando se provocó un shock de precios relativos que indujo una recesión. Se supone que no ser gradualista sería mochar de un saque el gasto estatal provocando un caos social. Algo bastante insólito, pero que se repite con impunidad. Pero el carácter guerrero no reside en la contumacia neoliberal, sino en que siempre van por más. La nueva obsesión es ahora la flexibilización laboral y los costos del trabajo. Pero una vez que ello se consiga tampoco alcanzará. Siempre se correrá el arco.

El dato más nuevo son los escépticos, los que dicen sentirse "desconcertados" porque "la realidad" y "los hechos" no acompañan al plan económico. Las expresiones están entrecomilladas porque son textuales. En un diario del pasado domingo puede leerse: "Quizá lo que más desconcierta a Macri sea que, pese a haber dado pasos esenciales para liberar la economía de los obstáculos que regó la anterior administración, y de que entiende que ha creado las condiciones para el crecimiento, los efectos no son los previstos. La realidad no acompaña". Este martes, para otro autor la sorpresa se vuelve teórica: "La dinámica esperada para la recuperación indicaba que, una vez digerido el impacto que provocaron sobre el bolsillo la devaluación del peso y la suba de tarifas, los salarios comenzarían a ganarle a la inflación, lo que provocaría una recuperación del consumo. A su vez, la eliminación de regulaciones absurdas que trababan la producción dispararía un proceso de aumento en la actividad de numerosos sectores, y la baja en el costo del capital comenzaría a impactar sobre la inversión. Los hechos están desafiando esa lógica".

Dicho de otra manera, no es que el plan económico esté mal, que no funcione porque su teoría es errónea o porque sus supuestos y descripciones del comportamiento de las variables y de los actores son equivocados, sino que el problema está en "la   realidad".

Unas pocas pistas modestas muestran en cambio que la culpa está en otra parte. Si se provoca una poda de salarios por vía de la devaluación y las tarifas, no hay razón ni mecanismo para que "después de un tiempo" los salarios comiencen a ganarle a la inflación. Si el consumo cae y aumenta la capacidad instalada ociosa, no hay razón ni mecanismo para que aumente la inversión. No existe ningún "principio de sustitución" entre consumo e inversión. Si los socios comerciales están en recesión o si se provocan peleas innecesarias con los principales compradores del exterior las exportaciones caen, no importa la devaluación. No son opiniones, es teoría. No importa la voluntad, sino la causalidad.

La gran pregunta que desvela a los desconcertados economistas de la Alianza PRO es el viejo ¿qué hacer? Y lo realmente llamativo son las respuestas publicadas: "La discusión que se instaló es si conviene apostar todas las fichas a la inversión –estructural, pero siempre lenta y costosa–, o aplicar una disimulada dosis de kirchnerismo responsable y alentar el consumo que redinamice la rueda económica".

Por supuesto, a diferencia del kirchnerismo clásico, el kirchnerismo responsable se basaría en el análisis técnico: "Un relevamiento de Isonomía (…) detectó que el concepto 'consumo' fue profundamente revalorizado durante la década kirchnerista como un factor determinante en el humor social". Sí, leyó bien, contrataron una consultora para eso. El problema es que para hacer kirchnerismo responsable deberían explicarle al hijo de Franco que, efectivamente, cuando existe voluntad política, es posible aumentar el consumo poniendo plata en el bolsillo de la gente. Esa mentira que el kirchnerismo, a secas, impulsó durante 12 años.









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