martes 22 de noviembre de 2016
EL PRESIDENTE DIJO QUE HABÍA QUE REDISCUTIR LOS CONVENIOS LABORALES PARA ADAPTARLOS "AL SIGLO XXI".
Macri ahora va por los convenios colectivos
Luego del multitudinario acto de la CGT y los movimiento sociales, Mauricio Macri consideró que los convenios debilitan los puestos de trabajo. Pidió la renovación de la cúpula de los sindicatos. Desde la oposición lo acusaron de un nuevo intento de flexibilización laboral.
El presidente Macri en el acto que compartió con el jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, y el ministro de Educación, Esteban Bullrich.
(Fuente: DyN)
Por Werner Pertot
El presidente Mauricio Macri sostuvo que se deben rediscutir "todos los convenios laborales" para adaptarlos "al siglo XXI". "Al aferrarnos a esos convenios debilitamos los puestos de trabajo que tenemos. No sólo no nos fortalecemos, sino que ponemos en peligro lo que tenemos", argumentó el mandatario, que también pidió renovación en las conducciones de los sindicatos. Sus palabras llegaron luego del multitudinario acto del viernes, impulsado por la CGT y los movimientos sociales para reclamar la sanción de la ley de Emergencia Social que, según Macri, lleva a "una cultura del atajo y la avivada". Desde la central sindical no tuvieron oportunidad de contestarle al Presidente: ayer estuvieron con el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, en un encuentro preparatorio de la segunda convocatoria del Diálogo para la Producción, prevista para mañana. Desde la CTA y el kirchnerismo cuestionaron a Macri por "buscar la flexibilización laboral".
La frase del Presidente cayó durante el lanzamiento de un plan para capacitar en herramientas digitales, a partir de un convenio entre el Ministerio de Educación y la empresa multinacional de marketing digital Internet Media Services (IMS), que tiene su casa madre en Miami y oficinas en países como Panamá, Brasil o la Argentina.
"Necesitamos también que los gremios se renueven y tengan la capacidad de actualizarse", indicó Macri en medio de un discurso sobre la modernización. "Tal vez pensar si los mismos dirigentes que han conducido los gremios se están dando cuenta de esta necesidad, o tal vez ellos se tienen que plantear una renovación interna", advirtió. El Presidente detalló que "eso significa sentarse en la mesa y discutir todos los convenios laborales porque estamos en el siglo XXI. No podemos seguir aplicando convenios del siglo XX".
"Al aferrarnos a esos convenios debilitamos los puestos de trabajo que tenemos. No sólo no nos fortalecemos, sino que ponemos en peligro lo que tenemos", remarcó el Presidente, quien busca aprobar antes de fin de año una reforma de la ley de ART que permita sumar más exámenes y requisitos para que los trabajadores puedan realizar juicios por accidentes laborales.
El Presidente también se ocupó de fustigar la Ley de Emergencia Social que la oposición busca tratar en Diputados, luego de su aprobación en el Senado. La comparó con "esas leyes que dicen que se terminó la pobreza porque así sería muy fácil y podríamos hacer lo mismo con el narcotráfico, y con todo". Un argumento calcado al que utilizó cuando vetó la ley antidespidos.
Al terminar la charla, un periodista le preguntó por la crítica que les hizo a los sindicatos. "No he hecho una fuerte crítica. Los he invitado a un fuerte desafío", contestó Macri, quien en su discurso había cuestionado a quienes "conducen gremios desde hace 20 o 30 años". El mandatario dejó caer esta frase antes del encuentro que tendrán mañana con sindicatos y empresarios en el Diálogo para la Producción.
Ayer los popes de la CGT estuvieron reunidos con Triaca en una reunión preparatoria de ese encuentro, en el que piensan llevar un planteo sobre la pérdida de puestos de trabajo, sobre los cambios al Impuesto a las Ganancias y sobre el cumplimiento del bono de fin de año, entre otros temas. Ningún dirigente de la CGT salió a responder a la frase de Macri.
Fuerte desafíoDesde una de las CTA, en tanto, Hugo Yasky consideró que "Macri debería, en primer lugar, aclarar cuál es el modelo de dirigente sindical que reúne las condiciones para ser funcional a sus políticas de gobierno". "Se debe parecer más al Momo Venegas, que se ha puesto la camiseta de Cambiemos que a los que luchan para mantener los derechos a las paritarias libres y a la no criminalización de la protesta social", estimó.
"Este modelo no es ya retrógrado: es pre-sindical." – advirtió Yasky – "Pretende que el sindicalismo deje de lado la defensa de los derechos del trabajador y sea cómplice de las políticas del ajuste". "Seguramente los convenios del siglo XXI son los que proponen los grupos empresarios cuando hablan de terminar con las paritarias, con los convenios colectivos de trabajo. Es decir que proponen la flexibilización laboral y la quita de derechos, que es el modelo que se trata de copiar del sudeste asiático", advirtió el dirigente de la CTA.
Por su parte, el jefe del bloque kirchnerista en la Legislatura, Carlos Tomada, advirtió: "Desde el 24 de marzo de 1976, todos los gobiernos dijeron que había que revisar los convenios colectivos, salvo uno que duró 12 años". Durante un acto de homenaje a Saúl Ubaldini en la Federación Gráfica Bonaerense, el ex ministro de Trabajo consideró que "quieren debilitar y eliminar al movimiento sindical argentino". "Los principales escollos del modelo de Macri son el movimiento obrero y las instituciones laborales que defienden el bolsillo y el empleo de los trabajadores", advirtió. "Por eso, a cada momento, fija postura que presuponen ofensivas sobre el modelo sindical, los convenios de actividad, la Justicia laboral y la política de ingresos de los argentinos", analizó. De paso, Tomada lo recordó a Ubaldini como el dirigente de la CGT que "confrontó contra gobiernos neoliberales, antidemocráticos y antipopulares".
En tanto, la agrupación La Cámpora emitió un comunicado en el que sostuvo que "Macri odia a los trabajadores". "Primero empezaron con la grasa militante para justificar el despido de miles de compañeros, luego dijeron que los sindicatos tenían que ver hasta donde se podía discutir salarios sin arriesgar puestos de trabajo y ahora plantean desafiar la estabilidad y las normas básicas de cualquier rama del trabajo. El libreto de Macri se cumplió en menos de un año", consideraron.
La agrupación liderada por Máximo Kirchner indicó que "Macri plantea hacer borrón y cuenta nueva a los Convenios Colectivos de Trabajo, derechos obtenidos tras largas luchas políticas y sociales y del trabajo en conjunto de gobiernos populares y los sindicatos. Va por todo". La Cámpora llamó a "todos los sectores sociales, sindicales y políticos" a "frenar la intención de Macri llevarse puesto las conquistas de millones de argentinos". "El desafío del campo nacional, popular y democrático es frenar las embestidas de Cambiemos –remarcaron– y trabajar en un programa de gobierno que devuelva a los argentinos el sueño que otra realidad es posible."
Contra los despidos
"Vamos a reiterarle al Ejecutivo y más que nada al mundo empresario que hay que aguantar a la gente para que llegue sin el telegrama ni de despido ni de suspensión en el mes de diciembre. Solamente la familia que recibió un telegrama sabe la conmoción que provoca en los hogares. Vamos a pedir un compromiso en ese sentido, apuntando a la responsabilidad social de los sectores empresarios", señaló ayer uno de los tres secretarios generales de la CGT, Juan Carlos Schmid, anticipando parte de la reunión que mantendrá mañana en la mesa de la producción y el trabajo. Sobre el Impuesto a las Ganancias dijo que no conocía "el proyecto que van a enviar. Hubo reuniones con los gobernadores por este tema, pero avísenle al Gobierno que se tiene que reunir con los que ponemos la plata". "Los pronósticos lanzados por el Ejecutivo hasta ahora no se han cumplido o tardan en llegar. Esto preocupa y llena de incertidumbre a los trabajadores y también al mundo empresario. Aspiro a que rápidamente se encuentren las palancas para la reactivación de la economía", concluyó el miembro del triunvirato de la central.
EXCLUSIVO: NUEVO PEDIDO DE PRUEBAS CONTRA MACRI POR LAVADO DE ACTIVOS
La pista está cerquita, en el Congreso
El diputado Darío Martínez pedirá hoy al juez Casanello que reclame la apertura de los archivos de la Cámara de Diputados sobre fuga de divisas. Sospecha que hay indicios de la ruta del dinero ligado a una offshore del actual Presidente.
Por Martin Granovsky
Que se vengan los chicos. De todas partes. Que vengan de la Luna y los de Marte. Pero mejor que no busquen información sobre fuga de divisas al mundo entero. En la Cámara de Diputados los va a frenar el secretario parlamentario Eugenio Inchausti, cofundador del grupo Los Arroyeños y autor de aquella canción hermosa. Inchausti acaba de cerrar el camino a un pedido del diputado Darío Martínez para conocer la fuga de divisas cometida por Sociedades Macri como un indicio para la investigación judicial sobre presunto lavado de activos.
Martínez, un neuquino del Frente para la Victoria que viene aportando material a la Justicia sobre las offshore de Mauricio Macri en el marco de los Panama Papers y fuera de ellos, ampliará hoy su denuncia ante el fiscal Federico Delgado y el juez Sebastián Casanello.
Como parte de la búsqueda de datos pidió a la presidencia de la Cámara de Diputados, a cargo del legislador de Cambiemos Emilio Monzó, información detallada sobre las pesquisas de la Comisión Especial Investigadora de Fuga de Divisas que funcionó entre enero de 2002 y octubre de 2003.
El secretoDelgado está buscando pistas sobre la ruta de una suma de alrededor de 9 millones de dólares que circuló entre empresas del Grupo Macri radicadas en la Argentina, en Bahamas y en Brasil.
"La información concerniente a los actos y operaciones que las personas celebran con las entidades financieras se encuentran legalmente amparadas por el secreto bancario, y los órganos que, por excepción legal y como en el caso de la Comisión Especial Investigadora de Fuga de Divisas, accedieran a tales datos, se encuentran obligados a no difundirlas", dice una carta remitida por Inchausti a Martínez.
"La información concerniente a los actos y operaciones que las personas celebran con las entidades financieras se encuentran legalmente amparadas por el secreto bancario, y los órganos que, por excepción legal y como en el caso de la Comisión Especial Investigadora de Fuga de Divisas, accedieran a tales datos, se encuentran obligados a no difundirlas", dice una carta remitida por Inchausti a Martínez.
Inchausti agrega en el texto al que tuvo acceso PáginaI12 que ni la resolución por la que los diputados crearon la comisión ni normas posteriores "han conferido a los legisladores o a otros sujetos ajenos a la extinta Comisión la facultad de acceder a la información de carácter secreto que se encontrara bajo guarda y custodia de aquella".
La carta de respuesta, sin embargo, da una pista que podría ser aprovechada por la Justicia. Cita la ley 21.526, de Entidades Financieras. Por un lado estipula que "las entidades comprendidas en esta ley no podrán revelar las operaciones pasivas que realicen" y por otro lado enumera tres excepciones: los organismos recaudadores de impuestos, el Banco Central y "los jueces en causas judiciales".
Inchausti informa también que hubo un dictamen previo de la Dirección General de Coordinación Técnico Legal de la Cámara de Diputados.
Aunque a veces pasa desapercibido para políticos, periodistas e investigadores, el cargo de secretario parlamentario no es menor. Es el equivalente de un secretario de Estado para Emilio Monzó, nada menos que la autoridad ubicada en la línea de sucesión presidencial después de la vicepresidenta Gabriela Michetti y del presidente provisional del Senado Federico Pinedo.
La cifraLa pesquisa de Martínez, que hoy aportará a la Justicia, informa el resultado de la investigación de la Comisión Especial en lo que concierne al Grupo Macri.
El total de divisas fugadas ascendió en dólares a 58.572.227.
Sideco Americana, que presidía el propio Mauricio Macri, fugó 27.128.913.
Correo Argentino, 4.891.000.
Socma Americana, 6.415.314.
Yacylec Sociedad Anónima, 10.821.000.
Y Socma Inversora Sociedad Anónima, 9.316.000.
El total de divisas fugadas ascendió en dólares a 58.572.227.
Sideco Americana, que presidía el propio Mauricio Macri, fugó 27.128.913.
Correo Argentino, 4.891.000.
Socma Americana, 6.415.314.
Yacylec Sociedad Anónima, 10.821.000.
Y Socma Inversora Sociedad Anónima, 9.316.000.
La última cifra provocó la atención del diputado Martínez.
"Es muy llamativa la suma porque es la misma que Fleg Trading ingresó a Brasil para comprar las acciones de Owners do Brasil", dijo el diputado a este diario.
Como ya informó PáginaI12, Fleg es la offshore creada en 1998 por Franco Macri y Mauricio Macri en Bahamas. Es la misma empresa que no solo estuvo en funcionamiento sino que demostró un nivel intenso de actividad, a tal punto que se convirtió en una fábrica de otras empresas en Brasil para desarrollar servicios de logística, de finanzas e incluso de administración de la tarjeta de crédito Visa.
Para determinar con exactitud la fecha de las operaciones hay que acceder a la documentación que los bancos enviaron a la Comisión Especial que presidió el entonces diputado Eduardo Di Cola e integraron Graciela Ocaña, Manuel Baladrón, María Biglieri, Noel Breard, Franco Caviglia, Guillermo Corfield, María del Carmen Falbo, Alejandro Filomeno y Lorenzo Pepe.
"Ese monto y el total de 58 millones de dólares fugados por las empresas del Grupo Macri, en las cuales el señor Mauricio Macri era accionista y directivo, están dentro del rango de años en los que se desarrollan las actividades de Fleg Trading LTA y Owners en la República Federativa de Brasil", dijo Martínez.
Como en los archivos bajo guarda figura supuestamente el reporte de cada operación, su fecha, su monto y su destino, de allí es posible conjeturar que podría conocerse a qué cuentas radicadas en el exterior fueron girados los fondos. "Muy probablemente estas cuentas sean las mismas que luego derivaron fondos a las offshore aquí investigadas", afirmó el diputado por Neuquén.
El pedido El pedido concreto que hará hoy Martínez es que el juez Casanello requiera "la inmediata apertura del archivo de la Comisión Especial Investigadora sobre Fuga de Divisas de la Honorable Cámara de Diputados y la incorporación al expediente de toda la documentación relacionada con las empresas del Grupo Macri". También pedirá el registro de operaciones que involucre a las personas físicas bajo investigación: entre otros, Mauricio Macri, Francisco Macri y Mariano Macri.
El fiscal Delgado viene investigando y pidiendo pruebas bajo la carátula "Macri, Mauricio s/infracción art. 303". La primera parte del artículo 303 del Código Penal establece que será "reprimido con prisión de tres a diez años y multa de dos a diez veces del monto de la operación, el que convirtiere, transfiriere, administrare, vendiere, gravare, disimulare o de cualquier otro modo pusiere en circulación en el mercado bienes provenientes de un ilícito penal, con la consecuencia posible de que el origen de los bienes originarios o los subrogantes adquieran la apariencia de un origen lícito".
El fiscal se quejó de las dificultades para que sus exhortos lleguen a Brasil y sean contestados en tiempo y forma. El último pedido de informaciones venció cualquier record mundial: volvió en blanco. La respuesta fue la nada. También pidió la ayuda de la Corte Suprema de Justicia para un peritaje fino sobre las maniobras entre las empresas del mismo grupo o hacia empresas de terceros.
Para el pedido que hará hoy Martínez no será necesario ningún trámite diplomático. Tanto Casanello como Monzó pertenecen a poderes distintos de un mismo Estado y un mismo país.
Cuando ese trámite quede cumplido tampoco la pesquisa será fácil, porque la misma Comisión Especial consignó en su informe de 2003 que solo "una proporción minoritaria de las entidades financieras aportó la información en tiempo y forma y respetando los parámetros solicitados", mientras otra parte respondió fuera de plazo y "la mitad de las entidades no presentaron la información o lo hicieron con una suma de deficiencias tal que resultó imposible su procesamiento".
La fuga de capitales en sentido estricto, para la Comisión Especial, consistió en las salidas sin contrapartida en adquisición de bienes o servicios reales o financieros.
Pero a la Justicia podría interesarle, en la búsqueda de datos para completar la imputación a Mauricio Macri, las idas y vueltas de las operaciones de comercio exterior, pago de servicios reales como fletes, seguros, regalías alquileres, pago de servicios financieros como intereses, remisión de utilidades y dividendos, pagos de deudas financieras y operaciones de cambio.
Como Presidente, Macri repite la misma letra desde que en abril último el Consorcio Internacional de Periodistas reveló la existencia de los Panama Papers con el registro de miles de sociedades creadas fuera del lugar de residencia de sus propietarios. El último domingo dijo a Clarín que estaba "absolutamente tranquilo con el tema". Añadió: "no tuve participación accionaria ni cobré dividendos". Según Macri, "fue una empresa que creó mi padre y nos puso a mí y a mi hermano como directores".
"Inclusive consultamos a Panamá para estar seguros y dijeron que esa empresa no había registrado movimientos", declaró. "Me puse a disposición de la Justicia desde el primer día porque mi patrimonio está declarado y siempre lo pudieron ver tanto como jefe de Gobierno como en la presidencia."
Macri usó la expresión "empresa", en singular y se refirió a Panamá. La firma creada en Panamá es Kagemusha. Fleg, que es el verdadero objeto de investigación y la empresa que hasta ahora generó las mayores sospechas, fue inscripta en Bahamas.
OPINIÓN
Causa y efecto
Por Eduardo Aliverti
Una serie de indicios demuestra o haría sospechar que el Gobierno entra en un período particularmente convulso, con muy pocas ayudas o quizás una sola – el desperdigue opositor – para timonearlo sin mayores problemas.
Por empezar es cierto que, como se acerca un año electoral, el opo-oficialismo va corriéndose hacia posiciones más duras. Se suma a las protestas, o bien se muestra comprensivo ante ellas. Desde el propio establishment económico, que conforma la coalición de derechas gobernante, surgen reforzadas las voces de alarma. Otro tanto ocurre en la prensa oficialista. Y personalidades de ésas que, siempre, hacen gala de su moderación, se despachan con críticas hasta feroces. Sobresalió Roberto Lavagna, asesor hace rato de Sergio Massa y quien dijo que esto es como la dictadura o los 90, que no existen señales de recuperación, que salir de la fiesta de endeudamiento macrista costará muchísimo tras haberse quitado la piedra de deber en dólares y que responsabilizar a Donald Trump, por lo que pueda agravarse, no tiene sentido porque el 80 por ciento de lo que vaya a suceder será por cuestiones locales.
A Casa Rosada le sentaron peor que mal los dichos de Lavagna, al no esperar tamaña crítica de un hombre parco, nada habituado a las declaraciones altisonantes, quien como adherente al massismo – si es que tal ismo correspondiera – guardó silencio durante este año en que el Gobierno perpetró lo ahora descubierto, o manifestado, por el ex ministro de Economía de Kirchner. Que la respuesta macrista central haya quedado a cargo de Rogelio Frigerio, una de las torres políticas del oficialismo, da cuenta del estupor gubernamental. Lo blanqueó el mismo ministro del Interior al aceptar que la frase de Lavagna, comparándolos con militares y Menem, lo descolocó. "No entiendo a qué se refiere", dijo Frigerio, aunque lo entiende muy bien. Tan bien que su retruque no fue técnico, sino anclado en los versos de la herencia recibida que van gastándose con prisa y sin pausa. En rigor, hay dos partes sustanciales del legado que al macrismo le resultaron fantásticas en el corto plazo: recibieron uno de los países menos endeudados del mundo y la capacidad adquisitiva de los asalariados era competitiva con la inflación, con lo cual tuvieron y tienen margen para, respectivamente, conseguir financiamiento a efectos de que ingresen dólares disimuladores y amortiguar el descontento social. Por lo demás, desde cualquier análisis basado en datos experimentados, es imposible desmentir que hay la repetición de causas con lo sucedido en dictadura y menemato salvo – nada menos, no se pierde vista – la existencia del terrorismo de Estado y el hecho de que el riojano escenificó la absorción peronista por derecha con ninguna resistencia. Luego, sin abundar: festival de deuda externa, transferencia de ingresos a los sectores más concentrados de la riqueza, restricción del mercado interno y consecuente achicamiento del aparato productivo a favor del capital financiero, con sus papelitos que son de colores como estadío del desarrollo pero firmes cuando hay que pagar los intereses. ¿Cómo se replica, en consecuencia, que Macri, Menem y los militares son al cabo igual cosa en términos de modelaje económico, salvadas aquellas distancias epocales de que no hay partido militar como brazo armado de la clase dominante, ni una licuación total del peronismo en función de esa clase porque la experiencia kirchnerista mantiene un vigor desmembrado, pero vigor al fin? (y salvo, también, que Massa es precisamente la salida por derecha que imagina la alianza de ídem).
Los números oficiales revelan que para hallar un índice tan deprimente de producción industrial debe retrocederse hasta el segundo trimestre de 2003. Como escribió Alfredo Zaiat en su columna del domingo pasado, aun cuando hubiere una recuperación las empresas atenderán la mayor demanda expandiendo lo que ya tienen ociosamente instalado.
"Pretender un comportamiento diferente del empresariado, porque Macri proviene de una familia que hizo su fortuna como contratista del Estado y con apelaciones a la voluntad emprendedora, es de una ingenuidad que no se enseña en los manuales de Economía ni, mucho menos, en la gestión política de gobernar". Eso es lo que volvió a reflejarse desde las usinas de la UIA, que ya no sólo insisten de manera oficiosa con que la economía no arranca. Adrián Kaufmann, titular del órgano fabril, puso la cara el jueves para decir que la caída industrial se profundiza. Y se alerta, desde los voceros periodísticos del macrismo, que Macri decidió meterse en la pelea entre el Ministerio de Economía y el Banco Central. Si quiere nominárselo, la situación no da para demasiado más entre Alfonso Prat- Gay, quien pretende aflojar un poco como si pudiera desentenderse del patrón al que tributa, y Adolfo Sturzenneger, que es un monetarista atrasado veinte años y convencido de que por vía del ajuste fiscal se domará la inflación.
No es que Macri entienda mucho del tema, sino que ve venir las elecciones de 2017 y estaría prefiriendo alguna dosis del "populismo" que se cansó de cuestionarle a los kirchneristas. Por hache o be, se expone que la tropa duranbarbesca llegó muchísimo antes por el disgusto con las formas del gobierno anterior que debido a la necesidad de cambiar con algún plan coherente; no importa que de derecha explícita o fraguada, pero coherente. Eso es lo que no hay y lo que no advirtió, no le interesó, no le pareció sustantivo, a una porción finalmente mayoritaria de los votantes. Emanuel Álvarez Agis, el economista que secundó a Axel Kicillof y cuya rigurosidad profesional no es puesta en duda desde la vereda contraria, dice que algo peor que un programa de derecha es tener tres programas de derecha.
Y eso es justamente lo que contradice a la verticalidad macrista. Tienen un Banco Central que promueve festín de tasas de interés y bicicleta financiera; un Ministerio de Economía conteste de que por ese camino van a contramano del mundo, pero atado a una conducción política que Macri no lidera, y un forcejeo permanente entre los intereses del complejo agroexportador y los del sector industrial por el tipo de cambio. El Gobierno es así tan inexperto – en su operatividad, no en sus intenciones – como la falta de memoria que lo condujo al poder.
En medio de esa tensión, hubo la marcha originalmente convocada por varios movimientos sociales y a la que se plegó el triunvirato de la CGT. A nadie en su sano juicio, desde el campo popular, se le ocurriría poner en cuestión el despliegue de acciones que tiendan a mitigar los efectos de este modelo. Así lo indicó el viernes un texto de La Cámpora al que se invalidó desde la mala fama de la agrupación, incluyendo el señalamiento de que sus dirigentes fueron partícipes responsables de la derrota. Pero, cuando el escrito problematiza la línea política de los reclamos, no es correcto contestarle con el mero expediente del prontuario. Al referirse a la ley de "Emergencia Social y de las Organizaciones de la Economía Popular", que Cambiemos obturará en Diputados, dice el escrito que "las medidas económicas del actual Gobierno generan pobreza y desigualdad como único resultado posible y en forma sistemática.
No como excepción, sino como regla". Añade que "la acción misma del 'amague' se transforma en complicidad si no se actúa. Se termina siendo parte de una oposición 'permitida' que no discute lo que hay que discutir, sino que se sorprende y decreta 'emergencias' que todos sabíamos que se iban a producir. (…) No discutir las bases del modelo, y afirmar que esto es el resultado de un fenómeno meteorológico, es una maniobra que se utilizó en el pasado reciente en la Argentina para mantener el statu quo". Los discursos escuchados frente al Congreso, que la prensa en general observó como un "endurecimiento" de la CGT, ratificaron que esa dirigencia efectivamente pareciera mirar los corolarios de la política económica cual efecto no deseado. La exigencia unánime de ayuda social como aspiración prioritaria no deja lugar para otra conclusión, que no es de izquierda de cafetín. El moyanista Juan Carlos Schmid previno que van a negociar y confrontar a la vez. Lo primero está clarísimo y lo segundo ya semeja a la amenaza de un personaje de Capusotto. Pero la mención más destacada de las palabras de Schmid fue que durante el gobierno anterior reclamaban sólo por los laburantes registrados debido a que había trabajo. Si a confesión de partes relevo de pruebas, y como si la ex vara alta justificara haber ignorado a excluidos y trabajadores informales, lo que el cegetista admite es que había un país más justo. Y lo que no reconoce es que varias huestes sindicales contribuyeron a su ocaso, para favorecer la llegada de una derecha a la que hoy le piden clemencia.
Por supuesto que se está a tiempo de recuperación, en la medida de saberse identificar, y confrontar en serio, contra un Gobierno que no está equivocándose. Cumple con las franjas del privilegio que representa.
OPINIÓN
Una nueva guerra del cerdo
Por Mempo Giardinelli
En los Estados Unidos algunos comentaristas han dicho que Hillary Clinton debió haber escuchado un antiguo consejo: "Nunca te pelees con un cerdo. Los dos acabarán inevitablemente cubiertos de mierda. Pero al otro le gusta".
La idea es atractiva y parece proponer interesantes reflexiones, pero el yerro que la desautoriza radica en que esa idea parte de suponer que las lides políticas se dan entre cerdos e impolutos, o sea entre buenos y malos.
Así se desconoce la realidad común a la política en todo el mundo, ese infinito muestrario de la naturaleza humana, cuyas taras morales y de todo tamaño, en la Argentina y en ciertos ambientes (si no en todos) se tienen por normales.
Y en materia de gestión de nuestro golpeadísimo Estado ni se diga: cual gigantesca estantería de gobernantes que la van siempre de "buenos" condenando el pasado siempre "malo", ahora mismo está colmada de patanes sostenidos por mentimedios que avivan el fuego generalizador de corruptelas que sí hubo – algunas innegables y todas condenables – pero que a ellos en realidad les sirven para ocultar y negar su propia corrupción, que es feroz y provoca el día a día dramático que vive hoy esta república en la que la impunidad de los ricos es tan grotesca que parece narrada por Rabelais.
Aquí y ahora las "herencias recibidas" son – y es claro que son – una vil chicana y una injusta acusación generalizada. Pero también hay que reconocer que son el triste recordatorio de yerros cometidos por un gobierno que hizo muchísimo por el bienestar y la reafirmación identitaria de nuestro pueblo, pero que estuvo sobrado de estupideces que empañaron una gestión nacional y popular que debió ser ejemplar y limpia, y pudo serlo, pero no lo fue.
Podría pensarse entonces en una renovada guerra de cerdos – que nada tiene que ver con la maravillosa novela de Adolfo Bioy Casares – pero guerra simbólica que de una buena vez debiera servir para que los argentinos/as descubramos que el camino de la paz social pasa sin dudas por la inclusión y la equidad; la autodeterminación y la soberanía; la educación, la salud y la previsión social en manos del Estado; e incluso por las grandes decisiones autonómicas que entre 2003 y 2015 concretaron la recuperación de YPF, los satélites ARsat y la unión sudamericana.
Pero también ese período quedó signado por una transparencia nunca alcanzada, porque ni siquiera se la procuró. Fue la política de Estado que faltó, y las consecuencias están a la vista ahora que sobre esa falta se montan estos tipos para ocultar sus corruptelas.
En este sentido pareciera - al menos a esta columna le parece – que todo camino de retorno popular al poder en una república en paz, con fábricas y trabajo para todos y todas, debe pasar por el ejercicio de una imprescindible memoria autocrítica que lamentablemente hasta ahora no se ve ni se escucha.
Y sin embargo será necesaria a la hora de sustituir a los oligarcas ladrones y mentirosos que hoy gobiernan para los ricos y sus negocios, y al servicio de una globalización esencialmente injusta y maligna. De lo contrario será muy difícil un exitoso retorno nacional y popular – que es inevitable y sólo cuestión de tiempo – si no incluye la renuncia explícita y militante a la caterva de cerdos y lameculos que también hubo en estos doce años.
Cierto que decir esto es odioso, pero acaso sea la única explicación a lo que tanto fastidia al pueblo trabajador y a la buena gente que sólo quiere tranquilidad y progreso. La única explicación, o sea, a los legisladores que hoy se doblan y a los dirigentes que se tuercen presumiblemente por temor a carpetazos y chantajes. La única explicación a la genuflexión generalizada que tanto duele y fastidia a las personas decentes, esa verdadera mayoría silenciosa de argentinos/as que ha sido estafada y es golpeada y condenada a diario a la ignorancia y la pérdida de ilusiones y futuro.
Es hartante que ciertas dirigencias de "oposición" – entre comillas, claro está – continúen aceptando y/o negociando de la manera más canalla la nueva entrega del patrimonio nacional. Es hartante esa trivialidad generalizada de calzones sucios y hediondos restos coprolálicos que permite y justifica las agachadas de catervas de legisladores, jueces, asesores, influyentes, munícipes y una larguísima ringlera de funcionarios de todo pelo y color que se creen y ven a ellos mismos como puros, frente a los cerdos.
Es hartante que ciertas dirigencias de "oposición" – entre comillas, claro está – continúen aceptando y/o negociando de la manera más canalla la nueva entrega del patrimonio nacional. Es hartante esa trivialidad generalizada de calzones sucios y hediondos restos coprolálicos que permite y justifica las agachadas de catervas de legisladores, jueces, asesores, influyentes, munícipes y una larguísima ringlera de funcionarios de todo pelo y color que se creen y ven a ellos mismos como puros, frente a los cerdos.
En un contexto en que el problema principal de esta nación es el poder comunicacional devastador que dibuja a diario una realidad inexistente, no es exótico pensar que la batalla política actual es decisiva porque la política necesita empezar a limpiarse en serio. De una vez con verdad y no con especulaciones como hizo más de una dama en los últimos años, esas denunciadoras seriales que sin embargo se acogieron, y ahí están, bien acogidas, al poder corrupto del macrismo.
Es una cuestión moral, desde luego, pero fáctica y urgentemente comunicacional, que es el terreno en el que nos han sacado ventajas. No se trata de no pelear con los cerdos, ni de considerar que cerdos son los otros solamente. Se trata de aplicar políticas rigurosas y controles estrictos contra los propios.
Si del lado del Populismo virtuoso, nacional y fraterno y patriótico, no entendemos que es un paso fundamental para recuperarnos como Estado y como Nación, puede ser vana toda recuperación. Y eso es imperdonable en la tarea de que nuestro pueblo recupere la esperanza.
OPINIÓN
Cortinas de humo
Por Alejandro Garfagnini *
Con gran preocupación advertimos el último domingo, en el Gran Diario Argentino, una entrevista a Mauricio Macri en la junto con hablar de sus intenciones de perpetuarse democráticamente en el poder – en lugar de ver cómo resuelve los problemas que generó a millones de argentinos – volvió a referirse a la Tupac Amaru como una organización armada.
Nos parece irresponsable que un Presidente de la Nación exprese tamaña barbaridad. En primer lugar, porque es falso; en segundo lugar, porque no tiene una sola prueba que permita sostener ese disparate; tercero: porque nuestra organización, que tiene 10 presos políticos desde hace nueve meses, jamás ha realizado una acción armada o reclamo violento.
Nos preguntamos si detrás de esto no querrá el señor Presidente distraer a la opinión pública para no cumplir con el fallo de la ONU. O, peor aún, si no estará buscando una justificación para sacar a los militares a la calle.
Desde la Tupac Amaru iremos nuevamente a la justicia federal a denunciar a Mauricio Macri, como lo hicimos cuando hizo declaraciones de la misma naturaleza en el programa de su periodista militante Luis Majul. Por la seguridad de nuestros compañeros le exigimos al Presidente que se rectifique, puesto que es muy grave decir que en la Argentina hay una organización armada.
Por otra parte, nos queremos referir al "informe" que presentó el domingo el señor Jorge Lanata y la reproducción automática de la "información" en los diarios Clarín, La Nación e Infobae, que demuestran la convivencia de estos medios con el plan del gobierno de Cambiemos de dilatar con cortinas de humo el cumplimiento de la Resolución de la ONU que exige la inmediata liberación de Milagro Sala.
Con sólo ahondar en dos cuestiones alcanza para demostrar la falsedad del informe. Primero: el único documento que acredita la propiedad de una vivienda es la escritura. El título de cualquier vivienda social es emitido por el respectivo gobierno provincial que, además, es el dueño de las tierras sobre las que se construyen las casas. Las cooperativas, que son las que edifican las viviendas, elevan propuestas a los respectivos Institutos de Vivienda y a las municipalidades que son también firmantes de los convenios. Pero, en definitiva, quien tiene la última palabra es el Poder Ejecutivo, que es el único ente habilitado para entregar dichos títulos. La Tupac Amaru jamás emitió una sola escritura porque, centralmente, no es legalmente posible hacerlo.
La segunda cuestión: el informe se refirió a un supuesto jefe de prensa de nombre José Luis Sánchez. Esa persona jamás integró la organización. Quien ejerce ese cargo necesariamente tiene que tener comunicación con los periodistas a través del envío de comunicados, llamados telefónicos, encuentros. ¿Puede confirmar algún periodista de la Argentina haber recibido una comunicación fehaciente, real, con el contacto de esta persona? ¿Alguno tuvo contacto con nuestra organización a partir de esta persona? Si fue jefe de prensa, ¿porque nadie del medio lo conoce?
En el informe aseguran que este tal Sánchez, a quien no conocemos, era valijero de la Tupac Amaru. Pero, qué casualidad, este hombre es concejal de Cambiemos y tiene fotos con la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal. Según el diario La Nación, la Tupac Amaru "infiltró" a esta persona en Cambiemos, pero la Tupac Amaru no existe en Ituzaingó.
Desde la Tupac Amaru le pedimos al señor Mauricio Macri que en lugar de desplegar estas operaciones mediáticas berretas cumpla con la Resolución de la ONU, que libere a Milagro Sala en forma inmediata, que garantice la institucionalidad democrática en el país y que deje de responder a los caprichos del administrador de la provincia de Jujuy que ha expuesto al país entero a un papelón internacional del que no se tiene memoria desde la última dictadura cívico militar.
Nos preguntamos si detrás de esto no querrá el señor Presidente distraer a la opinión pública para no cumplir con el fallo de la ONU. O, peor aún, si no estará buscando una justificación para sacar a los militares a la calle.
Desde la Tupac Amaru iremos nuevamente a la justicia federal a denunciar a Mauricio Macri, como lo hicimos cuando hizo declaraciones de la misma naturaleza en el programa de su periodista militante Luis Majul. Por la seguridad de nuestros compañeros le exigimos al Presidente que se rectifique, puesto que es muy grave decir que en la Argentina hay una organización armada.
Por otra parte, nos queremos referir al "informe" que presentó el domingo el señor Jorge Lanata y la reproducción automática de la "información" en los diarios Clarín, La Nación e Infobae, que demuestran la convivencia de estos medios con el plan del gobierno de Cambiemos de dilatar con cortinas de humo el cumplimiento de la Resolución de la ONU que exige la inmediata liberación de Milagro Sala.
Con sólo ahondar en dos cuestiones alcanza para demostrar la falsedad del informe. Primero: el único documento que acredita la propiedad de una vivienda es la escritura. El título de cualquier vivienda social es emitido por el respectivo gobierno provincial que, además, es el dueño de las tierras sobre las que se construyen las casas. Las cooperativas, que son las que edifican las viviendas, elevan propuestas a los respectivos Institutos de Vivienda y a las municipalidades que son también firmantes de los convenios. Pero, en definitiva, quien tiene la última palabra es el Poder Ejecutivo, que es el único ente habilitado para entregar dichos títulos. La Tupac Amaru jamás emitió una sola escritura porque, centralmente, no es legalmente posible hacerlo.
La segunda cuestión: el informe se refirió a un supuesto jefe de prensa de nombre José Luis Sánchez. Esa persona jamás integró la organización. Quien ejerce ese cargo necesariamente tiene que tener comunicación con los periodistas a través del envío de comunicados, llamados telefónicos, encuentros. ¿Puede confirmar algún periodista de la Argentina haber recibido una comunicación fehaciente, real, con el contacto de esta persona? ¿Alguno tuvo contacto con nuestra organización a partir de esta persona? Si fue jefe de prensa, ¿porque nadie del medio lo conoce?
En el informe aseguran que este tal Sánchez, a quien no conocemos, era valijero de la Tupac Amaru. Pero, qué casualidad, este hombre es concejal de Cambiemos y tiene fotos con la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal. Según el diario La Nación, la Tupac Amaru "infiltró" a esta persona en Cambiemos, pero la Tupac Amaru no existe en Ituzaingó.
Desde la Tupac Amaru le pedimos al señor Mauricio Macri que en lugar de desplegar estas operaciones mediáticas berretas cumpla con la Resolución de la ONU, que libere a Milagro Sala en forma inmediata, que garantice la institucionalidad democrática en el país y que deje de responder a los caprichos del administrador de la provincia de Jujuy que ha expuesto al país entero a un papelón internacional del que no se tiene memoria desde la última dictadura cívico militar.
* Coordinador Nacional de la Tupac Amaru.
LAVAGNA ADVIRTIÓ QUE EL MODELO OFICIAL VA A NAUFRAGAR Y PEÑA SALIÓ A CRUZARLO
El colapso que preocupa al Gobierno
El ex ministro de Economía volvió a cuestionar el modelo económico. Peña lo acusó de propiciar una mayor devaluación.
El jefe de Gabinete, Marcos Peña, y el ex ministro de Economía, Roberto Lavagna.
(Fuente: DyN / Leandro Teysseire)
(Fuente: DyN / Leandro Teysseire)
El ex ministro de Economía Roberto Lavagna reiteró ayer sus críticas al gobierno al afirmar que el modelo económico que se está impulsando "indefectiblemente termina en una situación de colapso".
En esta ocasión, los encargados de responderle fueron el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y el ministro del Interior y Obras Públicas, Rogelio Frigerio, quienes lo acusaron de presionar por una mayor devaluación del peso.
El ex ministro de Economía de Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner había cuestionado con dureza la semana pasada la política económica del macrismo. "Lentamente, nos hemos ido deslizando como país y como gobierno hacia una política que ya vivimos. La tuvimos con los militares y en los noventa y no genera desarrollo", aseguró el ahora referente económico del massismo. Frigerio le respondió que las medidas buscan priorizar la inversión y el consumo y Alfonso Prat-Gay lo comparó con Hebe de Bonafini, pero Lavagna ayer reiteró sus críticas e incluso fue más allá.
"Este tipo de modelo que combina tasas de interés fenomenalmente altas, dólar fijo o cayendo, el bolsillo del grueso de la población enflaqueciéndose, el empleo debilitándose, indefectiblemente requiere el endeudamiento externo e indefectiblemente termina en una situación de colapso", aseguró Lavagna en una entrevista concedida a La Nación. Luego resaltó que el de Macri "es un modelo de ajuste" porque, entre otras cosas, "el salario ha caído alrededor del 8 por ciento y se han perdido unos 120 mil empleos en blanco y otro tantos en negro". Al ser consultado sobre las respuesta que tuvo por parte de varios ministros del Ejecutivo, Lavagna sostuvo que "cuando uno dice algo que molesta al gobierno de turno, enseguida te tiran los perros encima".
La mención sobre un inevitable colapso en el horizonte, molestó al gobierno que volvió a cruzar al ex ministro. "Este modelo económico va a terminar en desarrollo sustentable y crecimiento en Argentina: de eso estamos absolutamente convencidos", expresó Marcos Peña al objetar las críticas de Lavagna. "Lavagna me lo dijo, se lo dijo al presidente, él cree que hay que devaluar más fuerte y cree que el tipo de cambio está apreciado. Lo insinúa y no lo termina de decir con todas las letras en público. Pero lo que no cierra en su modelo es cómo seguir devaluando sin depreciar el salario real", agregó Peña.
Para el jefe de Gabinete la posición expresada por Lavagna "es una opinión válida, algunos lo comparten y otros dicen que se devaluó demasiado" y consideró que "creemos que vamos hacia un camino posible y gradual" para la economía. "La gente puede tener la tranquilidad que estamos yendo en la dirección de sinceramiento de un país en el que se mintió y tuvo muy malas políticas económicas durante muchísimo tiempo: hay un consenso generalizado que el año que viene vamos a crecer, que va a haber menos inflación y mayor creación de empleo", concluyó Peña, pese a que hasta el momento no hay ningún dato estadístico que deje entrever esa supuesta recuperación.
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