lunes 28 de noviembre de 2016
"Los científicos debemos salir del laboratorio"
Fabiana Gennari, investigadora del Conicet, fue premiada por liderar un equipo que desarrolló el almacenamiento de energías limpias.
Por Revista Veintitrés
Cuando era chica, en Vista Alegre, el pueblo neuquino en el que nació y creció, veía cómo los aplicadores de plaguicidas se enjuagaban directamente en el río, sin tratamiento, y empezaba a preguntarse cómo iba eso a dañar las plantaciones de manzanos de todo Centenario. Dos décadas de investigación después, Fabiana Gennari lidera un equipo de científicos del Conicet que trabaja sobre el proyecto de "Producción y almacenamiento de energía limpia de manera sustentable", vinculado con el desarrollo alternativo a partir de la nanotecnología.
"La conciencia ambiental se genera muchas veces por legislación. Es muy importante educar por la relevancia que tiene pero muchas veces ayuda el hecho de haya multas… el bolsillo es muy fuerte". Gennari sonríe porque sabe que más allá de que el cambio climático y la necesidad de cuidar el ambiente se instaló en la sociedad, hay más declamación que acción individual. Y ahí, acción del Estado, investigación y leyes se conjugan para poner a la ciencia que desarrolla energías limpias en primer lugar.
El proyecto que lidera en el Conicet con un equipo de jóvenes posdoctorando y becarios le valió el el premio L´Oreal-UNESCO "Mujeres en la Ciencia", que se entrega anualmente. "Desde que comencé a estudiar, la situación política nacional fue cambiando y sobrevivimos. Y para eso es necesario un apoyo económico que permita lograr el objetivo al que tenemos que llegar, salir del laboratorio, que se invierta y se pongan recursos para que se pueda volcar el proyecto en mejorar el suministro de energía eléctrica, que es necesario".
"Quiero valorar cuando hay un Estado que invierte en ciencia cuando tiene otras necesidades básicas para cubrir. El proyecto lleva 17 años y es importante que llegue a la población porque está puesto el objetivo en el problema energético. En estos temas a veces no se ve en forma inmediata el costo medioambiental, pero lo tiene y mucho", señala en diálogo con Veintitrés.
Fabiana Gennari cambiará su tono, para deslizar un temblor de orgullo y emoción cuando habla de su familia. De cómo conoció a su esposo, también científico, cuando ambos estudiaban en el Instituto Balseiro, y coincidieron por la música, por una amiga en común que le dijo que necesitaban a alguien que tocara el piano –como ella- y también cuando habla de sus hijos. De sus padres, que la acompañaron a recibir el premio. Y de las horas y horas de investigación apenas distendidas por clases de spinning y largos paseos en bicicleta por San Carlos de Bariloche, donde viven.
También cuando le habla a esa niña que fue en Vista Alegre y a quien si viera hoy, en el éxito de un desarrollo para mejorar el ambiente que tanto le preocupaba, le diría que hay que "salir del laboratorio e ir a las cuestiones prácticas, del laboratorio a lo real. Y que hay que ser perseverante. "Seguir con lo que cree que es correcto sin perder la esencia de lo que uno es. Así se puede llegar muy lejos".
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