sábado 05 de octubre de 2016
LAS DOS CTA SE MOVILIZARON A LA PLAZA DE MAYO
EN RECLAMO DE LA REAPERTURA DE PARITARIAS Y
EL CESE DE DESPIDOS
"Se pierden puestos y crece el hambre"
Hugo Yasky y Pablo Micheli fueron los principales oradores del acto con duras críticas al gobierno de Macri. Remarcaron la necesidad de "la unidad del movimiento obrero para enfrentar a la derecha".
La concentración en Plaza de Mayo unió a varios sindicatos y organizaciones sociales y políticas.
"Esta es la Plaza de la dignidad", bautizó el secretario general de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky, a la concentración de ayer en Plaza de Mayo que unió a varios sindicatos y organizaciones sociales y políticas. Con la reapertura de paritarias, el cese de los despidos y el rechazo al bono de fin de año pactado entre la CGT, el Gobierno y el sector empresario como consignas principales, miles de trabajadores –especialmente del sector público–, militantes sociales y autoconvocados se concentraron desde el mediodía en distintos puntos de la ciudad y el conurbano para confluir, bajo un sol pleno, frente al escenario principal apostado de espaldas a la Casa Rosada, foco de las críticas de los oradores. "Mientras en el país de la alegría se apuesta a la bicicleta financiera, la plata se fuga al extranjero y los paraísos fiscales se llenan de dólares, en el reverso de esta Argentina baja el consumo en los supermercados, se pierden puestos de trabajo y crece el hambre", sentenció Yasky, quien al igual que su par de la CTA Autónoma, Pablo Micheli, le reclamó a la CGT que llame a un paro nacional. "Es el gobierno del revanchismo de clase. Se quieren cobrar 12 años en los que tuvimos la posibilidad de recuperar algunas conquistas", sostuvo Yasky.
Desde temprano, columnas de ATE Capital y seccionales de Suteba y de Ctera ya se desplegaron sobre distintas zonas de la ciudad, con epicentro en los alrededores del Obelisco y del Ministerio de Desarrollo Social. Lo propio hicieron las organizaciones sociales que marcharon el día de San Cayetano (la Central de Trabajadores de la Economía Popular, la Corriente Clasista y Combativa y Barrios de Pie) más el conjunto de agrupaciones kirchneristas (La Cámpora, Nuevo Encuentro, Proyecto Popular, Miles y Kolina) y las organizaciones de base de la CTA Autónoma como el Movimiento de Ocupantes e Inquilinos (MOI) y el Movimiento Territorial de Liberación (MTL). Ese variopinto sindical, social y político marchó, cerca de las cinco de la tarde, sobre Avenida Mayo. Por Diagonal Norte se sumaron algunas organizaciones de izquierda como el MST y el PCR. "Esta plaza y todas las plazas del país que llenamos hoy, demuestran que no se ha cerrado ningún conflicto, que no hay acta que pare la lucha y que el paro nacional está vivo", exclamó Micheli, el primero de los oradores, mientras las columnas rezagadas se apuraban por acercarse al escenario.
Yasky fue enfático en la crítica a la política económica y en el reclamo de "unidad" en la calle para "frenar a la derecha". "Este Gobierno no es el de Menem ni el de la Alianza. Como nunca antes, tiene el apoyo de todo el establishment: la Sociedad Rural, el poder financiero, el FMI, las corporaciones, la embajada yanqui, los medios concentrados. Y vienen por todo: por nuevas leyes laborales, por nuestras paritarias, por convenios por productividad, por nuestras organizaciones sindicales. Entender esa realidad es una cuestión de supervivencia. Ése es el punto en el que estamos parados", definió.
Dentro de ese panorama, el diálogo entre la CGT y el Gobierno "es una puesta en escena", dijo Yasky, y acusó de "bajarse los pantalones ante los llamados de los empresarios" a "ciertos dirigentes de la CGT que es mejor perderlos que encontrarlos". "Pero hay muchos otros dirigentes dentro de la CGT que son valiosos, con quienes nos encontramos en la movilización de abril para marcar un camino común –sugirió el docente–. Ése es el camino y el día del paro general, que será pronto, vamos a ser capaces de dejar las diferencias de lado".
"Hablar de unidad está de moda", apuntó antes Micheli, "pero no alcanza con una foto, hay que construirla en la calle". "Acá están las dos CTA unidas, no para frenar un paro, sino para forjar la unidad de la clase, único camino para derrotar a la derecha neoliberal", completó.
El secretario general de ATE Capital, Daniel Catalano, y el dirigente de la Confederación Nacional de Cooperativas de Trabajo, Cristian Miño, reivindicaron a su turno los doce años kirchneristas. "Mas allá de las divisiones entre algunos dirigentes, es el momento de transformar el país, transformar el sindicalismo y volver a tener esa patria que nos enamoró, solidaria, cuando echamos a patadas a los yanquis en Mar del Plata", apuntó Catalano, en referencia la cumbre del No al ALCA. "Si no fuera por Néstor y Cristina, ni yo ni las cooperativas de trabajo estaríamos hoy acá", dijo Miño.
"No queremos comedores ni planes. Queremos trabajar, y si para vivir con dignidad tenemos que seguir viniendo a esta plaza o quedarnos acá, lo vamos a hacer", sostuvo Miño, quien saludó al mar de banderas presentes –de todas las fracciones– con un "qué linda plaza, tan peronista". Desde el MOI, la referente Carla Rodríguez reivindicó que las organizaciones sociales "desde 2001 venimos demostrando que somos capaces de resolver las necesidades, sin patrones" y le reclamó al Gobierno que "nadie quiere vivir en emergencia, sino con dignidad".
El escenario se completó con la presencia de dirigentes como el diputado Edgardo Depetri y el intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi. También tomó la palabra el secretario general del sindicato de electricistas de México, Humberto Montes de Oca, y hubo espacio para la solidaridad con los Sin Tierra del MST de Brasil, que ayer sufrieron un ataque en una escuela por parte del gobierno de Michel Temer. Yasky retomó las críticas de Montes de Oca contra Donald Trump para comparar al senador Miguel Pichetto con el candidato republicano por sus dichos xenófobos ((ver recuadro).
Todos los oradores, además, exigieron la libertad de Milagro Sala. "Si estuviera libre, estaría en este escenario y luchando junto a nosotros en esta plaza", dijo Catalano (ver página 4). El clima de unidad, que se cuidó especialmente, tuvo un límite en las exigencias de Micheli de no compartir escenario con el ex vicepresidente Amado Boudou, a quien pidió hacer bajar del escenario junto a Fernando Esteche, de Quebracho, y Luis D'Elía, de Miles.
"Todo el mundo especula si a fin de año va a haber paz social. No lo sé, pero sí se que va a ser un fin de año con necesidades", dijo Yasky sobre el cierre y pidió "mantener encendida la llama de la rebeldía popular".
Pichetto, el "pequeño Trump"
"Es nuestro pequeño Trump", ironizó el secretario general de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky, sobre los dichos xenófobos del senador Miguel Pichetto, a quien le dedicó ayer buena parte de su discurso. "Habló como si perteneciera a las familias patricias de este país", dijo Yasky en relación al senador, quien sostuvo en una entrevista de TV que "las principales villas de la Argentina están tomadas por peruanos" entre otras frases que le valieron que lo denunciaran ante el Inadi. "Nos avergüenza tener representantes con ese pensamiento", siguió el docente, para luego "pedir perdón a los compañeros de toda América Latina en nombre del movimiento obrero argentino". "Pichetto habla como si fuera parte de las familias criollas que perpetraron el genocidio de los pueblos originarios. Como si tuviera ese linaje, como si fuera de esa cepa", ironizó. "Milagro Sala está presa por tener el color y la sangre de esos mismos pueblos originarios", dijo después, y situó a Pichetto dentro de "los dirigentes que se van a enfermar de la cervical de tanto agachar la cabeza".
PANORAMA ECONÓMICO
Debate
Por David Cufré
"Buenas noches. Quiero empezar hablándote a vos que estás en tu casa, terminando el fin de semana en familia, preparándote para ir a trabajar mañana. Nuestro único objetivo es trabajar todos los días para que vos vivas un poco mejor y te sientas más seguro. Sé que tal vez te está costando llegar a fin de mes o que te preocupa la salud de tus padres o la educación pública que reciben tus hijos. Pero nosotros tenemos como objetivo económico lograr una Argentina con pobreza cero, para eso hay que ponerla en marcha, porque hace cuatro años que no crece. Hay que crear trabajo, cuidando los que tenemos. Eso significa cuidar a nuestras pymes, nuestros pequeños productores, porque ellos una vez que arranquemos a crecer son los que más van a generar trabajo. Pero el desafío es crecer. Para eso tenemos muchas acciones. La primera es poner en marcha el plan de infraestructura más importante de la historia, que conecte la Argentina y la haga más justa, y que desarrolle las economías provinciales generando dos millones de puestos de trabajo en la próxima década. También quiero trabajar para que accedas a tu primera vivienda. Un millón de créditos a 30 años. Que tengas cloacas, que tengas agua corriente. Y que además la asignación no solo continúe si no que se extienda a todos, incluyendo a los hijos de los monotributistas. Adicionalmente, un plan primer empleo, para que en los cinco primeros años de trabajo nuestros jóvenes arranquen registrados, en blanco, porque ellos no van a pagar impuestos ni los empleadores van a pagar impuestos. Estas son algunas de las medidas que nos van a posibilitar empezar a crecer".
–"Quiero decirle al ingeniero Macri que jamás planteé la política en términos de enemistad personal. Pero sí siento que sus ideas, sus decisiones y sus propuestas son realmente un peligro para el conjunto de la sociedad. Cuando él ha manifestado, cosa que no ha dicho aquí en su primera intervención, que va a levantar el cepo, que va a dejar librado el tipo de cambio. Quiero decirle a cada trabajador que eso representa un recorte en el salario real, quiero decirle a cada pyme que cuando abrimos la economía representa un peligro para el conjunto. Por eso quiero preguntarle quién va a pagar los costos de este ajuste que va a llevar adelante, que es inevitable a partir de dejar liberado el tipo de cambio".
–"Daniel, te escucho insistir en que los argentinos tienen miedo. Yo no creo, yo los veo muy contentos, sienten la esperanza de que se puede, que vamos a crecer, que va a haber trabajo, que vamos a desarrollar las economías regionales. Los que creo que tienen miedo son ustedes, los que están gobernando, porque han abusado del poder. Te pido, porque hace varios días que estás haciendo de vocero de lo que yo haría, cosas horribles, que no voy a hacer, te pido que no hagas de vocero mío. Que hables de tus temas, de tus propuestas. Nosotros creemos que hay que desarrollar la economía, que hay que expandir la economía, no ajustar, yo no he hablado nunca de ajustar. Justamente, creo que ustedes han ajustado, por algo hace cuatro años que no crecemos, hace cuatro años que no se genera empleo en la Argentina, las economías regionales la están pasando muy mal. Y abrir la economía es lo último que he dicho. Hay que cuidar el empleo, hay que sentarse con cada pyme, con cada pequeño productor, y desarrollar el crecimiento".
La primera definición de Mauricio Macri en el debate presidencial del 15 de noviembre del año pasado, a una semana del ballotage, fue que el objetivo económico primordial de Cambiemos era llegar a una Argentina con pobreza cero. Ahora, según el diario Clarín, Alfonso Prat Gay y el vicepresidente del Banco Central, Lucas Llach, le reclaman a la Universidad Católica Argentina que deje de emitir sus informes de pobreza, luego de que solo en el primer trimestre del año detectara un crecimiento explosivo de un millón cuatrocientos mil nuevos pobres. La UCA por ahora no emitió más información, aunque el agravamiento de la situación económica desde aquel primer reporte lleva a los especialistas en seguridad social a concluir que la pobreza ha mantenido un ritmo de aumento alarmante, como no se veía desde la crisis de 2001-2002.
Lo segundo que dijo Macri en aquel debate, del que se está por cumplir un año, fue que había que recuperar el crecimiento económico, porque ya iban cuatro años que el país no lo hacía. Meses después, sin embargo, la nueva conducción del Indec, a cargo de Jorge Todesca, confirmó que en 2015 el PIB registró una expansión del 2,4 por ciento, y que en lo que va del mandato de Mauricio la economía ingresó en una recesión profunda, que se agudiza mes tras mes. Es lo que Gabriela Michetti definió como un túnel oscuro. En algún momento el Gobierno se esperanzó con el segundo semestre y después con los brotes verdes, pero en ambos casos los resultados fueron un fiasco.
"Hay que crear trabajo, cuidando los que tenemos", fue la tercera definición de Macri aquel 15 de noviembre, en su cruce con Daniel Scioli. La desocupación, sin embargo, se catapultó al 9,3 por ciento en el segundo trimestre de 2016, contra el 5,9 del tercer trimestre del año pasado, de acuerdo a los datos del Indec. En la construcción se vive una tragedia en materia laboral, lo mismo que en sectores informales. La industria y el comercio también padecen las consecuencias de la política económica. Pero la primera contradicción con la promesa de cuidar el empleo fue del propio Gobierno, que a poco de asumir empezó a eliminar programas y servicios estatales, dejando sin ocupación a miles de empleados públicos.
"Eso significa cuidar nuestras pymes, nuestros pequeños productores", fue lo cuarto que dijo el candidato del establishment respecto de la cuestión económica. La Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) informará mañana que las ventas minoristas cayeron en octubre más que en septiembre, cuando la baja interanual había sido del 7,7 por ciento. Cambiemos sigue zapatero en este rubro. Diez meses de gestión, diez caídas consecutivas del consumo. Según CAME, eso derivó hasta el momento en el cierre de 6300 comercios por todo el país. Apyme advirtió que las pymes están siendo "agredidas" por la política económica y que se encuentran en "estado de emergencia", poniendo en jaque la continuidad de miles de firmas de los más variados rubros. Las pymes no se sienten cuidadas por el Gobierno. Se las excluye de las mesas de negociación, se las somete a tarifazos de servicios públicos y se las fuerza a competir en desventaja con importaciones crecientes, en medio de la recesión.
"El desafío es crecer. Para eso tenemos muchas acciones. La primera es poner en marcha el plan de infraestructura más importante de la historia", fue la quinta promesa de Macri. La paralización de la obra pública es uno de los datos salientes de lo que ha sucedido este año. Para 2017, las principales obras previstas son la continuidad de las que se venían realizando hasta 2015, con excepción del soterramiento del ferrocarril Sarmiento, cuyo presupuesto fue multiplicado en casi 1000 millones de dólares a pedido de una de las empresas constructoras, Iecsa, del primo del presidente, Ángelo Calcaterra. El promocionado Plan Belgrano, según dijo Macri en aquel debate, recibiría un presupuesto de 16 mil millones de dólares en cuatro años. En 2016 los avances fueron raquíticos, mientras que para 2017 se presupuestaron 2200 millones de dólares. Si se ejecutan, todavía faltarán casi 14 mil millones de dólares para cumplir con la promesa.
"También quiero trabajar para que accedas a tu primera vivienda. Un millón de créditos a 30 años", garantizó Macri. Fue la sexta promesa del debate, cuando había transcurrido apenas un minuto de la primera intervención del postulante de Cambiemos. El Gobierno ya dio de baja aquella meta ambiciosa. Fue una de las mayores sorpresas del Presupuesto 2017. En la página 5 del mensaje de la iniciativa, que esta semana logró media sanción de Diputados, dice lo siguiente: "Se prevé la construcción de 120 mil viviendas y la entrega de 175 mil créditos subsidiados, incluidos los préstamos Procrear, en los próximos tres años". Es decir que ya no serán un millón de créditos a la vivienda, sino 175 mil, el 17,5 por ciento de lo comprometido. Macri también dijo en campaña que su gobierno edificaría 400 mil viviendas hasta 2019, pero en el Presupuesto 2017, que proyecta acciones a mediano plazo, hasta el final del mandato, son apenas 120 mil. En conclusión, de 1,4 millón de créditos y nuevas viviendas se bajó a 295 mil, el 21 por ciento.
"Que la asignación no solo continúe si no que se extienda a todos, incluyendo a los hijos de los monotributistas", planteó Macri en séptimo lugar. Es una medida que se cumplió respecto de la ampliación del beneficio para los hijos de los monotributistas, aunque la Asignación Universal por Hijo sufrió una importante disminución en su poder adquisitivo, ya que aumentó 32 por ciento en el año contra una inflación diez puntos más alta. Los titulares de la AUH recibieron además 400 pesos en diciembre pasado y cobrarán otros 1000 pesos por grupo familiar en diciembre próximo.
El plan primer empleo, octava propuesta de Macri en el debate, fue elevado al Congreso, pero la resistencia de la oposición y el sindicalismo a desfinanciar la seguridad social, sumado al riesgo de que se reemplacen trabajadores con antigüedad por contratos temporarios, mantienen frenado su tratamiento legislativo.
Después de las ocho promesas, Scioli advirtió sobre el ajuste inevitable que vendría con la devaluación, al desmontar las regulaciones cambiarias, así como el impacto en los salarios por el salto del dólar. También cuestionó la apertura importadora y le preguntó a Macri quién pagaría los costos de ese ajuste. La respuesta del candidato de Cambiemos fue un reproche por querer instalar miedo en la ciudadanía y negó enfáticamente que tuviera en sus planes producir un ajuste y abrir la economía. "Hay que expandir la economía, no ajustar, yo no he hablado nunca de ajustar", se quejó. "Y abrir la economía es lo último que he dicho. Hay que cuidar el empleo", agregó. El ajuste finalmente llegó recargado, con tarifazos de servicios públicos, paralización de obras de infraestructura, subejecución presupuestaria en casi todos los Ministerios, entre otras medidas, y la apertura de la economía es una denuncia permanente del entramado industrial. Fueron, en definitiva, otras dos graves mentiras del debate.
Tras ello, siguió la discusión entre los candidatos sobre si habría ajuste o no. "Daniel, en qué te has transformado, o en qué te han transformado, parecés un panelista de 6,7,8, diciendo una cantidad de mentiras que escuchamos hace años. El problema de la Argentina no es el dólar. El problema es el gobierno kirchnerista que no ha parado de mentir, y destruyó la confianza en este país, entonces no hay inversión, no podemos crecer", argumentó Macri. Finalmente, después de un nuevo cruce con Scioli, quien se convertiría en presidente el domingo 22 cerraba el bloque sobre desarrollo económico y humano con un párrafo premonitorio: "Vos te preocupás por el tema de la devaluación, por qué no te preocupaste antes, cuando mentían con la inflación y con el Indec. Tu planteo es autoritario, conservador, cínico. Ustedes son un peligro. Esta gente es mala, tiene oscuros intereses de perjudicar a todos, quiere perseguir a los científicos, a los médicos, a los docentes, a los empleados públicos, cerrar las pymes. Daniel, no cierra. Vos pensás que la gente es tonta cuando vota el cambio, que no ve nada de lo que vos ves".
PANORAMA POLÍTICO
El pichettismo
Por Luis Bruschtein
"Tenemos que dejar de ser tontos, el mundo está cambiando, este es un mundo que se cierra" fue una de las frases menos comentadas del festival de xenofobia que el senador Miguel Pichetto desplegó en un canal de televisión esta semana. Se habló más sobre lo que dijo de los inmigrantes de países vecinos a los que calificó de "resaca", que de esta frase más conceptual, que lo califica como analista cuasi marxista: "de lo general a lo particular", "de lo internacional a lo nacional". "Este es un mundo que se cierra". Y aquí, lo que hay es Mauricio Macri. Pero este concepto se completa con otra frase: "El problema de la Argentina es la cultura igualitaria". Es una genialidad de síntesis, la expresión más refinada del olfato ultrapragmático y ubicuo de una clase de político. Por si quedan dudas, la expresión de este fenómeno se remata en la confluencia con esta línea pichettista de otro ultrapragmático pero del campo de los medios: Jorge Lanata estrenó xenofobia hace pocos días con un programa que estigmatizaba a los estudiantes de países vecinos. Ambos fueron aplaudidos por el jefe neonazi de Argentina, Alejandro Biondini, que expresó su perplejidad: "Primero Lanata, ahora Pichetto… tanto que fui perseguido y proscripto durante años por opiniones similares… hoy me siento un moderado".
Tiene razón Biondini. Los tres tienen razón. Antes los hubieran condenado, hubieran perdido público y aliados y ahora solamente producen irritación y bronca en un sector que no tiene fuerza para rebatir y penalizar.
Ninguno de los tres está inventando nada, el pichettismo capta una onda cultural dominante en consonancia con el triunfo electoral de un presidente de derecha. Encuentra la onda que se anuncia hegemónica, que es la que paga y la que viste, en términos materiales, pero también de espacios de poder y convocatoria y hasta de cierto prestigio en una sociedad que retrocede hacia expresiones sociales y políticas más primitivas y xenófobas, más centradas en el egoísmo.
Este cambio de onda tan bien captado por el pichettismo produce fenómenos contradictorios. Por ejemplo que para un peronista, como se asume Pichetto, la cultura igualitaria sea un problema. Desde el fifty-fifty de Perón en adelante, el peronismo representó una cultura igualitaria, fue su expresión de masas y la única expresión igualitaria que produjo cambios reales en la sociedad en función de esa idea en los últimos 70 años. Se supone que la cultura igualitaria es parte de una cultura de izquierda. Hay académicos y sectas de izquierda que se exprimen los sesos para discurrir si los gobiernos peronistas kirchneristas fueron de izquierda o no. El pichettismo va a los bifes, es más inteligente: habla de cultura igualitaria como rasgo de identidad. Entonces en Argentina, el problema para el Pichetto peronista, es el peronismo. Vueltas de la vida.
Pero cuando los más formidables surfistas del oportunismo político y mediático coinciden en estos rasgos fuertemente xenófobos es porque están asumiendo la representación de una cultura que se afirma en la sociedad. Metáfora: son la punta del iceberg. Explicación: a los pobres se les está sacando salario, calidad de vida, vacaciones, auto, educación, salud y así. Tienen que encausar el odio y la bronca que produce ese despojo hacia algún lugar. Si es posible, algún lugar que no sean los ricos que se están apropiando de ese patrimonio. Hay que derivar esa bronca hacia el otro diferente, el extranjero: pelea entre pobres. Está escrito como un manual porque es de manual. Por supuesto que si eso no alcanza, está la represión y la necesidad de sumar a las Fuerzas Armadas a la represión interna, algo que la derecha también ha puesto en la mesa de debate.
"Este es un mundo que se cierra". Es así en muchos sentidos. En el plano económico nadie compra, todos quieren vender. Sería idiota abrirse en un mundo que se cierra. Es lo que está haciendo Macri con la economía Argentina y lo único que consiguió ha sido deuda y más deuda. No cierra ningún índice macroeconómico. La inflación del último mes, 2,4 para el Indec, 2,8 para el movimiento obrero, sigue siendo más del doble de la que hubo con el kirchnerismo; las inversiones no aumentaron y pagó una fortuna excesiva a los fondos buitre para conseguir deuda con tasas de interés de entre seis o siete por ciento, cuando los países vecinos la consiguen al tres por ciento de interés. Hasta ahora todo ha sido mal negocio. Para financiarse estos once meses necesitó tomar deuda por 50 mil millones de dólares. Entró en el libro de los Guiness al batir el récord de velocidad de endeudamiento. Hay inquietud incluso entre los técnicos neoliberales porque es un gobierno deuda-dependiente, en un momento en que la Reserva Federal comienza a subir las tasas de interés hasta ubicarla en un futuro no tan lejano en dos puntos, algo así como poner al país sobre un polvorín.
Y el mundo también se cierra desde el punto de vista cultural donde la cultura de los mercados y de la globalización neoliberal encierra a las personas, fragmenta sociedades y aísla. Es la cultura del individualismo hedonista disfrazada de supuesta meritocracia, enfrentada a la cultura de lo social y la solidaridad, del esfuerzo colectivo y las metas comunes. Es una puja que no siempre es tan clara como el enunciado. Hay confusiones como la del Pichetto peronista que reniega de la cultura igualitaria del peronismo y los que dicen que hacen periodismo independiente y trabajan para un monopolio mediático. O la del ministro de Cultura de un gobierno conservador, Pablo Avelluto, que define al gobierno de los CEOs como "heredero de los Beatles y el Che". O la de los conservadores republicanos que hablan de "independencia de poderes" y copan la Suprema Corte jujeña con dirigentes radicales para que avale la detención sin causa de una dirigente social como Milagro Sala; o atacan y presionan a jueces como Daniel Rafecas o Carlos Rozansky que no son del palo; o llegan a diseñar una reforma del Ministerio Público Fiscal para que el poder político controle a la Procuraduría. Y con la idea además de que ese sistema se aplique en forma retroactiva para desplazar a la procuradora Alejandra Gils Carbó y poner un fiscal controlable, de los que ya había varios anotados. O la de los radicales que se dicen herederos de la Reforma Universitaria, como Mario Barletta, que esta semana en el debate del Presupuesto 2017 defendió a capa y espada en la Cámara de Diputados el fuerte ajuste en el presupuesto para las universidades. Son contradicciones a veces, desubiques otras, pero en conjunto aparecen como una gran estafa.
Del otro lado también se producen confusiones. El exabrupto del senador Pichetto removió pasiones dentro del peronismo entre el sectarismo de los que quieren echar a todos los impuros y el superpragmatismo de los que están dispuestos a aceptar de todo. Son extremos que contradicen la construcción de una democracia solidaria. Pero al mismo tiempo plantean un antagonismo en el que es muy difícil discernir cuál es el marco de amplitud y quién tiene autoridad para poner sus límites. La derecha no tiene ese problema porque el discurso progre los encubre. Pero no pasa lo mismo cuando surge un discurso excluyente y discriminador en el movimiento popular, y mucho menos cuando la derecha pugna por asentar ese discurso en las clases populares. El voto creciente de los partidos xenófobos europeos, no proviene de la derecha sino de los viejos votos obreros y de clase media que antes optaban por la socialdemocracia. Fue el gran triunfo de la derecha neoliberal europea cuando la socialdemocracia abandonó las viejas banderas que habían levantado el Estado de bienestar.
Las de Pichetto fueron declaraciones, nada más, pero constituyen un esbozo del peronismo que quiere este sistema representado por el macrismo.
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