viernes 11 de noviembre de 2016
Momento histórico
Por JUAN MANUEL KARG *
Este artículo surge a partir de la conmoción mundial en relación al triunfo de Donald Trump en EE.UU. Pretendemos abordar algunos puntos para tener una lectura geopolítica de un hecho que marca un antes y un después en el escenario global.
a) La población no vota sobre las expectivas del escenario internacional. Se valora el escenario interno, independientemente de las tergiversaciones que sobre ese plano puedan crear medios de comunicación y redes sociales. Los grandes conglomerados mediáticos del mundo, al igual que el sistema financiero internacional, esperaban otro resultado: el triunfo de Hillary Clinton. Lo mismo que sucedió en Colombia y en Gran Bretaña, con el plebiscito por la paz y el Brexit, respectivamente.
b) Trump ganó el voto de la clase obrera industrial, hablando contra los TLC. Este elemento fue el menos considerado por la mass media internacional: detrás del pirotécnico xenófobo también había un candidato que se dirigía a un sector desencantado por el "fin del sueño américano", tras la crisis iniciada en 2008. No fue demasiado creativo: usó el mismo slogan que la dupla Reagan-Bush en 1980: "make America great again", lo que también coincide con una visión de la inserción global de EE.UU. Pero así ganó en estados clave como Florida y Carolina del Norte, e industriales como Ohio, que incidieron en el resultado final. Tuvo una contundente votación en el interior del país, a contramano de los grandes centros urbanos que le dieron la espalda conociendo sus exabruptos.
c) Hay un debilitamiento de EE.UU. en el plano internacional. Trump ganó cuestionando el Nafta, acuerdo comercial firmado por Bill Clinton en 1994, junto a México y Canadá. También mostrándose contrario al TPP (Acuerdo Transpacífico) que Obama motorizó en detrimento de China. Su perspectiva, al menos discursiva, fue aislacionista. Estas dos variables pueden explicar la tranquilidad de Moscú y Beijing ante el nuevo escenario abierto, que confirma el debilitamiento del hegemón en declive. Rusia espera un debilitamiento de la estrategia intervencionista de EE.UU.: lee que la población le pidió a Trump que mire fronteras adentro y abandone aventuras como Libia y Siria, patrocinadas por la ex secretaria de Estado derrotada en las urnas.
d) América latina espera con incertidumbre. En nuestra región, algunas cancillerías –no particularmente las de gobiernos progresistas o de izquierda– jugaron todas sus fichas a un hipotético triunfo de Clinton. Hicieron lo que pedían las instituciones, la mass media y el sistema financiero internacional. También son perdedores en la contienda: llegaron tarde y se jugaron a fondo, algo que suele cobrarse (no en términos económicos, sino políticos). Un error garrafal en la diplomacia, que no es bueno naturalizar. Una de las incertidumbres reside en la normalización diplomática que Washington planificaba con La Habana bajo la capitanía del propio Obama: ¿qué sucederá con ese proceso?, ¿se amesetará?
e) Hay que volver a interpretar el escenario internacional. La elección de Trump abre paso a una lectura: detrás de los colapsos institucionales que se verifican en la Unión Europea y los EE.UU., la salida –parcial– parece venir de outsiders conservadores. Hay un déficit indudable en los contrapuntos, al menos electoralmente: a Corbyn no lo benefició el Brexit (aunque volvió a ganar la interna de su partido, con comodidad), a Podemos no lo benefició la elección 2016 en España (aunque el voto implícito del PSOE al gobierno de Rajoy lo para como única alternativa real), y las proyecciones de Melenchon en Francia de cara a las presidenciales 2017 parecen ser limitadas. Ni que hablar de Sanders, que tras una elección interna descomunal tuvo que dejar que Clinton sea quien enfrente al pirotécnico Trump, por la elección de los "superdelegados" (en detrimento de gran parte de la base demócrata, que acompañó con entusiasmo su intento de "revolución política").
La "derecha" parece interpretar mejor que la "izquierda" la actual oleada, nutriéndose de lugares comunes y miedos (¿acaso el debate sobre los refugiados en la UE, donde Francisco tiene la posición más progresista contra los muros, es muy diferente a los exabruptos de Trump sobre México?) y también de ventajas objetivas (mayores recursos y pragmatismo). La tarea de las fuerzas nacional-populares, progresistas y de la izquierda de la región es interpretar el momento histórico que se abre tras esta elección, y proporcionar los mecanismos para hacer competitivas a las opciones que se proponen un orden alternativo, sin renunciar a las banderas de justicia social.
* Politólogo UBA / Analista Internacional / Investigador CCC.
Chivos expiatorios
Por MARIO TOER *
Y de repente ganó Donald Trump. Debo decir que no me sorprende, a pesar que confieso que me dejé llevar, como en otras oportunidades, por la magia indolora de las encuestas. Como me ocurrió con el plebiscito colombiano, a pesar de lo que decían los taxistas y de la largura de la indolencia de las calles bogotanas. El resultado lleva a que se escuche con más insistencia: se viene la noche de las derechas, como en los años '30. Y sí, hay un parecido. Pero con diferencias de importancia. Las derechas de los '30 prometían recomponer largas injusticias y recuperar la honra de los derrotados en la Primera Guerra. Y con un alto costo disputaron la primacía del planeta. Las actuales también quieren recuperar fábricas que ya no están y encuentran culpables que ocupan lugares de trabajo. Pero como ya ha ocurrido, repiten una historia con aires farsescos. Los de ahora no tienen grandes poderes a los que enfrentar, que no sea los amagues de su propia sombra. Hablamos de la principal potencia y sus guerras vienen siendo trágicos embates contra enemigos que tuvieron su consentimiento y hasta su paternidad, algunos lustros atrás. Los mexicanos o salvadoreños difícilmente puedan ser asociados con una conspiración mundial que pretende recuperar California. De allí que los Trump, Le Pen, Uribe o cualquier feligrés de las campañas anti política (al estilo de las que cultiva el asesor ecuatoriano en nuestro medio) difícilmente puedan componer un Eje que pretenda ajustar cuentas por doquier. Para colmo de sus pesares, las lógicas de la economía indican que no pueden llegar muy lejos y es difícil que veamos un Detroit resurgente. Ni tampoco que seduzcan a grandes mayorías en forma duradera. No es por subestimar a nadie pero más fácil será preguntarse si podrán aspirar a un segundo mandato. Como ocurre por nuestro terruño. Que un personaje siniestro puede provocar desgracias, lo sabemos. Puede pasar. Pero hasta para eso hay que tener una base de sustentación más o menos sólida. Todo parece indicar que la perseverancia de la crisis que estamos viviendo está produciendo desajustes y confrontaciones que expresan las dificultades para unificar un discurso y recuperar cierta estabilidad. ¿Alguien puede suponer que la Rubia Albión recuperará su gloria después del Brexit? De lo que nos enteramos es que buena parte de quienes lo sostuvieron ya se han arrepentido. Y no nos olvidemos que quien perdió en EE.UU. fue el establishment… que no por ello va a dejar de encontrar la manera de seguir en el puesto de mando. Es sugerente, sin duda, que haya ganado el candidato que era rechazado por los grandes medios. Todo un tema para los comunicólogos, que tiene que ver con aquello que nadie puede instalar una mentira entre los que no están dispuestos a darle cabida. Tampoco olvidemos a los que no votaron y sobre todo a los que siguieron a Bernie Sanders, que le pisó los talones a Hillary en las internas demócratas con verdades como no se habían escuchado en la escena política norteamericana, en la misma línea de quienes permitieron que Jeremy Corbyn alcanzara el liderazgo del Labour Party en el Reino Unido, convocando en ambos casos a millares que regresaron a la política tras mucho tiempo de escepticismo. Y entonces ¿de qué se trata? Más allá de los recalcitrantes, que componen el fascismo de pura cepa, no cabe duda que hay mucha gente que está cansada del establishment y sus administradores y busca encontrar una voz que lo cuestione. Tienen especialistas que atizan la reacción contra "los políticos" y claman contra la corrupción (como si no fueran los inventores). Cuentan con recursos suficientes para poner al chivo expiatorio que mejor convenga en la escena. Y en eso sí hay parecidos con los '30. ¿Puede esta vez ser duradera la artimaña? Nadie puede decir que no. Pero en este caso, es difícil. Ni los mexicanos ni los migrantes de medio oriente pueden aparecer como una amenaza implacable y poderosa. Quienes claman por la clemencia y la razonabilidad tienen identidad y variados ecos. Y lo que tampoco es menor es que el desprestigio de la evidente grosería de estos liderazgos ya tiene envergadura como para el no retorno en muy amplios sectores de la población. Sin ir más lejos, en nuestra América latina. Y hasta más, podemos decir, que buena parte de los indiferentes van a tener que conmoverse por los acontecimientos por venir. Como siempre, es un territorio en disputa. Hay que prepararse para la pelea, sin regalar espacios. Tienen recursos y algo siempre pueden inventar. Nosotros podemos ser más.
* Profesor consulto de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA).
MACRI FELICITÓ AL PRESIDENTE ELECTO Y DIJO QUE
LA ARGENTINA TIENE "LA MEJOR PREDISPOSICIÓN".
Un Trumpolín para acercarse a EE.UU.
Tras haber respaldado a Hillary Clinton, el mandatario argentino ya empezó su giro discursivo. Dijo que con el nuevo gobierno buscará continuar la "relación constructiva y madura" que mantiene con la gestión de Barack Obama.
El presidente Mauricio Macri ya comenzó a reposicionarse luego de haber dado un paso en falso al respaldar abiertamente a Hillary Clinton como candidata a presidenta de Estados Unidos. En sus primeras declaraciones públicas luego del triunfo de Donald Trump (más allá de un mensaje de rigor difundo el miércoles por las redes sociales), Macri dijo que espera "seguir trabajando" con el nuevo presidente estadounidense en la relación "constructiva y madura" que mantenía con la gestión de Barack Obama. "Lo que queremos todos es que las comunidades se relacionen mejor para el progreso de ambos países", afirmó el mandatario argentino, quien reconoció que aún no tuvo contacto con las autoridades electas. Por lo pronto, la canciller Susana Malcorra, quien también había expresado su favoritismo por Hillary, está a cargo de construir un vínculo con el líder republicano.
Tras encabezar la inauguración de una obra vial en el partido bonaerense de Luján, Macri mantuvo un breve diálogo con la prensa en el que buscó bajar el tono al traspié diplomático que protagonizó en los últimos días. Remarcó que "el mundo entero está sorprendido" con el triunfo de Trump "porque las encuestas una vez más fallaron y la mayoría daba que iba a ganar la candidata Hillary Clinton". "Vamos con la mejor predisposición, esperamos que los programas que hemos lanzado van a ser positivamente continuados", agregó el líder de Cambiemos.
En este contexto, el jefe de Estado argentino aprovechó para lanzar uno de sus habituales giros humorísticos. Recordó que conoció a Trump en sus tiempos de juventud y que, incluso, jugó al golf con él: "Lo tengo medio abandonado al golf pero tal vez él también y seguimos siendo parejos", señaló ante la pregunta por un eventual encuentro con el magnate norteamericano. En tanto, cuando le recordaron que el presidente electo habría calificado de "inexperto" a su padre, Franco Macri, tiempo atrás, el jefe de Estado aclaró: "Bueno, hay una primera oportunidad que había tenido mi padre en Estados Unidos haciendo un negocio inmobiliario, que era su primera experiencia, si en términos de inexperto se refiere".
Más serios, otros funcionarios del gobierno nacional se mostraron prudentes ante los cambios en la economía internacional que podría introducir Trump. Confiaron en que la economía argentina no se verá afectada y señalaron que Macri prefiere "esperar" a ver "qué de todo lo que prometió en campaña cumplirá" Trump cuando asuma en el gobierno el próximo 20 de enero.
"Totalmente chiflado"
Hace apenas un año, poco antes de convertirse en presidente de los argentinos, Mauricio Macri se lució en una entrevista exponiendo su visión sobre la política norteamericana. "Yo tenía 24 años, negocié con ese tipo que ahora es candidato a presidente totalmente chiflado", dijo Macri sobre el momento en el que conoció a Donald Trump, flamante presidente electo del país más poderoso del mundo. Además de describirlo como un loco, de decir que compartió "millones de horas" con él por cuestiones de negocios y que es un "tipo muy show off, muy exhibicionista", Macri brindó su aguda perspectiva sobre la elección que finalmente se definió en favor del republicano: "Hillary tiene suerte" de tenerlo como contrincante porque Trump "no puede ganar una elección". "Sus posiciones son muy extremas, puede ganar una interna, tal vez", remató.
CRISTINA KIRCHNER INAUGURÓ LA CARRERA DE
ECONOMÍA DE LA UNIVERSIDAD JAURETCHE
"El mundo está abandonando las políticas neoliberales"
La ex presidenta habló en un auditorio pero desde la calle, a través de una pantalla gigante, fue seguida por una multitud. Se refirió a las elecciones en Estados Unidos y criticó el rumbo económico del Gobierno.
La ex presidenta Cristina Kirchner saludó a las columnas de militantes que se
apostaron sobre avenida Calchaquí.
"El mundo está abandonando el neoliberalismo, girando hacia políticas más proteccionistas y este gobierno está llegando tarde", sostuvo ayer la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner al inaugurar en Florencio Varela la carrera de Economía de la Universidad Arturo Jauretche (UNaJ), una de las 17 universidades públicas creadas durante sus dos mandatos. En un acto que tuvo mucho de disertación sobre economía internacional y otro tanto de política doméstica – no faltó el escenario de magnitud, el mar de banderas de la militancia ni la presencia de intendentes del peronismo – Cristina Kirchner se explayó sobre el triunfo de Trump, al que calificó como el emergente "de una crisis de representatividad política" y aseguró que el modelo de Cambiemos "nos hace más vulnerables a los vendavales económicos externos".
"El libremercado no existe. La economía la dirige el Estado siempre, lo único que cambia es que lo puede hacer a favor de las mayorías o manejado por las corporaciones", definió dentro del auditorio principal de la UNaJ, donde la acompañaron los intendentes de Florencio Varela, Julio Pereyra, y de Berazategui, Patricio Mussi, además del rector Ernesto Villanueva y el ex viceministro de Economía Emmanuel Álvarez Agis, director de la flamante carrera.
Trump
"Que nadie se confunda. En Estados Unidos no ganó el Partido Republicano. Ganó alguien que emergió de la crisis de representación política desatada a partir de la aplicación de las políticas económicas neoliberales del Consenso de Washington", fue la caracterización que dejó CFK al auditorio sobre los resultados del martes en el país del norte. "No hubo un voto racista, no caigamos en los estereotipos", pidió en relación a las expresiones misóginas y xenófobas vertidas por Trump durante la campaña, "sino que los americanos votaron principalmente romper con un modelo económico que les quitó el trabajo y la casa". "Si después cumple o no, se verá, pero eso es lo que prometió: devolverles el trabajo", reflexionó luego sobre la elección del magnate.
Detroit
"El mundo y las economías centrales están abandonando las políticas neoliberales", aseguró Cristina, sumergida ya en un análisis de corte teórico sobre la economía a nivel global. Pese a que llevaba 40 minutos ininterrumpidos de charla, no volaba una mosca. La elección de Trump y variables como el Brexit, dijo, habla de que las potencias "avanzan hacia un proteccionismo más profundo del que siempre tuvieron".
"El libremercado, esa palabra que puede sonar tan linda, no existe. A la economía la dirige el Estado en favor de las mayorías o la dirigen las corporaciones", definió. "El problema es cuando se concentra la riqueza cada vez más", dijo y puso como ejemplo que en Detroit, ciudad clásica del capitalismo industrial del siglo pasado y ejemplo de los efectos de la hegemonía financiera, "el 30 por ciento de los edificios están deshabitados fruto de los desalojados desde la crisis del 2008". "Detroit era de los demócratas", completó.
Alpargatas
A ese nuevo contexto "proteccionista", advirtió más tarde CFK, el modelo macrista de "apertura de importaciones y depresión del consumo está llegando tarde". "No se dan cuenta que no hay inversiones sin consumo y sin trabajo", dijo.
Como parte de la crítica al modelo económico de Cambiemos, Cristina Kirchner apeló a las vacaciones forzadas que la empresa Alpargatas – cuya fábrica está situada también en Varela – decretó para sus trabajadores, luego de decidir paralizar la producción a partir del mes que viene. "Bajó un 8,6 por ciento la producción industrial sólo en este municipio", señaló CFK. "Voy a insistir con la misma pregunta siempre, ¿Cómo estabas antes y cómo está ahora? El odio no te paga la cuenta en el supermercado ni la boleta con el tarifazo".
Jauretche
La ex presidenta habló desde uno de los auditorios de la UNaJ, adornado con extenso mural estilo Carpani que retrata 100 años de historia argentina, y su discurso fue reproducido por una pantalla gigante apostada de cara a la Avenida Calchaquí, donde se ubicaron las columnas de La Cámpora, Nuevo Encuentro, Kolina y Peronismo Militante. Adentro la recibieron Pereyra, Mussi, Villanueva, Álvarez Agis y un centenar de estudiantes y docentes. "Me decidí a estudiar economía el día que a mi viejo le redujeron un 15 por ciento el sueldo durante el gobierno de De la Rúa, que decía que el ajuste era el único camino posible para la Argentina", dijo el ex viceministro de Economía, que prometió que la carrera que dirigirá "hará honor al nombre de esta casa de estudios". Villanueva, por su parte, destacó que el año próximo ingresarán 9440 alumnos "primera generación de universitarios en su familia" aunque se mostró preocupado por la situación financiera de las universidades a partir de los tarifazos.
Inmigrantes
"El problema no es el inmigrante, es el neoliberalismo", dijo CFK en referencia indirecta a los dichos del jefe del bloque de senadores del FpV, Miguel Pichetto. "Cómo se va a cuestionar la igualdad en la Constitución. No hay que ser ni peronista para entenderlo; ya Alfonsín citaba el preámbulo" agregó y llamó a "erradicar desde el pensamiento crítico, cultivado en las universidades como éstas, esos conceptos culturales falsos arraigados en la sociedad".
OPINIÓN
El día que conocí a Néstor
Por Pablo Ramos *
No andaba bien por esos días. Imaginen. No salía de mi asombro. Como le pasaba a la mitad de los argentinos, miraba a los demás en la calle, de uno en uno los miraba y me preguntaba, "¿pato o gallareta?" y no encontraba la certeza de una respuesta ciento por ciento segura. Así andaba, hasta que en un momento tuve que suspender el juego porque me estaba poniendo paranoico.
Iban apenas cinco meses de haber perdido las elecciones y aún me pasaba que al encontrarme con gente que no veía desde antes de votar, el tema era inevitable. Repetíamos las mismas puteadas y revivíamos el dolor. De tan repetido el sermón, el discurso ya me sonaba a letanía. Las mismas conjeturas, las mismas teorías conspiratorias sin decir nombres y con más corazón que sapiencia. Algunos de los clásicos de esos días eran: el supuesto poco apoyo de Cristina a Scioli, la idea de que votando a Lousteau hubiésemos frenado a Macri de antemano, la idea de que la injuria sobre Aníbal Fernández vino de adentro, etc., etc., etc. Teorías de todo tipo y de cualquier tipo, aunque esos tipos (en los que me incluyo) siempre eran compañeros queridos, gente que, como yo, tocamos la política de oído, con más corazón que cautela, con menos pasta de estadista que Tabaré Vázquez.
Pero el dolor era real y en cada encuentro renacía, se revivía y parecía no tener fin. Porque todos, sin excepción,sabíamos la que se venía, y lo rápido que se venía la que se venía. Lo que más se oída era: "Lo que me duele es el país que le dejamos servido en bandeja" una frase que hoy suena a hecha, pero que sigue siendo verdad, cuando no llegamos al año del Cuchu (así le pusimos a MM con mis hijos, por el Cambiazo, ¿vio?) y ya casi parece un siglo; y no precisamente el siglo de las luces. Más bien de la luz mejor ni hablar.
Es que voy a otra cosa, voy a algo que no escribí en su momento por falta de tiempo nada más. La crisis se nos vino encima, o sea, se fabricó una crisis donde no la había, o donde era ignorada que es prácticamente lo mismo. Al fin y al cabo, creo, es todo una cuestión maniqueista. La economía es dos más dos, el resto es verso y cuestión de dónde se pone la fe. ¿Recuerdan el invento ese del "riesgo país"? Acá se le sacó al pueblo para pagarle a los buitres, al campo, a los empresarios supermercadistas. ¿Cuánta plata levantaron con los aumentos de productos ya adquiridos? Justificando todo en la pesada herencia se devaluó a lo loco, se dio un tarifazo digno de Groucho Marx, se atropellaron las instituciones, y se denigró cada cosa que recordara que hubo una vez un hombre que se propuso y que logró levantar el autoestima del pueblo argentino. Los ejemplos son tantos y tan conocidos que no voy a repetirlos acá. Solamente los voy a representar con la imagen más terrible que me quedó grabada en la memoria. En el CCK, el mismo lugar donde vi un concierto de Danilo Pérez gratuito y escuché de boca del gran pianista y director de la escuela de Berkley "me voy envidiando este lugar que tienen", en ese mismo lugar le hicieron una comida a Obama y la Mora Godoy lo sacó a bailar al estilo Rodolfo Valentino en una escena que le hubiera quedado bien al careta del tío Tom si bailara con Catita.
El tema es que en medio de todas esas cuestiones me gano un Martín Fierro y se lo dedico a ella, "a nuestra presidenta Cristina Fernández", digo "de todo corazón" porque no pretendí molestar a nadie, solo dedicar y compartir un logro con la persona que más amparó a las personas que más quiero. Y fue entonces que mi amigo Juan Cabandié me llamo por celular, y me dijo que fuera, que querían conocerme.
–¿A dónde voy?
–Al congreso boludo
–¿Y quién quiere conocerme?
–Máximo, venite
–Estoy con mi hija Antonia, mal vestido sin chance de mejorar
–Jeje, venite con la nena.
Y fui. Esperé a Juan y dimos la vuelta desde su despacho al congreso mismo. Entramos. Yo no había almorzado y Antonia tampoco y los compañeros pasaban con empanadas y demás y uno se avivó y me calentó cuatro en el microondas. Las calentó tanto que casi voy al hospital. El corazón me latía y no podía compartirlo con Antonia porque ella apenas tiene dos años y medio aunque ya hace la V, porque las cosas importantes en mi familia se aprenden de chiquito.
Esperé, digo, y apareció Máximo. Altísimo, ancho pero de aspecto vulnerable, con un ternura a flor de piel. Cerraron la puerta y nos quedamos los cuatro. Antonia, Juan, Máximo y yo. No recuerdo bien que dije pero no importa mucho. Algo hablé, escuché, sobre todo dejé hablar a los otros, a Máximo y a Juan. Antonia me preguntaba quién era, y tampoco podía decirle más que "un amigo, mi amor, en un ratito vamos a casa"
Quedé encantado con el análisis político que hizo Máximo. Con un lenguaje casero que usó para tocar puntos cruciales.Ordenó e hilvanó el discurso de la manera que lo hace su madre, aunque con más serenidad, con un aplomo que me pareció una virtud propia. El tipo hablaba y yo me calmaba, me serenaba, me sentía bien. En un momento me di cuenta de porqué me sentía bien, y es sencillamente lo pensé: Esperá Pablo, esperá Antonia, este pibe va a ser presidente, este pibe tiene el destino ligado a la celeste y blanca, por eso debe ser de Racing, son los colores.
Y fue entonces que mi hija pidió pis, y que él hizo lo que hizo, se levantó con la torpeza propia de los grandotes y se dio la rodilla contra la mesa. Creo que le dolió, pero no dijo nada. Me indicó el baño, llevé a mi hija y volví.
Me preparé a despedirme, digo me preparé porque de ser por él hubiésemos seguido ahí. Y entonces lo dije:
–Gracias por recibirme, Néstor –dije.
Me di cuenta del fallido, levanté la mirada: los ojos de Máximo se habían puesto vidriosos.
–Perdón
–No hay problema –dijo él
Yo estaba comisionado y con pudor de que se me notase mucho.
–En mi familia nadie puede nombrar a tu viejo sin que se le llenen los ojos de lágrimas –dije.
Luego le di la mano, un abrazo, Juan nos sacó una foto. Me prometió comer un asado, ir a verme a un concierto de mi banda, presentarme a su madre. Aún no se repitió el encuentro, pero eso importa poco, lo que más me importa es lo que no me prometió: ojala algún día sea presidente de los argentinos.
Oj-Alá (Dios quiera).
* Poeta, músico y narrador. Premio Fondo Nacional de las Artes y Casa de las Américas.
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