lunes 16 de mayo de 2016
GUARDA EL HILO
LAS IMPORTACIONES DE PRENDAS DE VESTIR TREPARON 33
POR CIENTO EN EL PRIMER TRIMESTRE
Las pymes textiles tiemblan ante el aluvión
Los fabricantes de ropa vieron caer sus ventas a las marcas y los retails un 30 por ciento, mientras que estos últimos incrementaron sus importaciones de prendas un 33 por ciento. Esa tendencia hace peligrar miles de pequeñas firmas.
Los supermercados y las casas de ropa incrementaron las importaciones hasta cerca de 100 por ciento.
Por Javier Lewkowicz
Los fabricantes de ropa enfrentan una situación complicada: mientras sus ventas a las marcas y los retails bajaron un 30 por ciento en promedio y en varios casos el 70 o el 80 por ciento, las importaciones de aquellas firmas en el primer trimestre subieron en promedio un 33 por ciento en dólares. El grupo Vesubio, licenciatario de las marcas Lacoste, Cacharel y Penguin, incrementó sus importaciones 47 por ciento en kilos y 44 por ciento en dólares; Vf Jeanwear, que comercializa prendas UFO, Wrangler y Penguin, trepó 98 por ciento en dólares y 99 por ciento en cantidades; Falabella, el principal importador de ropa, subió 6 por ciento en dólares y 10 por ciento en toneladas; el supermercado Wal-Mart incrementó sus compras de ropa 55 por ciento en kilos y 73 por ciento en dólares, mientras que Adidas lo hizo en un 82 por ciento en cantidades y 97 por ciento en dólares. Por su parte, la empresa Zara subió sus compras al exterior un 95 por ciento en kilos y 51 por ciento en dólares. El resultado es una retracción de la participación de la industria local en el mercado y un riesgo de desaparición de miles de pymes si los números actuales se transforman en una tendencia sostenida. El flujo de importaciones responde a la aprobación en diciembre de una enorme cantidad de pedidos de importación, que permitió a las firmas stockearse para el primer semestre.
El Gobierno apenas asumió adoptó una decisión muy fuerte que pasó casi inadvertida. Las autoridades de la Secretaría de Comercio, encabezada por Miguel Braun, aprobaron unas 35 mil declaraciones juradas de importación que habían quedado acumuladas sobre el final de la gestión anterior. En algunos casos eran incluso solicitudes que habían cursado por duplicado o triplicado como modo de insistencia y en un contexto económico que ofrecía perspectivas de corto plazo más ventajosas de que las que se observan en estos meses. Las puertas se abrieron de par en par y eso les permitió a las empresas no sólo acumular stocks por seis meses sino también hacerse la idea de que para lo que viene el modelo será la liberalización comercial.
Según un informe interno de la Fundación Protejer al que accedió Página/12, las importaciones en el primer trimestre de la cadena textil y confecciones alcanzaron 57 mil toneladas por un valor de 329 millones de dólares, un aumento del 6,6 por ciento en peso y del 5 por ciento en dólares en la comparación con el mismo período de 2015. Desde la entidad están cerrando los números de abril y la primera semana de mayo y la tendencia es la misma, de un fuerte incremento en las compras al exterior. El incremento de las importaciones de prendas de vestir fue muy superior al promedio, del 33 por ciento en dólares y del 19 por ciento en toneladas. Se trata del segmento productivo más sensible porque es mano de obra intensiva, muy expuesto a la competencia asiática. Su desarticulación equivale a desempleo. En hilados, el avance de las importaciones fue de 10 por ciento en dólares y 31 por ciento en toneladas, mientras que en tejidos planos, de 14 por ciento en dólares y del 20 por ciento en kilos. El comportamiento opuesto se verifica en tejidos de punto, con una merma de 22 por ciento a raíz del fuerte operativo de control sobre este producto usualmente utilizado para el contrabando vía Aduana.
Las importaciones textiles provenientes desde China crecieron 8,1 por ciento en dólares y llegaron a una participación del 43 por ciento del total adquirido al exterior. En segundo lugar está Brasil, que bajó su nivel en dólares un 4,3 por ciento a pesar de que medida en kilos la compra de textiles al país vecino avanzó 8,1 por ciento. Esa fuerte disparidad en el caso brasileño se explica por la rebaja de los precios de importación, ya que la crisis económica hizo que las firmas de ese país acumulen stocks y traten de desprenderse de la mercadería a precio de remate. En tanto, las importaciones desde Indonesia crecieron un 53 por ciento en toneladas y un 29 por ciento medidas en dólares.
El crecimiento de las importaciones se verifica en un contexto macroeconómico muy particular. La escalada inflacionaria, la falta de medidas de compensación y las paritarias que todavía no permitieron recomponer el salario (y probablemente no lleguen a hacerlo en el resto del año) produjeron una fuerte caída de las ventas. En los supermercados, que venden productos relativamente básicos, la baja es del 7 por ciento, que se agudiza a medidas que los artículos son menos imprescindibles. El propio Indec en febrero contabilizó que las ventas en los centros de compra crecieron en términos nominales un 28 por ciento, lo que supone una caída en términos reales superior al 10 por ciento. Más específicamente, las ventas de indumentaria bajaron entre un 15 y un 30 por ciento en la comparación anual.
En ese contexto de retracción de las ventas, el incremento de las importaciones textiles potenció la caída para la producción nacional del sector. Protejer calcula una caída del nivel de actividad textil del orden del 25 por ciento, con casos más complicados que presentan mermas que van desde el 30 al 80 por ciento debido a que las marcas y las empresas de retails cortaron con las órdenes de compra a los industriales nacionales.
El flujo de importaciones responde a la aprobación de DJAI y no a los nuevos pedidos que se cursan a través de las Licencias No Automáticas. Es decir que luego de la apertura que se realizó en diciembre, el Gobierno controló más de cerca el ingreso de textiles importados. El termómetro para lo que sigue se podrá medir a partir de junio, cuando las DJAI hayan vencido (tienen seis meses de vigencia) y todas las importaciones se cursen a través de las LNA. En términos laborales, en el sector no hay despidos pero sí una importante ola de suspensiones, con el caso más visible de la principal firma textil, TN Platex en La Rioja, que este diario informó la semana pasada.
La Federación Económica de Mendoza (FEM) aseguró ayer que la suba en los costos de energía y combustible, además del ingreso de mercaderías importadas, afectaron “fuerte a productores” por lo que había “cultivos de pera abandonados en el Valle de Uco”, de forma tal que se “sigue acentuando” la “crisis de las economías regionales”. Mediante un comunicado, la FEM señaló además que “ya hay productores en quiebra y se está complicando sostener el empleo en la mayoría de las producciones agropecuarias del país”. “A los costos en alza, la fuerte caída en la demanda, la sobre oferta en el mercado, la falta de financiamiento, la excesiva presión fiscal y las dificultades para colocar los productos en el mundo que vienen sufriendo los productores se sumaron en estas semanas los mayores ingresos de mercadería importada en algunos sectores, la multiplicación de las tarifas energéticas, las subas en los combustibles y las desavenencias climáticas en diversas zonas que generan pérdidas millonarias e irrecuperables”, añadió.
ENCADENAMIENTOS PRODUCTIVOS AMENAZADOS POR LA
IMPORTACIÓN
Hay temporal y abren la ventana
El entramado productivo constituido principalmente por pymes y capitales nacionales empieza a sentir los efectos de la apertura importadora. La industria química de Córdoba es un alerta temprana de los riesgos para la producción y el empleo.
La industria sufre el embate de una agresiva política importadora, junto a la caída de la demanda interna.
Por Raúl Dellatorre
Una industria química en Córdoba debió suspender la producción por la reapertura de las importaciones para productos que compiten con el suyo. La fábrica que fabrica el insumo básico para la producción de la primera también paró la planta tras la decisión de aquella, porque no tiene dónde colocar el que ya no le demanda la anterior. Ambas, a su vez, importantes industrias en su zona, trabajan con unas 50 a 60 pymes en forma permanente, tanto porque son proveedores de insumos o porque prestan servicios de logística y mantenimiento. También estas firmas están viendo peligrar su estabilidad. En una ciudad de menos de 50 mil habitantes, la ocurrencia de esta cadena de acontecimientos puede poner en crisis a todo un pueblo o región, e incluso terminar convirtiéndola en una ciudad fantasma, producto del éxodo y la depresión. Los primeros pasos de este proceso ya empezaron a suceder en algunos lugares del interior del país, a la sombra de la devaluación, reapertura de importaciones, encarecimiento del crédito y caída de la demanda interna, entre otras medidas que afectan en forma directa el mantenimiento del encadenamiento productivo y la preservación de las fuentes laborales.
Veamos un caso. La ciudad de Río Tercero, en la provincia de Córdoba, está ubicada unos cien kilómetros al sur de Córdoba Capital, en una zona agrícola ganadera productora fundamentalmente de maní y soja, que sin embargo logró desarrollar un polo químico y petroquímico que es referencia en algunos aspectos a nivel sudamericano. Atanor, Fábrica Militar, Petroquímica Río Tercero, Industrias Químicas Pamcor, Frío Industrias Argentinas (Fiasa), Buffon (fertilizantes), son algunas de las firmas localizadas allí. Como algunas de ellas son proveedoras de insumos químicos utilizados en forma intensiva en el proceso industrial de otra de ellas, se interconectan por tuberías subterráneas por las cuales se transfieren el producto de una de ellas directamente al proceso de producción de la planta vecina. Los procesos de producción, así, ganan en eficiencia por proximidad y complementariedad.
En torno a estas plantas, se ha desarrollado toda una serie de emprendimientos de firmas proveedoras de insumos o de servicios, habitualmente pymes, que han crecido al amparo de la consolidación de este polo industrial. Son más de medio centenar de empresas que prestan servicios de montaje y reparación en las plantas, firmas de transporte de productos o de personal, servicios de catering para el almuerzo de los trabajadores, proveedores de insumos industriales o de oficinas, etc. Además de lo que representa para el comercio local el movimiento de personal que significa la existencia del polo industrial.
En la última semana de abril, la empresa Petroquímica Río Tercero anunció que paralizaría por dos meses la producción de su planta principal, donde se elabora el disocianato de tolueno, TDI, materia prima básica para la fabricación del poliuretano (gomaespuma). Como consecuencia, anticipaba además que suspendería a 61 de los 80 empleados que trabajan en la producción de TDI por el período de cierre de la planta, durante el cual el personal afectado percibirá el 75 por ciento de su sueldo. Además, le informó a las empresas pyme locales que actúan como contratistas dentro de la planta, que de las 60 personas que trabajaban normalmente, sólo quedarán 30. Estas medidas se hicieron efectivas a partir de la primera semana de mayo. Según explicaron voceros de la empresa, la razón de la drástica resolución fue la autorización de importación de tolueno de origen chino, por un volumen de 3000 toneladas, que equivalen a tres meses de producción de la planta de Petroquímica R III.
Fábrica Militar, complejo estatal instalado en el mismo polo industrial, le provee a R III el ácido nítrico, componente básico en la producción de TDI. Ochenta de sus cien toneladas de producción diaria de nítrico es bombeado hacia la planta de TDI en tiempos de producción, pero ahora los pedidos para mayo y junio han sido suspendidos. Por el momento, la medida que tomó FM ha sido adelantar la parada anual de mantenimiento de la planta. Esto evitará daños mayores, pero no será gratuito. La parada resentirá la actividad de otros sectores de servicio externo que contrata FM cuando la planta está en funcionamiento.
Petroquímica Río Tercero y Fábrica Militar son los dos principales empleadores de la región (el tercero es Atanor). El impacto que provocó la importación era previsible, en tanto se conoce la agresiva política comercial que viene desarrollando la industria química de China, India y Corea del Sur para desplazar a la competencia en un mercado mundial que se ha reducido. Existen antecedentes cercanos, puesto que la oferta china ya había logrado quitarle el mercado brasileño a Petroquímica Río III recientemente, quitándole ahora, en consecuencia, la vía externa como alternativa de salida al producto. La planta de Río III es la única productora de TDI en Sudamérica, refirieron en la compañía. El año pasado, el TDI de origen chino había hecho una incursión importante en el mercado local, pero ante la demanda de la industria local fue interrumpida con medidas de restricción aplicadas desde la Secretaría de Comercio. Este año, tras la “apertura del cepo” se autorizó la importación, con las consecuencias que ahora se empiezan a ver.
Por otra parte, en términos de precios competitivos, la devaluación no ha resultado la política más eficaz para detener el ingreso de productos a precios de dumping (por debajo de su costo para ganar mercado), cuando además los costos internos de producción se han encarecido por los aumentos provocados por la propia devaluación. Fuentes de la industria informaron a Página/12 que, frente a un precio del TDI de Petroquímica R III de 5100 dólares la tonelada, el TDI importado está ingresando a un costo de 2200 dólares la tonelada.
El poliuretano que utiliza el TDI como materia prima se aplica no sólo en la fabricación de colchones de gomaespuma, sino que también tiene uso en la industria automotriz (relleno de asientos y del techo de las cabinas) y en mueblería, entre otros destinos. Pero prácticamente no hay rubro, entre los que constituyen el uso final del TDI, que no esté sufriendo el fuerte impacto de la caída en la demanda interna. De hecho, ya a principios de año Petroquímica Río III había ajustado sus planes de producción, bajando el plan de producción en el año a 11 mil toneladas, cuando la planta tiene una capacidad instalada de 23 mil toneladas.
El caso Río Tercero es un ejemplo de ruptura del encadenamiento productivo a través de la importación, que al dañar un eslabón intermedio termina afectando a todos los eslabones anteriores. Y a los eslabones de abajo, los usuarios del insumo sustituto importado, los hace dependientes, a futuro, del abastecimiento externo y de la disponibilidad de dólares del país. Es una alerta temprana sobre una política que empieza provocando daños puntuales en la matriz productiva pero no tarda mucho en hacer metástasis.
DENUNCIAN QUE EL GOBIERNO PREPARA 1200 CESANTÍAS EN
EL RENATEA
A pedir de los patrones rurales
El organismo creado en 2011 para controlar las condiciones laborales de los peones rurales está siendo desactivado por el macrismo y los trabajadores aseguran que habrá despidos masivos. El Registro ya dejó de presentar denuncias de explotación laboral.
Con la asunción de Macri, Gerónimo “Momo” Venegas recuperó el control del Registro.
Los trabajadores del Renatea denunciaron que el gobierno se apresta a despedir a 1200 personas de la planta permanente del organismo, creado por el kirchnerismo en 2011 para controlar las condiciones laborales de los peones rurales. Aseguran que delegados del sindicato (UPCN) les anticiparon que se quedarán sin empleo. Tras denunciar que la conducción del gremio acordó los despidos, se preparan para resistir. El organismo fue desactivado desde la llegada del macrismo a la Casa Rosada. En los últimos cinco meses, a los encargados del territorio no les asignan tareas. De hecho, la repartición dejó de presentar denuncias de explotación laboral, según confirmó el fiscal Marcelo Colombo, jefe de la Procuraduría contra la Trata y Explotación de Personas.
“A nosotros nos comunicaron que van a despedirnos nuestros delegados de UPCN Mendoza, el viernes”, contó desde esa provincia Ricardo Nasif, uno de los afectados. Desde entonces los trabajadores de la filial se declararon en alerta y permanecen dentro de la sede del edificio.
“Nos ofrecieron pagarnos seis meses de indemnización más un 20 por ciento que cínicamente llaman ‘premio’. Por supuesto, lo rechazamos, porque como trabajadores del Estado tenemos estabilidad laboral”.
El conflicto está acotado a la provincia, pero a partir de hoy podría extenderse al resto del país si en otras delegaciones confirman el denunciado acuerdo de las nuevas autoridades con la cúpula de UPCN para avanzar con las cesantías.
El desguace del organismo, específicamente en sus funciones de control, es un objetivo compartido por las patronales del campo y el titular del sindicato de peones rurales (Uatre), Gerónimo “Momo” Venegas, que tras la asunción del presidente Mauricio Macri recuperó el control del Registro.
Las nuevas autoridades del organismo, Ramón Ayala y Arnulfo Bazán, responden a Venegas, y ya concretaron una primera tanda de despidos con una intención clara: disolvieron el área dedicada a las investigaciones económicas y sociales vinculadas a la vida rural. El propio Venegas ha anunciado que “sobran” (sic) trabajadores y que deberán irse.
El Renatea fue creado por el gobierno kirchnerista como la dependencia estatal encargada de garantizar el cumplimiento de los derechos de los trabajadores agrarios a partir de la ley 26.727, sancionada en 2011. El año pasado, la Corte Suprema de Justicia hizo lugar a un recurso presentado por Venegas y declaró inconstitucionales dos artículos de esa ley, los que crearon el Renatea.
Frente al desguazamiento del organismo, sus trabajadores plantean que el resto de la ley está vigente y debe cumplirse. “Además de reclamar por nuestros puestos, le pedimos al Ministerio de Trabajo que garantice el cumplimiento de la ley de Trabajo Agrario y controle que los derechos de los trabajadores rurales sean respetados”, señaló Nasif en este sentido. “Esto significa que la cartera debe hacerse cargo de las inspecciones de trabajo, que tienen que seguirse haciendo, y de la campaña de prevención y erradicación del trabajo infantil. ¿Y cómo va a hacerlo si está despidiendo a todos los encargados de realizar esos controles en el territorio? Debemos ser reubicados dentro del ministerio, para continuar haciendo nuestro trabajo desde allí”.
En esta dirección, una delegación de los trabajadores del Renatea de Mendoza presentó una nota en la delegación que el Ministerio de Trabajo de la Nación tiene en la ciudad, exigiendo que les otorguen tareas en forma inmediata.
“Pese a nuestro reclamo, las autoridades nacionales del Renatea y los delegados provinciales han suspendido todos los operativos de control en chacras y fincas. No se realizan más jornadas de registración e inclusión de derechos en las poblaciones rurales. Se dejaron sin efecto los planes de alfabetización y capacitación, se han paralizado la investigación y las denuncias de casos de trata y explotación infantil”, denunciaron en la nota.
En los últimos tres años, el Renatea fiscalizó 1780 establecimientos rurales, registró a más de 154 mil trabajadores y a 11.700 empleadores y realizó más de mil denuncias de trata, explotación laboral e infantil, según los datos del propio Registro. Toda esta actividad está actualmente suspendida. “Desde diciembre del año pasado no hemos recibido ninguna denuncia proveniente del Renatea”, confirmó el fiscal Colombo, jefe de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas. El funcionario agregó que la Procuraduría pidió una entrevista con sus autoridades, pero que no ha obtenido respuesta.
HOMENAJE A DOMINGO BLAJAQUIS Y JUAN ZALAZAR, A 50
AÑOS DE SU ASESINATO
Memoria del compromiso militante
La militancia de base del FpV homenajeó a los sindicalistas asesinados junto a Rosendo García en 1966. “Hoy algunos quieren crear el kirchnerismo sin Cristina como algunos traidores querían el peronismo sin Perón”, dijo el intendente Jorge Ferraresi.
Blajaquis y Zalazar fueron recordados como “héroes de su clase”.
El 13 de mayo de 1966 el por entonces secretario adjunto de la UOM, Rosendo García, recibió un balazo por la espalda. El disparo provino de sus propios colegas metalúrgicos con quienes había llegado esa noche a la pizzería La Real de Avellaneda. Entre ellos estaba Augusto Timoteo Vandor, jefe de la UOM y quien pocos días después inauguraría el “participacionismo” sindical estrechándole la mano al dictador Juan Carlos Onganía. Hasta la noche de su muerte, Rosendo sumaba poder dentro de la CGT y se veía a sí mismo como futuro gobernador de la provincia de Buenos Aires. La investigación de Rodolfo Walsh sobre los hechos de aquella noche para el diario CGT de los Argentinos, plasmada luego en ¿Quién mató a Rosendo?, no descarta que la bala que le perforó el pecho haya salido del calibre 38 que portaba el creador del peronismo sin Perón. Para Walsh, Rosendo era apenas era un “simpático matón y capitalista de juego”; Vandor, un “caudillo metalúrgico replegado a los contactos militares”. Por eso, el periodista y escritor se preocupó en aclarar que dentro del capítulo del “drama del sindicalismo peronista a partir de 1955” que estaba inmortalizando “resultó asesinado alguien mucho más valioso que Rosendo”, Domingo “el Griego” Blajaquis, “un auténtico héroe de su clase”; y que “a mansalva fue matado otro hombre”, Juan Zalazar, “cuya humildad y cuya desesperanza eran tan insondables que resulta como un espejo de la clase”. Ambos eran militantes de base de la izquierda peronista y fueron recordados, 50 años después de la balacera, por la militancia de base del FpV de su Avellaneda natal.
“Los diarios de la época decían que fue un enfrentamiento entre peronistas. Pero no fue así: fue una pelea entre peronistas y traidores”, introdujo uno de los sobrevivientes de la masacre, Francisco Alonso, dirigiéndose a la militancia amontonada dentro del Centro Cultural Un Grito de Corazón, en Sarandí, el viernes pasado. Alonso fue uno de los testigos clave que guió a Walsh con su testimonio para reconstruir la escena del crimen. Tenía 21 años la noche que llegó a La Real. En el croquis que Walsh confeccionó para el libro, Alonso aparece representado con una “A” en la mesa que recibió los disparos del vandorismo. El resto de los comensales eran los hermanos Raymundo y Rolando Villaflor, Miguel Gomar, Francisco Granato, Blajaquis y Zalazar. “De todos ellos tengo el recuerdo de un compromiso militante hasta las últimas consecuencias”, se emocionó. Sobre la balacera, recordó: “En la mesa de enfrente estaban los vandoristas. Un compañero nuestro fue al baño, donde lo apretaron. Nos provocaron y bueno, hubo discusiones, sillazos, piñas, el resto es historia conocida”.
El historiador Enrique Arrosagaray, uno de los que más investigó sobre las raíces que la masacre tiene en la historia sindical de Avellaneda, se encargó de aportar precisiones sobre los homenajeados. “Blajaquis nació en 1919, en Gerli. Fue un poco químico y un poco de todo lo que le tocó en suerte trabajar. Militó en el PC, de donde toma su formación marxista, y rompe en el 55. Conoce a John William Cooke en la cárcel y se suma a la Agrupación Revolucionaria Peronista”, señaló. “Zalazar era un vecino de Wilde, con 5 hijos, y era un tipo muy inquieto”, añadió. “Aquella noche se encontraron en la Plaza Alsina con los hermanos Villaflor, que eran hijos de Armando, un verdadero organizador en Avellaneda del 17 de octubre. Todos ellos creían que el movimiento obrero era el que iba a dirigir al país hacia el desarrollo”, describió.
“Después de aquello, no pudimos laburar nunca más en ningún lado”, recordó Alonso, para graficar que durante el onganiato “la persecución fue terrible”. “No había nadie más fanática de Evita que mi madre. A Blajaquis, cuando discutíamos, le recordaba que yo nací peronista y él se hizo peronista mucho después”, bromeó, y recordó que Zalazar “repartía en bicicleta las grabaciones que mandaba Perón desde España, y cuando lo agarraban lo cagaban a trompadas”.
La resistencia hoy
El acto intercaló la mística del homenaje con discursos que trajeron al presente la historia de divisiones y enfrentamientos al interior del peronismo. “Hoy algunos quieren crear el kirchnerismo sin Cristina como algunos traidores querían el peronismo sin Perón”, dijo el intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi. En el mismo tono se expresaron los dirigentes sindicales Héctor Amichetti (Federación Gráfica Bonaerense), Walter Correa (Sindicato de Obreros Curtidores) y Ernesto Ojeda (Sindicato de Trabajadores Rurales de Salta), identificados con la corriente inaugurada por la CGT de los Argentinos (en la que se inscriben los homenajeados) y fervientes defensores de la conducción de CFK.
Ferraresi, uno de los puntales del Frente Ciudadano propuesto por la ex presidenta, arengó con el ya clásico “vamos a volver” al que sumó “pero limpios de traidores”, para meterse de lleno en la coyuntura. Criticó “a los gobernadores que hablan de garantizar la gobernabilidad a cambio de prebendas”, a los “sindicalistas que en la marcha del 26 de abril estaban incómodos con el sentimiento de pertenencia al kirchnerismo entre los que se movilizaron”, y remató: “Hay más kirchneristas entre la gente que entre los dirigentes”.
La militancia, encendida, respondió con el clásico “a pesar de las bombas...”. “Ese es el clima que tenemos que tener en esta etapa de resistencia”, dijo Amichetti, secretario general de la Federación Gráfica Bonaerense. “Hoy hay sindicalistas que dicen que hay que esperar al segundo semestre. Son los que están negociando con el Gobierno que representa el mismo programa que la fusiladora del 55”, disparó. “¿Quién se acuerda de los dirigentes sindicales del 55? Nadie. Todos recordamos a compañeros como el general Valle, los fusilados de José León Suárez, Amado Olmos, Raimundo Ongaro, el griego Blajaquis. A los que son como Vandor la historia los va a olvidar”, remató.
Informe: Matías Ferrari.
OPINIÓN
Los espejos
Por Eduardo Aliverti
Hay un dato estremecedor sobre el denominado golpe blando sucedido en Brasil y es que, mayormente, no se tiene ni la menor idea sobre el motivo jurídico usado para suspender en sus funciones a Dilma Rousseff. Los medios locales e internacionales casi no destinan líneas al respecto, y cuando lo hacen se trata de un elemento informativo al que dan importancia nula.
Lo cierto es que la presidenta brasileña fue apartada de su cargo bajo la acusación de maquillar cifras relativas al déficit presupuestario. En Brasil se llama a eso “pedaladas fiscales”, pero el nombre es lo de menos. Dilma cayó, y según parece sin probabilidades de retorno al poder, no por causa de corrupción alguna – ni individual ni institucional – sino por el modo de calcular los fondos de bancos públicos en la estimación de números fiscales. La voltearon por sus virtudes y jamás por sus grandes errores; y la reemplaza un monigote corporativo, acompañado de un gabinete sin negros ni mujeres, plagado de empresarios facinerosos. Concretamente, la acusaron de haber acumulado deudas contables por unos 15 millones de dólares que, en lugar de registrarse en los balances oficiales, fueron usados para depositar fondos a fin de pagar seguros de desempleo, subsidios y créditos a familias. Más allá de la enorme porción de los denunciantes y operadores sí implicados en graves acusaciones por corruptelas de todo tipo, lo notable es que, jurídicamente hablando, tumbaron a una jefa de Estado sobre la base de interpretaciones en la forma de computar cuentas públicas. O más y peor todavía: por regular la plata que el Estado se debe a sí mismo en función de necesidades sociales. ¿Suena familiar? Es análogo al disparate del juez Claudio Bonadio, en la causa contra Cristina y otros acerca del manejo con los dólares a futuro que, de acuerdo con lo que viene a saberse ahora, implica al propio juez; al actual vicejefe de gabinete, Mario Quintana, y al actual presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, en la misma operatoria y entre otros. Analogías que no concluyen allí pero que sí lo hacen en la más grande de todas, cual es la de aleccionar a los pueblos en torno de que nunca más deben optar por esas experiencias populistas capaces de haber perjudicado, siquiera en mínima parte, a los intereses del gran capital. Cuando se constata que el entramado que volteó a Rousseff y apunta a Lula – quien a pesar de todo continúa al tope de las preferencias electorales – está constituido por una sarta de bandidos nucleados en grandes medios de comunicación, facciones del poder judicial, personeros del agronegocio y establishment industrial, entre no muchos más, sólo un ciego político puede no hacer comparaciones argentino-brasileñas y regionales en general.
La desfachatez de Bonadío, según es vox populi en el ámbito tribunalicio, no tiene ni apenas el límite de su encono enfermizo contra la ex presidenta ni el de su ostensible respaldo en los medios de prensa que alientan la persecución. Cuando Cristina se presentó a la indagatoria, el 13 de abril pasado, el juez no fue capaz de mirarla a la cara. El sentido común supondría, ya tarde, que razones elementales de pudor debieron haberlo llevado a operar de una forma no tan grosera. Es el mismo Bonadio quien afronta una denuncia penal, impulsada por el fiscal Jorge Di Lello, en la que se acusa a Sturzenegger por acceder al pago de los contratos en dólares a futuro, y al juez por autorizarlo. Esto significa que el propio magistrado actuante contra Cristina y catorce de sus funcionarios, en la presunción de haber defraudado al Estado por vender dólares a precio bajo que luego implicarían pagar una gran diferencia a los compradores, fue el encargado de habilitar el mismísimo y supuesto desfalco. Y no fue otro que el gobierno de Macri el que provocó una devaluación del 40 por ciento en el valor de la moneda; por tanto, no fue otro el que benefició a los adquirentes de las divisas contrariando la estimación del tipo de cambio que el Congreso Nacional había aprobado en el Presupuesto de 2015. De hecho, Di Lello pidió que se solicite a las entidades correspondientes “el listado completo de las personas físicas y jurídicas que adquirieron dólar a futuro entre el 15 de octubre y el 20 de noviembre de 2015”. Sturzenegger, el pagador, continúa procesado por las maniobras financieras del megacanje en 2001. El hoy presidente del Banco Central era entonces secretario de Política Económica y, cuando la cesación de pagos ya era tan inminente como la brutal devaluación que negó el macrismo durante la campaña electoral, favoreció el negocio de los bancos Santander, Francés, Galicia, Citigroup, HSBC, JP Morgan y Crédit Suisse First Boston. Esas fueron las entidades que aportaron casi la totalidad de los bonos involucrados en el megacanje de De la Rúa, ganando comisiones financieras por alrededor de 150 millones de dólares gracias a hacer de intermediarios de sí mismos. Hoy, quince años después, el listado de compradores de dólar futuro beneficiados por la devaluación involucra a varios funcionarios, dirigentes y amigos del PRO, que ni se gastaron en desmentir las revelaciones periodísticas difundidas hace menos de un mes. La familia Macri, a través de Chery-Socma, compró 8 millones de dólares a futuro que se vieron multiplicados por la devaluación de meses después. El jefe de asesores presidencial y apoderado nacional del PRO, José Torello, compró 800 mil dólares el 27 de octubre. La empresa Caputo S.A., del amigo presidencial y empresario de la construcción Nicolás Caputo, adquirió en el Mercado a Término de Rosario 3,56 millones de dólares ente el 8 y el 27 de octubre. Mario Quintana, secretario de Coordinación Interministerial y ex CEO de Farmacity, compró 11,5 millones de dólares futuro antes de la devaluación, aunque el jefe de Gabinete, Marcos Peña, aclaró que la compra no fue de él sino de la empresa en la que él estaba. Cablevisión, del Grupo Clarín, compró 11 millones de dólares con su perspectiva de futuro. El diario La Nación, otros 4 millones.
La ofensiva de estos republicanistas no se encontró con la nada misma en el curso de los cinco meses de su gobierno. No, por lo menos, en el arco social que mantiene altos reflejos de movilización. El jueves pasado se agregó una multitud de la comunidad universitaria, la más grande de los últimos quince años. Y, completamente ninguneada en los medios, otra marcha impactante, multisectorial, de sindicatos y organizaciones de médicos, docentes, judiciales, estatales, quinteros, cooperativistas, se llegó hasta las puertas de la gobernación bonaerense. Fue la manifestación más categórica contra la política salarial de María Eugenia Vidal. Por ahora, sigue tratándose de protestas masivas pero con una dispersión que encuentra correlato en el astillamiento parlamentario de la fuerza opositora. Como escribió el sociólogo Atilio Borón (Página/12, viernes pasado), “en tiempos oscuros como los que estamos viviendo: guerra frontal contra el gobierno bolivariano de Venezuela, insidiosas campañas de prensa en contra de Evo y Correa, retroceso político en Argentina, conspiración fraudulenta en Brasil”, el pecado más grave sería rehusar una profunda autocrítica y recaer en los mismos desaciertos. “En el caso de Brasil, uno de ellos fue la desmovilización del PT y la desarticulación del movimiento popular, que comenzó en los primeros tiempos de Lula y que, años después, dejaría a Dilma indefensa ante el ataque del malandraje político. El otro, íntimamente vinculado al anterior, fue creer que se podía cambiar Brasil sólo desde los despachos oficiales y sin el respaldo activo, consciente y organizado del campo popular”. Eso también suena familiar si es por el decurso habido en Argentina, con la derrota imprevista del kirchnerismo aunque por vías no fraudulentas como las del vecino. Y como apuntó el colega Martín Granovsky, también en este diario pero el día anterior, “la actual oposición argentina fue muy módica en presencia física junto a los agredidos de Brasil”. Pocos se subieron un avión, a sólo tres horas de vuelo, “para confortar a Dilma, abrazar a Lula o tomar parte en actos públicos”. Se cuentan Adolfo Pérez Esquivel, Jorge Taiana, Hugo Yasky y Eugenio Zaffaroni. “Los motivos de esa ausencia física pueden ser diversos. Una posible razón es que, a menudo, los dirigentes no terminan de comprender algo que dice Lula: ‘La confianza y la política no se construyen por celular, sino tocando al otro y mirándolo a los ojos con una copa de vino en la mano’. Otro motivo político es el ensimismamiento de cada fuerza política en su propio país. En el caso argentino, por efecto de la derrota frente a Macri el 22 de noviembre”.
La semana pasada, el ministro de Hacienda habló en una cumbre de ejecutivos de finanzas y confirmó que habrá un amplio blanqueo de capitales, como recurrente eufemismo de perdón para grandes evasores. En llamativa sintonía con el escándalo de los Panama Papers (Panamacri en su ignorada traducción local), o en todo caso con la urgencia de conseguir fondos de donde sea porque la lluvia de dólares aún está esperando otro meteorólogo, Alfonso Prat-Gay dijo que el mundo va a un cambio histórico, a partir del año próximo, con el intercambio automático de información financiera. Sería tras un acuerdo suscripto en Berlín en 2014 y por el cual se dispondrá, instantáneamente, de datos sobre bancos, movimientos financieros y titulares de cuentas. Los reyes no son los padres, según el ministro, y en consecuencia agregó que “no habrá lugar donde esconder la plata”.
Esa humorada de Prat-Gay es compatible con creer que a la presidenta de Brasil la voltearon por corrompida y que a Cristina la procesaron por otro tanto. Y no porque retornan a la región los vientos neoliberales, ahora disfrazados de lucha contra la corrupción para volver a robar cuanto se pueda sin siquiera repartir un poco.
JAVIER ECHEVERRÍA, FILÓSOFO ESPAÑOL, INVESTIGADOR DE
LAS NUEVAS SOCIEDADES DE LA INFORMACIÓN
“La revolución tecnocientífica crea el tecnocapitalismo, diferente al capitalismo industrial”
Los señores del aire, los dueños de la informática, son los nuevos señores feudales en una época tecnocientífica. De las diez mayores empresas del mundo, siete están relacionadas con tecnologías de la información y la comunicación.
Por Patricio Porta
Javier Echeverría se considera a sí mismo un pionero en el estudio de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. Su libro Los señores del aire: Telépolis y el tercer entorno, publicado en 1999, era una suerte de apuesta para el nuevo siglo que comenzaba. Su precisión lo convirtió rápidamente en una obra de lectura obligatoria para los académicos españoles y latinoamericanos. Invitado por la Universidad de Lanús y por el Centro Cultural de España en Buenos Aires, el filósofo, matemático, ensayista y profesor del Instituto de Filosofía del Consejo Superior de Investigaciones Científicas dialogó con Página/12 sobre las relaciones entre ciencia, tecnología y sociedad.
Su obra tiene un fuerte impacto en el mundo académico de nuestra región.
–¿Usted nació en México?
–Mi padre emigró a México a los 19 años huyendo de la guerra de Marruecos. Cuando mi padre se fue a México quedó como desertor hasta que en 1936 la República le amnistió. Volvió a España, se casó con una mujer del pueblo y se la llevó a México. Hoy parece algo asombroso, pero en esos tiempos eran historias muy típicas las de los indianos, que eran aquellos que hacían las Indias por estrictas cuestiones económicas. Mis hermanos nacieron en México, pero mi madre decidió que yo naciera en España porque había perdido dos niños por falta de atención médica.
–Los señores del aire: Telépolis y el tercer entorno fue publicado en los umbrales del siglo XXI. ¿Cómo evalúa los cambios producidos por las nuevas tecnologías de la información a casi dos décadas de ese trabajo?
– En aquellos momentos los señores del aire eran Microsoft, Nokia y Ericsson. Nokia y Ericsson han desaparecido. Todas las grandes compañías del hardware, el software, las telefonías móviles, los videojuegos y las tarjetas de crédito irían creciendo, y ese sistema de las nuevas tecnologías de la información se extendería por todos los países, como ha sucedido. Quienes controlaran esas tecnologías tendrían un poder creciente. Los señores del aire era una metáfora de los señores de la tierra en el medioevo. Los que tenían el control de la tierra tenía el poder. En el siglo XXI, los que controlaran el aire, internet y las redes telemáticas son los que tendrían el poder. Basta mirar las diez empresas con mayor capitalización en bolsa para saber que siete son del sector de tecnologías de la información y la comunicación. Hace 16 años eran las empresas petroleras, industriales, de automóviles. Amazon, Google, Facebook y Twitter no existían. Los señores del aire han tenido sus batallas, sus conflictos y evoluciones, pero lo fundamental era lo que yo proponía, la metáfora feudal, y lo sigo afirmando radicalmente. Internet o el tercer entorno está en una etapa neofeudal. Hay una especie de dependencia o servidumbre. Cualquier usuario de un software o una red social llega a un momento clave que es el del “acepto”. Uno acepta o no. Si no lo haces no accedes a las redes sociales, y quedas excluido de ese ámbito social, ámbito ciudadano, te quedas sin nada. Y si aceptas, has firmado un contrato donde aceptas todas las condiciones que te impone el señor del aire y que nadie lee. Eso es lo típico de un poder feudal. El origen de sometimiento en la relación es total. Uno pertenece entonces al señor feudal, depende de él, se tiene que atener a sus normas, tiene que actualizar continuamente sus productos. Somos súbditos de estas grandes empresas.
–En su momento, usted usó la expresión “neofeudalismo cibernético”. ¿Estamos más cerca de ser una “democracia electrónica” ahora?
–Esa era la idea de Telépolis, hacer una ciudad democrática en este mundo digital. En 1994, cuando lo publico, esto era utópico, porque estas tecnologías estaban surgiendo. El tercer entorno no es sólo internet. Aparte están las redes digitales, telemáticas, militares y financieras, presentes desde los años 80. Las redes financieras son las que generaron la crisis del 2009. Ahora mismo los Panamá papers es un ejemplo clarísimo de por dónde circulan los grandes dineros. Circulan por redes financieras, que son telemáticas. De la misma forma se mueven las guerras. Antes de organizar una guerra, los países tecnológicamente desarrollados montan la red telemática correspondiente. En la guerra de Irak esto fue clarísimo. Estados Unidos tardó un mes en llegar hasta Saddam Hussein, porque estaba montando toda la red para saber dónde bombardear. El tercer entorno es una estructura diferente de la tierra y de las ciudades, porque no es territorial. Quien domine las redes, sean militares, financieras, científicas, mantenidas por las comunidades científicas y las grandes industrias, o civiles, como internet, tiene el poder. Esto configura un nuevo espacio, el tercer entorno o mundo digital. Ha habido grandes novedades, como Facebook y las redes sociales, y Apple ha superado a Microsoft. En cualquier caso, no ha habido más que cambios en las relaciones de poder entre los señores del aire. Ahora los llamo los señores de las nubes. La metáfora es casi la misma. Puede haber nubes huracanadas, de cenizas, nucleares. Las nubes pueden generar nubarrones y puede ocurrir un huracán, verdaderamente devastador, como le ha sucedido a las redes militares y financieras. Si en algún momento Google quebrara, porque otro señor del aire le bombardeara, cuando comiencen las tecnoguerras, muchas redes caerían.
–¿La masificación creciente en el acceso a internet puede desembocar en una mayor democratización?
–Para nada. En el 99 decía taxativamente que ese espacio no era democrático, y ahora lo es menos que antes. Que haya mucha gente en un sitio no significa que sea una democracia. Una condición sine qua non requiere, en el sentido griego de democracia, que haya un espacio público, el ágora, de acceso universal y libre a todos los ciudadanos. Esto no sucede, pues para acceder a internet tengo que usar un navegador, un portal, una conexión wi-fi. Si internet fuera el ágora, habría un montón de filtros, de señores que me cobran o me controlan por acceder. No hay acceso libre en absoluto. El segundo argumento, más convincente todavía, es que no hay democracia sin división de poderes. Si hay sólo un poder ejecutivo, esto es tiranía. ¿Hay un Parlamento en Facebook, en Twitter? Lo que hay es un consejo de administración cuyos miembros ignoramos todos y que no se elige democráticamente. Si se quiere democratizar, ya no el tercer entorno pero uno de los dominios feudales, pido que elijamos al presidente de Google los usuarios. Mark Zuckerberg, que es tan democrático y anarco, que se someta a la elección de sus usuarios. El concepto de democracia se ha devaluado, se lo confunde con mucha gente. Lo que sí sucede, sobre todo en las ciudades, es que la masificación produce un incremento de valor. Cuando hay un trending topic o un bloguero con mucha audiencia, entonces la publicidad le llega, aumenta el valor de su dominio, el valor bursátil de la red correspondiente y el poder económico.
–¿Qué piensa de las llamadas “revoluciones 2.0”, este matrimonio entre redes sociales y las calles, como lo sucedido en Egipto, Brasil y España?
–En los países árabes todo ha acabado como el rosario de la aurora. Incluso Túnez, que es la única democracia que ha sobrevivido, está completamente controlado y limitado.
–Durante las revueltas del 2011 en Londres, David Cameron apuntó a Twitter.
–Si lo pide Cameron, Twitter negocia. Lo que no se sabe es qué pudo haber obtenido Twitter de Cameron. En esta misma fase, se produjo la revuelta de Wall Street. De eso ha quedado Trump.
–También Bernie Sanders.
–Bueno, pero personajes como Trump son típicos del tercer entorno, de esta nueva modalidad de lucha por el poder, donde triunfa la demagogia y la política del espectáculo. Incluso Putin, que va de serio y riguroso. O del dictador de Corea del norte, que organiza espectáculos, hace ensayos nucleares, tira misiles, sólo para tener publicidad en la prensa. Hitler fue un gran líder de masas. El equivalente al ciudadano clásico es el usuario de las nuevas tecnologías. Democratizar una red es dar el voto libre y secreto a los usuarios. Puede ser democracia directa o parlamentaria, que el Parlamento dicte unas leyes, que el presidente del consejo de administración se atenga a las reglas que han impuesto otros y que gestione la red sin poner las normas él o sus hombres de confianza. A mí me resulta alarmante que se piense que porque hay mucha gente en una red social es democracia.
–Quizás el problema es que se analiza un escenario relativamente nuevo con viejas categorías, como si se tratara del tema de los medios de comunicación tradicionales.
–La tesis de Castells es que los políticos están controlados por los medios de comunicación y éstos están dominados directamente por el sistema financiero. Esa es la estructura del mundo en la actualidad. Pensar hoy en día que los gobernantes mandan es tiempo pasado. Precisamente por eso hay una crisis profunda de las democracias. Estas elecciones entre Hillary Clinton y Trump son un ejemplo de cuánto se ha deteriorado la democracia en un país donde ha habido presidentes como Jefferson o Lincoln. La política se ha convertido en tecnopolítica. Los partidos políticos se han convertido en empresas que compiten en un mercado de los votantes y que capitaliza en las urnas. Un movimiento social importante como el 15M ha acabado en un partido político normal y corriente como cualquier otro que manifiesta su fuerza capitalizando votos. Dudo que eso aumente la calidad de la democracia. Si ha cambiado el concepto de democracia, entonces que se explicite. Si no hacen falta constituciones ni repúblicas, y hay redes privadas como Facebook, que se diga. Google no es una institución pública. Es propiedad privada de unos señores que son muy liberales, tolerantes y sofisticados. No estoy criticando a las personas, sino a la estructura, que es muy alarmante.
–La expansión de internet se asocia con globalización. ¿Cómo impactan estas nuevas tecnologías en las identidades?
–Surgen nuevas formas de identidad. El sujeto pasa a tener una identidad plural. Frente a la noción clásica de sujeto político, por ejemplo, uno puede tener una nacionalidad o a lo sumo dos. En el segundo entorno uno tiene una patria y punto. En el tercer entorno, en cambio, uno puede tener múltiples identidades, porque se es súbdito de varios señores del aire. El ser súbdito de Facebook no me impide serlo de Google. Al revés. Como esas son tecnoidentidades, o identidades tecnológicas, tengo que adquirir competencias y mi mente tiene que estar troquelada para manejar esas tecnologías. Estoy hablando de identidades mentales. El tercer entorno es básicamente una identidad mental y se puede venir abajo en cualquier momento. Y cuando uno se queda sin conexión insulta y pierde los nervios. Un padre quiere que un señor del aire controle las fotos que su hijo sube a Flickr o Instagram o las locuras que hace en las redes sociales. Es decir, está controlado por una empresa. El anonimato es perfectamente posible desde un punto de vista tecnológico, pero esto no les interesa a los señores del aire. Les interesa conocer al detalle los gustos e intereses de sus usuarios, porque al saber sus usos están haciendo un estudio de mercado gratis, del actual y del futuro, en el caso de los jóvenes. Han descubierto la fórmula de la coca cola. Hacer un estudio de mercado es muy costoso e impreciso, bien lo saben los expertos en econometría. Los jóvenes lo ven desde otra perspectiva. Ya veremos quién tiene la razón.
–¿Qué cambios produce este nuevo paradigma en la educación y en el trabajo, dos pilares de los Estados modernos?
–En los 90 yo hablaba elogiosamente del teletrabajo, lo consideraba una gran oportunidad para muchos oficios, para gente con mucha movilidad. Ahora el empleo, el trabajo asalariado está menguando en todo el mundo. El valor económico lo generan los propios usuarios en la medida que sean millones de usuarios o telespectadores los que contemplan un partido de fútbol o un atentado como el del 11 de septiembre. Eso genera un valor incalculable, y lo previeron los terroristas, que sabían que dos aviones impactando en las torres impactarían a su vez en las mentes. Yo no olvidaré esas imágenes. Ese es el poder de los señores del aire. El señor feudal antes te marcaba con un hierro caliente. Es mucho más grave que te marquen la mente. El consumo de la información y el uso de las tecnologías son algo productivo si es masivo, si produce riqueza y genera valor económico. Por lo tanto, la producción de riqueza en la economía del conocimiento y de la información está evolucionando de manera distinta a lo que era la generación de valor en las economías industriales, donde lo trabajadores eran los que generaban valor. Ahora lo hacen los usuarios, los consumidores. La consecuencia es que uno se tiene que buscar la vida en la red como sea, de autónomo y de modo precario. Los empleos asalariados en la red son los diseñadores de software, los que controlan la seguridad en las redes, los administradores, pero la gente de base tendrá un dinerito puntual por haber hecho tal trabajo, como creativo o modificando una fotografía. Esto me preocupa mucho porque vamos a sociedades sin empleos. Yendo a la educación, quienes marcaban las mentes en el medioevo europeo eran los sacerdotes, la familia y los vecinos, hasta que la revolución francesa, tremenda, con miles de muertos, instituyó la escolarización obligatoria y un Estado laico. Eliminó el poder religioso del ámbito educativo, arrancó a los hijos de las familias y los vecinos determinadas horas del día y los llevó a la educación pública. Hoy en día los procesos de aprendizaje se hacen a través de la red, la televisión y los videojuegos. Los padres y los maestros ni se enteran. En lo que a los niños les interesa de verdad, saben bastante más ellos que los profesores. Por eso no los respetan. La inversión del conocimiento en el ámbito educativo tiene consecuencias tremendas. En la escuela se mantiene una educación que a los chicos y a las chicas les interesa muy poquito. Encima en España se les prohíben los móviles en las aulas. Es como prohibir el fútbol o el hablar. Instituir la prohibición de cosas que los chicos y las chicas quieren hacer en el tercer entorno no es la vía. Se aprende más en el tercer entorno que en el primero o en el segundo. La inmensa mayoría de los niños empieza a saber lo que son los animales y las plantas a través de la televisión o de internet. Son nativos digitales, su mundo es ese.
–¿Cree que la tecnociencia puede superar su funcionalismo al sistema capitalista?
–La tecnociencia es una revolución. Pero las revoluciones pueden ir hacia la izquierda o hacia la derecha. La revolución tecnocientífica crea una nueva modalidad de capitalismo, el tecnocapitalismo, muy diferente al capitalismo industrial. Las crisis del capitalismo actual son grandes crisis tecnológicas, casi apocalípticas. Como lo que ocurrió en Japón con la central nuclear de Fukushima y el tsunami. La crisis del corralito fue estrictamente de fuga de capitales por las redes telemáticas. Una tecnosociedad es aquella en donde las personas, para relacionarse, deben hacerlo mediante algún sistema tecnológico. Hay personas que son más tecnopersonas que otras. La revolución tecnocientífica comenzó en física, en matemáticas, en biología con el ADN y la secuenciación del genoma, y ha llegado a las ciencias sociales, a las personas y ha transformado al capitalismo. Las nanotecnologías son decisivas, más que las tecnologías de la información. Con los nanoscopios, los científicos han podido ver la materia orgánica e inorgánica a escala diez elevado a la menos nueve. Este estrato de la naturaleza nunca se había visto. Estamos acostumbrados a ver el medio ambiente con nuestra percepción que es de diez elevado a la menos tres milímetros. A una micra no llegamos. A la escala diez elevado a la menos nueve pasan cosas importantísimas, como la interrelación entre las neuronas o el origen de los virus, que se descubrieron a partir del año 2000. Es la tecnonaturaleza. Todos los países están volcados a las nanotecnologías. A uno lo ametrallarán con nanopartículas y ni se enterará.
–Todo esto ligado al imperativo de la innovación.
–En su origen, la ciencia estaba para comprender y explicar el mundo. El mayor ejemplo es Galileo. Comprobamos que la tierra no se mueve y todos lo tenemos clarísimo. Cuando llega la tecnociencia, importan más la transformación y la innovación que la cuestión de la explicación. Hoy vale más el conocimiento científico que genera tecnologías, y si produce innovación uno pasa a tener la financiación. La tecnociencia genera innovación, como el grafeno o Twitter. Steve Jobs es el innovador por antonomasia. Todos los señores del aire son grandes innovadores. Cuando se está hablando de innovación no se está hablando de algo bueno. Schumpeter fue el primer gran teórico de la innovación, y dijo que la innovación es destrucción creativa. Si innovas, destruyes. En el siglo XIX la innovación era rechazada totalmente. Ser innovador social era ser un revolucionario. Proudhon, Owen y Marx eran innovadores sociales. Esto ha cambiado completamente en los años 80 cuando surge la tecnociencia en Estados Unidos, en Silicon Valley, con la innovación como el objetivo principal. Si eres innovador, pasas a ser más competitivo como empresa y a obtener mayores beneficios. Schumpeter lo dijo: la innovación es la esencia del capitalismo.
–¿Qué políticas se deberían seguir para democratizar la producción científica, para mejorar los vínculos con los ciudadanos?
–Un país es tecnocientífico cuando más del 50 por ciento de la inversión en investigación viene del sector privado. Por lo tanto el pensar que son los Estados los líderes en la tecnociencia, ni hablar. La tecnociencia la promueven básicamente Monsanto, por ejemplo. Cualquier gran empresa farmacológica es tecnocientífica y altamente innovadora. Los Estados son sus clientes. Cuando viene el zika se forran de dinero. Todos estarán investigando salvajemente para ver quién consigue la vacuna. Independientemente de eso, es cierto que el sector público todavía produce conocimiento y algunas innovaciones, aunque pocas. La idea clave es que los científicos, los investigadores en concreto, nos hemos convertido en trabajadores del conocimiento. En la economía del conocimiento habrá empresarios y trabajadores. Un investigador es un trabajador del conocimiento. El científico no se ha convertido en una mercancía pero su paper o artículo académico sí. En mi gremio los papers no se leen, sino que se miran el índice de impacto y el número de citas que has tenido. Nadie lee filosofía. Uno se puede pasar dos o tres años leyendo a Hegel. En una sociedad de consumo rápido y fácil, de titulares, pildoritas y tags, uno no se va a poner a leer a Kant. La filosofía mengua entonces su relevancia, justamente porque no se ha hecho tecnofilosofía. En cambio, a los tecnocientíficos les va maravillosamente bien. Lo que valen son las mediciones y las encuestas.
¿Cuál es la relación entre ciencia y política, o ciencia e ideología?
- Sectores amplísimos de la sociedad miran con desconfianza, y hasta con rechazo, a múltiples líneas de investigación y a múltiples innovaciones. Los que hacen política científica intentan promover vías de comunicación entre la ciencia y la sociedad, con las revistas de divulgación científica para elevar el nivel de conocimiento científico en la sociedad, intentando además que los ciudadanos participen en la toma de decisiones en la actividad científica. Ojalá sucediera en el campo de la tecnociencia, y los ciudadanos participaran en el diseño de Google. Pero no sucede. Google se diseña en los laboratorios de una empresa privada y ahí no hay quien entre. Es confidencial. Apoyo la decisión de la Unión Europea de dar acceso abierto a todo el conocimiento científico que se genere allí. No es cierto que sea todo el conocimiento pero es un avance muy importante. Si uno tiene una financiación de la Comisión Europea, está obligado a hacer público su conocimiento. Hay muchos investigadores a los que mucho no les gusta esto, porque piensan que todo el mundo les va a copiar. El conocimiento de financiamiento privado es inaccesible por completo. Ahí está el cogollo de la cuestión. Las políticas públicas deberían regular el proceso de producción de conocimiento en las propias empresas privadas, sean de software, farmacológicas o telemáticas.
–¿Hacia dónde avanza el tercer entorno?
–La utopía de Telépolis la concebía simplemente como un ayuntamiento de redes, no como un Estado. Hace 20 años ya había muchas redes, con su propia administración, su propia autonomía. Son tecnologías que generan poder. Y donde hay poder hay conflicto. El poder tecnocientífico es una nueva modalidad de poder, y no podemos pensar en arcadias ideales. Pero sí podemos palear los conflictos. Sobre todo, evitar que haya súbditos y un sistema de dominación de unos sobre otros. Es una lucha contra la esclavitud. Por eso citaba a Jefferson y a Lincoln. Con que no seamos esclavos de los señores del aire me daría por contento.
¿POR QUÉ JAVIER ECHEVERRÍA?
Telépolis, la ciudad futura
Por Patricio Porta
Cuando la globalización daba sus primeros y tímidos pasos, Javier Echeverría intuía ya lo que podía suceder a escala planetaria con las nuevas tecnologías de la información ni bien comenzara el siglo XXI. En 1994 publicó Telépolis, que prefiguraba una sociedad guiada por el consumo productivo y el protagonismo excesivo de los medios de comunicación. Cinco años más tarde, definió las particularidades de ese universo, una ciudad global y digital, en su célebre Los señores del aire: Telépolis y el tercer entorno. “En él se puede interactuar, comprar, vender, trabajar, divertirse, hacer la guerra. Es decir, todas las actividades clásicas de una sociedad se pueden hacer en el tercer entorno”, decía en febrero del año 2000 al diario El País. Estábamos entrando en una era dominada por la tecnología y las redes financieras, militares, digitales y científicas.
Su obra – que incluye Cosmopolitas domésticos (1995), Un Mundo Virtual (2000), Ciencia y valores (2002), La revolución tecnocientífica (2003), Ciencia del bien y el mal (2007) y Entre cavernas: de Platón al cerebro pasando por Internet (2013) – es ampliamente reconocida en Europa y América latina. En 1995 ganó el Premio Anagrama de Ensayo, cuyo jurado estaba integrado por Román Gubern y Fernando Savater, entre otros. En 1997 obtuvo el Premio Euskadi de Investigación en Humanidades y Ciencias Sociales, y en 2000 el Ministerio de Educación y Cultura de España lo distinguió con el Premio Nacional de Ensayo.
Echeverría es licenciado en Matemáticas y doctor en Filosofía por la Universidad Complutense de Madrid y por la Sorbona de París. En los años 80 se desempeñó como decano y vicerrector de la Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación de la Universidad del País Vasco, hasta que en 1993 fue elegido para presidir la Sociedad de Lógica, Metodología y Filosofía de la Ciencia en España. Además, es miembro de la International Academy of the Philosophy of Science y vicepresidente de la Sociedad Española Leibniz. Actualmente desarrolla su labor investigativa en la Fundación Vasca de Ciencia.
COMUNIDADES WICHI DE SALTA DENUNCIAN DESALOJOS A MANOS DE
GUARDIAS ARMADOS
Las bandas armadas del agronegocio
Los wichí de Salta denuncian al abogado jujeño Omar Quintar. Sostienen que se apropió de quince fincas, miles de hectáreas, utilizando hombres armados para desalojar familias enteras. La muerte de los niños por falta de atención médica. El avance del agronegocio.
Por Darío Aranda
Comunidades wichí de Salta denuncian la violación de derechos al territorio, salud y educación. Sucede en Rivadavia Banda Sur, donde padecen desalojos violentos, ataques de bandas armadas y un empresario que se adueñó de quince fincas con complicidad política y judicial. “Es inhumano lo que vivimos, no se cumple ninguno de nuestros derechos porque somos aborígenes y porque somos pobres”, lamentó Vernardino Pizarra, uno de los referentes wichí. El avance del agronegocio y la muerte de niños por falta de atención médica son dos caras de estas violaciones.
Rivadavia Banda Sur está ubicada a 380 kilómetros al este de la capital provincial, casi en el límite con Chaco, histórico espacio del pueblo wichí. La zona, parte del conocido chaco salteño, comenzó a ser codiciada a fines de la década del 90, cuando la sojización comenzó a avanzar sobre regiones extrapampeanas.
“Desde hace tres años que comenzamos a tener problemas. Alambraron fincas, colocaron portones y cerraron los caminos vecinales que dirigen hacia el río Bermejo”, consta en la denuncia de 2009, realizada por Demetrio Campos, cacique de la comunidad Misión Wichí. Son más de una decena las denuncias presentadas por las comunidades originarias, pero ninguna prosperó. La fiscalía de Pichanal (juzgado de Orán) las cajoneó de manera sistemática.
En la última década se hizo regla un paisaje atípico en Rivadavia Banda Sur: alambrados, tranqueras con candados, carteles de “prohibido pasar”. Y comenzaron a patrullar bandas armadas. La situación se repitió en los parajes El Chañaral, La Soledad, El Cocal, Las Llaves y San Felipe, entre otros.
Las comunidades vieron impedido su derecho básico a transitar, cazar, recolectar miel, pescar, obtener los elementos para sus artesanías. Las comunidades wichí perjudicadas son El Chañaral, La Esperanza, El Cocal, Brealito, San Felipe y Fiscal 30, más de 300 familias.
“Este señor (Omar) Quintar se robó todos los campos. Desde nuestros bisabuelos que todos estamos aquí y nunca nos dieron la tierra. Viene un empresario con plata y le dan todo a su nombre. Cuente por favor que eso pasa en Salta”, relató Vernardino Pizarra, representante de las comunidades wichí de Rivadavia Banda Sur.
Los wichí denuncian que el abogado jujeño Omar Quintar se apropió de quince fincas. Sólo la estancia Las Llaves tiene 5000 hectáreas, que pertenecen desde hace más de cien años a la familia campesina Argañaraz.
Entre las víctimas directas estuvieron las comunidades wichí Chañaral y Breal, que fueron expulsadas de sus campos. La comunidad Breal incluso contaba con un cementerio en el lugar, prueba irrefutable de posesión y derechos sobre el territorio.
La última denuncia la realizó Pizarra, en la comisaría N°1 de la ciudad de Salta. No recurren a la comisaría de Rivadavia y al Poder Judicial de Orán porque no actúan. Pizarra alertó sobre el accionar de grupos armados que amenazan a los pobladores. Apresaron a tres hombres con escopetas, pero los liberaron a los pocos días.
“Los políticos son cómplices”, afirmó Pizarra. Aseguró que Quintar cuenta con apoyo del juez de Paz local, Luis Romero, el intendente Leopoldo “Polo” Cuenca, y también tiene vínculos con el senador provincial Mashur Lapad, el político con más poder del departamento y uno de los más influyentes de la provincia.
Otro actores señalados son la fiscal Mónica Viazzi y el diputado nacional y empresario Alfredo Olmedo, que recibió 360.000 hectáreas del gobernador Juan Carlos Romero en la década del 90 (para agro, previo desmontes) y también avanza contra campesinos e indígenas.
Quintar desmintió las denuncias en su contra. Se definió como un “conservacionista” y señaló que lo atacan “quienes quieren desmontar todo”. Sostuvo que cuenta con muchos lotes pero una sola finca, señaló que hizo “mucho por los indígenas” de la zona (desde caminos hasta trabajo) y negó la existencia de bandas armadas. “Me prendieron fuego una topadora, robaron tranqueras y alambrados; tuve que contratar tres serenos”, justificó. Según Quintar, acumula tierras para “proyectos turísticos”.
La Ley Nacional 26160 está vigente desde 2006. Ordena que los jueces frenen todos los desalojos a indígenas y que Nación y provincias releven los territorios comunitarios. Los desalojos no se detuvieron y, a una década de su sanción, falta terminar los relevamientos en el 80 por ciento de las comunidades originarias del país.
A los conflictos territoriales se sumó la muerte de niños por falta de atención primaria de salud. En julio de 2015 murieron cuatro en diez días. Bianca Acosta, de 18 meses de vida, e Ismael Sarmiento (de 3 años). Luego falleció María del Carmen Laguna, de 1 año, cuando era trasladada a Orán para cambiarle una sonda. Murió en el camino porque la ambulancia municipal no tenía oxígeno. El Ministerio de Primera Infancia señaló que se trató de “una falla de salud”.
Las comunidades precisan que existen solo dos médicos para 10.000 habitantes, con el agravante de “discriminación y maltrato” con los pueblos originarios. “Hubo muchos casos de niños muertos por desnutrición, por mala atención. Siguen muriendo niños y adultos. La situación es muy grave”, afirmó el vocero wichí.
Las comunidades abrieron una cuenta de Facebook (Wichi Lhayis Rivadavia Banda Sur), donde detallan la situación que padecen. “Los políticos nos mienten y los jueces nos dicen que ‘no molestemos’, pero tenemos derechos y no sabemos cómo vivir sin territorio”, advirtió Vernardino Pizarra.
Educación restringida
Comunidades wichí de Rivadavia Banda Sur y Embarcación se movilizaron hasta el Ministerio de Educación de Salta y ocuparon pacíficamente el Instituto Provincial de Pueblos Indígenas (Ippis). Exigieron que se firme el decreto de creación del colegio 5235 en la comunidad La Misión (funciona por impulso de los wichí y educadores que acompañan pero no cuenta con personal directivo, edificio propio ni salarios). Además piden edificio para la escuela rancho de Fiscal 30 que hace siete años funciona en una iglesia con riesgo de derrumbe. La comunidad Misión Chaqueña denunció a la Dirección General de Educación Superior por violar derechos de participación y consulta previa y por no abrir el Profesorado Intercultural Bilingüe (impuso un Profesorado de Nivel Inicial que no garantiza el derecho a la educación bilingüe e intercultural como señala la Constitución Nacional).
No hay comentarios:
Publicar un comentario