sábado, 21 de mayo de 2016

LOS VOY DESPIDIENDO

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sábado 21 de mayo de 2016

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EL PRESIDENTE VETÓ LA LEY ANTIDESPIDOS Y FUE 

CRITICADO POR OPOSITORES Y SINDICALISTAS


Una promesa que Macri sí cumplió



Con el argumento de que es “una ley antiempleo”, Macri anuló la Ley de Emergencia Ocupacional. Desde la oposición y el sindicalismo rechazaron el veto. Los jefes de las principales centrales sindicales se reúnen hoy y podrían decidir alguna protesta.Imágenes integradas 1
                 Macri anunció el veto en Cresta Roja, la avícola donde la Gendarmería                    reprimió en diciembre a los trabajadores que reclamaban por sus empleos.


Por      Nicolás Lantos


El presidente Mauricio Macri estrenó su facultad de veto al anular, como había anunciado, la ley de Emergencia Ocupacional aprobada esta semana el Congreso con el voto de casi todos los sectores de la oposición y a pedido de las cinco centrales obreras. El anuncio se hizo ayer al mediodía en la sede de Cresta Roja, la empresa avícola donde en diciembre pasado la Gendarmería tuvo su bautismo de fuego bajo el mando del PRO al reprimir a trabajadores desocupados que reclamaban por sus puestos de trabajo. Desde la oposición criticaron el veto y no descartaron la posibilidad de que el Parlamento insista, pese a reconocer que no será fácil reunir los dos tercios de los votos para promulgar el proyecto contra la voluntad presidencial. Hugo Moyano, Antonio Caló, Hugo Yasky y Pablo Micheli, que encabezan las principales ramas del movimiento obrero darán hoy en Mar del Plata una respuesta al rechazo del Ejecutivo. No se descarta una jornada nacional de protestas en las próximas semanas.


El mago

“En uso de la facultad constitucional que tengo, voy a vetar una a ley que para mí es antiempleo, que va en contra los argentinos y que demuestra que no confiamos en nuestro futuro”, dijo Macri al ponerle fin al derrotero del proyecto que nació como un reclamo de las centrales obreras y que fue respaldado por amplios sectores de la sociedad en la multitudinaria marcha del 29 de abril pasado.

A pesar de que el texto llegó al Congreso de la mano del Frente Renovador y finalmente fue impulsado y aprobado gracias al trabajo de todos los bloques peronistas en ambas Cámaras, con apoyo de aliados circunstanciales del PRO como el massismo y los socialistas, el Presidente caracterizó en su discurso la norma como una iniciativa del kirchnerismo, al que atacó duramente: “Nos quieren poner palos en la rueda, no quieren que progresemos, ni que tengamos nuevas oportunidades, no quieren que nos vaya bien”, se lamentó.

“En un año se verán los frutos”, prometió ayer Macri, olvidando sus promesas anteriores de que en el “segundo semestre”, que empieza en poco más de cuarenta días, las políticas que se aplican desde diciembre supuestamente comenzarían a tener efectos beneficiosos en la sociedad. En un tono ligero, el Presidente desestimó las críticas por las consecuencias que su gobierno generó en muchos hogares a partir de la pérdida de empleo, las exorbitantes subas de tarifas y la inflación creciente: “Siempre dije durante la campaña, que si buscaban un mago, ese no soy yo, los magos hay que ir a buscarlos a Las Vegas, y que los problemas que heredamos no se resolvían de un día para el otro.”


Desplante en la planta

La ceremonia se realizó en Cresta Roja para “celebrar” la reincorporación de 1300 trabajadores de la avícola, el principal anuncio referido al empleo desde que asumió Macri. En el momento del acto la planta estaba de paro por conflictos gremiales (ver página 4). Para asegurar el orden y evitar eventuales protestas, el complejo industrial ubicado en el partido bonaerense de Esteban Echeverría amaneció prácticamente militarizado.

Aún así, el gobierno no pudo evitar una manifestación de judiciales bonaerenses contra el ajuste de la gobernadora María Eugenia Vidal, presente en el lugar. Macri, a su vez, sufrió un desplante: el intendente local, Fernando Gray, no decidió no concurrir en repudio al veto de la ley. “No voy asistir al acto porque el Presidente viene a vetar una ley, que si bien es discutible, creo que sirve para preservar el empleo; entonces es positiva en este momento”, sostuvo el jefe comunal enrolado en el Frente para la Victoria. “Soy una persona muy respetuosa, trato de trabajar en conjunto con el gobierno provincial y nacional, trato de apoyar las cosas que se hacen bien. La gobernadora ha venido dos veces al distrito, pero lo de hoy, es una visita distinta”, explicó Gray. En su entorno, justificaron su decisión: “Fernando es dialoguista pero en política hay que aprender a poner límites y el veto está del otro lado de la línea.”


La defensa del veto

En defensa de la decisión de Macri aparecieron algunas de las principales figuras de su gabinete, aliados parlamentarios y una solitaria voz sindical: la del secretario general de UPCN, Andrés Rodríguez, quien descartó “por ahora” realizar una medida de fuerza en protesta por el veto, en una declaración que se entiende en el marco de su interna con ATE, que convocó a un paro para la semana que viene (ver aparte).

El jefe de Gabinete de la Nación, Marcos Peña, sostuvo que “el veto es una herramienta de la democracia” y que el objetivo del Gobierno es “buscar mecanismos para dirimir las disidencias y conflictos”. Por su parte, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, señaló que “el Presidente no está para quedar bien ni para adoptar actitudes demagógicas sino para hacer lo que considera mejor para los argentinos y en este caso para la generación de empleo genuino”.

Por su parte, el secretario de Trabajo de la Nación, Ezequiel Sabor, buscó relativizar las críticas al proyecto y las consecuencias que tendrá el veto: “Tuvimos reuniones muy productivas, realmente estamos muy contentos, incluyo a los trabajadores y a los empresarios”, señaló el funcionario, que se manifestó confiado en que “el arco político y sindical va a reaccionar bien ante el veto de la ley.”


La reacción sindical

La principal incógnita que surge del veto es cuál será la respuesta de las cuatro centrales obreras, impulsoras originales del proyecto que aprobó el Congreso. Esta tarde, en Mar del Plata, Moyano, Caló, Yasky y Micheli van a compartir un panel y luego una cena organizados por la Pastoral Social, además de “una larga charla” fuera de programa y lejos de las cámaras, donde evaluarán los pasos a seguir.

“No nos tenemos que asustar, el presidente tenía la facultad de vetar esta ley y creo que él sabrá lo que hace como presidente de la Nación”, aseguró Caló. “Queremos que no haya más despidos ni suspensiones, con ley o sin ley”, agregó el metalúrgico. Micheli, por su parte, consideró que el veto “es legal pero no legítimo”, mientras que Yasky calificó la decisión como “un cachetazo”.

El silencio de Moyano le pone algo de suspenso al resultado de la reunión entre los cuatro. Aún no se ha manifestado, aunque mandó a algunos de sus habituales portavoces a agitar la posibilidad de un paro general. “Es difícil saber si planea una medida de ese peso o está jugando un buzón”, lo interpretan en su entorno.

La oposición política no esperó el veredicto de las centrales obreras para condenar el veto. Esas voces no solamente surgieron desde el peronismo, que encontró en este tema un bálsamo para cicatrizar otras heridas internas, sino que también, y por primera vez desde diciembre, hubo diputados, gobernadores y otros dirigentes del massismo, el socialismo y la izquierda que repudiaron simultáneamente la anulación y pidieron medidas de lucha contra el Gobierno.














Muestras de desacuerdo


El veto a la ley de Emergencia Ocupacional generó grietas en las alianzas políticas que había tejido Mauricio Macri durante sus primeros meses de gobierno y hubo gobernadores, que hasta ahora no habían confrontado con la Casa Rosada, que salieron ayer a marcar distancia. Es el caso del socialista santafesino Miguel Lifschitz, que consideró que la decisión de Macri “constituyó un mensaje a los grandes grupos económicos y a las corporaciones”. El entrerriano Gustavo Bordet (PJ), en tanto, pidió saber “qué acciones efectivas va a llevar adelante el Gobierno para cuidar el empleo”. El único apoyo que logró el PRO en las provincias fue del gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, que justificó la decisión: “Un empresario debe tener certezas a la hora de invertir”, aseguró.













El rechazo del peronismo


La nueva conducción del Partido Justicialista emitió ayer un documento en rechazo al veto de la ley de Emergencia Ocupacional. “El PJ lamenta profundamente la decisión adoptada por el Presidente de la Nación de apelar al veto de la Ley que defiende a los trabajadores. Al igual que lo había hecho en la Ciudad de Buenos Aires, donde vetó más de 100 leyes aprobadas por la Legislatura, vuelve a apelar a esa prerrogativa para hacer caso omiso de la voluntad popular expresada en el Parlamento Nacional, negándoles a los trabajadores en actividad el beneficio de la estabilidad laboral”, dice el documento difundido ayer por la cúpula del peronismo, que condena también que el Poder Ejecutivo “desconozca la voluntad del pueblo y de las provincias argentinas expresada a través del voto en el Parlamento”.














ATE responde con un paro


La Asociación Trabajadores del Estado (ATE) rechazó “el veto presidencial a la ley antidespidos” que Mauricio Macri anunció ayer en el acto que encabezó en la avícola Cresta Roja y ratificó que ese sindicato realizará el próximo martes una huelga nacional para protestar contra la anulación de la iniciativa sancionada anteayer por la Cámara de Diputados. “La norma aprobada por el Congreso contemplaba la posibilidad de que los trabajadores optaran por una doble indemnización en caso de ser cesanteados, un mecanismo similar al utilizado en su momento, luego de la gran crisis de 2001”, manifestó el titular de esa organización a nivel nacional, Hugo “Cachorro” Godoy, y criticó a Macri: “Una vez más, al rechazarla, el Gobierno se ubica del lado de los empresarios y en contra de los trabajadores, por lo que desde ATE repudiamos esta decisión y ratificamos el paro nacional que realizaremos en cada provincia el próximo martes 24 de mayo”. De esta forma, el sindicalista ratificó la huelga de trabajadores estatales en todo el país que había si votada el Plenario Nacional de Delegados de ATE que se realizó la semana pasada. El del próximo martes será el tecer paro de los trabajadores estatales en lo que va del gobierno de Macri. Como en anteriores ocasiones, el eje central será el rechazo a los despidos.













PANORAMA POLÍTICO


Quiero flashear ser pobre

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Por      Luis Bruschtein

“Hoy vine a flashear ser pobre/ necesito flashear ser pobre/ pero si cae la yuta/ soy un pibe de barrio norte” cantan los pibes de Poxyclub en las redes. Son youtubers y tienen otra canción que se llama “Bailando en el búnker de Macri”. El dúo se separó en el 2014, pero con el triunfo de Macri, sus videos siguen dando vueltas. Los adolescentes consumen Poxyclub y lo viralizan. Los radares les funcionan mejor que a los adultos. Ven a Macri en Cresta Roja, como ayer, rodeado de obreros en un escenario artificial, para anunciar, “por el bien de los trabajadores”, el veto de una ley que busca frenar los despidos. Ven eso y se ponen a escuchar esta canción para reírse. Igual que cuando Macri dice que su primera entrevista de trabajo fue cinco veces peor que la de cualquiera, incluyendo a los pibes pobres, porque el entrevistador fue su papá millonario. Entonces los pibes se ponen a cantar “vivir una vida de lujo/ nos puede aburrir/ no quiero presumir/ pero me gustaría probar algo nuevo/ quiero flashear ser un pibe/ de barrio más”. Y la canción se viraliza y circula. Los pibes que siguen haciéndolos circular no son politizados, ni ka, ni PO, ni nada, pero la canción les cuenta lo que ven: caretaje.

Son señales de la cultura. O, si se quiere, los anticuerpos en una sociedad donde los más burros desinformados hacen fila entre los más informados. Son hechos espontáneos. A Rorro y Mate, nadie les pagó para que escriban estas canciones que van a contrapelo de la letra de los medios oficialistas que muestran excavadoras en el desierto tras el increíble tesoro enterrado de los Kirchner o perros que fruncen la nariz cuando huelen un bolso kirchnerista donde semanas atrás hubo “millones” en billetes. Ayer La Nación anunciaba con alborozo que se había allanado la tumba de Néstor Kirchner en Santa Cruz y que Aerolíneas había prohibido los contratos con los hoteles de los Kirchner en el Sur. Y el miércoles, periodistas de investigación habían falseado cifras sobre los arreglos que los Kirchner hicieron en la quinta de Olivos, que en realidad fueron mucho menos onerosos que los del matrimonio Macri. Y más respetuosos del patrimonio cultural que destruyó el actual presidente con sus remodelaciones.

No hay canción sobre tesoros enterrados o fantásticos bolsos de billetes y si la hubiera sería pagada por la billetera PRO. Los Poxyclub ni siquiera circularon en las radios o la televisión. Hicieron su paso fugaz y gasolero con clips en YouTube. Sin billetera de por medio. Son fenómenos espontáneos de la cultura.

El estómago donde se digieren estas señales que escurren entre las grietas de una cultura dominante tiene su misterio. Pero son formaciones más duraderas, es lo que se va a decir en el futuro cuando se convierta en la descripción explícita de esta época. El bombardeo forzado de algunos temas como la excavadora ridícula no irá nunca a la canción porque no resiste un minuto de reflexión. Es puro efectismo. Pero Macri es real cuando anuncia como un logro maravilloso para los trabajadores jóvenes el acuerdo casi esclavista con McDonald’s. Tiene una densidad poderosa de verdad. Para la mentalidad de Macri está perfecto que el primer empleo se pague la mitad de un salario mínimo. Y es tan bueno (para él) que, encima, una parte de ese salario lo va a subsidiar su gobierno. Y así más de cuatro mil jóvenes desplazarán a trabajadores que cobrarían por lo menos el doble. Lo más careta, lo más hipócrita es que el sindicato gastronómico de Dante Camaño y Luis Barrionuevo se ha convertido en aplaudidor oficialista mientras sus afiliados sucumben por las políticas que ellos aplauden. La Cámara de Restaurantes denunció que en la CABA está cerrando un restaurante por día, pero Camaño, el líder de los que se quedan sin trabajo, en vez de defenderlos, está feliz y proclama: “por primera vez en 44 años de gremialismo soy oficialista”.

Macri encuentra dirigentes obreros falseados para confundir, pero los pibes se mandan de celular a celular la canción de los Poxyclub: “necesito flashear ser pobre/ andar en bondi por la calle/ comprar ropa en sale/ ir al cíber a chequear los mails/ comer en McDonald’s”. La canción se alimenta con lo que queda en el subconsciente colectivo. Es un mecanismo espontáneo que decanta. Implacable, como el Micki Vainilla de Capusotto.

El ministro de Trabajo, Jorge Triaca, cuyo padre homónimo ocupó la misma función en el menemismo, niega que haya una ola masiva de despidos. Dijo que solamente los hubo en algunas ramas de la industria. El ministro estudió en el mismo colegio para ricos al que fue el presidente. Pero él era hijo de un dirigente del sindicato del plástico con una fortuna personal millonaria que explicaba por una herencia de su mujer. Su padre no quiso declarar contra los represores de la dictadura y fue duramente criticado por otros dirigentes sindicales porque cuando lo convocaron a declarar ni se acordó de mencionar a sindicalistas desaparecidos como Oscar Smith o Jorge Di Pasquale y otros. Esta semana el ministro Triaca hijo, que niega que haya una ola de despidos, denunció penalmente a los empleados de su ministerio que protestaban porque fueron despedidos.

Macri insistió con que no hay despidos. Lo dice con una convicción que no lo ayuda. Cada vez que lo dice, su credibilidad cae en picada. Y cuanto menos le cree la sociedad al Presidente, más crece el miedo a perder el empleo. Hay un Indec de la calle difícil de discutir. Empiezan a ser más los taxistas kirchneristas que los macristas. Ellos reproducen un clima que los tironea entre la propaganda de los periodistas oficialistas, sus propias observaciones y los comentarios de sus pasajeros. Solamente en la provincia de Jujuy, y solamente en el mes de abril, se registraron 3500 despidos en el Estado provincial, en los municipios donde ganó el radicalismo, en empresas de transporte donde hubo más de 70 despidos, en el cierre de la mina Las Pirquitas, donde despidieron a 600 trabajadores, o en Aceros Zapla. donde se anunciaron 30 despidos. El fideicomiso que administraba el ingenio La Esperanza se retiró sin poner un peso y la industria tabacalera se ha declarado en emergencia. La represión ilegal del gobierno del radical Gerardo Morales contra Milagro Sala tuvo como trasfondo esta política de despidos y precarización del empleo y los salarios.

Fuera de los oficialistas como el Momo Venegas, Camaño y Barrionuevo, el PRO no le ofrece tranquilidad al mundo gremial. La política económica no hace una sola concesión. Es todo para los ricos, como se dice en la calle. Así como el triunfo electoral de Macri provocó un reacomodo de la política, el plan económico de su gobierno está provocando otro a nivel gremial. Los procesos de convergencia en ese contexto no son buena señal para el PRO. No parece un movimiento para consentir al nuevo gobierno sino todo lo contrario. El olfato de los sindicalistas ya les marcó que este gobierno no tiene registro social y desconoce al mundo obrero. Para el viejo Vizcacha que todos llevan dentro, ese desconocimiento siempre ha sido mal presagio. Nadie cree que la situación vaya a mejorar en el segundo semestre o el año que viene. Muchos de los dirigentes están molestos con el kirchnerismo, pero sus bases no tienen esos pruritos. El desgaste del gobierno se acelera pero la recomposición de una opción opositora se retrasa. Sin embargo, todos coinciden que el PRO tiene que perder en 2017, lo que presiona fuertemente para encontrar puntos de contacto. El cuadro de reacomodo está abierto ahora en un sentido inverso al del principio del gobierno, cuando todos le sonreían. El mismo Sergio Massa es tironeado por ese fenómeno. Parte de su voto seguirá apoyando a Macri y otra parte se va a una oposición enojada. El lugar del medio es cada vez más estrecho. Tendrá que decidir entre dos caminos cada vez más distanciados. El equilibrio que trató de hacer en el debate parlamentario por la ley de emergencia laboral, fue arriesgado para su bloque. Si no cree que habrá una mejora en la economía que llegue a la gente de a pie, el gobierno no tiene nada que ofrecerle y habrá pasado el tiempo de aislar al kirchnerismo. Tendrá que buscar una estrategia diferente, más cerca de un PJ y un kirchnerismo que todavía se lamen las heridas de la derrota.
















TODOS LOS BLOQUES OPOSITORES SALIERON A CUESTIONAR 
 
LA DECISIÓN DE MACRI CONTRA LA LEY ANTIDESPIDOS


Un veto que unificó las críticas en el Congreso



El FpV, el massismo, el bloque justicialista y la izquierda, entre otros espacios, rechazaron la medida presidencial. El oficialismo defendió al Presidente y apuesta a volver a negociar con los sectores más afines para retomar su agenda.
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                                 La ley antidespidos se aprobó en Diputados por 145 votos a favor,                                           3 negativos y 90 abstenciones.


Por       Sebastian Abrevaya

Kirchneristas, peronistas, justicialistas, massistas, socialistas, progresistas, trotskistas, toda la oposición en el Congreso salió a criticar el veto de Mauricio Macri a la ley de Emergencia Ocupacional. Mientras desde el FpV adelantaron que explorarán la posibilidad de ratificar la ley, desde el oficialismo, en cambio, defendieron la actitud del Presidente y se plegaron a la estrategia de calificarla como “antiempleo”. En ese contexto, fuentes macristas confiaban ayer en retomar las negociaciones para avanzar “ley por ley” con las iniciativas del Gobierno, pese al deterioro de la relación con sus aliados eventuales como Sergio Massa. Además de continuar con los proyectos para Pymes y de primer empleo, que ya fueron enviados al Congreso, uno de los paquetes que tendrán tratamiento en el corto plazo será el de reforma política, sobre el que ya están circulando distintos borradores.

Mientras se espera mañana una definición de las cinco centrales sindicales, legisladores de las dos cámaras del Congreso salieron al cruce del primer veto de Macri como presidente. “Desconocer una ley aprobada por una abrumadora mayoría en ambas cámaras del Congreso no aporta en absoluto al diálogo político que Macri tanto predica pero que no practica”, aseguró el jefe del bloque del FpV en Diputados, Héctor Recalde, quien adelantó con cautela que explorarán la posibilidad de ratificar la aprobación parlamentaria.

Esa alternativa también la había planteado el titular del PJ, José Luís Gioja, pero para eso se necesitan dos tercios de los votos en ambas cámaras, algo que por la composición de la Cámara baja es más que dificultoso. En el Senado, en cambio, la oposición había conseguido los dos tercios al momento de aprobar la ley pero no tampoco sería tan fácil repetir ese resultado.

“Es un acto que lesiona la convivencia democrática”, advirtió el diputado Diego Bossio, del Bloque Justicialista, quien agregó que “desvirtuar la división de poderes no fortalece las instituciones que el presidente Macri prometió mejorar”. “Nos pone tristes el veto del Presidente, la voluntad era proteger a los trabajadores en un momento tan difícil”, completó Oscar Romero, jefe de esa bancada, que en el tratamiento de otras iniciativas acompañó a Cambiemos.

También desde el Frente Renovador hubo duras críticas para Macri: “No es sano desconocer al Poder Legislativo. Donde antes Macri denunciaba la escribanía de la mayoría automática ahora impone el capricho del veto de la segunda minoría”, afirmó Facundo Moyano, diputado y líder del sindicato de Peajes. La diputada nacional del FIT, Myriam Bregman también destacó que “Macri habla de diálogo, pero cerró el Congreso durante meses para gobernar por decreto, y ahora también veta leyes de forma casi monárquica”.

Desde el Senado las críticas tuvieron el mismo tenor: La senadora nacional del FpV por Santa Cruz, Virginia García, aseguró que Macri “se posicionó una vez más de lado de los empresarios, como lo hizo con medidas anteriores como el tarifazo, la devaluación, la eliminación de retenciones y ahora una vez más, vetando una ley que protege a los trabajadores”. Su compañero de bancada, el ex jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, señaló que “el Gobierno elige marketing antes que gestión. Discute donde anunciar veto a la ley antidespidos sin oír reclamo social”.

Fernando “Pino” Solanas, de Proyecto Sur, señaló que “Macri siempre le tuvo cariño al veto” ya que como jefe de Gobierno “vetó 126 leyes”. “Aunque está contemplado en la Constitución Nacional, usarlo frente al reclamo pacífico de miles de trabajadores que a través de sus centrales sindicales concurrieron al Congreso y marcharon por las calles para pedir una ley antidespidos es un gesto claro de soberbia y autoritarismo”, completó el senador y cineasta.

Las principales voces de Cambiemos evitaron salir inmediatamente al choque de las críticas opositoras. Algunos legisladores, como Pablo Tonelli, se mostraron “completamente de acuerdo” con la decisión del líder del PRO y repitieron la línea expresada en su discurso en la fábrica Cresta Roja. “Supone la creación de un cepo que no nos deja crecer y es contraproducente para la creación de empleo genuino”, agregó Tonelli, quien adelantó que tratarán de discutir otros proyectos como el de incentivos a las Pymes y el de empleo joven que el Poder Ejecutivo ya envió al Congreso semanas atrás.

Por lo bajo, sin embargo, fuentes del PRO reconocen que tanto la decisión de abstenerse en la votación así como el veto pueden perjudicar la relación con otras fuerzas que hasta ahora habían acompañado. “No vamos a dejar a nadie de lado. Todos tenemos cosas que perder si no negociamos. No vamos a dejar de contar ni con Massa ni con el PJ. Eso no es razonable”, aseguró una fuente macrista. Por lo pronto, tendrán que trabajar para recomponer el vínculo con el ex intendente de Tigre, que según admitieron, está “un poco enojado” por la derrota de su iniciativa y la victoria del FpV.













Despidos para acompañar el veto


El mismo día que el presidente Mauricio Macri anunció el veto a la ley de emergencia ocupacional con el argumento de que se trata de una ley “contra los argentinos”, se conocieron 10 despidos en la empresa textil Tessicot Sedamil que confecciona prendas para las marcas Nike y Adidas. Alli trabajan 400 personas que iniciaron un paro de actividades y ayer marcharon hasta el local de productos de fábrica de Nike, en Corrientes y Dorrego, en el barrio de Chacarita, para pedir la reincorporación de los despedidos. Entre los reclamos de la protesta también estuvo presente el rechazo a la apertura de la importación de productos en el rubro, que es el motivo de fondo que deriva en el cese de personal.

















EN CRESTA ROJA QUEDÓ UN TERCIO DEL PERSONAL CON  

CONTRATOS POR 180 DIAS


Un modelo de precarización



La avícola que Macri presenta como ejemplo sólo reincorporó a 1300 de los 3500 trabajadores despedidos. En el momento en que el Presidente anunció el veto a la ley antidespidos los empleados estaban de paro por la falta de pago de sus salarios.



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                             Macri ayer en Cresta Roja con los pocos trabajadores que                                       accedieron a participar de su acto.


Por       Adriana Meyer

Fue el primer conflicto por despidos que reprimió este gobierno, y ayer el presidente Mauricio Macri eligió por segunda vez el escenario de la empresa Cresta Roja para mostrarla como modelo de su supuesta reactivación, aunque fue desmentido en forma inmediata y lapidaria. Los empleados de la planta productora de pollos le respondieron que el anuncio del veto a la ley antidespidos que había hecho allí horas antes “fue una provocación a todos los trabajadores del país y a noso- tros en particular, por pretender usarnos como emblema para mentir sobre el empleo”. Al mismo tiempo que Macri decía en su discurso que en la planta productora de pollos “estaba todo al día”, los empleados se encontraban de paro porque no les habían pagado los sueldos. Y se negaron a participar del acto, al que acudió un reducido grupo junto a la comisión interna, supervisores y personal jerárquico. “Estamos indignados, vino a vender pescado podrido, nos está usando para vender algo que no es real”, dijo a Página/12 Darío Sánchez, uno de los trabajadores que pudo ingresar a la planta el mes pasado.

“El Presidente dijo que acá había 4 turnos, que estamos todos al día, todos adentro y en realidad hay 1000 compañeros en la calle con 6 mil pesos miserables y sin ninguna certeza de que van a entrar. Los que estamos adentro tenemos contratos precarizados, ritmos elevados que el cuerpo apenas aguanta y nos bajaron el sueldo”, agregó el operario. De hecho, cuando Macri se retiraba llegó a escuchar un pedido: “No se olvide de los compañeros”, le dijeron antes de que subiera al auto que lo sacó del lugar por una salida alternativa, porque la principal estaba bloqueada por otra protesta, de la Asociación Judicial Bonaerense.

“Nos enteramos de la visita porque salió en Internet, nos presentamos a trabajar pero arrancamos de paro porque no nos pagaron. Cuando Macri llegó a las 10 ya estábamos de paro desde las 8.30, la planta estaba parada, y se desesperaban para que empecemos a trabajar porque venía el Presidente, decían que fue un error administrativo al liquidar los sueldos, nos trataban de convencer y se llegó a un arreglo. Empezamos a trabajar pero con la desconfianza de que no habíamos cobrado, recién nos depositaron los sueldos después del mediodía, por eso todo lo que él dijo fue una mentira”, describió Sánchez. “Los delegados nos pedían que fuéramos pero no, en repudio al acto nos quedamos en el comedor de la empresa, sólo fueron unos treinta, y personal de supervisión y control de calidad, que tampoco había cobrado”, agregó.

Cuando habían pasado los minutos reglamentarios de los breves discursos que suele dar, llegaron los ecos de los bombos y cantos de la protesta que venían de afuera. El clima ya se había puesto tenso y los presentes se esquivaban las miradas, visiblemente incómodos, cuando Macri estiró un poco sus palabras para tratar de responder a los insultos que llegaban del exterior. Tras hacer su enésima mención a los títulos que cosechó en Boca Juniors, se dirigió a los trabajadores de Cresta Roja con una cita de Juan Domingo Perón que ya había usado en campaña. “La productividad debe guiar al país como una estrella polar”, dijo, pero no logró aflojar el rictus de los rostros de su público.

Poco después del acto, los operarios exigieron a la comisión interna una asamblea para discutir las condiciones de trabajo y la continuidad de los propios delegados de la interna, “que vienen acatando los planes del macrismo y la patronal y hoy (por ayer) permitieron que se realizara el acto”. Según relató Sánchez, “la nueva patronal dijo que la medida que hicimos fue un paso atrás, que pensaron que había quedado claro que eso no podía volver a pasar después de la represión y el conflicto anterior. Nosotros estamos cumpliendo a rajatabla incluso con ritmos más elevados que antes, a veces se satura la línea (de producción), pero no estamos dormidos, si falta el pago vamos a reaccionar”. El operario destacó que “la asamblea concluyó que la comisión interna adoptó totalmente la línea de la patronal, pero van a seguir hasta que cumplan su promesa de que entren todos los compañeros a trabajar”.

Tras el durísimo conflicto que se extendió todo el año pasado por los despidos y el cese de la producción en Cresta Roja, y luego de que las protestas de los trabajadores en los cortes de la autopista Riccheri fueran reprimidas a balazos de goma, el ministerio de Trabajo intervino y en abril la avícola volvió a producir. Pero lo hizo con menos de la mitad de los puestos: de 3500 retornaron 1300, con reducción salarial y, además, precarizados con contratos por 180 días, tales las condiciones que el macrismo se empeña en imponer como “modelo”. La asamblea también cuestionó que pasen a cobrar por mes en lugar de por quincena como antes, la falta de pago de los premios por presentismo, y calificó los contratos temporarios como inadmisibles. “Macri vino a vetar la ley antidespidos, y de paso le está dando vía libre a esta empresa para que vuelva a echar gente al vencimiento de nuestros contratos, pero nuestra pelea no fue para cobrar doble indemnización sino para volver a trabajar”, enfatizó Sánchez.   












                 

 OPINIÓN


El otro veto



Por      Héctor Recalde   *

En oportunidad de la campaña presidencial anunciamos algunos de los males que creíamos que nos deparaba el futuro de resultar Macri electo presidente. Nos bautizaron como la “campaña del miedo”. La realidad, a escasos meses de la asunción del flamante presidente, indica que nos quedamos cortos.

Las evaluaciones que hicimos en aquel entonces no eran caprichosas sino que se fundaban en las declaraciones del candidato y su “equipo” así como en las conductas y medidas de gobierno del entonces Jefe de Gobierno porteño.

No puede sorprendernos – aunque la falta de sorpresa no endulce la amargura – que Macri haya vetado una ley que tiene un amplio consenso en el arco político. Ya como Jefe de Gobierno vetó ni más ni menos que 125 leyes de la Legislatura Porteña entre las que se encuentran algunas proyectadas, impulsadas y aprobadas por su propio espacio político y otras. como por ejemplo: La ley de aborto no punible; ley que creaba una Oficina contra la Trata de Personas - de iniciativa de una legisladora del PRO - ; ley que regulaba la publicidad oficial; anuló un subsidio para Teatro por la Identidad; ley de régimen de protección para empresas recuperadas; ley de jubilación para músicos, y hasta una ley de semáforos para ciegos. Dime a quien vetas y te diré quién eres…

El veto de hoy es contra una ley que goza del consenso de buena parte el arco político, es contra una ley que declara la emergencia ocupacional porque sabemos que los despidos se han convertido en esta nueva era en causa principal de la angustia de los argentinos y contra una ley que cuenta con la aprobación de la inmensa mayoría de los argentinos a la espalda de quienes parece gobernar el Presidente.

No cuestiono en modo alguno la facultad constitucional que le ha sido conferida al Presidente y que lo habilita legalmente a vetar la norma, pero tampoco se puede desconocer la diferencia entre legalidad y legitimidad; la diferencia entre el ejercicio regular y el ejercicio abusivo de los derechos; como tampoco se puede desconocer el principio de progresividad de los derechos sociales. Del mismo modo, tampoco ignoramos la facultad que asiste al congreso de insistir en la ley para lo que se requerirán mayorías especiales, por lo que la exhortación al presidente a que no vete la ley se traduce, una vez vetada, en una exhortación a los parlamentarios a que insistan la sanción de esta ley que el pueblo argentino nos demanda.

La ley es constitucional, el veto no lo es. El art. 14 bis consagra la protección contra el despido arbitrario y la estabilidad del empleado público, dos garantías previstas en la parte dogmática, y el art. 75 inc. 19 establece que corresponde al Congreso proveer lo conducente al desarrollo humano, al progreso económico con justicia social mientras que el veto es una facultad presidencial que en modo alguno puede ser interpretada como una capacidad para privar a los trabajadores de estas garantías. En caso de colisión, si la hubiere, no se puede dudar cuál es el bien que debe primar. Si la facultad de vetar una norma es ejercida en contra de estas garantías, el ejercicio del derecho a veto constituiría un abuso de derecho.

El entrañable Luis Alberto Spinetta nos contaba en la década del 70 la historia de un Capitán Beto que tenía un equipo tan precario como su destino. Cada cual es artífice del suyo. Con el ejercicio tan antipopular de la facultad de vetar, el presidente Veto no hace más que encerrarse en su cápsula y alejarse más y más de las necesidades del pueblo.

Nosotros buscamos el éxito en la gestión del gobierno, por eso señalamos necesidades y marcamos errores. Es con esa vocación que le pedí al presidente Macri que no vete la ley diseñada para proteger el empleo porque si el Presidente la veta, va a tener otro veto, que es el de los trabajadores.

*    Jefe del bloque de diputados del FpV.         












             

 PANORAMA ECONÓMICO


Es lo que hay

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Por      David Cufré

El veto de Mauricio Macri a la ley antidespidos se confirmó ayer un par de horas después del anuncio del Frigorífico Bragado, una cooperativa que emplea 50 trabajadores. Reconoció que probablemente cierre al no poder afrontar el aumento de la factura eléctrica, de 28 mil pesos a 70 mil, en un contexto de caída de la producción y la demanda. Una situación similar denunciaron esta semana las cámaras hoteleras de Bariloche, Villa la Angostura, San Martín de los Andes y otras localidades turísticas del Sur, con incrementos en las facturas de gas de 5000 a 50.000 pesos o de 45.000 a 350.000. El marketing político es una especialidad del PRO, pero las acciones publicitarias de corto plazo se están viendo desbordadas por una realidad que sobrepasa los diques comunicacionales. Hace diez días el Presidente reunió a un centenar de grandes empresarios en Casa Rosada para la firma de un compromiso de estabilidad de sus planteles por noventa días. Cuarenta y ocho horas después ya había denuncias de despidos en una de las empresas de Techint, en Alpargatas, en Massalín Particulares, en firmas metalúrgicas y mineras. Todos los días se conocen nuevos casos. El sector público también es protagonista. Entre 600 y 800 inspectores del Renatea, que combatían la explotación laboral en el campo, quedarán en la calle en los próximos días por la desarticulación del organismo. El secretario de Seguridad Social del Ministerio de Trabajo, Juan Carlos Paulucci, impulsó esa decisión. Antes de llegar al cargo era funcionario de la obra social de Uatre, el “sindicato” de peones rurales que dirige Gerónimo “Momo” Venegas. Su hijo, de nombre también Juan Carlos, intentó ser ubicado por el Gobierno como nuevo fiscal General de la Seguridad Social, puesto desde el que hubiera tenido que controlar a su padre, pero la avalancha de impugnaciones que se presentaron en el Senado obligó al oficialismo a frenar su pliego, y seguramente sea dejado de lado.

El veto a la ley que imponía la doble indemnización por seis meses se produjo en un contexto de fuertes tensiones en el mercado laboral. El Gobierno podrá negar la ola de despidos, atribuirle la responsabilidad a la gestión anterior o intentar comprometer a los empresarios a no seguir echando trabajadores, según lo recomienden los publicistas cada semana, pero la realidad que le marcan sus propios registros alerta sobre un aumento persistente de la conflictividad social. Lo reflejan, por ejemplo, las últimas estadísticas del Servicio de Conciliación Laboral Obligatoria (Seclo): en marzo atendió un 50 por ciento más de trabajadores y empresas que en igual mes del año pasado. Este organismo del Ministerio de Trabajo se encarga de resolver por vía administrativa reclamos individuales en materia de empleo. Es una instancia previa obligatoria a cualquier demanda judicial en la Ciudad de Buenos Aires. Si después de dos audiencias de mediación las partes no llegan a un acuerdo, entonces sí el trabajador puede plantear su queja en Tribunales. Desde que empezó el año, el Seclo experimentó una estampida en la presentación de casos, que fue de entre 20 y 30 por ciento en el primer bimestre y saltó al 50 por ciento en marzo. Acudieron 14.700 personas, contra 9800 de marzo de 2015. La dependencia interviene frente a cualquier tipo de controversias, no solo despidos, con lo cual constituye un valioso termómetro oficial sobre la marcha que lleva el mercado de trabajo.

Otros indicadores de distinto origen coinciden en la identificación de una tendencia preocupante, entre otras razones, porque anticipa un despegue de la desocupación. El Centro de Economía Política Argentina (Cepa) reportó 154.786 cesantías hasta abril; la consultora Tendencias Económicas contabilizó 139.396, y el índice de la Cámara de la Construcción reconoció 26 mil puestos formales menos solo hasta febrero (de 396 mil en 2015 a 370 mil en igual mes de este año). Más allá de los datos cuantitativos, el comportamiento del equipo económico, del Banco Central y del Ministerio de Trabajo evidencia que la defensa del empleo no es su prioridad. Eso agrava un cuadro de por sí delicado por el perfil de la política económica, que en este período atentó contra la producción manufacturera, la construcción y el consumo interno, principales fuentes de ocupación en la Argentina.

El paso de un modelo de desarrollo con base en la industria, inclusivo, a otro agroexportador y financiero, golpea en el mercado laboral. La desprotección de los trabajadores se aprecia a través de distintas decisiones. Una de ellas, que involucra al Ministerio de Trabajo, es el cierre del programa Asistir. Era un servicio de asistencia legal gratuita a empleados registrados y no registrados. Acudían especialmente quienes no tenían cobertura sindical o medios suficientes para costearse un abogado, o que presentaban reclamos por montos bajos y les costaba conseguir representación. El cuerpo de profesionales contratado por el Estado para atenderlos fue expulsado por la nueva gestión, que sigue prometiendo que en algún momento restablecerá el plan. Mientras tanto, cientos de personas quedaron a la deriva con sus telegramas de despido o sufriendo la alteración unilateral de las condiciones de trabajo. La oficina al público de Asistir quedaba en la calle 25 de Mayo, entre Tucumán y Viamonte, en la parte de atrás del Ministerio de Trabajo. Ahora está cerrada, pero a pocos metros ya abrió un estudio de abogados que ofrece el mismo servicio, solo que tarifado. Es la foto del local que acompaña esta columna.

Fuentes empresarias y gremiales aseguran que la respuesta habitual ante el anuncio del cierre de plantas o el pedido de auxilio para evitar despidos es la indiferencia. Los trabajadores de Radio América, por ejemplo, hace meses que reclaman la concesión de los Repro para cubrir una parte de sus ingresos sin ningún resultado. La cartera laboral se desentiende del conflicto mientras los empleados siguen sin cobrar desde diciembre. En este y en otros casos, el Gobierno en lugar de asumir un rol activo, decidido, que interpele a los empleadores y al mismo tiempo les ofrezca alternativas para remontar su actividad, mira desde la platea cómo se va acentuando la sangría ocupacional. Pasado mañana habrá una movilización a Alem al 600 de otro gremio que viene reclamando sin éxito la intervención del Ministerio de Trabajo. Es la Federación Marítima, que protesta por el cierre de la terminal Tecplata y para impedir un avance contra derechos de los operarios. Según su denuncia, son víctimas de “intimidaciones del sector empresarial, que posterga la recomposición salarial con la insólita exigencia de que los gremios renuncien a las conquistas de los Convenios Colectivos de Trabajo”.

Los períodos recesivos que atravesó la Argentina la última década y mucho más intensamente antes de 2003 estuvieron asociados a un aumento de la desocupación. El efecto Tequila de 1995 la llevó al 18 por ciento; la crisis que empezó en 1998 y explotó en 2001 la dejó en 25 por ciento; en 2009 subió 1,3 puntos porcentuales, hasta 9,1 por ciento, y en 2014 se elevó 0,7 punto, hasta 7,5 por ciento. La recesión actual perfila una situación más parecida a la de los ‘90 y los ‘2000 que a lo que sucedió durante el kirchnerismo. Sobre todo si la resolución de los conflictos va a seguir siendo como en Cresta Roja, donde más de 2000 trabajadores quedaron afuera de la empresa,  – los nuevos empleadores prometen aumentar las incorporaciones en la medida que remonte la actividad –  y los que reingresaron tuvieron que aceptar condiciones de contratación más inestables y cediendo derechos. Es lo que hay, habrá pensado Macri cuando eligió anunciar desde allí el veto a la ley antidespidos.













LA SENADORA FELLNER DENUNCIÓ PERSECUCIÓN POLÍTICA  

EN JUJUY LUEGO DEL ALLANAMIENTO A UNA INTENDENCIA


El brazo judicial del gobernador Morales



Con la excusa de una vieja denuncia, la Justicia jujeña allanó el despacho del intendente de El Carmen y suspendió la matrícula de su abogado. Fellner dijo que fue porque ella se encontraba allí y que sólo buscaban amedrentar. 
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 La senadora Liliana Fellner se solidarizó con la situación de Milagro Sala,                       
que lleva cuatro meses presa.

En sólo 24 horas, el Poder Judicial de Jujuy allanó la sede de la municipalidad del departamento El Carmen, cuyo intendente, Adrián Mendieta, pertenece al opositor Frente para la Victoria, y suspendió la matrícula de su abogado defensor, Alberto Nayar, uno de los letrados que denunció la ampliación del tribunal supremo de aquella provincia durante la escandalosa sesión de la legislatura provincial en la que diputados radicales que responden al gobernador Gerardo Morales se promovieron a sí mismos. La senadora del FpV por Jujuy, Liliana Fellner, denunció ayer estos hechos durante una entrevista en la que también se solidarizó con Milagro Sala, quien lleva cuatro meses presa. “Esto es lo que sucede con la justicia de Jujuy. La persecución política es imposible”, determinó la senadora.
El allanamiento estuvo comandado por el fiscal Alejandro Maldonado con la excusa de una vieja denuncia de 2012 en la que se investiga al intendente Mendieta – reelecto en octubre pasado  y a cuatro de sus funcionarios por malversación de fondos públicos. La causa la lleva adelante el juez Gastón Mercau, el mismo que decidió la detención de Milagro Sala y negó en varias oportunidades los pedidos de excarcelación presentados por organismos de derechos humanos y organizaciones sociales. Mercau es, además, el ex yerno de la presidenta del máximo tribunal jujeño, Clara Falcone. Fellner denunció ayer que Mercau decidió unilateralmente suspender la matrícula del abogado Nayar, defensor del intendente, “por haber sido uno de los denunciantes de la bochornosa ampliación de la Corte”.
Según la versión de la senadora, el fiscal decidió avanzar con el allanamiento sobre el despacho de Mendieta luego de enterarse que se encontraba reunida con éste. “El allanamiento ya había terminado. Enterado de que yo estaba con el intendente, Maldonado decide allanar en ese mismo momento su despacho y amenaza con detenerme. Yo le dije, ¿por qué no me allana la cartera también?”, denunció la senadora. Mañana, Fellner y Mendieta denunciarán al fiscal por las irregularidades en el procedimiento.
“El despacho casi ni lo tocaron, no allanaron nada. Fue virtual, ni siquiera registraron los papeles. Sólo entraron a amedrentar e insultar”, indicó Mendieta a este diario, y denunció que los dirigentes del Frente para la Victoria de la provincia “sufren el acoso del Poder Judicial, comandado por el gobernador Morales y ejecutado por Mercau, que lleva adelante todas las causas”.
La denuncia que derivó en el allanamiento data de 2012. Se lo acusaba al intendente y cuatro de sus funcionarios por supuesta malversación de fondos públicos, derivados de la compra de artículos de librería por un monto de 60 mil pesos anuales. El dato curioso es que la librería involucrada, además de ser proveedora del municipio desde hacía 20 años, es propiedad de un ex concejal de la UCR, Víctor Hugo González, a quien el gobernador Morales designó recientemente como delegado de la localidad de Diques. La causa quedó archivada en 2013, y fue reactivada en noviembre pasado.
“Estamos en una situación complicada en Jujuy”, sostuvo la senadora en diálogo con Radio Del Plata. “El pueblo eligió a un gobernador para que las leyes se cumplan, no para que haga de emperador ni para que levante el dedo acusatorio para dictaminar la libertad o no de las personas”, denunció.
Fellner se refirió también a la situación de la dirigente de la Tupac Amaru, Milagro Sala, cuya dentención situó en el marco de la persecución política que vive la provincia. “Toda persona tiene derecho a una investigación, a un juicio justo, a que se presenten pruebas. No se puede encarcelar así a una persona”, denunció la senadora. Fellner aclaró que a pesar de las “diferencias” políticas que tuvo con Sala, “no se puede tratar así a nadie” y sostuvo que la dirigente de la Tupac merece “un juicio justo, como todo ciudadano”.


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