Cuando los colonizadores llegaron a estas tierras que llamaron América, sabían que debían destruir las culturas y creencias de sus pueblos para dominarlos.
Además de asesinarlos, se dieron a la tarea de “evangelizarlos”, construyendo sobre sus templos, las iglesias de los nuevos tiempos impuestos.
Así les hicieron saber que eran subhumanos, las mitas y las encomiendas terminaron el exterminio, al canto del saqueo imperial del oro y la plata, marcadas de sangre indígena de 9 muertos por kilo extraído y enviado a España y Reino Unido.
Siempre fue igual a lo largo de la historia, las armas o la economía disciplinaron a los pueblos, con la complicidad cipaya de nativos y criollos adocenados y sumisos al poder imperial.
La lucha de nuestros Padres Fundadores lo certifica, fueron denostados por los poderes económicos financieros comerciales, ligados a los intereses extraterritoriales.
Artigas condenado a muerte y con precio por su captura “vivo o muerto” por el Director Posadas, por orden de Alvear.
San Martín perseguido por Rivadavia, intentando proteger sus negocios con la Mining Co inglesa.
O Bolívar acusado de ladrón y asaltante de los caminos por la prensa europea y los pensadores de entonces, incluido Marx que lo criticaba.
Antes Facundo, Rosas, Varela, Irigoyen, después Perón y ahora Chávez, Lula y Kirchner, los íconos del mal para borrar de la memoria histórica.
Nunca le dieron a nuestro continente, a nuestros pensamientos y acciones entidad ni jerarquía de análisis propio, de construcción identitaria de la América profunda, criolla, morena, indígena con fuerza emancipadora que intentaron fragmentar en cada período histórico.
Lo hicieron los ingleses en las postrimerías del siglo XlX al producir la balcanización de una Patria Grande que nunca quiso ser una suma de unidades nacionales pequeñas.
Así partieron la Gran Colombia bolivariana en 4 países, con la colaboración de EEUU en el caso de Panamá y su canal. Impidieron que las provincias Unidas del Río de la Plata consolidasen con los pueblos altoperuanos, que declararon nuestra independencia una unidad nacional permanente.
Segregaron la Provincia Oriental con el fin mediocre de combatir a Artigas, prefiriendo entregarla al reino portugués de Brasil, que defender la soberanía planteada por el Protector de los Pueblos Libres.
Sin embargo 200 años después de aquellas luchas, el UNASUR y la CELAC, consolidaron un imaginario común, ya expresado por los pensadores como Gracilazo, Vasconcellos, Mariátegui, Rodó, Darío, Martí, Astrada, Ugarte entre otros que se negaban a plantear la cuestión nacional divorciada de la condición continental.
También la construcción del pensamiento americano fue ganando espacio, frente a las culturas dominantes eurocentristas, herramientas de penetración insoslayable de los colonialistas económicos, que intentan en cada etapa, marcar como políticamente correcto lo decidido en los centros de poder internacional.
Todo lo que no se ajuste al discurso colonial, es atrasado, fuera del mundo, ahistórico, contando para ese fin con la colaboración de las herramientas mediáticas y judiciales, emblemas de control del Mercado por sobre la democracia.
Hoy nuestro país atraviesa una nueva etapa de restauración conservadora, liberal, colonial y sumisa a los poderes internacionales, de la mano de un gobierno electo, cuyo único nivel de decisión es el cumplimiento de las órdenes emanadas en el caso de Cancillería del Departamento de Estado de EEUU y en las áreas estratégicas del país decisiones condicionadas por las necesidades empresarias que han colonizado los ministerios y unidades de investigación, al mejor estilo de “dejar al gato al cuidado de las anchoas”.
Así los bancos como HSBC controlando la evasión es casi un chiste de mal gusto, además supervisado por agentes de Wall Street, la energía manejada por Shell, la economía por JP Morgan, la inteligencia ex SIDE, por un agente de jugadores de fútbol, las comunicaciones por un agente de la dictadura militar, la salud pública monitoreada por las prepagas.
Diseño pleno del Banco Mundial y el FMI en un modelo de país privatizado, con menos estado, mas endeudamiento, menos trabajo, mas flexibilización, menos gasto y menos subsidios, apertura al libre comercio, liberalización de los mercados de capitales, ante al aplauso de los líderes mundiales del “libre comercio nuestro”, porque el de ellos sigue cerrado.
Hecho este pequeño racconto, me permito sugerir humildemente abandonar cualquier tipo de lucha intestina en pos del combate principal, contra un enemigo que opera al gobierno por control remoto, que ha ocasionado en poco tiempo el mayor daños social desde el 2001, en sólo 150 días, en una camino que sólo tropezará con la fuerza organizada del pueblo en la oposición.
No es ni más ni menos democrático luchar por los derechos conquistados, las calles y la visibilización de los conflictos es la responsabilidad nuestra, no lo será el llorar la falta de información, ni lamentarse de los juicios infames.
La lucha es lo único que garantiza recrear la conciencia nacional y latinoamericana agraviada, ahora con Dilma, luego con Maduro y seguirán con Correa y lo intentarán con Evo.
Nuestros legisladores, hasta ayer nomás aplaudidores del camino de mas estado y mas política, que el peronismo recuperó en doce años de gobierno, que ahora creen que pueden negociar pequeños espacios de poder, sepan que serán responsables de no poner límites en aspectos estructurales centrales de la política, como la designación de jueces supremos del macrismo, como la modificación que se proponen al sistema previsional.
Ya claudicaron con los buitres y los DNU de la ley de servicios de comunicación audiovisual, siendo mayoría plena en senadores.
Lo mismo para las nuevas autoridades del PJ, nuestro único lugar es la oposición al modelo imperial, entreguista y contrario a la felicidad del pueblo y la grandeza de la Nación.
El imperio no perdona el No al ALCA, contraatacó y logró avanzar.
Los pueblos tampoco perdonamos y la lucha por la liberación nacional seguirá vigente mientras haya un solo signo de penetración e injerencia en suelo americano, en una grieta que sólo se superará cuando seamos respetados como iguales, como los pide Francisco al decir que “este sistema no da mas”, al criticar la voracidad brutal e inhumana del capitalismo financiero que arrasa soberanías y somete a los pueblos.
Eso es Imperialismo siglo XXl al cual se sometieron desde las social democracias europeas a los supuestos liberales puros.
El Modelo Social Solidario del siglo XXl que propone el peronismo desde hace 70 años es Biocéntrico, con eje en el hombre, la naturaleza y el cuidado de los recursos naturales, en un mundo en paz.
http://nacionalypopular.com/2016/05/20/la-imposicion-imperial/
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