lunes, 2 de mayo de 2016

DIME CON QUIÉN ANDAS

lunes 02 de mayo de 2016





JORGE TRIACA EN LA MISA POR UN REPRESOR 

INVOLUCRADO EN LA CORRUPCIÓN CON BIENES DE  

DESAPARECIDOS

Ni una misa para los trabajadores



El ministro de Trabajo asistió a la misa por el represor de la ESMA Miguel Angel Egea, involucrado en reducir los bienes que robaban a los secuestrados en la ESMA. Fue pocas horas antes de la gran concentración obrera del viernes.
El ministro, su madre y su esposa publicaron avisos fúnebres por la muerte 
del represor Miguel Angel Egea.



Por     Alejandra Dandan

A horas del comienzo de la primera movilización que logró reunir por primera vez en la calle a las cinco centrales obreras en medio de la ola de más de 140 mil despidos en el país, el ministro de Trabajo Jorge Triaca llegaba a la Iglesia del Socorro sobre la calle Juncal al 800. A las 17.45 se hacía una misa a un mes de la muerte de Miguel Angel Egea, un socio de los Grupos de Tareas de la ESMA, de Ricardo Cavallo y de Jorge Radice, imputado en la causa por el Robo de Bienes por parte de los marinos a los desaparecidos y a quien Eduardo Luis Duhalde asoció a los integrantes de los grupos de la derecha peronista de la ciudad de Córdoba en el Comando Libertadores de América, junto a Héctor Vergez y al brigadier Raúl Lacabanne. El ministro Triaca había firmado un mes antes una de las cinco escasas condolencias que recibió Miguel Angel Egea el día de su muerte en la sección de avisos fúnebres del diario La Nación.

Egea murió en Miami, en el simbólico 24 de marzo de 2016 cuando se cumplían 40 años del golpe de Estado. Triaca hijo firmó el saludo junto a su esposa y su madre. "EGEA, Miguel A., q.e.p.d. - A un mes de su partida, se celebrará una misa en su memoria el jueves 28, a las 17.45, en la iglesia del Socorro, Juncal 880", publicó la sección de avisos fúnebres del diario La Nación el martes pasado. Un mes antes, el mismo diario publicó sólo cinco avisos con la noticia de su muerte. Como los diarios no salieron el 25 de marzo, los avisos se publicaron el día 26. El primer aviso llevó la firma de su esposa Bárbara Franz, una norteamericana, que aparece como apoderada de varias empresas vinculadas a la ESMA. Y el segundo aviso está firmado por el actual ministro de Trabajo y su entorno familiar. "EGEA, Miguel A. - Rezamos una oración en tu memoria y acompañamos a Bárbara en este profundo dolor. Adriana, Cecilia y Jorge Triaca". Cecilia se llama la esposa del ministro y Adriana se llama su madre.

En la tarde del jueves cuando todo el gobierno estaba conmocionado por el impacto que podía llegar a tener la convocatoria del viernes, el ministro Triaca se presentó a la hora señalada en la puerta de la Iglesia del Socorro a conmemorar la memoria de su amigo. Para entonces, el PJ capital anunciaba su adhesión a la convocatoria de los gremios y el senador de Cambiemos Federico Pinedo, presidente del Senado, había reiterado el rechazo del macrismo a la ley antidespidos y confesaba "estamos en el peor momento de este Gobierno". Ya de nochecita, el ministro permaneció en la puerta junto a un pequeño grupo de personas.


El otro
Menos conocida es la historia de Egea pese a que su nombre fue denunciado de modo constante en investigaciones periodistas ligadas al robo de bienes de la Escuela de Mecánica de la Armada. Uno de los hombres que comenzó a denunciarlo es el ahora fallecido Luis Eduardo Duhalde, primer secretario de derechos humanos del gobierno de Néstor Kirchner. Alrededor de Duhalde dicen que a partir de esa época Egea decidió mudarse a Estados Unidos, convencido de que en cualquier momento podía quedar detenido.

"El que tal vez comparta con él una copa en el Alvear Palace Hotel, por ejemplo, le resultará difícil imaginar, que este corparchón simpático y entrador, que se presenta como lobbista influyente en las más altas esferas y experto en licitaciones, es un tenebroso personaje", dice sobre Egea un pequeño apunte de Eduardo Luis Duhalde. Una cita que adjudica, a su vez, a un "ex amigo de Egea". "Sin embargo, si el ocasional interlocutor más adelante debiera discutir las condiciones de un eventual negocio con este cincuentón, que apenas deja entrever entre sus canas su antiguo cabello pelirrojo, descubrirá que es 'un duro' cuya afabilidad ha desaparecido. Si avanzando en la relación, aquel interlocutor creyera que puede confiar en él, es probable que terminara estafado, y si a su vez, intentara defraudar a Egea, no sería extraño que conociera a algunos 'amigos' del Colorado."

Miguel Angel Egea está imputado en la causa de Robo de Bienes de la ESMA a cargo del juzgado de Sergio Torres. Su nombre aparece como parte de una estructura de empresas montadas por marinos del Grupo de Tareas 3.3.2, entre cuyos orígenes están las oficinas del ex almirante Emilio Massera. Esa causa tiene dos partes. Por un lado, investiga la relación entre el robo de bienes de los desaparecidos y una serie de empresas locales que están o estuvieron a nombre de los integrantes del GT. Entre ellos figuran Jorge Radice, Ricardo Cavallo, familiares de ellos y de un grupo de civiles como el de Egea que suele ser siempre el mismo. Por otro lado, investiga la relación entre esas sociedades locales y otras radicadas en paraísos fiscales como Panamá, Islas Vírgenes y Uruguay. Bajo la hipótesis de lavado de dinero, la Unidad de Investigación Financiera (UIF) en 2014 presentó al juzgado un informe en el que entendía que una serie de empresas locales con balances negativos habían recibido entre 2001 y 2013, 19.008.513 pesos. "Esto último constituye una clara maniobra tendiente a lavar activos dijo la UIF en ese momento, ya que mediante los aportes de una sociedad extranjera se ingresan al país sumas que se encontrarían en el exterior y que tendrían origen en la liquidación de todos los bienes que fueron apropiados por el Grupo de Tareas 3.3.2". La UIF para entonces a cargo de José Sbatella, estaba convencida que detrás de las empresas radicadas en el exterior estaban los mismos nombres de los dueños de esas sociedades en argentina.

En ese momento, pidió al Juzgado de Torres que investigara esa línea y pidió constituirse en querellante. El juzgado pidió información a Panamá. Y recibió información oficial de una de esas compañías: Adela Compañía de Inversiones (Panamá). De acuerdo al Informe de la UIF, esa compañía inyectaba dinero en otras tres radicadas en Argentina: Long Regent SA, Martiel SA y Sately SA. El Juzgado constató en la documentación de Panamá —confirmando la hipótesis— que los integrantes del directorio son los mismos nombres de los que están radicados aquí, tal como este diario señalo en su edición del domingo pasado.

En esas sociedades está Egea como director o presidente. Y también está Norma Radice, hermana de Jorge Radice, hombre clave del robo de bienes de la ESMA. Radice fue Jefe de Operaciones del Grupos de Tareas, con una oficina propia en el pasillo de los Jefes del Centro Clandestino. Radice participaba de los operativos y tenía reputación de ser un francotirador de elite. Fue condenado a prisión perpetua en 2011, en el juicio ESMA II, por su participación en el secuestro, los tormentos y el homicidio de los doce integrantes del grupo de la iglesia Santa Cruz, así como por su colaboración en el asesinato de Rodolfo Walsh y el robo de sus bienes. En este momento se lo juzga en el Juicio ESMA Unificado que se realiza por los crímenes a 789 personas. Es uno de los imputados en Robo de Bienes. Y quien pasó a "trabajar" de la ESMA a las oficinas de Massera en la calle Cerrito 1136, cuando el jefe de la Armada se retiró para amar su proyecto político entorno al Partido para la Democracia Social con aliados de la derecha peronista. De esas oficinas surge uno de los nombres emblemáticos del "robo de bienes" como el caso Chacras de Coria, uno de los puntos de origen de la trama de empresas en investigación. Allí quedó radicado el domicilio legal de WillRi, la sociedad a través de la cual se fraguó la venta de las propiedades de una de las víctimas de la ESMA. WillRi era un juego de palabras que remitía a Francis William Whamond, el alias de Jorge Radice.

Jorge Radice, su hermana Norma y Egea aparecen juntos en una enorme trama de relaciones societarias siempre denunciadas como parte del blanqueo de dinero de la ESMA. También está la esposa de Egea, Bárbara Franz. Entre las sociedades más conocidas, están aquellas que detectó la UIF recibiendo dinero de Panamá como Martiel S.A. También Seal Lock S.A. y Talsud S.A que combinaron en distintas épocas a otros nombres emblemáticos de la ESMA como Ricardo Cavallo y Jorge Acosta. Del universo de sociedades creadas, una de las más llamativas es Adela Compañía de Inversiones, la compañía que es investigada en Panamá. Su origen es 1966 y fue creada por un consorcio de capitales norteamericanos para inyectar dinero en las dictaduras de Cono Sur. En 1988, y en paralelo al crecimiento de las sociedades en Buenos Aires, a esa sociedad ingresaron Norma Radice y Miguel Angel Egea. Él como "presidente" de la compañía, de acuerdo a ese registro y como su "representante". Norma Radice como parte del directorio.


De la Triple A a la Estrella de la Fortuna

Así se llama el documento que Eduardo Luis Duhalde escribió sobre Egea. El ex secretario de derechos humanos, lo ubica como uno de los miembros de los grupos fundadores de la Triple A en la provincia de Córdoba, precedente del Comando Libertadores de América. En los años '70 y '80 tuvo varias causas por estafa. De acuerdo al documento de Duhalde, en 1967 fue detenido por usurpación de títulos y honores art. 267; en 1974 tuvo una causa por infracción al 302 de cheque sin fondos y dos causas por estafa. En 1977, tuvo otra causa por estafa. En 1979, dos quiebras. En los '80 aparecen las sociedades con los marinos. En los '90, llega a Buenos Aires de la mano de Alberto Kohan. Según publicó este diario en 2003, "con el nacimiento del menemismo, se mudó a Capital para trabajar con Kohan en la Fundación de Estudios para la Argentina en Crecimiento y según testimonios periodísticos se lo veía con su jefe y amigo (Kohan) arriba del Menemóvil, vehículo que transportó a no pocos violadores del Código Penal, como el propio Radice". Cuando Julio César "Chiche" Aráoz, con quien tenía relación desde Córdoba, pasó a desempeñarse como secretario de Energía en 1989, lo llevó como asesor. Egea paralelamente montó una consultora especializada en hidrocarburos en la calle Mitre al 900. Aráoz pasó de Energía a ser interventor en Tucumán y luego ministro de Salud y Acción Social, área de la que dependía Lotería Nacional. El documento de Duhalde, también dice que en 1997, pidió renovación de pasaporte y dio como referencias a Nicolás Ciccone y Hugo Budkin y declara que trabaja en Martiel S.A. Para la época comienzan los contactos con el Casino Flotante. En el año 2000, este diario preguntó por su participación en el Casino Flotante a Jorge Lima que fue vicepresidente de Lotería Nacional durante el menemismo. "A mí me lo presentaron como parte del directorio", le dijo a Página/12.

Durante esa época, Egea también estaba detrás de una agencia de publicidad. Tenían el juego del Cash y el Loto e imprimían cartones en Ciccone.















OPINIÓN

¿Problemas de comunicación?


Por      Eduardo Aliverti


Mauricio Macri y las principales figuras de su equipo hablan de un futuro muy próximo, bienaventurado, no más allá del próximo semestre, en el que comenzarán a sentirse los efectos positivos de haber devaluado brutalmente, desfinanciado a las arcas públicas por quita de retenciones más el endeudamiento en dólares, generado una oleada de despidos que se cuentan de a decenas de miles en el sector estatal y privado. Y disparado una inflación que ya es el ajuste pagado por los que menos tienen.

El problema del Gobierno es que, bajo decisiones como ésas, sólo indicativas de una ¿épica? de derechas, reaccionaria, sin rasgos de sensibilidad social, no hay futuro inmediato que no sea cómo llegar a fin de mes; de qué modo estirar un poder adquisitivo hecho casi trizas a poco más de los dichosos cien días de aguante que tiene cualquier gobierno nuevo; con cuáles argumentos no recesivos se sostiene la posibilidad de mejorar. Este último ítem quizá merezca detenimiento porque, articulando cinismo con dudosas intenciones críticas, desde el riñón periodístico del macrismo viene afirmándose que el error gubernamental es la mala comunicación. Podría concederse que Casa Rosada incurrió en varios deslices llamativos, habiendo ese mentado dream team capaz de manejar cual los dioses el qué y cómo se comunica. De hecho, fue uno de los factores a que recurrieron propios y ajenos para explicar la derrota electoral del kirchnerismo. Citan varios ejemplos de patinadas, como la de Macri en Salta anunciándose que hablaría en un acto con wichis mientras en ese momento medio país estaba pendiente de la reaparición y discurso de Cristina; o haber mantenido en su agenda notificar "medidas sociales" a la misma hora en que sólo importaba la tragedia de Costa Salguero. Afuera y adentro, asimismo, todos son conscientes de que Macri no dispone precisamente de una oratoria fluida, al margen de algún entrenamiento foniátrico y locutivo que mejoró su papa en la boca. Luego, claro, se necesita no tanto poder conjugar oraciones con más de tres sílabas –que también–, sino saber dotarlas de un contenido profundo, seductor, convocante y masivo. En ese aspecto, las críticas deslizadas a Macri y compañía, por parte de varios comunicadores militantes en las corporaciones mediáticas de su tronco, podrán ser profesionalmente acertadas si apuntan a que comandar el gobierno nacional no es lo mismo que vender globos de colores en una campaña. Pero no son cuestionamientos justos, o caen en una extrema hipocresía, si se trata de pretender una manera feliz para comunicar que lo horrible es hermoso y que gobernar para los ricos es una tarea exigente, necesitada de comprensión popular.

Hay algunos argumentos que se observan firmes, y nunca mermarán, en el núcleo más duramente gorila de los votantes de Macri. Y aún serían poco apreciables – habrá de verse cuánto tiempo – las rajaduras aparecidas entre los fluctuantes, creídos de que las cosas podían andar mejor sin cadenas nacionales a cada rato, con cambios de estilo, liberando al dólar, sustituyendo personajes mientras no se afectaran las conquistas habidas en los doce años K. Es resistente el justificativo de que los echados estatales son en su totalidad ñoquis choriplaneros, y que los inversores nos miran con cariño como si las inversiones reales no tardaran años en ponerse de manifiesto. Todavía bastante dulce por haber estrenado hace menos de cinco meses, en otras palabras, Macri conservaría altas dosis de aceptación o expectativas favorables. No está igual que cuando asumió, le brotan los conflictos y las internas, ya perdió una batalla legislativa en el proyecto de ley contra los despidos. Pero está lejos de sufrir grave mella porque se mantiene el discurso de la pesada herencia, la necesidad de integrarse al mundo así fuere a costa de un acuerdo ominoso con los fondos buitre y ese show quizá inenarrable de mostrar la corrupción kirchnerista como si fuera el único tema nacional que vale la pena. Los medios adictos montan una cadena mucho más agotadora que las de Cristina para revelar las andanzas de Lázaro Báez, que al parecer son tan indefendibles como lo infame de hacer pasar por ahí el centro de todo análisis y observación políticos. Unas andanzas que tienen relación inversamente proporcional con el escándalo del Panamacri, ocultado hasta la ignominia por esos mismos medios. A esta altura, la nómina de funcionarios no comprometidos en piraterías offshore es más corta que enumerar a los macristas enchastrados sin que haya habido desmentidas oficiales mayores. Quedó incluido el propio Macri y su ex ministro de Hacienda en la Ciudad, Darío Grindetti, actual intendente de Lanús. No hay una línea al respecto en los órganos del periodismo independiente, genéricamente expresado.

Esa táctica antes que estrategia, la de saturar en todos sus medios con la mierda de corrupción habida hasta el 10 de diciembre, y que habría sido absoluta, es el gran refugio de quienes comunican. Porque eso sí lo saben comunicar, y está a cargo de la única comunicación que verdaderamente les importa: la cadena de prensa privada. Desprecian a los medios públicos, no les interesan y el macrismo, como confiesan sus escribas, hubiera preferido dinamitarlos porque no le encuentran sentido. Tiene razón. ¿Para qué necesitaría prensa estatal, si ya la tiene y de sobra con la que defiende sus intereses? Un debate interesante y renovado, ya que estamos: si los medios privados sólo escenifican al provecho de los sectores del privilegio, y si los públicos no debieran existir al ser –y gracias– una molestia para el fisco, ¿quiénes diablos se encargarían de representar a las otras voces, de excluidos, progres, opositores de diversa índole y así de corrido? ¿Se legitima el Estado ausente en el derecho a una comunicación pluralista, entonces? ¿Por qué no se animan a decirlo y chau, en vez de mentar criterios republicanos sobre igualdad de acceso informativo? Esa es una sección decisiva de la polémica sobre el uso de los medios, pero no la que interesa ahora, a fines de esta columna, porque se trata de lo mal que comunicaría el Gobierno y de qué podría notificar con eficiencia la perdida, aseguran los macristas para que "la gente" comprenda que detrás de perjudicar a las mayorías hay intención de favorecerlas. ¿Cuál receta duranbarbesca habría para que caigan fantásticas unas tasas de interés de casi el 40 por ciento anual, que permiten una bicicleta financiera anclada en los antecedentes de Martínez de Hoz y Cavallo, cambiando los dólares a pesos, ingresándolos golondrina, retirándolos cuando plazca y recomprando los dólares con un rendimiento en divisa dura insólito en el mundo entero? ¿De qué forma podría comunicarse más eficazmente que hace falta un ejército de desocupados de unos dos dígitos, para cercar la puja distributiva y acotar la inflación restringiendo el consumo? ¿Cómo se comunica la felicidad de unas universidades públicas que ya no tienen para pagar la luz, y un tarifazo que obliga a los comerciantes chicos e incluso medianos a pensar de qué van a vivir, y unos tamberos a los que se les incrementó en 20 por ciento el precio del maíz por el efecto devaluatorio? ¿Qué es lo que quieren o podrían comunicar mejor? ¿Que ya no fía ni el chino de la vuelta?

Como el futuro ése del próximo semestre es una cuestión masturbatoria de las consultoras que, para variar, cuentan lo bueno que será el derrame de la copa acaudalada, el viernes se registró otro síntoma de una disconformidad creciente. La manifestación fue impresionante y estrictamente gremial (lo cual es todo un dato, positivo), al revés de las también impactantes del 24 de marzo y del retorno de Cristina. La cerró Hugo Moyano con una perorata previsible, de inmensa tibieza por ser compasivos, en la que más se preocupó por aclarar que no era un acto contra el Gobierno sino a favor de los trabajadores, como si un aserto de esa naturaleza no fuese una contradicción en sus propios términos. Podría discutirse la autoridad moral de cada quien para chocar contra la derecha gobernante si es que hablamos del palco, con honrosas excepciones como la de Hugo Yasky. Ya pasó a segundo plano el reclamo por el impuesto a las ganancias que tributa una mínima parte de los trabajadores, porque entraron a discusión las fuentes laborales. Si es por eso, por el palco, hay una dirigencia sindical en retirada por razones generacionales y de aspiraciones diversas, como las de un Moyano más inquieto por la AFA que a efectos de la CGT. En ese sentido, lo del viernes fue asimilable a la burocracia conductiva del PJ. A una bolsa de gatos, de la que se excluyó Luis Barrionuevo porque estaba preparando el locro a compartir con Macri. Pero ésa no deja de ser una mirada fácil, obvia. La central es que, a menos de cinco meses de asumida la derecha por canales democráticos, hay reacción. De ser por cantidad de gente protestando en la calle, debiera habría que preguntarse cuánta juntaría Macri a su favor. Durante el acto y hasta después, los portales de medios oficialistas mostraban parrillas con chorizos, nuevos andariveles del caso Báez y estupor porque un juez prohibió toda actividad de baile con música, más la nueva avanzada judicial contra Milagro Sala. ¿Esa es la forma en que se comunica mejor? Semeja que están a la defensiva, y no van ni cinco meses. Las encuestas del macrismo revelan que la principal fuente de preocupación popular pasó a ser el miedo a perder el trabajo. Ya no la inseguridad que, como todo ciego puede ver, desapareció de las tapas y sumarios.

Se diría que las cosas empezaron a bullir porque la Argentina es una sociedad intensa. Puede bandearse a la derecha y allí están sus jueces, sus medios, su oligarquía diversificada, su nueva expresión aggiornada de tanques sin milicos, capaces de haber vendido imagen de honestidad. Y en la misma proporción, gente que no come vidrio. Lo que le falta es volver a tener el proyecto político y el liderazgo que la encauce. El viernes volvió a demostrar que las bases empujan para encontrarlo.














DESPUÉS DE LA MASIVA MARCHA DEL VIERNES, MACRI  

VOLVIÓ A CUESTIONAR LA LEY ANTIDESPIDOS

Un discurso dedicado a los trabajadores



En el Día del Trabajador, el Presidente criticó el "trabajo público inútil", "el ausentismo" y "el abuso de licencias". Sobre la ley que busca frenar los despidos, dijo que "si fuera cuestión de leyes, saquemos una para ser felices".
Macri se reunió con el sindicato gastronómico, sin Barrionuevo, y 
almorzó un locro.



Al final, no hubo foto con Luis Barrionuevo. El presidente Mauricio Macri compartió ayer un almuerzo con dirigentes gastronómicos, pero el titular de la CGT Azul y Blanca, Luis Barrionuevo, pegó el faltazo. Después de la masiva marcha sindical del viernes pasado, el Presidente redobló la apuesta y trató de "inútiles" a las personas que fueron despedidas por su Gobierno. También intentó ridiculizar la ley que busca frenar las cesantías en el sector privado: "Si fuera cuestión de leyes, saquemos una para ser felices", soltó. "El ausentismo, el no cumplir con el trabajo o el abuso de licencias nos perjudica a todos", apuntó contra los trabajadores.

El gobierno nacional viene trabajando en todos los frentes para impedir que salga la ley que prohíbe los despidos y reinstaura la doble indemnización. La iniciativa fue aprobada en el Senado y podría ser tratada por la Cámara de Diputados esta semana, si el PRO no continúa demorando el giro de la Cámara alta a la baja. Desde el comienzo, Macri manifestó su oposición al proyecto y aseguró que cuando se había aprobado una ley similar "se destruyó trabajo". Los datos de la evolución del empleo entre 2002 y 2007, cuando estuvo vigente una ley similar, desmienten esa afirmación del mandatario, quien amenazó con vetar la ley si finalmente es aprobada por el Congreso.

El macrismo intentó negociar con Sergio Massa, quien presentó su propio proyecto para las pymes. En el PRO nadie se anima a asegurar que Massa no terminará acompañando la ley antidespidos, sobre todo a partir de la interna que tiene en su bloque con quienes provienen del sindicalismo y se muestran reacios a abandonar esa iniciativa. De todas formas, en el Gobierno consideran que esa batalla no está perdida. "Vamos a buscar acuerdos para proteger el trabajo", aseguró ayer Massa, que se reunirá hoy con el jefe de la bancada del FpV en el Senado, Miguel Angel Pichetto.

Macri también intentó otras estrategias, como presentar una ley de empleo joven que había prometido en la campaña o mostrarse en la empresa avícola Cresta Roja, que el Gobierno enarbola como un ejemplo de puestos de trabajo salvados por el PRO (trabajaban 3500 empleados, hoy queda menos de la mitad).

Ayer, el Presidente resolvió echarle nafta al fuego tras la movilización masiva que unió a las cinco centrales sindicales por primera vez y que demandó acciones del Gobierno para cuidar los puestos de trabajo y que no se vete la ley antidespidos. "Si fuera cuestión de leyes, saquemos en lugar de una ley para conservar lo que tenemos, una que diga que somos todos felices. Y ya está. Lo resolvimos. Pero no es así", chicaneó Macri, en un encuentro con dirigentes gastronómicos.

A la cita faltó finalmente Barrionuevo, quien era el que se había mostrado más oficialista de los dirigentes que convocaron a la movilización (eligió hacer un acto aparte y cuestionó a los opositores). No obstante, no se sacó la foto con el Presidente. En su lugar, Macri debió contentarse con comer locro con el titular del gremio, Dante Camaño, en sede de la Unión de Trabajadores Hoteleros y Gastronómicos (Uthgra). Camaño, uno de los primeros sindicalistas en apoyar a Macri, se hizo conocido por ingresar al Congreso de la mano del represor Luis Patti y manifestarse a favor de la pena de muerte. A Macri lo acompañaron el jefe de Gabinete, Marcos Peña; el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, y su esposa, Juliana Awada.

Pese a las advertencias de que las centrales están dispuestas a ir a un paro general y a la cifra de despidos que sigue en ascenso (se calculan más de 120 mil puestos de trabajo perdidos), Macri optó por atacar a los despedidos, al tratarlos de inútiles. "Hace cinco años que no se genera trabajo de calidad, porque ocultaron el desempleo con trabajo público inútil", afirmó el Presidente. "La primera víctima es la persona, cuando se da cuenta que no cumple una tarea útil para la sociedad. La suma de los empleos inútiles es una ruta descuidada donde los argentinos pierden la vida", sostuvo.

Luego afirmó que con "pelearnos uno contra otros no vamos a conseguir la Argentina que soñamos" y aseguró que buscará construir "un puente". No obstante, advirtió: "Requiere que no apelemos a arbitrariedades". "Si queremos que en este país haya trabajo de calidad para todos tenemos que comprometernos y pensar que no hay salvación individual", aseguró. Y se esperanzó: "El primer desafío del cambio es generar trabajo. Es la columna vertebral de la vida de cada persona".













Massa con Pichetto



El referente del Frente Renovador, Sergio Massa, se reunirá hoy con el jefe de la bancada del Frente para la Victoria en el Senado, Miguel Angel Pichetto. Massa intentará definir su postura final sobre el proyecto que aprobó el Senado. En la presentación inicial que hicieron los bloques opositores, el dirigente del Frente Renovador había respaldado una versión de ley antidespidos que avanzaba aún más en el tiempo que la del Senado. Sin embargo, tras un encuentro con el jefe del bloque del PRO, Nicolás Massot, y el titular de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, Massa empezó a dar marcha atrás con la iniciativa. Hoy podría revisar esa decisión.












"Va a haber conflicto"



"No descartamos un paro general, en absoluto", afirmó el secretario general de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte, Juan Carlos Schmid. "La movilización del viernes fue un hecho inédito, altamente positivo. Va mucho más rápido que la reacción política, que todavía está dando vueltas", cuestionó el dirigente sindical. "Si esto se profundiza, si no hay respuesta y los intereses de los trabajadores siguen erosionados, va a haber conflicto", advirtió. Sobre la actitud de Sergio Massa, líder del Frente Renovador, advirtió: "Massa se sentó ante la banca sindical y dijo que iba a apoyar. Le vamos a reclamar lo que dijo".












OPINIÓN

La corrupción y la decencia


Por       Mempo Giardinelli


Cada vez más, en todos los medios y no sólo en los mentirosos, el eje central de la información y el opinionismo es, qué duda cabe, la corrupción. En la telebasura, en las radios, en los portales y en los papeles. Enhorabuena, porque ya era tiempo de este sinceramiento.Está claro que en todas las épocas y todos los gobiernos hubo, hay y habrá corruptos, pero con tal certeza no se mejora nada. Que siempre hubo corrupción no pasa de ser una afirmación popular, pero lo que importa es saber que no por ser eternas las conductas innobles dejan de ser reprochables.

Por eso lo que más llama la atención en esta sociedad, ahora, es que la indecencia, la deshonestidad y el robo funcionarial, igual que la mentira sistemática de los medios, llegaron, por fin, a ser "el" tema de debate político, económico y social de los argentinos.

Claro que eso no resuelve nada, pero es bueno subrayarlo como signo de un imperativo que se vino soslayando durante muchísimos años. Porque, conviene recordarlo, las corruptelas de nuestra historia (la década infame, el conservadurismo, las dictaduras, el peronismo, el frondicismo, el radicalismo, el videlato con Martínez de Hoz, Cavallo y otros muchachos) parecían siempre episodios instantáneos que se tapaban rápido para que lo podrido no fuese distintivo de nuestro país. A pesar de lo cual todos los hedores sobrevolaron siempre el aire de esta república.

Por eso a las personas decentes –la inmensa mayoría de este país– no les molesta que se investigue a todo el funcionariado de los últimos 12 años. Como tampoco les inquieta proceso alguno ni rechazarán condenas, si llegara a haberlas. Pero lo que sí indigna, y muchísimo, es el abuso mediático de algunos casos con el evidente propósito de ocultar otros: los actuales.

Sin dudas que los posibles enjuagues del Sr. Lázaro Báez, que hoy ocupan todo el cielo de esta nación, son a priori tan repudiables como sus posibles, todavía no probados delitos. Y lejos está esta columna de esbozar siquiera defensa alguna de su situación. Pero cuánto repugna que se utilicen casos como ése (plagados de declaraciones verbales no probadas, acusaciones al boleo, intratables programas circenses e innumerables irregularidades judiciales en connivencia con los medios dominantes) para tapar la muy nutrida información sobre negocios y turbiedades del presidente Macri, sus familiares y sus amigos, y muchos de sus funcionarios.

Tan condenables como el Sr. Báez deberían ser, entonces, todos los que ahora mismo es presumible que se están forrando con el flamante reendeudamiento al que nos condenaron y que ellos celebran mientras los aplauden los fondos buitres y algunos funcionarios norteamericanos.

Eso: tapar, ocultar, silenciar, disimular, desvirtuar, engañar, confundir, también es corrupción. Y corrupción grave. Por las personas decentes pueden decirlo con todas las letras y sin miedo: esos medios que practican tales operaciones comunicacionales son medios corruptos. Porque corrompen la conciencia de la sociedad y, por lo tanto, carecen absolutamente de autoridad moral para acusar a nadie de nada. Y sus principales firmas y nombres estelares, también.

Y si acaso algún tonto o energúmeno preguntara si estas cosas las habría dicho este columnista años atrás, cabrá recordarle que en 2011, en el libro Cartas a Cristina, este autor le escribió a la entonces presidenta que "la corrupción es el cáncer que corroe a esta república, y es obviamente el alimento que el sistema les sirve en bandeja a los oportunistas y a los cínicos". Y "aunque nadie ignora que a la corrupción no la inventó el kirchnerismo, sí es responsabilidad del kirchnerismo no haber cortado las cadenas de coimas. Ni hay tampoco un accionar, o un mecanismo del gobierno tendiente a desplazar a los sospechosos de corrupción. Y la ciudadanía tiene todo el derecho a sospechar, como muchos sospechamos, que hay incluso sistemas de protección. Y bien sé que va a resultarle odioso leer esto, Señora, pero es inevitable decirlo".

Las personas decentes no hacen ciertas cosas. Sencillamente es así. Y la inmensa mayoría del pueblo argentino está de ese lado. Hartos de los que roban, los que robaron antes y los que están robando ahora mismo, también desconfiamos de lo que dice cualquier infeliz "arrepentido" ante fiscales y jueces parciales, o en programas de la telebasura.

Nadie decente sostiene que sean inocentes o culpables los señores Báez, Macri, Kirchner, Caputo, Sala, Conci o el apellido que el lector quiera añadir, mientras no se demuestren sus supuestos delitos. Lo dice nuestra Constitución. Entonces ningún mentimedio o persona tiene derecho a acusarlos irresponsablemente. Pero sí tenemos el deber, todos, de exigir investigaciones serias, tribunales irreprochables e igualdad ante la ley.

Todo eso que hoy no tiene esta república y que resultan padre y madre de la corrupción que la envenena.













EL HOLDING PRESIONA A MACRI PARA QUE NO LO DEJEN  

AFUERA DE UN NEGOCIO EN CÓRDOBA

Un cuento chino sin lugar para Techint



El gobierno cordobés preadjudicó un proyecto para construir un gasoducto a un consorcio de Odebretch, Iecsa y Electroingeniería con financiamiento chino. Techint tiene precios más caros, pero busca que Macri le de una mano.
Techint presupuestó 2500 dólares la tonelada de caño, cuando 
los chinos lo hicieron por 1056 dólares



Por     Javier Lewkowicz

La tensión entre Techint y el gobierno de Córdoba subió otro escalón y el Grupo se juega la última carta para maximizar su participación en el proyecto de gasoductos troncales por un monto de 9 mil millones de pesos que fue preadjudicado a tres consorcios de empresas liderados por la brasileña Odebretch, Iecsa y Electroingeniería con financiamiento y provisión de insumos de China. Techint presiona al gobierno nacional a través de la UIA para que intervenga, y amenaza con despidos en sus plantas y con interponer medidas antidumping contra China.

Los gasoductos representan el mayor proyecto de infraestructura de Juan Schiaretti. Por eso el gobernador cordobés fue uno de los primeros en pedirle a su aliado Macri que no cancele la construcción de las represas hidroeléctricas en Santa Cruz, ya que esa marcha atrás hubiera desgastado el vínculo con China a punto tal de poner en peligro el financiamiento para Córdoba y los demás proyectos en el país.

Techint es uno de los principales enemigos de China en el establishment local. En febrero de 2015, operó para que la UIA criticara los acuerdos que firmó el kirchnerismo con el país asiático advirtiendo que los chinos podrían llegar a importar trabajadores. El director corporativo del grupo, Luis Betnaza, dio otra señal en la última conferencia de la UIA al advertir sobre la necesidad de que el país se vincule con países "con normas transparentes en lo ambiental, laboral y en relación al rol de sus empresas estatales", en una clara crítica a China. El enfrentamiento no es ideológico sino que responde a la competencia en el mercado siderúrgico global, donde China gana posiciones.

El caso de Córdoba es especialmente molesto para Techint porque está perdiendo con su equipo titular y encima jugando de local: es un proyecto de 1670 kilómetros de tuberías, segmento en donde el Grupo tiene el mayor nivel de desarrollo. Se estima que entre los tres sistemas de gasoductos troncales que serán adjudicados se necesitarán 51 mil toneladas de tubos de acero, en un negocio que implica entre 250 y 300 millones de dólares. "Lo que queremos es sensibilizar respecto de si la competencia debe ser con los chinos; difícilmente un sector de la industria nacional pueda sobrevivir a los precios chinos", señaló días atrás Javier Martínez Álvarez, director general de Tenaris.

En respuesta salió el ministro de Servicios Públicos provincial, Fabián López. "La empresa nunca impugnó nada; lo que no quiere es competir y que se pongan en evidencia los precios que maneja en el mercado local. Hay una cuestión de fondo que es la intención de Techint de querer seguir fjando los precios de manera monopólica de sus productos en el mercado argentino, impidiendo la libre competencia y cualquier tipo de apertura", dijo, y justificó que Techint presupuestó 2500 dólares la tonelada de caño, cuando los chinos lo hicieron por 1056 dólares.

Techint también hizo saber su molestia a través de la UIA. En una carta dirigida a Schiaretti, Prat-Gay y Cabrera la central fabril expresó su "profunda preocupación por la potencial destrucción del empleo que traerá la adjudicación del suministro de tuberías y accesorios de origen chino". "China incurre en prácticas de precios predatorios y comercio desleal", dice y advierte que "el gasoducto de Córdoba permitiría el mantenimiento de miles de empleos y la reactivación de plantas".

El gasoducto está preadjudicado a tres consorcios liderados por Iecsa (de Ángelo Calcaterra, primo de Macri), Electroingeniería (a cargo de las represas del sur) y Odebrecht, empresa hasta hace poco controlada por Marcelo Odebrecht, condenado a 19 años de cárcel por el escándalo de corrupción en Brasil. El proyecto está atado a financiamiento y abastecimiento de insumos del país asiático y todavía resta la adjudicación final. Es posible que Techint participe desde su filial en Brasil como proveedor de tubos a Odebrecht, pero presiona para ampliar su presencia en el proyecto a través de sus plantas locales.

El Grupo de la T amenaza de despidos en su planta de Siderca en Campana y baraja interponer una medida antidumping en contra de China. Dice que puede mejorar su cotización de tubos hasta los 1500 dólares la tonelada a raíz de la caída del precio internacional y la devaluación y se entusiasma en salir al mercado a conseguir deuda externa en el nuevo contexto financiero post-Griesa, aunque los números chinos sean imbatibles.















GUILLERMO RUS, DIRECTOR DE LATAM SATELITAL Y EX  

VICEPRESIDENTE DE ARSAT


"El ritmo del desarrollo lo vuelven a poner las potencias"



Rus alerta sobre las consecuencias que trae discontinuar la producción satelital: el impacto en la industria nacional, el rezago en la carrera tecnológica a nivel internacional y la desvalorización del carácter competitivo de la empresa Arsat.


Por      Julia Goldenberg


El desarrollo satelital está creciendo en América latina, que además es una región de mucho interés para los principales operadores internacionales. Argentina no sólo forma parte de los 10 países del mundo que producen satélites, sino que además lidera la región. Sin embargo, la construcción del Arsat 3 quedó suspendida, así como la actividad de TDA que también depende de la empresa Arsat.

–¿Qué es Latam Satelital?

–Latam Satelital nació a fines de 2015, es una publicación digital dedicada a brindar información sobre el sector espacial en la Argentina, la región y el mundo. La plataforma busca ser una fuente de información de la tecnología satelital, las comunicaciones por satélite, la observación terrestre, los sistemas de posicionamiento y el acceso al espacio. Pertenece a una serie de publicaciones específicas del sector, como la revista Fibra.

–¿En qué situación se encuentra la región respecto del desarrollo satelital?

–En los últimos quince años se vivió un despegue de Latinoamérica en materia satelital. Casi todos los países impulsaron proyectos satelitales de alguna índole. Entre otras cosas, Bolivia y Venezuela desarrollaron sus operadores de comunicaciones estatales con plataformas Chinas; Brasil desarrolló un ambicioso plan de observación terrestre; México impulsó una fuerte política de conectividad gubernamental con satélites propios y se creó un ecosistema de empresas de servicios tanto en comunicaciones como en observación terrestre, posicionamiento y tecnología para los satélites. También Argentina y Brasil impulsan proyectos muy interesantes de acceso al espacio. Cabe destacar los logros nacionales: el SAC-D junto a la NASA y los satélites Arsat-1 y Arsat-2 que en cuatro años dan muestra de que las políticas de desarrollo tecnológico fueron concretas y contaron con la financiación que requieren.

Sin embargo, a pesar de este fuerte impulso, de la naturaleza intrínseca de los proyectos espaciales, de la cooperación internacional y de un marco político regional favorable, no se lograron concretar proyectos asociativos así como tampoco una coordinación en los esfuerzos por impulsar la industria. Latam Satelital busca aportar también en este sentido, difundiendo y analizando el desarrollo en la región para que algún día se pueda contar con iniciativas regionales que optimicen el uso de recursos, complementen capacidades y aporten a una integración regional sana, que respete asimetrías.

–¿En qué dirección se orienta la gestión actual de Arsat?

–Las declaraciones del ministro Aguad y de su yerno de Loredo, que es quien está a cargo de Arsat en este momento, indican que buscan complementar Arsat con el sector privado y sin competir en el mercado. Es fundamental entender que Arsat es una empresa y las empresas compiten, no puede haber una empresa que no compita, eso no existe. Están poniendo el acento en que Arsat no compite y en realidad sí lo hace. Uno puede elegir contra quién compite: contras los grandes, contra los chicos, contra los de afuera, contra los de adentro, pero siempre compite. En materia satelital, Arsat compite contra los operadores internacionales, pero además compite contra los fabricantes de satélites. Está intentando empezar a competir en lo que es la venta de tecnología satelital, en un sector donde predominan fabricantes de todo el mundo que tienen muchos años de experiencia, que están apalancados por inversiones estatales muy fuertes de sus gobiernos (China, la UE o Estados Unidos). En la gestión actual, existe un discurso reiterado de que no hay competencia y no se menciona a Arsat como un operador y tampoco se habla sobre cómo posicionar al país en materia tecnológica. Entonces lo que vemos, es que no hay una opinión diferente pero fundada que critica a la ley 27.208 de desarrollo de la industria satelital, o busca superar el proyecto existente. Lo único que existe es una omisión y descalificación del trabajo realizado. Esto hace suponer que no hay una voluntad de seguir avanzando con estas políticas. Desde el punto de vista de Arsat como operador es necesario competir contra Europa y Estados Unidos, pero las señales de este gobierno, que sabemos son muy permeables al lobby de las potencias, no busca competir con sus empresas estatales. Para competir con empresas internacionales, hay que hacerlo en el marco de presiones políticas. En esos mercados hay empresas de otras potencias y eso no está libre de presiones políticas e internacionales. Si la política es muy permeable a eso, se vuelve difícil competir. Sabemos que en la historia del desarrollo tecnológico sufrimos presiones de los países centrales y en este contexto parece que el ritmo del desarrollo lo vuelven a poner las potencias.

–Se insiste con que este tipo de emprendimientos es un gasto y que nunca va a ser competitivo.

–Arsat no estaba pensada para ser subsidiada. Obviamente hay riesgos, como en cualquier empresa. Para competir con empresas internacionales que son muy grandes, para competir en el marco de presiones políticas, porque cuando uno quiere buscar mercados, donde hay que competir con potencias mundiales la cosa no es tan sencilla. Eso no está libre de presiones políticas e internacionales. En la historia del desarrollo tecnológico de Argentina existieron presiones que limitaron los desarrollos locales.

–Además, hay una fuerte desinformación sobre el funcionamiento de los satélites, como se vio, por ejemplo, con los dichos del secretario de Obras Públicas de la Nación que dijo que iba a monitorear la obra pública con Arsat.

–Sería interesante saber cómo monitorean el progreso de la obra pública. Hacer un seguimiento de las construcciones con determinadas imágenes satelitales es de lo último en tecnología. Entonces, festejo que avancen en esa línea, si es que lo hacen. Obviamente no se trata de tecnología nacional. Hace poco sacamos una nota en Latam Satelital de una empresa europea que tiene un servicio para el sector inmobiliario que monitorea el avance de construcciones utilizando imágenes satelitales. Para mí fue novedoso eso, yo sabía que existían posibilidades de monitorear los cambios que hay en la superficie de la Tierra. Pero usarlo como un servicio, para el sector inmobiliario es innovador. Que utilicen este tipo de tecnología en la obra pública sería interesante. Aún más interesante saber cómo la van a usar, qué sentido tiene, etc. Sino parece que van a usar una ultratecnología, lo último de lo último, sin aclarar cómo, por qué, etc.

–¿Qué consecuencias trae discontinuar la producción satelital?

–Ahí tenemos dos temas importantes. Por un lado la continuidad del desarrollo tecnológico donde Arsat es, no sólo el responsable de ocupar las posiciones orbitales sino también de aportar al desarrollo de la industria satelital argentina. Arsat no es el único actor, también está la comisión de actividades espaciales que tiene los satélites de observación de la tierra pero son dos actores fundamentales y Arsat tiene un rol muy importante. En ese sentido, la continuidad del desarrollo de satélites es una forma de mantener empleada a toda la gente, toda la ingeniería específica. En Argentina no es que uno deja de trabajar para el Estado en los satélites y se va al sector privado, no existe el sector privado en esta materia. Entonces, si los proyectos satelitales se discontinúan hay que pasar a desarrollar el área nuclear, a otros proyectos con otras características (habría que preguntarle a Invap). Durante la gestión de Cristina Kirchner, se buscó posicionar a Arsat como la empresa productora de nuestros satélites y así poder planificar qué tipo de satélites construye la Argentina. Todo esto está plasmado en la ley 27.208 que es la ley de desarrollo de la industria satelital. En la ley, uno de los puntos importantes es posicionar a la Argentina como un exportador de la plataforma. Los países centrales vienen haciendo satélites desde la década del 60' y nosotros, que teníamos algo incipiente con la Conae, en materia de satélites geoestacionarios recién empezábamos. Cuando uno se posiciona en este tipo de industrias busca exportar las plataformas y venderle satélites a otros países. Ese era el objetivo, pero al discontinuar el trabajo se pierde tiempo en la carrera tecnológica en la que corren Europa, Estados Unidos, China e India que son competidores que corren muy rápido y tienen muchos fondos. En los últimos años pudimos entrar en ese tipo de industria a nivel internacional y la ley ayuda a mejorar nuestra plataforma, a hacerla exportable. Es muy importante entender que Arsat no consiste solamente en un desarrollo tecnológico de ingeniería o de ciencia, requiere también un enorme trabajo comercial, político institucional, etc. Entonces, se pierde mucho al discontinuar la producción. Lo que hay que señalar es que el proyecto no está cancelado, está postergado hasta nuevo aviso. De todas formas, todas las señales que percibimos nos hacen creer que no hay demasiado interés en hacer el proyecto. La otra consecuencia importante que se desprende, si se decide discontinuar la producción satelital, es que en Argentina y Sudamérica existen muchos operadores satelitales internacionales. Son operadores muy fuertes que tienen flotas de muchos satélites. En cambio, los operadores estatales en latinoamérica son incipientes: Venezuela tiene un solo satélite, Bolivia tiene un satélite y Argentina ahora tiene dos satélites. Entonces, frenar Arsat 3, también implica dejar de avanzar como empresa y dejar que avancen otros. Hay un factor comercial de Arsat que es fundamental, considerando que la empresa es un operador más que compite. Si uno mira la tendencia global en este momento, la mayor parte de los operadores fuertes del mundo están diciendo que para crecer tienen que aumentar sus servicios, aprovechando las transmisiones 4K, 8K, dando internet satelital a nivel domiciliario, utilizando las nuevas frecuencias banda Ka (que es uno de los puntos específicos del Arsat 3) y a su vez expandiéndose a regiones donde hay más mercado. Las dos regiones que todos los operadores mencionan son el sudeste asiático y América latina. Así, si bajamos la velocidad de producción en nuestra propia región le estamos abriendo la puerta a otros competidores.

–Tengo entendido que un 30% de los componentes para construir los satélites eran nacionales. ¿Cómo impacta esto en la industria local?

–En el costo del satélite hay una parte muy importante que es el lanzamiento. Luego, lo que es la carga útil que es muy poco probable que Argentina pueda, en el corto plazo, desarrollar esas tecnologías. Se está haciendo un lanzador –eso es un paso muy importante– que va por el lado de la Conae, para satélites que pesan hasta 300 kilos mientras que los del tipo de Arsat pesan tres toneladas. Por último, en la construcción de satélites, hay componentes que son importados y otros desarrollados en Argentina. Está toda la ingeniería de Invap como integrador del satélite. Esa integración tiene técnicos, tiene proveedores externos que fabrican distintas partes del satélite. Existen varias decenas de pymes que a su vez proveen servicios y tecnología a Invap en el desarrollo de un satélite. Si no se sigue desarrollando la producción satelital todo esto se discontúa. Hace algunos años, por ejemplo, España, que participa de la agencia espacial europea, redujo su participación en ese organismo. Al reducir su participación, generó muchos inconvenientes a la industria española y tardó en recomponerse de eso. Recién ahora se dieron cuenta de la importancia que eso tiene para la industria de alto valor agregado que tiene Europa. Durante la gestión anterior, apostamos a un panorama donde la ley de desarrollo satelital iba mantener un volumen de trabajo más o menos constante. En cambio, si discontinúan el trabajo de desarrollo satelital, todas las capacidades desarrolladas van a sufrir el achique que les genera esa falta de inversión.

–¿Consideras que se puede hablar de un vaciamiento de la empresa?

–Hubo una serie de despidos, algunos cargos gerenciales que son esperables. Pero además se despidieron afiliados al sindicato y esto es más complejo porque no se trataba de funcionarios con cargos gerenciales. Eso generó algunos conflictos. Pero más allá de frenar el proyecto satelital, creo que lo central es que no conciben a Arsat como una empresa que puede competir en el mercado. Esto es lo puede llegar a vaciar a la empresa. Nosotros trabajamos mucho para crear un área comercial fuerte, porque Arsat tenía que salir a competir en el mercado de telecomunicaciones. Sobre todo con su servicio de televisión y con los servicios satelitales que además se ampliaban a Sudamérica, con cobertura también en Estados unidos. Queríamos entrar en la banda Ka con el Arsat 3, que amplía el horizonte de servicios que podés ofrecer. Eso requirió madurar como institución en distintas áreas. Se trabajó mucho en el área de planeamiento y en el área comercial, como dije antes. Ahora, si Arsat no compite, obviamente frena las inversiones porque si invierte es para competir. De esta manera, los fondos para completar la red van a ser a través de subsidios, a través de servicio universal, hay distintas formas. Si Arsat no compite, todo el área comercial, de planeamiento, deja de tener sentido. Si se paran los proyectos satelitales, también hay un sector que no tendría tareas.

–Arsat articula muchos programas que promueven la inclusión digital: TDA, la red federal de fibra óptica ¿Cómo afecta el cese de actividades a todos estos programas?

–En el caso del trazado de fibra óptica se anunció un interés de avanzar en ese sentido, hay voluntad de continuar ese proyecto. Acá entra el mismo problema de la competencia porque Arsat brinda capacidad a los proveedores de internet de las distintas localidades, ahora donde llega Arsat llegan otros proveedores como Telecom, Telefónica y Cablevisión, muchas empresas. Si Arsat no compite con ninguna de esas le quedan algunas pocas localidades con pocos habitantes para dar servicios y una red que requiere mantenimiento, con cuadrillas realizando mantenimientos preventivos, correctivos, que son muy caros. Si no tiene volumen de negocios habrá más egresos que ingresos. Son muy pocas las localidades donde Arsat llega solo, son los lugares más alejados que quizás no se llega con fibra, sino mediante radioenlaces o satélite. Entonces el volumen de negocios va a ser muy chico y la red tendría un costo de operación muy alto y bajos ingresos lo cual sería un problema para los números de la empresa.

–Entonces, aunque exista la voluntad de extender la fibra óptica, por sí solo Arsat no tendría ninguna función si no se pone a competir.

–Claro, Arsat 3 estaba pensado para ser financiado principalmente con los ingresos de Arsat 1 y 2 y una parte con crédito privado. Luego, de Arsat 3 en adelante se pensaba que los nuevos satélites se financiaban con los ingresos de los satélites operativos y buscando la exportación de plataformas. Entonces el plan pretende una financiación desde la producción misma de la empresa y no desde la inversión estatal. La fibra en cambio sólo puede ser financiada por medio del tesoro nacional. En el caso de la televisión está totalmente frenado, no sabemos si no lo entienden, no lo comparten. No se pronunciaron al respecto. Lo que está claro es que está frenado y que no es prioridad para ellos. ¿Cómo va a evolucionar ese proyecto? ¿Cuál es el rol de Arsat? si no lo hace Arsat, ¿Quién lo hace? es una incógnita.

–Decías que la TDA está frenada. ¿Por qué era una prioridad para la gestión anterior?

–En 2019 se aproxima el apagón analógico donde las emisiones analógicas se van a suspender y si no fueron digitalizadas las transmisiones, cuando esto suceda una porción de la población va a dejar de ver señales que habitualmente consume. Si bien en Argentina existe una proporción importante de gente que mira televisión a través de sistemas pagos, hay un 20% de hogares que lo hacen a través de la televisión abierta. La mitad hasta 2015 ya había adoptado la televisión digital y restaba un 10% que migre del analógico al digital. Parece poco, pero son más de 1 millón de hogares que no están en la CABA y que no son de clase media. Va a ser difícil que migren al sistema digital, que adopten la nueva tecnología. No se trata solamente de poner un conversor, hay que acceder a toda esa población que está en una situación de vulnerabilidad social y económica. Para llevarlo a números: tenemos cuatro años hasta el apagón analógico y aún falta cubrir un millón de hogares. Considerando que los equipos cuestan alrededor de dos mil pesos, sumando la distribución y la logística de servicio técnico y difusión, suponiendo que esto tiene un costo de tres o cuatro mil pesos por persona, suma cuatro mil millones de pesos que hay que financiar. Entonces si las inversiones se detienen y no se invierte en la conversión tecnológica y no se invierte en políticas de inclusión, esta migración al sistema digital no va a suceder sola. Cuando llegue la fecha del apagón tecnológico habrá que postergarlo, porque se deja a una porción de la población sin televisión.

–La cobertura también alcanza las islas Malvinas y el sector norte de la Antártida Argentina, territorios remotos.

–En este sentido lo fundamental es que Arsat no busca sólo dar servicio en esas regiones donde el consumo es muy bajo y hay muy pocos clientes. La propuesta de Arsat está bajo la lógica competitiva pero que además tiene una mirada de soberanía e inclusión social. El satélite busca cubrir todo el territorio, no solamente donde está el negocio, también va donde no es rentable. En esos lugares no compite con pymes argentinas, compite con operadores internacionales, genera recursos. También están las políticas de gobierno como el caso de las escuelas rurales, que desde el ministerio de planificación se impulsó un programa para dar conectividad a todas las escuelas rurales. Lo importante es cómo se complementa la rentabilidad con el espíritu de inclusión social. La idea no es ir a pérdida pero es necesario llegar a todo el territorio.














¿POR QUÉ GUILLERMO RUS?

Soberanía satelital


Scalabrini Ortiz decía – sin imaginar que algún día el debate se daría en el espacio – que la economía local, la actividad comercial e industrial, la distribución de la riqueza y hasta la política doméstica e internacional están íntimamente vinculadas a los servicios públicos de comunicación y transporte. Argentina es uno de los 10 países del mundo capaces de construir satélites, es el primero de la región con capacidad de producirlos y exportarlos, y cuenta con dos satélites que pueden brindar servicio para todo el continente americano. Durante la gestión de CFK, se cumplió con la voluntad de recuperar las posiciones orbitales que representan un recurso estratégico muy valioso y extremadamente escaso. Además, la empresa Arsat y su desarrollo satelital impulsó a cierto sector de la industria, abrió la posibilidad de exportar las plataformas y venderle satélites a otros países y permitió que las telecomunicaciones alcancen todos los rincones del territorio argentino.
Hace algunos meses que circula la información de que Arsat-3 no se va a construir, mientras que el presidente de la empresa, de Loredo, insiste en que el proyecto está postergado. Frente a esto, el director de Latam Satelital y ex vicepresidente de Arsat, Guillermo Rus, alerta sobre las consecuencias que traería discontinuar la producción satelital, en una carrera tecnológica que no se detiene. Rus estudió ingeniería electrónica en la Universidad de Buenos Aires. Fue socio gerente de SUR Emprendimientos Tecnológicos, una empresa dedicada a la ingeniería de software, orientado a tecnologías geoespaciales, entre ellas, procesamiento digital y visualización de imágenes satelitales y a Sistemas de Información Geográfica (SIG). Además, fue Vicepresidente y Gerente de Planeamiento en Arsat y Gerente de TDA. Actualmente dirige la revista Latam Satelital, una revista que divulga información especializada sobre el panorama del desarrollo satelital en la región.



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