viernes, 22 de abril de 2016

Axiomas de vida para pensarlos y si procede, aplicarlos

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CIENCIA Y TECNOLOGÍA  


Axiomas de vida para pensarlos y si procede, aplicarlos


Néstor del Prado
Director de formación y difusión del conocimiento de GECYT 
(Empresa de Gestión del conocimiento y la Tecnología).




    Un axioma en matemática es una verdad tan evidente que no necesita ser demostrada.

    Por ejemplo, el todo es mayor que cada una de sus partes propias.
    Hay algunos axiomas no necesariamente matemáticos, que espero resulten de interés a los lectores de este trabajo.

    Los 8 axiomas de vida que a continuación comentaré, los he ido amasando e incorporando al pasar de los años, en ese ineludible devenir de aciertos y errores.


    1. Todos somos iguales, si comprendemos que todos somos diferentes.


    Hay un refrán que lo ilustra muy bien: "Cada persona es un mundo". En no pocas ocasiones cometemos errores o injusticias, por presuponer que lo que es bueno o malo para Juana, lo es para su hermana. Es conveniente que antes de dar una respuesta, hacer una propuesta o tomar una decisión respecto a un colega o un amigo; valoremos bien lo que podría suceder. Hay quienes se avergüenzan mucho ante una crítica pública, aunque sea justa, a otros en cambio les da lo mismo.


    2. Es más fácil saber qué es la cosa, que saber cómo se hace la cosa, y lo crucial es hacer la cosa.


    Cualquiera puede entender qué es nadar; también como se puede nadar; pero existen muchos de los anteriores que si se tiran al agua se ahogan. Pasar del qué al cómo es algo que resulta necesario y deseado por la inmensa mayoría de los aprendices. Sin embargo no todos nos animamos a llevar los conocimientos y las habilidades a la práctica y sobre todo intentando hacerlo bien desde la primera vez. Recordemos que la verdadera finalidad de la vida no es el conocimiento, sino la acción.


    3. Para hacer bien las cosas se necesita saber, poder y querer hacer bien las cosas.


    Es la llamada tríada del buen hacer. El saber está relacionado con los conocimientos y las habilidades. El poder tiene dos lecturas, la relacionada con los recursos o artefactos necesarios; y por los permisos para hacerlo. El querer tiene que ver con las motivaciones, los deseos, la convicción de la necesidad de hacerlo. A partir de esta tríada se pueden presentar tres variantes básicas. Los que pueden, quieren pero no saben; estos son los ineptos, pero es algo que se puede resolver con la capacitación. Los que saben, quieren, pero no pueden; estos son los frustrados, ya que generalmente no depende de ellos poder hacerlo. Por último están los que saben, pueden, pero no quieren; estos son los desmotivados, por diferentes causas no siempre declaradas.


    4. Es preferible una solución sencilla, al verdadero problema, que una sofisticada al problema equivocado.


    Para resolver un problema, lo primero es lograr redactarlo e identificarlo correctamente, ir a su esencia, a sus verdaderas causas; luego es que procede pensar en su solución y ponerla en práctica. A veces buscando prontitud, aplicamos soluciones supuestamente generales, o seleccionamos una que ya nos dio resultado, para un problema similar, pero el problema no fue bien interpretado. No existen soluciones universales para la inmensa mayoría de los problemas en los que se involucran la incertidumbre y la subjetividad.


    5. Un método simple consecuentemente aplicado, es superior al más enjundioso mal aplicado.


    En muchas ocasiones le echamos la culpa de la no solución de un problema, o de no haber alcanzado un objetivo, al método utilizado, cuando en realidad lo sucedido es que se ha violado lo establecido por el método, ya sea por desconocimiento o por indisciplina tecnológica. Existen métodos demasiado complicados, sin necesidad, que propician ser irrespetados. Cuando lo simple resuelve, no ha de buscarse lo complejo, a no ser que se trate de un burócrata entrenado en el cáncer de la burocracia.


    6. La mejor manera de equivocarse al mediar en un conflicto entre dos partes, es escuchar a una sola de las partes.


    En un conflicto, por lo general cada parte defiende con vehemencia sus puntos de vista y sus razones, defenderse es un derecho universal; pero en ocasiones aludiendo falta de tiempo, o confiando desmedidamente en una de las partes, no escuchamos adecuadamente a la otra. A veces la parte afectada apela y se logra un tratamiento justo al conflicto, pero lamentablemente en otras ocasiones lo que sucede es que se repliega y queda herida y con reservas.


    7. Todo en la vida está combinado sistémica y sinérgicamente, es cuestión de proporciones y de intencionalidad declarada u oculta.

    En la vida casi todo está interrelacionado, en una especie de sistema, en el que un componente favorece o afecta al otro y viceversa. Cuando favorece o mejora la funcionalidad del otro componente o a los otros componentes, ocurre la sinergia. Cuando en un sistema se prescinde de uno o más componentes, el resultado del sistema se altera, es cuestión de proporciones. Es cierto que algunos componentes tienen una mayor influencia en el resultado que otros, pero ello no presupone que podamos eliminar a los menos influyentes, de lo contrario no debían formar parte del sistema. Por otra parte hay que tener en cuenta lo que pretendemos lograr, aunque no siempre esté explícitamente declarada la meta.


    8. No podemos matar al tiempo, es el tiempo el que acabará por matarnos.

    Pensamos que podemos jugar con el tiempo a nuestro antojo, como si pudiéramos gobernarlo. El tiempo transcurre inexorablemente y debemos aprender a lidiar con él. No administramos el tiempo, sino a las actividades que realizamos respecto al tiempo que consumen. Disfrutemos y pensemos las siguientes expresiones sobre el tiempo, de personalidades de la historia universal: Malgasté mí tiempo, ahora el tiempo me malgasta a mí. Cuando llega el tiempo en que se podría, ha pasado el tiempo en que se pudo. Hay ladrones a los que no se castiga, pero que roban lo más preciado: el tiempo. Hay personas que no saben perder su tiempo solas y se convierten en el flagelo de las personas ocupadas. El tiempo es el único capital delas personas que no tienen más que su inteligencia por fortuna. La televisión puede darnos muchas cosas, salvo tiempo para pensar. Nunca es tarde para no hacer nada. Seguramente estaremos de acuerdo en la sabiduría que encierran, aunque no todos hagamos la misma interpretación ni saquemos las mismas conclusiones.


    Adelante "cubadebatientes", sus comentarios, sus críticas, sus aportes serán siempre bienvenidos. Tal vez ustedes me ayuden a completar la decena.





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