martes, 12 de abril de 2016

El gobierno, entre la iniciativa y el desconcierto

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martes 12 de abril de 2016

El gobierno, entre la iniciativa y el desconcierto


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Por    EDUARDO ANGUITA



Parecía que todo estaba listo para que la Cámara de Diputados diera sanción, hoy, al proyecto del Ejecutivo que terminara con la Ley de Pago Soberano y con la llamada Ley Cerrojo. Eran las condiciones requeridas por el juez Thomas Griesa para que la Argentina pagara a los holdouts y se cerrara el último y traumático capítulo del default de diciembre de 2001. 


Sin embargo, eso que suponía un éxito del gobierno de Mauricio Macri, será un tema crítico esta semana. En efecto, Cambiemos, con 90 votos en Diputados, arrastraba a unos 40 legisladores enrolados con Sergio Massa y unos 18 del Bloque Justicialista. Una cifra suficiente para el quórum y para la votación tras el despacho de comisiones de la semana anterior. Pero el replanteo no surgió de las negociaciones parlamentarias. Ni siquiera del diálogo del gobierno central con los gobernadores, conformes en líneas generales con la oferta de reducir el plazo de devolución del 15% de recursos coparticipables que el Ejecutivo no reembolsaba a los estados federales desde hace muchos años y destinados al presupuesto de la ANSES. 


El problema llegó desde Nueva York. Fue la Corte de Apelaciones del Segundo Circuito la que no convalidó la decisión de Griesa y abre así un compás de espera en este asunto. 


Parece una cuestión formal: hasta que ese Tribunal de Alzada no reafirme que los embargos contra la Argentina no sean levantados, la Argentina seguirá técnicamente en default. Fueron los fondos buitre los que apelaron la decisión de Griesa y todo indicaría que esa decisión quedará firme. Pero, ¿se animarán el martes a dar su voto a favor del Ejecutivo los diputados del Frente Renovador y del Bloque Justicialista antes de que la Corte neoyorquina dicte el fallo?


 Si eso no sucede antes de que suene la chicharra de Diputados es probable que se postergue la sesión por unos días. Y el gobierno de Macri, aunque todavía no cumplió sus 100 días iniciales, cuenta las horas con premura. 


La inflación es, por primera vez en años, la principal preocupación de acuerdo a todas las encuestas. Y el desempleo está en tercer lugar, después de la inseguridad, que pasó a segundo plano ante la incontinencia de los precios. El Banco Central, para contener el dólar y evitar echar nafta al fuego, vende dólares y pierde reservas. El país podrá emitir títulos para endeudarse, tal como lo hizo la gobernadora de Buenos Aires María Eugenia Vidal.


Pero lo que no logró Macri, por más que cuenta con un elenco de ejecutivos de empresas en su gabinete, es ordenar las cuentas y, sobre todo, crear el clima de inversiones externas e internas.
El escenario es mucho más áspero que las visitas de mandatarios europeos o del mismísimo Barack Obama. Se terminó el período de los precios competitivos de las materias primas. Brasil, además de la crisis política que atraviesa, tiene un retroceso de su producción industrial que sirve para mirarse en espejo desde la Argentina. 


Tras el acuerdo con los holdouts, que parece próximo pese a esta dilación, quedará sobre el tapete que la gran ventaja comparativa de la Argentina será endeudarse. Tomar créditos o emitir títulos en sí mismo es una buena noticia para enmascarar los baches fiscales del gobierno central y de las provincias. Servirá también para dar impulso a obras tales como caminos, soterramiento de trenes o mejoramiento de las redes viales. No hay un plan serio, consensuado, para abaratar el transporte y la logística ni para brindar servicios de interconexión urbana y rural acorde a una Argentina productiva. 


Lo que hay, por cierto, es aumento de los costos de la electricidad, de los combustibles, de los peajes y, próximamente, de las redes de subte en la Ciudad de Buenos Aires y de los trenes y colectivos en todo el país. Eso, sumado a los aumentos en la canasta básica deja una vara muy alta para los golpeados bolsillos populares. 


Como la política es un poco autónoma de la vida cotidiana de la gente, los titulares de los diarios y muchos programas periodísticos dan cuenta de los desmanes de empresarios como Cristóbal López y de otras tantas historias de posible corrupción en los años del gobierno de Cristina. Eso puede, por un tiempo, sostener la iniciativa de Macri. La pregunta es, ¿por cuánto tiempo? 




http://www.tiempoargentino.com/nota/203260/el-gobierno-entre-la-iniciativa-y-el-desconcierto

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