lunes 18 de abril de 2016
Por Pablo Galand
El escenario tan temido por el Gobierno llegó y se instaló desde el miércoles pasado, bajo una pertinaz lluvia matinal, en los tribunales de Comodoro Py. La indagatoria ordenada por el juez federal Claudio Bonadío fue la excusa perfecta para que la ex presidenta Cristina Fernández retornara a la esfera pública y se convirtiera en la principal líder de la oposición. Así, la estrategia macrista de tener políticamente maniatado al kirchnerismo a través de las denuncias judiciales, terminó convirtiéndose en un boomerang. En una causa – la de la venta de dólar futuro llevada adelante por el Banco Central durante la gestión de Alejandro Vanoli – en la cual resulta vidrioso hallar una acusación penal, Cristina Fernández logró en una misma jornada cuestionar el procedimiento del juez que la imputa y a la vez denunciar los efectos sociales negativos que está generando la política económica oficial. Posiblemente cualquier otro contendiente, antes que la ex presidenta, hubiera elegido el macrismo ante quien tener que defender su plan de gobierno.
La movida judicial iniciada por el macrismo terminó yéndose de las manos al poco tiempo que cruzó el umbral de los tribunales de Comodoro Py. En la denuncia original, motorizada por los entonces diputados Federico Pinedo y Alfonso Prat-Gay, las responsabilidades alcanzaban hasta el ex titular del Banco Central, Alejandro Vanoli. Fue Bonadío quien decidió imputar también al ex ministro de Economía Axel Kicillof y a Cristina Fernández. La decisión del magistrado funcionó de manera perfecta a la argumentación kirchnerista de que las denuncias judiciales a sus ex funcionarios responden a una persecución ideológica. Hasta el propio Pinedo salió a decir públicamente que no estaba de acuerdo con la indagatoria a la ex presidenta.
"Me pueden citar, meter presa, pero no me van a callar", arrancó Cristina Fernández en su discurso ante la multitud convocada frente a los tribunales. "No se trata de un ataque a una persona, sino a un gobierno y a un proyecto político que durante doce años se encargó de ampliar derechos al pueblo y que ahora pretenden quitárselos", completó. La revelación de empresas offshore vinculadas a la familia Macri fue otro de los elementos que Cristina Fernández no soslayó y que justamente constituye uno de los temas que el Gobierno pretende sepultar. "Buscando la ruta del dinero K, se encontraron con la ruta del dinero M", disparó a partir de las filtraciones derivadas de "Panamá Papers".
Tanto en la militancia como en la dirigencia del Frente para la Victoria había una gran expectativa acerca del efecto político que podría tener la primera aparición pública de Cristina Fernández luego de cumplir su mandato. Desde el 10 de diciembre en adelante, el kirchnerismo mostró en la calle que su capacidad de movilización permanece indemne, tal como se evidenció en cada una de las "Plazas del pueblo" convocadas por algunos de su ex funcionarios, como en la multitudinaria marcha que recordó el 40º aniversario del golpe de Estado de 24 de marzo de 1976. Sin embargo, desde la esfera institucional el Frente para la Victoria fue acumulando una serie de derrotas que pusieron bajo tela de juicio su rol de primera fuerza de la oposición. La fractura del bloque en la Cámara de Diputados, el voto dividido en la votación que aprobó el pago a los fondos buitre en el Senado y el alejamiento de la mayoría de los gobernadores peronistas del kirchnerismo duro, constituyen los ejemplos más concretos. El silencio autoimpuesto por Cristina Fernández a la par que se producían estos acontecimientos generó incertidumbre acerca del rol que pasaría a jugar en esta nueva etapa política del país. A su vez, eran motivo de festejo en el macrismo, ante la ausencia de un dirigente que logre articular a la oposición.
"Convoco a todos los argentinos que sufren el ajuste a conformar un gran frente ciudadano", disparó Cristina Fernández como para dejar en claro que su reaparición pública no se iba a remitir solo a comparecer ante el juez Bonadío. En un claro mensaje a la militancia presente y en una señal hacia la futura construcción política, la ex mandataria apeló a dejar atrás los resentimientos hacia los que hayan votado a Cambiemos en las últimas elecciones y buscar un hilo conductor en la nueva convocatoria. "No se enojen con otros argentinos, lo que tenemos que preguntarnos es cómo estábamos antes del 10 de diciembre y cómo estamos ahora. Tenemos que estar unidos todos aquellos que sentimos que estamos peor", completó Cristina.
Destacada oradora, no fue por azar que la ex presidenta apelara al término "ciudadano" a la hora de caracterizar la herramienta política que aglutine la oposición a Cambiemos. Tampoco que mencionara a Hipólito Yrigoyen y Juan Domingo Perón como antecedentes a procesos políticos similares al kirchnerismo. La propuesta recuerda la transversalidad que propuso Néstor Kirchner a comienzos de su mandato. En momentos en que el peronismo intenta reorganizarse a través de normalizar la conducción del Partido Justicialista (ver nota aparte), Cristina propone una construcción que exceda esa estructura partidaria.
"Hasta ahora, el kirchnerismo dejó en claro que su capacidad de movilización está intacta", señala ante Veintitrés Daniel Filmus, diputado por el Parlasur y referente de la Corriente Nacional de la Militancia. "Es una muestra de lo que se construyó políticamente en estos doce años. Pero no nos podemos quedar en una actitud defensiva, hay que salir a ofrecer alternativas al plan de ajuste y al avance de la derecha que representa el Gobierno. Pero hay que hacerlo desde un sentido generoso, escuchando las demandas de la sociedad y con el objetivo de volver a construir mayorías", completa.
Para la diputada nacional Juliana Di Tullio, la convocatoria lanzada por Cristina Fernández es un llamado de atención hacia aquellos dirigentes del PJ – fundamentalmente los gobernadores y un puñado de intendentes – que desde la llegada del macrismo al poder decidieron mantener una relación cercana con la Casa Rosada. "El fenómeno popular que sigue generando Cristina es un dato político que los dirigentes peronistas que sepan leer la política no pueden soslayar", asegura ante esta revista.
Fernando "Chino" Navarro, líder del Movimiento Evita, considera que el regreso de Cristina Fernández constituye la ratificación de su liderazgo y confía en que el llamado de la ex presidenta genere un polo opositor. "El pueblo se encargará de unir lo que los dirigentes no están uniendo", asegura.
Así, con su regreso a la escena, Cristina Fernández volvió a despertar expectativa en su propia tropa y comienza a encender las alarmas en la Casa Rosada.
Interna caliente.
Como un boomerang
Por Pablo Galand
El escenario tan temido por el Gobierno llegó y se instaló desde el miércoles pasado, bajo una pertinaz lluvia matinal, en los tribunales de Comodoro Py. La indagatoria ordenada por el juez federal Claudio Bonadío fue la excusa perfecta para que la ex presidenta Cristina Fernández retornara a la esfera pública y se convirtiera en la principal líder de la oposición. Así, la estrategia macrista de tener políticamente maniatado al kirchnerismo a través de las denuncias judiciales, terminó convirtiéndose en un boomerang. En una causa – la de la venta de dólar futuro llevada adelante por el Banco Central durante la gestión de Alejandro Vanoli – en la cual resulta vidrioso hallar una acusación penal, Cristina Fernández logró en una misma jornada cuestionar el procedimiento del juez que la imputa y a la vez denunciar los efectos sociales negativos que está generando la política económica oficial. Posiblemente cualquier otro contendiente, antes que la ex presidenta, hubiera elegido el macrismo ante quien tener que defender su plan de gobierno.
La movida judicial iniciada por el macrismo terminó yéndose de las manos al poco tiempo que cruzó el umbral de los tribunales de Comodoro Py. En la denuncia original, motorizada por los entonces diputados Federico Pinedo y Alfonso Prat-Gay, las responsabilidades alcanzaban hasta el ex titular del Banco Central, Alejandro Vanoli. Fue Bonadío quien decidió imputar también al ex ministro de Economía Axel Kicillof y a Cristina Fernández. La decisión del magistrado funcionó de manera perfecta a la argumentación kirchnerista de que las denuncias judiciales a sus ex funcionarios responden a una persecución ideológica. Hasta el propio Pinedo salió a decir públicamente que no estaba de acuerdo con la indagatoria a la ex presidenta.
"Me pueden citar, meter presa, pero no me van a callar", arrancó Cristina Fernández en su discurso ante la multitud convocada frente a los tribunales. "No se trata de un ataque a una persona, sino a un gobierno y a un proyecto político que durante doce años se encargó de ampliar derechos al pueblo y que ahora pretenden quitárselos", completó. La revelación de empresas offshore vinculadas a la familia Macri fue otro de los elementos que Cristina Fernández no soslayó y que justamente constituye uno de los temas que el Gobierno pretende sepultar. "Buscando la ruta del dinero K, se encontraron con la ruta del dinero M", disparó a partir de las filtraciones derivadas de "Panamá Papers".
Tanto en la militancia como en la dirigencia del Frente para la Victoria había una gran expectativa acerca del efecto político que podría tener la primera aparición pública de Cristina Fernández luego de cumplir su mandato. Desde el 10 de diciembre en adelante, el kirchnerismo mostró en la calle que su capacidad de movilización permanece indemne, tal como se evidenció en cada una de las "Plazas del pueblo" convocadas por algunos de su ex funcionarios, como en la multitudinaria marcha que recordó el 40º aniversario del golpe de Estado de 24 de marzo de 1976. Sin embargo, desde la esfera institucional el Frente para la Victoria fue acumulando una serie de derrotas que pusieron bajo tela de juicio su rol de primera fuerza de la oposición. La fractura del bloque en la Cámara de Diputados, el voto dividido en la votación que aprobó el pago a los fondos buitre en el Senado y el alejamiento de la mayoría de los gobernadores peronistas del kirchnerismo duro, constituyen los ejemplos más concretos. El silencio autoimpuesto por Cristina Fernández a la par que se producían estos acontecimientos generó incertidumbre acerca del rol que pasaría a jugar en esta nueva etapa política del país. A su vez, eran motivo de festejo en el macrismo, ante la ausencia de un dirigente que logre articular a la oposición.
"Convoco a todos los argentinos que sufren el ajuste a conformar un gran frente ciudadano", disparó Cristina Fernández como para dejar en claro que su reaparición pública no se iba a remitir solo a comparecer ante el juez Bonadío. En un claro mensaje a la militancia presente y en una señal hacia la futura construcción política, la ex mandataria apeló a dejar atrás los resentimientos hacia los que hayan votado a Cambiemos en las últimas elecciones y buscar un hilo conductor en la nueva convocatoria. "No se enojen con otros argentinos, lo que tenemos que preguntarnos es cómo estábamos antes del 10 de diciembre y cómo estamos ahora. Tenemos que estar unidos todos aquellos que sentimos que estamos peor", completó Cristina.
Destacada oradora, no fue por azar que la ex presidenta apelara al término "ciudadano" a la hora de caracterizar la herramienta política que aglutine la oposición a Cambiemos. Tampoco que mencionara a Hipólito Yrigoyen y Juan Domingo Perón como antecedentes a procesos políticos similares al kirchnerismo. La propuesta recuerda la transversalidad que propuso Néstor Kirchner a comienzos de su mandato. En momentos en que el peronismo intenta reorganizarse a través de normalizar la conducción del Partido Justicialista (ver nota aparte), Cristina propone una construcción que exceda esa estructura partidaria.
"Hasta ahora, el kirchnerismo dejó en claro que su capacidad de movilización está intacta", señala ante Veintitrés Daniel Filmus, diputado por el Parlasur y referente de la Corriente Nacional de la Militancia. "Es una muestra de lo que se construyó políticamente en estos doce años. Pero no nos podemos quedar en una actitud defensiva, hay que salir a ofrecer alternativas al plan de ajuste y al avance de la derecha que representa el Gobierno. Pero hay que hacerlo desde un sentido generoso, escuchando las demandas de la sociedad y con el objetivo de volver a construir mayorías", completa.
Para la diputada nacional Juliana Di Tullio, la convocatoria lanzada por Cristina Fernández es un llamado de atención hacia aquellos dirigentes del PJ – fundamentalmente los gobernadores y un puñado de intendentes – que desde la llegada del macrismo al poder decidieron mantener una relación cercana con la Casa Rosada. "El fenómeno popular que sigue generando Cristina es un dato político que los dirigentes peronistas que sepan leer la política no pueden soslayar", asegura ante esta revista.
Fernando "Chino" Navarro, líder del Movimiento Evita, considera que el regreso de Cristina Fernández constituye la ratificación de su liderazgo y confía en que el llamado de la ex presidenta genere un polo opositor. "El pueblo se encargará de unir lo que los dirigentes no están uniendo", asegura.
Así, con su regreso a la escena, Cristina Fernández volvió a despertar expectativa en su propia tropa y comienza a encender las alarmas en la Casa Rosada.
Interna caliente.
El PJ en su laberinto.
Por F.M.
Estamos aislados, no hablamos con nadie. El partido necesita salir de esa inmovilidad", asegura una importante dirigente peronista de la provincia de Buenos Aires. La afirmación refleja el estado de situación que atraviesa el PJ, que aún no pudo despertarse del golpe que recibió en la última contienda electoral. Las internas partidarias, que están pautadas para el 8 de mayo pero factiblemente sean modificadas, se presentan como la ocasión ideal para impulsar la reorganización.
El pasado 5 de abril quedó definida una lista de unidad encabezada por el diputado nacional por San Juan, José Luis Gioja, y el ex candidato a presidente por el FPV, Daniel Scioli. Pero tres días más tarde, cuando concluía el plazo para la inscripción de las listas, la jueza federal con competencia electoral, María Romilda Servini de Cubría, prorrogó el plazo por veinte días. Fue luego de una reunión que mantuvo en Tribunales con los apoderados de los distintos sectores del PJ y el fiscal federal Jorge Di Lello. La decisión de la jueza fue apelada y al cierre de esta edición se esperaban resoluciones al respecto. De mantenerse el fallo, deberá modificarse el cronograma electoral.
El ex presidente Eduardo Duhalde tuvo mucho que ver en la postergación. En marzo del año pasado, en un congreso paralelo del PJ que contó con el acompañamiento de Adolfo Rodríguez Saá, Juan Carlos Romero y Ramón Puerta, fue elegido "presidente del partido". "Apelamos su proclamación en la Justicia y ganamos", explicaron fuentes del PJ "legítimo". Pero Duhalde, a través de los apoderados de la línea interna "Justicia y Dignidad Peronista", no cesó en sus intenciones. Según confirmaron fuentes judiciales, hubo distintas solicitudes "de algunos afiliados del PJ" entre las que se destacaron pedidos de impugnación del congreso partidario oficial. "Pensamos que debe haber una intervención del PJ", afirmó a Veintitrés un duhaldista que sigue fiel al hombre de Lomas de Zamora. Sus palabras endulzan los oídos del gobierno nacional, que está jugando su propio partido para evitar que se normalice la interna.
Desde el sector que rompió con el bloque de diputados del FPV aseguran que se tenderá a la unificación del partido aunque en el Congreso eso no se verá en el corto plazo: "En cada ley se verá qué hacemos", precisan.
El 13 de abril, atento a la inmensa movilización que acompañó a la ex presidenta Cristina Fernández a declarar ante Claudio Bonadío, Gioja envió una señal de acercamiento al kirchnerismo: "Alguien quería ver a Cristina en Tribunales y eso tiene un sentido de venganza", aseguró ante la prensa. Por su parte, Scioli, cuya presencia se esperaba en Comodoro Py, no se hizo presente. "Si no vino, se equivoca", indicó desde Retiro, bajo la lluvia, el diputado por el Parlasur y ex ministro de Defensa, Agustín Rossi. El principal interlocutor de La Cámpora con el PJ es el diputado nacional Eduardo "Wado" De Pedro, quien tendrá más de una conversación para acercar posiciones de aquí al nuevo cierre de listas.
"Adentro nos podemos agarrar a trompadas pero la discusión debe darse puertas adentro, no podemos darnos el lujo de resignar el lugar de oposición", asegura una fuente pejotista con peso en el Congreso. De hecho, reconoce que el bloque se encuentra paralizado. Ese vacío, a ojos de este dirigente, está siendo ocupado por el diputado y referente del Frente Renovador, Sergio Massa. "Fue él quien llamó a los cinco líderes sindicales a una conferencia de prensa para promover la ley de seguridad en el empleo, para frenar los despidos. Y encima después se dio el lujo de postergar el tratamiento porque el oficialismo necesitaba discutir el DNU sobre Ley de Medios. Ni siquiera presentamos un proyecto alternativo de ganancias", sostuvo. "El peronismo no sabe ser oposición, es algo que tenemos que ir aprendiendo. Y rápido", añadió. No es para menos. La velocidad con la que se desenvuelva el proceso de síntesis en el peronismo marcará sin dudas el devenir de la política nacional.
El pasado 5 de abril quedó definida una lista de unidad encabezada por el diputado nacional por San Juan, José Luis Gioja, y el ex candidato a presidente por el FPV, Daniel Scioli. Pero tres días más tarde, cuando concluía el plazo para la inscripción de las listas, la jueza federal con competencia electoral, María Romilda Servini de Cubría, prorrogó el plazo por veinte días. Fue luego de una reunión que mantuvo en Tribunales con los apoderados de los distintos sectores del PJ y el fiscal federal Jorge Di Lello. La decisión de la jueza fue apelada y al cierre de esta edición se esperaban resoluciones al respecto. De mantenerse el fallo, deberá modificarse el cronograma electoral.
El ex presidente Eduardo Duhalde tuvo mucho que ver en la postergación. En marzo del año pasado, en un congreso paralelo del PJ que contó con el acompañamiento de Adolfo Rodríguez Saá, Juan Carlos Romero y Ramón Puerta, fue elegido "presidente del partido". "Apelamos su proclamación en la Justicia y ganamos", explicaron fuentes del PJ "legítimo". Pero Duhalde, a través de los apoderados de la línea interna "Justicia y Dignidad Peronista", no cesó en sus intenciones. Según confirmaron fuentes judiciales, hubo distintas solicitudes "de algunos afiliados del PJ" entre las que se destacaron pedidos de impugnación del congreso partidario oficial. "Pensamos que debe haber una intervención del PJ", afirmó a Veintitrés un duhaldista que sigue fiel al hombre de Lomas de Zamora. Sus palabras endulzan los oídos del gobierno nacional, que está jugando su propio partido para evitar que se normalice la interna.
Desde el sector que rompió con el bloque de diputados del FPV aseguran que se tenderá a la unificación del partido aunque en el Congreso eso no se verá en el corto plazo: "En cada ley se verá qué hacemos", precisan.
El 13 de abril, atento a la inmensa movilización que acompañó a la ex presidenta Cristina Fernández a declarar ante Claudio Bonadío, Gioja envió una señal de acercamiento al kirchnerismo: "Alguien quería ver a Cristina en Tribunales y eso tiene un sentido de venganza", aseguró ante la prensa. Por su parte, Scioli, cuya presencia se esperaba en Comodoro Py, no se hizo presente. "Si no vino, se equivoca", indicó desde Retiro, bajo la lluvia, el diputado por el Parlasur y ex ministro de Defensa, Agustín Rossi. El principal interlocutor de La Cámpora con el PJ es el diputado nacional Eduardo "Wado" De Pedro, quien tendrá más de una conversación para acercar posiciones de aquí al nuevo cierre de listas.
"Adentro nos podemos agarrar a trompadas pero la discusión debe darse puertas adentro, no podemos darnos el lujo de resignar el lugar de oposición", asegura una fuente pejotista con peso en el Congreso. De hecho, reconoce que el bloque se encuentra paralizado. Ese vacío, a ojos de este dirigente, está siendo ocupado por el diputado y referente del Frente Renovador, Sergio Massa. "Fue él quien llamó a los cinco líderes sindicales a una conferencia de prensa para promover la ley de seguridad en el empleo, para frenar los despidos. Y encima después se dio el lujo de postergar el tratamiento porque el oficialismo necesitaba discutir el DNU sobre Ley de Medios. Ni siquiera presentamos un proyecto alternativo de ganancias", sostuvo. "El peronismo no sabe ser oposición, es algo que tenemos que ir aprendiendo. Y rápido", añadió. No es para menos. La velocidad con la que se desenvuelva el proceso de síntesis en el peronismo marcará sin dudas el devenir de la política nacional.
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