domingo 26 de junio de 2016
EL LIBRO QUE PREPARÓ LA CONSULTORA MCKINSEY PARA
HACERLE PROPAGANDA A MACRI EN EL EXTERIOR
Un relato a la medida del Gobierno
La firma estadounidense contratada para diseñar el marco regulatorio de las comunicaciones editó un libro para promocionar al macrismo en el extranjero. Son entrevistas a 25 "líderes de la Argentina", en su mayoría funcionarios del PRO, políticos e intelectuales aliados, empresarios oficialistas y miembros de ONG cercanas al Gobierno.
Por Fernando Krakowiak
La consultora estadounidense McKinsey, que el gobierno contrató para diseñar el marco regulatorio de las comunicaciones, celebró el 28 de marzo sus 25 años en el país con una fiesta en el Salón Dorado del Teatro Colón donde participaron el presidente Mauricio Macri y el jefe del gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta. En ese evento, la firma aprovechó para presentar su libro Reimaginando Argentina, una publicación bilingüe de lujo que incluye "25 reflexiones de líderes", todos argentinos, y que la empresa prometió distribuir entre 1500 referentes globales para promocionar las supuestas oportunidades que se abrieron en el país a partir de la llegada de Macri al poder. "Queremos agradecer a los 25 entrevistados, sin quienes este libro no hubiese sido posible. Sus perspectivas abarcan una gran variedad de temas, desde la política económica, pasando por el desarrollo industrial, hasta la renovación cultural y espiritual", remarca la empresa. Los temas que se abordan efectivamente son varios, pero las voces son bastante monocordes. El listado de la consultora favorita del gobierno (ver aparte) está conformado casi exclusivamente de funcionarios del PRO, políticos e intelectuales aliados, empresarios oficialistas y miembros de ONGs que históricamente han funcionado como semillero del macrismo. Los textos sorprenden por la admiración que se expresa hacia los funcionarios, los cuales son presentados casi como próceres modernos que han venido a rescatar al país de las garras del populismo.
El libro incluye a seis políticos de la alianza Cambiemos: Macri, Rodríguez Larreta, la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal, el presidente del Banco Central Federico Sturzenegger, el director del Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE) Eduardo Levy Yeyati, y el radical Ernesto Sanz. La "oposición" está representada paradójicamente por dos aliados del oficialismo, el gobernador salteño Juan Manuel Urtubey y el ex candidato a presidente Sergio Massa. También hay espacio para un pequeño grupo de intelectuales abiertamente comprometidos con el macrismo: el escritor Marcos Aguinis, el filósofo Santiago Kovadloff y el economista Juan José Llach, a los que se suma el neurólogo radical Facundo Manes. La lista tampoco gana en pluralidad con los representantes del tercer sector ya que incorpora a la directora Ejecutiva de Cippec Julia Pomares, a la presidenta de la Organización Román y Cofundadora de Argentina Debate Karina Román, al presidente de la Red Acción Política y socio de Poliarquía Alan Clutterbuck y al fundador y director mundial de Scholas Ocurrentes, José María del Corral. Los empresarios entrevistados son Marcos Galperín, fundador y CEO de Mercado Libre, Gustavo Grobocopatel, presidente de Los Grobo, Martín Migoya, fundador y CEO de Globant, y Federico Braun, dueño de la cadena de supermercados La Anónima y tío del secretario de Comercio Miguel Braun. El listado se completa con Joaquín Morales Sola, editorialista del diario La Nación, Jorge Fontevecchia, presidente de Editorial Perfil, el fiscal José María Campagnoli, el deportista Agustín Pichot y el director de cine Daniel Burman.
El modelo a seguir
El libro comienza con una breve introducción titulada "La oportunidad para la Argentina de brillar, una vez más". Allí se adhiere a la idea de que a comienzos del siglo XX Argentina estaba destinada a ser como Canadá o Australia, después se desvió de ese objetivo por culpa del populismo, pero de la mano de Macri ahora puede volver a tener esperanza para llegar a ser como esos países dentro de 25 años. "La Argentina logró espectaculares avances económicos durante el período 1870-1910; la población se cuadriplicó y la economía se multiplicó por 11, gracias al impulso de su modelo agroexportador y a la buena acogida de la inmigración plasmada en su Carta Magna: ´gobernar es poblar´, en palabras de Juan Bautista Alberti, uno de los padres de la Constitución Argentina de 1853", comienza el texto. Luego recuerda algunos de los logros de esa época y salta directamente al presente. "Un siglo atrás, el producto bruto interno per cápita de la Argentina estaba entre los más altos del mundo, su red de ferrocarriles era una de las más extensas y Buenos Aires contaba con la primera red de subterráneos de todo el mundo hispanoparlante. Pero actualmente, como consecuencia de décadas de inestabilidad política y políticas económicas desafortunadas, la Argentina no ha sido capaz de concretar esas perspectivas tan alentadoras", se remarca.
Cualquier desprevenido que se introduzca en la historia argentina a partir del relato de McKinsey podría suponer que a comienzos de siglo XX el país vivía una situación floreciente, aunque la mayoría de los historiadores reconoce que la buena performance exportadora se combinaba entonces con profundas desigualdades sociales, altos niveles de pobreza y el fraude como herramienta política sistemática. De hecho, en 1910 se registró el número más elevado de huelgas y disturbios sociales de la época. Sin embargo, todas esas cuestiones son dejadas de lado y la Argentina del centenario es presentada como una etapa de grandeza a la que es necesario regresar. "¿Podrá la Argentina volver a levantarse? Y de hacerlo, ¿podrá sostenerse en el largo plazo? Creemos que nuestro país se encuentra hoy en una posición única para implementar cambios fundamentales y seguir un camino de crecimiento sostenible a largo plazo", remarca McKinsey. Una vez concluida esa breve introducción, el libro presenta a "25 líderes" que van a ser protagonistas de esta etapa. El primero, por supuesto, es Mauricio Macri.
Mundo PRO
La entrevista a Macri incluye nueve preguntas que le dan pie para exponer, en línea con su discurso de campaña, los principales objetivos de gobierno: "Avanzar hacia un país sin pobreza, combatir el narcotráfico y unir a los argentinos", dice el mandatario. Además, remarca la necesidad de trabajar en equipo, dialogar y vincularse con "el mundo". Cuando le preguntan qué países le resultan inspiradores, menciona "el proceso de paz y los avances que ha hecho Colombia para sanar sus heridas", "la cultura del respeto por la ley que hay en Chile", "la pasión italiana que también llevo en mi sangre" y el ejemplo de Australia, un país alejado del centro del mundo, con inmigrantes y recursos naturales "que logró a partir de eso, generar una economía muy pujante y a la vez una sociedad igualitaria". Por último, recupera la figura de Nelson Mandela "por su compasión y su paz para unir a un país dividido" y destaca valores del peronismo, el radicalismo y el socialismo. "Nosotros no somos los que vamos a cambiar la Argentina, la van a cambiar los argentinos. Nosotros sólo vamos a ayudar", advierte.
El resto de los funcionarios se expresa en sintonía con su líder, aunque sorprende la manera en que se los presenta. Uno de los testimonios es el del Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, en un texto que combina sus reflexiones sobre el futuro del país con una serie de sentencias sobre el propio funcionario que parecen escritas por un familiar suyo. "Pocos conocen como él sus calles (en referencia a la Ciudad), que camina incansablemente sin dejar de pensar en el país entero", "jamás deja de escuchar las necesidades y opiniones de los ciudadanos porteños", "su afición a dialogar tiene historia: él fue uno de los grandes protagonistas del proceso político que atravesó la Argentina en los últimos diez años", destaca el texto.
Al momento de trazar el perfil de la gobernadora María Eugenia Vidal, McKinsey tampoco ahorra elogios. "Vidal esboza para los próximos 25 años, un futuro a trazos anchos pero profundos, casi existenciales. Uniendo el espíritu con los objetivos. Con el país como cuerpo potente que requiere una voluntad dirigida", se remarca. "Mariu – como la conoce la militancia y como familiarmente la llaman cuando toca timbres de casas en la amplia geografía de la provincia – hace foco en la gente", puede leerse en esa especie de homenaje en vida que le hacen.
Otro de los que es presentado como un prócer en potencia es el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, a quien se describe como un profesional exitoso que en 2007 abandonó su carrera académica en Estados Unidos para comprometerse con el país. "El futuro le sonreía, su familia estaba cómoda en los Estados Unidos. Hasta que sonó el teléfono. Era Mauricio, entonces jefe de gobierno electo de la Ciudad de Buenos Aires, que lo invitaba a sumarse a su equipo", rememora el texto. "Volver a la Argentina significaba volver al país que en la Navidad de 2001 había protagonizado el mayor default en la historia mundial. Un país reconocido por ciclos de hiperinflación, inestabilidad, corrupción y una visión cortoplacista. Sin tapujos, Sturzenegger admite que entre las razones para tomar esa decisión pesó el liderazgo, la personalidad, pero sobretodo los valores que ofrecía Macri", destaca el texto. El default de 2002 al que se hace referencia no era algo tan lejano para Sturzenegger ya que él aportó su granito de arena desde la secretaria de Política Económica que encabezó en 2001, durante la presidencia de Fernando De la Rúa. El titular del Banco Central incluso fue procesado por ser uno de los responsables de la estafa financiera conocida como "megacanje", aunque en la semblanza que le preparó McKinsey sólo se afirma que en medio de su exitosa carrera en el sector privado "tuvo un breve interludio en la función pública en 2001".
El libro también incluye al director de BICE, Eduardo Levi Yeyati, aunque se lo presenta sólo como presidente de Cippec. A Yeyati se lo compara con un scholar, "esa figura de erudito que desde una biblioteca contemplaba, analizaba y ordenaba el mundo", pero luego se aclara que él mismo "se define como un pragmático que toma elementos de todas las ramas para resolver los problemas de la realidad". El listado se completa con el radical Ernesto Sanz, a quien se presenta como "un hombre cordial y con una vida entera dedicada a la política argentina", que "comenzó esta nueva era desde el llano". Incluso el propio Sanz hace un aporte a la construcción de su propio mito al recuperar la figura del líder socialista Ricardo Lagos, el cual luego de la vuelta de la democracia en Chile se reservó para sí mismo un segundo plano. "Lagos entendió que la gran tarea no era llegar a presidente sino consolidar la Concertación entre los partidos, hacer fuerte la democracia para que la dictadura no pudiera volver, y por eso sacrificó su ambición personal por años", dice Sanz que no llega a compararse con Lagos, pero deja todo listo para que algún desprevenido lo haga.
Satélites PRO
Entre los que no son funcionarios del gobierno, pero tienen puesta la camiseta de Macri, figura Santiago Kovadloff. "Filósofo y prolífico columnista en medios gráficos, tiene posturas muy claras hacia la apertura y la modernidad, posturas que lograron trascender", se remarca en el texto en el que Kovadloff se presenta como un perseguido político. "Me ha tocado pagar muy caro el hecho de ser un opositor al gobierno que precedió al actual. En los años de la dictadura militar, mi vida, como la de otros, también (sic) corrió peligro porque bastaba ser un opositor a los regímenes totalitarios y a los regímenes caudillescos, a toda presunción de certeza planteada verticalmente bajo la visión iluminada de un liderazgo único, para ser perseguido", sostiene Kovadloff, quien ahora se muestra esperanzado.
Otro de los que está feliz con el cambio de gobierno es el escritor Marcos Aguinis, quien también tiene su lugar en el libro que preparó McKinsey para hacerle propaganda a Macri. Aguinis equipara allí a los golpes de Estado con el "autoritarismo populista", ya que, según él, los dos suponen una interrupción de la democracia. Ahora, en cambio, ve la realidad de manera diferente. "Personalmente yo creo que Argentina está en este momento en una situación muy propicia, que puede transformarse en una nave insignia como lo fue a principios de siglo pasado, cuando éramos el país latinoamericano con la mejor educación, la mejor cultura y la más rápida adaptación de las corrientes inmigratorias", sostiene Aguinis.
El libro también le reserva un lugar a Karina Román, hija del empresario portuario Alfredo Román y co-fundadora de la Fundación Argentina Debate, ONG de la que también forman parte otros entrevistados como Levi Yeyati, Juan Llach, Marcos Galperín y Federico Braun. El que se quedó afuera es Hernán Charosky, investigador de Cippec y coordinador general de Argentina Debate, tal vez porque en enero fue designado subsecretario de Reforma Política en el gobierno de Rodríguez Larreta y poner otro funcionario hubiera sido demasiado. "Las elites tenemos que volver a ocupar un rol que abandonamos hace tiempo. Creo que el empresariado tiene que ser parte de la discusión del desarrollo", señala Román, quien luego remarca que para atraer inversiones es necesario "seguridad jurídica", "precios de mercado" y "achicar el gasto público". Otra de las que está entusiasmada con el cambio es Julia Pomares, directora ejecutiva de Cippec, donde también participan Levi Yeyati y Karina Román. "Por primera vez, en 2016 gobierna un partido que no es peronista ni radical (Cambiemos), cosa que no ocurría desde hace más de treinta años. Es una gran novedad que en la provincia de Buenos Aires – principal distrito del país – esté gobernada por un partido no peronista y que, además, la gobernadora sea una mujer", dice Pomares, quien asumió su cargo en diciembre en reemplazo de Fernando Straface, otro miembro de Argentina Debate que fue designado por Rodríguez Larreta como secretario general de gobierno y Relaciones Internacionales de la Ciudad de Buenos Aires.
Entre los empresarios entrevistados sobresale Federico Braun, cuarta generación de la familia Braun-Menéndez que a través de la Sociedad Anónima Importadora y Exportadora de la Patagonia llegó a explotar 467 mil hectáreas en propiedad y 1.950.000 en arrendamientos. Braun es actualmente el dueño de la cadena de supermercados La Anónima. "Siento una gran excitación porque percibo que hay un cambio cualitativo que se une a una nueva generación que está tomando la riendas del país y que puede marcar un verdadero cambio de época", afirma Braun, quien luego va más allá y dice que "Argentina puede llegar a ser el Silicon Valley de América Latina con su riqueza de talento y creatividad". Todo es posible, al menos en el libro de McKinsey.
LOS VÍNCULOS DEL GOBIERNO CON MCKINSEY
Mi consultora favorita
Por Fernando Krakowiak
La pregunta fue clara: ¿Es común tener dos ministros que vienen de McKinsey, como ocurre en la Argentina con Gustavo Lopetegui y Mario Quintana en la coordinación del Gabinete? La respuesta también: "En el Reino Unido, el ministro de Relaciones Exteriores era de nuestra oficina en Londres. Tenemos gente en el gobierno. Pero aquí estamos muy entusiasmados", aseguró el CEO global de McKinsey, Dominic Barton, en una entrevista publicada en La Nación el 25 de abril. El entusiasmo no es sólo por el nombramiento de esos dos hombres. Página/12 reveló el domingo 22 de mayo que la consultora estadounidense está asesorando de manera reservada en la elaboración de un marco regulatorio para las tecnologías de la información y la comunicación. El proyecto contempla 16 semanas de trabajo a cambio de 875 mil dólares, unos 12,5 millones de pesos.
McKinsey incluso tuvo participación en la creación de la Agencia de Inversiones comandada por Juan Procaccini, un ingeniero industrial proveniente de Moebius Capital Group que entre 2000 y 2004 trabajó en McKinsey y entre abril de 2004 y mayo de 2013 en el fondo Pegasus Capital, fundado por el ex McKinsey Mario Quintana. La Agencia funciona como organismo descentralizado del Ministerio de Producción y comparte atribuciones con Cancillería, la Dirección de Relaciones Agroalimentarias Internacionales de Agricultura, la secretaría de Promoción de Inversiones de Comunicaciones e incluso con Presidencia, donde reporta de manera directa Horacio Reyser Travers, la mano derecha de Norberto Morita en el fondo Southern Cross, quien fue designado asesor especial para Inversiones Extranjeras Directas.
Los vínculos de McKinsey con la nueva gestión son tan fuertes que en la propuesta de trabajo que elaboró para el Ministerio de Comunicaciones, titulada "Apoyando al gobierno argentino en la construcción de un marco regulatorio para el desarrollo y la innovación en TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación)", aseguró que los honorarios profesionales para ese tipo de trabajos eran de 400 mil dólares por mes más los gastos necesarios para la ejecución del proyecto (entre 15 y 18 por ciento adicional), pero en esta ocasión cobraría "sólo" 875 mil dólares por 16 semanas porque "es nuestro compromiso poder acompañar al gobierno argentino en este momento de transición histórico". El libro Reimaginando Argentina es otro ejemplo de ese compromiso.
El cupo peronista
El libro de McKinsey es básicamente una propaganda del gobierno PRO en papel ilustración, pero también tiene un pequeño lugar reservado para los peronistas aliados del gobierno. Uno de ellos es el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, a quien presentan como "uno de los mayores exponentes de la modernización institucional del progreso social que exhibe el país en proyección". Además, se entusiasman con sus críticas al kirchnerismo: "Con bastante desmesura reconstruimos la autoridad presidencial y después nos pasamos y generamos procesos en los cuales ese crecimiento de la autoridad se dio en detrimento de la participación, de los niveles de administración de disensos y de consensos, y llegamos a una situación en la que gran parte de la Argentina dijo ´queremos cambiar, queremos ganar en institucionalidad", sostiene Urtubey, quien se reconoce admirador de la Madre Teresa de Calcuta, Nelson Mandela y Juana Azurduy. También hay un lugarcito para Sergio Massa, que en los últimos años formó parte del peronismo, aunque ahora formó el Frente Renovador y se muestra como un aliado de Macri en el Congreso. "Terminó una etapa. El cambio de gobierno significó el inicio de un nuevo momento histórico", señala el ex jefe de Gabinete de Cristina Fernández de Kirchner.
EN BLANCO Y NEGRO, EL IMPACTO LOCAL DEL REFERENDUM
BRITÁNICO
Brexit en la Argentina
El Brexit consagrará a Inglaterra como la mayor guarida fiscal del planeta, tema de estricta actualidad aquí dado el blanqueo de capitales. Pero también podría robustecer el reclamo por las Malvinas, si la colonia perdiera el apoyo político y el mercado para el 95 por ciento de sus exportaciones sin aranceles que le provee Europa. Aprovechar esta coyuntura requeriría una firme posición, muy distinta a la línea blanda ante el ocupante mostrada por Macrì y su canciller Malcorra.
Por Horacio Verbitsky
España se apresuró a replantear la cuestión de Gibraltar en cuanto se conocieron los resultados: en el Reino Unido, se impuso por estrecho margen el abandono de Europa, pero en el peñón fue abrumadora la predilección por la permanencia. El ministro de Relaciones Exteriores, José García-Margallo, propuso un periodo de transición de soberanía compartida, en tránsito hacia la restitución plena del territorio que el imperio británico ocupa desde hace tres siglos. Del mismo modo, Escocia e Irlanda plantearon sus propios plebiscitos para permanecer en Europa y separarse del Reino cada vez más Desunido de la Gran Bretaña. También allí las respectivas sociedades votaron por la continuidad en Europa, por márgenes más amplios a los obtenidos por Brexit en Inglaterra. El gobierno argentino no parece darse por enterado de las implicancias de lo sucedido, que se irán haciendo más perceptibles con el paso de los días. Entre otras, una profunda fractura generacional (3 de cada 4 jóvenes votaron por la permanencia) que permite predecir duras expresiones callejeras contra la decisión que fue más popular entre las personas maduras y las de la tercera edad. Un día antes de que los británicos votaran, Susana Malcorra exhortó a su gobierno en las Naciones Unidas a reanudar las negociaciones, en busca de "una solución pacífica y definitiva a la disputa de soberanía" sobre las islas. Esa letanía rutinaria no fue seguida por ninguna declaración que vinculara el caso de las Malvinas con el debilitamiento británico producido por la victoria de las posiciones que responden a los traumas de la globalización con posiciones aislacionistas. Por el contrario, de regreso dijo que nada cambia y sólo pidió prudencia. En las islas Malvinas, donde a diferencia de Gibraltar no hubo mesas de votación, el plebiscito se siguió con ansiedad y todos los pronunciamientos que se conocieron fueron a favor del status quo vigente. Tampoco hubo alguna evaluación oficial sobre cómo afectará el Brexit a la economía argentina y sólo analistas privados se mostraron atentos a algunos aspectos de la cuestión. El comercio podría resentirse pero es poco significativo ya que hoy Gran Bretaña es un socio muy menor (poco más del 1 por ciento del total argentino, tanto de importaciones como de exportaciones). Si las inversiones no vinieron antes, será más difícil que arranquen ahora. Pero ni el sector público ni el privado dieron muestras de advertir el impacto que la novedad tendrá para un rubro más importante en las relaciones bilaterales que el comercio y las inversiones: la fuga de capitales que se refugian en territorios y posesiones de la corona inglesa. Las estimaciones extraoficiales fijan su stock en 400.000 millones de dólares, una porción sustancial están cubiertos por la Union Jack.
Los escondites
El principal argumento a favor del blanqueo y las expectativas sobre un resultado más sustancial que en los anteriores, es la creciente dificultad para esconder dinero ilegal en el mundo, debido a los acuerdos de intercambio informativo propiciados por el G20. El Brexit eliminará los contrapesos que la pertenencia a la Unión Europea planteaba al "abrumador poder del lobby financiero en Gran Bretaña", según el mensaje con que la ONG global Tax Justice Network (TJN) apoyó el voto por el Bremain, la permanencia en la Unión. Al describir la "maldición financiera" y sus grandes riesgos políticos y económicos, la organización afirma que sin el marco colaborativo internacional europeo, Inglaterra emprenderá una viciosa carrera hacia el último escalón en materia de secreto impositivo y regulación financiera, en un proceso lucrativo para los fondos de inversión y los contadores pero dañino para el resto, en las islas, en Europa y en todo el mundo. Tax Justice Network prevé nuevas guerras regulatorias y fiscales entre países, que "siempre debilitan la democracia y la justicia económica" e incrementan las desigualdades políticas y económicas. Las reducciones de impuestos que se justificarán por esa competencia erosionarán más aún la base impositiva y dañarán los servicios públicos. Como se sabe, la ley argentina de blanqueo incluye también una reducción de los impuestos directos que aliviarán la ya insignificante carga sobre las grandes fortunas. De acuerdo con las alícuotas resultantes y las declaraciones juradas del presidente, el columnista David Cufré calculó aquí que Maurizio Macrì pagaría casi un millón y medio de pesos menos por año en su liquidación del impuesto a los bienes personales. El proyecto oficial contemplaba su eliminación lisa y llana, pero el voto hipócrita de los bloques opoficialistas obligó a maquillarlo como una mera reducción. En la misma dirección que Tax Justice Network se pronunció el autor del revelador libro de investigación "Las Islas del Tesoro", Nicholas Shaxson: "Brexit impulsaría a Gran Bretaña mucho más allá de lo que ya está en el camino de ser una guarida extraterritorial, y revitalizaría al ya predominante lobby offshore. En Inglaterra esto haría a unas pocas personas mucho más ricas y a mucha gente más pobre, y en el resto del mundo volvería a mucha gente más pobre". En síntesis, malas noticias para la Argentina pero muy buenas para su gobierno de los CEOS.
El desempeño de la Unión Europea respecto de las guaridas fiscales no ha sido perfecto, e incluye entre sus miembros a grandes centros de refugio de la ilegalidad fiscal, como Luxemburgo. Sin embargo, ha hecho avances significativos para reducir el secretismo y compartir información con otros países, como la introducción de los registros de beneficiarios finales de las empresas y cuentas bancarias registradas allí. Según TJN esos registros contribuyen a controlar los peores abusos impositivos de las empresas multinacionales y a prevenir las múltiples formas de delito y corrupción revelados en los Panamá Papers. Una de las personalidades más prominentes descubiertas en ese paquete informativo filtrado a un diario alemán y analizado por el Consorcio de Periodismo de Investigación fue el actual jefe de Estado argentino.
"Honestamente"
Macrì declaró respecto de su cuenta en Bahamas que "la verdad es que ni me di cuenta, honestamente". Más allá de su autoproclamada honestidad, cuando alguien no repara dónde guarda 18 millones de pesos se consolida la sospecha de que su fortuna supera con holgura los 140 millones de pesos declarados, sobre todo cuando hasta hace pocos años las empresas familiares figuraban en los primeros puestos del ranking de la riqueza argentina. Una constante de este primer semestre ha sido el dictado de medidas que benefician no sólo al sector social del que provienen el Poder Ejecutivo y la mayoría de sus ministros, sino también a las corporaciones en las que trabajaron y en varios casos a los propios funcionarios. Para negociar con los fondos buitre y con Thomas Griesa, Macrì envió primero a Carlos Melconian, quien había comprado títulos en default y litigado por su cobro ante ese mismo juez, y luego a los ex operadores de monedas del JP Morgan Alfonso de Prat-Gay y Luis Caputo. La devaluación dispuesta entre otros por el secretario de coordinación interministerial Mario Quintana, quien había comprado dólares a futuro e hizo así una buena diferencia, también aprovechó al jefe de asesores presidenciales José Torello, a la empresa de la familia presidencial Socma-Chery, al amigo presidencial Nicolás Caputo, al comprensivo diario La Nación y al vengativo Grupo Clarín. Nada se compara, sin embargo, con la gran jugada de Macrì como jefe de gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que descubrió la ex ministra de Derechos Humanos Gabriela Cerruti: el 15 de septiembre de 2011, Macrì compró el edificio Alpargatas en Barracas, y al día siguiente envió un proyecto a la Legislatura creando el Distrito de las Artes y eximiendo de impuestos a su negocio personal de construir allí 65.000 metros cuadrados de lofts suntuarios. Con la misma presunta ingenuidad que aplica a su situación personal, Macrì también defendió al ministro de Energía, Juan José Aranguren, quien fue presidente de la petrolera Shell en la Argentina y posee acciones de la casa matriz holandesa: "Lo que él tiene es lo que le pagaron producto de su retiro. Me parece que frente a un tipo de la honestidad y la capacidad de Aranguren, los ataques que ha recibido no son justos". Ni siquiera la Oficina Anti (Descubrimiento de la) Corrupción se animó a tanto. Para su titular, Laura Alonso, el caso es complejo y está siendo objeto de un estudio exhaustivo.
El presidente también se presentó como "el político que más transparencia ha tenido sobre su situación personal, siempre he declarado todo". Tampoco se sintió obligado a explicar cómo pudo poner el Banco Central bajo la conducción de Federico Sturzenegger, quien hasta el día de hoy está procesado por su intervención en el megacanje de hace quince años. Estas actitudes revelan un grado de audacia que contribuye a entender el estado de parálisis que aqueja a la oposición ante su carrera arrolladora. Luego de una victoria electoral en segunda vuelta, por un margen muy ajustado de votos, y en notoria minoría en las dos cámaras del Congreso, Macrì ha puesto el país patas para arriba en apenas seis meses, con un decisionismo que sorprende incluso a sus aliados radicales. El endeudamiento externo contraído entre la Nación y las provincias por más de 30.000 millones de dólares tendrá consecuencias desastrosas en el futuro, pero por el momento ha permitido financiar en un trimestre la fuga de 4.000 millones que el Banco Central contabiliza como formación de activos externos, suprimir cualquier restricción al ingreso y egreso de divisas, transferir utilidades de empresas trasnacionales a sus sedes y proporcionar atractivos negocios financieros con el clásico subibaja del tipo de cambio y la tasa de interés. Macrì también desmanteló los organismos de control del mercado accionario, donde se hizo cargo uno de sus alter ego, y del lavado de dinero, cuya Unidad de Información Financiera quedó en manos de dos especialistas que hasta ese momento habían trabajado del otro lado del mostrador. La reforma impositiva transfirió miles de millones de dólares de muchas a pocas manos, ya que dentro de un esquema ortodoxo en el que el déficit fiscal y su monetización son considerados como la causa única de la inflación, la merma de lo detraído al comercio exterior de cereales debe compensarse con la reducción en otros rubros, como la planta de trabajadores estatales y los subsidios al transporte y a las distintas formas de energía, que benefician a los más vulnerables y a las pequeñas y medianas empresas. Puesto en términos más simples, sin retenciones a la exportación de materias primas alimenticias, sus precios internos crecen, lo mismo que el combustible y la electricidad cuando se les quitan subsidios. Esta inflación, que el ministro de Hacienda y Finanzas De Prat-Gay terminó por reconocer que llega al 42 por ciento anualizado, más que el doble de su vaticinio inicial, es otro mecanismo de transferencia de ingresos hacia el sector patronal, cuyos costos se achican por la doble vía de los despidos y el abaratamiento relativo. Ese sombrío sendero de la búsqueda de competitividad a expensas de los salarios de los trabajadores va en sentido opuesto al que siguieron los países que lograron desarrollar sus economías. Y al destruir el mercado interno dependerá cada vez más de las exportaciones primarias, lo cual a su vez destrozará el tejido social.
La Corte de la regresión
Frente a las protestas inevitables que estas políticas generan y que el gobierno nacional enfrenta a palos, con gases lacrimógenos y balas de goma, como padecieron el jueves los trabajadores de la fábrica metalúrgica RB en San Isidro, la Corte Suprema de Justicia le hizo un gran regalo con el fallo Orellano, que circunscribió el derecho de acciones gremiales a los sindicatos reconocidos por el Estado, ya sea con personería o con inscripción. La semana pasada el Senado dio el acuerdo para la designación en ese tribunal de los dos jueces propuestos por Macrì, cuyas posiciones sobre estos temas motivaron las impugnaciones que recibieron, tanto ante el ministerio de Justicia y Derechos Humanos cuanto en el Senado. Al objetar tanto a Horacio Rosatti cuanto a Carlos Rosenkrantz, el CELS cuestionó "sus posiciones respecto de la relación entre el derecho, la política, el mercado y el Estado". En sus trabajos académicos, Rosatti sostuvo, igual que la Corte presidida por Ricardo Lorenzetti, que el derecho de huelga es una atribución exclusiva de los sindicatos formalmente constituidos, para supuestos de un conflicto laboral concreto y reivindicativo o desconocimiento de un derecho laboral previamente reconocido. En el Tomo I de su Tratado de Derecho Constitucional de 2010, Rosatti considera "constitucionalmente discutibles" las llamadas huelgas "por solidaridad" y las huelgas "políticas o sociales". Por su parte, Rosenkrantz cuestiona la constitucionalización de los derechos económicos y sociales, como salud, vivienda y educación. A su juicio no son exigibles ante los tribunales porque los jueces no tienen equipamiento institucional ni están preparados para decidir este tipo de casos. Pero tampoco admite para defender esos derechos el ejercicio de la protesta si incluye un corte de calle o ruta. En su artículo "La pobreza, la ley y la Constitución" sostiene que "piquetear una ruta o autopista es un delito". Además considera que este tipo de protesta no está protegida por la libertad de expresión. Rosenkrantz entiende que "la pobreza no es relevante y no puede ser usada como una razón para explicar y justificar la violación de los derechos consecuencia de la regulación del derecho privado". A su juicio "la posibilidad de que los tribunales realicen decisiones que determinen grandes transferencias de riqueza terminará socavando el poder de los tribunales". Sumada esta posición a las de Rosatti y Lorenzetti, el poder administrador quedaría libre de interferencias jurídicas para sus decisiones sobre transferencias de riqueza, como las que han tenido estridente principio de aplicación en lo que va de este año.
Palo y zanahoria
La perspectiva de que esos pliegos obtuvieran los dos tercios de los votos del Senado distaba de ser evidente cuando Macrì los envío, en diciembre. Seis meses después a nadie le llamó la atención que esa mayoría especial fuera incluso superada con comodidad. Antes de eso se aprobó el acuerdo para pagarle a los fondos buitre y comenzar el tercer ciclo del endeudamiento externo, cosa que tampoco podía darse por descontada. Los artífices de ese milagro político fueron el ministro de Obras Publicas, Rogelio Frigerio (n) y el presidente del bloque oficialista de senadores de la oposición, Miguel Angel Pichetto. Cada uno desde un lado de la mesa, comprometieron a los gobernadores de todos los partidos, con el argumento de que sin esa ley ni el gobierno podría continuar con las transferencias de recursos para obras públicas ni ellos estarían en condiciones de emitir deuda propia. Las emisiones de varias provincias ya superan los 8.000 millones de dólares pero los atrasos de la Nación sólo se han cancelado en pequeña medida, porque es un pecado usar sólo una vez esa zanahoria tan tentadora. El Poder Ejecutivo volvió a agitarla delante de los gobernadores para conseguir la aprobación de la ley de blanqueo, que incluye un capítulo sobre la restitución gradual del 15 por ciento de la coparticipación federal que se detrajo a las provincias cuando se privatizó el sistema previsional. Esa ley ómnibus también sienta las bases para la liquidación del Fondo de Garantía de Sustentabilidad y para una nueva privatización del régimen jubilatorio. Pero además, la Alianza Cambiemos blandió el palo de la persecución penal contra funcionarios del gobierno anterior, luego de un dilatado debate en el que terminó por imponerse el aliado radical, con Elisa Carrió y Ernesto Sanz a la cabeza, quienes se ilusionan con un desvanecimiento del justicialismo similar al que padecieron ellos luego de la crisis de fin de siglo. Quienes pensaban que la detención ilegal de Milagro Sala no les concernía deberían volver a pensarlo, ahora que la acusación se extendió también al ex gobernador y jefe justicialista de Jujuy Eduardo Fellner.
El gobierno contó en el momento más oportuno con el extraordinario episodio del convento de General Rodríguez y sus bóvedas disimuladas debajo del altar, el torneo de lanzamiento de bolsos sobre la tapia que ganó el ex secretario de obras públicas José López y las exquisitas disquisiciones semánticas del obispo Agustín Radrizzani sobre las bóvedas que usan los delincuentes y las criptas bendecidas por la Santa Madre, aunque la Real Academia Española opine que cripta es la tercera acepción de bóveda. Capturado con las manos en la masa, López no tiene escapatoria y también está recibiendo ofrecimientos para declararse arrepentido e incriminar a CFK, cuya floja respuesta no la convierte en responsable de ningún delito.
Ni el nuevo procesamiento del recaudador de la campaña del Frente para la Victoria en 2007, Héctor Capaccioli, ni la detención en Brasil del instigador del triple crimen de General Rodríguez, Ibar Pérez Corradi, comprometen a la ex presidente, a su vicepresidente Julio Cleto Cobos ni al ex jefe de gabinete Alberto Fernández, el responsable directo de Capaccioli. Por eso, Carrió y su correligionaria Margarita Stolbizer presentaron nuevas denuncias contra CFK, esta vez como jefa de una asociación ilícita, la figura a la que se recurre cuando no hay pruebas sobre la comisión de un delito. El Código Penal la incluyó en 1921, dos años después de la huelga de Vasena y su sangrienta represión en la Semana Trágica de 1919, como instrumento para criminalizar la mera pertenencia a un sindicato con prisión de un mes a cinco años, y sus penas se incrementaron en 1974 de 3 a 10 años para aplicarse a los militantes políticos. Para los jefes, la mínima es desde entonces de 5 años. Esto da lugar al absurdo, señalado desde entonces por diversos penalistas, de que concertarse para hurtar carteras en el subte o postrecitos en un súper (artículo 162 del Código Penal, pena mínima de un mes) pueda ser reprimido con la máxima de 10 años de prisión del artículo 210. Las constantes denuncias por presuntos fraudes contra la administración pública constituyen una de las formas más eficaces de disciplinar a jueces y legisladores, sobre quienes han vuelto a operar como en décadas pasadas los servicios de Inteligencia. Dos abogados de ese origen convencieron a Lázaro Báez de apuntar contra la ex presidente. Por el momento le salió el culo por la tiranta, según la transliteración que inventó Paco Urondo: no tiene forma de probar el encuentro en Olivos que tanto Cristina como el juez Sebastián Casanello y el presunto testigo Wado de Pedro niegan haber sostenido, pero ahora no sólo él está detenido, sino que a corto plazo podrán acompañarlo sus cuatro hijos, a pedido del fiscal Guillermo Marijuan, quien encontró cuentas a nombre de ellos en Suiza. Si estuviera vigente el nuevo régimen del arrepentido, de dudosa constitucionalidad, que los diputados también votaron esta semana, incluso se expondría a una pena de 4 a 10 años por suministrar datos falsos. La demolición del anterior gobierno avanza sin obstáculos, para satisfacción del actual. Hasta ahora nadie se pregunta si en algún momento esa maquinaria no se volverá también contra su instigador y contra el sistema político en su conjunto, como ya ocurrió en Brasil. Tiempo al tiempo.
Señor de la historia
Pocos días le bastaron a Macrì para dejar de lado la sobriedad con que soportó la injerencia política del Papa Francisco y competir con el justicialismo en el intercambio de legitimación recíproca con la Iglesia Católica Apostólica Romana. El domingo pasado participó en la ceremonia de cierre del Congreso Eucarístico Nacional realizado en Tucumán y leyó una invocación a "Jesucristo, Señor de la historia", provista por el Episcopado local. Su texto recababa su ayuda para erradicar la corrupción, proteger la vida desde la concepción hasta la muerte y vencer las diferentes formas de pobreza.
EL PJ AVANZA HACIA LA CONFORMACIÓN DE NUEVAS
BANCADAS LEGISLATIVAS
Los movimientos del peronismo
El nuevo bloque del PJ en Diputados tendría unos 35 legisladores que hoy integran la bancada del FpV.
Por Fernando Cibeira
La aparición del ex secretario de Obras Públicas José López revoleando bolsos por encima del paredón de un monasterio generó un efecto revulsivo dentro del peronismo y aceleró un proceso que estaba en incubación desde la derrota electoral del año pasado. Antes de que lo superen los hechos, el presidente del PJ, José Luis Gioja, convocó a una reunión del Consejo Nacional para el próximo jueves y adelantó que el temario incluirá un aval a la expulsión de López como afiliado –decidida por el peronismo de Tucumán– y la conformación de bloques legislativos peronistas al ciento por ciento, más con el escudo de Juan Domingo y Eva que con el de Néstor y Cristina. En Diputados las conversaciones para el nuevo bloque están avanzadas y podría anunciarse esta misma semana, con alrededor de la mitad de los 70 integrantes con los que hoy cuenta la bancada FpV. Desde La Cámpora dicen no entender esta nueva tendencia de "los que se separan en nombre de la unidad". "En este momento lo que hay que hacer es fortalecer la unidad y ocuparnos de hacer política en beneficio de la gente, y hacen todo lo contrario", aseguraba uno de los principales referentes de la agrupación que conduce Máximo Kirchner.
Hay una discusión de fondo que no tiene nada de nueva. Hay varios dentro del PJ-FpV que reclaman una autocrítica luego de la derrota electoral del año pasado. Puesto en claro, para algunos eso significaba colocar en discusión el liderazgo de Cristina Kirchner. Pero la ex presidenta reapareció en abril, covocada a Comodoro Py por el inefable juez Claudio Bonadio, y no sólo ratificó su ascendiente sobre buena parte de la sociedad, sino también en la dirigencia que acudió en fila a los encuentros realizados en el Instituto Patria. La demostración sirvió para acallar – aunque no enterrar – las disidencias que habían comenzado a verse con casos como la escisión de un bloque de 15 legisladores encabezado por el ex titular de la Anses Diego Bossio.
La insólita aparición en escena de López reavivó todo en cuestión de horas. Una fuerza aliada como la del ex gobernador de Misiones Maurice Closs anunció que resolvía recuperar su independencia política. Esta semana fue el Movimiento Evita – de relación zigzagueante con el kirchnerismo duro pero una de las columnas del FpV en el campo social – quien anunció la separación de sus seis diputados y la creación de un bloque propio de nombre ambiguo: Peronismo para la Victoria. En el Evita comentan que antes de tomar esta determinación se reunieron con Cristina y con Máximo Kirchner y que no encontraron las respuestas que esperaban. "Está la idea de que la gente por sí sola va a terminar reivindicando el liderazgo de Cristina en comparación de lo que está haciendo Macri. Entonces no haría falta hacer nada, sino sólo recordar lo que ya se hizo. No es nuestra idea", comentaba uno de los jefes del Movimiento Evita que participó de esas conversaciones.
Desde las elecciones, el Evita es una de las fuerzas que reclama autocrítica y un estilo de conducción más abierto, donde haya lugar para el debate y las voces disidentes. Aseguran que no sólo no les hicieron caso, sino que desde el kirchnerismo insisten en considerar "traidor" a todo aquel que no acate las directivas que llegan desde Santa Cruz. El desencadenante de la salida fue la discusión por los fueros del ex ministro de Planificación Julio De Vido, más simbólica que otra cosa. En el Evita querían que De Vido renunciara al beneficio para mostrar su predisposición a que la Justicia actúe, en el kirchnerismo lo consideraron inaceptable porque sería ceder ante la ofensiva de Cambiemos y de los medios afines.
Ahora el PJ
Todos los estamentos del PJ-FpV condenaron a López de inmediato. José Luis Gioja prometió una reunión de la conducción partidaria que apuró luego de conocido lo del Evita, al ver que los acontecimientos se le podían ir de las manos. Además, dejó trascender un temario tentativo para el encuentro en la sede de la calle Matheu que incluye el lanzamiento de nuevos bloques legislativos. Cerca del ex gobernador de San Juan explicaban que de esa manera responden a los reclamos que le llegan desde el llamado "peronismo territorial", el que representan gobernadores e intendentes. Estos dirigentes –"con responsabilidades de gestión", como suelen remarcar– por un lado no aceptan una conducción manejada por La Cámpora. Por el otro, quieren una mayor capacidad de negociación con el oficialismo en el Congreso. Mencionan el caso de la reciente discusión del proyecto ómnibus por el pago de las sentencias a los jubilados. El proyecto incluyó la devolución del porcentaje de coparticipación que se retenía a las provincias para financiar la Anses. Los diputados que responden a los gobernadores querían discutir mejoras, pero comentaron que "Cristina bajó la orden de votar en contra y no negociar nada. Siempre es así, lo que se negocia a la mañana, ella lo desbarata a la tarde". El bloque de senadores, bajo la batuta de Miguel Angel Pichetto, tiene un estilo mucho más acorde a lo que pretenden los mandatarios provinciales.
Estas diferencias se dan en todos los cuerpos legislativos – municipales, provinciales y hasta en el Parlasur – y podría derivar en una serie de fracturas a partir de la reunión del jueves. Sin embargo, muchos dirigentes lo entienden como una consecuencia lógica del momento que atraviesa el principal partido opositor, que incluso podría resolverse civilizadamente si se arman "interbloques amigables", donde pejotistas y kirchneristas dialoguen y voten juntos o separados según el proyecto que se trate, pero sin cortar los lazos.
El FpV sigue
En La Cámpora hay quienes ven esta situación como un intento de decretar el fin del kirchnerismo y la vuelta del manejo de las riendas del peronismo para la ortodoxia. Que la estrategia de los sectores de derecha es la de asociar al kirchnerismo con la corrupción mediante un entramado del poder que une al Parlamento, la Justicia y los medios, que no perdonan la década de transformaciones llevada adelante por Néstor y Cristina Kirchner. Lo de López fue dramáticamente funcional a esos intereses. "Las causas judiciales existen y lastiman, claro. Pero la defensa del espacio y del liderazgo de Cristina no es un capricho, lo que se debate es la continuidad de las ideas", sostiene un dirigente de este sector.
Otro referente, de diálogo cotidiano con Máximo Kirchner, agrega: "Si hubo alguien que cometió hechos de corrupción que vaya preso, eso es una tarea de los jueces y fiscales, no nuestra. Nosotros tenemos que seguir representando a la gente y dedicarnos a hacer política para ellos. Por ejemplo, enfrentando las leyes que quieren destruir todo lo que se avanzó". Según su visión, a la larga será eso lo que decidirá las simpatías de la gente. "Si la gente piensa que ahora vive mejor porque no está López, bueno, será así. Pero si cree que ahora su salario no le alcanza como le alcanzaba antes, entonces van a volver a valorar lo que hizo el kirchnerismo", analiza.
Lo que viene
En lo que coinciden unos y otros es que este no es momento para barajar nombres. El debate sobre si Florencio Randazzo, si Daniel Scioli, si Sergio Massa, todo eso debe quedar para más adelante. La discusión no es sobre liderazgos ni candidaturas, sino sobre estrategias y políticas. Con todo, en ambos sectores tienen en cuenta que 2017 está cerca y que las posibilidades del peronismo crecen en cuanto más amplia –y no más pequeña– sea su capacidad de representación. Cerca de Gioja plantean, por ejemplo, que eso se consigue fortaleciendo las gestiones y sumando gente que hoy está fuera, como Randazzo, Julián Domínguez o los Rodríguez Saá. Para el kirchnerismo, en cambio, a esa mayoría se llega representando de la manera más fiel las mejores políticas de los últimos doce años.
Estas diferencias se notan en la evaluación que cada uno hace de las llamadas "plazas del pueblo", que referentes como Axel Kicillof, Mariano Recalde o Martín Sabbatella vienen haciendo periódicamente en distintas partes del país. Para los peronistas, son una prueba del "ensimismamiento" que atraviesa el kirchnerismo, impedido de escuchar otra voz que no sea la propia. Para los kirchneristas, en cambio, son una demostración de que el kirchnerismo es hoy más importante en la sociedad que en la dirigencia.
El debate en el peronismo
Producción: Miguel Jorquera.
EDGARDO DEPETRI, DIPUTADO DEL FPV
"El Evita se va porque son parte del PJ"
El diputado del FpV Edgardo Depetri afirma que el nuevoparadigma querepresenta el gobierno de Mauricio Macri y las políticas neoliberales desataron una discusión que atraviesa al PJ, el FpV, sus bloques parlamentarios y los movimientos sindicales y sociales. Repudió los hechos de corrupción como el caso López, pero sostiene que las denuncias de corrupción apuntan a "aniquilar a la ex presidenta Crista Fernández y al kirchnerismo" para profundizar un modelo de concentración económica de las grandes corporaciones. "Muchos del PJ están más contenidos en las políticas macristas que con el proyecto nacional que nosotros desarrollamos con Néstor y Cristina", señaló a Página/12.
–¿Cómo se frena esta sangría después que seis diputados del Movimiento Evita rompieron con el bloque del FpV y ya van 28 desde que comenzó el Gobierno de Macri?
–Con el Evita compartimos ideales, convicciones, la resistencia en los 90 y la construcción del proyecto nacional con Néstor y Cristina (Kirchner). Creo que hay un debate en el peronismo, en el FpV, hay algunos que están construyendo espacios de gobernabilidad con el macrismo. (Sergio) Massa, (Juan Manuel) Urtubey, gobernadores, dirigentes sindicales, intendentes apuestan a una política de acuerdos con el macrismo donde vuelven a cambiar el paradigma de la industria y el trabajo para todos para instalar el eje de acumulación del mercado financiero, agrario, mediático. Nosotros seguimos reivindicando el proyecto nacional con empleo, buenos salarios y un Estado garante de los derechos colectivos del pueblo y los 12 años de nuestro gobierno. Esto cruza también la interna del bloque y va definiendo los distintos realineamientos.
–¿Qué piensa de los cuestionamientos al FpV por falta de autocrítica sobre la derrota electoral?
–Cuando tenés un gobierno que te devalúa la moneda en un 50 por ciento y le lleva el proceso inflacionario hasta un 42 por ciento en el año de junio a junio, tenés 150 mil despidos, te endeuda con los fondos buitre y te lleva a un violento ajuste fiscal, reprime el conflicto social, lanza una campaña de aniquilamiento mediático y judicial contra Cristina y el kirchnerismo, me parece que la autocrítica interna no es prioritaria y la tarea principal es enfrentar ese modelo. El bloque siempre convocó a los diputados para discutir el rol en la Cámara. La discusión es por opciones de poder más vinculado a la interna del PJ, en el realineamiento del eje PRO-Macri, que un debate de ideas y un posicionamiento político o de disputa en la construcción de una nueva mayoría.
–¿Y respecto de las críticas a la reacción del bloque ante los hechos de corrupción?
–Nadie defendió hechos de corrupción, los hemos condenado. Lo hemos hecho ni bien se conoció lo de José López y hemos ratificado la propia carta de Cristina, que es nuestra conductora, que planteó que también se debía investigar al sector privado que les dio lo dólares a López. El Evita se va porque son parte del PJ, me hubiese gustado que lo plantearan dentro del bloque y discutirlo, pero prefirieron armar su espacio propio, del que soy respetuoso, pero me parece que no fue el mejor momento, tampoco la manera. Se van en un momento donde está fuertemente instalada la sospecha de corrupción, no sobre López, sino la denuncia contra Cristina y el kirchnerismo para arrasar con su proyecto, su modelo, su base social, con su mística militante. Quieren borrar de la memoria del pueblo argentino los 12 años de nuestro gobierno que fueron los mejores. Creo que es un error debilitar al bloque del FpV en este momento.
–¿Comparte la idea de un sector del PJ de armar un acuerdo parlamentario entre los distintos bloques peronistas bajo el paraguas del partido?
–Primero lo vamos a someter al debate de todos los compañeros que conformamos orgullosamente el FpV, tenemos una conducción que es Cristina y quienes somos diputados por este proyecto le debemos mandato al FpV. Si yo tengo diferencias o tengo que votar en contra de una ley que propone el bloque o deja de representarme la conducción o el proyecto nacional, no hago un bloque aparte, renuncio a la banca. Quiero escuchar cual es el planteo pero voy a ratificar mi pertenencia al FpV, a la conducción de Cristina y a tratar de construir la unidad.
–Esta postura del PJ podría dejar al kirchnerismo en minoría dentro del peronismo y en el Congreso...
–Seremos la mayoría que podamos articular y si tenemos que ser minoría, lo seremos con alegría y dignidad. Tampoco nos interesa la mayoría para aplicar políticas neoliberales y condenar al pueblo a la pobreza y a la miseria.
LEONARDO GROSSO, DIPUTADO DEL MOVIMIENTO EVITA
"Nos vamos del bloque, no del proyecto nacional"
Leonardo Grosso, referente de los seis diputados del Movimiento Evita (ME) que provocaron un nuevo cisma en el bloque del Frente para la Victoria (FpV), sostiene su decisión en la falta de una "profunda autocrítica" sobre la derrota electoral y en la necesidad de haber dado "una respuesta política contundente" a los hechos de corrupción, como el caso López, apuntan a la gestiones kirchneristas que continúan reivindicando. "Nos teníamos que haber quitado los fueros todos los diputados", dijo en esta entrevista con Página/12. Ahora apuestan, como en el PJ, a articular una oposición parlamentaria contra el macrismo que incluya al massismo y a Bossio, entre otros bloques.
–¿Qué motivó la decisión de romper el bloque de diputados del FpV?
–Decidimos construir un bloque propio porque creímos que había un proceso de discusión política ya agotado, donde no se pudo resolver una síntesis y no queremos ser un palo en la rueda para nadie. Creemos que el FpV tiene que hacer una profunda autocrítica para saber por qué perdimos las elecciones y volver a construir mayoría política y electoral en la sociedad. También tener una política decidida y proactiva de alianzas en el Congreso con todo el arco opositor al gobierno de Macri. Estamos en profundo desacuerdo en pensar la política en términos de la antinomia macrismo-kirchnerismo, creemos que eso se queda corto. La antinomia de este momento es macrismo versus pueblo entero, porque el gobierno de Macri con las transferencias de recursos, ajustes, devaluación, aumentos de precios, despidos, se está llevando puesto los derechos de una mayoría inmensa en la Argentina. La tarea de la oposición hoy es poder reconstruir los lazos de ese espacio político para ponerle un freno a estas políticas.
–¿Coincide con la propuesta de un sector del PJ de armar acuerdos parlamentarios bajo el paraguas partidario, con Diego Bossio o incluso el massismo?
–No creo que pase por una discusión partidaria. Todos debemos hacer grandes esfuerzos para articular la oposición en el Congreso, que no es solo el peronismo. Sí estoy de acuerdo con la posición de profundizar la unidad del peronismo porque no hay posibilidad que nosotros planteemos una alternativa política en 2017 para ganarle a Macri sin el peronismo. Pero también hay sectores progresistas, como Libres del Sur, para articular no política electoral pero sí posiciones parlamentarias en defensa de los intereses de nuestro pueblo, que es lo que tendría que ser la agenda central del Congreso.
–Pero el massismo y el BJ acompañaron en el Congreso la mayoría de las propuestas del Gobierno.
–Ahí hay que dar la discusión que corresponda. Tenemos que salir de la agenda del Gobierno y este es un desafío que no logramos nosotros, ni cuando estábamos en el FpV, ni el resto de los bloques de la oposición.
–¿El caso de José López y la situación procesal de Julio De Vido no tuvieron nada que ver con la ruptura?
–No digo que no tuvo nada que ver. Tuvimos una discusión en el bloque y propusimos que el FpV tenía que quitarle los fueros a todos sus diputados para tener una respuesta política contundente de cara a la sociedad. Sabemos que técnicamente es difícil porque la Cámara es la única que te desafuera pero debemos construir el compromiso público que no tenemos nada que ocultar. Eso se discutió sin ningún resultado. Fuimos al recinto a dar una discusión técnica a una propuesta que era improcedente porque no tenía el pedido del juez, pero nosotros debíamos dar también una respuesta política.
–Hay sectores del kirchnerismo que les cuestionan un acercamiento a la gobernadora María Eugenia Vidal, incluso al gobierno nacional...
–Eso tiene que ver con la falta de autocrítica, una mirada que genera aislamiento y sectarismo: al que no piensa como yo es un traidor y se está yendo con el enemigo. El Movimiento Evita jamás va a tener un a acción política en conjunto con el PRO, es incompatible con lo que decimos, pensamos y los intereses que defendemos. Si nosotros firmamos un plan de viviendas para una cooperativa me parece que hay gente que no está entendiendo o tiene malas intenciones.
–¿Siguen considerándose kirchneristas?
–Por supuesto. Fuimos, somos y seremos kirchneristas y peronistas porque es la historia de nuestro pueblo y porque los últimos doce años de gobiernos de Néstor y Cristina fueron los mejores que tuvo el pueblo argentino y los trabajadores. Estamos orgullosos de esos gobiernos y para nosotros ese es el piso, nos colgamos esa mochila en el buen sentido y encaminamos la alternativa al gobierno de la derecha.
–¿Sus diferencias políticas son con La Cámpora?
–No tenemos conflictos ideológicos, tenemos diferencias políticas. Nos vamos del bloque del FpV no del proyecto nacional. Hay diferencias sobre como apostar a la reconstrucción de la mayoría electoral. El campo nacional y popular no empieza ni termina en el kirchnerismo y esto lo dijo Cristina. Para nosotros la estrategia central es reagruparlo. Determinadas prácticas nos llevan al aislamiento y nosotros no queremos eso.
OPINIÓN
Diccionario teológico político
Por Horacio González
Para la arquitectura, una bóveda no es una cripta. Pero para la teología política, ellas se confunden. Para las creencias religiosas, una profanación puede ser una blasfemia y un perjurio, pero para la teología política es el recurso central del insulto perpetuo. ¿Es el macrismo un órgano político de persecución? La pregunta es inquietante y debe hacerse con cuidado. La "persecución política" no es concepto fácil, y sin duda, ninguno lo es. Por eso a veces se prefiere tomarlo ligeramente, así podemos seguir hablando con menores implicancias que las que deberíamos asumir si nos diéramos a las palabras en su verdadero peso. En primer lugar hay que observar la plasticidad y el carácter reversible de las palabras, cosa que descubrimos cuando éramos chicos, al responder ante cualquier ofensa: "el que lo dice lo es". La forma en que el mero hablar nos impregna, siempre revierte sobre el hablante la carga de lo que dice. Por eso, muchos políticos que han aprendido estas pequeñas astucias, suelen decir en televisión, "esto que usted dice habla más de usted que de mí". Se trata del caso en que son agraviados o tratados con improperios, lo que ya resulta la norma, no la excepción. Una sociedad "cerrada", como hacia la que desgraciadamente marchamos, tiene palabras unívocas. "Crispación" significaba hace años locura (de la ex Presidenta) y "Corrupción" vuelve a significar locura (de la ex Presidenta).
Volviendo a la difícil pregunta: ¿es el macrismo persecutorio? Como ya insinuamos, todo concepto plano, normal y ya trivializado por su uso político, tiene un reborde interno, como una entretela teológica. Lo observaron así los grandes maestros del pensamiento histórico: cuando hablaban de la creciente secularización de las sociedades, no querían decir que un pasado "sagrado" quedaba atrás, sino que ambas dimensiones convivían haciendo más difícil, no más fácil la vida. Lo secular siempre progresa con su funda interna de índole venerable, cultual o litúrgica. Esto introduce variadas dificultades en el análisis político. Ya la simple crítica política, el planteo de una diferencia o la contra argumentación más meditada, pueden ser tratados como ataques de un descerebrado. En esas brumas, surge el profanador. Por eso, palabras como crispación, locura y corrupción hay que volverlas la lenguaje real, el que describe hechos, los valora y permite la crítica, obviamente la conversación.
Por otro lado, el efecto contaminante que ejercen las imágenes (nunca bien estudiados, pues parecen fugaces y se inscriben en el telar interno de los arquetipos silenciosos de la conciencia) se ha extendido casi como la única facultad de juzgar con la que cuenta la sociedad. Todos los que apoyamos al gobierno anterior somos vistos, como en la "Invención de Morel", en imágenes multiplicadas y repetitivas, como si estuviéramos eternamente tirando infinitos bolsos sobre humedecidas paredes de monasterios. El imprudente patán de la calle puede pensar lo mismo que el atildado coordinador de una emisión televisiva. Las imágenes, decimos, son contaminantes, parecen despojadas de espesura, pero casi son la vuelta precaria al platonismo. Generan verdades inmediatas (inmediatistas), aunque como meras sombras chinescas. Son vestimentas que nos ponemos, ficticias sastrerías, infinitas cadenas de imitación. Muy pocos gestos computamos contra esta desgracia: la fiscal Fein negándose a ser "imitada" en un programa televisivo. No se lo puede definir fácilmente: esas imitaciones hacen reír, pero corroen la percepción pública de lo que toda noción de persona. En los viejos circos se lo sabía, por eso, la burla no era letal, estaba el payaso que en el acto final cargaba sobre sí todo el sarcasmo de la vida. La inmediatez es el signo de aquellas imágenes, su montaje invisible, la costura que no se ve y se fusiona con el traje policial con casco de combate destinado al indiscutido réprobo, el genérico funcionario corrupto, junto a la faja púrpura del obispo, el policía "de verdad" enfundado en su bufanda antinarco y el narco presuntamente asesino que no quiere que lo maten otros presuntos asesinos. A estos temas llegamos gracias a la versión grotesca de nuestro inconsciente colectivo, arrastrando toda una constelación de cuestiones que ya casi no tratamos, e incluso ésta, que más que tratarla la hacemos parte de una égloga, un rezo o una puteada. Ese casco de guerra es la utilería chantajista sobre toda la sociedad.
La idea de persecución ya no es la de Walsh, quien había dicho que escribía "con la certeza de ser perseguido". Con ese tilde de cristiano primitivo en sus escritos de despedida, pensaba en su muerte sacrificial, sin duda no querida, pero intuida en un recodo oscuro de la conciencia. La idea de persecución tiene así innegable grandeza. Incluso puede "desearse" ser perseguido si se anda en busca de una verdad. La noble historia del perseguido precisa de la estupidez del perseguidor. Figura, que además, es muy compleja. ¿Quién no recuerda el perseguidor de Cortázar? Allí lo que se perseguía era la verdad imposible del tiempo y del arte. Se vivía perdidamente para eso. Pero acá lo que queremos significar es que el macrismo (o como se llame luego, en el futuro mediato o inmediato), se está situando en un nivel de persecución que adquiere una ecuación profanadora. No se trata (tranquilos los que creen que exageramos) de que persigan entes sacros, un gobierno anterior aureolado por óleos inmaculados u augustos. No. Pero si aquel acto de bajar un cuadro en el Colegio Militar no era profanatorio, sino ascéticamente justo, lo que ahora se muestra es que hay voracidad, insaciabilidad y avidez en la persecución. La "profanación" no ocurre porque el perseguido atente contra lo sagrado, sino por mera expresión de su fanatismo destructivo, confundido con una "necesidad política". Con una "selfie" perseguimos; con otra "selfie" nos protegemos de la persecución. Todo parece simple. Nuevas metodologías. En su carta, Cristina llama a esto "violencia de época". Un posible concepto para empezar a hablar.
La pasión secreta del perseguidor es así profanatoria. Excava dilatadas planicies, hace buracos en la tierra, tiene una legión de canes que olfatean sacristías. Su atracción proviene de un arcaísmo de ultratumba. En eso, aunque parezca increíble, son pre informáticos, pre digitales, pre Panamá paper. Están antes dela electricidad, del motor a explosión, de los ascensores a pistón, del dólar a futuro y de los paraísos fiscales. Mejor dicho: son los Panamá Papers bajo el secreto goce de imaginar enterradores y sepultureros de dinero en osarios de la periferia. López tiene el atractivo añejo del bolso húmedo, la sensualidad del billete ensalivado, del tesoro ojival. Pero… ¿No se dieron cuenta que del lado de acá, como diría Cortázar, ya condenamos a López y a todo lo que López implica? ¿Y que por triquiñuelas que imaginaron y revierten sobre ellos, son precisamente ellos los que impidieron condenarlo en el Parlasur? ¿No perciben que precisan a López como si fuera su creación misma? ¿No tienen un minuto de calma para verse en la sensatez de percibir que una entera ciudad, una metrópolis de acontecimientos no puede ser juzgada por un episodio específico? Que es de gran contundencia, es claro; tampoco es algo aislado, carente de ramificaciones ni de graves implicancias. ¿Escuchan que también decimos esto? ¿No lo dijimos, no lo oyeron declarado por voces autorizadas, que son todas aquellas que ante la historia, no suelen juzgar a Shakespeare por una mala resolución en Tito Andrónico ni a Proust por la fastidiosa extensión que tienen las reuniones en el salón de Guermantes? El escrache: la palabra es incómoda, justicia ruda que pidió ser justificada en otros tiempos. Cierto. Pero ahora es el encuadre televisivo el que busca ajustar el diafragma sobre el primer insulto que suelte cualquier pasajero de un avión abrumado, alzando cadalsos en el pasillo de un Boeing en nombre de la Humanidad.
Cuando se realizaron las grandes manifestaciones sobre la ley de medios, recuerdo haber visto en Tribunales afiches con el rostro de periodistas contrarios a este instrumentos legal, al fin no aplicado. Me generó cierta inquietud. Ese afichaje no me gustó. Los increpados, por cierto, tenían cómo defenderse en los órganos comunicacionales de masas donde trabajaban. Pero no, no me gustaron. No lo dije entonces. Mal. Lo digo tarde, ahora. No se inauguraba un método, pero se daban argumentos basados en el tan poco sólido engrudo de un cartel anónimo con unos rostros muy connotados. ¿Y esto que pasa ahora? Auspiciados por errores preliminares, se multiplican los ataques a figuras del gobierno anterior, ataques no importa si montados en equivocaciones antiguas (muchos ya lo dijeron, por ejemplo, haber corrido a Colón) para redoblar el extravío que ahora vemos. Todo cae bajo la piqueta de los arquitectos demolicionistas: los cuadros de la Casa Rosada, el monumento de Juana Azurduy, las películas que financió el Incaa, los actores y actrices con compromisos públicos. En el sueño infamante de los héroes macristas todos ya estamos escenografiados con cascos de la bonaerense en la testa. Todos saliendo por el desfiladero que prepararon los hombre de la cámara, respetables operadores de los medios, cuyo trabajo saludamos, pero no filman precisamente para que un Dziga Vertov use esos materiales sino para colaborar involuntariamente con el vía crucis de las imágenes cuyo desenlace es la gran profanación.
Describimos simplemente el nuevo diccionario teológico-político que embargó la conciencia gobernante. No estamos asustados. Las graves denuncias no son eximidas de su honda gravedad por el hecho de que también digamos que ellas no están en condiciones de arrastrar ni de juzgar todo un período histórico. Bien lo dijo Agustín Rossi en su vibrante discurso en el Parlasur. Y para terminar, un ejemplo antiguo de discusión política: el estilo de Mitre, que era contenidamente virulento, pero no sostenido por las retroexcavadoras demolicionistas y las imágenes manejadas por "el mundo grúa". Se dirá que sus enemigos eran otros hombres de su alcurnia y no un Báez o un López. Pero sí, algo hay. Mitre, en 1881, discutía con un López. Con López, Vicente Fidel, hijo del autor del himno y padre de Lucio, muerto en duelo. Fue una de las grandes polémicas argentinas, sobre cómo escribir la historia. En un artículo que titula Los Bibliófagos, Mitre se extiende gravosamente sobre López sin mencionarlo. Es obra de gran sentido de la ironía y el fino sarcasmo, que esconde su dolida sospecha de que López es un historiador contra el cual, en el fondo, él no puede, no podía. Billetito para algunos redactores de La Nación: López. Ya se ve, el apellido no es trasladable, no obliga a pensar en otros López. Nos permite tanto poner tabiques y muros no conventuales sobre cada realidad donde corresponde, tanto como indagar a fondo en el López de aquella madrugada, "el Hombre que vio el Pollero", como diría Arlt, y en nosotros mismos, contemporáneos, testigos, gente escarnecida por los mismos que se eximen de preguntarse ahora por sus propias deshonras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario