lunes 27 de junio de 2016
La hora del sinceramiento
Por Revista Veintitres
Política
La sucesión de noticias judiciales que apuntaron hacia el corazón de las sospechas sobre hechos de corrupción viene ocupando el lugar central en los medios. No se trata sólo de la información más cruda sino también de las mil variantes de color respecto de valijas, bolsos y bóvedas. Pero llega el momento de separar la hojarasca y comenzar a visualizar qué camino tomará la Justicia para determinar cómo fue la ruta de las coimas que pudieron pagarse en los últimos años para facilitar el acceso a obras públicas y si está dispuesta a avanzar sobre la contraparte necesaria para la corrupción del Estado: el sector privado.
En los delitos de corrupción no hay activos y pasivos, por más que la clasificación pueda contemplarlo. Hay un sujeto activo que pide y otro que acepta. O que ofrece y acepta, da igual para el resultado final: los favores para acceder a grandes negocios desde el Estado. Y la posibilidad de que ese favoritismo derive en mal funcionamiento, menos controles y la violación de la competencia de precios.
UIA. Su ex titular Héctor Méndez sintetizó brutalmente las denuncias de coimas a funcionarios
Después de la detención de José López, con la evidencia de los billetes en la mano, varios jueces apuraron sus expedientes. Daniel Rafecas recibió del juez de Garantías de Moreno Gabriel Castro el caso de los 9 millones de dólares para que lo unifique con su vieja investigación sobre presunto enriquecimiento ilícito. Y el juez Sebastián Ramos procesó en las últimas horas al ex ministro de Planificación Julio De Vido y al ex secretario de Transporte Ricardo Jaime –detenido – en la investigación sobre por qué no se renegociaron los contratos de las explotaciones ferroviarias de 2003 a 2009, es decir, hasta hace siete años.
Es probable que se necesite un "arrepentido" para que se pueda desentrañar la madeja. Pero también es posible que se pueda apelar a la capacidad de investigación y también a la acción judicial sin pausas para que se conozcan los detalles de los negociados, hoy bajo sospecha. Y eso requiere un compromiso que vaya más allá de los oportunismos políticos, sean jueces, funcionarios o empresarios.
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