sábado 17 de setiembre de 2016
OPINIÓN
Déjà vu de los noventa
Por Axel Kicillof *
Otro déjà vu de los noventa: tarifas dolarizadas y a precio internacional.
El gobierno de Macri está "defendiendo" en audiencia pública su tercera propuesta para el tarifazo del gas. El primer esquema hoy suspendido implicó aumentos de hasta 1600 por ciento que aparecieron directamente en las facturas. El segundo fijó topes de 400 y de 500 por ciento. Ahora presentan el tercero que es teóricamente más "gradual" y "moderado". Esto demuestra que el método del gobierno, bautizado por el macrismo como "ensayo" y "error", es en realidad un método de "intento de abuso" y medición de la "resistencia". Funciona así: Macri intenta imponer alguna medida antipopular y sólo recula si se tropieza con una oposición contundente, con el descontento y la protesta social. Tira el zarpazo y "si pasa, pasa".
¿De qué se trata la nueva propuesta que presentó Aranguren? Hay dos elementos a considerar: primero, se reduce el aumento inicial con respecto a la propuesta anterior. Luego, se establece un "sendero" de aumentos que termina duplicando el aumento inicial en tres años. Bien vista, la nueva propuesta contiene un aumento mayor. Pan duro para hoy, hambre para mañana.
Según la explicación del Ministerio de Energía, hoy el gas domiciliario cuesta en promedio 1,3 dólares por millón de BTU. En la propuesta anterior, la que anuló la Corte Suprema, pasaba a costar 4,7 dólares. La tarifa se multiplicaba aproximadamente por 3,7. En la "nueva" propuesta el gas valdrá 3,4 dólares. Se mide así la "sensibilidad" del gobierno. Con miles de movilizaciones, protestas y amparos presentados en todo el país, se logró un descuento del 27 por ciento sobre la propuesta anterior, multiplicando la tarifa actual por 2,7. Pero lo más grave es que se propone una trayectoria que colocará el precio dentro de tres años en 6,8 dólares. Esto significa multiplicar la tarifa actual por 5,3. Para las pymes y los comercios se mantiene el aumento del 500 por ciento que la Corte no suspendió.
Las trampas de la nueva propuesta son varias. La primera está oculta porque nadie habla de eso, pero es en realidad evidente. Todas las tarifas del gas para hogares y empresas se expresan en dólares, porque el gobierno está fijando por primera vez desde la convertibilidad las tarifas en dólares. ¡Tarifas de los servicios públicos dolarizadas, como en la década de los noventa! Esto significa que para saber cuánto va a aumentar realmente la factura hay que multiplicarla por la devaluación que se produzca. Por ejemplo, en el presupuesto que presentó Macri se "estima" una devaluación del 20 por ciento para el año que viene, que hay que sumar al aumento tarifario de la tablita de Aranguren. La verdad es que nadie sabe cuánto va a costar el dólar a fin de año, y menos todavía dentro de tres años. Lo que sí sabemos es que los salarios de los trabajadores, las jubilaciones, la Asignación Universal, los ingresos de los profesionales, nada de eso se ajusta con el dólar. Es inaceptable un cuadro tarifario dolarizado.
En segundo lugar, debemos explicar el "número mágico" al que Macri quiere llevar la tarifa, de 6,8 dólares el millón de BTU. Este valor sería lo que reciben las petroleras "en boca de pozo". El precio no surge de un análisis del costo de producción de gas en Argentina ni de la rentabilidad de las empresas, sino que 6,8 dólares coincide con el precio de importación del gas por barco. Es decir, Macri apunta a que se pague el gas local al mismo valor que el gas importado, cuando el costo de extraer gas en el país es muchísimo más bajo. Se aseguran así ganancias extraordinarias para el sector, pagadas directamente por las familias y las empresas argentinas.
La idea de Macri es esta: no habrá más subsidio para los argentinos, sólo habrá subsidio para las petroleras. Y para peor, sin asegurarse que estas ganancias sean reinvertidas en el país. Con nuestro gobierno, existía un programa de "premios" para las empresas que aumentaban la producción. Pero ahora se pagará ese elevado precio independientemente de las inversiones que se realicen.
Parece evidente que, en realidad, no se trata de un plan del gobierno. Como sostuvo Aranguren: "no queremos un vínculo en el que el Gobierno decida, queremos que decida el sector". Este es, ni más ni menos, el plan de las petroleras multinacionales. No es un secreto: siempre pidieron tarifas dolarizadas y un precio igual al precio internacional de importación. Como en los años noventa.
Para terminar, y para que quede bien claro lo que hay detrás de este esquema tarifario, vale recordar que Aranguren dijo: "no es relevante recuperar el autoabastecimiento". Se explica así por qué el Pro votó en contra de la recuperación de YPF. Como dice el refrán, a confesión de parte…
El gobierno de Macri está "defendiendo" en audiencia pública su tercera propuesta para el tarifazo del gas. El primer esquema hoy suspendido implicó aumentos de hasta 1600 por ciento que aparecieron directamente en las facturas. El segundo fijó topes de 400 y de 500 por ciento. Ahora presentan el tercero que es teóricamente más "gradual" y "moderado". Esto demuestra que el método del gobierno, bautizado por el macrismo como "ensayo" y "error", es en realidad un método de "intento de abuso" y medición de la "resistencia". Funciona así: Macri intenta imponer alguna medida antipopular y sólo recula si se tropieza con una oposición contundente, con el descontento y la protesta social. Tira el zarpazo y "si pasa, pasa".
¿De qué se trata la nueva propuesta que presentó Aranguren? Hay dos elementos a considerar: primero, se reduce el aumento inicial con respecto a la propuesta anterior. Luego, se establece un "sendero" de aumentos que termina duplicando el aumento inicial en tres años. Bien vista, la nueva propuesta contiene un aumento mayor. Pan duro para hoy, hambre para mañana.
Según la explicación del Ministerio de Energía, hoy el gas domiciliario cuesta en promedio 1,3 dólares por millón de BTU. En la propuesta anterior, la que anuló la Corte Suprema, pasaba a costar 4,7 dólares. La tarifa se multiplicaba aproximadamente por 3,7. En la "nueva" propuesta el gas valdrá 3,4 dólares. Se mide así la "sensibilidad" del gobierno. Con miles de movilizaciones, protestas y amparos presentados en todo el país, se logró un descuento del 27 por ciento sobre la propuesta anterior, multiplicando la tarifa actual por 2,7. Pero lo más grave es que se propone una trayectoria que colocará el precio dentro de tres años en 6,8 dólares. Esto significa multiplicar la tarifa actual por 5,3. Para las pymes y los comercios se mantiene el aumento del 500 por ciento que la Corte no suspendió.
Las trampas de la nueva propuesta son varias. La primera está oculta porque nadie habla de eso, pero es en realidad evidente. Todas las tarifas del gas para hogares y empresas se expresan en dólares, porque el gobierno está fijando por primera vez desde la convertibilidad las tarifas en dólares. ¡Tarifas de los servicios públicos dolarizadas, como en la década de los noventa! Esto significa que para saber cuánto va a aumentar realmente la factura hay que multiplicarla por la devaluación que se produzca. Por ejemplo, en el presupuesto que presentó Macri se "estima" una devaluación del 20 por ciento para el año que viene, que hay que sumar al aumento tarifario de la tablita de Aranguren. La verdad es que nadie sabe cuánto va a costar el dólar a fin de año, y menos todavía dentro de tres años. Lo que sí sabemos es que los salarios de los trabajadores, las jubilaciones, la Asignación Universal, los ingresos de los profesionales, nada de eso se ajusta con el dólar. Es inaceptable un cuadro tarifario dolarizado.
En segundo lugar, debemos explicar el "número mágico" al que Macri quiere llevar la tarifa, de 6,8 dólares el millón de BTU. Este valor sería lo que reciben las petroleras "en boca de pozo". El precio no surge de un análisis del costo de producción de gas en Argentina ni de la rentabilidad de las empresas, sino que 6,8 dólares coincide con el precio de importación del gas por barco. Es decir, Macri apunta a que se pague el gas local al mismo valor que el gas importado, cuando el costo de extraer gas en el país es muchísimo más bajo. Se aseguran así ganancias extraordinarias para el sector, pagadas directamente por las familias y las empresas argentinas.
La idea de Macri es esta: no habrá más subsidio para los argentinos, sólo habrá subsidio para las petroleras. Y para peor, sin asegurarse que estas ganancias sean reinvertidas en el país. Con nuestro gobierno, existía un programa de "premios" para las empresas que aumentaban la producción. Pero ahora se pagará ese elevado precio independientemente de las inversiones que se realicen.
Parece evidente que, en realidad, no se trata de un plan del gobierno. Como sostuvo Aranguren: "no queremos un vínculo en el que el Gobierno decida, queremos que decida el sector". Este es, ni más ni menos, el plan de las petroleras multinacionales. No es un secreto: siempre pidieron tarifas dolarizadas y un precio igual al precio internacional de importación. Como en los años noventa.
Para terminar, y para que quede bien claro lo que hay detrás de este esquema tarifario, vale recordar que Aranguren dijo: "no es relevante recuperar el autoabastecimiento". Se explica así por qué el Pro votó en contra de la recuperación de YPF. Como dice el refrán, a confesión de parte…
* Diputado nacional del Frente para la Victoria. Ex ministro de Economía.
Ver una versión ampliada de esta nota en www.axelkicillof.com.ar
OPINIÓN
A voluntad del "mercado"
Por Mariano A. Barrera *
Una de las frases de campaña del actual presidente Mauricio Macri sostenía que en la Argentina había que implementar políticas de largo plazo. En consonancia con ello, la alianza Cambiemos asumió el gobierno con la premisa de alterar la matriz distributiva de ingresos entre trabajo y capital (y hacia adentro de éste privilegiando al concentrado). Más allá de cuál sea la tarifa final fijada por el Estado tras las audiencias públicas, es claro que el gobierno quiere implementar nuevos ejes energéticos y distributivos de largo plazo. De lo que se trata, entonces, es de "discutir" la concepción implícita en tales lineamientos.
Uno de los argumentos para eliminar los subsidios y hacer converger las tarifas con los "costos de oportunidad" (precio de importación) radica en que, según sostiene el ministro: "Los contribuyentes estamos subsidiando 81 por ciento del consumo". Así planteado se eliminan las diferencias entre contribuyentes: un peón de la construcción que no está registrado estaría aportando los mismos recursos para cubrir los subsidios que un CEO de una multinacional. Aquí se evidencia la cosmovisión del equipo de gobierno: el Estado no debe cumplir la función redistributiva. El carácter del Estado puede ser regresivo o progresivo y esto se logra a partir de la matriz recaudatoria y de gastos que el gobierno implemente. Claramente, el Estado gestionado por la alianza Cambiemos es más regresivo, en la medida en que resignó recursos de los sectores de mayores ingresos (quita de derechos de exportación a los principales productos de exportación –minería, soja, maíz–; licuación del impuesto a los Bienes Personales y reducción de Ganancias) y transfirió gastos que antes realizaba el Estado a los ciudadanos (muchos de ellos de bajos recursos) por valores muy superiores a las escasas actualizaciones extraordinarias de la AUH o la "reparación" a los jubilados que no cobran la mínima). No se trata de ver cuánto subsidian los contribuyentes, sino cómo se financia el Estado y a quiénes subsidia.
Otro de los objetivos del ministro es disminuir las asimetrías de precios que existen entre las diversas regiones del país como incentivos para realizar un consumo más eficiente, a partir de que el precio interno iguale al de importación. Una propuesta como esta esconde los diferenciales de consumo y de ingresos de la Argentina. Asumir estos elementos obliga a incorporar un esquema de subsidios cruzados. Más que una igualación tarifaria, debería avanzarse en un esquema que permita que cada hogar alcance la temperatura ambiente adecuada con una facturación que sea equivalente a lo que se paga en provincias de clima templado (aún con un consumo en m3 mayor por hogar). Naturalmente, eso implica un subsidio cruzado de la región centro hacia la Patagonia, que es la consecuencia natural de considerar un esquema como un país integrado (algo similar debería pensarse en materia eléctrica con el norte del país y para los que dependen sólo de este servicio por no contar con gas).
La propuesta del gobierno es que el mercado regule los precios para que la asignación de recursos sea más eficiente. Para eso propone un esquema de actualización del gas en boca de pozo hasta 6,78 dólares el millón de BTU para 2019, porque se presume que ese será el precio de importación de GNL (el más caro), y se eliminarían los subsidios. Ahora bien, la estructura económica y los ingresos de la población, ¿soportan ese precio cuando quedó demostrado que en este año no pudo actualizarse a 4,72 dólares? ¿Qué sucedería en 2019 si el precio de importación se sitúa en 10 dólares (como señalan varias previsiones) o en 16 dólares (como durante buena parte del gobierno kirchnerista)? ¿El precio interno debería converger con el internacional? ¿Qué impacto tendría una nueva devaluación real? ¿Qué mecanismos se prevén para mitigar el impacto sobre la demanda final? Máxime, cuando las estadísticas de la década de 1990 y la de los últimos meses de este año (entre abril y julio la cantidad de equipos de perforación de gas cayeron 26 por ciento respecto de iguales meses de 2015) permiten sostener que la vigencia de precios libres no implica necesariamente mayores inversiones de riesgo.
Así las cosas, los elevados valores internacionales vigentes hasta 2014 deberían alertar a las autoridades de que la definición de los precios de los bienes energéticos es un tema estratégico para la dinámica macroeconomía y para el bienestar de la población, a partir de lo cual el Estado debe intervenir estableciendo precios que permitan reducir inequidades – o controlando segmentos de la producción – y no dejarlos librados a la libre voluntad del "mercado" (o las empresas).
* Investigador Conicet/Flacso/Cifra.
PANORAMA ECONÓMICO
Conducción
Por David Cufré
Adentro de la panza de la Ballena Azul, como Pinocho, el Presidente pudo transmitir que las cosas van muy bien, que los contratiempos que puedan soportar quienes quedaron del otro lado de las vallas, como los quinteros que regalaban verduras a una multitud a tres cuadras de allí, en Plaza de Mayo, pronto quedarán atrás cuando la economía cobre vida por el aporte generoso de esos 1600 CEO de 62 países que participaron del Foro de Inversiones y Negocios. Mauricio Macri los convocó a traer sus capitales para desarrollar el país y les garantizó que podrán disponer libremente de las utilidades que obtengan. Como todos ganan, nada podría salir mal. El mandatario recibió una ovación de los invitados, a quienes les habló en inglés y les cortó las calles para que pudieran trasladarse a sus anchas, a resguardo de cualquier protesta. Fue un acto reparador, igual que el viaje a China para la cumbre del G-20, adonde recibió las felicitaciones de Barack Obama y Angela Merkel. Juliana Awada estuvo al lado del mandatario en el Centro Cultural Kirchner y le ayudó a acomodarse el nudo de la corbata. Ese estilo de conducción hollywoodense es el sello distintivo, victorioso, del PRO. La realidad, las políticas, los resultados de esas políticas, el sufrimiento de quienes las padecen, son elementos secundarios. Las maquetas mandan. Los hechos no cuentan. Se los puede negar desde el discurso oficial con total impunidad, más cuando la prensa dominante acompaña, al haber hecho carne el mismo código y el mismo lenguaje de tanto compartir encuentros en los countries, en los malls y en las clases ejecutivas. La oposición oficialista, con las distintas caras del peronismo y del radicalismo, por dentro o por fuera de esas viejas estructuras del siglo XX, garantiza la gobernabilidad, a la espera de su momento para convertirse en las nuevas estrellas del firmamento político nacional. El presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, da su bendición, también sonriente en la Ballena Azul, mientras a otros jueces se los pretende someter a linchamientos públicos.
Hace un año, el 8 de octubre, Macri inauguraba el monumento a Juan Domingo Perón. A 17 días de las elecciones de primera vuelta, el candidato de Cambiemos descubría la estatua en un acto al que asistieron Hugo Moyano, Eduardo Duhalde, Gerónimo Momo Venegas, María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta. "Unos dicen que son peronistas pero se dedican a manipular las cifras de pobreza. Pero el peronismo no es prepotencia ni soberbia, el peronismo es justicia social, luchar por igualdad de oportunidades, por la pobreza cero en la Argentina. Ese es el peronismo que yo reivindico", aleccionó ese día Mauricio, "eufórico", según la crónica del diario La Nación, para recibir los aplausos de los invitados al palco y de la audiencia en la plaza frente a la Aduana. La construcción de sentido que logró imponer el PRO perdura hasta la actualidad como un traje de neoprene, impenetrable. Ese es su mayor capital tras nueve meses de gestión. Cambiemos conducción, con el respaldo del mainstream político, mediático, económico y judicial. El foro en el CCK fue otra representación del reinado del marketing, con sus valores de libre comercio, desregulación estatal, advertencias a los trabajadores sobre el riesgo de perder sus empleos si reclaman por salarios y calles cortadas para los ciudadanos de a pie. Faltaron los globos con su simbología gaseosa, como la confianza, característicos de la campaña electoral.
Sin embargo, ese modelo de conducción no abarca a todos. Existe una tensión entre ese estilo desfachatado para decir cualquier cosa y la decodificación que hacen de ello los invisibilizados, los que no entraron a la Ballena Azul, los que reclaman saber los costos de producción de gas, los que no consiguen que las fotos de sus manifestaciones, como la Marcha Federal, lleguen a las tapas de los diarios hegemónicos. Ese país, que involucra a las mayorías populares de trabajadores y pymes, está presente y tiene memoria. Por eso alerta que el rumbo que fijó el Gobierno no les depara nada bueno, aunque su representación en términos políticos hoy es minoría.
La Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios (Apyme) le está dando los retoques finales a un documento, aún en borrador, que se corre del debate sobre si la inflación es o no un problema del pasado o si la economía rebotará en 2017 tras su peor caída este año en casi una década y media. Hace foco más allá, adonde el túnel de Michetti aún no llega a entregar claridad, para advertir sobre las consecuencias que tienen y las que traerán las políticas económicas de Cambiemos. Aquí se presenta un adelanto de lo que se conocerá públicamente en breve:
"En estos días, con la realización del Foro de Negocios e Inversiones queda muy claro para el conjunto de la sociedad que la propuesta del Gobierno nacional para el complejo cúmulo de necesidades irresueltas pasa exclusivamente por un horizonte de profundización de las políticas pro-mercado y de 'apertura al mundo'. Esto es, transferencia de ingresos hacia sectores concentrados y especulativos, 'seguridad jurídica' solo para inversores del poder económico y grupos multinacionales, fuerte endeudamiento externo y apertura a procesos de libre comercio, en condiciones de mayor 'competitividad' (menores costos en dólares). De este modo, el Gobierno se muestra muy lejos de tomar nota de las reacciones de distintos sectores sociales y productivos ante las consecuencias de estas políticas, y acusa de poner 'palos en la rueda' a quienes advierten sobre la necesidad de una diametral modificación del rumbo. Apyme ha venido alertando en todo momento sobre los efectos nocivos de la devaluación, el ajuste y el abandono de políticas industrialistas para el conjunto de las pymes y el entramado productivo nacional. Avanzado el famoso segundo semestre, se pueden evaluar cabalmente los daños económicos, productivos y sociales ocasionados por el empecinamiento oficial. Lejos de constituir 'errores', las marchas y contramarchas del Gobierno se deben precisamente al objetivo de instaurar un cambio drástico y traumático en la orientación de las políticas públicas y el papel del Estado. Para alcanzar ese objetivo, como se demuestra día a día, no se duda en violentar la legislación vigente y despreciar los procesos en la Justicia y en el Congreso Nacional, toda vez que no coincidan con las expectativas oficiales en este sentido".
Luego el documento describe el cambio de enfoque en la conducción del Estado como el paso del "desarrollo inclusivo al 'sálvese quien pueda'". Y sigue así: "Las pymes constituyen más del 90 por ciento de las empresas, proveen el 80 por ciento del empleo y representan un 45 por ciento del PIB. Forman parte del entramado productivo nacional junto con los trabajadores, las cooperativas, empresas recuperadas, cuentapropistas y pequeños y medianos productores de las economías regionales. Este amplio sector está siendo agredido por las políticas que implementa desde diciembre de 2015 el gobierno de Cambiemos. Las pymes están en emergencia como resultado de la devaluación, el incremento de precios de los insumos, la reducción del mercado interno, el encarecimiento y la falta de acceso al crédito, la liberalización de importaciones, la limitación en planes de pago de la AFIP y la falta de control a la concentración productiva y comercial, entre otros puntos. (…) Recientemente, para contrarrestar la ley de protección del empleo, se dictó una anodina Ley Mipyme que algunos sectores saludaron pero en verdad está hecha para estimular la oferta en una economía con perspectivas de crecimiento, no para proteger al sector en la situación de crisis que hoy atraviesa. Se dejó de lado toda referencia a la emergencia Mipyme, que fue el planteo inicial, con lo que se termina beneficiando a empresas medianas y subsidiarias de las corporaciones".
Las pymes, en resumen, se sienten agredidas y en emergencia, dentro de un proceso drástico y traumático, mientras el Gobierno compartió la semana con CEO hablando en inglés. Es una elección que define a Cambiemos, a tono con la realidad social y económica que ha generado.
MICHETTI PIDIÓ SER SOBRESEÍDA EN LA CAUSA POR EL ORIGEN
DEL DINERO ROBADO EN SU CASA
Un intento por terminar con el tema
La vicepresidenta presentó un escrito ante el juez Lijo con sus declaraciones juradas y las de su novio. Ofreció testigos para hablar de las donaciones a la Fundación Suma.
La vicepresidenta de la Nación, Gabriela Michetti, pidió ser sobreseída en la causa que investiga el origen del dinero robado en su casa en noviembre. Lo hizo a través de un extenso escrito que presentó ante la Justicia, en el que aportó sus declaraciones juradas de ella y su pareja, y ofreció documentación y testigos sobre las donaciones a la Fundación Suma. Redactado en primera persona y firmado por Michetti, el texto fue presentado por su defensa ante el juez federal Ariel Lijo. "Todo funcionario público debe responder por sus actos frente a la ciudadanía y, con mayor razón, cuando es un juez quien investiga un comportamiento que se considera sospechoso", dijo la vicepresidenta.
Michetti hizo un descargo para explicar el origen del dinero sustraído de su vivienda el 22 de noviembre por parte de un custodio que ya está procesado, adjuntó documentación, explicó por qué esas sumas estaban en su casa y pidió que declaren como testigos donantes de su fundación. También ofreció como testigos al ministro de Modernización, Andrés Ibarra; y al de Medios, Hernán Lombardi; al secretario de Obras Públicas, Daniel Chain; y al embajador argentino en Uruguay, Guillermo Montenegro.
Michetti criticó que la investigación se haya ampliado a las fundaciones ligadas al PRO y argumentó que no está claro el delito por el que se la imputa, en una "afectación al derecho de defensa". En relación a esas fundaciones dijo que "no existe ningún hecho concreto que se les atribuya y menos aún cuál sería su relevancia penal". Sin embargo, los denunciantes comprobaron que varias nunca presentaron balances.
En relación a los 189 mil 500 pesos en efectivo que también estaban en su casa, explicó que eran donaciones que habían recolectado entre varios para los pagos previos a la cena de su fundación en La Rural. "Miré en el lugar en el que había dejado una bolsa que contenía dinero que me había traído a casa el día anterior mi novio, Juan Tonelli, y que se trataba de una suma recaudada para los gastos de la cena anual de la Fundación Suma", explicó. Sin embargo, la propia Michetti había declarado ante los medios que "los chicos de la Fundación" le habían acercado los fondos "la noche anterior" a la cena de fin de año de Suma.
En tanto, sobre los 50 mil dólares sustraídos de su casa, ratificó que se trató de un préstamo de Tonelli, y se explayó sobre su deseo de que su hijo hiciera una maestría en el exterior y la imposibilidad de costearla por falta de ahorros.
Un lugar seguro
Por Sandra Russo
Ernesto Alfredo Rottger se llamaba el coronel que en l955 reemplazó a Ramón Carrillo en el Ministerio de Salud. En los años anteriores, las políticas públicas de Salud habían sido coordinadas con la Fundación Eva Perón, que en siete años había inaugurado una veintena de Hogares Escuela para Niños. El trabajo conjunto estaba lejos de la demagogia, basta un dato: la mortalidad infantil pasó de 90 por mil en l943 a 56 por mil en l955. De la saga destructiva comandada por Rottger, cuya misión se resumía en "desperonizar" la salud pública, han quedado míticamente impregnados los pulmotores, novedosos e indispensables para salvar muchas vidas, que fueron retirados para extirpar de cuajo la idea de la vida digna de los pobres.
Pero aquella fue una saga extensa y salvaje. Por debajo de Rottger, desde septiembre de l955 la Dirección de Asistencia Integral sostuvo el objetivo: intervenir, desmantelar y disolver toda la obra de la Fundación Eva Perón. La Asistente Social Marta Ezcurra, que había sido fundadora de la juventud de la Acción Católica en 1931, ordenó el 23 de ese mes de ese mismo año la ocupación militar de cada una de las Escuelas Hogar. Se retiraron o se destruyeron todos los símbolos peronistas. Los niños alojados en ellos fueron testigos, en cada uno de los patios, del fuego en el que ardieron frazadas, sábanas, colchones, pelotas y juguetes con el logo de la FEP. Cada Hogar fue intervenido por Comandos Civiles que, en el caso de la Clínica de Recuperación Infantil Termas de Reyes, de Jujuy, llegaron al extremo de expulsar a los niños para dejar inaugurado allí, muy poco después, un casino de lujo.
Según relevaron Viviana Demaría y José Figueroa, en una extensa investigación histórica publicada en la Revista El Abasto, en Mendoza los golpistas tiraron al río toda la vajilla y cristalería, que había sido importada de Finlandia y Checoslovaquia, con la que habían comido los niños internados. En todo el país, además de la destrucción de los pulmotores en cuyas placas estaban grabadas las iniciales de la FEP, se ordenó romper todos los frascos de sangre de los hospitales de la Fundación. Finalmente, el clímax de revancha fue coronado con el asalto militar sobre la Escuela de Enfermeras fundada por Carrillo, y con su cierre definitivo.
Fueron confiscados todos los muebles de los hospitales, hogares para niños y hogares de tránsito, en medio de una campaña de propaganda que condenaba "el lujo" encontrado en ellos (Marta Ezcurra informó: "La atención a los menores era suntuosa, incluso excesiva, y nada ajustada a los normas de sobriedad republicana que convenía para la formación austera de los niños. Aves y pescados se incluían en los variados menúes diarios. Y en cuanto al vestuario, era renovado cada seis meses"). Al mismo tiempo, se desactivaron todos los programas de turismo social "del régimen", de las proveedurías de alimentos de primera necesidad, del Plan Agrario, del Plan de Trabajo Rural. Fue también desalojada la Ciudad Estudiantil Presidente Juan Perón: fue convertida en un centro de detención adonde fueron encerrando a algunos miembros del gobierno constitucional derrocado, junto a cientos de militantes detenidos, acusados sencillamente de "peronistas".
Ya cumplido ese desmantelamiento feroz, en l956, se dictó finalmente el decreto 4161 que proscribió al peronismo durante dieciocho años: "Queda prohibida en todo el territorio de la Nación: las imágenes, símbolos, signos, expresiones significativas, doctrinas artículos y obras artísticas, la utilización de la fotografía retrato o escultura, el escudo y la bandera peronista, el nombre propio del presidente depuesto, el de sus parientes, dichos objetos ofenden el sentimiento democrático del pueblo Argentino y constituyen para éste una afrenta que es imprescindible borrar".
Desde l983 y hasta hace poco, sesenta años después de ocurrida esa saga siniestra de destrucción, odio y totalitarismo, esta enumeración anterior formaba parte del bagaje vital de un pueblo que pasó décadas intentando recuperar el sentido de la convivencia en paz. Ha cambiado la estructura de donde se agarra la revancha: no cuelga de los tanques y las botas sino de un uno y medio por ciento de ventaja en elecciones libres, y de la ceguera que proporcionan medios y jueces adictos, más una pizca incluso de un peronismo que se pretende desintoxicado de kirchnerismo. A la democracia le van dejando el chasis. Por dentro, la carcomen con el mismo pensamiento mágico: creen que porque eliminan los símbolos y los hitos, o porque persiguen a sus dirigentes, contribuyen a eliminar el recuerdo de una época pródiga para los de más abajo.
En esta saga oscura se inscribe la orden del juez Bonadio de incinerar decenas de miles de Qunitas en el curso de una causa en la que nada está probado, menos que menos que las Qunitas fueran peligrosas para los bebés. Lo peligroso era que los bebés siguieran viniendo al mundo en un país en el que nos esperaba una cuna de madera con sistema de encastre, un colchón de cama, dos juegos de sábanas, un acolchado, una frazada polar, un par de escarpines, dos sacos de dormir, un portabebé, un bolso materno, un bolso cambiador, artículos de higiene para la madre y el recién nacido, un termómetro digital, algodón, crema de caléndula, crema hidratante, protectores mamarios, preservativos, una bata, un camisón y pantuflas, un chupete, un babero, un mordillo, un sonajero, una guía de cuidados para la madre y un libro de cuentos.
No hay militares, no hay vajilla finlandesa, no hay pulmotores, pero vibra en el aire el mismo afán decapitador de sueños encarnados. El sueño que cumplía el Qunita era básico, módico, nítidamente popular: estaba dirigido a que cada embarazo en los sectores más desprotegidos viniera acompañado por la certeza de que esa mujer embarazada, estuviera o no en pareja, no estaría a solas con su bebé cuando naciera. Habría un ajuar esperando el nacimiento. Un ajuar simple, provisorio e inaugural, casi un gesto agradable del mundo, a través del Estado, al nuevo ser que llegara. Estamos viendo muchos gestos y acciones que van en el sentido opuesto a ése. Este Estado de derecha, maltratador e impudoroso con sus propios bajos instintos, a través de una decisión judicial caprichosa, da malvenidas, no bienvenidas. En una nueva y nuclear contradicción, los purgadores de la república conciben el fuego en el que arderán miles de cunas mientras miles de niños carecen de alguna y ruedan en el hacinamiento que muchas veces pone en peligro sus vidas, encimadas a otros cuerpos familiares. Esas Qunitas fueron concebidas como el primer "lugar seguro" del bebé, como suaves burbujas de amor para que allí duerman en paz. Leyendo mal informes del INTI y de la Sociedad Argentina de Pediatría, un juez propone nuevamente el fuego que cada tanto enciende nuestra historia. Hablemos ahora de inseguridad, si quieren. O del amor por los niños, si se animan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario