miércoles, 14 de septiembre de 2016

La creación de una Delaware local


miércoles 14 de setiembre de 2016



OPINIÓN



La creación de una Delaware local




Por      Ricardo Augusto Nissen    *


1.  Existen en el mundo dos sistemas de control de la constitución y funcionamiento de las sociedades. El primero, adoptado desde siempre por la República Argentina, se basa en un profundo control, por parte de un organismo especializado de las actuaciones societarias y corporativas, que se conoce como "control de legalidad", para evitar el mal uso de estas personas jurídicas y el enmascaramiento de personas humanas detrás de su fachada, para esconder y ocultar actuaciones non sanctas y patrimonios casi siempre mal habidos. El segundo método es el que se utiliza fundamentalmente en las guaridas fiscales, según el cual el o los interesados en constituir una sociedad, se limita a llenar un formulario y entregarlo a un funcionario que se ocupa formalmente de registrarla, sin el menor control de su parte.

2.  La cuestión no carece de interés ni de efectos sustanciales para los argentinos. Mediante el primero de esos sistemas, el organismo estatal de control previene la existencia de futuros conflictos, pues con un adecuado control del capital y del objeto social, de los datos de los socios o accionistas, del régimen de representación o de la garantía ofrecida por sus directores por el mal desempeño de sus funciones, se evita insertar en el mercado a entidades insolventes o integradas por personas que solo buscan actuar sin responsabilidad a través de testaferros de papel. El segundo sistema no garantiza absolutamente nada, sino solo una economía de costos y rapidez en el trámite, que permitirá a la persona jurídica actuar sin limitaciones y sin garantías para todos aquellos terceros que se vinculen de una manera u otra. Esposas y herederos defraudados en sus derechos, trabajadores que jamás podrán percibir sus acreencias laborales, concursos preventivos amañados; sociedades desaparecidas o trasvasadas, inmuebles y otros bienes registrables inscriptos a nombre de sociedades sin actividad, son algunos ejemplos que avalan lo expuesto cuando el Estado no controla nada.

3.  El traspaso de la Inspección General de Justicia a la órbita comunal implica un claro retroceso en la seguridad jurídica de los habitantes de esta ciudad, pues con la excusa de otorgar mayor agilidad a los trámites societarios, se prevé la derogación del régimen informativo que deben brindar las sociedades constituidas en el extranjero o la eliminación del requisito de la "pluralidad sustancial de socios", entre otras innovaciones, que son verdaderos pilares para evitar fundamentalmente el fraude empresario. No olvidemos lo acontecido en el caso Cromañón, en el año 2004, o la constatación de la existencia, en el año 2003, de mas de 15.000 inmuebles inscriptos registralmente a nombre de sociedades offshore, cuyos verdaderos propietarios eran conocidos por todos.

La idea es, con el traspaso de la IGJ a la Ciudad, derogar las resoluciones 7/2005 y 7/2015, verdaderos baluartes para la protección de terceros, como lo viene haciendo actualmente las autoridades de la IGJ, al eliminar la inescindible relación que debe existir entre capital social y el objeto de la sociedad, así como la existencia del objeto único, remedios éstos que son indispensables para evitar la infracapitalización societaria y extender la responsabilidad de la sociedad a sus socios, cuando mediante el aporte de unos pocos pesos a la misma, pretenden ser totalmente ajenos a los riesgos empresarios, que de esa manera trasladan a terceros.

4.  El pase de la Inspección General de Justicia al ámbito del Gobierno de la Ciudad está, sin embargo, lejos de concretarse, pues existe una medida cautelar vigente en el juicio de inconstitucionalidad de la ley 2875, promovida por la Fiscalía de la Cámara Nacional en lo Comercial que impide ese traspaso. Del mismo modo, esta nueva iniciativa macrista requiere la derogación de la "Ley Cafiero", mediante la cual la Nación se reservó el ejercicio de funciones de control en la constitución y funcionamiento de las personas jurídicas, que actualmente ejerce la Inspección General de Justicia. Pero tal es el afán por parte de este gobierno empresario de fundar una especie de "Delaware" en la República Argentina, que las actuales autoridades de la Inspección General de Justicia ignoran dolosamente esa medida cautelar vigente, a punto tal que ya han sido designadas las autoridades de este nuevo organismo, habiendo sido incluso anunciado públicamente ese traspaso para el mes de abril del año 2017, lo cual brinda mucho material de reflexión en torno a la influencia que lamentablemente ejerce el Poder Ejecutivo Nacional sobre algunos miembros del Poder Judicial.

5.  De concretarse esa iniciativa, se retrocederá muchos años en la lucha por la transparencia de los actos de las personas jurídicas, que se endureció en el año 2003, en una época en que, en materia de fraude societario o corporativo, la Argentina "era una fiesta". Pero lamentablemente todo hace pensar, a pesar de las permanentes declamaciones del actual gobierno, que la transparencia en la actuación de las personas humanas y colectivas no es una prioridad ni muchísimo menos.

¿Como podría serlo, si al mismo presidente de la Nación, Mauricio Macri, le ha sido descubierto, por medios totalmente confiables, que gran parte de su actuación empresaria fue realizada, desde hace mas de 30 años, a través de compañías ficticias constituidas en guaridas fiscales? ¿Como puede creerse en la búsqueda de la transparencia, cuando ha quedado al descubierto el escandaloso "caso Michetti", en el cual quien ejerce actualmente la vicepresidente de la Nación se ha valido de una fundación creada con fines diferentes al propósito de su constitución y se omitió cumplir en torno a la misma, con todos las exigencias previstas por la Inspección General de Justicia. Estos dos casos, sumados a la actividad offshore del Intendente de la Ciudad de Lanús, Héctor Grindetti, se caracterizan por el hecho de que sus responsables faltaron groseramente a la verdad al momento de dar a la ciudadanía las explicaciones correspondientes, mediante argumentos incoherentes y casi siempre contradictorios.

Apoyan estas conclusiones la incomprensible actitud omisiva de la titular de la Oficina Anticorrupción, Laura Alonso, tan activa y denunciante en otras épocas y cuyo silencio actual hace presumir que la corrupción depende, para ella, de la ideología del supuesto corrupto.

6.  La utilización de personas jurídicas ficticias y el aprovechamiento de su actuación en el mercado para ocultar actuaciones y patrimonio han sido una constante en el ambiente de la gente adinerada, así como de las dirigencias empresarias, asesorados por muchos de los grandes estudios jurídicos y contables. Por el contrario, el enmascaramiento societario no es solución accesible para la gente común, que son las principales víctimas de ese proceder, y lo mismo puede predicarse en torno a la constitución de fundaciones y asociaciones civiles, en donde esa actuación simulatoria ha sido y es moneda corriente, desde hace muchos años. Basta al respecto recordar el caso de la "Fundación Bicentenario", del año 2005, cuya autorización para funcionar fue denegada por la IGJ por carecer originalmente de un capital fundacional significante, a pesar de que dicha entidad –liderada por aquel entonces por el hoy Presidente del Banco Ciudad de Buenos Aires, Juan Curuchet– había gastado una fortuna en solicitadas en los principales diarios "independientes" para cuestionar la designación del Dr. Eugenio Zaffaroni como integrante de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Y en el mismo sentido, también viene a nuestra memoria, hablando ya de asociaciones civiles convertidas en simples fachadas en la defensa de intereses corporativos, la actuación que le cupo, allá por el año 2011, a la denominada "Asociación para la Defensa de la Competencia", que era una entidad sin fines de lucro que no estaba habilitada para interponer acciones en defensa de intereses colectivos, y que utilizó el "Grupo Clarín" para defender judicialmente los intereses de Cablevisión. Lo verdaderamente curioso de este antecedente es que dicha asociación estaba integrada y presidida por el actual ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Carlos Fernando Rosenkrantz, y por Gabriel Bouzat, tesorero de referida entidad y socio de aquel en un estudio jurídico, cuyo domicilio coincidía con el de la referida entidad y entre cuyos clientes estaba el Grupo Clarín, siendo para ese entonces su única actuación la de presentar un amparo a favor de Cablevisión. Ello se conoce, en nuestro derecho, como abuso de la personalidad jurídica y encuentra concreta solución en los artículos 54 de la ley 19550 y 144 del Código Civil y Comercial de la Nación.


*   Ex inspector general de Justicia y profesor titular de Derecho Comercial y Societario de la UBA.


























MEDIOS Y COMUNICACIÓN



Los medios y la democracia



A propósito del reciente golpe institucional en Brasil y de la participación de los medios de comunicación en él, Washington Uranga replantea el debate sobre el papel de los medios y los periodistas en la democracia y, en particular, en la Argentina.


Por     Washington Uranga


El reciente "golpe institucional" en Brasil no podría comprenderse sin el protagonismo que en ese escenario tuvieron las grandes corporaciones mediáticas. De tanto afirmarlo, lo antes dicho se ha convertido en un lugar casi común y, por este mismo motivo, se corre el riesgo de desestimar la importancia que ello tiene para el ejercicio de la ciudadanía, para la libertad y para la democracia misma como sistema que busca hacer de la representación ciudadana la garantía de la igualdad de derechos. Lo cierto, lo real, lo concreto es que en Brasil los parlamentarios destituyeron, sin motivos fundados, a la Presidenta que había sido elegida por 54 millones de brasileños. Y para hacerlo contaron con la complicidad de los medios más poderosos que trabajaron el tema, construyeron sentidos, en algunos casos falsearon información y, por supuesto, jugaron sus propios intereses.

Lo ocurrido en Brasil ahora no hace sino poner en situación una realidad que atraviesa toda la región y que se ha repetido en varios países, apenas con diferencias menores y que vuelve a poner sobre la mesa del debate el papel de los medios y de los periodistas en democracia. Y abre nuevamente la posibilidad de pensar el asunto en Argentina.

El colombiano Omar Rincón, uno de los estudiosos latinoamericanos de la comunicación que más se ha dedicado al tema, en varios de sus escritos sostiene que "la democracia ha devenido una batalla mediática" y que "los medios de comunicación son la cancha donde se está jugando la democracia en América Latina", para agregar en otro momento que "medios de comunicación y gobiernos luchan por el amor del pueblo" porque "los medios se retiraron de su rol de contrapoder y se asumieron como actores políticos; creyeron tanto en sí mismos que decidieron que con base en su poder moral y su tradición liberal y su libertad de expresión tenían derecho a juzgar, condenar, absolver, ordenar o gobernar".

Son frases de distintos textos del pensador colombiano que todas juntas sirven para describir un proceso al que asistimos en todo el continente.

Manuel Chaparro, periodista español y doctor en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid, completa el panorama anterior advirtiendo "que la ciudadanía tenga que estar en silencio en una democracia es no sólo perjudicial sino peligroso" y "que los medios definan e interpreten el sentir, la inquietud y el deseo de los ciudadanos en función de intereses propios ocultos es desestabilizador".

Y agrega el propio Chaparro que "la comunicación debe promover como objetivo el empoderamiento de la sociedad civil, su capacidad de respuesta crítica, su participación desde el manejo de una información comprometida con la verdad. La información en los medios de masas debe responder a la necesidad de facilitar claves para comprender la realidad. Responder a los desafíos y los problemas no es posible sin un sistema de información y comunicación verdaderamente democráticos".

Entonces ¿cuál es el papel que los medios de comunicación y los periodistas pueden y deben jugar en el sistema democrático?

Las respuestas están en las afirmaciones de Chaparro señaladas líneas más arriba.

- Empoderamiento, participación y respuesta crítica de los actores de la sociedad civil a partir del manejo de información veraz, plural y diversa, en fuentes, en argumentos, en vocerías.

- Colaboración en ofrecer claves de lectura para la interpretación de lo real, para comprender las situaciones de la vida cotidiana. Claves de lectura que deben entenderse como herramientas para interpretar y no como anteojos o recetas fijas y predeterminadas.

En definitiva: un ejercicio pleno del derecho a la comunicación, en el que los periodistas, los comunicadores en general, profundicen su tarea de facilitar el diálogo público en el espacio público, como profesionales pero también como actores comprometidos de una sociedad democrática que necesita del aporte de cada uno y de cada una para seguir construyéndose y consolidándose.

Y tal como lo viene sosteniendo en sus diversos pronunciamientos en la Argentina la Coalición por una Comunicación Democrática (CCD), garantizar lo anterior no puede ser apenas una decisión individual de los dueños de los medios o de los periodistas, sino que por tratarse de una cuestión que atañe a los derechos del conjunto de la ciudadanía, corresponde al Estado tener una participación activa y positiva para garantizar tales derechos. El debate sobre la nueva ley de comunicación que el gobierno dice impulsar genera una nueva oportunidad para que así sea, siempre y cuando los representantes abran sus oídos a la escucha de los diferentes actores involucrados.






















SUSANA FINQUELIEVICH, LAS CIUDADES EN LA ERA DE INTERNET


"El mundo virtual no es paralelo al presencial, es su prolongación"




Es arquitecta, urbanista y doctora en ciencias sociales. Con ese cruce, estudia cómo se relacionan los seres humanos en la sociedad de la información y el conocimiento. La digitalización y los nuevos modos de percibir el tiempo y el espacio. Los procesos de la memoria.
La arquitecta Susana Finquelievich se desempeña 
como investigadora principal del Conicet



 Por      Pablo Esteban

¿Qué sucedió con los temores y las expectativas que se proyectaban en el pasado sobre la sociedad actual de la información y el conocimiento? ¿De qué manera los individuos construyen vínculos en el mundo presencial y en el virtual? ¿Qué ocurre con los procesos de memoria cuando los datos que circulan superan cualquier intento de archivo y sistematización? A abordar este tipo de interrogantes se dedica Susana Finquelievich, arquitecta, master en Urbanismo por la Université Paris VIII y doctora en Ciencias Sociales por la EÉcole des Hautes Etudes en Sciences Sociales, Paris. Los nuevos modos de socialización de las personas. Los vínculos que prescinden de la cercanía física. Las promesas de gobierno abierto y la participación ciudadana en la toma de decisiones. Las falsas promesas de las ciudades inteligentes. Los nuevos usos del tiempo y el espacio.

Susana Finquelievich tiene también un posgrado en Planificación Urbana y Regional por la Universidad Politécnica de Szczecin (Polonia) y se desempeña como investigadora principal del Conicet.

–Si en la actualidad los seres humanos se relacionan en una "sociedad de la información y el conocimiento", en el pasado ¿qué ocurría? ¿No existía la información ni el conocimiento?

–Antes hubo información y conocimiento, por supuesto. Adopto esa expresión porque se trata de una convención pero estoy de acuerdo, habría que rediscutirla. Ahora bien, supongamos que uno acepta el acuerdo y para favorecer un ejercicio analítico y reflexivo, define tal noción. Podría decirse que las sociedades de la información y el conocimiento representan el producto de la revolución digital y de los nuevos lenguajes.

–¿Una revolución?

–Sí, una revolución en que las personas debieron incorporar hábitos de golpe. Una especie de necesidad autoimpuesta que se genera para no quedar al margen de un montón de actividades que comprometen nuevos hábitos. Probablemente, las revoluciones que sigan en el futuro no sean tan brutales porque el cambio fundamental fue el pasaje de lo analógico a lo digital. Si hace algunas décadas, le hubiera dicho a un amigo que extraiga un documento de una carpeta que se encuentra en una computadora personal y me lo envíe a cientos de kilómetros, me habrían mirado raro.

–¿Se refiere al mundo virtual?

–Exacto, tanto el virtual como el presencial existen. Al comienzo teníamos muchas ilusiones y pensábamos que el ciberespacio era un escenario paralelo hasta que nos dimos cuenta que es una prolongación del presencial y, en definitiva, los seres humanos van y vienen todo el tiempo aunque no lo sepan.

–Usted es arquitecta. En el marco de esta revolución que señala, ¿qué sucedió con el espacio?

–Se podría decir que desde los setenta la ciudad no ha modificado demasiado su aspecto físico (edilicio), con la salvedad de ciertos distritos tecnológicos y científicos. Sin embargo, habitamos ciudades gestionadas por medios informáticos. Es cierto, nosotros no lo vemos ni lo percibimos pero han transformado nuestras vidas, incluyendo el modo de utilizar el espacio. Se han suprimido viajes internos y se han trastrocado los usos del tiempo: el otro gran problema. Las relaciones humanas ya no se producen por cercanía vecinal, sino por intereses en común.

–¿Y qué cree que ocurre en relación a los valores y a los sentimientos? Existen personas que cultivan fuertes relaciones por internet y luego cuando concretan una cita presencial aquella confianza se desvanece.

–Creo que existen tantas variantes como personas en el mundo. Pero hay un punto importante: la química física existe, no solamente lo vinculado con las relaciones sexuales. Las personas, como buenos animales, también se huelen cuando se ven. Al mismo tiempo, en las relaciones prolongadas por internet, tarde o temprano, también es posible advertir si el asunto se prolongará o no.

–Ya hablamos del espacio, ¿qué sucede en relación al tiempo y a la memoria?

–En la actualidad, tenemos muchos problemas con los procesos de construcción de memoria. En principio, pienso que se descarta con mayor facilidad: las personas no se acuerdan de lo que experimentaron en el pasado inmediato. Cada individuo posee una especie de disco rígido con un límite. En este sentido, aprenden a recordar las cosas más importantes y descartar las restantes. Por un lado, contamos con tremendos repositorios de memoria como no hemos tenido antes pero al mismo tiempo tenemos el inconveniente de la amnesia tecnológica. Una inmensa cantidad de material que se digitalizó en soportes que son reemplazados por otros más nuevos. Por ejemplo, tenía miles de fotos guardadas en un disquete que ya ni siquiera puedo volver a ver. Espero que el pendrive dure un tiempo más.

–De modo que el asunto no es digitalizar la memoria, sino preservar lo digitalizado.

–Exacto. Hay un Alzheimer informático que es necesario prever. Es necesario pensar en la regulación.

–Si no ven series por Netflix ni cobran por home banking, ¿cree que la sociedad de la información y del conocimiento incluye a las clases más desfavorecidas?

–Eso es exactamente lo que hay que investigar. Es un vacío enorme, se trata de una pequeña pista. Es necesario saber cómo utiliza internet y produce sentidos la gente con menos recursos.

–¿Por qué su libro se titula I-Polis?

–Es el nombre del equipo de investigación que dirijo en el Instituto Gino Germani. La "I" es por "información", por "investigación" y por todas las "I" que imaginables, mientras que "polis" quiere decir "ciudad", pero también "política". Y en el equipo hay mayoría de politólogos.

–Si tuviera que resumir en qué consiste la trama, ¿qué diría?

–Se trata de una viaje de unos treinta o cuarenta años hacia el pasado que parte y se enmarca dentro de aquello que denominamos como sociedad de la información y del conocimiento. De modo que lo que se analiza es qué fue lo que ocurrió con algunas premoniciones que cultivamos en las décadas anteriores. En efecto, si se cumplieron o si por el contrario solo quedaron en el plano de las ideas. Este libro es un material distinto, es un gusto que me doy. Un texto más desacartonado, pero que no resigna rigurosidad.

–¿Qué premoniciones?

–Básicamente son ciertos temores y esperanzas que se proyectaron en el pasado respecto a las tecnologías y al mundo informático tal como funciona hoy. En síntesis, lo que se esperaba en el pasado de la sociedad futuro.

–¿Algún ejemplo?

–En el pasado había un temor muy común que señalaba que "la ciudad iba a desaparecer" y que "las personas iban a estar tan comunicadas que no necesitarían la presencia física", lo que se reveló falso. Los seres humanos necesitamos de la cercanía, en todos los ámbitos: tanto en el campo de la amistad, el amor y en el ámbito profesional. Otro temor, también rastreado en libros de ciencia ficción y novelas de la época, era que "los robots de inteligencia artificial se apropiarían de nuestras vidas y nos quitarían las fuentes de trabajo". Incluso, la vigilancia.

–Bueno, pero esto se podría discutir. Me refiero a lo del empleo y la vigilancia.

–Sí, claro. Es que en el libro sostengo que las formas robotizadas se apropian de parte de nuestras fuentes laborales. Por ello, hay que pensar en qué otros trabajos se pueden generar que no sean capaces de ser reemplazados por máquinas. Me refiero a aquellos asociados a la creatividad, una herramienta indiscutiblemente humana. En cuanto a la vigilancia, también, se cumplió notablemente. Vivimos cada vez más vigilados, los sacrificios a la privacidad que se realizan en el altar del control son cuantiosos. A nuestro paso, dejamos rastros en absolutamente todo. Dejamos pistas, sin darnos cuenta. Todo el tiempo. Solía decirse que "el teletrabajo se configuraría como una gran fuente de promesas". Aquella posibilidad de trabajar desde la casa sin sacarse el piyama era sumamente atractiva. Sin embargo, las desventajas también son sustanciosas en este punto: el desplazamiento de los costos al trabajador (luz, electricidad, conectividad) es muy marcado.

–¿Y qué piensa de la idea que ubica a las tecnologías de la información y la comunicación como potenciales herramientas al servicio del empoderamiento ciudadano?

–Creo que en parte se logró a partir de iniciativas que se concretaron gracias a las herramientas tecnológicas. Los eventos de la Primavera Árabe ilustran ello. Pienso, finalmente, que existe cierta cuota de agencia y capacidad de acción que ha ganado el pueblo con las nuevas formas de comunicación. Sin embargo, los vínculos nunca se producen de modo horizontal. La ciudadanía se organiza pero el contacto con los gobiernos no es significativo. Todas las regiones de Buenos Aires, por ejemplo, tienen redes sociales pero de ahí a generar participación estamos muy lejos. La idea de gobierno abierto es una falacia. En definitiva, la comunicación es poder.

poesteban@gmail.com



























La arquitecta declarada "rebelde"



Por       Pablo Esteban


Estudió arquitectura y luego urbanismo, ¿cuál es la diferencia?
–Los arquitectos se encargan de edificios. Su principal problema es la omnipotencia del rubro: creemos que sabemos de economía, de ciencias políticas y de medioambiente, etc. En cambio, el urbanista planifica la ciudad. Ello implica el aprendizaje de otro set de normas completamente distinto. Me van a odiar los arquitectos pero pienso que la arquitectura es una herramienta del urbanismo.



–Una vez recibida se fue a Polonia…
–Sí, obtuve una beca y viajé en 1975 para aprender planificación urbana y regional. Pero mientras se cumplían los procesos burocráticos del caso, me fui a Río de Janeiro a trabajar por unos meses en un proyecto de un colega argentino. Al poco tiempo, recibí una denuncia del Gobierno de Isabel Perón que me acusaba de estar refugiada en la selva tucumana y de pertenecer a la agrupación Montoneros. Una verdadera curiosidad porque yo no estaba ni en la selva ni era montonera. En aquel momento, ya se vislumbraba un plan sistemático que luego se conocería como Cóndor. Así que me fui a Polonia finalmente.



–La imagino entusiasmada por conocer aquella Unión Soviética de posguerra…
–Más bien la desilusión. Una burocracia pesada, angustiante. Es cierto, las viviendas eran buenas pero no existían alimentos frescos ni siquiera. Alquilaba una habitación en la casa de una familia polaca cuya ventana daba a un cementerio judío desactivado. Lleno de cuervos. Un cuento de Poe parecía. En 1976, con el golpe decidí no regresar a Argentina hasta que volviera la democracia. Hice bien, porque había sido decretada como "rebelde en ausencia" y condenada a seis años de cárcel.



–Cuando termina su beca viaja a Francia y allí permanece hasta 1987.
–Allí realicé la maestría y el doctorado. Trabajé un tiempo con Ignacy Sachs, un economista polaco referente del ecodesarrollo. Luego ingresé al Conicet, retorné a Argentina y me quedé aquí. En la actualidad, si bien viajo seguido nunca me voy por mucho tiempo.






















OPINIÓN



La creación de una Delaware local



Por      Ricardo Augusto Nissen    *

1.  Existen en el mundo dos sistemas de control de la constitución y funcionamiento de las sociedades. El primero, adoptado desde siempre por la República Argentina, se basa en un profundo control, por parte de un organismo especializado de las actuaciones societarias y corporativas, que se conoce como "control de legalidad", para evitar el mal uso de estas personas jurídicas y el enmascaramiento de personas humanas detrás de su fachada, para esconder y ocultar actuaciones non sanctas y patrimonios casi siempre mal habidos. El segundo método es el que se utiliza fundamentalmente en las guaridas fiscales, según el cual el o los interesados en constituir una sociedad, se limita a llenar un formulario y entregarlo a un funcionario que se ocupa formalmente de registrarla, sin el menor control de su parte.

2.  La cuestión no carece de interés ni de efectos sustanciales para los argentinos. Mediante el primero de esos sistemas, el organismo estatal de control previene la existencia de futuros conflictos, pues con un adecuado control del capital y del objeto social, de los datos de los socios o accionistas, del régimen de representación o de la garantía ofrecida por sus directores por el mal desempeño de sus funciones, se evita insertar en el mercado a entidades insolventes o integradas por personas que solo buscan actuar sin responsabilidad a través de testaferros de papel. El segundo sistema no garantiza absolutamente nada, sino solo una economía de costos y rapidez en el trámite, que permitirá a la persona jurídica actuar sin limitaciones y sin garantías para todos aquellos terceros que se vinculen de una manera u otra. Esposas y herederos defraudados en sus derechos, trabajadores que jamás podrán percibir sus acreencias laborales, concursos preventivos amañados; sociedades desaparecidas o trasvasadas, inmuebles y otros bienes registrables inscriptos a nombre de sociedades sin actividad, son algunos ejemplos que avalan lo expuesto cuando el Estado no controla nada.

3.  El traspaso de la Inspección General de Justicia a la órbita comunal implica un claro retroceso en la seguridad jurídica de los habitantes de esta ciudad, pues con la excusa de otorgar mayor agilidad a los trámites societarios, se prevé la derogación del régimen informativo que deben brindar las sociedades constituidas en el extranjero o la eliminación del requisito de la "pluralidad sustancial de socios", entre otras innovaciones, que son verdaderos pilares para evitar fundamentalmente el fraude empresario. No olvidemos lo acontecido en el caso Cromañón, en el año 2004, o la constatación de la existencia, en el año 2003, de mas de 15.000 inmuebles inscriptos registralmente a nombre de sociedades offshore, cuyos verdaderos propietarios eran conocidos por todos.

La idea es, con el traspaso de la IGJ a la Ciudad, derogar las resoluciones 7/2005 y 7/2015, verdaderos baluartes para la protección de terceros, como lo viene haciendo actualmente las autoridades de la IGJ, al eliminar la inescindible relación que debe existir entre capital social y el objeto de la sociedad, así como la existencia del objeto único, remedios éstos que son indispensables para evitar la infracapitalización societaria y extender la responsabilidad de la sociedad a sus socios, cuando mediante el aporte de unos pocos pesos a la misma, pretenden ser totalmente ajenos a los riesgos empresarios, que de esa manera trasladan a terceros.

4.  El pase de la Inspección General de Justicia al ámbito del Gobierno de la Ciudad está, sin embargo, lejos de concretarse, pues existe una medida cautelar vigente en el juicio de inconstitucionalidad de la ley 2875, promovida por la Fiscalía de la Cámara Nacional en lo Comercial que impide ese traspaso. Del mismo modo, esta nueva iniciativa macrista requiere la derogación de la "Ley Cafiero", mediante la cual la Nación se reservó el ejercicio de funciones de control en la constitución y funcionamiento de las personas jurídicas, que actualmente ejerce la Inspección General de Justicia. Pero tal es el afán por parte de este gobierno empresario de fundar una especie de "Delaware" en la República Argentina, que las actuales autoridades de la Inspección General de Justicia ignoran dolosamente esa medida cautelar vigente, a punto tal que ya han sido designadas las autoridades de este nuevo organismo, habiendo sido incluso anunciado públicamente ese traspaso para el mes de abril del año 2017, lo cual brinda mucho material de reflexión en torno a la influencia que lamentablemente ejerce el Poder Ejecutivo Nacional sobre algunos miembros del Poder Judicial.

5.  De concretarse esa iniciativa, se retrocederá muchos años en la lucha por la transparencia de los actos de las personas jurídicas, que se endureció en el año 2003, en una época en que, en materia de fraude societario o corporativo, la Argentina "era una fiesta". Pero lamentablemente todo hace pensar, a pesar de las permanentes declamaciones del actual gobierno, que la transparencia en la actuación de las personas humanas y colectivas no es una prioridad ni muchísimo menos.

¿Como podría serlo, si al mismo presidente de la Nación, Mauricio Macri, le ha sido descubierto, por medios totalmente confiables, que gran parte de su actuación empresaria fue realizada, desde hace mas de 30 años, a través de compañías ficticias constituidas en guaridas fiscales? ¿Como puede creerse en la búsqueda de la transparencia, cuando ha quedado al descubierto el escandaloso "caso Michetti", en el cual quien ejerce actualmente la vicepresidente de la Nación se ha valido de una fundación creada con fines diferentes al propósito de su constitución y se omitió cumplir en torno a la misma, con todos las exigencias previstas por la Inspección General de Justicia. Estos dos casos, sumados a la actividad offshore del Intendente de la Ciudad de Lanús, Héctor Grindetti, se caracterizan por el hecho de que sus responsables faltaron groseramente a la verdad al momento de dar a la ciudadanía las explicaciones correspondientes, mediante argumentos incoherentes y casi siempre contradictorios.

Apoyan estas conclusiones la incomprensible actitud omisiva de la titular de la Oficina Anticorrupción, Laura Alonso, tan activa y denunciante en otras épocas y cuyo silencio actual hace presumir que la corrupción depende, para ella, de la ideología del supuesto corrupto.

6.  La utilización de personas jurídicas ficticias y el aprovechamiento de su actuación en el mercado para ocultar actuaciones y patrimonio han sido una constante en el ambiente de la gente adinerada, así como de las dirigencias empresarias, asesorados por muchos de los grandes estudios jurídicos y contables. Por el contrario, el enmascaramiento societario no es solución accesible para la gente común, que son las principales víctimas de ese proceder, y lo mismo puede predicarse en torno a la constitución de fundaciones y asociaciones civiles, en donde esa actuación simulatoria ha sido y es moneda corriente, desde hace muchos años. Basta al respecto recordar el caso de la "Fundación Bicentenario", del año 2005, cuya autorización para funcionar fue denegada por la IGJ por carecer originalmente de un capital fundacional significante, a pesar de que dicha entidad – liderada por aquel entonces por el hoy Presidente del Banco Ciudad de Buenos Aires, Juan Curuchet – había gastado una fortuna en solicitadas en los principales diarios "independientes" para cuestionar la designación del Dr. Eugenio Zaffaroni como integrante de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Y en el mismo sentido, también viene a nuestra memoria, hablando ya de asociaciones civiles convertidas en simples fachadas en la defensa de intereses corporativos, la actuación que le cupo, allá por el año 2011, a la denominada "Asociación para la Defensa de la Competencia", que era una entidad sin fines de lucro que no estaba habilitada para interponer acciones en defensa de intereses colectivos, y que utilizó el "Grupo Clarín" para defender judicialmente los intereses de Cablevisión. Lo verdaderamente curioso de este antecedente es que dicha asociación estaba integrada y presidida por el actual ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Carlos Fernando Rosenkrantz, y por Gabriel Bouzat, tesorero de referida entidad y socio de aquel en un estudio jurídico, cuyo domicilio coincidía con el de la referida entidad y entre cuyos clientes estaba el Grupo Clarín, siendo para ese entonces su única actuación la de presentar un amparo a favor de Cablevisión. Ello se conoce, en nuestro derecho, como abuso de la personalidad jurídica y encuentra concreta solución en los artículos 54 de la ley 19550 y 144 del Código Civil y Comercial de la Nación.


*   Ex inspector general de Justicia y profesor titular de Derecho Comercial y Societario de la UBA.

























DESARROLLAN EMBRIONES SIN  NECESIDAD DE UN ÓVULO


Un desafío al dogma




Científicos británicos reprodujeron ratones fertilizando con un espermatozoide una célula que no era un óvulo. El estudio abre nuevas perspectivas en reproducción asistida.



Por primera vez se logró reproducir ratones fertilizando una célula que no era un óvulo, lo cual abre nuevas perspectivas de reproducción asistida. Lo que hicieron científicos británicos fue desarrollar embriones viables a partir de esperma de ratones sin necesidad de un óvulo. Los investigadores, de la Universidad de Bath, aseguran que su experimento "desafía dos siglos de conocimiento adquirido", dado que hasta ahora se pensaba que el esperma solo puede madurar en el interior de un óvulo. El estudio fue publicado ayer en la revista Nature.
"Nuestro trabajo es un reto para el dogma, que se mantiene desde que los primeros embriólogos observaron óvulos de mamíferos en 1827 y comprobaron la fertilización 50 años más tarde, de que solo un óvulo fertilizado con esperma puede dar lugar al nacimiento de un mamífero vivo", señaló Anthony Perry, autor del estudio. "Se pensaba que sólo un ovocito era capaz de reprogramar el esperma para lanzar el desarrollo del embrión. Es la primera vez que se obtiene un desarrollo que llega a término inyectando esperma en los embriones", agregó.
La fertilización integra múltiples procesos para transformar el material del espermatozoide y el óvulo en un embrión, un desarrollo conocido como reprogramación, en el que se producen cambios en los cromosomas y el ADN. Esa transformación permite al esperma madurar hasta ser capaz de dividirse, a fin de producir las diferentes células que requerirá el nuevo organismo, una capacidad denominada totipotencialidad.
La visión general hasta ahora es que el esperma solo puede adquirir esa propiedad dentro de un óvulo, una concepción que ponen en duda Perry y su grupo.
Para llevar a cabo su experimento, los investigadores inyectaron núcleos de esperma en embriones de ratones químicamente modificados antes de su primera división celular. Al inyectar esperma en estas células particulares, denominadas partenotes, los investigadores lograron hacer nacer ratones en un 24 por ciento de los casos.
Estos pequeños ratones se convirtieron en adultos fértiles y tuvieron una esperanza de vida normal, destacó Perry.
Según varios expertos interrogados, esta investigación, que ayuda a una mejor comprensión de los mecanismos de reproducción de los mamíferos, abre nuevas perspectivas en materia de reproducción asistida. Los autores consideran incluso posible que se pueda algún día prescindir de los óvulos para la reproducción.
"Es un artículo muy interesante, y una proeza técnica", comentó Robin Lovell-Badge, biólogo británico especializado en genética de células madre, que no participó en el estudio. "Estoy seguro de que esto nos enseñará cosas importantes sobre la reprogramación (celular) en los primeros estados de desarrollo" esenciales en materia de tratamiento de la fertilidad, opinó el biólogo del Francis Crick Institute, de Londres.
En el futuro, "se puede imaginar recurrir también a los partenotes" en la reproducción asistida, lo cual permitiría depender menos de los ovocitos, cuya colecta es una operación muy ardua. Es decir que podría abrir puertas hacia la reproducción de padres hombres homosexuales o de una pareja heterosexual infértil.
Aunque por ahora se tenga que partir de un ovocito para fabricar este partenote o embrión virgen, se puede imaginar que en el futuro se podrá prescindir del ovocito, produciéndolas por ejemplo a partir de células de la piel, adelantó Perry.
Estos resultados presentan inconvenientes éticos, admitió por otra parte el biólogo. En efecto, uno de los argumentos adelantados para justificar la utilización de partenotes como fuente de células madre en el ser humano era el hecho de que esos embriones no eran viables.
De todos modos, la revista Nature advierte que el hallazgo de los científicos británicos está por el momento "lejos de ser aplicable a embriones humanos", dado que la supervivencia de los embriones implantados es baja y el proceso tan solo se ha probado hasta ahora en ratones.























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