rossi sobre "el que más mide":
"no puede ser que seamos un movimiento transformador en todo menos a la hora de seleccionar candidatos."
Cristina viene planteando en el último tiempo que hay que investigar por qué los votantes pueden emitir su voto en contra de sus intereses materiales y económicos. En términos comunicacionales, en términos de estrategia de campaña, Cambiemos tuvo a Jaime Durán Barba mientras que el FpV tuvo la voluntad militante y los 12 años de gobierno. Con los principales medios de comunicación muy en contra. ¿Se podría intentar un uso más creativo, moderno y planificado del marketing político y las estrategias integrales para redes sociales?
Yo tengo un análisis lleno de paradojas de la campaña electoral de Scioli y del FpV. Digo que ganamos cuando perdimos y perdimos cuando ganamos. ¿Cómo? La elección la perdimos en la primera vuelta. Hubo una estrategia equivocada. Porque a un candidato naturalmente moderado, como Daniel, le exigían más moderación. ¿Quiénes? Los consultores políticos, los aliados de Scioli, los gobernadores, los que hoy están en las posiciones más lejanas a Cristina dentro del peronismo. Le exigían que se alejara de Cristina, que se deskirchnerizara. Que hiciera una propuesta más edulcorada y menos ideologizada. En ese tramo de la campaña, durante la primera vuelta, nos alejamos tanto, o nos edulcoramos tanto por decirlo de alguna manera, que terminamos parecidos a Macri y a Massa. Nunca, en la primera vuelta, incomodamos a Macri y Massa. Y ojo que Macri tenía en ese momento el principal escándalo de corrupción de toda la campaña, que lo llevó a que su primer candidato a diputado nacional, que era Fernando Niembro, renunciara y se bajara de la campaña. Pero Macri nunca fue incomodado por ese lado. Así fue que hicimos una elección paupérrima en esa primera vuelta. En la segunda vuelta, después de una semana de equivocaciones, en la que se cometió el mismo error de (Martín) Insaurralde en la elección parlamentaria de 2013, que fue tratar de copiarle la agenda a Massa, Scioli adopta otro camino. El camino que le indicaba la militancia. Él mismo logra metabolizar con temple el golpe de una mala primera vuelta y sale a plantear claramente la confrontación. Y confronta dos modelos. Entonces dice algo que yo había dicho en mi precampaña como candidato a presidente: que el problema no era naranja o amarillo, sino que había dos modelos de país y dos modelos de sociedad. Con esa estrategia casi gana. Ahí aparece la tercera paradoja, y es que en un país en el que los consultores políticos suelen decir que los candidatos no ganan por su propuesta o por su ideología sino por cómo se empilchan, por cuántos pibes levantan en brazos o por cómo sonríen, resulta que casi el 50% de los argentinos votó por la continuidad de un proyecto. Quizá ese 48,5% que votó a Scioli lo hubiera votado a Florencio (Randazzo), a Kicillof, a mí o a (Jorge) Taiana. Porque votó por la continuidad de un proyecto. Y digo, aunque es contrafáctico, que el Scioli de la segunda vuelta, que confrontó a Macri, que lo interpeló y le dijo "vas a devaluar, vas a quitar los subsidios, etcétera, etcétera", si ese Scioli de la segunda vuelta hubiera sido el de la primera vuelta, ¿no llegábamos al 45%? En definitiva, esta cosa de copiarle al otro lo que hizo no va.
No es así. Nosotros tenemos que convencernos de lo que somos. El colectivo social que construyó el kirchnerismo durante todos estos años es un sujeto social muy fuerte. Si tenemos posibilidades de volver, entre otras cosas, es porque ese sujeto social es tan fuerte que, a pesar de que nos han desgastado mucho en estos 9 meses, todavía sigue estando firme y adhiriendo a una propuesta política. Nos tenemos que convencer de eso. Y una última cosa: no puede ser que seamos un movimiento transformador en todo menos a la hora de seleccionar candidatos. Porque terminamos seleccionando al que más mide en las encuestas. Parece lógico, pero hete aquí un problema, y es un hecho no casual: ¿por qué en la Argentina todos los dirigentes que más miden en las encuestas, sean del espacio político que sean, son todos de centroderecha?
Y… porque los medios concentrados los ayudan a instalarse.
Sí, pero cuando vamos a la votación, la segunda vuelta entre Macri y Scioli, resulta que casi la mitad de los argentinos votó una propuesta de centroizquierda. No olvidemos eso, porque los dirigentes de centroizquierda partimos siempre de una base de 40% de imagen negativa. Lo que yo quiero transmitir es que en un mundo en donde se discuten sobre las personas, nosotros tenemos que discutir de ideología. El problema no es ni las redes sociales, ni el uso de las redes o los medios de comunicación. El problema es el escenario en el cual se produce la elección. Si es un escenario ausente de ideología, tenemos todas las posibilidades de perder. Si el escenario en el que se vota la ideología está presente, tenemos posibilidades de ganar.
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