OPINIÓN
Las dos cosas
Por Eduardo Aliverti
En medio del carnicero de Zárate que persiguió y mató al ladrón, contribuyendo al debate cavernícola sobre lo aceptable o no de la ley de la selva, volvieron a cruzarse variados datos confirmatorios de un presente y horizonte económico cada vez más complejos.
Corresponde empezar por el reconocimiento del ministro Prat-Gay acerca de que los ultra-prometidos cambios en el Impuesto a las Ganancias, para los trabajadores en relación de dependencia, llevarán al menos dos años. El Gobierno abandona así uno de los compromisos publicitados con mayor intensidad durante la campaña de Cambiemos, porque ahora dice haber descubierto que las implicancias fiscales de lo ofrecido alegremente antes de las urnas requiere "una propuesta realista" (¿de modo que las anteriores fueron una estafa electoral?). Macri se cansó de jurar que en su gestión los laburantes no pagarían Ganancias, al punto de haberlo registrado en uno de los spots más difundidos de las estratagemas previas al 22 de noviembre. Pero no fue una irresponsabilidad haber anunciado con tanto bombo y platillo lo que hoy desandan. Es otra consecuencia de un modelo de transferencia feroz hacia los sectores de mayores ingresos. De la misma manera en que tensaron la cuerda con los tarifazos para probar la reacción social, hoy reniegan de las modificaciones en el impuesto porque los gobernadores están con arcas exánimes. Entonces, provocar un nuevo agujero fiscal por vía de rebajar Ganancias a los trabajadores privaría a las provincias de los fondos coparticipables que necesitan como el agua. La pregunta vuelve a ser: ¿Macri y sus tan brillantes equipos de CEOs y tecnócratas qué esperaban que ocurriese, después de haber molido al Estado con la quita de retenciones al complejo agroexportador más una megadevaluación simultánea? Suponiendo que en verdad confiaban en una lluvia de inversiones que ni siquiera es garúa, ¿pensaron que tormentas benéficas de esa naturaleza dan sus frutos de la noche a la mañana? El gobierno de Macri, con diez meses recién cumplidos, provocó el endeudamiento externo más fenomenal que se registre en un lapso tan corto: alrededor de 38 mil millones de dólares, según la cifra admitida oficialmente porque al fin y al cabo es una constatación técnica. De eso está viviendo, junto al agregado de provincias que también se lanzaron a un festival de bonos con intereses dolarizados, para captar fondos a como sea, y que a plazo más corto o levemente más largo habrá que pagar. No es Cambiemos. Es Volvamos a lo Peor.
La explicación más extendida entre varios analistas, algunos de ellos muy prestigiosos y aplicados a entender el mundo PRO desde su surgimiento, es que la inexperiencia de sus cuadros empresariales puestos en funciones de manejo político nacional los llevó, aunque parezca increíble, a pensar en que la adhesión ideológica del establishment significaría un apoyo concreto y traducido en artes de magia aquí y en el exterior. Puede ser, si se le suma que contaron y todavía disponen de los versos de la herencia recibida y, más luego, el avance a derecha que muestra la región. Pero en todo caso asoma más atendible todavía que la clave es el conjunto de intereses reaccionarios, unívocos, representados en una administración como la macrista, porque eso va más allá de los cálculos que hayan sacado sobre el apoyo específico que encontrarían. En otras palabras, no se trata de que el Gobierno vaya a retroceder siendo que no halló lo que aguardaba. Por el contrario, es esperable que profundice un rumbo cuyo destino, inevitable, es la represión de la protesta social, de lo que ya hay signos en forma cotidiana. El anuncio de que pasa a mejor vida la eliminación de Ganancias a los trabajadores – y que no deja de girar en torno de sólo el 10 por ciento de la población económicamente activa – motorizará el paro general de todas las centrales sindicales. Es un cuadro de relación inversamente proporcional al agotamiento de las culpas kirchneristas como todo argumento, si es por el andar de la economía. Les queda, por cierto, arreciar con las embestidas judiciales. Sin embargo, daría la sensación – alimentada por la caída de la imagen del Gobierno en toda encuesta, aun las de orientación oficialista – de que ese recurso presenta igualmente signos de estar cansando a la gente, tanto como el denuncismo sin ton ni son. Acerca de la dichosa herencia, y a pesar de que ya circuló con profusión en las redes y en algunos artículos periodísticos, cabe distinguir al paper que nuevamente propagandizó el macrismo para hablar del clima favorable a las inversiones en Argentina. Los grandes ejecutivos internacionales que se agruparon en el Centro Cultural Kirchner la última semana (unos 1600 de más de 60 países) pudieron leer que somos el segundo PBI per cápita más alto de la región; que ocupamos el puesto latinoamericano número uno en Educación y en el índice de Desarrollo Humano, y que se tiene la segunda mayor conectividad del subcontinente con 65 por ciento de usuarios de Internet. No publicitaron, en cambio, que además recibieron el gobierno con uno de los endeudamientos en dólares más bajos del mundo, para volver a situarlo al cabo de diez meses en un rango alarmante.
Se verá, a todo esto, en qué termina la audiencia pública desarrollada desde el viernes y hasta ayer por el tarifazo del gas; pero difícilmente haya servido para ventilar (y menos que menos corregir) aspectos estructurales de los costos de producción, transporte y distribución del sector. La ausencia de preguntas a los expositores convierte al hecho en una puesta en escena, aunque podría quedar habilitada una nueva vía judicial si, entre el resumen escrito de lo presentado y las impugnaciones, se demuestra que el Gobierno no justifica sus cuentas de acuerdo con lo ordenado por la Corte. El domingo pasado, Página/12 reveló las conclusiones del grupo de expertos que el diario convocó para analizar los balances de las empresas concesionarias del servicio. De allí surge por qué el Gobierno no abre la información: bajo la modalidad de asistencia técnica con los propios accionistas de las concesionarias, se giraron utilidades al exterior, por miles de millones de dólares, mientras los balances presentados en Argentina declaraban quebrantos. Tal lo resumido por el colega Raúl Dellatorre, las autoridades ni siquiera se preocuparon por desmentir con tibieza este estudio que no sólo se aplicó al segmento del transporte sino a los otros eslabones de la cadena. Pérez Companc, Enron, Techint, TGN y TGS (las dos transportistas del gas), Compañía General de Combustibles, Total Gas, integran la nómina de grupos accionistas. Alguno tuvo destacada participación en el foro de Gente como Uno desarrollado en el CCK, que según parece estaba en condiciones edilicias impecables y no sumido en el deterioro lamentable que los macristas denunciaron a poco de asumir. Los expertos que analizaron los balances gasíferos sugirieron también que la metodología de encubrir utilidades hacia fuera y lagrimear quebrantos internos "es análoga a la que utilizaba TBA, la concesionaria del tren Sarmiento". La auditoría y el fallo judicial ya habían señalado "la centralidad del factor económico" como desencadenante de la tragedia de Once. Mientras la concesionaria reclamaba por el supuesto retraso de los ajustes tarifarios, contrataba de manera directa con sus accionistas, trasladaba la ganancia a esos actores y evidenciaba rentabilidad nula en cabeza de la concesionaria.
Si es cuestión de perlitas, de todas formas, se llevó las palmas el ministro de Educación y Deportes. Esteban Bullrich estuvo el jueves en un acto en la ciudad rionegrina de Choele Choel y conviene repasar sus palabras textualmente. "Hace muy poquito cumplimos 200 años de nuestra independencia, y planteábamos con el Presidente que no puede haber independencia sin educación. Y tratando de pensar en el futuro, esta es la nueva Campaña del Desierto. Pero no con la espada, sino con la educación." La frase del ministro provocó algo así como vergüenza ajena hasta en los voceros mediáticos del macrismo, y es comprensible. Puede continuarse hasta el cansancio la polémica sobre Roca y sus andanzas. Pero comparar una pretensión de gesta educativa con lo que objetivamente fue una masacre, que muchos historiadores y estudiosos elevan al nivel de etnocidio institucional, es de mínima una ofensa al intelecto. Y que incurra en ella nada menos que el ministro nacional de Educación, lleva el asunto a un terreno complicado de descifrar porque, convengamos, refuerza el interrogante ya formulado cuando advirtieron que cambiar la moto o el celular, o viajar al exterior, era una fiesta que no puede ser para todos; cuando alertaron que si la nafta estaba cara había que dejar de usar el auto; cuando les pidieron perdón a los españoles por haberles expropiado YPF; cuando llamaron a ir abrigado por la casa en lugar de usar la calefacción; o cuando el 9 de julio, precisamente, Macri aludió a "la angustia" que sintieron los patriotas al separarse de la corona. ¿Son o se hacen?
Las dos cosas.
OPINIÓN
La próxima oleada
Por Daniel Filmus *
Hace pocos días tuve la oportunidad de "apadrinar" junto a Atilio Boron la entrega del Doctorado Honoris Causa de la Universidad Nacional de Santiago del Estero al compañero vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera (foto). En esa ocasión, Álvaro retomó los conceptos brindados poco tiempo atrás en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA. Luego de pasar revista a los enormes logros económicos y sociales que produjeron los gobiernos progresistas, nacionales y populares de la región, alertó sobre el estancamiento en el avance de estos procesos y llamó a analizar sus causas.
Por supuesto, denunció los ataques que los gobiernos populares vienen sufriendo por parte de las fuerzas conservadoras neoliberales, pero dedicó buena parte de su intervención a reflexionar sobre nuestros propios errores: "Es importante que evaluemos qué cosas no hemos hecho bien, dónde hemos tenido límites, tropiezos que han permitido que la derecha recupere la iniciativa. Porque si nos damos cuenta de dónde está nuestra debilidad, está claro que podemos superar esa debilidad e impedir el regreso de la derecha y retomar nuevamente la iniciativa con la movilización democrática del pueblo...".
La perspectiva de García Linera impacta de lleno en uno de los ejes centrales del debate que las fuerzas nacionales y populares vienen dando en nuestro país desde la derrota electoral del año pasado: ¿Es necesaria la autocrítica? Frente a esta pregunta existen múltiples opiniones que se pueden agrupar en dos miradas fuertemente polarizadas.
Por un lado, quienes plantean que frente a la enorme magnitud de los avances obtenidos, no tiene sentido reparar en las cosas que no se hicieron bien o quedaron pendientes. Se enfatiza que los ataques de la derecha son por los aciertos, no por las falencias de la gestión. Hacer públicos los errores o debilidades propias es darle más argumentos a los sectores reaccionarios para que justifiquen sus críticas al proceso que se inició en el 2003.
Por otro lado, están quienes absolutizan los aspectos críticos. Corriendo detrás de lo que plantean los sectores del poder concentrado, también proponen que la autocrítica no tiene sentido. Lo que se cuestiona es la orientación general del proyecto llevado adelante. No vale la pena evaluar cada política implementada porque es necesario dejar atrás lo que sucedió en estos doce años y elegir otro rumbo. Toda revisión de lo que ocurrió implica darle entidad al proyecto kirchnerista y de lo que se trata, desde esta posición, es de demonizarlo y dejarlo en el pasado como una etapa superada.
Frente a estas perspectivas y de la mano de lo expresado por García Linera, considero necesario plantear que un debate que incluya el análisis y la evaluación de los aspectos positivos y de las asignaturas pendientes de la gestión de la última década es hoy más que nunca una actividad tan imprescindible como ausente. No se trata de un ejercicio nostálgico, masoquista o de simple mirada al pasado. Debatir sobre lo que se avanzó, pero principalmente sobre lo que no se pudo o no se supo conquistar es necesario para afirmarnos como principal oposición al gobierno de Cambiemos con propuestas concretas y al mismo tiempo presentar el mejor programa para profundizar el proyecto nacional y popular.
¿Con qué propuestas iremos a las elecciones del año próximo y el 2019 si no damos cuenta de lo logrado y de lo que falta hacer para continuar y ampliar la senda del desarrollo con justicia social? Es tanto lo que se avanzó en el crecimiento, la distribución de la riqueza y en la ampliación de derechos en los gobiernos de Néstor y Cristina, que reflexionar sobre lo que falta, lejos de debilitar el proyecto, lo fortalece, poniéndolo de cara al futuro y a las conquistas que quedan aún pendientes.
Para que este artículo no se limite a una reflexión retórica sobre las bondades del debate crítico, quisiera proponer, a título de ejemplo, algunas de las problemáticas más importantes que debieran ser parte de la discusión.
1) Las razones por las cuales, a pesar del importante proceso de industrialización que vivió el país, no se logró modificar en profundidad el patrón productivo y de esta manera evitar caer en la cíclica restricción externa.
2) ¿Era necesaria una reforma de los sistemas tributario y financiero?
3) Asignaturas pendientes frente a la demanda de resolución de las necesidades energéticas que generó el robusto crecimiento económico, y pasos a dar con el objetivo de profundizar el proceso de soberanía energética que se inició con la nacionalización de YPF.
4) ¿Habría que haberle dado mayor importancia a la resolución de problemáticas de profundo impacto en la economía y la opinión pública, como la inflación y la confiabilidad en las estadísticas oficiales?
5) Necesidad de impulsar una reforma constitucional que garantice la continuidad de los derechos adquiridos por nuestro pueblo más allá de los resultados electorales.
6) Creación de nuevos mecanismos institucionales que amplíen el control y la transparencia en el uso de los recursos públicos.
7) ¿Qué otros programas sociales se podrían haber implementado para promover un avance más integral en el abordaje de la pobreza, confluyendo las políticas de ingresos, salud, educación, urbanización y vivienda, entre otras?
8) Junto con la valoración de la importante creación de nuevas universidades, debatir las dificultades para modificar la Ley de Educación Superior de los 90 con el objetivo de avanzar en una mayor integración de las universidades con el modelo de desarrollo nacional y local.
9) Se implementaron políticas muy activas respecto de la vigencia de los derechos humanos y sociales y en particular de los derechos de las minorías. ¿Podría haber mejores resultados en la democratización de las fuerzas de seguridad y del sistema carcelario?
10) Obstáculos para el avance en la vinculación de los enormes adelantos científico-tecnológicos obtenidos en la década con las cadenas de valor propias y la capacidad de mejorar la innovación, la productividad y la competitividad de la industria nacional.
Por supuesto, este listado no es exhaustivo. También las políticas llevadas adelante en otras áreas de gobierno, como justicia, medio ambiente, desarrollo urbano, salud, etc., pueden dar lugar a la elaboración de propuestas programáticas en base al análisis de logros y debilidades.
Por otra parte, esta posibilidad de debate crítico debiera incluir también las formas de construcción, organización y comunicación política y las estrategias locales o provinciales de implementación. Por ejemplo, quienes trabajamos políticamente en la CABA debiéramos poner en cuestión si tuvimos la capacidad suficiente para elaborar un programa integral sobre el modelo de Ciudad que representara a la mayoría de los porteños/as o nos quedamos únicamente supeditados a las vinculadas al proyecto nacional.
Es un debate necesario. Ninguna fuerza política puede renunciar a la discusión abierta y plural sin dejar de ser verdaderamente transformadora. Seguramente las conclusiones nos fortalecerán de cara al futuro. En estos meses, el gobierno de Cambiemos mostró que el neoliberalismo no tiene nada nuevo para ofrecer. Sólo puede repetir sus recetas de ajuste, desindustrialización, pobreza y marginación. Las fuerzas políticas y sociales capaces de encabezar lo que viene serán aquellas que puedan capitalizar las conquistas obtenidas y las que den cuenta de las tareas transformadoras que quedan por delante.
Álvaro García Linera cerró su alocución en Santiago recordándonos que los procesos de cambio profundo nunca son lineales. Siempre vienen en oleadas. Al actual reflujo transformador en el continente lo sucederá otra ola. Compartimos su mirada hacia el futuro: "Lo que tenemos que hacer es prepararnos, debatiendo qué cosas hicimos mal en la primera oleada, en qué fallamos, dónde cometimos errores, qué faltó hacer, para que cuando se dé la segunda oleada, más pronto que tarde, los procesos transformadores continentales puedan llegar mucho más allá, mucho más arriba, que lo que hicimos en esta oleada". No es momento para surfistas que esperen pasivamente la próxima ola. Es momento de debate y discusión en el movimiento nacional para producir la agitación que contribuya a promover la ola popular que cubra de dignidad y justicia social a nuestro país y el continente.
* Parlamentario del Mercosur - Frente para la Victoria
OPINIÓN
"Apocalypse now" y el corazón de las tinieblas macristas
Por Mempo Giardinelli
Esta columna suele recordar que cuando todas las indicaciones superficiales obligan a pensar en un apocalipsis – la idea es de Ezra Pound – es absurdo pretender la descripción de un Paraíso. Todo artista lo sabe, o lo intuye, en cualquier disciplina, porque toda obra modifica la realidad.
En el presente argentino el arte de la política parece ir por el mismo camino: todo sugiere la descripción de un infierno, aunque el gobierno y su sistema mentimediático sigan construyendo un paraíso para pocos. El cual, como todo globo inflado irresponsablemente, más tarde o más temprano va a reventar.
La sociedad argentina continúa sumida, no obstante, en el desconcierto. Y sumando angustias por la acuciante destrucción del aparato productivo y del empleo, más los tarifazos y el endeudamiento feroces que afectan y comprometen no sólo el duro presente sino el futuro de esta nación. Como en el famoso, impresionante film de Francis Ford Coppola de 1979, donde el apocalipsis es comienzo, trayecto y destino del suicida avance fluvial por la selva.
Así pinta, y es fácil reconocerlo, el presente argentino con estos tipos en el gobierno. Cientos de miles, millones de compatriotas viven hoy en esa especie de amarga espera como cuando se remonta el río y todo lo que viene es peor y cada vez peor.
En la Ciudad de Buenos Aires la aparente normalidad es quebrada por protestas diarias que son, sin embargo, apenas gotas en un océano mientras el gobierno municipal acomoda todas las leyes para "legalizar" contravenciones de altura, de espacios verdes y violar a profundis los códigos urbanísticos y de edificación. A espaldas de la ciudadanía, y con la insólita tolerancia de una oposición blandita, casi 200 hectáreas ya se han privatizado o concesionado para shoppings y negocios inmobiliarios, lo que significa destruir el patrimonio urbano, histórico y visual, y la identidad cultural de una de las ciudades más atractivas e interesantes del mundo, pero a la que el desbarajuste ambiental por la destrucción de espacios verdes va camino de convertir en una vulgar jungla de cemento.
Con igualmente cementada voracidad, por cierto, el gobierno local y el nacional, que son lo mismo y con los mismos amigos, lo único que no hacen ni harán -porque de estos tipos sólo cabe esperar lo peor- es lo que más falta hace: planificación y construcción de las miles de viviendas sociales que son la verdadera, mayor urgencia ciudadana. Ni la planificación y construcción de una red de comunicaciones terrestres para despegar la potencialmente infinita producción de las llamadas economías regionales. Ni la planificación y concreción de un nuevo sistema jurídico, político y social que solamente podrá surgir de una profunda y democrática Reforma Constitucional.
Lo que pasa en Buenos Aires se repite, dramáticamente, en el resto del territorio argentino, donde las consecuencias de las políticas que aplica a toda velocidad el actual gobierno radical-macrista son similares. Los desmontes a paso redoblado y el avance descontrolado de la soja y sus agroquímicos letales, pauperizan las economías regionales y expulsan a los últimos núcleos humanos que aún quedan en los campos. Y la minería a cielo abierto sigue contaminando el aire y el agua, y también la moral porque no es concebible que sigan explotando como lo hacen sin coimear funcionarios nacionales y provinciales a troche y moche. Así es como la infraestructura productiva que se había recuperado en lo que va del siglo, ya anda estornudando su gripe final.
Y sobre todo eso, la mentira. Las fantasías inversoras que se propagandizan como salvación no son más que espejismos, "oportunidades de negocios" pero para los mismos de siempre. El macrismo y sus diarios protectores, y en particular las editoriales que cada mañana el diario La Nación descerraja sobre la piel de la Argentina, constituyen ya un compendio de vilezas que nuestro empobrecido pueblo en general no lee ni comprende, pero padece brutalmente.
La película de Coppola se basó en la memorable novela corta de Joseph Conrad, El corazón de las tinieblas, un maravilloso texto publicado en 1899 y ambientado en África, en el horroroso Congo que prohijó el refinado y premacrista rey Leopoldo II de Bélgica con el negocio del marfil. El Sr. Kurtz (encarnado en el filme por el inigualable Marlon Brando) es el símbolo del empresariado más feroz, que coloniza en nombre de la "civilización" pero cuya conducta es salvaje y corta cabezas para lucirlas en las empalizadas de la mansión colonial. Su ambición le autojustifica cualquier crimen y así anula la identidad del embrutecido pueblo congoleño mientras la comunidad internacional – ejemplarmente representada por un arlequín cuyos colores representan las banderas de toda Europa – aprueba todo y mira para otro lado.
Conscientemente o no, Conrad, polaco de nacimiento y nacionalizado británico, condenó en esa novela la miserable hipocresía de la hoy olvidada Conferencia de Berlín de 1884/85, en la que los estados europeos se repartieron el continente africano y aseguraron el colonialismo y la sobreexplotación.
No es incoherente que el ministro de Educación, Sr. Esteban Bullrich, haya confesado en la Patagonia que "ésta es la nueva conquista del desierto".
Desde ya que no faltarán lectores que opinen que es ésta una visión también, y demasiado, apocalíptica. Y acaso fustiguen el implícito aserto de que no es verdad que los pueblos nunca se equivocan. Pero ahí está una mayoría del pueblo argentino votando el año pasado este "cambio" infame que suicidó su propio futuro quién sabe por cuánto tiempo.
Siempre es grave la ignorancia, pero no hay peor ignorancia que la ignorancia de que se es ignorante.
EL SENADO APROBÓ EL FIFTY-FIFTY DE GÉNERO EN CARGOS
ELECTIVOS Y SE TRATARÁ EN DIPUTADOS
Camino a la paridad bonaerense
El Senado bonaerense aprobó por unanimidad el proyecto de participación equitativa de género en cargos electivos. Ahora se tratará en Diputados. En Nación el debate sigue. En la ciudad depende de la modificación de la Ley Electoral.
El Senado bonaerense dio media sanción al fifty-fifty de género en cargos electivos Ahora se tratará en Diputados
Por Sonia Santoro
La paridad de género en la política está a días de hacerse realidad en la provincia de Buenos Aires. El miércoles, el Senado aprobó por unanimidad un proyecto consensuado entre varios bloques cuyo objetivo es incorporar la participación política equitativa entre géneros para todos los cargos públicos electivos de la provincia de Buenos Aires. Esta semana se trataría en Diputados, donde también hay un despacho en el mismo sentido. "Mi deseo es que salga rápido. Tenemos la expectativa de que se aplique para las elecciones del año próximo", dijo Sebastián Galmarini, senador del Frente Renovador (FR), uno de los impulsores de la iniciativa.
Mientras a nivel nacional un consenso entre diputadas de distintos partidos intenta introducir la paridad política en la Reforma Electoral, en la provincia de Buenos Aires el primer paso ya está dado.
La media sanción aprobada el miércolesmodifica el artículo 32 de la Ley electoral provincial (5109). En relación a las listas de candidatos de los partidos políticos, plantea que "deberán respetar para los cargos de cuerpos colegiados en todas las categorías una equivalencia del cincuenta (50) por ciento del sexo femenino y otro cincuenta (50) por ciento del sexo masculino. Este porcentaje será aplicable a la totalidad de la Lista, la que deberá cumplir con el mecanismo de alternancia y secuencialidad entre sexos por binomios (mujer-hombre u hombre-mujer). Cuando se trate de nóminas u órganos impares la diferencia entre el total de hombres y mujeres no podrá ser superior a uno".
También modifica el artículo 11 de la Ley 14086 (de Elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO), para que quede redactado así: "Artículo 11º: Equidad de género. En la aplicación de la presente Ley deberá respetarse la paridad para candidaturas femeninas y masculinas establecidos en el artículo 32 de la Ley 5.109."
Por otro lado, establece que "el género del candidato estará determinado por su DNI, independientemente de su sexo biológico". Y aclara que cuando un puesto quede libre por incapacidad, renuncia o fallecimiento, se deberá respetar "la paridad para candidaturas del género femenino y del género masculino".
La iniciativa es producto de la unificación de cuatro proyectos: del Frente Renovador, del FpV-PJ y del monobloque PJ-Néstor Kirchner y de Cambiemos.
La historia para llegar a la media sanción se remonta por lo menos a 2014, cuando Galmarini presentó el proyecto por primera vez. "Es un laburo que tenemos en la Cátedra Regímenes electorales y sistemas de partidos de Sociales en la UBA", donde él da clases, explicó a Página/12. En la Comisión de Reforma Política, que preside, se logró esta semana un despacho apoyado por el FR, el FpV, el bloque PJ y Elisa Carca, de Cambiemos, que votó en disidencia. Con ese despacho se llegó a la sesión del miércoles, donde Cambiemos, después de que la gobernadora María Eugenia Vidal hiciera público el apoyo a la paridad, pidió una modificación al despacho para sumarse e incorporó el artículo referido a lo que sucede cuando se produce una vacante.
"Ella salió a quedarse con la agenda", dijo Galmarini, aunque también consideró esta media sanción como "todo un logro". "Que la gobernadora tome la decisión y que Cambiemos acompañe, me pone contenta, habla bien de la democracia", apuntó Rocío Giaccone, diputada provincial del Frente para la Victoria (FpV), e impulsora de la paridad en esa Cámara.
Hacia Diputados, entonces, será girado el proyecto aprobado. Se esperaba que fuera tratado el jueves pasado, pero no llegó.
Allí hay también mucha historia. La más reciente: el año pasado, tanto Giaccone como Karina Nazabal (FpV) presentaron proyectos en el mismo sentido, que contaban con el acompañamiento de todas las diputadas y algunos diputados. Este año se sumó un proyecto de Valeria Arata (FR) y hace unos unas semanas, uno de Alejandra Lordén (Cambiemos).
Giaccone, presidenta de la Comisión de Legislación General, informó que hay un despacho de dos comisiones de aprobación de todos los proyectos.
Con el terreno allanado en esa Cámara, todo hace pensar que la paridad será realidad en breve en la provincia de Buenos Aires. Si no hay modificaciones de fondo al proyecto aprobado en el Senado, se incorporaría el consensuado de diputados y se sancionaría la ley, sin necesidad de volver al Senado.
Se espera que la Cámara sesione el jueves próximo.
En la provincia, con la Ley de Cupo se pegó un salto de participación de mujeres pero en los últimos años se ve una meseta. Se siguen armando listas y las mujeres seguimos terceras, sextas, novenas. De cinco que entran, una es mujer. En promedio fue decreciendo la permanencia. Otro tema es el de las autoridades de las cámaras, desde el 83 hasta acá no hubo ni presidenta ni vicepresidenta mujer", dijo Giaccone.
–¿Cree que hay un cambio de época que permitiría que salga esta ley?
–Si sale es porque todas las mujeres nos pusimos con el proyecto. Hay una gobernadora, venimos de una presidenta. Creo que nosotras estamos más empoderadas. Es un cambio en la toma de decisiones. Estamos más decididas y no importa la crítica. Nos importa menos lo que digan los hombres.
El debate en la ciudad
El debate por lograr el "Unoyuna" en la política también llegó a la ciudad de Buenos Aires. Como a nivel nacional, una de las vías es que la paridad llegue por la Ley Electoral. La ciudad no cuenta con ley propia pero se espera que en las próximas semanas el Ejecutivo envíe a la Legislatura su proyecto de Ley electoral, que según confirmaron fuentes del oficialismo a este diario, incorporará la paridad de género. Esto daría lugar a que se aborde el tema con alguna chance de conseguir aprobación.
La Defensoría del Pueblo de la Ciudad también la incorpora en dos artículos dentro de una propuesta de Ley Electoral. En el artículo 62 habla de la "participación equivalente y proporcional por género" y en el artículo 188, que trata de la composición del Tribunal Electoral, hay una mención a que "en ningún caso podrán ser todos del mismo sexo". También hay un proyecto de la legisladora Natalia Fidel (SUMA+) en el mismo sentido.
Otra vía para llegar son proyectos enfocados específicamente a la incorporación de la paridad, como ocurre en la provincia de Buenos Aires. Ese camino eligieron Magdalena Tiesso (FPV) con el proyecto 2656/16 y Javier Gentilini (FR) con el proyecto 2668/16. El lunes pasado, el Parlamento de las Mujeres, expresó su apoyo a estos proyectos y lanzó una campaña en las redes sociales con la consigna: "Apoyo a la Ley de Paridad. Por una igualdad real de oportunidades para el acceso a cargos electivos y partidarios".
La historia reciente cuenta que en 2014 dos proyectos de ley incorporaban la temática. Uno de ellos, coautoría de las ex diputadas Virginia González Gass (Partido Socialista Auténtico en FA-Unen) y María Rachid (FpV), basado en una iniciativa de la asociación civil Ilepos (Integración Latinoamericana Estudios Políticos y Sociales) presentada a través del Parlamento de las Mujeres. Otro, de la Defensoría del Pueblo. Aquella vez, no pasaron de la reunión de asesores de la Comisión de Asuntos Constitucionales. Este año, parece, hay más posibilidades que el debate llegue al recinto.
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