viernes, 1 de julio de 2016

¡POR FIN!

viernes 1º de julio de 2016



.Imágenes integradas 1           El equipo de gobierno, encabezado por Mauricio Macri, sigue con la      economía en el túnel, según reconoció Gabriela Michetti.   




EL INICIO DEL SEGUNDO SEMESTRE EXPONE AL GOBIERNO,

QUE PROMETIÓ TERMINAR CON LA CRISIS QUE OCASIONÓ


Los globos para el festejo siguen guardados



El Presidente y su gabinete pasaron de negar que la devaluación y el ajuste tuvieran efectos negativos sobre la economía a prometer que la reparación del "sinceramiento" llegaría en la segunda mitad del año. Ahora lo estiran a 2017

Llegó el segundo semestre y el macrismo, a la luz de los hechos, tuvo que desdibujar sus promesas económicas. Como viene haciendo desde que asumió, el Gobierno movió hacia adelante la fecha prevista para el despegue económico. Ahora sería durante los primeros meses de 2017, según el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay. El titular del Indec, Jorge Todesca, fue menos optimista. La estrategia comunicacional del Gobierno tendiente a depositar la esperanza en un futuro cercano choca, en el comienzo del ansiado semestre, contra una inflación que es todavía superior a la que existía al momento de las elecciones presidenciales en un contexto mucho peor, con fuerte caída del consumo, la inversión y el empleo.
La expectativa alrededor del segundo semestre comenzó por el lado inflacionario. A mediados de febrero, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, pronosticó que la inflación "se va a ir reduciendo en el segundo semestre".
Al mes siguiente, el presidente Mauricio Macri reforzó la bajada de línea en dos oportunidades. En una entrevista televisiva, prometió que la inflación en "el segundo semestre va a bajar seguro. Estamos siendo cuidadosos con el gasto, austeros, bajando los enormes bolsones de corrupción que había. Y todo esto va a ayudar a que todo esto baje". Días más tarde, agregó a un matutino que "en el segundo semestre va a bajar la inflación drásticamente".
El 5 de abril, Marcos Peña insistió en una conferencia de prensa en que "seguimos creyendo que en el segundo semestre habrá una baja sustantiva de la inflación por las medidas del Gobierno, como evitar la emisión irresponsable, el déficit fiscal y recuperar la confianza de la moneda". La confianza en la moneda, en los términos que la concibe Peña, es relativa en estos días: en menos de dos semanas el tipo de cambio (precio del peso frente al dólar) subió de 14 a 15,40 pesos y el BCRA debió vender más de 500 millones para bajarlo hasta los 15,20 pesos. Además, las reservas internacionales en poder de la autoridad monetaria están en su nivel más bajo desde comienzos de año.
A fines de abril Macri reiteró que "la inflación va a bajar drásticamente en el segundo semestre. Va a estar cerca del 1 por ciento. Si no baja, será responsabilidad de mi gobierno". La promesa está todavía lejos de la realidad. La inflación en junio rondó el 2,5 por ciento, un número muy alto a pesar de que representa una desaceleración frente a mayo (5 por ciento), abril (6,5), marzo (3,3), febrero (4,0) y enero (4,1 por ciento), según los datos del gobierno porteño. El Indec hasta ahora solo dio el resultado de mayo, con 4,2 por ciento.
En julio, la inflación estaría muy por encima de lo que prometió Macri. Según Fausto Spotorno, director del Centro de Estudio Orlando Ferreres, la suba de precios inaugural del segundo semestre estará entre 2,5 y 2,8 por ciento. Ese incremento se explica por el aumento de 4,50 a 7,50 del subte porteño (66 por ciento), junto al incremento del 5 por ciento (que se suma al 15 por ciento en junio) de las cuotas de la medicina prepaga. Además, las firmas de telefonía celular aplicarán aumentos de entre el 10 y el 25 por ciento este mes.
A medida que el segundo semestre se acercaba, la dirigencia macrista empezó a suavizar su optimismo. La más poética fue la vicepresidenta, Gabriela Michetti. "El segundo semestre es el momento en el cual aparece la luz en el túnel allá lejos, pero seguís en el túnel. Empezamos a ver pequeñas luces pero no vamos a sentir en la vida familiar un alivio o una reactivación, porque para que el crecimiento de la economía se dé tenemos que esperar hasta el año que viene", se lamentó.
Días atrás, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, reconoció que las inversiones están en "un proceso de concreción que comenzará a partir de ahora, de manera progresiva", mientras que el ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, admitió que no habrá una recuperación económica "el primero de julio" y recordó que el segundo semestre "termina el 31 de diciembre". El titular del Indec, Jorge Todesca, admitió ayer que "todavía estamos en la primera parte, en la fase de caída de la economía" y respondió "no lo sé" ante la consulta sobre cuándo llegará la reactivación. "La Argentina, en un futuro no muy lejano, tendría que entrar por lo menos en el período de estabilización", se limitó.
El economista Guillermo Nielsen, del Frente Renovador, resumió que "hay veces que se lanzan afirmaciones lamentablemente con más esperanza que racionalidad. Esto va a tener un costo político, porque al Presidente le van a facturar esa aseveración de que se salía de la crisis en el segundo semestre". En una línea similar, José Urtubey, dirigente de la UIA, dijo que "en el segundo semestre del año no se va a experimentar una reactivación económica, lo veo más en 2017".
Desde que asumió, el macrismo patea para adelante la zanahoria de la mejora económica, particularmente en relación a la prometida baja de la inflación. A comienzos de noviembre, antes de las elecciones, el actual ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay, anunció que con el levantamiento de las restricciones cambiarias "va a subir el dólar oficial, que no afecta prácticamente a nadie, y bajará el otro -el blue- que afecta a la mayor parte de la población". Es decir, anticipaba que la devaluación no tendría impacto en la inflación. También negaba que las retenciones tuvieran relación con los precios internos. Luego de las fuertes subas de precios en el verano, admitió que "el costo de la salida del cepo fue una pequeña joroba en la inflación", aunque aseguró que "estamos aterrizando en la primera quincena de enero hacia niveles similares a los que teníamos en septiembre y octubre últimos". El funcionario explicaba que la meta de inflación para este año era del 20-25 por ciento. Los datos volvieron a darle la espalda a Prat-Gay, quien ya admitió que el objetivo de inflación del año no podrá cumplirse y prometió, otra vez, llegar a ese número en el primer trimestre de 2017.











 LA PERCEPCIÓN PARA LO QUE QUEDA DEL AÑO

Con malas expectativas


Desde el Gobierno se insistió una y otra vez en presentar al segundo semestre casi como la mismísima gloria. La idea de que en la segunda mitad del año todo marchará mejor tuvo al propio Mauricio Macri como su principal fogonero, pero no prendió demasiado entre la gente: según muestran los sondeos, la mayoría de los ciudadanos descree de que las cosas vayan a mejorar en lo que queda de 2015. La caída de las expectativas de la población va de la mano del deterioro sostenido que registra la figura del Presidente.
Contra lo que reflejaban estudios anteriores, las últimas encuestas dan cuenta de que la ciudadanía no tiene buenas expectativas para el segundo semestre. Ese cambio aparece reflejado en un amplio sondeo realizado por el Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP), entre 1200 personas de todo el país, respetando las proporciones por edad, sexo y nivel económico social.
La consultora que encabeza Roberto Bacman registró, por primera vez, que los encuestados son pesimistas acerca de lo que pasará en su hogar de acá a fin de año. El 65 por ciento dijo que en seis meses estará peor en términos económicos en el ámbito de su familia.
En un contexto en el que la percepción de que todo será peor es más alta, la evolución de la situación económica y la inflación son los aspectos que mejores porcentajes de expectativas poseen. Los aspectos que más bajas expectativas despiertan son el aumento de la conflictividad social (66,5 por ciento), inseguridad y narcotráfico (64,7 por ciento) y desocupación (61 por ciento).
En paralelo a la baja de las expectativas cae la imagen de Macri. El 52 por ciento de los consultados por el CEOP tiene una mala consideración del Presidente. La mayoría de ellos (el 43 por ciento) opinó muy mal de Macri. Los que opinan bien o muy bien son cada vez menos (45 por ciento).
Desde diciembre Macri perdió doce puntos de imagen. De acuerdo a los datos de la consultora liderada por Bacman, de los 58 puntos con que arrancó su presidencia bajó a 45,1. La pérdida de imagen de Macri es un dato en el que coinciden todos los sondeos.
La erosión en la figura del Presidente coincide con la preocupación que los consultados manifestaron en torno a la inflación y la marcha de la economía. La otra gran preocupación expuesta por los encuestados es la desocupación.
En el último trienio esa preocupación promedió alrededor del diez por ciento, pero en enero comenzó una progresión que la ubicó en el último trimestre en alrededor del 30 por ciento. Casi seis de cada diez argentinos reconocen ante los encuestadores que conocen a algún familiar, amigo o vecino que ha perdido su empleo o debe soportar problemas con su trabajo.














DISCREPANCIAS ACERCA DEL RECÁLCULO DEL PBI. TODESCA

DEFENDIÓ LA NUEVA ESTIMACIÓN


Nuevo Indec y nuevas inconsistencias


Para los economistas heterodoxos, los datos oficiales para el primer trimestre de este año muestran un insostenible crecimiento del consumo. Todesca, titular del Indec, ratificó que el crecimiento de la última década "estaba sobreestimado".
 
                      Jorge Todesca, titular del Indec. El PBI informado "era 18 puntos                           mayor que el que nosotros vemos".

Las nuevas estimaciones del crecimiento económico para el período 2005-2015 y los datos del PBI en el primer trimestre de 2016 difundidas anteayer por el Indec generaron polémica. "El crecimiento de la economía que se había informado para los últimos diez años estaba sobreestimado. Era 18 puntos mayor que el que efectivamente nosotros vemos", consideró ayer el director del organismo Jorge Todesca al defender las discrepancias con los viejos datos. El caso más llamativo es 2009, cuando se pasó de una expansión del PIB de 0,1 por ciento a una contracción del 6 por ciento. Economistas consultados por este diario advirtieron que si bien la serie vieja no se ajustaba al escenario recesivo experimentado en aquel momento, la magnitud de la recesión es, por lo menos, exagerada. También cuestionan que durante el primer trimestre los datos arrojen un mejora interanual del PIB de 0,5 por ciento sostenida no sólo por el comercio exterior sino también por el consumo privado y el gasto público, dos variables directamente afectadas por el ajuste implementado por el Gobierno. En cambio, desde las consultoras privadas celebran los cambios en los datos que comienzan a emerger tras el apagón estadístico.
"Las estimaciones que presentó el Indec para el primer trimestre de 2016 no son consistentes, considerando el impacto de las políticas implementadas por el gobierno. Es muy llamativo que en el primer trimestre de 2016 se registre un crecimiento interanual de 2,7 por ciento del consumo público y 1,1 por ciento del consumo privado", advirtió Mariano Kestelboim, integrante de Economía Política para la Argentina (Eppa). "Sólo si consideramos el impacto de la devaluación sobre los precios y la pérdida de poder adquisitivo, era lógico que el consumo privado cayera. En el gasto público el presupuesto estuvo muy subejecutado. Por eso es sorprendente que haya aumentado. No son consistentes los datos del primer trimestre", consideró el docente de la UBA al advertir que "de nuevo hay manipulación de datos".
"El año pasado, los referentes de Cambiemos hablaban de una economía en recesión. Ahora dicen que la economía creció 2,4 por ciento", lanzó el economista Agustín D'Attellis al destacar que esos datos "confirman la relevancia de un esquema económico que motoriza al mercado interno para crecer, a diferencia de la creencia mágica en las generación del clima de negocios para la inversión". Tras enfatizar la necesidad de "acompañar una estrategia de expansión del consumo con política industrial para garantizar la sustentabilidad del proceso", D'Attellis explicó que "con un mercado interno debilitado por la caída del poder adquisitivo y las tensiones en el mercado de trabajo es imposible lograr una recuperación durante el segundo semestre".
Hace siete años, en el apogeo de la crisis internacional, la economía de Estados Unidos cayó 2,4 por ciento, la española lo hizo en un 3,6 por ciento y en el Reino Unido el nivel de actividad retrocedió 4,8 por ciento. En América del Sur el estallido de la burbuja financiera golpeó con más fuerza por la vía comercial pero las distintas políticas contracíclicas permitieron amortiguar el impacto. De acuerdo a los datos de la Cepal, Brasil cayó ese año 0,6 por ciento y Chile lo hizo un 1,7 por ciento, pero otros países crecieron. Bolivia lo hizo al 3,4 por ciento y Colombia mostró un alza del 1,5 por ciento. Hasta el martes, se suponía que la economía argentina había registrado un magro desempeño del 0,1 por ciento, pero la revisión presentada por las nuevas autoridades del Indec muestra una caída del 6 por ciento.
Desde el Indec remarcan que las (cuestionadas) estimaciones privadas arrojaban una caída del 4 por ciento para las mediciones realizadas con la base de 1993 y señalan que, con los datos de 2004, aumenta la ponderación de la cosecha gruesa que ese año experimentó una significativa sequía. "El 2009 fue un año recesivo. Los datos que habían no eran convincentes, pero una caída del nivel de 6 por ciento parece demasiado. Hubo elementos para explicar una recesión", consideró D'Atellis al señalar la pésima cosecha por la sequía y el frenazo en la industria. "Los datos publicados para el período 2004-2015 son más creíbles que las estadísticas que había antes pero la magnitud de la caída en 2009 es exagerada, es una de las más grandes de los últimos 25 años. Efectivamente, hubo una crisis que impactó fuerte. Aunque refleja una recesión, una situación más ajustada a la realidad, la caída está sobreestimada", consideró el economista del EPPA, Mariano Kestelboim.
"Yo no se si la caída de 2009 fue de 6 por ciento. No tengo las herramientas para estimarlo pero no lo pongo en duda. Se trata de una cuestión de confianza. Dicen que hubo un crecimiento interanual de 0,5 por ciento entre enero y marzo pero hay tres trimestres consecutivos recesivos y eso no contradice lo que se palpa en la calle", consideró el director de la consultora Econométrica, Ramiro Castiñeira. Desde la perspectiva del economista, "veníamos de una situación de destrucción de las estadísticas oficiales. Ahora cambió el ciclo político y nosotros creemos que el Indec dice la verdad. Mentir con las estadísticas públicas es de país bananero, ojalá salgamos de esa lógica".












Caída en la Ciudad

En la Ciudad de Buenos Aires la actividad económica se contrajo 1,1 por ciento durante el primer trimestre de 2016 en relación al mismo período el año pasado. Los datos difundidos ayer por la oficina de estadísticas porteña contrastan con la polémica mejora de 0,5 por ciento a nivel nacional que, según el Indec, se explicó fundamentalmente por el impulso del comercio exterior. "El resultado puede explicarse mediante una combinación de una caída de los rubros de comercio, servicios empresariales, construcción y transportes, con una mejora en servicios comunitarios sociales y personales, y hoteles y restaurantes", indicó el informe de la Dirección General de Estadística y Censos del Ministerio de Hacienda de la Ciudad. La contracción es la primera registrada desde una caída de 2,7 por ciento observada en el cuarto trimestre de 2014.













DIPUTADOS DIÓ MEDIA SANCIÓN A LA LEY DEL

AUTOPARTISMO Y SE APRESTABA A VOTAR LA 

LEY DE FOMENTO PYME


Combo para apuntalar la industria nacional



El proyecto de ley de promoción de autopartes tuvo 197 votos y 4 en contra. Se esperaba gran apoyo para la ley pyme.                                La iniciativa autopartista fue acompañada por todos los bloques                                                                    salvo el Frente de Izquierda.
El proyecto de ley de promoción del autopartismo nacional obtuvo ayer media sanción de Diputados. La iniciativa contó con 197 votos a favor y 4 en contra del Frente de Izquierda. En tanto, al cierre de esta edición el oficialismo se aprestaba a conseguir un resultado similar para su proyecto de ley de estimulo fiscal para la micro, pequeña y mediana empresa. Las dos iniciativas tuvieron un fuerte acompañamiento durante el debate, aunque muchos consideraron que son insuficientes en un contexto internacional complejo y ante la falta de políticas nacionales que permitan paliar el impacto de la situación global y los tarifazos en la actividad económica. Las críticas de la Izquierda se focalizaron en que se trata de soluciones a medida de los empresarios y no de los trabajadores. Una vez aprobados, los dos proyectos serán girados al Senado para iniciar la discusión en comisión a partir de la semana próxima.
El tratamiento de ambas iniciativas estaba previsto a las 11. A esa hora se iniciaba una movilización de Smata en las cercanías del Congreso en apoyo del proyecto para el sector automotor. Sin embargo, el debate se empantanó durante el tratamiento de otro proyecto para crear una comisión de control y seguimiento de la obra pública, el cual se extendió hasta pasadas las 15. El diputado (FPV) Héctor Recalde propuso un cuarto intermedio sobre ese tema para avanzar en el tratamiento de las leyes de pymes y autopartistas. El titular del bloque Cambiemos, Mario Negri, aceptó la propuesta y se suspendió el debate. El primero en hablar fue el diputado de la alianza Cambiemos, Luciano Laspina, quien cedió la palabra al jefe del Bloque Justicialista y autor del proyecto de ley de autopartes, Oscar Romero.
El diputado destacó que "con la llegada de Néstor Kirchner (a la Presidencia en 2003), se potenció la industria y crecieron los sindicatos". Romero sostuvo que la ley "favorece el trabajo y la industria nacional". La integración de autopartes locales ascienda actualmente a 20 por ciento y el objetivo con ese proyecto es elevar esa participación a un nivel del 30 por ciento. "Por cada punto que podamos subir son cinco mil puesto de trabajo directos y otros cinco mil de trabajo indirecto", dijo el diputado justicialista.
- Autopartismo. El proyecto propone otorgar un reintegro a las compañías automotrices, a través de un bono electrónico de crédito fiscal para el pago de impuestos nacionales, sobre la compra de autopartes locales. Las terminales deberán alcanzar un nivel mínimo de integración local y los vehículos a los que están destinadas deberán ser de producción en los países del Mercosur. El reintegro irá del 4 al 15 por ciento, dependiendo del nivel de integración nacional. También se establece financiamiento para inversiones con adelantos desde el Estado nacional. (ver aparte).
La medida tuvo un apoyo casi generalizado, pero se insistió en que estas medidas deben tener un marco económico acorde. El diputado Leonardo Grosso por el Movimiento Evita consideró que el Gobierno "no aplica una política de ajuste, porque no es para todos iguales, sino de transferencia de recursos hacia cuatro empresas que se la llevan toda". "Es una política para ricos", agregó Grosso.
El diputado José Ignacio de Mendiguren, del bloque Federal Unidos por una Nueva Argentina, destacó que el proyecto se haya trabajado en conjunto con representantes de los gremios y de los sectores empresarios. "La región es una de las pocas que tiene en el mundo industria automotriz. Argentina y Brasil tienen juntos un mercado potencial de 5 millones de autos por año. Por eso la importancia de esta iniciativa", sostuvo Mendiguren, quien consideró que el país puede ser un gran jugador en maquinaria agrícola. La industria de maquinaria vial y agrícola se había incluido en el proyecto por pedido del bloque FPV.
- Pymes. El proyecto de emergencia para las pymes prevé el derecho a computar como pago a cuenta de Ganancias el 8 por ciento sobre el valor de las inversiones productivas. Este beneficio se aplicará a las inversiones que se realicen entre el 1 de julio de este año y el 31 de diciembre de 2018. Se exime además al sector de la Ganancia Mínima Presunta desde 2017 y se permite computar como pago a cuenta de Ganancias la totalidad del monto ingresado por el Impuesto a los créditos y débitos en Cuentas Bancarias. Para no perder el beneficio, la empresas deberán conservar su personal. Durante la negociación en comisión, se incluyó un aumento hasta los 9 mil pesos para los Repro, sueldos que paga el Estado de empresas en crisis. También hubo modificaciones en la inversión. Hoy se pagan impuesto por cada peso que se invierte y con los cambios ese peso pasará a que siete de cada diez pesos derivados de la reinversión de utilidades no vayan a pagar Ganancias.
El diputado por FPV, Axel Kicillof, consideró que esta ley demuestra que la emergencia ocupacional es reflejo de una emergencia de empresas, que "se focaliza en el eslabón más débil, que son las pymes". El ex ministro de Economía remarcó que hay caídas en las ventas de hasta 40 por ciento, en tanto se incrementó el costo de financiamiento para las pymes, las cuales además están siendo perjudicadas por la liberalización de las importaciones. Kicillof, más allá de acompañar la iniciativa, insistió en que el gobierno de Mauricio Macri debe "modificar la política económica nacional". Por su parte, el diputado Carlos Heller, de Solidario SI, defendió el proyecto de minoría que presentó durante el tratamiento en comisión de Diputados, aunque acompañó el proyecto de mayoría en la votación en general. 













EL PRESIDENTE PARTICIPÓ COMO MIEMBRO OBSERVADOR EN LA 
CUMBRE DE LA ALIANZA DEL PACÍFICO, EN CHILE

Macri empuja el Mercosur hacia el Pacífico


El Presidente participó de un encuentro empresarial y de la reunión con los presidentes del bloque. Dijo que quería "un Mercosur del siglo XXI". Planteó la firma de acuerdos de libre comercio entre la región y Estados Unidos, al estilo del ALCA.
                                El presidente Mauricio Macri habló frente a unos 500 empresarios en                    Puerto Montt, al sur de Chile.
El presidente Mauricio Macri participó como miembro observador de una cumbre de la Alianza del Pacífico. El mandatario propuso "avanzar hacia una convergencia" con los cuatro países que la integran – Chile, Perú, México y Colombia – lo que aleja a la Argentina de las construcciones de la última década, como la Unasur, y la ubica de nuevo en un plan de alineamiento con Estados Unidos. Se trata del primer paso para llegar a un tratado de libre comercio con la Alianza del Pacífico, cuyas consecuencias para el Mercosur están por verse.
Macri viajó a Chile, donde primero disertó frente a unos 500 empresarios en el III Encuentro de Empresarios de la Alianza del Pacífico. En Puerto Montt, al sur de Chile, Macri afirmó: "Hemos relanzado el Mercosur, porque queremos un Mercosur del siglo XXI, pero que claramente tenga una visión de convergencia con la Alianza del Pacífico. Ese es el mejor camino para todos".
Macri se mostró a favor de avanzar en un proceso que termine en un acuerdo de libre comercio de los países de América Latina con los Estados Unidos, muy similar al ALCA. "Tras muchos años de una economía cerrada, tenemos que ir en una transición ordenada, no crítica, hacia la integración Mercosur, espero en breve, con la Alianza del Pacífico y después, con el mundo entero. Tendremos futuro aquellos que seamos capaces de construir redes y no paredes", afirmó.
Ante los empresarios, Macri reiteró el tópico de la pesada herencia y el ajuste que encaró. "Arrancamos con una Argentina estancada: hace cinco años que no crecía, una alta inflación, con problemas de infraestructura severos. Arrancamos haciendo cosas que no son fáciles, que tienen que ver con el sinceramiento de las variables de la economía", dijo. "Tuvimos que hacer enormes aumentos de las tarifas. Pero a la vez nos preocupamos muchísimo por la inclusión social", agregó el Presidente. "En la Argentina hace seis meses se produjo un cambio político total. Queremos ser parte del escenario mundial, de las soluciones de los problemas globales", afirmó.
Macri instó a los empresarios de los cuatro países que integran la Alianza del Pacífico a invertir en el país. Enumeró las ventajas: "Independizamos el Banco Central y logramos una moneda estable, y empezamos a tener resultados en la reducción de la inflación", sostuvo, pese a que los números del primer semestre no acompañan su diagnóstico.
El Presidente llamó a "dejar atrás los conflictos internos en cada país" y a que "unidos por la ley, las instituciones, por el respeto interno, por la no impunidad, por las reglas de juego claras que premian el esfuerzo de la gente" impulsar la integración del Mercosur con la Alianza del Pacífico a través de "nuestras infraestructuras. Hay mucho para hacer y mejorar la logística en la región".
"Más allá de las incertidumbres, hay un enorme futuro para nuestra región. Todos hemos entendido que a mayor institucionalidad, a mayores y mejores reglas claras, de qué hay que hacer, vamos a tener mayor inversión", indicó el mandatario argentino. "Espero y cuento con los empresarios de la Alianza del Pacífico para que nos acompañen, aunque ya muchos de ustedes están en la Argentina. Son muy bienvenidos y creemos profundamente en el espíritu emprendedor, en el desarrollo de la iniciativa privada respetuosa de las leyes, el pago de impuestos, el cuidado del medio ambiente. Un trabajo conjunto entre sector público y privado es la solución al desarrollo de nuestra región", remarcó Macri.
Luego el Presidente se trasladó a Puerto Varas, donde participó de la cumbre de la Alianza del Pacífico, en la que estuvieron los presidentes de Chile, Michelle Bachelet; de Colombia, Juan Manuel Santos; de Perú, Ollanta Humala y de México, Enrique Peña Nieto. Allí se avanzó en la integración de la Argentina como miembro observador del grupo de países alineados con los Estados Unidos en la XI Cumbre de la Alianza del Pacífico. En el Teatro del Lago, en Frutillar, Macri reiteró que busca "un Mercosur del siglo XXI, que claramente tenga una visión de convergencia con la Alianza del Pacífico". Macri, quien elevó los montos de contrataciones directas y otros mecanismos para evitar las licitaciones, indicó que considera que hay que "trabajar lo público y privado en conjunto, cada vez más con estos sistemas de contratación que aceleran, que facilitan, que permiten compartir el conocimiento en la región". Aseguró que esa es "la clave del desarrollo en la región".
Macri seguirá su actividad con otra cita internacional. El lunes se reunirá en Bruselas con la alta representante de la Unión Europea, Federica Mogherini, y el martes se encontrará en Berlín con la canciller de Alemania, Angela Merkel. La canciller Susana Malcorra reveló que también está acordado una reunión con el presidente de Francia, Francois Hollande, aunque no informó el día.











Polémica por Malcorra

El kirchnerismo presentó ayer un pedido de informes respecto de las denuncias que pesan en las Naciones Unidas contra la actual Canciller, Susana Malcorra, acusada de ocultar denuncias por abusos sexuales a menores por parte de Cascos Azules. En la sesión de Diputados, el legislador del FpV Guillermo Carmona acusó al oficialismo de "ocultar una grave situación que involucra a la Canciller", que fue propuesta por Mauricio Macri para la secretaría general de ese organismo internacional. El jefe de la bancada de Cambiemos, Mario Negri, le achacó que el FpV no había realizado ninguna pregunta sobre ese tema cuando Malcorra asistió al Congreso para hablar de la política exterior del Ejecutivo. La discusión subió de tono cuando Carmona le recordó a Negri que fue por un pedido expreso del diputado del PRO, Alvaro González, que se había omitido ese tema de la agenda, ya que la funcionaria prefería no abordar esa cuestión. Finalmente, la diputada Elisa Carrió, titular de la Comisión de Relaciones Exteriores, planteó una cuestión de privilegio contra Carmona y contra su propio socio, González, por haber realizado ese acuerdo a sus espaldas cuando ella comandaba la reunión de comisión.












OPINIÓN


Los tres mitos

Por       Martín Granovsky

Por iniciativa de Mauricio Macri, la Argentina se convirtió en país observador de la Alianza del Pacífico que integran Chile, Perú, Colombia y México. No tiene la exclusividad: 49 países se sumaron antes, incluyendo a dos del Mercosur, Uruguay y Paraguay. La novedad de la movida es que Macri tomó la decisión sin los otros dos países grandes del Mercosur, Brasil y Venezuela, con lo cual agregó debilidad a un bloque ya debilitado por la crisis de Venezuela y el proceso golpista en Brasil. Y lo hizo rápido, dentro del primer año de su gobierno, como ocurrió con otras posturas internacionales. Por ejemplo, el pedido de disculpas del ministro de Hacienda Alfonso de Prat Gay a los empresarios españoles, el arreglo con los buitres o, como informó este diario, la designación de 26 ex directivos de la banca internacional en puestos públicos importantes.
La Alianza del Pacífico despierta pasiones curiosas. Los fanáticos de acercarse a ella creen que la AP tiene propiedades sanadoras. Si un país la toca dejará de ser populista. Los detractores de cualquier aproximación piensan lo mismo pero al revés. El país que la toque se hará liberal.
Las pasiones surgen de tres mitos.
El primer mito dice que no hay otro mecanismo de integración disponible para la Argentina, Brasil, Venezuela, Uruguay y Paraguay, los cinco miembros plenos del Mercosur. Error: a nivel sudamericano existe la Unasur, la Unión Suramericana de Naciones. A nivel latinoamericano, la CELAC, la Comunidad de Estados de Latinoamérica y el Caribe.
El segundo mito sostiene que la AP y el Mercosur son inconciliables. Error: acaban de mantener un encuentro técnico en mayo último, los cancilleres de los nueve países se reunieron ya en 2014 y la Comisión Económica para América Latina, la CEPAL, redactó un documento con diferencias y complementariedades.
El tercer mito dice que la AP es el ALCA, el Area de Libre Comercio de las Américas que quiso construir Washington y no pudo porque impidieron su consumación en 2005 los países del Mercosur más Venezuela, que todavía no era miembro del bloque. El mito dice que, como no pudo conseguir un éxito regional, los Estados Unidos se dedicaron a firmar acuerdos de libre comercio pedacito por pedacito. Error: los cuatro países que en 2011 formaron la AP ya habían firmado con los Estados Unidos acuerdos de libre comercio, de régimen de propiedad intelectual favorable a las industrias clásicas y a las industrias de servicios norteamericanas y de aceptación de un régimen amigable de solución de controversias. Otro error más: el gran objetivo del ALCA era la formación de un bloque continental que incluyera a Sudamérica y sobre todo a Brasil, un gigante de escala mundial. No hay ALCA sin Brasil. Por motivos políticos, por razones geopolíticas y por dimensiones. E incluso si Brasil se dejara envolver por la ideología librecambista de su actual canciller, José Serra, el gobierno debería avisar a sus empresas de obras públicas y a sus industrias que vayan pensando en bajar la persiana.
Es que destruir el Mercosur es tan difícil como construirlo. La mitad de las exportaciones industriales de la Argentina van a Brasil. Hasta el propio Macri dijo ayer en Chile que para cualquier convergencia con la Alianza del Pacífico primero hay que "dinamizar" el Mercosur. En cuanto a la canciller Susana Malcorra, sus críticas a la Unasur, por ejemplo, son por lo que falta y no por lo que sobra. El martes último en el Consejo Argentina para las Relaciones Internacionales pidió "una Unasur menos dialéctica" y reclamó fortalecerla con mayor "integración real", lo mismo que utilizarla como herramienta de negociación en la crisis venezolana.
En Chile Macri pidió acelerar la integración energética regional, algo que también preocupa a Unasur. Si los países de Unasur quisieran avanzar en integración física y energética deberían reforzar el ya existente Consejo Sudamericano de Infraestructura y Planeamiento o recurrir a los trabajos de la ex subsecretaria de Planificación Territorial de la Argentina, Graciela Oporto.
Sobre Mercosur, en lo que pareció una respuesta a Serra, Malcorra dijo que lo peor que podría ocurrir sería una fractura.
Macri se apuró al jugar solo. Innecesariamente.



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