miércoles 13 de julio de 2016
OPINIÓN
Desmadre y costos
Cruzar números siempre resulta tedioso para el lector, pero si se quiere comprender el desmadre tarifario generado por la Alianza PRO es necesario detenerse en unos pocos indicadores. El principal es el costo de producción del gas. Un trabajo reciente del investigador de la Fundación Bariloche Nicolás Di Sbroiavacca, mostró sobre la base de los balances presentados a la SEC estadounidense por YPF, que el costo de producción promedio del millón de BTU de gas es de 1,9 dólares. El precio internacional que habitualmente se toma como referencia, el Henry Hub, cotizaba la semana pasada a 2,8 dólares, pero se trata del resultado de un fuerte repunte iniciado a fines de mayo, cuando tocó un piso de 1,8 dólares, casualmente el mismo valor que tenía dos meses antes, a fines de marzo, cuando el ministro de Energía, Juan José Aranguren, decidió el tarifazo a los consumidores del fluido y, en el mismo acto administrativo, llevó de poco más de 2 dólares a casi 5 dólares el precio que recibían las gasíferas. El argumento de este aumento, incentivar las inversiones para lograr el autoabastecimiento, no es real, pues ya existía un valor de 7,5 dólares el millón de BTU para el "gas nuevo", es decir, para el que se demostraba provenía de nuevas inversiones.
Dejando de lado los números finos, se trató de la duplicación del precio recibido por las empresas, una transferencia a las petroleras por alrededor de 3000 millones de dólares. Pero hay que ser cuidadosos con la cifra, porque las distintas consultoras y especialistas muestran una dispersión bastante amplia del número, desde quienes hablan de mayores ingresos por 2800 millones hasta quienes afirman que son 3500 millones. La dispersión, sin embargo, no cambia las conclusiones: Por el gas entregado al sistema de transporte (boca de pozo) las gasíferas pasarán de facturar menos de 4000 a casi 7000 millones de dólares anuales. Luego, si se toma como referencia el costo de producción de YPF, reciben casi 5 dólares por la unidad que les cuesta 1,9 producir, todo sin meterse en los vericuetos de las variaciones del precio internacional de referencia, ya que el fluido no es estrictamente una commodity.
La síntesis de estos números no demanda grandes abstracciones: el tarifazo del gas empezó con una transferencia a las gasíferas por alrededor de 3000 millones de dólares anuales. Un pase de manos gigantesco que el macrismo ni siquiera consideró necesario justificar más allá de algún balbuceo sobre las inversiones y que, a pesar de la reacción social provocada por las nuevas tarifas, continúa manteniéndose fuera de la discusión.
Esta transferencia no puede ser tratada como un derecho adquirido e inalienable de las petroleras. Por el contrario, debe ser el primer paso a sincerar y retroceder para la normalización tarifaria y un punto que seguramente ocupará un lugar central en las futuras audiencias públicas. Como destacaron desde el Instituto de Energía Scalabrini Ortiz (IESO), el "precio del gas al ingreso del sistema de transporte" o PIST representa entre el 65 y el 80 por ciento del valor de la factura que reciben los distintos segmentos de usuarios. El resto corresponde al transporte y distribución.
Sobre estos antecedentes, resulta por lo menos llamativo que en el nuevo planeta CEO que administra el Estado haciendo alarde de planillas de Excel, nadie hable de los costos de la producción que las nuevas tarifas vendrían a subsanar. Una respuesta posible es que desarmar la facturación lleva directamente a las transferencias a las petroleras.
A su vez, la negación del dato central provoca que en el discurso público ya no se sepa si los objetivos son presupuestarios, ecológicos, de austeridad franciscana o todo junto. De "la mentira de la herencia K" que engañó a la población diciéndole que era posible consumir energía sin mayores preocupaciones, se salta directamente a sujetos individualistas y derrochadores que, en plena Patagonia, andan "en remera y con las ventanas abiertas", según el ministro Rogelio Frigerio. O peor, también en remera pero "en patas" en las grandes urbes de clima templado, según la versión del hijo de Franco Macri. La incursión en la vida privada por parte de los restauradores del neoliberalismo no deja de ser un dato de color, aunque no tan desopilante como la intervención del jefe de Gabinete Marcos Peña sobre "las inundaciones y todo eso" originadas por el daño ecológico planetario de tener la estufa encendida.
Queda el detalle de la calidad de la política económica. El que se vendió como "el mejor equipo de los últimos 50 años" reconoce públicamente que avanza con la improvisada técnica del ensayo y error. El propio ministro de Energía afirmó no haber medido los impactos sociales de sus decisiones, sinceridad que supera cualquier anécdota. La presunta candidez sería tolerable si no entrañase sufrimiento social concreto, desde recortes del ingreso disponible de los trabajadores, cierre de empresas y desempleo hasta simplemente pasar frío. Lo menos que se le puede exigir a un hacedor de políticas públicas es conocer las relaciones causa-efecto de sus medidas y haber estudiado in extenso el tema sobre el que decide. Que un integrante del Poder Ejecutivo sostenga alegremente que está aprendiendo sobre la marcha es una afrenta a los votantes y una responsabilidad presidencial.
Lo avanzado hasta el presente, con reacción social y judicial incluida, más los anuncios de anteayer con topes del 400 y 500 por ciento adicionales sobre boletas anteriores, representa un verdadero pastiche. Si lo que se buscaba con el ajuste tarifario era eliminar subsidios, algo que podría ser comprensible y necesario en muchos casos, no se entiende por qué se duplicaron alegremente los costos del gas pagados a las petroleras y, en consecuencia, continúan los subsidios a pesar de los mayores costos para los consumidores. Tampoco se entiende la necesidad de garantizar una ganancia del 150 por ciento sobre los costos de producción. Y si de lo que se trataba era de "sincerar" los valores de la energía alineándolos con los internacionales, ignorando costos internos, tampoco se entiende por qué, como reseña el citado informe de la Fundación Bariloche, en la Argentina las empresas gasíferas pasaron a cobrar 2,5 veces más de lo que reciben en países como Canadá, donde cobran 2 dólares el millón de BTU. Luego, si el objetivo contra viento y marea era multiplicar pagos a las empresas y eliminar completamente subsidios, no se entiende por qué no se aprovecharon los bajos precios internacionales para producir una transición más gradual en vez de contribuir al shock económico. Finalmente, si de los que se trataba era de aumentar la producción para reducir importaciones, lo menos que podría haberse exigido desde el poder del Estado, a cambio de la graciosa transferencia de 3000 millones de dólares por año, eran compromisos de inversión firmados por las empresas beneficiarias.
GIOJA LE RECLAMÓ A MACRI QUE DESPLACE A ARANGUREN
DEL MINISTERIO DE ENERGÍA
"Tiene que mandarlo a la casa"
El titular del PJ criticó el tarifazo en los servicios públicos, pidió que el ministro sea reemplazado "por alguien más idóneo" y que se retrotraigan los precios a marzo-abril. Además, cuestionó los vínculos del funcionario con la petrolera Shell.
El jefe del PJ, José Luis Gioja, es una de las voces representativas de los gobernadores peronistas.
El presidente Partido Justicialista, José Luis Gioja, pidió ayer el desplazamiento del ministro de Energía, Juan José Aranguren. El titular del Consejo Nacional del PJ lo responsabilizó por el tarifazo en los servicios públicos y le reclamó que el Gobierno retrotraiga las tarifas de gas, electricidad y agua a los niveles de marzo-abril de este año. "El presidente (Mauricio) Macri tiene que mandarlo a la casa al ministro Aranguren y barajar y dar de nuevo", arremetió desde su provincia el diputado nacional y ex gobernador sanjuanino. "En este estado de desorden y confusión" – insistió Gioja – "el Presidente tiene que reemplazar a su ministro de Energía por alguien más idóneo para ocupar un cargo de tamaña envergadura y con semejantes responsabilidades."
El tarifazo en los servicios públicos esenciales es un tema recurrente en cada actividad que el titular del PJ aborda con gobernadores, intendentes y legisladores del peronismo. A pesar de pertenecer al sector más "dialoguista" del partido, Gioja arremetió contra Aranguren luego de que el Gobierno – con el ministro de Energía a la cabeza – volvió a pegar un volantazo en la política tarifaria apremiado por la decisión judicial de la Cámara Federal de La Plata que frenó el aumento del gas a nivel nacional.
"El Presidente no puede mantener en su gabinete a un funcionario con la semejante tacha moral de ser ex CEO y accionista de una petrolera multinacional y defender los intereses de YPF, los argentinos sabemos de dónde viene Aranguren y está claro dónde nos está conduciendo", sentenció Gioja sobre el currículum del ministro Aranguren en la actividad privada y su vínculo empresario con la petrolera Shell. Esta situación de incompatibilidad fue denunciada tanto en la Justicia como ante la Oficina Anticorrupción. Sin embargo, la titular de la OA, la ultramacrista Laura Alonso, sigue esquivando un pronunciamiento formal al respecto.
Gioja también le pegó por elevación a Macri. "El estado de angustia atraviesa a toda nuestra sociedad y no es la angustia de nuestros patriotas, es la angustia de no poder pagar las tarifas de los servicios públicos y vivir al mismo tiempo", agregó el sanjuanino en referencia a la particular interpretación histórica del Presidente sobre "la angustia que debieron sentir" los héroes de la Independencia al separarse de España.
"Que el Gobierno retrotraiga las tarifas al nivel de facturación de marzo-abril, sin el aumento del 400 por ciento, y a partir de ahí reprogramar los aumentos para que paguen más los sectores de mayor poder adquisitivo y que impacte menos en los más vulnerables y los asalariados", reclamó Gioja en declaraciones a una radio sanjuanina.
El titular del PJ ya había expresado su postura crítica al manejo del Gobierno sobre las tarifas cuando se reunió con un puñado de gobernadores para recordar el aniversario de la muerte de Juan Domingo Perón y en otros encuentros. Aunque el reclamo de la renuncia de Aranguren fue a título personal, en el entorno del sanjuanino sostuvieron ante Página/12 que gobernadores, intendentes y legisladores no desconocen la opinión de Gioja sobre el tarifazo en los servicios públicos, por lo que "no debería sorprenderlos".
"La gente quiere festejar el bicentenario de la Patria y en cambio está preocupada, reina la incertidumbre acerca de lo que hay que pagar, y el gobierno sigue con su política de ensayo error", dijo Gioja en vísperas del bicentenario de la independencia, también desde San Juan. En ese momento, recordó ante un grupo de periodistas que "cuando desde el peronismo le ofrecimos dialogar para atender el problema y encontrar soluciones en conjunto, el Presidente prefirió conversar con sus amigos". Aunque sostiene que la oferta de diálogo del peronismo con el Gobierno "sigue abierta", Gioja considera que llegó el momento de reclamar rectificaciones con otra energía y le apuntó al ministro Aranguren. El ex gobernador sumó así su aporte al aumento de la presión política sobre el ministro, uno de los más cuestionados de la gestión macrista
LOS DISTINTOS SECTORES SINDICALES PRESENTAN A SUS
POSTULANTES PARA CONDUCIR LA CGT UNIFICADA
Con los candidatos arriba de la mesa
Ayer se lanzaron Palazzo (bancarios) y el macrista Venegas (peones rurales). El moyanismo apoya a Schmid, mientras que la CGT oficial se inclina por Daer (Sanidad). El Movimiento de Acción Sindical propone a Sasia (ferroviarios).
Palazzo, de La Bancaria, se lanzó en el microestadio de Ferro y propone una conducción colegiada.
Por Julián Bruschtein
Con los tiempos electorales cada vez más cortos, en la CGT ya comenzó la carrera de candidatos para encabezarla a partir de agosto. Con el anuncio de renuncia del camionero Hugo Moyano para cederle el lugar al dirigente de Dragado y Balizamiento, Juan Carlos Schmid, éste se transforma en el candidato de la CGT Azopardo. Por el lado de la CGT oficial que lidera Antonio Caló es casi un hecho que se presentará el secretario general de Sanidad, Héctor Daer, y el gastronómico Luis Barrionuevo impulsa al estacionero Carlos Acuña. Ayer se autopostuló el macrista Gerónimo Venegas mientras que el bancario Sergio Palazzo fue lanzado por la Corriente Político Sindical Federal y el ferroviario Sergio Sasia es la propuesta del Movimiento de Acción Sindical Argentino (MASA) que lidera el taxista Omar Viviani.
"Siempre hay muchos candidatos para un solo cargo. Todavía falta y es un camino que tenemos que recorrer", aseguró a Página/12 un dirigente cercano al moyanismo ante la cercanía de la fecha en la que se realizará el Comité Central Confederal en el que se elegirá al nuevo secretario general de una CGT unificada. En ese marco, todavía quedan acerca de si iniciarán el nuevo mandato bajo la conducción de un triunvirato. "Es una alternativa, pero creemos que lo mejor es que haya un solo secretario general. Fortalecería la idea de unidad", destacó el gremialista poniendo en la mesa la propuesta del sector que responde a Moyano.
"Voy a acompañar en todo lo que sea necesario porque como decía la compañera Evita: 'Yo me voy del cargo pero no de la lucha' compañeros", señaló Moyano a menos de 48 horas de renunciar al cargo en el que se mantuvo durante ocho años y después de ungir a Schmid como su candidato a sucederlo. El camionero cerró anoche el acto de la Juventud Sindical Nacional que conduce Facundo Moyano, donde comenzó a ensayar la propuesta en la que el líder de la Federación Marítima empezará a mostrarse de cara a la elección del 22 de agosto. Schmid preside además la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (Catt), que hoy anunciará medidas de fuerza ante las medidas del gobierno nacional.
La Corriente Político Sindical Federal, que se presentó formalmente anoche en el microestadio de Ferro, agrupa a más de cincuenta gremios y tiene un perfil más combativo. El bancario Palazzo es el candidato que impulsan y apuntan a una cúpula colegiada durante los primeros tiempos para conformar "una conducción articulada de resistencia a las políticas del gobierno". Por su parte y por ahora sin demasiado aspamento el sector gremial de la CGT oficial que contiene a los sectores conocidos como los "gordos" y a los "independientes" tiene consensuado ir detrás de la candidatura de Daer.
"Si soy prenda de unidad, no tengo problemas en ser secretario general", afirmó Venegas lanzando su propia candidatura. El dirigente del sindicato de peones rurales es el que sostiene con mayor intensidad la defensa del gobierno macrista y contaría con la venia del presidente Mauricio Macri para intentar quedarse con la central obrera. Finalmente el MASA que responde a Viviani presentó a Sasia para la compulsa de agosto, con la idea de que en la CGT unificada, al igual que Venegas, sólo exista un solo secretario general.
OPINIÓN
El perfecto negocio de la educación
Por Adriana Puiggrós *
Las grandes corporaciones han tomado el mando de una "reforma" educativa, que acompañan con campañas de desprestigio de los docentes. Bill Gates encabeza la operación en Estados Unidos, en pos del apetecible mercado de la educación. Gates apoyó el documental "Waiting for Superman", dirigido por David Guggenheim, que apunta al sentido común del sujeto parido por los medios corporativos. Fue duramente impugnado por los gremios docentes estadounidenses y tiene versiones para países latinoamericanos, como "De panzazo" (ver youtube). En Estados Unidos, como ha denunciado el periodista David Brooks, la educación alcanzó el segundo lugar en el mercado con cerca de dos billones de dólares en juego, siendo pioneras las empresas dedicadas a vender exámenes estandartizados para docentes, alumnos y establecimientos educativos; son las que más rédito sacan del negocio, alcanzando una tasa de crecimiento de dos dígitos. Rápidos para los negocios, el magnate Rupert Murdoch y bancos como Goldman Sachs y JPMorgan Chase, han incrementado poderosos fondos de inversión en educación. El mexicano Luis Hernández explica que la campaña de satanización en su país está motorizada por los monopolios informáticos, como Televisa y TV Azteca. Evaluar ahora resulta un negocio redondo: inscripto en el discurso pedagógico neoliberal, el término se torna medir para tasar, poner precio a cada trozo del proceso educativo. De eso se trata. La "reforma" consiste en habilitar el sistema público para que la modernización tecnológica quede en manos de las empresas de informática, se establezcan aranceles para favorecer los préstamos usurarios de los bancos a las familias, se privatice la administración de contrataciones de docentes y personal administrativo. Como corresponde a la lógica empresarial, hay que bajar costos. Dado que el rubro salarial docente es más del 80 por ciento del presupuesto educativo, hay que eliminar docentes. Pero la mayor parte de la sociedad todavía sabe que la educación requiere de la maestra/o, los alumnos se alegran cuando un humano los atiende en persona (y no solamente por Skype) y la educación sigue siendo un vínculo social, aunque algunos seres poderosos se escondan detrás de los robots y de los paquetes de contenidos que venden en el mercado. Que el sistema escolar siempre necesita mejoras es una verdad de Perogrullo, por lo cual no es difícil deducir que denostar a los docentes es uno de los más fáciles programas publicitarios de la "reformas" que tienen como meta flexibilizar las formas de contratación. No obstante, se les interpone una de las más caras conquistas de los trabajadores de la educación: la convención colectiva de trabajo. Nuestros trabajadores, entre ellos los docentes, tienen esa conciencia de clase que pudo palparse en la multitudinaria manifestación del pasado 29 de abril y en el encomiable esfuerzo que están realizando en pos de la unidad de las centrales gremiales. Hay la resistencia en varios países, como en México donde los docentes están en pie de lucha y en Chile donde no ceden las demandas masivas por la estatización y gratuidad de la enseñanza. Frente a esos obstáculos, los técnicos de las corporaciones desarrollaron un discurso que justifica poner precio a los educadores y hacerlos competir en el mercado. La historiadora de la educación Diane Ravitch-quien ocupó importantes cargos en el área durante los gobiernos de George H.W.Bush y Bill Clinton- renunció en 2010 a sus lugares públicos, denunciando el carácter destructivo de la evaluación que se aplica. En su best seller La muerte y la vida del gran sistema escolar estadounidense: como evaluar y socavar la educación, Ravitch criticó los usos punitivos del "accountability" para echar a educadores y cerrar escuelas. La autora relaciona fuertemente el sostenimiento de la educación pública con el derecho de los docentes a la negociación colectiva. En cambio el principal argumento (falaz) que usa la campaña es que los maestros y profesores no quieren que se los evalúe porque no saben nada; son burócratas que aprovechan los puestos estatales para trabajar lo menos posible. Ninguno de los tres argumentos contiene verdad. Los gremios han expresado repetidamente que no rechazan la evaluación que integre el proceso de enseñar-aprender, sino su uso para justificar los despidos, la estratificación del sector, la baja de los salarios y la entrega de las contrataciones a las leyes del mercado. Los docentes reclaman que se mejore la organización de su trabajo, concentrar sus horas en una o dos escuelas, tener una cantidad razonable de alumnos para trabajar en profundidad con ellos. Resienten la escasa capacitación que (en la Argentina como en la época de Menem) vuelve a ser un negocio. El instrumento para llevar a cabo la discriminación ha sido probado en Chile e instalado en numerosos países y consiste en un Instituto estatal con autonomía, dedicado a la evaluación de la "calidad". Esa es la palabra que esconde el secreto: ¿quién y con qué objetivos se define la "calidad" de la educación? La acepción neoliberal sirve para legitimar las regulaciones de la educación de acuerdo a los requerimientos del mercado. Es un negocio perfecto: una clientela infinita y regulable, más un Estado tonto que financie lo que no rinde dividendos. Afortunadamente, organizaciones de la importancia de la Internacional de la Educación (que representa a los sindicatos del mundo), el Movimiento Pedagógico Latinoamericano, la Ctera y las demás organizaciones de trabajadores de la educación de nuestro país, trabajan intensamente para evitar el derrumbe cultural y luchan por una educación cuya "calidad" se defina desde concepciones democráticas de la cultura, de la historia y del futuro.
* Pedagoga. Ex diputada nacional por el Frente para la Victoria.
MEDIOS Y COMUNICACIÓN
#Forros
Florencia Marciani se pregunta qué imágenes nos van a acompañar en nuestro proceso vital y a qué otras imágenes estamos dispuestos a enfrentarnos.
Por Florencia Marciani *
Desde el principio los sujetos están puestos en el mundo para transitar experiencias mediáticas y vivir en la espectacularidad. Y aunque resulte obvio desde siempre, sigue siendo necesario recordar que los medios de comunicación tradicionales y los post literarios, ninguneados muchas veces por su banalidad, cumplen una función pedagogizante tan poderosa como los dispositivos escuela o trabajo, cada vez más sometidos a la lógica mediática. La educación sentimental a través de las telenovelas, los documentales o Internet, extensiones del hombre eléctrico, implican una forma particular y biopolítica de experimentar los vínculos afectivos, la relación con el propio cuerpo y el de los demás. Y en esta función los medios, contradictorios, pivotean entre formas estéticas libidinosas e improductivas y discursos de tipo moralizante. Como cuando se alerta, cada tanto, en algún noticiero hegemónico, sobre la promiscuidad de los adolescentes a partir de videos virales que llegan desde alguna capital latinoamericana, donde un grupo de chicos juegan a copular con sus compañeras sosteniendo la eyaculación para no embarazarlas. Mientras tanto, la telenovela dirigida a ese target, en Argentina, muestra escenas de sexo casual sin que se asome un forro.
Hace unos días vi Cincuenta Sombras de Gray. La película y el libro, se sabe, son malos. Y lejos de despertarme interrogantes sobre las prácticas sadomasoquistas reparadoras de las relaciones de tipo posmodernas entre los prototipos mujer emancipada y varón hipersensible (esto que el discurso especializado ha dado a llamar nuevas masculinidades), la pregunta surge por ese frame de un microsegundo en que el Señor Gray abre un preservativo antes de penetrar, por primera vez, a la protagonista. Un gesto que no termina de reparar los vicios románticos de los personajes, como los desayunos y las risas postcoitales, pero que funciona, así y todo, como disruptiva, al menos para cualquier telespectador argentino que consume a conciencia sus producciones locales. Y no porque el Señor Grey sea demasiado progre, sino porque nuestros melodramas siguen apareciendo como inverosímilmente reaccionarios.
En el mismo año de estreno de la película, una escena en Canal 13. Es la hora de la merienda, y la ven nenas y preadolescentes: "Brindo por vos, que sos la mujer que me hizo conocer el amor", le dice un cura y dueño de una fábrica a la monja adolescente que encarna Lali Espósito para habilitar el acoplamiento. Algunos lugares comunes después y sin solución de continuidad, los personajes aparecen desnudos: él, dándole rienda suelta a sus deseos reprimidos por el celibato, le hace el amor a Esperanza.
Hace por lo menos veinte años que el dispositivo pergeñado por Cris Morena, y otros productores que la sucedieron, se encarga de la educación sentimental de los niños y preadolescentes argentinos, lo cual significa proponer patrones y hábitos para experimentar el mundo extra discursivamente. Yo tenía trece años y escuchaba los eufemismos de Rebelde Way, donde se hablaba de rockanrolear en vez de tener sexo. Incluso me acuerdo de Dárgelos en MTV vigilando desde su panóptico, como un narrador omnisexual, a dos adolescentes que correteaban en el Italpark y terminaban robando forros en un almacén como si no hubiera otra forma de resolver la calentura. Pienso también en el discurso periodístico cuando fogonea romances que duran apenas unos días. En este sentido, ni Lali ni la China Suárez pueden solamente coger. Y si bien, aunque con reservas, el imaginario sexual de los medios fue ampliando su régimen de visibilidad, hay espacios mucho más básicos que nos quedan incómodos porque parecieran deshilachar el tejido de las pasiones más humanas.
No creo que a la televisión o los medios postelevisivos les quepa la tarea de educar responsablemente a sus espectadores en los deberes del sexo y el amor; es mucho pedirles en un país donde el Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable está en franco proceso de desmantelamiento y en el que YouTube funciona como despacho donde se tramitan la desidia y la violencia sexual.
Será que de verdad habitamos una sociedad donde el poder se reafirma a través de rituales espectaculares y la sujeción se produce de manera más personal antes que institucional; donde todavía no es claro cómo estabilizar esos signos que proliferan, o qué institución ganará el embate sobre la regulación del lenguaje icónico. Por ahora pareciera ser Facebook. En cualquier caso, el problema es qué imágenes nos van a acompañar durante nuestro proceso vital y si de verdad estamos dispuestos a enfrentarnos a otras, menos dramáticas, más profilácticas.
* Licenciada en Ciencias de la Comunicación y docente.
LLEVABA UN CARTEL QUE CUESTIONABA A MACRI Y
FUÉ OBLIGADO A BAJAR
La crítica no viaja en tren
Un pasajero que viajaba en la línea Mitre, de J. L. Suárez a Retiro, fue obligado a bajar del tren por un guarda y policías federales. Llevaba un cartel crítico a Macri. Una mujer grabó la escena, la subió a Twitter y se disparó una ola de indignación.
El guarda que hizo política bajando a un opositor (izq.) y los dos federales que impartieron la ley.
Por Horacio Cecchi
Ayer, alrededor de las 12.30, la línea del ferrocarril Mitre, José León Suárez-Retiro, quedó interrumpida durante alrededor de media hora, en los casi 23 kilómetros de extensión entre sus dos puntas, es decir quedaron detenidas las cuatro formaciones que habían partido con posterioridad con su pasaje dentro, cuando la formación 3560 M24 quedó detenida en la estación Ministro Carranza, en Palermo. La interrupción no se debió a un auto o peatón arrollado, ni a una complicación técnica. Se trató de la conciencia preventiva del guarda de la 3560, que detuvo la marcha en la estación para obligar a bajar a un pasajero que portaba un cartel en el que se podía leer "Mentiroso", se veía la imagen de Macri y refería a promesas de campaña incumplidas. El pasajero se negó, intervinieron dos federales. Una mujer salió en defensa del hombre y grabó un video que se viralizó y desató una ola de indignación. "Eso pasa por hacer política", justificó el guarda a la camarita que lo filmaba. La versión oficial intentó subsanar el mal argumento de su puntero ferroviario y aseguró a este diario que "no fue un acto discriminatorio". De todos modos, el pasajero crítico fue bajado. Y la joven del video, que siguió el viaje aterrada, fue apretada por el guarda, en voz baja, claro, para que entregue la prueba.
Según la grilla horaria, la 3560 M24 salió de José León Suárez a las 11.50. Hasta aproximadamente las 12.21 o 12.24, horarios en que debió detenerse en Belgrano R o en Colegiales, el trayecto fue anodino y cotidiano, ni una acción que rompiera la segura monotonía del traqueteo ferroviario. Pero en alguna de las dos estaciones, subió un hombre que en minutos se transformaría en una presencia inquietante para el guarda oficialista. No está claro en cuál subió porque en un tren pocos prestan atención a alguien que lleve un cartelito; son pocos los que aceptan interesarse más allá de su escritorio.
Pero en el cartelito el hombre había pegado un collage en el que se podía ver la foto de Mauricio Macri durante el debate presidencial con Daniel Scioli el 15 de noviembre pasado. Y globitos de diálogo en los que se leía "No vamos a devaluar, ni ajustar", "No tenemos previsto tarifazos", "No vamos a echar a nadie de su trabajo". También agregaba "Engañó a un 51 por ciento"; "Lo ayudó Clarín, Canal 13, TN y más de 270 repetidoras".
Lo que el hombre buscaba, claro, era denunciar y que se leyera su denuncia. Para lograrlo, iba caminando por el pasillo de los vagones con su cartelito. "Lo vi pasar al lado mío" – relató a este diario Lorena Lillo, quien grabó con su celular el modo peculiar de impartir justicia por parte del guarda y los polis –. !En un momento un matrimonio empieza a decirle 'vos sos k y defendés a los que se robaron todo. El hombre, que tendría más de 60 años, se detuvo a discutir con el matrimonio, pero no era una discusión acalorada. El se ve que quería tener un debate y lo encontró con la pareja. Pero no se faltaban el respeto. Al que no le gustó la discusión fue al guarda, porque cuando el tren llegó a la estación (Ministro Carranza), le ordenó a este hombre que se bajara y él dijo que no. Dio vuelta el cartel para que no se leyera y se sentó".
Según Lillo, el guarda insistió en "que se baje, que se baje, y cómo él se negaba, llamó a la policía." Subieron al vagón dos federales, uno canoso y el otro más joven e invitaron al pasajero crítico a bajar del tren. El del cartel dado vuelta se siguió negando y "los policías se pusieron impunes. Ahí empecé a filmar".
En el video se puede ver al guarda que le dice a la joven "esto pasa por hacer política" y al policía más joven decirle a la cámara que "tus libertades terminan donde empiezan las mías", en una confusa explicación de cómo el palito de abollar ideologías puede aplicarse en cualquier momento sobre ideas se ve que perimidas de las libertades.
No hubo violencia si por violencia se entiende aplicarle un puñetazo o algo por el estilo al pasajero crítico. Uno de los uniformados le pidió a la mujer que le entregara el celular, que resultaba a esa altura mucho más inquietante que las posibilidades de cara a cara que tenía el pasajero crítico. "Le respondí que ya lo había compartido", lo que era cierto, sus amigos la bombardeaban a preguntas preocupados. El policía comprendiói la futilidad de su pedido y abandonó el intento. Finalmente, 20 minutos a media hora después, el pasajero aceptó bajar, por las buenas con los policías. No se supo más de él ni del cartel de "Mentiroso". Pero el viaje siguió para la joven. El guarda, decidido a recuperar la imagen, se acercó a la joven y al oído la insultó y le dijo "dame el celular", y ella, atinadamente respondió levantando la voz, "¡no te doy nada mi celular!". La escena se repitió un par de veces. El guarda quiso obligarla a bajar en la estación siguiente, 3 de Febrero, pero "vi el andén desolado y me dio terror, llamé a mi marido y le pedí que me esperara en Retiro". Después, se dirigió al primer vagón, del que bajó sin perder un segundo al llegar a la terminal.
El video se viralizó. La explicación que dio a este diario Pablo Gunning, vocero de la Operadora Ferroviaria Sociedad del Estado, que opera el Mitre, fue que el hombre del cartel "venía discutiendo con otros pasajeros, había elevado el tono, había muchos peleándose, el guarda detectó a esta persona y para protegerlo le pidió que bajara y subiera en el tren siguiente. Se negó a bajar y llamó a la policía. Pero no fue un acto de discriminación". No definió lo que significa discriminación o desconoce su significado ya que el guarda apuntó sólo al del cartel, y en el video argumentó, claramente, "esto es por hacer política".
Y se sabe, en los trenes, no se puede hacer política. Sólo viajar y vender globos.
PABLO WRIGHT, ESPECIALISTA EN ANTROPOLOGÍA VIAL
Un investigador con calle
Los autos, el tránsito. El comportamiento de quienes conducen. Por qué lo hacen como lo hacen. Es la cultura vial, que estudia este investigador superior del Conicet. Las razones del individualismo al volante, el desapego por las normas, el machismo fierrero.
Pablo Wright dirige la Sección Etnología del Instituto de Ciencias Antropológicas en Filosofía y Letras (UBA).
Por Pablo Esteban
Manejar por las calles de microcentro es una actividad estresante. El enorme caudal de vehículos hace pensar en (viejos) nuevos modos de transportarse, pero ni los amables colectivos ni las saludables bicicletas resuelven el conflicto. Al caer la tarde los seres humanos exhiben sus dientes afilados y sus automóviles transpiran dosis variables de ansiedad, malhumor y tensión. Ni más ni menos que eso: bestias voraces que solo buscan conquistar su destino para sentirse a salvo mientras dure la noche. Desde la antropología, el espacio público puede definirse como un escenario donde emergen las individualidades y se personifica la ciudadanía. Signos que dirigen las coreografías de los transeúntes y de los automovilistas. Instinto, garra y superación. Quien se adapta sobrevive, pero ¿dónde están las modales? ¿Qué hay de la cortesía y de la solidaridad?
Pablo Wright es investigador superior del Conicet y director de la Sección Etnología del Instituto de Ciencias Antropológicas de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (UBA). En esta entrevista describe la cultura vial de los argentinos, propone ejemplos para imitar a fin de mejorar el sistema local y promueve la construcción de una perspectiva de género que conquiste el espacio urbano y las calles.
–Cuénteme acerca de su trayectoria. Leí que antes de estudiar antropología, le interesaba la astronomía…
–Exacto. De adolescente quería estudiar astronomía en la Universidad Nacional de La Plata. Me fascinaba la idea de observar las estrellas por telescopio. Una experiencia romántica. Recuerdo que todo marchaba muy bien hasta que revisé el programa de la carrera. Y, por supuesto, me encontré con números por todos lados y como no me gustaban debí descartar la posibilidad. Luego, otro sueño era estudiar las pirámides de Egipto, así que opté por la arqueología. Esta vez me inscribí pero hice el primer final de zoología y no me fue muy bien. Ese hecho tocó mi orgullo y, finalmente, me anoté en la Facultad de Filosofía y Letras para cursar antropología. Realmente, hasta 3° o 4° año no sabía muy bien de qué iba la carrera, pero luego me sentí muy cómodo a partir de la realización de etnografías. En ese sentido, un trabajo que hice con las poblaciones tobas en Chaco significó un verdadero punto de inflexión en mi vida.
–Y luego realizó sus estudios de posgrado en Estados Unidos.
–Sí, más tarde fui a estudiar la maestría y el doctorado en la Universidad de Temple (Filadelfia) con un profesor que era una especie de referencia internacional en el estudio de los tobas. Vivir un tiempo allí me cambió la perspectiva, tanto para lo cotidiano como para mi labor como investigador. Advertí las complejidades de la interculturalidad y comencé a ver cómo estaba organizada la sociedad en las calles, es decir, cómo las realidades del sistema productivo se percibían en la microescena de todos los días. Hallaba la presencia inmanente de un capitalismo posindustrial que enfatizaba las lógicas de lo impersonal y se diferenciaba del capitalismo periférico argentino.
–¿En qué por ejemplo?
–En décadas anteriores, ya llegaban las multas de tránsito por correo. Tuve que comenzar a objetivar mi cultura argentina de ambigüedad con las normas frente a un sistema de vigilancia impersonal totalmente distinto como era el estadounidense.
–Ahí fue cuando comenzó a analizar asuntos vinculados a la cultura vial.
–Sí, aunque todavía continuaba con mi tesis de doctorado sobre los tobas. Recuerdo que en aquel momento me apasionaba ver los carteles de tránsito e inmediatamente realizaba una antropología comparada respecto a los carteles argentinos que ya conocía. De a poco comencé a interiorizarme en asuntos más teóricos vinculados con los signos y los símbolos. Los modos de interpretación y las formas en que nos movemos como conductores o peatones.
–¿Y cómo son los argentinos en las calles?
–En principio. Por el contrario, aquí todo el tiempo se negocia cuerpo a cuerpo. Es decir, el que llega primero a una esquina es quien dobla. Tardé muchísimo en poder conceptualizar algunas de las prácticas que nos caracterizan cuando estamos en las calles, con el objetivo de analizar la actitud de los ciudadanos frente a los signos estatales. Somos una especie de librepensadores, muy individualistas, aunque hay un motivo histórico.
–¿Cuál?
–Existe cierta desconfianza frente al Estado y su capacidad para normativizar, de modo que preferimos actuar por nuestra cuenta. Esto genera una gran virtuosidad para realizar maniobras audaces, pero no tiene mucho sentido si en el balance general de accidentes y muertes los índices se incrementan anualmente.
–En esta línea sería correcto relativizar la premisa que indica que "manejar bien es hacerlo con velocidad"…
–Estoy de acuerdo. Si esa es la definición de virtuosidad no vale la pena ser tan virtuoso. Más vale manejar mediocre pero de forma más previsible. Nuestra cultura ciudadana no reconoce al otro, de modo que es difícil generar solidaridades más allá de los vínculos más próximos que son la familia y los amigos. Algo así como un espíritu colectivo de ciudadanía. Es necesario saber que integramos una comunidad y que cada maniobra arriesgada entorpece el juego de la calle.
–Si en Argentina la cultura vial presenta serios problemas, ¿qué país podría funcionar como un buen ejemplo para imitar?
–En Montevideo (Uruguay), por ejemplo, se respetan bastante los pasos de cebras sin semáforo. Cuando cruza un peatón los autos se frenan. Eso es el efecto de una política de Estado que genera una ciudadanía vial más responsable y solidaria.
–Desde esta perspectiva, ¿una mayor cantidad de semáforos equivale a un mejor funcionamiento del sistema?
–No, la represión como única vía no se traduce en buenos resultados. Pero sin dudas se requiere de una política integral del Estado mediante la ejecución de acciones de largo plazo.
–En concreto, ¿cómo realiza su investigación? Imagino que el trabajo de campo inherente al quehacer antropológico es central.
–Sí, por supuesto. Realizo etnografía vial. Pienso los hechos viales como hechos sociales. Esto quiere decir que si bien los actores somos individuales y tenemos agencia (capacidad de acción), el mapa, el imaginario vial y las coreografías urbanas son configuradas por un artefacto histórico. También contemplo el modo en que las representaciones sociales e históricas participan del proceso de socialización en el mundo vial. Todo comienza en la infancia.
–Es decir que las personas no se manejan como les place sino que siguen normas que aprenden a respetar desde pequeños.
–Sí, pienso que si bien existe cierto espacio para la agencia los individuos no cuentan con libertad absoluta para moverse. Existen normas interiorizadas y naturalizadas que siguen de cualquier modo. En definitiva, se trata de actores que aprenden a actuar en el escenario social.
–Por último, usted sostiene que la calle es un escenario del espacio público dominado por los hombres. Desde aquí, ¿cómo construir una perspectiva de género?
–El mundo de lo tecnológico, de las herramientas, de las maquinarias en Occidente es bien masculino como resultado de una producción y una reproducción histórica. Tanto es así que los talleres mecánicos funcionan como catedrales de la masculinidad. Existe toda una tradición cultural que enseña esos roles y la división de trabajo, por intermedio de la cual la calle y los vehículos pertenecen a los hombres. Se concibe tanto al vehículo como a la mujer como objetos de deseo. Por ello, en este marco, es muy importante que construyamos un nuevo enfoque. Existe toda una matriz de pensamiento que es necesario derribar. Lo mismo ocurre con aquella idea que postula que las mujeres manejan mal. Creo que ya es inútil sostener este tipo de premisas.
DENUNCIAN EL DESMANTELAMIENTO DEL ÁREA DE MUJER EN
LA CIUDAD DE BUENOS AIRES
El ajuste que festejan los machistas
La planta disminuyó un 50 por ciento entre 2007 y 2015, hay escasa difusión de sus servicios y programas, y tiene problemas de infraestructura y mantenimiento, según una denuncia en la Legislatura. Su tarea es prevenir la violencia de género y asistir a las víctimas, entre otras.
Uno de los reclamos en la marcha de #NiUnaMenos, del 3 de junio pasado, fue por presupuestos en las áreas de Mujer.
Por Mariana Carbajal
Trabajadoras y trabajadores de la Dirección General de la Mujer del gobierno porteño denunciaron la situación crítica en la que se encuentra el área, de la que depende la atención a mujeres víctimas de violencia machista. La señal de alerta la dieron durante una reunión con la diputada porteña y presidenta de la Comisión de Mujer de la Legislatura, Andrea Conde, donde detallaron que hubo "una drástica reducción de personal" – la planta disminuyó un 50 por ciento entre 2007 y 2015 – situación a la que se suma "una escasa difusión" de sus servicios y programas, "problemas de infraestructura y mantenimiento" y la falta de equipos interdisciplinarios para abordar las problemáticas complejas de las que se ocupa el sector.
"En la Ciudad de Buenos Aires, el presupuesto destinado a prevenir y erradicar la violencia de género representa el 0,06 por ciento del presupuesto total, una verdadera desestimación del problema", advierte el pedido de informes que presentó en la Comisión de la Mujer el diputado del Frente de Izquierda y de los Trabajadores, Marcelo Ramal, para que el Ejecutivo a cargo de Horacio Rodríguez Larreta dé precisiones sobre la situación de la Dirección de la Mujer. El pedido sería firmado hoy por legisladores de un amplio arco político que forman parte de la Comisión, para llevar el tema al recinto después del receso de invierno.
El área de la Mujer del gobierno de la Ciudad fue creada en 1989, aunque fue variando su rango, visibilidad e importancia a lo largo de los años. Actualmente, es una Dirección que depende de la Subsecretaría de Promoción Social, del Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat. Sus principales actividades son las de promoción, prevención y asistencia a víctimas de violencia de género, violación, trata y abuso y maltrato infanto-juvenil, salud mental para mujeres y atención a hombres violentos.
"Se adoptó la política de no cubrir los cargos vacantes cada vez que el plantel se reducía por jubilación, transferencias, licencias sin goce o retiros voluntarios. Como resultado, hoy la Dirección cuenta con la mitad de los trabajadores que tenía en 2007. Pasamos de ser 500 en 2007 a sólo 280 en 2016. Esto repercute directamente en la cantidad y calidad de las prestaciones que ofrece el organismo", explicó la Silvana Temer, psicóloga que trabaja hace 26 años en el área y coordina el programa de prevención de "Noviazgos violentos".
También denunciaron que es "crítico" el estado de la Central de Llamadas, un 0800 que funciona las 24 horas del día y que tiene cuatro líneas que brindan asistencia telefónica a violencia de género, llamados de abuso y maltrato infanto-juvenil, salud, y delitos contra la integridad sexual como violación. "Además de que la línea no tiene la difusión necesaria en la población, actualmente sólo quedan 23 operadoras para atender las cuatro líneas de la central en todos los turnos, las 24 horas, los 365 días del año. Son sólo seis operadoras por cada línea. Como resultado, cada vez se logran atender menos llamados", explicó durante la reunión, Silvia Parisi, coordinadora de uno de los Centros Integrales de la Mujer (CIM), que dependen de la Dirección.
"El doble discurso y la hipocresía del macrismo son evidentes en relación a las políticas de género. Mientras se sacan fotos en la marcha de #Ni Una Menos, están vaciando políticas públicas que garantizan que las mujeres puedan tener una vida libre de violencia en la Ciudad", dijo a Página/12 la diputada Conde.
De la Dirección General de la Mujer dependen los siete CIM, que constituyen el dispositivo de atención de casos de violencia de género en territorio, junto con cuatro casas convivenciales: un refugio para víctimas de violencia de género y sus hijos/as, uno para víctimas de trata, una casa de medio camino y un hogar para madres adolescentes embarazadas y sus bebés en situación de vulnerabilidad. Muchos de ellos están funcionando en locales precarios con carencias edilicias muy grandes, desde goteras y vidrios rotos hasta falta de calefacción. Asimismo, por la falta de personal, no cuentan con equipos interdisciplinarios que puedan llevar adelante abordajes integrales para las problemáticas complejas que reciben a diario, contaron las trabajadoras. A fines de 2015 fue sancionada por la Legislatura la Ley Nº 5466 que dispuso la creación de al menos un CIM por comuna, pero todavía no se reglamentó.
"En una ciudad que fue pionera en la lucha contra la violencia de género y la primera en contar con una línea de atención gratuita, el PRO no sólo no cumple con garantizar la ley que obliga a tener un centro estatal de atención a mujeres por comuna, sino que reduce personal y mantiene en condiciones precarias a los hogares y casas de medio camino. Esto resulta en que miles de mujeres no puedan contar con la asistencia y seguimiento necesarios para poder salir de la violencia machista", manifestó Conde luego de la reunión.
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