lunes, 11 de julio de 2016

PROCREAR

lunes 11 de julio de 2016




PROCREAR



COMO SERÁ EL NUEVO PROGRAMA PROCREAR DE 

PRÉSTAMOS HIPOTECARIOS PARA LA VIVIENDA, QUE 

EL GOBIERNO ANUNCIARÁ ESTA SEMANA


En vez de tasas subsidiadas, créditos indexados



No habrá sorteos sino adjudicación por puntaje. El sistema anterior subsidiaba los intereses; el nuevo sistema, el capital, con una quita inicial de hasta el 30 por ciento, pero luego se indexará por el índice UVI. El recuerdo de la 1050 de la dictadura.
                                           Federico Sturzenegger, presidente del Banco Central y                                                                                               mentor del índice UVI para indexar los créditos.


Por      Raúl Dellatorre


En la semana que se inicia, se darán a conocer las nuevas modalidades del Programa Procrear. Ya no serán créditos para la construcción, refacción o ampliación de la casa familiar, sino para la compra de viviendas nuevas o usadas. Ya no gozarán de una tasa generosamente subsidiada de interés (era del 2 por ciento anual para las familias de menores ingresos), sino que serán créditos que se devolverán con capital indexado. No habrá sorteos, lo cual le otorgó al anterior Procrear una transparencia que lo dejó al margen de todo cuestionamiento o sospecha incluso en la actual caza de brujas, sino adjudicación por puntaje según el grado de vulnerabilidad de cada familia aspirante, a criterio de la Secretaría de Vivienda. El premio para los beneficiarios será un subsidio de hasta el 30 por ciento del valor del crédito a recibir (con un límite de 300 mil pesos), con lo cual la deuda hipotecaria a pagar será, en el origen, el 70 por ciento del monto recibido. De esta forma, el gobierno presentará en los próximos días un programa de financiamiento de la vivienda con el que asegura que llegará principalmente a las familias más humildes, en forma "más equitativa". Sin embargo, se abre un interrogante acerca de cómo afrontarán las familias beneficiarias, con ingresos en una franja de dos a cuatro salarios mínimos, una cuota indexada por inflación con los ingresos disponibles después de pagar los costos indexados de la canasta familiar, incluidos servicios domiciliarios básicos que el gobierno promete seguir aumentando una vez que supere el escollo que hoy le presenta la Justicia.

La población objetivo del rediseñado programa Procrear serán los grupos familiares con ingresos entre dos y cuatro salarios mínimos. A valores de hoy, esto representa ingresos brutos mensuales entre 13.620 y 27.240 pesos. Las adjudicaciones se harían de acuerdo al orden determinado por el grado de vulnerabilidad de las familias que se inscriban, a las cuales se las calificará con un puntaje según los parámetros que determine la Secretaría de Vivienda. El crédito que se otorgue deberá ser aplicado a la compra de vivienda familiar, nueva o usada, lo cual se espera que le otorgue un vital dinamismo al mercado inmobiliario, aunque esto dependerá del éxito del programa. Pero no a la construcción, que era uno de los ejes motores del programa anterior.

Sin embargo, según algunos allegados a la formulación del nuevo diseño del Procrear, no se descarta que también se habilite el ingreso al Programa de aquellos que planeen llegar a la vivienda propia por construcción. Aunque se descuenta que, de incorporarse, "la adjudicación del crédito para construcción será más engorroso", según confió uno de los expertos de Cambiemos que participó de los preparativos de la nueva etapa.


La etapa anterior

El Procrear en su faz inicial, durante el gobierno kirchnerista, estaba orientado fundamentalmente a la construcción, en tres modalidades de crédito: 1) para construcción sobre terreno propio, 2) para compra de terreno más construcción y 3) para ampliación, refacción y terminación de vivienda. Bajo estas modalidades se otorgaron y construyeron o ampliaron 170 mil viviendas, con una superficie promedio edificada de 101 metros cuadrados. Otras 23 mil se realizaron a través de desarrollos urbanísticos, para los cuales se adjudicaba la obra a desarrolladores para la construcción de unidades habitacionales sobre 74 predios fiscales. Luego se sorteaban las unidades para la adjudicación del crédito, cuyo costo variaba según el nivel de ingreso del grupo familiar. Una de las características más destacadas de estos créditos es que el nivel de morosidad familias que habían dejado de pagar al menos dos cuotas en ningún momento superó el 0,2 por ciento: dos por cada mil.

En su etapa inicial, los créditos del Procrear tenían el beneficio del subsidio sobre la tasa de interés. La tasa a pagar variaba del 2 al 14 por ciento dependiendo del segmento de ingresos al que perteneciera la familia adjudicataria. La modalidad anterior no reconocía un ingreso mínimo o de piso para acceder, ya que se suponía que una familia con capacidad de encarar por sí misma la construcción y teniendo ingresos irregulares (changas u otras formas de trabajo informal) podía hacerse cargo de pagar las cuotas por el crédito para la compra de los materiales de la obra. De hecho, el 24 por ciento de los créditos de la "línea individual" (alrededor de 40 mil) fueron otorgados a familias con ingresos inferiores a 8000 pesos (actualizados por la variación del salario mínimo, podría estimarse ese nivel a valor actual en 10.640 pesos). En los primeros cuatro años, la tasa de interés anual a pagar era del 2 por ciento en los primeros cuatro años, pudiendo llegar al 4 por ciento en el tramo siguiente.

Al segundo segmento, familias con ingresos mensuales entre 8000 y 16.000 pesos (de 10.640 a 21.280 pesos actualizados), le correspondió el 38 por ciento de los créditos de la etapa anterior (unos 65 mil familias). Este grupo pagaba una tasa anual del 7 por ciento en los primeros cuatro años, que subía hasta el 13,5 por ciento en los años subsiguientes. Es decir, que el 62 por ciento de los créditos Procrear fueron a esos dos segmentos de ingresos más bajos. Vale reiterar el bajísimo índice de morosidad: 0,2 por ciento de casos con incumplimiento en los pagos.


Indexación de las deudas

En su nueva modalidad, los créditos a otorgar reconocerían, en principio, varias limitaciones. Quedarían al margen de la posibilidad de acceso aquellas familias con ingresos bajos o muy bajos (menos de dos salarios mínimos, 13.620 pesos actuales o 16.120 pesos a partir de enero de 2017). La vivienda a adquirir no podrá tener un valor superior a 1,5 millones de pesos (100 mil dólares al cambio actual), pero el crédito máximo a otorgar podrá alcanzar un valor de un millón de pesos (66 mil dólares). Las familias que se encuentren en la franja de ingresos planteada (con un mínimo de dos salarios mínimos y un máximo de cuatro) y elijan una vivienda a adquirir que cumpla los requisitos, podrán inscribirse, aportando sus datos para ser calificados por la Secretaría de Vivienda. Una vez otorgado el puntaje, las que califiquen con el mayor grado de vulnerabilidad tendrán prioridad para el otorgamiento del crédito.

A diferencia del régimen vigente durante el kirchnerismo, no habrá subsidio sobre la tasa sino sobre el capital inicial. Es decir, que del monto del crédito otorgado se le concederá un subsidio de hasta el 30 por ciento del capital, aunque todavía se desconoce el mecanismo por el cual el descuento será del 30 por ciento o menos. La deuda, en consecuencia, será del 70 por ciento (o 75 u 80, según el subsidio que se otorgue) del monto de crédito recibido. Pero el monto de devolución de ese capital será indexado, desde la primera cuota, por el índice UVI, más una tasa de interés. La tasa de interés que se pague deberá ser muy baja, teniendo en cuenta de que se trata de un capital indexado.

La unidad de vivienda, UVI, es un sistema de valor de la cuota que el Banco Central implementó en la primera semana de abril de este año, siguiendo el ejemplo de Chile que calcula la actualización de sus créditos hipotecarios a través de la UF, unidad de fomento. El cálculo de la UVI surge de la estimación del promedio ponderado del valor del metro cuadrado de construcción en seis ciudades del país tomadas como referencia.

La UVI se define como la milésima parte de ese valor. Como el cálculo inicial dio como resultado un valor de 14.053 pesos el metro cuadrado (aproximadamente mil dólares), se fijó el valor inicial del índice UVI en 14,053 para el 31 de marzo de este año. El cuestionamiento principal que se hace a este sistema es que funciona sólo para países con muy baja tasa de inflación, como Chile (entre el 4 y el 5 por ciento anual), pero no para países con alta inestabilidad de precios, como Argentina. Los resultados están a la vista: el Banco Central publicó esta semana el valor del índice UVI para el 5 de julio: 15,48. Esto significa que su incremento con respecto al valor inicial, tres meses antes, fue del 10,2 por ciento.

Anualizando este ritmo de variación, la tasa anual de incremento resultante es del 47,4 por ciento, bastante superior al incremento esperado, por ejemplo, para el dólar. Y 17 puntos por encima de las ya de por sí elevadas tasas de las Lebac. A esa indexación, además, hay que sumarle una tasa de interés que no será subsidiada, según se adelantó. Si se toma el ejemplo dado por el Banco Central, en su página de internet, al anunciar la habilitación de las UVI como "instrumento para promover el ahorro y el crédito a largo plazo, y multiplicar el acceso a la vivienda", a principios de abril, el costo financiero total (CFT) de referencia para los créditos indexados sería del 5 por ciento. La suma de indexación más intereses resulta, en consecuencia, superior al 50 por ciento en esta hipótesis.

Si tomáramos la hipótesis de un crédito por 800 mil pesos con un subsidio del 30 por ciento, el valor de la deuda al momento de recibirlo sería de 560 mil pesos. Un año después, el valor de la deuda por aplicación del UVI ascendería a más de 825 mil pesos. Es decir, que la indexación al término del primer año es mayor que el subsidio inicial.

Aun descontando las cuotas pagadas durante ese primer año, teniendo en cuenta además que parte de esas cuotas es pago de intereses, la amortización del capital (lo cancelado) resultará muy inferior al aumento del capital por indexación, con lo cual el deudor hipotecario estará debiendo más que al principio.


Un fantasma que vuelve

A más de uno, el ejemplo le rememorará la funesta circular 1050 del Banco Central, cuando Adolfo Diz era su presidente y José Alfredo Martínez de Hoz el ministro de Economía, socios y mentores de la dictadura de Jorge Rafael Videla. Esa norma instituyó un método de indexación de los créditos cuya evolución superó ampliamente el ritmo de actualización de los ingresos, provocando la pérdida de las viviendas adquiridas bajo ese sistema por ejecución de las hipotecas.

Aun suponiendo una tasa de indexación menos elevada que la proyectada a partir del trimestre pasado, de un 30 por ciento por caso (una hipótesis moderadamente optimista para el nivel de inflación de los próximos doce meses), es altamente probable que la misma supere en cinco puntos o más la evolución de ingresos de una familia de ingresos medios bajos. La cuota para un crédito de 800 mil pesos a 20 años resulta, inicialmente, del orden de los 4000 pesos, en el caso de recibir un subsidio del 30 por ciento. Para una familia con ingresos de 20 mil pesos, la cuota representaría el 20 por ciento de los mismos. No es muy arriesgado decir que ese monto debería estar cerca del total de su ingreso disponible, con lo cual una mínima distorsión negativa entre el crecimiento de sus ingresos en un año y la indexación de las cuotas, los colocaría en una situación muy complicada. Una complicación con perspectiva de repetirse año tras año.


Elogios y perspectivas

De acuerdo a manifestaciones de los propios funcionarios del gobierno de Cambiemos, el Procrear tal como funcionó en la etapa del kirchnerismo tuvo sus méritos. Ivan Kerr, subsecretario de Desarrollo Urbano, reconocía unos meses atrás, cuando el gobierno empezaba a trabajar en el rediseño del plan, que "el Procrear fue un muy buen programa, estuvo muy bien instalado, penetró en el público, los doscientos mil créditos otorgados fueron un montón en relación a lo que había, pero insignificantes en relación al déficit habitacional" del país, que calculó en 3,5 millones de viviendas (Agencia Télam, 10 de marzo). Pero en la misma oportunidad, sostuvo que "hoy el programa tal cual está no es sostenible", ya que las tasas "a las que se devuelve el crédito son inferiores a la inflación". Tasas que, vale repetir, estaban expresamente subsidiadas para facilitar el acceso al crédito.

Al poner el sistema de crédito para la vivienda de sectores humildes a expensas de la indexación, el gobierno hace una apuesta demasiado fuerte a lograr una estabilización de precios que acerque al país rápidamente a Chile. Pero lo que apuesta, lo que pone sobre la mesa de juego, es la vivienda de los sectores medios bajos (los más humildes quedarían excluidos del nuevo sistema). Es altamente improbable que la perspectiva se cumpla, y más difícil es que con la actual política económica, que impone e impulsa un ajuste de los sectores empresarios sobre sus costos laborales, los sectores de ingresos medios bajos le ganen o, siquiera logren arrancarle un empate a la inflación. Y en este caso en particular, a la UVI. El nuevo sistema no será canalizado, como en la anterior etapa, a través de un banco con activa participación estatal, como el Hipotecario. Ni siquiera por el Nación (que, vale recordar, rechazó participar del lanzamiento de los créditos hipotecarios con cláusula de ajuste UVI que el Banco Central lanzó en abril). Serán los bancos privados los que lo implementen, buscando sacar beneficio inmediato de su colocación, con la garantía de hipotecas que no dudarán en ejecutar en caso de llegar la ocasión. El sector inmobiliario, definido ya que los créditos se aplicarán a la compra de una vivienda ya existente, nueva o usada, esperan el nuevo sistema como una oportunidad de reactivación, aunque sea segmentada, de su negocio. Quienes menos entusiasmo deberían tener frente a la propuesta son los supuestos beneficiarios: las familias que no han podido acceder a la vivienda propia y a las que, por nivel de ingreso, el sector bancario les cierra sus puertas. Pero son a quienes se intentará convencer, atraer, seducir. Como en otras épocas de censuras y prohibiciones, hablar de la 1050 estará prohibido o, al menos, mal visto.















OPINIÓN


¿Dónde quedó la historia?



Por       Eduardo Aliverti


Nadie previó que la escena política del Bicentenario sería la que es.

Los festejos patrios, al menos para los retratos oficiales, suelen remitir precisamente a esa palabra. Festejo. A secas. La versión escolar y edulcorada de la historia, sin embargo, había encontrado en los últimos tiempos un sentido bastante más profundo que la simple enunciación de una épica intachable, generalizada, a cargo de unos héroes a quienes se despojaba de toda caracterización política para sumirlos en un relato blanco, sin enfrentamientos ideológicos de fuste, sólo preocupados por metas emancipadoras. Bastaría recordar lo que fue en 2010 la esencia otorgada al 25 de mayo, pero no solamente por la masividad callejera de su celebración sino, y sobre todo, porque sus protagonistas fueron resaltados desde el lugar verdaderamente crítico o liberador que ocuparon en su época. El Bicentenario de hace seis años se llamó Moreno, Belgrano, Castelli, Monteagudo, y habrá, que vaya si los hay, quienes digan que aquello y tanto más formó parte de un relato sesgado, del que se apropió el kirchnerismo para construir una realidad que no era más que la suya con el único objeto del festín de los corruptos. Aun cuando ese argumento gorilísimo se tomara como válido, lo que no puede negarse es que la historia está ahí para provocarnos, para propender al desafío intelectual, para que no nos resulte indiferente que los hombres y mujeres de nuestra historia tienen fondos distintos, intereses distintos, combates distintos. Este Bicentenario, en cambio, ¿en qué consistió oficialmente? En nada o, mejor dicho, en nada que no sea la entrada de la bandera de ceremonias, cantar el himno, pronunciar palabras de circunstancia, producir unos actos folklóricos y mandarse a guardar. Se pretende que no hay conflicto que valga, que la grieta no es inherente a la lucha entre los proyectos oligárquicos y los populares y que así no se puede seguir, como si no hubiera lo mejor que nos hace seguir así so pena de convertirnos en una masa de desentendidos. Este Bicentenario se formateó como la necesidad de que no haya diferencias entre los argentinos, lo cual es políticamente más perverso que toda intención adjudicada al denominado relato de la gestión anterior. Si un festejo patrio es a-ideológico no hay nada que festejar.

En el último libro de Felipe Pigna, Manuel Belgrano, el hombre del Bicentenario, está la cita de un artículo que La Gaceta publicó el 1 de septiembre de 1813 y que el prócer había escrito años atrás pero sin pasar la censura del período colonial. Belgrano dice allí que "la indigencia en medio de las sociedades políticas deriva de las leyes de propiedad (…) De esas leyes resulta que (…) se han elevado entre los hombres dos clases muy distintas; la una dispone de los frutos de la tierra y la otra es llamada, solamente, a ayudar por su trabajo la reproducción anual de sus frutos y riquezas, o a desplegar su industria para ofrecer a sus propietarios comodidades, y objetos de lujo, en cambio de lo que les sobra. (…) Los socorros que la clase de Propietarios saca del trabajo de los hombres sin propiedad, les parecen tan necesarios como el suelo mismo que poseen. (…) El imperio, pues, de la propiedad, es el que reduce a la mayor parte de los hombres a lo más estrechamente necesario". En sus Escritos económicos, Belgrano escribe que "tenemos muchos libros que contienen descubrimientos y experiencias que los antiguos y modernos han hecho en la agricultura, pero estos libros no han llegado jamás al conocimiento del labrador y otras gentes del campo. Si se conociese por todos, la cantidad de frutos aumentaría (…) siendo una parte considerable de las riquezas del Estado. Ahora, pues, si la riqueza de todos los hombres tiene su origen en la de los hombres del campo, y si el aumento general de los bienes hace a todos más ricos, es de interés del que quiere proporcionar la felicidad del país que los misterios que lo facilitan se manifiesten a todas las gentes ocupadas en el cultivo de las tierras, y que el defecto de la ignorancia, tan fácil de corregir, no impida el adelantamiento de la riqueza". ¿Dónde quedó, por caso, este Belgrano, este hombre del Bicentenario, en este festejo del nuevo relato oficial de una historia descafeinada que reincorporó los desfiles militares? Es apenas un botón de muestra de lo que nos quitan, para nunca agregar nada que no sea la aceptación mansa de los protocolos de clase. Ya nada debería ser disruptivo, en el nuevo manual de la gente PRO ensimismada con el anti. Ese anti que consiste en mostrar a cuando estábamos mejor como el solo producto de una banda de delincuentes, tras lo que se esconde – para todo ciego político – el señalamiento del progresismo como delito ideológico.

Tomadas algunas novedades de estos días, se advierten con facilidad ese semblante y ese objetivo del oficialismo. Si una Cámara Federal frenó el tarifazo de gas en todo el país, habrá que esperar a que la Corte decida que las víctimas de este curioso gradualismo deben admitirlo por las buenas o por las malas. Hay que pagar lo que se robaron, dicen los atildados referentes macristas con una violencia, despectiva, cuya simpleza verbal es tan bruta como lo serían sus conocimientos de economía si es que quieren anclar ahí la justificación del saqueo. Pero no es eso. No son brutos. Son brutales. Saben perfectamente que los tarifazos allegan recursos escapados por otras vías, que son la misma. Quitaron todas las retenciones al complejo agroexportador con la salvedad gradual de la soja, liberaron al mercado de cambios permitiendo una fenomenal fuga de divisas, desataron un alud de importaciones que está liquidando todo el esfuerzo de los últimos años por reconstituir el mercado interno. El verso perpetuo, para sostener esta avanzada de los sectores más concentrados de la economía, es el de la copa de los ricos que derramará hacia abajo. También da pudor reiterarlo, pero sería más vergonzoso no hacerlo por buscar originalidad analítica. Están sacados y sacando de abajo y del medio porque confían en tres cosas: a) que la imagen del pasado reciente, estructurada con la ofensiva mediático-judicial, es todo lo fuerte que debe ser como para que a nadie se le ocurra pensar en más que la herencia recibida; b) que una paupérrima recomposición del poder adquisitivo, gracias al impacto de paritarias junto con alguna inyección de fondos por la denostada obra pública, les dé margen de resignación social; y c) que la estampida política opositora, con el peronismo astillado en por lo menos tres fragmentos, les permita seguir dibujando impresión de ser única alternativa. La ausencia de un liderazgo combativo, en atención a c), o el hecho de que el único existente, Cristina, está refugiado en la defensiva, amplía los aires y posibilidades triunfalistas del bloque dominante. Se advierte reacción social, sectorial, vecinal, pero al no tener correlato político es inorgánica. Y el horizonte gremial, aunque cada tanto muestra las fauces, también favorece al Gobierno. La semana pasada se cerró el reparto de fondos para las obras sociales sindicales y eso amainará los reclamos porque, ya se sabe, la muchachada de la CGT es muy sensible al estado de la caja en primerísimo lugar. Si hubiera un movimiento adverso con dirección política sería diferente, pero no lo hay.

Estos días dejaron asimismo la imagen horripilante de una patota que entró a la redacción del periódico Tiempo Argentino, cooperativizado por sus trabajadores, destrozando sus instalaciones. La policía acompañó a los bandidos, no virtual sino concretamente. Más que ninguneado por los medios hegemónicos, el hecho fue descripto como la consecuencia de un mafioso que se habría alzado con los restos del grupo Szpolski-Garfunkel cual efecto, a su vez, de los pandilleros empresariales en quienes el kirchnerismo depositó mediáticamente la construcción de su relato. Si una observación de esa naturaleza – que tiene aspectos veraces – se impone sobre la condena y el espanto liso y llano, quiere decir que el odio y la sed de venganza son más potentes. Pero faltaba que se sumara Macri calificando a los integrantes de la cooperativa Por Más Tiempo como "usurpadores". Y Macri lo hizo. Lo dijo. Como precisó el comunicado de prensa de los violados, consta en un acta firmada en el Ministerio de Trabajo, bajo administración de Cambiemos, que los trabajadores tienen "la custodia" del inmueble, a raíz del estado de abandono dejado por los responsables de la empresa Balkbrug SA. El presunto dueño y testaferro de Szpolski, Juan Mariano Martínez Rojas, ingresó en la madrugada del lunes junto a unos veinte fascinerosos, destruyeron parte de la redacción y de los estudios de Radio América pero el problema, según Macri, no fue ése sino que los laburantes son usurpadores. La dimensión simbólica de esta animalada es terrible. Cualquier excusa –plata de los servicios, corrupción sistémica, que Szpolski fue candidato a intendente K– fue más relevante que la pornografía de una banda tenebrosa amedrentando periodistas. Ese sello se ignoró o relegó. Como se ignoran y relegan los tantos signos represivos que pueden adquirir la forma de un Estado que debía limpiarse de ñoquis para después decir que hubo errores y excesos, de una Justicia persecutoria que inventa mucho más de lo que prueba o de unos medios que instalaron la lógica del ojo por ojo y diente por diente.

Más tarde o más temprano, aunque por lo visto haya que tener paciencia y más acción popular, reaparecerá alguna variante política que canalice el descontento y la rueda vuelva a girar en dirección positiva. Eso también lo enseña la historia.


















OPINIÓN


Lección de antihistoria




Por      Horacio González


En este escueto 9 de Julio, como conmemoración abollada y escuálida, hemos visto sorprendentes publicidades, repletas de simulados bucolismos, de mansos folklorismos y un ignorante acervo oficial de opiniones que demuestran un preocupante desprecio por la historia. Sin embargo, el desprecio garantiza la proliferación de lugares comunes que finalmente tienen usos múltiples. Trivializan el paisaje, desdeñan genealogías políticas, excluyen las primicias artísticas y no perciben ningún drama en la naturaleza. Pero la expresión desarticulada de ideas, no obsta para que la historia despojada de matices, retorne brutalmente al presente, con un proyecto no declarado de maniatar toda vitalidad social con una soterrada reivindicación de los momentos más oscuros de la historia contemporánea. Esta efeméride les ha servido para ofrecer la visión de un mundo plano y uniforme. La tierra plana siempre fue una creencia de espíritus menores, pues en todas las épocas, la gran filosofía, la metafísica y la teología eligió la forma esférica para representar el planeta.

Más allá de lo que bruscamente se le endilga, una abaratada idea de globalización, ellos son la esfera destruida por el plano. Aquí lo que llamamos "globalización" es una forma empecinada e imprecisa de aplanar, extenuar y abatir las asincronías históricas. Todo lo que tiene la historia de "desigual y combinado" es desmantelado por escenografías chatas y desapasionadas, donde solo subsisten los ritos nostálgicos en lejanos patios escolares, por la vía de un virulento retroceso pedagógico de la conciencia ciudadana. Pasar por alto las singularidades, los desvíos y excepcionalidades del mundo histórico, es propio de los poderes tecno-gerenciales, que con sus tegumentos jurídicos emiten continuamente imágenes de arrasamiento de las incertidumbres y destinos cruzados que hay en toda existencia colectiva. Las honras oficiales prefirieron dejar en pie a Favaloro y al Jaguareté. Son escasas efigies, cada una en lo suyo, que nada tienen de objetables. Pero en su exigüidad nos permiten apenas la benevolente invocación de una agraciada fiera de sugestivo nombre guaranítico, y por otro el recuerdo del médico angustiado y suicida, parvo en definiciones más ambiciosas, pero lector de Martínez Estrada. Ni el admirable felino ni el extraño facultativo pueden resolver la penuria iconográfica y la sequedad de imágenes, filtradas por espíritus olvidadizos y lacónicamente informados.

Todos los dichos por los actuales gobernantes sobre esta conmemoración son penosas interpretaciones de un pasado fijo, pegado con chinches en el telgopor, que sin embargo tiene de vigorosamente actual un repertorio de amenazas y sorprendentes y rendiciones del sinuoso avatar nacional ante las plantas elefantinas del Borbón. Han racionalizado linealmente los sucesos de julio de 1816, como si se tratara de los dibujos de un mundo raso, sin las ondulaciones y quiebres que determinan toda asociación humana. La publicidad oficial y el propio presidente han insistido en una extraña idea de independencia. Lo que habitualmente se refiere a las relaciones de dominación y sujeción entre países, lo remiten a la "independencia personal", a "estar cada día un poquito mejor", a "tomar tus propias decisiones". Confunden los procesos de autonomía nacional con la ideología del "emprendedor", del "self made man" o del beatífico empleado al que le obligan a poner cara radiante frente al yugo cotidiano, prohibiéndole además el último, pobre y maltrecho recurso de la "viveza criolla". Macri parece considerar a un evento complejo como éste como una reunión más, un poquito más problemática que otras, de concesionarios de supermercados ante nuevos métodos de comercialización. Su fraseología llena de atroces primitivismos desconoce las profundas significaciones que encierran los congresos del siglo XIX en cuanto al malogrado constitucionalismo, la imperfecta forja de derechos colectivos y las magras utopías sociales amortiguadas en sangre.

Se sorprenderían los predicadores de la felicidad futura si dijéramos que los eventos que conmemoramos tienen también la oscura atracción de constituirse en proyectos fallidos. Son señeros en sus esfuerzos inconclusos, ricos en sus alarmantes desvíos, y poderosos en sus ensoñaciones desmanteladas. En parte, se correspondían con la cruda realidad de estilos políticos sospechosamente parecidos a los que hoy elaboran la complaciente pedagogía sobre el 9 de Julio del 16 en la remota Tucumán, y en parte era lo que palpitaba en esa tragedia parca, que tocaba cuerdas cuya hondura no atinaba a comprender cuando proponía un Monarca Inca o cuando atinaba a redactar la declaración independentista con los idiomas subyacentes pero mayoritarios.

Diluido, destruido el Congreso por una Constitución desafortunada, en 1819, no por eso deja de demostrarse que las leyendas nacionales tienen una rara selectividad para rescatar muy sumariamente, y obtener lo que importa, de estos eventos múltiples, rodeados como un inesperado cometa de toda clase de detritus y polvillos que ennegrecen la atmósfera. Un agraciado concepto del acervo de Bolívar lo encontramos en la idea de Congreso Anfictiónico, como se sabe, su gran fracaso de 1826, diez años después de las justamente festejadas jornadas del Tucumán en la casita de Francisca Bazán de Laguna, que pasó a la historia por la efectiva insistencia de nuestras maestras de segundo grado, y donde Laprida presidió la sesión fundamental, cuya presencia se cuela siempre en nuestros recuerdos por los cuadernos escolares que llevaban su nombre y el tremendo alegato de Borges en el "Poema conjetural".

Consultemos la edición de La Gazeta de Buenos Ayres en su largo editorial anónimo del 6 de diciembre de 1810, para considerar como debería ser una lección de historia. Leemos allí un raro artículo del cual vacilaríamos hoy en decir en qué reside su revulsivo interés. Su adicional atractivo estriba en que no sabemos quién lo ha escrito, usando una vigorosa primera persona. No podemos rebajar su importancia en virtud de las atormentadas acciones que luego se desarrollarían por el mismo asunto, a saber: se trata, eminentemente, de la cuestión del federalismo o cuestión anfictiónica (semejante a la construcción federativa). El articulista cita a Jefferson, quien había trazado un idílico panorama de las formas de resolución de conflictos entre las tribus indígenas de Norte de América, con una mezcla de federalismo y patriarcalismo. Lo compara también a los cantones suizos con una "dieta general" que respetaba que cada cantón eventualmente se atuviese a formas democráticas, o bien aristocráticas.

El autor (¿Moreno?) condena el espíritu anfictiónico, dando ejemplos provocativos de una imposibilidad, adelantándose muchos años con esta condena al Congreso que luego citará Bolívar en 1826 (en Panamá, su istmo de Corinto) admitiendo la suave y entusiasta comparación entre el istmo de Paraná y el que une la Hélade con el Peloponeso. (El canal de Corinto antecede en algunos años al Canal de Panamá). Se trataría de las imposibilidades geográficas que harían inútil al federalismo sin que eso suponga volver al Rey. Fijarse en la grave razón de las distancias geográficas lleva a preguntarse: ¿qué hacer con Filipinas, o quién "conciliaría nuestros movimientos si no tenemos con México más relaciones que con Rusia y Tartaria"? Los congresos anfictiónicos de la Antigüedad, prosigue el ignoto escritor de la Gazeta, únicamente se referían al ordenamiento del culto de Delfos, a fin de unirse solo en términos del ejercicio de lo sagrado.

El severo articulista no parece entonces ver otra salida que una mínima fraternidad entre las provincias que están imbricadas en el proceso de emancipación, y que al mismo tiempo evite la disensión interior. ¿Quién escribió estos extraños párrafos, que motivarán luego guerras civiles y estruendosos fracasos políticos? Al leerlos, se tiene el mismo sentimiento de provisoriedad reflexiva y frágil autoría que alberga el lector futuro. Sentimientos no diferentes que tendría el ignoto espectro del pasado que los ha escrito. Son tiempos cuya sabiduría está esparcida en lecturas que no parecen más que chispas de raciocinios apenas insinuados.

El Congreso de Tucumán declaró la independencia de un país que ya es otro, que ni territorialmente, ni lingüísticamente, ni socialmente, ni económicamente, pertenece a nuestra esfera contemporánea. Pensarlo desde nuestro presente requiere despojar la historia de malezas pero respetando toda hojarasca. El articulista de 1810, al decir la palabra griega "anfictiónico", que significa "fundación conjunta", pronuncia ya la sentencia que devela la fragilidad del Congreso del 16 –marcha con la Independencia hacia el Pacífico, hazaña que hasta Carlyle saludara–, pero como bien notó Alberdi, dejó desprotegido al Alto Perú. Y también clava una espina al Congreso panameño bolivariano citado dieciséis años después. ¿Pero importa decirlo hoy, desbarata la felicidad de nuestros escolares y la cabalgata ritual de las personas que honrosamente se visten ahora de gauchos? Al menos en un caso sí importa, pues estas rendijas de la historia son una lección que repite sus oscuros cánticos. Es como si Moreno le hubiera advertido a Laprida y luego al propio Bolívar sobre los riesgos del ambicioso pero ingenuo proyecto de hacer el Congreso constituyente de "fundación conjunta" en Panamá, incluyendo a Estados Unidos, el país de Jefferson. ¡Pero Macri qué sabe de esto! En su abstinente antihistoria, puede prestar atención, pero solo si oye la palabra Panamá
















OPINIÓN


Desmantelamiento educativo y encima, la maldad




Por        Mempo Giardinelli


Más allá de la estupidez presidencial del "querido rey" y la "angustia de independizarse de España" que ofende la memoria de Manuel Belgrano, José de San Martín y muchos otros próceres, lo que los neomilitarizados fastos macristas mostraron estos días fue que estos tipos, además, son malos. Porque gracias a la prensa y la telebasura que los sustenta, encima, están empeñados en arruinar no sólo este presente miserable sino también el futuro.

El Ministerio de Educación que conduce Esteban Bullrich en sus momentos libres – es decir cuando no va al club o la embajada americana a homenajear bandera e himno de ésa, su madre patria – ha venido tomando una serie de medidas que más que desafortunadas son perversas, y que ahora alcanzan el paroxismo de la maldad.

En siete meses han desmantelado los programas Jóvenes y Memoria, Educación y Prevención de Adicciones, Comunidad y Convivencia Escolar, y también los Centros de Actividades Infantiles (CAI) y de Actividades Juveniles (CAJ), que mantenían abiertas las escuelas los fines de semana con actividades artísticas y deportivas. Asimismo liquidaron el Plan Fines (para completar estudios), el de Mejoras Institucionales (PMI) y han discontinuado la compra y distribución gratuita de millones de libros a todas las escuelas del país.

Además, se cargaron todos los equipos técnicos de la Educación Intercultural Bilingüe (que atendía a la población que habla idiomas de pueblos originarios), el Programa de Educación Artística (desmantelaron las Orquestas Infantiles y Juveniles nacionales), y liquidaron el Programa de Educación en Contextos de Encierro (para las escuelas en cárceles, orfanatos y hospitales), y todos los programas de Educación para Jóvenes y Adultos. Y por supuesto eliminaron el Programa Nacional de Educación Sexual Integral (ESI), que en todos los niveles educativos se concentraba en la prevención de las distintas formas de violencia de género, bullying, abusos y discriminación. Y del cual la mañana del pasado miércoles 7, en la esquina del Ministerio de Educación, sobre calle Marcelo T. de Alvear, aparecieron muchas bolsas de basura llenas de estos materiales educativos.

Y ni se diga la destrucción de hecho del Plan Nacional de Lectura, hoy un sello con un par de funcionarios, que acaba de cancelar los contratos de unos 200 trabajadores tercerizados por la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) y en su mayoría se desempeñaban en sus cargos desde hacía siete años o más, precarizados vía contratos de la Unesco y algunas universidades nacionales.

Pero sin dudas lo más grave y repudiable de tan malsano accionar es el congelamiento de "Conectar igualdad", el programa de computadoras fabricadas por más de 10 empresas nacionales y del cual se distribuyeron más de 5 millones de netbooks a niños y jóvenes de todos los niveles y en todo el territorio nacional. Y al que Naciones Unidas reconoció como uno de los planes para inclusión de jóvenes más importantes del planeta.

"Conectar Igualdad" fue mucho más que una distribución de máquinas, porque también desarrolló su propio software (llamado Huayra GNU/Linux), un sistema operativo libre y nacional que funcionó como alternativa al hegemónico Windows.

Lo que primero hicieron fue despedir a medio centenar de trabajadores del programa, con lo que se dejó en el aire a un millar más en las 23 provincias, a la vez que cancelaron la entrega de más de medio millón de netbooks ya compradas a una docena de proveedores diferentes por licitación. Y todo, haciendo correr acusaciones estúpidas como que los chicos usan las netbooks para jugar o que el programa era un "instrumento ideológico K".

No casualmente, desde que en marzo las provincias dejaron de recibir financiamiento para contratar equipos técnicos de mantenimiento, reparaciones y reposición, esas máquinas se fueron desactivando y ya no se reponen. La desazón es palpable en miles de familias, chicos y docentes, habituados ya a este instrumento educativo argentino que fue fenomenal.

Pero no sólo es maligna esa desactivación, sino lo que el gobierno, y Macri y Bullrich en particular, se traen entre manos. Que no es otra cosa que un negocio fabuloso del cual hubo indicios en el reciente Foro Económico de Davos, donde el presidente Macri se reunió con los CEO de las tres empresas tecnológicas más grandes del mundo: Sheryl Sandberg (Facebook), Eric Schmidt (Google) y Satya Nadella (Microsoft).

Este último le ofreció al presidente argentino "software gratis para estudiantes", como informaron diferentes medios del mundo. Y es claro que no fue un acto generoso, sino basado en el interés de la gigantesca empresa de que los niños argentinos se críen pensando que Windows y el paquete Office son "la" interfaz "natural" de un ordenador. Se sabe en todo el mundo que en materia tecnológica las corporaciones "primero regalan y después cobran", y por eso Microsoft entrega algunos productos gratis a cambio de ganar licitaciones futuras y constituirse en proveedora. De hecho el verdadero y mejor negocio de Bill Gates es la venta de licencias de software.

O sea que, muy pronto, y una vez que desaparezca "Conectar Igualdad", todo lo que hacía ese fantástico programa, y sus servicios tecnológicos conexos, probablemente quedarán a cargo de Microsoft. No fue casual que la semana pasada, durante su visita a los EE.UU. y según La Nación del 7 de Julio, Macri participó en Idaho de la Sun Valley Conference, que preside el Sr. Gates y de la cual participaron también Larry Page (Google); Mark Zuckerberg (Facebook); el magnate periodístico Rupert Murdoch y los CEO de Disney, Roger Iger, y de Coca-Cola, Muhtar Kent. Y es rumor fuerte que la empresa Prima S.A. y la editorial Tinta Roja, ambas del Grupo Clarín, que junto con Microsoft sostienen desde 2011 el "Plan Sarmiento" del GBCA, se preparan ya para el reemplazo.

Estos tipos no parecen diferentes de algunos sujetos ultrapromocionados en los medios.




















EL ACERCAMIENTO DE MASSA Y STOLBIZER DE CARA A LAS

ELECCIONES LEGISLATIVAS DE 20

El juego de los opositores amigables




Después del acuerdo parlamentario entre el Frente Renovador y el GEN, Sergio Massa y Margarita Stolbizer comenzaron a mostrarse juntos y planean una gira bonaerense y otra por el interior del país para posicionarse como alternativa al oficialismo.
En la última semana compartieron actividades en Mar del Plata y en Tucumán.


Por       Miguel Jorquera


La alianza política entre el líder del Frente Renovador, Sergio Massa, y la dirigente del GEN, Margarita Stolbizer, se cocina a fuego lento con la mira puesta en las elecciones legislativas de 2017, para cuando cada sector se entusiasma con la idea de confluir en una misma lista de candidatos en la provincia de Buenos Aires e intentar derrotar al macrismo. La propuesta compartida de asumir el rol de "oposición responsable" al gobierno de Cambiemos tras la derrota en las últimas elecciones se transformó en un "acuerdo parlamentario" ni bien arrancó este año y continuó con elogios y coqueteos mutuos. En la última semana se mostraron juntos en Mar del Plata y Tucumán, en agosto volverán a pasear unidos en territorio bonaerense y programan para septiembre una recorrida por el interior del país. Los tarifazos en los servicios públicos esenciales aceleraron los tiempos políticos y Massa y Stolbizer salieron al cruce de la política oficial como primer paso para confrontar con el Gobierno. Aunque públicamente no habrá anuncios de pactos ni alianzas, en privado apuestan a un acuerdo electoral que, por ahora, no incluye a otros sectores del peronismo.

"Existe una muy buena relación con Marga", afirmaron cerca de Massa a Página/12. "La afinidad con el Frente Renovador es muy fuerte y eso hizo que acordáramos parlamentariamente con él", argumentan en el entorno de Stolbizer ante este diario. Renovadores y margaritos niegan que el acuerdo entre ambos dirigentes sea con fines electorales, pero tampoco lo descartan.

Ni Massa ni Stolbizer quieren mostrarse preocupados por las elecciones del año próximo, pero ambos trabajan en ese sentido. El acuerdo parlamentario apuntó a fortalecer su postura de "opositores dialoguistas" con el oficialismo, "sin poner palos en la rueda" pero diferenciándose del macrismo.

"Margarita representa para muchos la imagen de la transparencia en política, pero eso solo no alcanza: la gente votó a Cambiemos y a Massa. Por eso nuestra decisión fue cooperar con la gente que votó al Gobierno para un cambio y con la gente que votó a una oposición responsable", afirman desde el GEN para justificar su postura frente al macrismo y su acercamiento a Massa, minimizando diferencias que durante la campaña parecían insalvables.

Para el líder del FR, el acercamiento a Margarita y el respaldo a la embestida judicial de la diputada contra la gestión kirchnerista y la ex presidenta Cristina Fernández se convirtió en un escudo contra aquellos que lo asocian a lo más oscuro de la política bonaerense y las denuncias de vínculos con el narcotráfico, como hizo la aliada macrista Elisa Carrió en plena campaña presidencial. Por entonces, la chaqueña estaba ofuscada por la división del voto anti-K y acusó a Stolbizer de "ser funcional" al kirchnerismo.

En su primer acto junto a Stolbizer, en febrero de este año, Massa redobló la apuesta y la propuso con candidata a la Corte Suprema. Stolbizer devolvió la gentileza afirmando que ocuparía un sillón en el tribunal supremo "el día que Massa sea presidente". Elogios que iban mucho más allá del "acuerdo parlamentario" que presentaban.

En la tarea legislativa, Massa picó en punta. Con un bloque numeroso, los renovadores se ofrecieron al oficialismo como opositores "amigables" y la bisagra para que Cambiemos consiguiera los votos necesarios en la Cámara de Diputados, a cambio de modificaciones –muchas veces cosméticas – que Massa luego levantó como trofeos propios. En esa tarea el monobloque del GEN está lejos de ser decisivo.

Massa abrió otros frentes legislativos para asumir protagonismo y sumar aliados. Retomó el llamado "índice Congreso", con el que el macrismo cuestionaba los datos inflacionarios del kirchnerismo y con el que Massa apunta ahora a la inflación que genera el gobierno de Cambiemos. Allí sumó a Stolbizer y a sus aliados de Progresistas: el Partido Socialista y Libres del Sur, que también buscan un paraguas electoral nacional tras la alianza de la UCR con el PRO.

"Con ellos también tenemos una excelente relación y articulamos acuerdos parlamentarios", afirman desde el FR. El massismo se siente cómodo con fuerzas legislativas menores a las que puede alinear a sus postulados. Mientras tanto, miran de reojo la interna peronista, donde por ahora – dicen – "no observamos realineamientos que nos permitan pensar en algún acuerdo".

Massa y Stolbizer comparten con Cambiemos el hostigamiento al kirchnerismo para reducir al máximo su capacidad electoral. Pero la política de ajuste del Gobierno abrió un frente de conflicto que aceleró los tiempos políticos que manejaban renovadores y margaritos: ahora buscan capitalizar el malhumor social por los tarifazos en los servicios esenciales y mostrarse como una alternativa moderada al macrismo ante su electorado decepcionado.

De ahí derivan las apariciones juntas cada vez más seguidas y el lanzamiento de propuestas contra las medidas de ajuste. "Macri no debería apelar el fallo que ordena dejar sin efecto el aumento de las tarifas. El aumento fue brutal e ilegal y deben dar marcha atrás", dijo Stolbizer. "No se puede hacer prueba y error con la vida y el bolsillo del pueblo trabajador. Aspiramos a ser parte de una solución, pero es necesario retroceder con lo que se hizo hasta ahora porque, detrás de cada factura que llegó con un 500 por ciento de aumento, hay una familia que recibió facturas del mismo monto que sus salarios", dijo Massa.

Durante agosto habrá una nueva aparición pública de Massa y Stolbizer en territorio bonaerense y se prevé para septiembre una gira por algunas provincias. El líder renovador aspira a consolidar su imagen en todo el país pero apuesta todas sus fichas a la provincia de Buenos Aires, donde imagina una fórmula junto a Stolbizer para derrotar al macrismo en las legislativas del año próximo y para posicionarse hacia las presidenciales de 2019. Stolbizer piensa que la provincia, junto a Massa, puede ser su redención en las urnas.

Massa tampoco descarta jugar su dama: su esposa Malena Galmarini podría ser candidata bonaerense si el acuerdo con Stolbizer se estanca. A Margarita todavía la subyuga la idea de acompañar la reforma política de la gobernadora bonaerense, la macrista María Eugenia Vidal, que apunta a terminar con los barones del conurbano, ya en retirada tras la última elección. Una apuesta con la que un sector de Cambiemos aspira a sumar a Stolbizer. Aunque, por ahora, Massa y Stolbizer priorizan explorar la posibilidad de sellar una alianza electoral para 2017.



















La respuesta de la diputada



"No me inquieta que me digan burra, porque nunca me dijeron que me quedaba con lo ajeno", señaló ayer la diputada del GEN Margarita Stolbizer, respondiendo los dichos con los que la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner la había calificado la semana pasada. La ex mandataria aludía entonces a la denuncia mediática y judicial que presentó Stolbizer por supuestos movimientos bancarios "extraños", con información presuntamente aportada por los investigadores de la causa Hotesur. La líder de GEN publicó la respuesta a Fernández de Kirchner en su cuenta de Facebook, en la que planteó que "el insulto (si de eso se tratara) vino cargado de nervios y temores", retrucando que "tengo claro que le he tocado donde más le duele: no es el corazón. Es la fortuna". Finalmente, dirigiéndose directamente a la dirigente peronista, le recordó que "con sus respuestas yo sería mucho menos burra. Sus respuestas me darían a mí una sabiduría que no tengo y al pueblo argentino explicaciones que necesita desde hace tiempo", insistió.

















EL GOBIERNO INFORMÓ QUE AVANZA LA CONTRATACIÓN 

DE LA CONSULTORA ESTADOUNIDENSE


Macri comienza a blanquear a McKinsey



El jefe de Gabinete, Marcos Peña, reveló que Arsat "decidió dar inicio a las tratativas necesarias para la contratación de la firma McKinsey". La consultora viene trabajando desde marzo en el marco regulatorio de toda la política de comunicaciones.
                      El Gobierno difundió el 4 de julio imágenes de una reunión de Macri                                                                      con directivos de McKinsey.


Por       Fernando Krakowiak


De a poco, el gobierno de Mauricio Macri comienza a hacer público su estrecho vínculo con la consultora McKinsey. Página/12 reveló el pasado 22 de mayo que la firma estadounidense está asesorando en el diseño de un nuevo marco regulatorio para las comunicaciones. A partir de ese dato, el Centro de Producciones Radiales (CPR) y diputados de Libres del Sur presentaron pedidos de informes al Ministerio de Comunicaciones donde les respondieron que sólo Arsat tenía a consideración una propuesta de contratación de esa consultora para la elaboración de un plan de negocios. El miércoles 29 de junio, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, fue más allá cuando respondió por escrito una serie de preguntas sobre el tema de los diputados del interbloque del Frente Amplio Progresista, quienes le pidieron que precise si finalmente Arsat contrató a McKinsey. "Luego de considerar su directorio las propuestas realizadas por las firmas Boston Consulting Group, McKinsey & Company y Bain & Co, decidió dar inicio a las tratativas necesarias para la contratación de la firma McKinsey & Company", aseguró. El directorio de Arsat todavía no oficializó la contratación, pero el lunes 4 de julio el Gobierno difundió en su canal de YouTube imágenes de una reunión que el propio Macri tuvo con los representantes de McKinsey el lunes 27 de junio (ver foto), quienes desde hace varios meses ya trabajan como si el contrato se hubiera firmado. El Gobierno les pagará unos 12,5 millones de pesos por un asesoramiento de 16 semanas, aunque no es el único negocio que tienen cerrado con el oficialismo.

Como parte de las respuestas que Peña envía a los legisladores todos los meses antes de ir a presentar su informe de gestión, el jefe de Gabinete, reconoció la contratación de McKinsey por parte de Arsat y aseguró que la misma es "a los efectos de la instrumentación y realización de un Plan de Negocios para comercializar sus productos y servicios de modo eficiente; acrecentar su presencia en el mercado nacional e internacional; como así también para la comercialización de los servicios prestados por el satélite ARSAT-2". En todo momento, el Gobierno asegura que la tarea de McKinsey se circunscribe a elaborar un plan de negocios para Arsat. Incluso afirman que, al momento de destacarla por sobre sus dos competidoras, valoraron la experiencia de la firma asesorando a la empresa satelital australiana National Broadband Network (NBN), pero de las presentaciones que ha venido realizando McKinsey, a las que accedió Página/12, no se desprende una tarea de asesoría puntual para Arsat sino una tercerización del diseño de la política pública de comunicaciones a manos de una empresa privada.

De hecho, la propuesta inicial de colaboración que McKinsey presentó en marzo comenzaba con un breve mensaje dirigido al secretario de Coordinación Interministerial de la Jefatura de Gabinete, Mario Quintana; al ministro de Comunicaciones, Oscar Aguad, y el presidente de Arsat, Rodrigo de Loredo, donde queda claro que los objetivos van mucho más allá de la definición de un plan de negocios para Arsat: "Estimados Oscar, Mario y Rodrigo, de acuerdo a lo acordado en nuestro último encuentro, cumplimos en hacerle llegar la propuesta de trabajo para acompañar al gobierno argentino en la construcción de un marco regulatorio de TIC, incluyendo como parte fundamental del esfuerzo repensar la estrategia y definir un plan de negocios para Arsat", dice el texto.

En otra de las presentaciones, McKinsey identificó como parte de su plan de trabajo seis objetivos que alcanzan al conjunto de la política comunicacional:

1) Definir la visión y los objetivos para la Argentina en el desarrollo del sector de Tecnología, Medios y Comunicaciones, de manera que se convierta en un motor de desenvolvimiento, crecimiento e innovación para el país

2) Definir las principales palancas e iniciativas del futuro marco regulatorio, que permitan alcanzar la visión y los objetivos definidos;

3) Integrar todos los elementos del marco regulatorio en un modelo consistente que otorgue previsibilidad al sector a mediano y largo plazo;

4) Resolver desafíos que enfrenta el sector, entre los que se menciona la necesidad de favorecer el crecimiento en telefonía móvil, aumentar la banda ancha de alta velocidad, promover el acceso a dispositivos y equipamiento de primera generación, fomentar inversiones en el sector privado y público;

5) Definir el rol que Arsat deberá tener para apoyar el desarrollo de la infraestructura y del sector (y desarrollar un business plan para Arsat para los próximos 3-5 años)

6) Definir un plan de implementación que considere a los principales actores involucrados.

En lo que refiere específicamente a Arsat, McKinsey ya hizo un relevamiento de sus "activos relevantes":

- Satélite Arsat-1: 24 transponders banda Ku y cobertura en Cono Sur.

- Satélite Arsat-2: 36 transponders (26 banda Ku y 10 banda C) y cobertura en norte y Sudamérica.

- 25 mil kilómetros de fibra óptica desplegados, cerca de la mitad de los 58 mil planeados.

- Aproximadamente el 25 por ciento del espectro radioeléctrico de 3G y 4G.

- Data center: Único en el país con certificación Upstream Tier III, 600 raks que ocupan aproximadamente 1600 metros cuadrados (4 salas de 365 metros cuadrados y una sala de máxima seguridad de 150 metros cuadrados) y servicios al sector público y privado de housing, hosting y nube.

Una vez realizado el inventario, la consultora se concentró en las opciones disponibles para el área satelital y sugirió dos caminos: a) limitarse a gestionar los satélites Arsat 1 y 2 o b) privatizar el segmento satelital. Todavía no está claro qué camino seguirá el gobierno, pero lo que pareciera definitivamente descartado es la construcción de nuevos satélites, como el Arsat-3.

McKinsey también acercó ideas para la creación de la Agencia de Inversiones comandada por Juan Procaccini, un ingeniero industrial que entre 2000 y 2004 trabajó en McKinsey y entre abril de 2004 y mayo de 2013 en el fondo Pegasus Capital, fundado por el ex McKinsey Mario Quintana. A su vez, McKinsey elaboró un libro, titulado Reimaginando Argentina, para hacerle propaganda al gobierno en el exterior, que incluye entrevistas a 25 "líderes de la Argentina", en su mayoría funcionarios del PRO, políticos e intelectuales aliados, empresarios oficialistas y miembros de ONG cercanas al Gobierno.






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